Temporada de golpes
Las insurrecciones militares contra Rómulo Betancourt
EDGARDO MONDOLFI GUDAT
 

Una nota acerca de las fuentes

Como todo hecho propio de la historia contemporánea, los brotes militares contra el gobierno de Rómulo Betancourt (especialmente el Carupanazo y el Porteñazo, e incluso más la segunda asonada que la primera) generaron memorias, entrevistas, recuentos personales y, en general, una prolífica literatura testimonial, buena parte de la cual fue consultada para esta investigación. Aunque a veces, a la vista de esos textos, cueste separar lo anecdótico de lo medular, se trata a fin de cuentas de un valioso acervo que permite asomarnos a un fenómeno de particular relevancia: la dinámica de la violencia iniciada en la década de 1960. Pese a las debilidades o limitaciones que entraña este acervo testimonial vinculado al tema, resulta del todo afortunado contar con tal clase de materiales puesto que, como bien lo ha observado el historiador Domingo Irwin, se trata de un período escaso en referencias bibliohemerográficas[1].

Lo cierto es que gracias a los participantes directos, y también a quienes figuraron vinculados a diversos sucesos insurreccionales en su condición de periodistas y corresponsales, se comenzó a registrar desde muy temprano la experiencia vivida durante aquellos episodios o a reseñarse aspectos ignorados de la acción militar, e incluso civil, de las asonadas. Foco importante de tales testimonios son, desde luego, los escasos libros escritos por sus principales protagonistas o por quienes, debido a una razón u otra, estuvieron en la primera línea de combate. Aparte de un raro y poco difundido opúsculo titulado La batalla de Carúpano, escrito en prisión por el entonces teniente Héctor Fleming Mendoza, dos son quizá las fuentes más valiosas en este terreno. Por un lado, el libro que lleva por nombre El Porteñazo, historia de una rebelión, escrito por Alí Brett Martínez, corresponsal del diario El Nacional, quien, precisamente por haber actuado en calidad de testigo circunstancial dada su condición de reportero en la zona de guerra, terminó ofreciendo un trabajo tenso y lleno de dramatismo acerca de lo ocurrido en Puerto Cabello en junio de 1962. En buena medida, el libro de Brett es producto de su temple periodístico; pero también resulta valioso por la acertada incorporación que hizo de evidencias testimoniales generadas por ambos bandos. Brett era hombre inclinado a la fotografía. Quizá por ello, como lo advirtió en algún momento Jesús Sanoja Hernández, su obra tiene la virtud de abundar con ojo de buen cronista a la hora de desplazarse por los sitios claves en los que ocurrieron los enfrentamientos dentro de la ciudad y sus alrededores. Se trata en todo caso de una obra escrita en fecha casi inmediatamente posterior al Porteñazo pero que, dadas las sensibles circunstancias del momento, terminó siendo publicada ocho años más tarde[2].

Por otra parte existe el volumen autorreferencial titulado Del Porteñazo al Perú, escrito por quien tuvo a su cargo dirigir las operaciones terrestres de la insurgencia durante el alzamiento de Puerto Cabello. Hablamos de Víctor Hugo Morales, capitán de corbeta en 1962 y desde entonces, cuando no de antes, figura indisolublemente ligada al PCV. Se trata de un libro que deslumbra por su sinceridad y por los matices con que cautiva la atención del lector. El suyo es, más que todo, un análisis que descansa sobre el ángulo militar de los sucesos y, especialmente por ello mismo, en la forma como se desarrolló la toma de la base naval, el factor sorpresa que debió servir de inicio a la acción, la respuesta que se esperaba de otras guarniciones (en función de las conexiones previamente establecidas) y, por último, en los descuidos, azares e inhibiciones que facilitaron que las fuerzas leales se hiciesen cargo de la recaptura de la base. Es un libro que tiene además la particularidad de responder a una coyuntura específica y que, por ello mismo, circuló con una clara intencionalidad política: publicado en 1971, pero con el empeño de querer ver en el golpe de Estado ocurrido en el Perú de 1968 una experiencia alejada del golpe militar clásico, el autor pretendía dejar establecido así cierto grado de conexión ideológica entre la vía peruana, como expresión de la participación de los militares en un pronunciamiento de corte «nacionalista» «popular» y «progresista», y los alzamientos protagonizados por ellos, seis años antes, en Venezuela.

Ahora bien, existe un hecho que salta a la vista: contrario a lo que suele decirse con respecto a quién es, a fin de cuentas, el que escribe la historia, nada confirma, a la hora de consultar las fuentes, que los vencedores hayan lapidado a los vencidos cuando se habla de las insurrecciones militares ocurridas entre 1960 y 1962. De hecho, en los registros figura con mucha mayor amplitud el testimonio de los derrotados que el de quienes obraron desde el campo contrario. Tanto así que con toda propiedad podría afirmarse que, entre los defensores que tuvo el gobierno de Betancourt, apenas dos oficiales –el general Carlos Soto Tamayo y el contralmirante Ricardo Sosa Ríos– dejaron algún recuento sobre aquellos sucesos[3].

Sin embargo, un problema que suele plantearse a la hora de abordar los testimonios suministrados por los propios protagonistas es que, con notable frecuencia, es más lo que pretenden justificar que revelar. Por ello mismo, pareciera darse en muchos casos la tendencia a minimizar o ignorar la importancia de ciertos aspectos relacionados al esquema golpista-insurreccional que estos intentaron promover. Al mismo tiempo, como consecuencia de lo anterior, lo que aportan viene a ser hasta cierto punto redundante y así ocurre cuando, al revisar varios testimonios generados por un mismo testigo o actor, se tiene la impresión de que no suelen alejarse mucho de una especie de libreto preconcebido. A veces, incluso, tales relatos adquieren las cualidades poco objetivas de quien solo pretende saldar viejas cuentas, lo cual provoca un efecto fatigoso a menos que se esté de su lado, políticamente hablando. También es frecuente que algunos de estos testimonios recurran a evasivas, criterios selectivos y planteamientos autocongratulatorios cuyo único propósito de justificarse hacia el futuro les resta atractivo e interés.

