Ruy González de Clavijo
Embajada
a Samarcanda
Vida y hazañas del gran Tamorlán
Barcelona 2022
linkgua-digital.com
Créditos
Título original: Embajada a Tamorlán. Vida y hazañas del gran Tamorlán.
© 2022, Red ediciones S.L.
e-mail: info@linkgua.com
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN rústica: 978-84-96290-26-6.
ISBN ebook: 978-84-9816-962-1.
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Sumario
Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida y embajada a Tamorlán 7
Un hecho «histórico» 7
Embajada a Tamorlán 9
Vida y hazañas del gran Tamorlán con la descripción de las tierras de su imperio y señorío, escrita por Ruy González de Clavijo, camarero del muy alto y poderoso señor don Enrique III de este nombre, rey de Castilla y de León, con un itinerario de lo sucedido en la embajada que por dicho señor rey hizo al dicho príncipe, llamado por otro nombre Tamurbec, año del nacimiento de 1403 9
De la ciudad de Calmarin, que fue la primera del mundo después del diluvio 79
Libros a la carta 189
Brevísima presentación
La vida y embajada a Tamorlán
Ruy González de Clavijo (Madrid ¿-1412). España.
Partió del Puerto de Santamaría en 1403 como embajador de Enrique III con destino a Samarcanda, con el propósito de conseguir una alianza. Estuvo en Constantinopla, Trebizonda y Teherán. La muerte del gran Tamorlán hizo de la expedición un viaje lleno de aventuras.
Un hecho «histórico»
Irónicamente la escena en que el rey de Castilla envía a su embajador a Tamorlán es relatada en una novela de Larra, El doncel de don Enrique el Doliente:
—El rey Tamurbec el Honrado, Tabor Bermacián, mi señor, me envía a ti, rey de las ciudades y lugares de Castilla y de León e España. Dure tu tiempo y buena fama en noblezas generales y en gracias cumplidas. El rey, mi amo, noticioso de la grandeza de tu reino, acepta la amistad y buena correspondencia que con tus embajadores le enviaste a ofrecer. El Profeta te sea en ayuda, te dé sus salutaciones. En muestra de buena amistad, envíate el rey mi señor el presente de joyas y las dos hermosas damas que te traje para tu harem, que al hijo de Osmín ha cogido en la gran victoria que le ha ganado. El rey de los reyes ha humillado la soberbia condición del hijo de Osmín, y hoy, en una jaula de hierro, sirve de estribo al poderoso Tamurbec, rayo de Dios.
—Recibo vuestra embajada, valiente Mahomat Alcagí, y no os doy respuesta —dijo don Enrique—, porque quiero que tornen embajadores míos a vuestro amo y señor el muy honrado Tamurbec, con mis cartas y presentes. Rui González de Clavijo —añadió vuelto a éste su camarero, que entre la turba de cortesanos andaba oscurecido—, quiero que vos y fray Alonso Páez de Santa María, maestro en Santa Teología, y Gómez de Salazar, mi guarda, hagáis este viaje como embajadores míos. Adelantóse entonces Rui González de Clavijo, y poniendo en tierra una rodilla:
—Beso a tu alteza los pies —dijo— por la lisonjera distinción con que honras a tu vasallo.
Embajada a Tamorlán
Vida y hazañas del gran Tamorlán con la descripción de las tierras de su imperio y señorío, escrita por Ruy González de Clavijo, camarero del muy alto y poderoso señor don Enrique III de este nombre, rey de Castilla y de León, con un itinerario de lo sucedido en la embajada que por dicho señor rey hizo al dicho príncipe, llamado por otro nombre Tamurbec, año del nacimiento de 1403
El gran señor Tamurbec, habiendo muerto el emperador, de Samarcanda y tomádose el imperio, donde comenzó su señoría, según adelante oiréis, y habiendo después conquistado toda la tierra de Mogalia, que se contiene con este dicho imperio y con tierra de la India menor: otrosí habiendo conquistado toda tierra e imperio de Orazania, que es un gran señorío, y habiendo conquistado y metido so su señorío tierra de Tagiguinia, con tierra y señorío de una tierra, que es llamada rey: y habiendo otrosí conquistado y puesto so su señorío toda la Persia y Media con el imperio de Tauris y de Soltania: y otrosí habiendo conquistado tierra y señorío de Guilán con tierra de Darbante, y conquistado otrosí tierra de Armenia la menor y tierra de Arsinga y de Aseron y de Aunique, y puesto so su señorío el imperio de Merdi y tierra de Curchistán, que se contiene en la dicha Armenia: otrosí habiendo vencido en batalla al señor de la India menor, y tomádole gran partida de sus tierras: y habiendo otrosí destruido la ciudad de Damasco, y tomadas y puestas so su señorío las ciudades de Alepe y Babilonia y Baldas, y habiendo destruido otras muchas tierras y señoríos, y vencido otras muchas batallas, y hechas muchas conquistas, vino sobre el turco Ildrin Bayacit (que era uno de los grandes y potentes señores que en el mundo