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José Martí

Poemas

Créditos

ISBN rústica: 978-84-9816-773-3.

ISBN ebook: 978-84-9897-879-7.

Sumario

Créditos 4

Brevísima presentación 17

Poemas dispersos I 19

A mi madre 21

A Micaela 22

Carta de madrugada a sus hermanas Antonia y Amelia 24

Linda hermanita mía 25

¡10 de octubre! 26

A Fermín Valdés Domínguez 27

A Paulina 28

Aunque juzgue usted sin calma 29

La mujer ideal 30

El ángel 32

En ti encerré mis horas de alegría 33

A Fermín Valdés Domínguez 34

Brigada -113 35

A Fermín Valdés Domínguez 36

Poemas escritos en España (1871-1874) 37

Venid! venid;— mi sangre bullidora 39

¡Dolor! ¡dolor! eterna vida mía 43

Zenea 44

Mi madre,— el débil resplandor te baña 46

Fragmento 49

Fragmento 52

¡Las campanas! su fúnebre sonido 53

Noche en la tierra dormida 55

Cese, señora, el duelo... 56

Redención 57

A Emma 61

A mis hermanos muertos el 27 de noviembre 62

Síntesis 70

Poemas escritos en México y Guatemala (1875-1877) 73

Mis padres duermen 75

Sin amores 80

Magdalena 84

Muerto 91

Ni la enamoro yo para esta vida 94

Rosario 98

Alfredo 99

Sin amores 106

Síntesis 109

Haschisch 111

Amiga: yo esperaba 116

Sin amores 120

Dos honras 122

Flor blanca 123

Vida 129

Versos 131

La vi ayer: la vi hoy 135

Cartas de España 140

De noche, en la imprenta 144

Patria y mujer 147

A Enrique Guasp 151

A Enrique Guasp de Peris 153

Carmen 155

Aves inquietas 157

A Rosario Acuña 158

María 164

María 170

¡Hijo!— como las hojas de los árboles 172

El alma, como un ave, bate el ala 173

Mi tojosa adormecida 174

Dormida 176

Tiene el alma del poeta 179

Es verdad 180

Tamanaco, de plumas coronado 182

Leandro, es el hombre... 183

Va siendo la virtud entre la gente 184

El pecho lleno de lágrimas 185

Una virgen espléndida... 186

Dolora griega 187

A una mi amiga y señora 188

Cuando me puse a pensar 189

Yo quiero, Andrés, que hablemos 190

Baile agitado 191

Tengo que contarles 193

Que engaña una mujer: ya se sabía 194

Baile 195

Noche de baile 196

La copa envenenada 198

Guantes azules 199

Vino el amor... 201

Sé, mujer, para mí... 202

¿Qué me pides? ¿Lágrimas? 203

Mas ¡ay de mí! que en vano 204

En estas pálidas tierras 205

Virgen María 206

Ismaelillo 207

Príncipe enano 209

Sueño despierto 211

Brazos fragantes 212

Mi caballero 213

Musa traviesa 214

Mi reyecillo 220

Penachos vívidos 222

Hijo del alma 223

Amor errante 225

Sobre mi hombro 228

Tábanos fieros 229

Tórtola blanca 235

Valle lozano 237

Mi despensero 238

Rosilla nueva 239

Poemas dispersos II 241

Y a ti ¿qué te traeré? 243

Cesto de mimbre 244

Con la primavera 245

Je veux vous diré... 246

Yo lloro —es verdad que lloro 247

Decidido 248

En un dulce estupor... 250

Entre las flores del sueño 251

Y te busqué por pueblos 252

No me quites las canas 253

Cuando en la calle anchurosa 254

El pensamiento indignado 255

Con la primavera 256

Cual vierte las manos cuajadas de rosas 257

Poemas de La Edad de Oro (1889) 273

Dos milagros 275

Cada uno a su oficio 276

Los dos príncipes 277

La perla de la mora 279

Los zapaticos de rosa 280

Poemas de circunstancias 287

Cuba nos une... 289

A Mercedes Matamoros 290

Desde la cruz 292

A Virginia 294

Hay una flor más pura que la blanca 295

A Cocola, en sus natales 296

A Leonor García Vélez 298

Mis christmas 299

¿Qué quieres tú que te escriba? 300

A Isabel Esperanza Betancourt 301

Para el álbum de la señorita Victoria Smith 303

A José Joaquín Palma 305

A María Luisa Ponce de león 306