Debo confesar sin embargo que mientras revolvía esos materiales pude hallar mucho de cuanto andaba buscando gracias a la astucia con que el periodista y profesor universitario Agustín Blanco Muñoz fue capaz de arrinconar a sus entrevistados y arrancarles las respuestas más sinceras. A ese torrente de fascinantes entrevistas, llevadas a cabo por él bajo el patrocinio del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH) y del Instituto de Investigaciones Rodolfo Quintero de la FACES/UCV en el marco de su investigación en torno a la violencia política en la Venezuela reciente (1958-1980), debe muchísimo este libro, y el superlativo no es simple adorno en este caso, como el lector podrá constatarlo fácilmente. Para decirlo con el sentido de justicia que se merece, y como lo ha hecho antes que yo Jesús Sanoja Hernández, pocos se han afanado como Blanco Muñoz a la hora de reconstruir el mural conspirativo en la Venezuela de aquellos años. No en vano, Sanoja llegó a definirlo como «tenaz investigador de las etapas violentas de la historia contemporánea»[4]. Otro autor que ha sabido ponderar el valor que entraña esta compilación de fuentes orales ha sido el ya citado historiador Domingo Irwin, quien la considera el resultado de un rescate testimonial, pulcramente logrado, por Blanco Muñoz[5].

En vista de que he mencionado a Sanoja Hernández, también debo hablar de él como otro autor que ha incursionado en los predios de la insurrección, aun cuando no a través de compilaciones testimoniales vinculadas a las acciones violentas de los años 60 sino de artículos e, incluso, crónicas de largo aliento, publicadas en distintos diarios nacionales. Algunos de esos textos, junto a su libro Entre golpes y revoluciones (Debate, 2007), resultaron de enorme valía y, como tales, figuran extensamente citados a lo largo de la obra.

De modo parecido a lo que fue mi experiencia anterior en torno al atentado del 24 de junio de 1960 contra Rómulo Betancourt, los periódicos de la época funcionaron como una cantera rica en posibilidades investigativas, revelando el nivel de profesionalismo alcanzado por la prensa venezolana durante aquellos años iniciales del régimen democrático. Diarios como El Nacional, La Esfera, La República, El Universal, El Mundo y Últimas Noticias, al igual que la revista Élite, vinieron en auxilio de muchos detalles a la hora de asomarme a la coyuntura que abarca el libro.

Por otra parte, al proponerme dar con los expedientes que fueron instruidos a raíz de las varias asonadas, la suerte que me falló en los casos de Carúpano, Barcelona y el alzamiento de Jesús María Castro León en el Táchira, me sonrió en cambio en el caso concreto de Puerto Cabello. Porque así como no hallé rastros de los tres primeros ni tan siquiera tras hurgar debajo de las piedras, pude acceder con facilidad al expediente elaborado por el Consejo de Guerra que tuvo a su cargo conocer de las actuaciones de los militares y civiles que estuvieron comprometidos en el Porteñazo. Dicho Tribunal se constituyó en la sede del Batallón Carabobo, en Valencia, y dictó sentencia el 28 de junio de 1962, o sea, veintiséis días después de ocurrida la rebelión[6]. La circunstancia de haber podido manejar ese expediente se la debo a Oscar Zamora Conde, quien fungió como secretario del Tribunal y que, en tal condición, conserva hasta el día de hoy un ejemplar del mismo. Con esta ya son dos oportunidades que le debo a don Oscar el haberme proporcionado materiales de valía: la primera, al facilitarme el expediente del atentado contra Betancourt y esta vez, como he dicho, el de Puerto Cabello. Las declaraciones tomadas directamente a los implicados, y que comprenden medio centenar de folios en su pieza más significativa (la número VI del expediente), me sirvieron para clarificar algunos aspectos de enorme relevancia.

Otra fuente que no puedo soslayar es el archivo privado de Santiago Gerardo Suárez, a quien Simón Alberto Consalvi calificó –y no sin razón– en su discurso de incorporación a la Academia Nacional de la Historia como uno de los grandes historiadores de las instituciones militares venezolanas. Don Santiago dispuso que su colección personal de recortes de prensa referidos a motines, sublevaciones e insurrecciones ocurridas en el país durante el siglo XX reposara en la Dirección de Investigaciones de la ANH. Se trata de una colección valiosísima y útil pero difícil de manejar en la medida en que la sistematización de su contenido es muy cruda y porque, además, adolece de un defecto: muchos de tales recortes de prensa figuran con sus datos hemerográficos incompletos, especialmente en lo que se refiere al número específico de la página de la fuente consultada. Es por ello que me propuse darle un manejo muy cuidadoso al señalar en todo momento, bajo la abreviatura ASGS (Archivo de Santiago Gerardo Suárez), la existencia de tal o cual artículo como parte de ese acervo.

Por otra parte, debo consignar mi agradecimiento a la Hemeroteca de la Academia Nacional de la Historia por haberme permitido examinar su rica colección de revistas y periódicos venezolanos del siglo XX. Otro tanto debo decir, en términos de igual gratitud, acerca de la Fundación Rómulo Betancourt, especialmente por la facilidad con que se me permitió consultar el diario La República, el semanario AD y parte de la correspondencia privada (no publicada) del propio presidente Betancourt.

A la historiadora María Consuelo Andara debo también una palabra de agradecimiento por la paciencia y el empeño con que, en repetidas oportunidades, me permití importunarla en procura de localizar materiales dispersos. Lo mismo ocurre a la hora de referirme al valioso apoyo que me ha dispensado invariablemente el historiador Pedro Correa. Igual cosa debo decir acerca de Celina Salas en la secretaría de la Academia Nacional de la Historia, así como del personal que labora en las áreas de archivo y hemeroteca de esa institución que se ha convertido para mí en una especie de segunda morada.

Una palabra de gratitud debe ir dirigida al mismo tiempo a la Biblioteca Pedro Grases de la Universidad Metropolitana y, asimismo, a mi colega y amigo Gustavo Vaamonde, director de la Casa de Estudio de la Historia de Venezuela Lorenzo A. Mendoza Quintero por haberme proporcionado una reproducción fotostática completa del libro de Víctor Hugo Morales de difícil, cuando no de imposible adquisición o consulta en otras bibliotecas.

Por último, y de manera muy especial a la hora de las gratitudes difíciles de recompensar, debo hacer mención a mi estudiante y asistente de investigación Leonardo Alberto Rey, quien mientras efectuaba su propia revisión documental para completar su tesis de licenciatura en la Escuela de Estudios Liberales de la Unimet, tuvo la paciencia de inventariar un cúmulo de valiosísima información hemerográfica para el libro que ahora se ofrece.

EMG

Notas

1. Irwin, 2000: 122.

2. Jesús Sanoja Hernández. «A 40 años de la aventura militar que desembocó en subversión». El Nacional, 02/06/12: C-6.

3. Ricardo Sosa Ríos. Mar de Leva. Caracas: Edreca Editores, 1979; Carlos Soto Tamayo. Rómulo: Democracia con garra. Caracas: Editorial Texto, 1986.