se sabía) a la su tierra de Turquía, y diole batalla cerca de un castillo que es llamado Anguri, y venciólo y tomóle preso a él y a un su hijo, en la cual batalla se acaecieron Payo de Sotomayor, y Hernán Sánchez de Palazuelos, embajadores que el alto y poderoso señor don Enrique, por la gracia de Dios rey de Castilla y de León, que Dios mantenga, enviara, por saber la pujanza que en el mundo había el dicho Tamurbec y turco Ildrin, porque viesen las sus magnificencias y poderío de gentes que tenían ayuntadas el uno contra el otro, y se acaeciesen en la batalla que en uno querían haber, de los cuales dichos Payo y Hernán Sánchez tuvo noticia el gran señor Tamurbec, y por amor del dicho alto señor rey de Castilla hízoles mucha honra, túvolos consigo, e hízoles grandes convites, y dioles ciertas dádivas, y habida noticia del alto y famoso rey de Castilla y de la su gran señoría y franqueza que sobre los reyes cristianos había, y por haber su amorío, de que la batalla fue vencida, ordenó de le enviar un embajador y sus letras, y cierto presente por poner su amorío. Con el cual embajador fue un caballero Checatay, que había nombre Mahomat Alcagi, con el cual envió sus dones y presente y sus letras bien solemnes. El cual embajador vino al dicho señor rey de Castilla, y diole sus letras que el dicho señor Tamurbec le enviaba, y su presente y joyas y mujeres que le envió según su costumbre. Y el alto señor rey, recibidas las dichas letras y presente, y oídas las buenas razones que el dicho Tamurbec le enviaba a decir por las sus letras y embajador, y amorío que le mostraba, ordenó él otrosí cierto presente y embajadores al dicho Tamurbec, por acrecentar en el amorío que le mostraba, y ordenó de enviar por sus embajadores en la dicha embajada a fray Alfonso Páez de Santa María, maestro en teología, y a Ruy González de Clavijo, y a Gómez de Salazar su guarda, con los cuales le envió sus letras y presente: y porque la dicha embajada es muy ardua, y a lueñes tierras, es necesario y cumplidero de poner en escrito todos los lugares y tierras por do los dichos embajadores fueron, y cosas que les acaecieron, porque no caigan en olvido, y mejor y más cumplidamente se pueden contar y saber.
Y por ende en el nombre de Dios, en cuyo poder son todas las cosas, y a honor de la Virgen Santa María su madre, comencé a escribir desde el día que los embajadores llegaron al puerto de Santa María, cerca de Cádiz, para entrar en una carraca en que habían de ir, y con ellos el dicho embajador que el dicho Tamurbec envió al dicho señor rey.
El lunes, que fueron 21 días del mes de mayo del año del Señor de 1403 años llegaron los dichos embajadores al puerto de Santa María, y este día hicieron llevar alguna vitualla que allí tenían a la carraca en que habían de ir, demás de otra que habían hecho llevar de Sevilla y de Jerez, y algunos de sus hombres con ella.
Luego otro día martes siguiente, que fueron 22 del dicho mes, partieron de aquí en una barca, y con ellos micer Julián Centurio, patrón de la carraca en que habían de ir, y llegaron al puerto de las Muelas, que es en par de Cádiz, donde la dicha carraca estaba. Y el miércoles siguiente partió de aquí la dicha carraca, y hacía buen tiempo, y en anocheciendo llegaron en par del cabo que se llama Despartel.
Otro día el jueves siguiente llegaron en par de Tanjar, y en par de la sierra de Bárbaros, y en par de Tarifa y de Ximena, y de Ceuta y de Algeciras, y de Gibraltar y de Marbella a tan cerca, que les podían bien ver estos dichos lugares estando bajo de la sierra del estrecho, y fueron este día a par de la sierra de la Fi.
El viernes siguiente que fueron 25 días del dicho mes de mayo, cuando amaneció el día claro, fueron a par de Málaga, y echaron ancla en el puerto, y estuvieron ahí el dicho día viernes que llegaron, y sábado y domingo y lunes y martes, por cuanto el patrón hubo de descargar ciertas jarras de aceite y otras mercaderías. Y la dicha Málaga tiene la villa llana, y de la una parte está junta con el mar, y dentro de ella al un cabo tiene un castillo alto en un otero con dos cercas, y de fuera de la villa está otro castillo más alto que le llaman el Alcazaba, y del un castillo al otro van dos cercas juntas unas con otras, y bajo en el otro cabo de la villa y en par del mar de fuera de la villa están unas atarazanas, y luego cerca de ellas comienza una cerca que va junta con el mar de torres y de muro. Y dentro de esta cerca están muchas huertas hermosas, y encima de estas huertas y de la villa están unas sierras altas en que hay casas, y viñas, y huertas, y entre el mar y la cerca de la villa están unas pocas de casas, que son lonjas de mercaderes, y la villa es muy poblada.
