La respuesta

 

Dr. Mario Alonso Puig

 

 

 

 

Primera edición en esta colección: noviembre de 2012

© Mario Alonso Puig, 2012

© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2012

Plataforma Editorial

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Fotografía de cubierta:
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Depósito Legal:  B. 4.866-2013

ISBN Digital:  978-84-15750-80-2

 

 

 

 

 

Dedico este libro a todas aquellas personas que buscan llegar a tener la serenidad para aceptar aquello que no puede ser cambiado, la fortaleza para cambiar lo que sí ha de ser cambiado y, sobre todo, la sabiduría para poder distinguir entre ambos.

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

 

Prefacio

Introducción. ¿Por qué escribimos este libro y por qué es algo importante?

1. Nosotros y los otros. Adversarios y cómplices

2. La educación. Humanismo y especialización: virtudes y valores

3. Yo ante el mundo. La desmotivación y la desilusión: cómo curarnos

4. La política. Los sistemas «desincentivadores»: comunismo y capitalismo

5. El futuro hoy. El camino del héroe

6. La vida imprevisible y las sorpresas

Notas finales. Conclusión

Agradecimientos

La opinión del lector

Prefacio

 

El martes 10 de julio de 2012, nos reunimos en un hotel de Madrid con 10 jóvenes de entre 17 y 23 años, a punto de comenzar su educación adulta, en plenos estudios o recién completada su formación universitaria.

El médico cirujano, conferenciante y escritor con amplia formación en los campos de la neurociencia, la psicología, la filosofía y el coaching Mario Alonso Puig departió con ellos sobre las grandes preguntas que esos chicos y chicas se hacen hoy –preguntas que, en efecto, le formularon y que traslucen sus inquietudes y preocupaciones.

De esas cuestiones y respuestas es producto este libro, que se asoma a algunos de los grandes temas que más han pesado y siguen pesando en la vida, seamos tan jóvenes como ellos o tengamos ya mucha más juventud acumulada.

Ana Bermejillo

Introducción

¿Por qué escribimos este libro y por qué es algo importante?

 

La sabiduría tiene muy poco sentido en solitario. Si yo comencé a escribir fue porque confié en la fuerza curativa de la palabra. Cada obra escrita puede ser crucial para alguien (o para muchos) e influir en nuestras vidas de una forma muy profunda y positiva. Por eso debemos ser responsables con nuestro legado impreso. Cada libro tiene un camino y muchas más consecuencias de las que podamos prever en el momento de lanzarlo a la imprenta. La superficialidad no es una opción. Si hablamos de cosas trascendentes, que nos ilusionan, nos duelen o nos perturban, y buscamos juntos respuestas, elaboraremos un libro que ayudará a otras personas a encontrar referencias y propuestas que les ayuden a vivir sus vidas con verdadero sentido.

 

 

QUIÉN SOY YO: MARIO ALONSO PUIG

 

Lo siento, yo no soy ningún sabio. Soy un estudioso, un buscador de aquello que nos hace más felices y reduce el sufrimiento innecesario. Lo hago tanto en el campo de la medicina como en el de la psicología y la filosofía. Me preocupo de descubrir qué parámetros, qué guías, nos pueden ayudar a hacer frente con más éxito a los retos que la vida a cada uno de nosotros nos plantea. Es lo que más me interesa. Mi formación es la de médico, ejercí la cirugía general y del aparato digestivo durante 26 años. Siempre lo hice muy influido por la lectura de un libro que compré antes de empezar la carrera, La relación médico-enfermo, que escribió un gran antropólogo y médico, el profesor Pedro Laín Entralgo, catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid. Este libro describía cómo algunos médicos griegos, hace ya muchos siglos, habían descubierto que las palabras tenían la capacidad de activar algo en el cuerpo humano y que eso que se activaba ponía en marcha el proceso curativo. Ellos no sabían qué era lo que se desplegaba en los enfermos y, sin embargo, llegaron a la conclusión de que había enfermos que podían curarse a través de las palabras, si éstas se utilizaban de una forma radicalmente diferente a como habitualmente se hacía.

Sucede a veces que lees algo por casualidad, y eso que has leído no sólo no te parece una tontería sino que, más bien, por una razón que desconoces, te impacta profundamente. Tal vez os haya pasado eso con un libro: lo leísteis y algo en vuestro interior dijo, con rotundidad, esto es verdad. Es más que un análisis, más que una reflexión concienzuda o sesuda. Es una intuición, un conocimiento inmediato de una realidad: la certeza de que eso es así. ¿Por qué ocurre si, tal vez, no tienes experiencia previa? No lo sabes pero te consta que lo leído o percibido es verdad. Tu interior lo reconoce así. A mí me ocurrió esto con el libro del profesor Laín Entralgo.