A Ana Rita Trujillo 309

A Ana Rita Trujillo 310

A Isabel Aróstegui de Quesada 311

A Panchita y Ubita Guerra 315

Para el varón, el caballo 316

A Angelina de Miranda 317

A Ana María Barranco 318

A Candita Carbonell 319

A María Luisa sánchez 320

¡A mi querido Corbett! 321

A María Entenza 322

En la vida desterrada 323

Para Tomasa Figueredo 324

A la señora Angelina María de Quesada 325

A Dolores Castellanos 326

A Adela Baralt y Zacharie 327

A Adelaida Baralt y Peoli 328

A Ubaldina Barranco 329

A Ubaldina Guerra 330

A Ubaldina Barranco y Benjamín J. Guerra 331

A Hortensia Lechuga 332

A Melitina Azpeitia 333

Al doctor Ulpiano Dellunde 335

Al doctor Juan Guiteras 336

A Nicolás Domínguez Cowan 337

A Margarita 338

En una casa de amores 339

Para Cecilia Gutiérrez Nájera y Maillefert 340

Un niño, de su cariño 342

Cocola: la tormenta 343

Al patriota Jesús Badín 344

Cartas rimadas 345

A Adelaida Baralt 347

A Adelaida Baralt 348

A Enrique estrázulas 349

A Néstor Ponce de León 354

A Juan Bonilla 358

A Juan Bonilla 359

A Serafín Bello 360

Poemas inconclusos 363

Viejo de la barba blanca 365

Mientras me quede un átomo de vida 367

Cuando en las limpias mañanas 368

Aquí tengo una copa magnífica labrada 371

Jadeaba; espantado 373

Es marzo... 374

Yo quiero una sortija de oro mate 377

¡Plaza al soldado!... 378

¡Cobarde! como un leño, en el camino 379

Orilla de palmeras 380

Así pasa la dicha por la vida 383

No debe el brazo 384

Noche solitaria —aciaga! 385

En tu cielo ¡oh mi América! presagió 387

Cuando el timón, cansado 388

¡Ea! ¿a dónde me llevas?— a tus parques 390

Los celos, despiertan sierpes 391

Patria! yo no te canto!— 392

¿A qué forzar la trabajada pluma? 393

Azuce el viento divino 394

Y se pinta en el rostro 395

Que así como esas hojas en el techo 396

Pues bien —la tierra es eso 397

Y suelo, en noche oscura 398

Las hojas desmayadas 399

Amor! oh: sí, tú eres 400

«¿Que no la has visto?— ¡vela!» 401

¡No, como el escorpión, de miedo...! 402

Como un puñal de acero retorcido 403

Puro azul de aguas de río 404

Yo conozco el terrible sentido 405

Yo fui bueno hace cien años 406

Y templar, con la dicha de verte 407

El trueno, de semillas coronado 408

Yo no envidio a los muertos 409

Solo como la llama desprendida 410

Kind Death has marked me for her own 411

Antes de morir quisiera 412

Los huesos de la frente 413

¡Café, padre del verso! esencia viva 414

Ni Cincinato, ni Catón fundara 415

Somos como la voz del viento vago 416

Cuando yo veo 417

Tiene mi cielo de América 418

Sé de un hogar, esmaltado 419

En estas noches de besos 420

No hay que temblar, señora acobardada 421

Con plata y timbalón el aire asorda 422

Como el teocalli de Xochicalco 423

En la paz de la noche junto al fuego 424

Donde el tibio laurel sin luz florece 425

Esto he visto, y no me digan 426

Cuando a la hora de harem, le llevo flores 427

A Ruth la comparé, como la espiga 428

Y cuando están de prisa 429

En un libro cubierto 430

Brotó como una perla desprendida 431

Es tiempo de ser viejo 432

Rey de mí mismo 433

¡Hermano! todo en tierra 435

¡Morir no es acabar! 436

Mis versos 437

Voz que se extingue 438

...Ved como un hombre 439

Oh, qué frío en los huesos... 440

Cual quien con tropa de gigantes cuenta 441

Y las ofrendas —cuan pobres 442

Versos sencillos 443

Yo soy un hombre sincero 445

Yo sé de Egipto y Nigricia 448

Odio la máscara y vicio 449

Yo visitaré anhelante 451

Si ves un monte de espumas 453

Si quieren que de este mundo 454