El miércoles siguiente, que fueron 29 días del dicho mes de mayo, partió de aquí la dicha carraca, y fueron a par de la sierra de Málaga, que es toda labrada de viñas y de panes y de huertas, y pasaron a par de Vélez Málaga, un castillo alto que está en esta sierra, y pasaron a par de Almuñecar, que está bajo hacia el mar, y fueron en anocheciendo a par de la Sierra Nevada.
Otro día jueves fueron en par del cabo de Palos, que es en par de Cartagena, y otro día viernes fueron en par del cabo de Martín; que es una sierra alta que es ya de Cataluña.
Y el sábado, cuando amaneció, fueron en par de una isla que llaman Formentera, y es despoblada y a ojo de la isla de Ibiza, y estuvieron allí este dicho día sábado y domingo y lunes y martes, andando de una parte a otra, que no podían doblar el cabo para tomar el puerto de Ibiza, por cuanto habían el viento contrario, y el dicho martes en la tarde tomaron el puerto, que fue a 5 días del mes de junio, y el patrón hizo descargar de las cargas que llevaba, y cargar cierta sal, y estuvieron en el dicho puerto el dicho día martes que llegaron, y miércoles y jueves y viernes no podían salir del puerto, por cuanto habían el viento contrario, y el miércoles, que fueron 13 días de junio, partieron de aquí, e hizo calma el dicho jueves y viernes, tanto que anduvieron bien poco.
Y esta dicha Ibiza es una isla pequeña, en que hay cinco leguas en luengo y tres en ancho. Y el día que llegaron los embajadores, tomaron tierra, y el gobernador que estaba por el rey de Aragón, mandóles dar posada en que estuviesen, y envióles hombres y bestias en que viniesen a la villa, y la dicha isla es toda la más de ella montañas altas de montes bajos y piñares: y la villa es poblada en un otero alto que está junto con el mar, y tiene tres cercas, y entre cada cerca mora gente, y tiene un castillo en lo más alto de la villa hacia la mar, y tiene altas torres y cerca sobre sí, y la iglesia de la villa está a par del castillo, y tiene una torre alta que se contiene con el dicho castillo, y cerca la villa y castillo de partes de fuera una cerca sola. Y en esta isla hay unas salinas en que hay mucha sal, que se hace en ella muy fina cada año del agua del mar que entra allí. Y estas salinas son de gran rendición, que cada año vienen allí muchas naos de Levante a cargar de sal. Y en la cerca de la villa hay una torre en que están hechas unas casas, que llaman la Torre de Avicena, y dicen que de esta isla fue natural Avicena, y en la cerca y torres de ella están pedradas de ingenios que el rey don Pedro hizo lanzar, cuando la tuvo cercada.
Y el sábado siguiente, que fueron 18 días del dicho mes de junio, a hora de nona fueron en par de la isla de Mallorca, a tanto que los pudieran bien divisar, y el domingo siguiente fueron en par de una isla que es llamada la Cabrera, y tiene un castillo pequeño; y lunes y martes anduvieron su viaje, y no mucho, que habían viento escaso, y el miércoles en la tarde fueron en par de la isla de Menorca, y entraron en el Golfo de León, y jueves y viernes y sábado pasaron el Golfo de León, e hizo estos días buen tiempo, y el domingo que fue día de San Juan, fueron en par de una isla que ha de nombre Linera, y es del señorío del Virrey de Aragón.
El lunes cuando amaneció, fueron entre dos islas que han nombre la una Córcega, y tiene un castillo que ha nombre Bonifacio, y es de un genovés, y la otra isla ha nombre Cerdeña, y tiene un castillo que ha nombre Luecigosardo, y es de catalanes. Y estos dos castillos de estas dichas dos islas están hacia el mar el uno en derecho del otro como en guarda, y el paso de entre estas dos islas, que es estrecho y peligroso, es llamado allí en aquel paso las Bocas de Bonifacio.
El martes siguiente en la tarde fueron en par de una isla que es llamada Ponza, y es deshabitada, pero otro tiempo fue poblada, y hubo en ella dos monasterios, y hay en ella grandes edificios de muy grande obra que hizo Virgilio, y en derecho de esta isla a la mano izquierda aparecieron unas montañas altas, que eran en la tierra firme, que son llamadas Montecarzel, y tiene un castillo que es llamado San Felices, y es del señorío del rey Lanzalago, y un poco adelante pasaron a par de otras montañas que eran asimismo en la tierra firme, y ayuso de ellas apareció una villa que es llamada Taracena, y es del señorío de Roma, y de allí a Roma había doce leguas, y entre el mar y la villa aparecieron unas huertas y árboles altos, y entre estas huertas y la villa estaba un monasterio que había sido de Monjas, que las habían llevado de allí moros de la Berbería.
