© de esta edición Metaforic Club de Lectura, 2016
www.metaforic.es
© Iñaki Zubeldia
ISBN: 9788416873524
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A todos los niños huérfanos del mundo.
1
Una bonita poesía
¡Mamá!
Era yo pequeño cuando el Señor
llamó a mamá al cielo,
y no pude conocer su amor,
no tuve ese consuelo.
Si existe una palabra bella,
amable y dulce, ésa es «mamá».
Desde que nacemos hasta que morimos,
en todas las situaciones,
todos tenemos su dulce nombre
en el corazón y en los labios:
asistiéndonos en la desdicha,
alegrándonos en la dicha.
Mi madre también me quiso…,
mas su imagen me abandonó.
Y ahora…, por una sola de sus caricias,
¿qué no haría, qué no daría yo?
Román Irigoien
¡Qué poesía tan hermosa! A mí me encanta, y eso que no la entiendo del todo, aunque ahora ya sé leer.
Me la enseñó mi hermano Álex. Estaba en su libro de Lengua.
—Mira, Beatriz, qué poesía tan bonita.
En cuanto terminé de leerla, me puse a llorar. Álex me abrazó, mientras me decía al oído cuánto quería a mamá. Entre sollozos, acerté a decirle que yo también la quería muchísimo y juntos nos echamos a llorar aún más.
Luego, cuando cesaron las lágrimas y nuestros corazones se tranquilizaron, Álex volvió a decirme:
—Beatriz, ahora que no está mamá, tenemos que ayudarnos el uno al otro y no preocupar a papá. Desde que mamá falta, lo veo muy triste.
—Sí, Álex, recuerdo que mamá, antes de morir, nos pidió que ayudásemos a papá y nos portáramos bien. Pero, a veces, estoy tan triste que no sé cómo hacerlo.
—A mí me ocurre lo mismo. ¿Sabes qué hago yo cuando me siento mal? Voy a jugar con mis amigos y así me entretengo.
Álex es un niño estupendo. Sólo tiene nueve años, pero aparenta más, y razona como los chicos mayores. Yo me llamo Beatriz, como ya te habrás dado cuenta, y tengo ocho años.
Ese mismo día bajé a la cocina, le di un beso muy fuerte a papá, y le pregunté:
—¡Buenos días, papá! ¿Te ayudo a preparar el desayuno?
Papá me devolvió el beso y me respondió:
—Mejor prepárate para ir al colegio, que a mí no me cuesta nada preparar el desayuno.