Para Aragón, en España 455

Yo tengo un amigo muerto 457

María García Granados 458

El alma trémula y sola 460

Mueve despacio el pie ardiente. 461

Yo tengo un paje muy fiel 462

En el bote iba remando 463

Por donde abunda la malva 464

Yo no puedo olvidar nunca 465

Vino el médico amarillo 466

En el alféizar calado 467

Es rubia: el cabello suelto 468

El alfiler de Eva loca 469

Por tus ojos encendidos 470

Mi amor del aire se azora; 471

Ayer la vi en el salón 472

Estoy en el baile extraño 473

Yo quiero salir del mundo 474

Sé de un pintor atrevido 475

Yo pienso, cuando me alegro 476

Yo que vivo, aunque me he muerto, 477

El enemigo brutal 478

Por la tumba del cortijo 479

La imagen del rey, por ley 480

El rayo surca, sangriento 481

Para modelo de un dios 482

En el negro callejón 483

De mi desdicha espantosa 484

¡Penas! ¿quién osa decir 485

¿Qué importa que tu puñal 486

Ya sé: de carne se puede 487

Aquí está el pecho, mujer, 488

¿Del tirano? del tirano 489

Cultivo una rosa blanca, 490

Pinta mi amigo el pintor 491

Cuando me vino el honor 492

En el extraño bazar 493

Mucho, señora, daría 494

Tiene el leopardo un abrigo 495

Sueño con claustros de mármol 496

Vierte, corazón, tu pena 499

Versos libres 501

Mis versos 503

Académica 504

Águila blanca 505

El buen Pedro 506

A los espacios... 507

A mi alma 508

Amor de ciudad grande 509

Árbol de mi alma 512

Astro puro 513

Banquete de tiranos 515

Canto de otoño 517

Canto religioso 521

Con letras de astros 522

Copa ciclópea 523

Copa con alas 524

Crin hirsuta 525

Cuentan que antaño... 526

El padre suizo 527

En torno al mármol rojo 529

Estrofa nueva 531

Flor de hielo 534

Flores del cielo 538

He vivido: me he muerto 539

Hierro 541

Homagno 545

Isla famosa 547

La poesía es sagrada 548

Luz de Luna 549

Mantilla andaluza 551

Media noche 552

Mi poesía 554

Mis versos son revueltos... 558

Mujeres 559

Noche de mayo 562

No, música tenaz, me hables del cielo! 563

Odio el mar 564

¡Oh, Margarita! 566

Poeta 567

Poética 569

Pollice verso 570

Pomona 573

Pórtico 574

Sed de belleza 575

Yo sacaré lo que en el pecho tengo 577

Yugo y estrella 580

Libros a la carta 583

Brevísima presentación

La vida

José Martí (La Habana, 1853-Dos Ríos, 1898), Cuba.

Era hijo de Mariano Martí Navarro, valenciano, y Leonor Pérez Cabrera, de Santa Cruz de Tenerife.

Martí empezó su formación en El Colegio de San Anacleto, y luego estudió en la Escuela Municipal de Varones. En 1868 empezó a colaborar en un periódico independentista, lo que provocó su ingreso en prisión y más tarde su destierro a España. Vivió en Madrid y en 1871 publicó El presidio político en Cuba, su primer libro en prosa.

En 1873 se fue a Zaragoza y se licenció en derecho, y en filosofía y letras. Al año siguiente viajó a París, donde conoció a personajes como Víctor Hugo y Augusto Bacquerie.

Tras su estancia en Europa vivió dos años en México. Por esa época se casó con Carmen Zayas Bazán, aunque estaba enamorado de María García Granados, fuente de inspiración en sus poemas.

En 1878 regresó a La Habana y tuvo un hijo con Carmen. Un año después fue deportado otra vez a España (1879). Hacia 1880 vivió en Nueva York y organizó la Guerra de Independencia de su país. Fue cónsul de Argentina, Uruguay y Paraguay en esa ciudad norteamericana; dio discursos, escribió artículos y versos, conspiró, fundó el Partido Revolucionario Cubano y redactó sus Bases. En 1895, al iniciarse la Guerra de Independencia, se fue a Cuba y murió en combate.