4. Sanoja Hernández. «El Barcelonazo», 14/10/2002.

5. Irwin y Micett, 2010: 217.

6. Brett, 1970: 32.

7. Entrevista con Ricardo Sosa Ríos. En: Blanco Muñoz, 1981(a): 80.

8. Domingo Alberto Rangel, «Los misterios de Castro León». La Esfera, 26/04/60: 13.

9. Carrera Damas, 2013: 326.

10. Ibídem.

11. Jesús Sanoja Hernández. «A 40 años de la aventura militar que desembocó en subversión». El Nacional, 02/06/12: C-6.

12. Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 367.

13. Sanoja, 2007, II: 170.

14. Jesús Sanoja Hernández. «A 40 años de la aventura militar que desembocó en subversión». El Nacional, 02/06/12: C-6.

15. Betancourt, 2013, I: 28.

16. Sanoja, 2007, II: 134.

17. La expresión pertenece al historiador Manuel Caballero. Caballero, 2008: 318.

18. Betancourt, 2007, VII: 307.

19. Carrera Damas, 2013: 318.

20. Ibíd., 417.

21. Caballero, 2008: 316.

22. Ibídem.

23. Ibíd., 310.

24. Ibídem.

25. Irwin, 2000: 97.
Por otra parte, llama la atención que a la hora de deslindarse de toda sombra de octubrismo, Domingo Alberto Rangel expresara lo siguiente en un debate que tuvo lugar en la Cámara de Diputados con motivo del alzamiento de Carúpano, ocurrido en mayo de 1962: «Se equivocaron [quienes] llegaron hasta hacernos proposiciones conspirativas. Y voy a decirlo en este debate para que ustedes vean cuál es la calidad de nuestros principios. Recién constituido el MIR, a mí me llamaron varios coroneles del Ejército […] y me dijeron: ‘este es el movimiento que necesitamos porque ahora ya tenemos una fuerza civil en la oposición, que era lo que faltaba para derribar este gobierno. Juntando al MIR (que tiene tanta fuerza en las plazas, porque hemos visto los mítines de ustedes, y el del Nuevo Circo fue una revelación extraordinaria) con la fuerza nuestra podemos dar al traste con este Gobierno’. Y yo les dije de manera categórica, porque no soy aventurero: ‘Ustedes se han equivocado de puerta. Yo no soy un Rómulo Betancourt, ni el MIR aspira a hacer un 18 de Octubre. […] Si he roto con Betancourt es precisamente porque considero que el 18 de Octubre fue una aventura pactada a medianoche con un grupo de militares’». Diario de Debates de la Cámara de Diputados de la República de Venezuela. Mes V. Caracas, 9 de mayo de 1962, n.º 22: 793. Énfasis agregado.

26. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 319.

27. Ibíd., 323.
En ello coincide el dirigente comunista Pedro Ortega Díaz cuando sostiene que Carúpano fue justamente una «acción abortiva» dado que sus responsables militares se vieron descubiertos, lo que implicaba el riesgo de que se les privara inmediatamente del mando y se les trasladara a algún cargo administrativo. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 54.

28. Agustín Blanco Muñoz, no sin cierta aspereza, observa lo siguiente: «El PCV o el MIR jugaban en todo esto un papel de espectadores o mediadores pero no de actores principales llamados a ejercer la toma de decisiones. De allí que los militares hayan tomado la decisión de no alzarse por encima y en contra de la decisión político-militar del PCV. Y observaremos que en lo sucesivo la mayor parte de las decisiones militares no toman en cuenta en forma directa la opinión político-militar del PCV y el MIR. Más bien puede decirse que éstas van a la zaga de lo que resuelvan los militares». Blanco Muñoz, 1992(b): 148.

29. Blanco Muñoz, 1994: 104.

30. Ibídem.

31. Caballero, 2008: 309.

32. Yoris, 2004: 85.

33. Carrera, 2013: 139.
El dirigente político Américo Martín anota, por su parte, lo siguiente: «Rómulo seguía influido por una reserva anticomunista alimentada por las fuertes discrepancias del pasado. A eso se uniría otra motivación: su deseo de conjurar las presiones norteamericanas contra el naciente régimen». Martín, 2013, II: 14.

34. Carrera, 2013: 122.

35. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 51.

36. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 86.

37. Ibíd., 135.

38. Caballero, 2008: 310.

39. Ibíd., 309.

40. Entrevista con Carlos Canache Mata. En Blanco Muñoz, 1981(a): 371-372.

41. Caballero, 2007: 41.

42. Caballero, 2008: 305-306.
De hecho, Eleazar López Contreras, en su libro El triunfo de la verdad, le endilgará esta misma acusación a la alta plana del Gobierno de la Junta Revolucionaria: «Desgraciadamente, estos hombres no se han conformado con la conquista del poder, ni con la eliminación de los elementos militares que consideran peligrosos, por no ser adictos a ellos. Seguros de su fuerza política, han organizado sus huestes sectarias en Milicias Armadas del Partido como tropas de choque, para enfrentarlas, en competencia desleal, al ejército regular, legalmente constituido y técnicamente organizado, único responsable de la custodia del material de guerra que posee la nación». López, 1949: 75.

43. José Vicente Rangel, «El Porteñazo en la historia». Últimas Noticias, 17/05/71: 51.

44. Morales, 1971: 40.

45. Ibíd., 41.

46. Blanco Muñoz, 1981(a): 9.

47. Entrevista con Manuel Quijada. En ibíd., 18, 27, 43.

48. Caballero, 2008: 318.

49. Entrevista con Guillermo García Ponce. Blanco Muñoz, 1980: 386.
Otro opinante cuyo parecer es muy valioso a este respecto es Pedro Ortega Díaz, quien llegó a sostener lo siguiente: «[E]l PCUS [Partido Comunista de la Unión Soviética] estaba en contra del proceso que estábamos viviendo. […] Y ese es el ejemplo que yo siempre pongo cuando nos dicen que aquí nosotros seguimos los lineamientos de Moscú. […] Aquí se aprobó la lucha armada por nuestra cuenta y riesgo [y] la suspendimos por nuestra propia cuenta y riesgo». Entrevista con Pedro Ortega Díaz. Ibíd., 75-76.

50. AD, n.º 2.03 12/05/62: 3.

51. Ibídem.

52. «Los intentos de Carúpano y Puerto Cabello fracasaron porque faltó el apoyo del pueblo, dijo Betancourt». [Diario sin especificar], 02/07/62. ASGS.