 

«Sucede a veces que lees algo por casualidad, y eso que has leído no sólo no te parece una tontería sino que […] te impacta profundamente. Tal vez os haya pasado eso con un libro…»

 

Cuando estudié en la facultad de Medicina –son seis años, como sabéis– me di cuenta de que no se hacía referencia alguna, en las asignaturas que cursaba, a la importancia de la relación entre los médicos y los enfermos. Para mí, el tema era clave y por eso empecé a estudiarlo por mi cuenta. Mientras estudiaba y hacía «mis pinitos» en otros campos, comencé a viajar. A lo largo de mi vida como médico y cirujano, se fue también conformando de forma progresiva un perfil más en la línea del humanismo, entendiendo por humanismo el acceso a lo que es el ser humano en todas sus dimensiones, biológica, mental, emocional, social y espiritual.

Hace 16 o 17 años ya, mis enfermos me dijeron que lo que yo les decía realmente les estaba ayudando mucho, no sólo en sus enfermedades físicas sino a nivel emocional y psicológico, en todos los órdenes. ¿Cómo yo no extendía aquello a públicos más amplios que, sencillamente, las personas que acudían al hospital? El comentario en principio no me agradó mucho. Es como si a cualquiera de vosotros o vosotras os dijeran por qué no os dedicáis a otra cosa. Uno se lo puede tomar así, a la defensiva. No era la intención de mis pacientes: al contrario, había un gesto profundo de generosidad en sus palabras. Cuando una de mis pacientes, después de haber pasado por una situación muy difícil y muy dolorosa, me aseguró que conversar la había ayudado mucho, decidí intentarlo. Me fui a una escuela de negocios donde había hecho un programa en Dirección Hospitalaria y comenté lo que me pasaba. Les pareció algo muy importante y que podía ayudar a muchas personas. Sin embargo, yo seguía con mi cirugía. Poco a poco me fueron invitando a más sitios, y al final me dediqué plenamente a trabajar en este mundo de la comunicación interpersonal.

 

 

QUÉ ES UN LIBRO Y A QUIÉN IMPORTA

 

Me he dado cuenta de una cosa: cuando uno escribe un libro, piensa: «¿Un libro qué va a hacer al lado de los miles y miles que se publican anualmente? ¿Un libro qué va a suponer en la vida de una persona?». Hace poco tuvimos un evento que se llamaba «Ahora tú» y, entre conferencia y conferencia, los autores firmábamos libros. Algunas personas nos revelaron entonces hasta qué punto una frase, una experiencia, un comentario les había ayudado en un momento muy difícil de su vida. Mi primer libro lo escribí hace ocho años y me he ido encontrando con personas, en distintos países, que me han asegurado que algunas de las cosas que habían leído les habían ayudado a descubrir nuevas posibilidades en su vida.

Por eso, cuando pensamos en dar forma a un libro, es muy importante que tengamos en cuenta a cuántas personas podemos ayudar, personas a las que posiblemente jamás conoceremos. Sin embargo, sí podemos tener un impacto claro, a nivel biológico, mental, emocional, social e incluso espiritual. Ésa es la razón por la que creo que puede salir de aquí algo realmente valioso.

Nuestra cultura parece afirmar a menudo sólo que hay algunos que saben y que el resto son personas fundamentalmente ignorantes. Yo no creo que esto sea así. Cuando Sócrates, la persona probablemente más sabia que ha existido en todo Occidente, afirmó: «Sólo sé que no sé nada y aun así sé más que los que esto lo ignoran»…, es de rigor reconocer que todos somos en algo ignorantes y que también todos podemos aprender y mejorar.

Debemos ver nuestro libro con mucha ilusión. Es más que una charla, aunque eso ya para mí sería muy agradable, hablar. Debemos incluir en él aquello que de verdad es importante: no puede ser un libro superficial, no podemos hablar de tonterías, sino de cosas que a todos nos importan. A veces esas cosas que nos importan para alguien pueden ser tonterías, pero si son importantes para nosotros, desde luego no las vamos a considerar como tales. ¿Quién es nadie para juzgar como «tonto» algo que me importa? No hay pregunta tonta si manifiesta una inquietud que tenemos.

 

«… cuando pensamos en dar forma a un libro, es muy importante que tengamos en cuenta a cuántas personas podemos ayudar…»

 

Por último, nuestro diálogo debe ser entretenido, divertido, y a la vez profundo. Yo no os voy a decir cómo tenéis que vivir vuestra vida porque si lo hiciera lo lógico sería que me invitarais a marcharme. Sí podemos escuchar eso que nos interesa y reflexionar juntos en un ambiente de confidencialidad. Con esto tejeremos un manuscrito que será como un resumen de nuestros sueños, ilusiones, preocupaciones y luchas internas. Y, a la vez, es importante que, cuando nos hagamos preguntas, pensemos no sólo en lo que nos interesa a nosotros, sino también en lo que puede ser de valor para otros.