Y el miércoles anduvieron su viaje; y el jueves siguiente, que fueron 27 del dicho mes de junio, en anocheciendo fueron en el puerto de Gaeta, y echaron ancla a raíz de la villa a tan cerca, que pudieron poner plancha en el muro de la ciudad. Y los dichos embajadores tomaron tierra, y fueron a posar en una posada que era cerca de San Francisco fuera de la ciudad, y estuvieron allí dieciséis días, por cuanto el patrón y algunos mercaderes de la carraca hubieron de descargar algunas mercaderías que traían, y cargaron aceite.
Esta dicha ciudad de Gaeta, y el puerto de ella es bien hermoso, ca luego en la entrada del puerto es angosto, y de dentro más ancho, y es cerrado todo en derredor de altas sierras, en que hay castillos y casas bien hermosas, y muchas huertas, y a la mano izquierda como hombre entra en el puerto, está un cerro alto, y encima de él está una torre como atalaya muy grande, que dicen que hizo Roldán, y así la llaman la Torre de Roldán: y en par de este cerro está otro junto con él, y en éste está poblada la ciudad, y la puerta y casas de ella dicen en ladera hacia el mar a do está el puerto, a tanto que llega hasta cerca del agua, y luego está el muro en que bate el mar. Y del muro salen dos torres con su muro que entran en el agua, que puede haber de la una torre a la otra cuanto una ballesta podría echar un viratón, y de la una torre a la otra echan una cadena, cuando es necesario, y tras aquella cadena están las galeras y fustas en tiempo de guerra, y entre el otero en que está poblada la ciudad, y entre el otro otero en que está hecha la torre de Roldán, va hecha una torre con altas torres y pretil y almenas, que van hasta la dicha torre de Roldán, y cerca el otero en que está la ciudad, y el otero en que está la torre de Roldán, es para guarda de la ciudad. Y no hay recelo de partes de la mar, por cuanto lo cerca de las dos partes, y tiene muy altas peñas que no hay recelo en tiempo de guerra tomen allí puerto ningunos navíos, y luego de esta cerca de la ciudad comienza otra que va muy grande pieza junto con el mar, y dentro de esta cerca está un otero alto que es cercado de dos partes del mar, y es poblado de muchas viñas y huertas y olivares, y entre este otero y la cerca que va junto con el mar, va una calle poblada con muchas casas y tiendas. Y en esta calle está una iglesia muy devota en que han las gentes muy gran devoción, que es llamada Santa María la Anunciada, y delante de ésta está otra iglesia muy devota que es llamada San Antón, y encima de esta iglesia de Santa María está un hermoso monasterio de San Francisco, y como se acaba esta calle, sube la cerca la cuesta arriba de este otero, y va hasta el otro mar, así que esta cerca rodea todo en derredor este otero. Y esta cerca es hecha, porque en caso que algunas fustas lleguen allí, les sea defendido la salida, porque no venga daño a la ciudad. Y en cabo de esta cerca, do se junta el uno y el otro que cerca estos oteros, está una iglesia que es llamada la Trinidad, y cerca de ella están unas torres y casas como alcázar, y cerca de esta iglesia está una alberca hecha en una peña, y está tan propio como si fuera hecho a fuerza, partido lo uno de lo otro, y entra en fondo la dicha alberca por la peña ayuso bien diez brazas, y es en luengo bien cincuenta pasos, y es tan angosta que no puede entrar salvo un hombre ante otro, y dentro está hecha una ermita que es llamada Santa Cruz, y decían que está por escritura allí en la ciudad que aquella apertura se hiciera el día que Jesu-Cristo recibió pasión. Y dentro de esta cerca es poblada de muchas hermosas huertas y casas y azoteas, y de muchos naranjales y limonares y cidrales, y de viñas y olivares, y parece muy hermoso de ver. Y fuera de esta cerca a raíz del mar va una calle muy hermosa de casas y palacios y huertas, y mucha agua que va por ellas que cerca el puerto como en derredor, y va esta calle así poblada hasta el lugar que es llamado Mola, y de la ciudad allí hay dos leguas. Y esta calle es muy poblada y toda empedrada, y encima de esta calle están unas sierras asimismo pobladas de aldeas y casas, y todo esto parece de la ciudad, y es tan placentero de ver que es maravilla. Y todo fueron ver los dichos embajadores mientras aquí estuvieron, y adelante del dicho lugar de Mola apareció una villa y un castillo alto, y otros lugares asaz en una montaña, y en cabo de esta sierra en que estaban estos lugares, a la entrada del puerto a la mano derecha estaba una torre muy alta como atalaya, que es llamada la torre del Carellano: y estos dichos lugares habían sido del conde de Fondi, y ahora son del rey Lanzalago, que se los había quitado por ocasión de la su guerra, y del rey Luis: y las casas de la ciudad de Gaeta son muy hermosas de ver de partes de fuera, por cuanto dicen en ladera hasta el puerto, y son muy altas y con ventanas hasta el mar, y lo más hermoso de la ciudad es una calle llana que va a par del mar, y las otras calles son angostas y altas, malas de andar. Y en esta calle mayor es el meneo de esta ciudad, y en esta ciudad se tratan muchas mercaderías de cada año, y cuando el rey Lanzalago había su guerra con el rey Luis perdió todo el reino, salvo esta ciudad, y de aquí salió y cobró todo su señorío.