53. Fuenmayor, 1988, XIV: 194.

54. Ibíd., 93.

55. Ibíd., 60-61.

56. Diario de Debates de la Cámara de Diputados de la República de Venezuela. Mes V. Caracas, 9 de mayo de 1962, n.º 22: 775. Énfasis agregado.

57. Entrevista con Víctor Hugo Morales. En Blanco Muñoz, 1981(a): 206.

58. Caballero, 2008: 309.

59. Entrevista con Manuel Quijada. En Blanco Muñoz, 1981(a): 30-31.32.

60. Ibíd., 19, 30.

61. Ibíd., 28, 31.

62. Entrevista con Carlos Fermín Castillo. Caracas, 30 de julio de 2013.

63. Entrevista con Manuel Quijada. En Blanco Muñoz, 1981(a): 30-31.

64. Ibíd., 33.

65. Ibíd., 49.

66. Otro testigo de la época, cuyo parecer contribuye a darle sustancia a esta esquematización, es Pedro Ortega Díaz, a juicio de quien «[n]osotros fuimos antigolpistas, es cierto, pero de golpes de contenido reaccionario que querían tumbar a Larrazábal [en 1958] […] Ahora, después nosotros entramos en la época insurreccional y allí sí establecimos contacto con militares pero para dar golpes progresistas. Para realizar acciones militares que ayudaran al pueblo a derrocar a Betancourt y a establecer un gobierno popular». Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 52-53.

67. Caballero, 2008: 309.

68. Entrevista con Teodoro Petkoff. Blanco Muñoz, 1980: 204, 210.

69. El único oficial que, aparte de Vegas Castejón, llegó a ser brevemente abordado por los periodistas inmediatamente luego de ocurrir la derrota de La Asonada fue el jefe máximo del movimiento, Jesús Molina Villegas; sin embargo, otros dos militares rebeldes –Héctor Fleming Mendoza y Omar Echeverría– rindieron escuetas declaraciones a la prensa mientras eran trasladados, días más tarde, de Maturín a Ciudad Bolívar. El Nacional, 09/05/62: 32.

70. El Nacional, 07/05/62: 23.

71. El Mundo, 04/05/62. ASGS.

72. Últimas Noticias, 05/05/62: 13; Diario de Debates de la Cámara de Diputados de la República de Venezuela. Mes V. Caracas, 9 de mayo de 1962, n.º 22: 773.

73. Fuenmayor, 1980, XIV: 18.

74. Caballero, 2008: 326.

75. Ibíd., 329.

76. Blanco Muñoz, 1994: 54.

77. Ibíd., 105.

78. Tribuna Popular, 02/09/62, n.º 22: 11. Citado por Blanco Muñoz, ibídem.

79. Ibíd., 135.

80. Ibíd., 107.

81. Ibídem.

82. Aveledo, 2007: 85.

83. Castillo, 1998: 260.

84. Fuenmayor, 1988, XIV: 163.

85. Roo, 1982: 26.

86. Fuenmayor, 1988, XIV: 93.

87. Ibíd., 201.

88. Ibíd., 83.

89. Entrevista con Omar Echeverría. En Blanco Muñoz, 1981(a): 162.

90. Entrevista con J.T. Molina Villegas. En ibíd., 102, 107. Énfasis agregado.

91. Ibíd., 110. Énfasis agregado.

92. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 55.

93. Entrevista con J.T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a):106. Énfasis agregado.

94. Entrevista con Omar Echeverría. En ibíd., 153.

95. Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 371.

96. Entrevista con J. T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a): 117-118.

97. Entrevista con Héctor Vargas Medina. En ibíd., 223.

98. Ibíd., 294.

99. Ibíd., 299.

100. Entrevista con J.T. Molina Villegas. En ibíd., 117.

101. Ibíd., 107-108. Énfasis agregado.

102. Sanoja, 2007, II: 61.

103. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 28.

104. Sanoja, 2007, II: 61.

105. En los registros prevalece cierta confusión con respecto a la fecha fundacional del MIR: algunos señalan que fue el 9 de abril de 1960. Esa fecha –según lo apunta Américo Martín– fue deliberadamente escogida por los disidentes como homenaje al líder liberal colombiano Jorge Eliécer Gaitán, asesinado doce años antes, el 9 de abril de 1948 (Martín, 2013, II: 51). Sin embargo, según lo precisa el historiador Carlos Marín, el 9 de abril corresponde a la fundación de ADI (Acción Democrática de Izquierda), núcleo embrionario de la división. Es solo a partir de junio de ese año que la novel agrupación comienza a recibir la denominación definitiva de MIR, cuya legalización como partido tendría lugar el 26 de agosto del 60. Marín, 2011: 122-126, 135.

106. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 191.

107. Marín, 2011: 70.

108. Ibíd., 19.

109. Entrevista con Pompeyo Márquez. En Blanco Muñóz, 1980: 106.

110. Entrevista con Teodoro Petkoff. En ibíd., 200.

111. Blanco Muñoz, 1992(a): 85.

112. Ibíd., 16, 55, 86.

113. Rodolfo José Cárdenas, «El PCV prisionero de la violencia». La Esfera, 30/01/62. ASGS.

114. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 74.

115.  Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 30.
Por su parte, Guillermo García Ponce estima también que el MIR actuó como un factor decisivo o, en otras palabras, como una fuerte inyección capaz de empujar al PCV hacia la apuesta militarista. Y en tal sentido observó lo siguiente: «La aparición del MIR significó un acontecimiento extraordinario […] Indudablemente que este fue uno de los factores que influyeron poderosamente en la posterior política insurreccional». Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 345.

116. Martín, 2013, II: 66.

117. Fuenmayor, 1988, XIV: 9.

118. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 315.

119. Ibídem.

120. Sanoja, 2007, II: 84.

121. Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 362.

122. Entrevista con Omar Echeverría. En Blanco Muñoz, 1981(a): 155.

123. Entrevista con Víctor Hugo Morales. En ibíd., 208.

124. Entrevista con Manuel Quijada. En ibíd., 26.

125. Ibídem.

126. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 323.

127. Entrevista con J. T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a): 119.

128. Entrevista con J. T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a): 119.

129. Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 362.

130. Entrevista con Gustavo Machado. En Blanco Muñoz, 1980: 21.

131. Fuenmayor, 1988, XIV: 199-200.

132. Ibíd., 200-201.

133. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 146.

134. Ibíd., 89.

135. Ibíd., 119, 146.

136. Ibíd., 146.

137. Ibíd., 103.

138. Ibíd., 106, 107.

139. Ibíd., 146.

140. Entrevista con Jorge Dáger. En ibíd., 245.

141. Guillermo Feo La Cruz. «La concentración de ‘El Silencio’». La República, 18/02/62: 6.

142. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 319.