La presente antología, que reúne la totalidad de la obra poética de José Martí conocida hasta la fecha —incluidos algunos poemas inéditos en vida del poeta cubano y esbozos inconclusos— comprende las siguientes obras: Poemas dispersos I; Poemas escritos en España (1871-1874); Poemas escritos en México y Guatemala (1875-1877); Ismaelillo; Poemas dispersos II; Poemas de la edad de oro (1889); Poemas de circunstancias; Cartas rimadas; Poemas inconclusos; Versos sencillos; y Versos libres.

Poemas dispersos I

A mi madre

Madre del alma, madre querida,

Son tus natales, quiero cantar;

Porque mi alma, de amor henchida,

Aunque muy Joven, nunca se olvida

De la que vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelven las horas

Que yo a tu lado no siento ir,

Por tus caricias arrobadoras

Y las miradas tan seductoras

Que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios yo pido constantemente

Para mis padres vida inmortal;

Porque es muy grato, sobre la frente

Sentir el roce de un beso ardiente

Que de otra boca nunca es igual.

A Micaela

I

Cuando en la noche del duelo

Llora el alma sus pesares,

Y lamenta su desgracia,

Y recuerda sus afanes,

Tristes lágrimas se escapan

Como perlas de los mares;

Y por eso, Micaela,

Triste lloras sin que nadie

Tu dolor consolar pueda

Y tus sollozos acalle;

Y por eso, Micaela,

Triste en tu dolor de madre,

Lloras siempre, siempre gimes

La muerte de Miguel Ángel.

II

Allí está! Cual fresca rosa,

Blanco lirio de la tarde,

Sentado en el verde musgo,

Yace tu Miguel, tu ángel,

La imagen de tus delirios;

La noche de tus afanes,

El alma de tus amores,

Consuelo de tus pesares,

Pura gota de rocío

Que al blando beso del aire

Casta brotó de tu seno

Convertida en Miguel Ángel.

III

Allí está! Lágrimas tristes

Anublan tu faz de madre,

Porque les falta a tus ojos

Algo bello, algo tan suave

Como las nubes de oro,

Rosa y grana de la tarde;

Y en el aire que respiras,

Y en las hojas de los árboles

Ves cruzar cual misteriosa

Sombra, de tu amor imagen,

A la perla de tus Sueños,

Al precioso Miguel Ángel.

IV

¿Pero no ves, Micaela,

Esa nube y esos ángeles?

Mira! No ves cómo suben?

¿Los ves? ¿Los ves? ¡Triste madre,

Ya se llevan a tu hijo

De tus delirios la imagen;

El alma de tus amores,

La noche de tus afanes,

Pura gota de rocío,

Linda perla de los mares!...

¡Llora! llora, Micaela,

Porque se fue Miguel Ángel!

Abril de 1868

Carta de madrugada a sus hermanas Antonia y Amelia

Me han dicho que hay dos ángeles

Estremecidos,

Que habitan de pasada

Un pobre nido.

Me han dicho que a la puerta

Del caserío,

Asoman los lobeznos

De los caminos.

Me han dicho que los ángeles,

Desfallecidos,

Tristes de no ver cielo,

Lloran impíos.

¡No se corten las alas

Los angelillos,

Que cuando el cielo luzca

No podrían ya volar del pobre nido!

1868?

Linda hermanita mía

Linda hermanita mía:

Feliz es el momento en que recibo

Carta tuya; feliz es este día

Porque en ti pienso y de mi amor te escribo.

Versos esperas tú que te anunciaba

Allá por la pasada noche buena:

En el revuelto mar de mis papeles

No se sabe posar la paz serena

Y, pues que soy doncel, obro sin pena

Como obran desde antaño los donceles:

Escribo, guardo, pierdo,

Te quiero mucho, y luego me perdonas,

Y, si a mi loco juicio, fuera cuerdo

Pensar un triste ornarse con coronas,

Las más bellas serían

Las que tus lindas manos me darían,

Los más consoladores tus laureles

Al perdonarme por haber perdido

Aquel que, por ser tuyo, hubiera sido

El más bello papel de mis papeles.

Impaciente y estúpido el correo,

Lucha y vence mi amor y mi deseo.

Corta es mi carta, mas si bien la peso,

Me une a tu imagen tan estrecho lazo,

Que es cada frase para ti, un abrazo

Y cada letra que te escribo, un beso.

