Condesa de Merlin
Los esclavos
en las colonias españolas
Barcelona 2022
linkgua-digital.com
Créditos
Título original: Los esclavos en la colonias españolas
© 2022, Red ediciones S.L.
Traducción de Agustín de Palma.
e-mail: info@linkgua.com
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN rústica: 978-84-9007-940-9.
ISBN ebook: 978-84-9007-638-5.
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Sumario
Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Preliminares 9
Los esclavos en las colonias españolas 11
Libros a la carta 45
Brevísima presentación
La vida
María de las Mercedes de Santa Cruz y Montalvo, condesa de Merlin (1789-1852). Cuba.
Nació en una familia de la aristocracia habanera el 5 de febrero de 1789. Era hija de Joaquín de Santa Cruz y Cárdenas y María Teresa Montalvo y O’Farril, condes de Jaruco y Mompox. La condesa de Merlin ingresó en el Convento de Santa Clara en La Habana a los ocho años y harta de la vida religiosa intentó fugarse, ayudada por la madre Santa Inés, inspiradora de su libro, Historia de Sor Inés (1832).
Tras su intento de huida la familia se fue a Madrid. Allí murió su padre y, tras la invasión francesa, la familia se refugió en la casa del general Gonzalo O’Farril, quien mantenía muy buenas relaciones con José Bonaparte. En ese ambiente conoció a Goya, Quintana y Meléndez Valdés y al conde de Merlin, con quien se casó a los veinte años.
Con la derrota de los franceses el matrimonio marchó a París. Figuras políticas y artistas frecuentaron su salón; entre ellos, la princesa de Caraman, Lord Palmerson, el general Lafayette, el conde de Orsay, Victor Hugo, Honoré de Balzac, Alfred de Musset, Alphonse de Lamartine, Franz Liszt, Gioachino Rossini, George Sand, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco y Domingo del Monte.
La condesa de Merlin viajó por Alemania, Suiza, Inglaterra e Italia. Enviudó en 1839 y en 1840 regresó a Cuba, y escribió Viaje a La Habana (1844). Por entonces fue acusada de plagiar a Cirilo Villaverde, José Antonio Saco, y Ramón de Palma. Félix Tanco y Bosmeniel fue unos de sus principales detractores; con su Refutación al folleto intitulado Viage a La Habana, publicado en 1844. En el bando opuesto, estuvieron Gertrudis Gómez de Avellaneda y Gabriel de la Concepción Valdés, quien le dedicó una oda sentimental a su partida de La Habana en 1840.
Tras Mis primeros doce años, publicó Historia de Sor Inés (1832), Souvenirs et Mémoires (1836), Los pasatiempos de las mujeres del mundo (1838), Madame Malinbran, Los esclavos en las colonias españolas (1841), Viaje a La Habana (1844), Lola y María y Las leonas de París (1845) y Le Duc d’Athènes (1852). La condesa de Merlín, murió el 31 de marzo de 1852, en el Castillo de Dissay, a las afueras de Poitiers, en Francia.
Preliminares1
Creemos que será leída con interés la presente memoria de la señora Condesa de Merlin,2 la cual habiendo hecho una visita el año próximo pasado a la isla de Cuba, lugar de su nacimiento, y donde hace mucho tiempo que está establecida su familia, ha recogido, durante su residencia en La Habana, documentos interesantes y auténticos sobre la situación de los esclavos en las colonias. Importante en extremo es la cuestión que promueve esta célebre escritora, criolla de nacimiento y de origen, que bien lo da a conocer en el entusiasmo con que habla de su país natal. Nos hemos determinado a traducirla de la Revista de los dos Mundos del 1.º de junio para animar tanto a los naturales de la isla de Cuba y de Puerto Rico, como a las personas que han residido en ellas, a analizar este trabajo y a entrar de lleno en una cuestión que les interesa tanto, que puede decirse que es de vida o muerte para aquellas provincias, y no es menos para la misma metrópoli, que no solo ve en ellas los únicos restos de sus vastas posesiones trasatlánticas, sino que tantos recursos saca de ambas.
Aun es más importante en el día en que ya están emancipados los esclavos de las posesiones de la Gran Bretaña, en que tratan de hacer lo mismo los franceses con los suyos, y sobre todo en que según las apariencias, la Inglaterra anuncia sordamente que va a adoptar una determinación sobre este punto. No nos durmamos pues: ganémosle la delantera y para ello es un deber de los que pueden hacer algo, que propongan por medio de la prensa lo que crean que debe hacerse en circunstancias tan delicadas.
1 La siguiente presentación es obra de Agustín de Palma. (N. del E.)
2 Hemos respetado de la ortografía francesa del apellido de la autora. (N. del E.)