143. Ibíd., 327.

144. Ibíd., 320.

145. Una opinión característica de la izquierda a este respecto se ve reflejada en las líneas que a continuación siguen: «Esencialmente, el ejército argentino no es distinto del peruano ni del guatemalteco, ni del brasileño, ni de ningún otro del continente, con la posible excepción –muy discutible– del boliviano. […] Todos ellos son custodios de un orden socioeconómico-político dado, mucho más que guardianes de fronteras o soberanías geográficas que han dejado de estar en tela de juicio, que nadie amenaza ni discute, y que no son puestas en peligro por medio de las armas». Gregorio Selser. «Militarismo y educación». ¿Qué pasa en Venezuela?, 08/12/64. ASGS.

146. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 147.

147. Entrevista con Gustavo Machado. En Blanco Muñoz, 1980: 26.

148. Caballero, 2007: 115.

149. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 275.

150. Entrevista con Víctor Hugo Morales. En Blanco Muñoz, 1981(a): 188.

151. Irwin, 2005: 330-331; Sanoja, 2007, II: 84-85.

152. Entrevista con Gustavo Machado. En Blanco Muñoz, 1980: 23-24.

153. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En ibíd., 53.

154. Sanoja, 2007, II: 227.

155. Caballero, 2008: 310.

156. Blanco Muñoz, 1981: 5.

157. AD, n.º 200, 14/04/62: 11.

158. Carrera, 2013: 393.

159. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 46.

160. Ibíd., 42.

161. Ibíd., 50.

162. Blanco Muñoz, 1994: 87.

163. Sanoja, 2007, II: 68.

164. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 209.

165. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 74.

166. Ibídem.

167. Caballero, 2008: 310.

168. Ibídem.

169. Sanoja, 2007, II: 85-86.

170. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 164.

171. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 54-55.

172. Soto, 1986: 310.

173. Sanoja, 2007, II: 86.

174. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 33, 74.

175. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En ibíd., 317.

176. Entrevista con Víctor Hugo Morales. En Blanco Muñoz, 1981(a): 203-204.

177. Blanco Muñoz, 1981(a): 113.

178. Entrevista con Manuel Quijada. En ibíd., 29.

179. Ibíd., 28-29.

180. Entrevista con J.T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a): 116.

181. Ibíd., 111.

182. Entrevista con Víctor Hugo Morales. En ibíd., 199.

183. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. Blanco Muñoz, 1981(b): 37.

184. Entrevista con Celso Fortoul. Ibíd., 190.

185. Page, 1999: 384; Luis Herrera Campíns, «La era de los almirantes». El Nacional, 11/06/58. ASGS.

186. Irwin, 2005: 322.

187. Lieuwen, 1965: 192.

188. Fuenmayor, 1988, XIV: 84.

189. Entrevista a Carlos Fermín Castillo. Caracas, 30 de julio de 2013.

190. Guardia y Olivieri, 2005: 63.

191. Morales, 1971: 36. El propio Morales sostiene que los buques de la Armada fondeados en La Guaira fueron prácticamente reducidos a la impotencia, despojados de su munición, el 9 de enero del 58 por obra de una decisión del régimen, ejecutada por varias unidades de tropa al mando de Luis Felipe Llovera Páez, lo cual incluyó la toma de la Escuela Naval. Ibíd., 35.

192. Lieuwen, 1965: 192.

193. Irwin, 2000: 95.

194. Entrevista a Manuel Quijada. En Blanco Muñoz, 1981(a): 22.

195. Entrevista con Ricardo Sosa Ríos. En ibíd., 80.

196. Entrevista con Guillermo García Ponce. En Blanco Muñoz, 1980: 36.

197. Irwin, 2000: 95.

198. Jiménez, 1996: 121.

199. Lieuwen, 1965: 192.

200. Entrevista con J. T. Molina Villegas. En Blanco Muñoz, 1981(a): 103-104.

201. Lieuwen, 1965: 192.

202. Sanoja, 2007, II: 28-29.

203. Irwin, 2000: 96.

204. Élite, n.º 1.916, 16/06/62: 35.

205. Brett, 1970: 32.

206. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 326.

207. Fuenmayor, 1988, XIV: 241.

208. Sanoja, 2007, II: 131.

209. Fuenmayor, 1988, XIV: 235.

210. El Nacional, 02/06/2012: C6.

211. Las cifras definitivas fueron de 1 284 092 votos para Betancourt frente a los 903 479 obtenidos por Larrazábal, y 423 262 votos para Rafael Caldera. Marín, 2011: 94, nota 140.

212. Guillermo Feo Calcaño, «La concentración de ‘El Silencio’». La República, 18/02/62: 6.

213. Ibídem.

214. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 185.

215. Ibíd., 186.

216. Entrevista con Gustavo Machado. En ibíd., 19.

217. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En ibíd., 50.

218. Ibíd., 41-42.

219. Martín, 2013, II: 36.

220. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 132.

221. Aveledo, 2007: 90.

222. Martín, 2013, II: 36.

223. José Herrera Oropeza. «El recurso del Ejército». [Diario sin especificar], 28/01/59. ASGS.

224. Ibídem.

225. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 102.

226. Carrera, 2013: 155.

227. Ibíd., 434.

228. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 134.

229. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 199.
Esto es algo que hasta el propio presidente ratificará expresamente luego de que su primer año de gestión experimentara una secuencia de choques callejeros: «[E]ste gobierno es respetuoso de la dignidad y libertades humanas, pero […] la calle no le pertenece al primer grupo de baladrones agavillados, armados de cabillas y de las llamadas ‘bombas Molotov’ que pretenda hacerla teatro de sus desmanes». Betancourt, 2007, VII: 139.
He aquí otro ejemplo tomado de ese mismo año 60: «Hablo con claridad al país. Hablo con claridad a los venezolanos. Y les garantizo a los venezolanos que van a poder vivir, trabajar, actuar en sus actividades normales, con tranquilidad. Porque la calle no será de los bochincheros. La calle será primero de las fuerzas de seguridad pública; luego de los partidos políticos y de los sectores que soliciten permiso para manifestaciones pacíficas. Cualquier manifestación no permisada, sea cual fuere el sector que la encabece, será reprimida, será disuelta; y sus organizadores serán entregados a los tribunales para que los juzguen y para que los castiguen». Betancourt, 1969, I: 259. Énfasis agregado.

230. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 69.