Estando el rey Lanzalago en esta ciudad, y siendo casado con Madama Costanza, hija de Monfrey de Charamete, partióse de ella, y casóla él mismo por fuerza con un su vasallo hijo de micer Luis de Capua, y decían que el rey mismo estando en la dicha iglesia de la Trinidad les tomó las manos, y los casó a ojo de muy gran gente que allí estaban, y les hizo sus bodas, y decían que el rey mismo tomó por la mano este día de sus bodas a la dicha su mujer, y que danzó con ella. Y la dicha su mujer decía muchas cosas y feas por plaza y calles, y decían que esto hacía el rey por consejo de Madama Margarita su madre. Y después el rey casó con la hermana del rey de Chipre, que llamaban doña María, y el rey no tuvo hijos en Madama Costanza su mujer, como quiera que la tuvo un año y medio: pero el que ahora casó con ella ha hijos de ella, y el rey Lanzalago ha una hermana que llaman Madama Joanela, y casó con el duque de Sterlic, que es el duque de Babera, y alábanla por muy hermosa mujer.
Y el viernes, que fueron 13 días del mes de julio, a hora de mediodía la dicha carraca hizo vela, y partió de aquí de Gaeta, y anduvieron este día su viaje.
Y otro día el sábado siguiente pasaron por cerca de una isla que es llamada Iscla, y a par de otra isla que es llamada Procheda, y son deshabitadas, y asimismo pasaron este dicho día a par de otra isla que es llamada Trape, y es habitada, y del señorío del reino de Nápoles, y en ella hay una buena villa, y fueron este día en par del cabo de la Minerva, que es en tierra firme, y otrosí fueron en par de dos montes altos, y en medio de ellos está una ciudad que ha nombre de Malfa: en estos dos montes aparecieron sendos castillos, y en esta ciudad de Malfa dicen que está la cabeza de san Andrés.
Y este mismo día sábado a hora de vísperas, vieron caer del cielo dos ramos como de humo, que llegaron hasta el mar, y el agua subió por ellos tan aína, y tan recio con gran ruido, que las nubes hinchó de agua, y oscureció y nubló el cielo, y arredráronse con la carraca cuanto pudieron, ca decían que si aquellos ramos acertaran a tomar a la carraca, que la podrían anegar.
El domingo siguiente en amaneciendo pasaron por entre dos islas despobladas, rasas sin montes, que son llamadas la una Arcu, y la otra Firucu, y luego un poco adelante a la mano izquierda apareció otra isla de una sierra alta que es llamada Strangol, y tiene una boca por do salía el humo y fuego, y en la noche salió grandes llamas de fuego por la dicha boca con grandísimo ruido, y vieron otrosí a la mano derecha otra isla que es llamada Lipar, y es poblada, y está por el rey Lanzalago: y en esta isla está el velo de la bienaventurada santa Agueda, y aquí en esta isla solía arder, y por ruego de la bienaventurada santa Agueda cesó de arder esta isla, y otras islas que son cerca de ella que solían arder; y cuando ven que arden las otras islas, porque no venga el fuego a ésta, que sacan aquel velo, y que luego cesa aquel fuego.
El lunes siguiente en la mañana pasaron entre unas islas despobladas que son llamadas la una Salinas, y la otra Strangolin, y la otra Bolcani, y salía gran humo de ellas, y hacían gran ruido, y otrosí pasaron a par de otras dos islas que son despobladas, y llaman a la una Paranea, y a la otra Panarin.
Y el martes siguiente, que fueron 17 días del dicho mes de julio, anduvieron entre estas dichas dos islas que no podían salir de ellas por calma que hacía. Y en la noche estando entre ellas, a tres horas de la noche hizo gran tormenta, y tuvieron un gran viento contrario que les duró hasta la mañana.