¡10 de octubre!

No es un sueño, es verdad: grito de guerra

Lanza el cubano pueblo, enfurecido;

El pueblo que tres siglos ha sufrido

Cuanto de negro la opresión encierra.

Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,

Ruge el cañón y al bélico estampido,

El bárbaro opresor, estremecido,

Gime, solloza, y tímido se aterra.

De su fuerza y heroica valentía

Tumbas los campos son, y su grandeza

Degrada y mancha horrible cobardía.

Gracias a Dios que ¡al fin con entereza

Rompe Cuba el dogal que la oprimía

Y altiva y libre yergue su cabeza!

A Fermín Valdés Domínguez

En mis desgracias, noble amigo, viste

¡Ay! mi llanto brotar;— si mi tirano

Las arrancó de mi alma, tú supiste

Noble enjugarlas con tu amiga mano,

Y en mis horas de lágrimas, tú fuiste

El amigo mejor, el buen hermano:—

Recibe, pues, con el afecto mío,

Este pobre retrato que te envío.

12 junio de 1869

A Paulina

Si es un símbolo el nombre de Paulina

De paz y de ventura,

De religión divina,

De amor filial y de la fe más pura,

Como un testigo a su virtud le envío

Mi pobre canto y el retrato mío.

12 junio de 1869

Aunque juzgue usted sin calma

I

Aunque juzgue usted sin calma

Que no es nada para mí,

Esta ofrenda baladí,

Luisa, me sale del alma.

II

En ese horrible cliché

Que vea usted solo deseo

Si bien un mozo muy feo,

Un buen amigo de usted.

III

Y en escribir no me ensancho

Ni pretendo hacer el oso:

Como soy... respetuoso

Le tengo... respeto... a Pancho.

La mujer ideal

Yo vi, cuando era muy niño,

En un camino desierto,

Una niña junto a un muerto

Orando al cielo por él:

Y la vi cómo en su angustia

La pobre niña decía,

«Ámalo, Virgen María,

Tanto como yo lo amé».

Pasó un año y en la Iglesia

Meditabundo entré un día,

Y vi que la Iglesia decía

¡Téngala en paz el Señor!

Pregunté por qué lloraba

Aquel pueblo del desierto

Y me dijeron: «ha muerto

Nuestra Virgen, nuestro Sol».

Y al pie del féretro triste

En que a una mujer veía

En una imagen había

La Virgen de la Salud.

Pero nada eternizaba

Del muerto la augusta calma:

No había en el templo ni un alma

Ni una rosa en su ataúd.

Hoy hace ya mucho tiempo

Que murió la niña hermosa,

Y en su tumba hay una rosa

Rebosando siempre amor.

Y es que la adoran ya muerta

Como la adoraron viva,

Y un alma caRitativa

Cuida siempre de la flor!

1869?

El ángel

Ayer una voz del cielo

en mi pecho resonó:

—«¿Viste algún ángel en el triste suelo?»

y respondí que no.

Mas tarde te he conocido,

y al conocerte, te amé,

y en raudales de amor se han embebido

mi esperanza y mi fe.

También una voz del cielo

hoy ha resonado en mí:

—«¿Viste algún ángel en el triste suelo?»

¡y respondí que sí!

En ti encerré mis horas de alegría

En ti encerré mis horas de alegría

Y de amargo dolor;

Permite al menos que en tus horas deje

Mi alma con mi adiós.

Voy a una casa inmensa en que me han dicho

Que es la vida expirar.

La patria allí me lleva. Por la patria,

Morir es gozar más.

4 de abril de 1870

A Fermín Valdés Domínguez

Si en un retrato el corazón se envía

Toma mi corazón, y cuando llores

Lágrimas de dolor, con ellas moja

La copia fiel de tu doliente amigo.

Presidio, 9 junio de 1870

Brigada -113

Mírame, madre, y por tu amor no llores:

Si esclavo de mi edad y mis doctrinas,

Tu mártir corazón llené de espinas,

Piensa que nacen entre espinas flores.

Presidio, 28 de agosto de 1870

A Fermín Valdés Domínguez

Hermano de dolor,— no mires nunca

En mí al esclavo que cobarde llora;—

Ve la imagen robusta de mi alma

Y la página bella de mi historia.

Presidio, 28 de agosto de 1870