231. Domingo Alberto Rangel. «El manifiesto del golpismo». El Nacional, 13/06/59.

232. Domingo Alberto Rangel. «El marino al timón». El Nacional, 22/07/58.

233. Así describe Ramón J. Velásquez el cuadro en cuestión: «[L]a crisis económica y fiscal que había comenzado en 1956, y que trajo la cesación de pagos por parte del Estado en el año 1957 y las crecientes dificultades que confrontó la dictadura en sus últimos meses, se había agravado a lo largo de 1958 por la fuga de capitales [y] la paralización de las obras confiadas a compañías constructoras que eran propiedad de figuras prominentes del régimen derrocado». Velásquez, 1980: 63. Por su parte, coincidiendo extensamente con lo apuntado por Velásquez, el dirigente de AD Carlos Canache Mata observaba lo siguiente: «No debemos olvidar que desde 1914 ningún gobierno se había atrevido a tomar una medida, una decisión de rebajar los sueldos de los empleados públicos. Rómulo Betancourt tomó dos veces esa decisión en el año 59-60. Redujo en un 10% el sueldo de los empleados públicos y de los trabajadores al servicio del Estado, comenzando por el sueldo del propio Presidente de la República». Entrevista con Carlos Canache Mata. En: Blanco Muñoz, 1981(a): 375.

234. Martín, 2013, II: 27.

235. Entrevista con Domingo Alberto Rangel. En Blanco Muñoz, 1981(b): 25-26.

236. Así lo sostiene Ramón J. Velásquez: «La baja en los ingresos fiscales obligó al gobierno por primera vez desde 1914 a reducir los sueldos de los empleados públicos en dos oportunidades». Velásquez, 1980: 63.

237. Martín, 2013, II: 59.

238. Caballero, 2008: 325-326.

239. En este punto coincidimos con Andrés Stambouli, quien asegura que «las disponibilidades fiscales del Estado no mermaron en ningún momento entre 1950 y 1958; todo lo contrario. Por lo tanto, los motivos de la crisis hay que buscarlos en el manejo que de los recursos hizo el gobierno, y por ello dijimos que se trató de una crisis de desorden fiscal». Stambouli, 1999: 247.

240. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 276.

241. Martín, 2013, II: 58.

242. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 90

243. Martín, 2013, II: 58.

244. Sobre este interesante punto véase Stambouli, 1999: 243-247.

245. Martín, 2013, II: 58.

246. Así lo resume Ramón J. Velásquez al referirse al Plan de Emergencia: «El Plan requería el desembolso semanal de millones de bolívares sin resolver el problema, ni traducirse el gasto en la realización de ninguna obra de importancia». Velásquez, 1980: 63.

247. Rivas Rivas, J., 1965, IV: 43.

248. Domingo Ramón Castillo al Cardenal Arzobispo José Humberto Quintero. Caracas, 08/02/62. ARB, Documentos. Correspondencia personal y oficial de Rómulo Betancourt. Tomo XXXIX (comp.) Doc. n.º 9.

249. Entrevista con Celso Fortoul. En Blanco Muñoz, 1981(b): 174.

250. Blanco Muñoz, 1981(b): 375.

251. Carrera, 2013: 312.

252. Entrevista con Celso Fortoul. En Blanco Muñoz, 1981(b): 192.

253. Rivas Rivas, J., 1965, IV: 43.

254. A la pregunta de Agustín Blanco Muñoz, ¿Por qué, dada esa situación, se elimina el Plan de Emergencia?, responde Celso Fortoul: «Yo creo que ese era un problema político. Sabían que políticamente quienes se estaban beneficiando de eso era el Partido Comunista y la izquierda de AD también». Entrevista con Celso Fortoul. En Blanco Muñoz, 1981(b): 192.

255. Rivas Rivas, J., 1965, IV: 43.

256. Ibídem.

257. Ibídem.

258. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 32.

259. Ibídem.

260. Velásquez, 1980: 70.

261. Carrera, 2013: 312, 338-339.

262. Caballero, 2008: 315.

263. Ibídem.

264. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 133.

265. Entrevista con Celso Fortoul. En ibíd., 189.

266. Entrevista con Pompeyo Márquez. En Blanco Muñoz, 1980: 95.

267. Ibíd., 102.

268. Ibíd., 85.

269. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Ibíd., 1980: 198.

270. Ibíd., 182.

271. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 108.

272. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 184.

273. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 292.

274. Entrevista con Gustavo Machado. En Blanco Muñoz, 1980: 15.

275. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En ibíd., 40.

276. Entrevista con Pompeyo Márquez. En ibíd., 101.

277. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 192.

278. Ibíd., 193.

279. Entrevista con Héctor Pérez Marcano. En Blanco Muñoz, 1981(b): 312.

280. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En ibíd., 134.

281. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 192.

282. Martínez, 2013: 138-139.

283. Betancourt, 2007, VII: 138.

284. Entrevista con Carlos Canache Mata. En Blanco Muñoz, 1981(a): 388.

285. Carrera, 2013: 319.

286. Ibíd., 323.

287. Ibíd., 319.

288. Ibíd., 321.

289. Ibíd., 321-322.

290. Ibíd., 320-321, 322.

291. Entrevista con Simón Sáez Mérida. En Blanco Muñoz, 1981(b): 132.

292. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 48.

293. Entrevista con Teodoro Petkoff. En ibíd., 192.

294. Citado por Yoris, 2004: 145. La traducción del documento citado es nuestra.

295. Ibídem.

296. Carrera, 2013: 230, 234-235.

297. Ibíd., 269.

298. Pérez, 2008: 73.

299. Según Iván Darío Jiménez, Castro León era nieto de Cipriano Castro (Jiménez, 1996: 112); sin embargo, nos inclinamos a considerar más confiable lo que apunta Rodolfo José Cárdenas, como testigo cercano a los hechos y oriundo del Táchira, quien lo califica de sobrino nieto del jefe de la Causa Liberal Restauradora (Rodolfo José Cárdenas, «El golpe de Castro León, la dirección de Miraflores». La Esfera, 27/04/60: 13).

300. Juan Liscano, «La respuesta de Sanabria o poder de fuego y poder del pueblo». El Nacional, 23/04/60: 4.

301. Domingo Alberto Rangel, «Los misterios de Castro León». La Esfera, 26/04/60: 13.

302. Elvira Mendoza, «Castro León a la vista». El Mundo, 23/04/60. ASGS.

303. Ibídem.

304. Jiménez, 1996: 112,114; Pérez, 2008: 73; La Esfera, 21/04/60: 9; La Esfera, 13/07/65: 20; El Nacional, 13/07/65: 8, 10.