Y el miércoles todo el día a hora de mediodía rompió las velas de la carraca, y anduvieron a árbol seco de una parte a otra, de manera que se vieron en gran peligro. Y duró la dicha tormenta martes y miércoles hasta dos horas de la noche, y las dichas bocas, señaladamente la de Strangol y Bolcante, con el gran viento lanzaba grandes llamas de fuego y humo con gran ruido, y durante la tormenta hizo el patrón cantar las letanías, y que todos pidiesen misericordia a Dios. Y acabada la oración andando en la tormenta apareció una lumbre de candela en la gavia encima del mástil de la carraca, y otra lumbre en el madero que llaman bauprés, que está en el castillo de avante: y otra lumbre como candela en una vara de espinelo que está en la popa, y estas lumbres vieron cuantos estaban en la carraca, que fueron llamados que las viniesen a ver, y duraron una pieza, de si desaparecieron, y no cesaba en todo esto la tormenta, y a poca de hora fueron dormir, salvo el nauchel (piloto) y ciertos marineros que habían de guardar. Y estando el nauchel y dos marineros que velaban despiertos, oyeron a par de la carraca un poco arredrado voces como de hombres, y el nauchel preguntó a los dos marineros, si oyeran aquel ruido, ellos dijeron que sí, y en todo esto la tormenta no cesaba. Y a esta hora vieron otra vez las dichas lumbres tornadas donde primero estaban, y entonces despertaron a la gente de la carraca, y vieron las lumbres, y contóles el nauchel lo que oyera, y duraron estas lumbres cuanto dura una misa, y luego cesó la tormenta. Y estas lumbres que así vieron decían que era fray Pero González de Tuy, que se habían encomendado a él, y otro día amanecieron cerca de estas dichas islas, y a ojo de la isla de Sicilia, con buen tiempo seguro.
Y anduvieron entre estas dichas islas hasta el jueves siguiente, con grandes calmas que hacía.
Y el viernes en la tarde fueron en par de la isla de Sicilia, y a ojo de una torre que es llamada la torre del Faro, que está a la vuelta de la entrada de Mesina, a la entrada del puerto, y con la gran corriente que sale por aquella boca del Faro, y por poco viento que hacía, no pudieron este día entrar por aquella boca para ir a tomar el puerto de Mesina, y en la noche creció el viento, y un piloto que había venido de la ciudad de Mesina para meter por aquella boca la carraca, hizo hacer vela, y en llegando en par de aquella torre del Faro, tocó la carraca en tierra, y saltó el timón de caja, y hubieron de ser perdidos, salvo el viento que era poco, y el mar andaba bajo, e hicieron de manera como en un punto la carraca fuera cobrada, y metida al largo: y de que fueron a lo largo surgieron dos andas, y estuvieron así hasta el día, y de que fue el día vino la creciente, y creció el viento, e hicieron vela, y fueron en el puerto de Mesina: y en derecho de esta torre del Faro está la tierra de la Calabria, que es tierra firme, y entre la tierra de la Calabria y la isla de Sicilia, en aquel derecho de la torre es tan estrecho el mar cuanto una legua, y en esta torre del Faro está siempre un farol que arde de noche, porque los navíos que allí fueren acierten en aquella entrada. Y la tierra de la Calabria en aquel derecho apareció labrada y sembrada de panes, y muchas huertas y viñas. Y esta ciudad de Mesina es junta con el mar, y el su muro va junto con el mar, de muchas torres y bien hechas, y las casas de ella son bien hermosas y altas de cal y de canto, y de partes del mar parecen hermosas, por cuanto acatan las ventanas de las casas hacia el mar, y son altas, y las calles mayores de ella van luengo a raíz del mar, y tiene bien cinco o seis puertas que salen al mar, y en cabo de la ciudad están unas atarazanas, y el derecho fuera de la ciudad está un monasterio de monjes negros que es llamado San Salvador, y consagran y dicen sus horas así como los griegos, y en la ciudad hay un castillo bien fuerte.
Y el lunes siguiente, que fueron 22 días del dicho mes de julio, hicieron vela y partieron de aquí, y tuvieron buen tiempo, y apareció a la mano derecha la isla en que está la boca de Mongible, y fueron a par de la tierra de la Calabria, y apareció una villa que ha nombre Regol, y entraron en el golfo de Venecia, y anduvieron en él martes y miércoles y jueves. Y el viernes siguiente en la tarde fueron en par de Mondon, una tierra firme del señorío de Venecia, y asimismo fueron en par de una isla que ha nombre Sapiencia, y a par de otra isla que es llamada Benetico, y de otra que es llamada Cerne, y pasaron a par del cabo de Galo, y apareció asimismo una tierra firme que es llamada Coron. Y el sábado siguiente fueron en par del cabo que es llamado de María Matapán, y del cabo de San Angelo, que son tierra firme del señorío de Venecia, y a hora de mediodía fueron a raíz de una isla poblada que es llamada Cetul, y pasaron por entre esta isla y una roca alta que es llamada el Lobo, y en esta isla de Cetul apareció un castillo pequeño de torres altas, hecho en una alta peña hacia el mar, y ayuso junto con el mar estaba una torre en guarda de la subida del castillo, y un poco adelante a la vuelta de la dicha isla en un llano de hacia el mar apareció un gran pedazo de muro y torres derrocadas, y dijeron que allí fuera el templo que Paris derrocara cuando robara a Elena, y quebrantara el Ídolo al tiempo que el rey Príamo su padre lo enviara hacer guerra en la Grecia, y en cabo de esta isla pasaron entre tres rocas, que son llamadas Tres, Dos y As.
El domingo, que fueron 29 días de julio, a hora de tercia fueron en par de una isla despoblada que es llamada Cequilo, y son unas altas sierras donde crían halcones, y la dicha carraca quiso pasar entre esta dicha isla y una roca alta que estaba a par de ella, y en aquel derecho había gran corriente, que los echaba a tierra, y cuando quisieron doblar, no pudieron tomar la vuelta tan rápida que la dicha carraca no pasó tan cerca de tierra, que unos halcones pequeños que criaban en una peña sonaban, y viéronse en peligro, de manera que el nauchel y algunos mercaderes y marineros se desnudaron en jubones, y cuando fueron longados entendieron que Dios les había hecho mucha merced.
Y el lunes siguiente fueron entre dos islas pobladas que son llamadas la una Nillo, y la otra Ante-nillo, y solían ser del ducado de Arcipiélago, y ahora son de venecianos, y estas islas son muy abastecidas de ganados. Y martes y miércoles estuvieron entre estas islas que no podían andar su viaje por calma que hacía, y el jueves siguiente fueron en par de tres islas pobladas que son del ducado del Arcipiélago, que son llamadas la una Mo, y la otra Centuriona, y la otra Cristiana: y a hora de mediodía fueron a par de otra isla que es llamada Nexja, y ésta es muy grande, y cabeza del ducado.
El viernes fueron 3 días de agosto, cuando amaneció fueron en par de una isla poblada que es llamada Calamo, y apareció en ella muchas labranzas de pan y fueron junto con ella una gran pieza, hasta que llegaron a una isla que es llamada Lango, y es poblada del señorío de la isla de Rodas, y tiénenla caballeros de la Orden, y a la mano izquierda pasaron a raíz de una tierra firme de la Turquía que es llamada Nisari y Lucrio, y tan juntas son estas islas, y la tierra de la Turquía, que no osaron pasar con la dicha carraca entre ellas de noche, hasta que fue el día, por recelo de no tocar, y asimismo pasaron juntamente entre otras islas del señorío de la isla de Rodas, que son de frente de la Turquía, que les dicen Piscopia, y San Nicolao de Carquini, y Pimia. Y este dicho día en la tarde fueron en la ciudad de la isla de Rodas, y surgió la carraca en el puerto.
Y de que en el dicho puerto fueron los dichos embajadores, enviaron a la ciudad a saber, si el gran maestre estaba allí, y viniéronles con nuevas que el maestre con ciertas galeras y con gran pieza de su gente, y otrosí ciertas carracas y galeras de genoveses, de que era capitán Mosén Buchicate, eran idos en una conserva hacer guerra al reino de Alejandría.
Y el sábado siguiente los dichos señores embajadores descendieron en tierra, y fueron al gran palacio de Rodas a ver el teniente que allí había dejado el gran maestre, por hablar con él. Y el dicho teniente y los frailes que allí estaban, de que supieron que los dichos embajadores iban, saliéronlos a recibir, y dijéronles que como quiera que el gran maestre su señor no era allí, que por honra del señor rey de Castilla, que todas las cosas que les cumpliesen las harían de buena mente. Y por cuanto los dichos embajadores dijeron, que habían voluntad de descender en tierra por saber algunas nuevas del Tamurbec, y de avisarse en lo que habían menester: mandáronles aposentar en una posada de un caballero de la Orden, en que estaba una iglesia de la bienaventurada santa Catalina, y ellos vinieron allí el domingo, que fueron 5 días del mes de agosto, y estuvieron hasta el jueves a 30 días de agosto, y en todo este tiempo no pudieron haber nuevas que ciertas fuesen, salvo tanto que contaban algunos que venían de la dicha armada, y de las partes de la Siria, y asimismo peregrinos que venían de Jerusalén, que el Tamurbec quería venir en la Siria para conquistar al sultán de Babilonia, y que le había ya enviado sus embajadores: con los cuales decían que le enviaba decir, que el que tratase en su tierra la su moneda, y tomase por divisa las sus armas, y le diese cierto tributo de cada año, y que si el sultán de Babilonia no lo quisiese hacer, que el gran Tamurbec no aguardaba si no cuanto saliese el verano, y lloviese algún poco, por cuanto no hubiese mengua de agua, que luego sería allí en la Siria, y que con este recelo estaban todos los moros de Jerusalén y de su tierra, y estas guerras contaban por oídas, por lo cual los dichos embajadores no las tuvieron por ciertas. Y en este tiempo que allí estuvieron