305. Castro León recibió su ascenso a general de Brigada poco después de los sucesos del 23 de enero de 1958. Elvira Mendoza, «Castro León a la vista». El Mundo, 23/04/60. ASGS.

306. Élite, n.º 2.130, 23/07/66: 59.

307. El Nacional, 05/04/58. ASGS.

308. Ibídem.

309. Blanco Muñoz, 1992(b): 149.

310. Mayobre, 2009: 48.

311. Élite, n.º 2.080, 07/08/65: 35.

312. Élite, n.º 2.130. 23/07/66: 59-60.

313. Según la revista Élite su opinión fue expresada de esta manera: «[L]a disolución y la integración de la Junta eran potestativas de los comandantes de las distintas armas, que eran los que la habían elegido el 23 de enero». ibíd., 60.

314. Ibídem.

315. Ibíd., 61; Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 34.

316. Blanco Muñoz, 1991: 149; Mayobre, 2009: 49.

317. Élite, n.º. 2.026, 25/07/64. ASGS.

318. Entrevista con Tesalio Morillo. En Blanco Muñoz, 1981(a): 319.

319. Élite, n.º 2.130. 23/07/66: 60.

320. Ibíd., 61.

321. Élite, n.º 1.805, 30/04/60: 57. Según el periodista Omar Pérez, la cifra de los oficiales que acompañaban a Castro León en La Planicie llegaba al centenar. Omar Pérez, «Castro León niega que exista un movimiento perezjimenista en el Ejército». El Nacional, 26/07/58. ASGS.

322. Alberto Jordán Hernández. «Castro León casi liquida una democracia naciente». El Diario de Caracas, 23/07/87: 30.

323. Blanco Muñoz, 1991: 151.

324. Pérez, 2008: 73.

325. Domingo Alberto Rangel, «El General Kornilov». [diario sin especificar], 27/06/59: 13. ASGS.

326. Pérez, 2008: 79.

327. Ibíd., 78.

328. Entrevista con Pedro Ortega Díaz. En Blanco Muñoz, 1980: 49.

329. Quevedo, 1963: 199-200.

330. Jiménez, 1996: 114.

331. Entrevista con Teodoro Petkoff. En Blanco Muñoz, 1980: 179.

332. Mayobre, 2009: 51.

333. Pérez, 2008: 83.

334. Élite, n.º 2.130. 23/07/66: 60.

335. Ibídem.

336. Blanco Muñoz, 1991: 150.

337. Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 34.

338. Francisco Leiva. «Se murió El Cabito». El Nacional, 14/07/65: C-1.

339. Élite, n.º 2.026, 25/07/64. ASGS.

340. Ibídem; Pérez, 2008: 81.

341. Plinio Apuleyo Mendoza, «Operación limpieza». [Diario sin especificar], 28/07/58. ASGS.

342. Blanco Muñoz, 1991: 147.

343. Ibídem.

344. Élite, n.º 2.026, 25/07/64. ASGS; Mayobre, 2009: 50.

345. Blanco Muñoz, 1991: 158.

346. Ibíd., 156.

347. Ibíd., 158.

348. Gómez, 2006: 115.

349. Pérez, 2008: 75.

350. Juan Liscano, «La respuesta de Sanabria o poder de fuego y poder del pueblo». El Nacional, 23/04/60: 4.

351. Nos referimos a la frase que el presidente Medina se atribuye a sí mismo ante los hechos del 18 de octubre: «Isaías Medina, puesto en la tremenda disyuntiva de sacrificar su persona o ensangrentar su tierra, no vaciló en sacrificar su persona». Medina, 1963: 176.

352. Sierra, 2009: 90.

353. DHV, 1988: I, 606. Voz: «Casanova, Roberto».

354. La Esfera, 10/08/58. ASGS.

355. Élite, n.º 2.080, 07/08/65: 36.

356. Citado por Blanco Muñoz, 1991: 149.

357. Entrevista con Tesalio Morillo. En Blanco Muñoz, 1981(a): 319.

358. Élite, n.º 2.081, 14/08/65: 26.

359. Ibídem.

360. Ibíd., 28.

361. La Esfera, 22/04/60: 5.

362. La Esfera, 19/04/60: 24; La Esfera, 22/04/60: 8.

363. La Esfera, 12/04/60: 1.

364. Ibídem.

365. La Esfera, 17/04/60: 1,4.

366. La Esfera, 19/04/60: 1.

367. Fuenmayor, 1985, XII: 316.

368. Ibíd., 314; Betancourt, 1969, III: 63.

369. Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 45.

370. La Esfera, 13/04/60: 1.

371. Ibídem.

372. Ibídem; La Esfera, 22/04/60, 5.

373. Arístides Calvani, «Complejo de frustración». La Esfera, 25/04/60: 11.

374. Fuenmayor, 1985, XII: 287.

375. Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 46-47.

376. La Esfera, 22/04/60: 1.

377. La Esfera, 25/04/60: 11.

378. La Esfera, 21/04/60: 8.

379. Marín, 2011: 154.

380. La Esfera, 21/04/60: 9.

381. La Esfera, 19/04/60: 24.

382. Mondolfi, 2009: 105-111.

383. La Esfera, 12/04/60: 1.

384. La Esfera, 22/04/60, 3.

385. La Esfera, 18/04/60: 3.

386. La Esfera, 23/04/60: 1.

387. La Esfera, 23/04/60: 5; El Nacional, 23/04/60: 39.

388. Fuenmayor, 1985, XII: 298.

389. Ibídem.

390. Ibídem.

391. Blanco Muñoz, 1992(a): 58-60.

392. Ibíd., 59.

393. Alejandro García Maldonado. «Reflexiones sobre la intentona». El Nacional, 26/04/60: 4; Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 46-47.

394. La Esfera, 21/04/60: 9.

395. El Nacional, 13/07/65: 10.

396. Fuenmayor, 1985, XII: 290, 292,293.

397. Tal vez una de las caricaturas más elocuentes sea la que publicara el diario La Esfera en la que una figura que representa al pueblo, con un león rendido a sus pies y blandiendo un garrote en la punta del cual se lee «Unidad», se dirige a Betancourt diciéndole: «Bueno, Presidente, ya matamos el león, ahora ¡Palos con ese cuero!» La Esfera, 24/04/60: 13.

398. La Esfera, 19/04/60: 24.

399. Ibídem.

400. La Esfera, 22/04/60: 2

401. Fuenmayor, 1985, XII: 296-297. El análisis de Fuenmayor coincide ampliamente con lo que apuntara a su vez el diario El Nacional en su edición del día 22 de abril de 1960: «Toda la información que […] había llegado a poder de los complotistas les permitía a ellos establecer que en Venezuela la situación era muy oportuna para el golpe de Estado. Los desajustes económicos, problemas en el frente laboral; crisis en los partidos políticos –particularmente el movimiento del sector juvenil de AD–; dificultades en la coalición gubernamental […]; todos estos eran factores que Castro León tomaba en cuenta». El Nacional, 22/04/60: 9.

402. Fuenmayor, 1985, XII: 302.

403. Ibíd., 302-303.

404. Ibíd., 300-301.

405. Castillo, 1998: 260.

406. Ibíd., 264.

407. La Esfera, 22/04/60: 5.

408. La Esfera, 22/04/60: 1,4.

409. La Esfera, 22/04/60: 5.

410. Ibídem.

411. Ibídem.

412. Marín, 2011: 126.

413. La Esfera, 22/04/60: 1.

414. Ibídem.

415. César Cienfuegos, «Nombres nuevos». La Esfera, 27/04/60: 14.

416. Fuenmayor, 1985, XII: 289.

417. El dato de esta movilización lo proporciona Juan Bautista Fuenmayor. Ibíd., 287.

418. El Nacional, 13/07/65: 10.

419. Rodolfo José Cárdenas, «Por qué fracasó Castro León». Élite, n.º 1.805, 30/04/60: 35.

420. Élite, n.º 2.078, 24/07/65: 35.

421. Fuenmayor, 1985, XII: 304.

422. El Nacional, 23/04/60: 1.

423. Tribuna Popular, 24/04/60: 1. Citado por Blanco Muñoz, 1992(a): 65.

424. Élite, n.º 2.081, 14/07/65: 29.

425. El Nacional, 18/11/64; 04/12/64: D-15; Élite, n.º 2.081, 14/07/65: 29.

426. Francisco Leiva. «Se murió El Cabito». El Nacional, 14/07/65: C-1.

427. El Nacional, 13/07/65: 8.

428. Domingo Alberto Rangel, «Los misterios de Castro León». La Esfera, 26/04/60: 13.

429. Ibídem.

430. Ibídem.

431. Pedro Duno, «El Golpe de Estado». La Esfera, 26/04/60: 13.

432. Guillermo García Ponce, «Peligran las libertades democráticas». La Esfera, 29/04/60: 14.

433. Luis Esteban Rey, «Las conclusiones de San Cristóbal». El Nacional, 26/04/60: 4.

434. Juan Liscano, «Balance». El Nacional, 22/04/60: 4

435. El Nacional, 22/04/60: 4

436. Rodolfo José Cárdenas, «Por qué fracasó Castro León». Élite, n.º 1.805, 30/04/60: 35.

437. Carlos Díaz Sosa, «Preguntas a Colombia». El Nacional, 23/04/60: 4

438. Blanco Muñoz, 1992(a): 15.

439. J.M. Machín. «La crítica golpista y demagógica». La Esfera, 27/04/60: 13. A ello agregará Luis Esteban Rey lo siguiente: «[E]sa manera de [la izquierda] de sostener al gobierno es muy semejante a la cuerda que sostiene al ahorcado. Por eso no comprendemos la táctica comunista. Por un lado hacen todo lo posible por destruir la confianza del pueblo en el gobierno […] y, por el otro, cuando el gobierno está amenazado, se proclaman los más valientes de sus defensores». Luis Esteban Rey, «Las conclusiones de San Cristóbal». El Nacional, 26/04/60: 4.

440. La Esfera, 22/04/60: 6.

441. Citado por Fuenmayor, 1985, XII: 311.

442. La Esfera, 22/04/60: 6

443. Ibídem.

444. Juan Liscano, «Balance». El Nacional, 22/04/60: 4.

445. La Esfera, 22/04/60: 4.

446. Fuenmayor, 1985, XII: 308.

447. La Esfera, 22/04/60: 12.

448. Héctor Mujica, «La asonada». El Nacional, 22/04/60: 4.

449. La Esfera, 23/04/60: 3.

450. Marcial Mendoza Estrella, «Paredón». La Esfera, 27/04/60: 14.

451. Ibídem.

452. El Nacional, 27/04/60: 29.

453. El Nacional, 22/04/60: 4.

454. Héctor Mujica, «Paredón». El Nacional, 28/04/60: 4.

455. Citado por La Esfera, 25/04/60: 6.

456. Julio Álvarez del Vayo, «Emoción por Venezuela». El Nacional, 25/04/60: 4.

457. Marín, 2011: 148.

458. La Esfera, 27/04/60: 1.

459. Juan Liscano, «Balance». El Nacional, 22/04/60: 4.

460. La Esfera, 27/04/60: 1.

461. Blanco Muñoz, 1992(a): 11.

462. Blanco Muñoz, 1992(b): 37-38.

463. Carlos Luis Barrera. ¿Golpe militar o golpe urredista? La Esfera, 06/07/61:11.

464. Élite, n.º 2.075, 03/07/64. ASGS.

465. «Vida Nacional», junio-julio de 1961. Revista SIC. http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC1961237_333-338.pdf

466. El Nacional, 22/04/60: 2.

467. «Vida nacional», junio-julio de 1961. Revista SIC. http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC1961237_333-338.pdf

468. Ibídem.

469. Ibídem.

470. Blanco Muñoz, 1981(a): 309-310.

471. Entrevista con Tesalio Morillo. En ibíd., 320.

472. Ibíd., 312-313.

473. Ibíd., 313.

474. Ibíd., 319.

475. Entrevista con Elonis López Curra. En ibíd., 335.

476. Blanco Muñoz, 1992(b): 41.

477. Ibíd., 38.

478. Ibíd., 41.

479. «Vida Nacional», junio-julio de 1961. Revista SIC. http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC1961237_333-338.pdf

480. «Hasta ahora a nadie se va a fusilar y se le va a dejar herido para que después muera en un hospital», agregaría Canache Mata en sus conversaciones con Blanco Muñoz. Entrevista con Carlos Canache Mata. En Blanco Muñoz, 1981(a): 394.

481. Carlos Canache Mata, «La polémica sobre el Barcelonazo». La República, 02/09/63. ASGS.

482. Entrevista con Elonis López Curra. En Blanco Muñoz, 1981(a): 340; Élite, n.º 2.075, 03/07/64. ASGS.

483. Élite, n.º 2.075, 03/07/64. ASGS.

484. El Nacional, 27/06/61: 29.

485.