vinieron cuatro carracas grandes y dos naves de la misma armada, que eran de genoveses, y contaban nuevas de la dicha armada. Y decían que la dicha armada y señores de ella que habían ido luego derechamente al Candelor, un castillo de la Turquía, y que lo cercaran, y estuvieron sobre él doce días, hasta que lo socorrió el señor del Candelor, y que pelearan con los de la armada, y que les tomara quince caballos, y que se perdiera cierta gente de franceses y de genoveses, y que partieran de allí, y fueron a Ripuli una villa que es en la Siria, y que la combatieran, y que los de la villa que les tenían cogido un río que pasa cerca de ella, y de que los vieron fuera de las fustas, que soltaran el río: e hizo mucho daño en ellos, que por fuerza les hiciera acoger a las fustas, y que después de esto los señores de la dicha armada que tuvieron su consejo como habían de hacer, el cual consejo fue de esta manera: que por cuanto los de las carracas y naves que allí tenían eran más aprestados que las galeras, que fuesen adelante, e hiciesen la vía de Alejandría, y de que fuesen cerrar, que esperasen allí nueve días, y que las galeras y señores de la dicha armada que irían en tanto a correr a Barute, una villa de la Siria que es puerto de Damasco a dos jornadas. Y las dichas carracas hicieron la vía de Alejandría, y las galeras y señores del armada fueron a Barute, y entráronlo, y quemaron la villa. Y las dichas carracas de que fueron cerca de Alejandría, esperaron los dichos nueve días, y porque en estos días no pudieron saber nuevas de las galeras, y por cuanto se les perdían los caballos que en ellas traían por mengua de agua, y otrosí porque habían poca vitualla, volvieron a Rodas. Y antes que los dichos embajadores de aquí partiesen, eran ya llegadas estas dichas carracas a Rodas, y por cuanto los dichos embajadores en todo este tiempo no pudieron saber otras nuevas ciertas del gran Tamurbec salvo éstas, tuvieron su acuerdo de ir a Carabaqui, un lugar que es en la Persia, donde el señor suele hibernar, y allí sabrían nuevas ciertas de él.
Y esta dicha ciudad de Rodas no es muy grande, y está en un llano junta con el mar, y es isla, y tiene un castillo bien grande y es apartado sobre sí, y tiene su cerca y barrera así de partes de la ciudad, como de partes de fuera. Y dentro ha un apartado sobre sí, y cerrado de muro y torres, y allí es la fortaleza y el palacio del gran maestre y de sus frailes, y allí dentro está su convento y una hermosa iglesia, y un grande hospital do acogen los enfermos, y de aquí de esta fortaleza no osan salir los frailes para ir a parte ninguna sin licencia de su mayor, y el puerto que esta ciudad tiene es bien grande, y bien guardado junto con el muro de la ciudad, y hay dos como cimientos muy grandes de recia obra, que llaman muelles que entran por el mar, entre medias de ambos a dos es puerto do están las fustas. Y en el uno de aquellos muelles están hechos catorce molinos de viento, y de fuera de la ciudad hay muchas casas y huertas muy hermosas, y muchas cidras y limas y limones, y otras muchas frutas; y la generación de la gente de esta ciudad y de esta isla son griegos, y usan la iglesia griega casi todos los más: y esta ciudad es una grande escala de mercaderías, que vienen allí de muy muchas partes, ca ningun navío no pueden ir en Alejandría, ni en Jerusalén, ni en la Siria, que no vayan a esta isla, o a lo menos pasen a ojo de ella. Y la tierra de la Turquía está tan cerca de esta isla, que se aparece muy bien, y en esta dicha isla de Rodas hay otras villas y castillos sin la ciudad de Rodas.
El viernes, que fueron 31 días del mes de agosto, los dichos embajadores arrendaron una nave para ir hasta la isla de Xío, de que era patrón un genovés que había nombre micer Leonardo Gentil. Y partieron de aquí de la isla de Rodas, como quiera que hacía tiempo contrario, y este camino desde la isla de Rodas a Xío es peligroso, por cuanto la tierra de la Turquía está a la mano derecha, y han de ir junto con ella, de la otra parte hay muchas islas pobladas, y despobladas, y es peligrosa para andar por allí de noche, y más para con tiempo contrario.
Y el dicho día viernes que partieron, y sábado y domingo y lunes y martes tuvieron viento contrario, y anduvieron volteando de una parte para otra, que no podían doblar un cabo de la tierra de la Turquía.