Emprendimiento, creatividad e innovación
Universidad de La Salle
Bogotá, Colombia
Julio de 2017
Gámez Gutiérrez, Jorge Alberto
Emprendimiento, creatividad e innovación / Jorge Alberto Gámez Gutiérrez. -- Bogotá: Ediciones Unisalle, 2015.
126 páginas : gráficos ; 16 × 24 cm.
Incluye tabla de contenido
ISBN 978-958-8939-07-0
1. Nuevas empresas 2. Emprendimiento 3. Innovación 4. Aptitud creadora en los negocios I. Tít.
658.11 cd 21 ed.
A1502767
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
ISBN: 978-958-8939-07-0
Primera edición: Bogotá D.C., septiembre de 2015
Primera reimpresión: Bogotá D.C., julio de 2017
© Derechos reservados, Universidad de La Salle
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Diagramación
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Hipertexto
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier procedimiento, conforme a lo dispuesto por la ley.
A Elvira, Nicolás y Laura, siempre los primeros.
A carito, luz de luna.
Somos capaces de imaginarnos “siendo” entretanto “somos”,
pero también mientras todavía no “éramos” y cuando
ya no “seremos”.
Pepe Rodríguez
Introducción
Otro libro de emprendimiento. ¿Para qué?
Estructura del texto
El emprendimiento
Tipos de emprendedores
Teorías
Modelos
Recursos para evaluar las capacidades emprendedoras
Textos fundamentales
La empresa
Preguntas sobre el texto
La creatividad
Innovación
Los apoyos para emprender
Preguntas sobre el texto
La práctica
De dónde sacar ideas
Tengo la idea, y ¿ahora?
Me decido por...
Soy emprendedor social
Metodologías para formular proyectos
Preguntas sobre el texto
Quiero ser empresario
Modelo de plan de negocio del Fondo Emprender de Colombia
Modelo de plan de negocio de la Universidad de Nebrija de España
Otros modelos de planes de negocio
A manera de conclusión
Preguntas sobre el texto
Referencias
Tabla 1. Cualidades del emprendedor
Tabla 2. Algunas experiencias de emprendedores colombianos
Tabla 3. Enfoques teóricos del emprendimiento
Tabla 4. Las motivaciones de algunos emprendedores bogotanos
Tabla 5. Competencias y habilidades de una persona creativa
Tabla 6. Matriz PNI
Tabla 7. Análisis FODA
Figura 1. Los clásicos de la economía
Figura 2. El emprendedor según los neoclásicos de la economía
Figura 3. Características del emprendedor según Schumpeter (1934)
Figura 4. Emprender, según Kirzner
Figura 5. El emprendimiento para algunos economistas institucionalistas
Figura 6. Los emprendedores según la sociología
Figura 7. Caracterización de un emprendedor desde la psicología
Figura 8. Algunas características del emprendedor desde la administración
Figura 9. Modelo GEM revisado
Figura 10. Modelo de Varela
Cree a aquellos que buscan la verdad;
duda de los que la han encontrado.
André Gide
El modelo de libre mercado vigente en los últimos decenios incluye tratados de libre comercio que generan ventajas para algunos sectores y grandes inconvenientes para otros (insuficientes apoyos y subsidios en los países en vías de desarrollo, en particular para el sector primario, intrincadas cargas impositivas, trámites complejos, escasa mano de obra calificada y bajo acceso a la tecnología, entre otros). En los últimos decenios la economía colombiana se ha concentrado en la venta de materias primas que generan poco empleo y, además, muy especializado. Inmersos en las bonanzas de petróleo y productos de minería, el Estado puede (¿debería?) ahorrar recursos para compensar el agotamiento de esos bienes, es decir, cuando se agoten los recursos el país debería estar preparado para lograr el desarrollo sostenible a través de otras opciones de manera competitiva con mejor infraestructura, comunicaciones y educación (el caso de Noruega y el manejo de los recursos del petróleo).
En este escenario económico y social destaca el papel fundamental que desempeñan los emprendedores, bien sea para crear empresas, actuar dentro de las organizaciones o abordar problemas sociales, culturales y artísticos, entre otros. Los emprendedores que crean empresa reúnen características muy particulares: son audaces pero prudentes, osados pero con memoria de los fracasos, casi temerarios pero conscientes del presente y forjadores del futuro. Hoy los empresarios están en las escalas sociales más altas y se caracterizan por el dominio de sí mismos —disciplina férrea y racionalidad en el manejo de tiempo y recursos— y el deseo de trascender —las empresas más antiguas del mundo han llegado a 1500 años de existencia—.1
El emprendimiento se puede enseñar; las didácticas propias de este campo del saber se deben orientar a la promoción de la creatividad —esta se nutre de varios saberes y disciplinas— que se exprese en la formulación de proyectos sociales, propuestas dentro de las empresas, iniciativas en el sector público y la creación de empresas. En ellas debería haber componentes de innovación.
¿Es posible emprender creando empresa? Sí, a medida que se amplían las edades para obtener pensiones y se dictan medidas para hacer más eficiente el mercado laboral, la mirada de los estudiantes de educación superior ha descubierto la creación de empresas. ¿Cómo es el tejido empresarial colombiano?, se compone de nueve pymes por cada diez empresas, y muy pocas exportan. A pesar de apertura y tratados de libre comercio, no nos vamos a volver exportadores de la noche a la mañana. Una idea creativa y que desde sus inicios muestre el potencial de innovación puede ser una empresa que a mediano plazo puede brindar ingresos equivalentes a los de las grandes empresas, con la ventaja adicional de que el emprendedor acrecienta su riqueza y permite la realización personal de los seres humanos.
El empresario es reconocido por su visión, su audacia, la capacidad de ver lo que otros pasan por alto, su habilidad para identificar oportunidades, la responsabilidad para con él mismo y la sociedad, la eficiencia y la eficacia. Para los grupos sociales donde actúa el empresario es (¿debería?) aportante de rumbos, apoyo en la educación, promotor de la inversión, soporte de la investigación y motor de la economía. Por ello, sus esfuerzos deben sobrepasar la creación de pymes en el sector informal, ineficientes y de subsistencia. Por el contrario, los egresados del sistema de educación superior pueden (¿deben?) decidirse a la creación de empresas con ideas innovadoras, mejores conocimientos técnicos y de gestión, altos estándares éticos y conciencia de sus responsabilidad con la sociedad.
Todo empresario debería rendir cuentas sobre su gestión empresarial, puesto que ha sido —sobre todo en Colombia— beneficiario del sistema educativo, la infraestructura y múltiples formas de apoyo legales y económicas. ¿Cómo explicar las ganancias descomunales de algunas empresas y los índices de desigualdad más altos del mundo?2
A los espacios académicos teóricos se podrían sumar didácticas de juegos de empresa (virtuales para los estudiantes del siglo XXI), el análisis de las empresas de otros egresados, actividades para promover y fortalecer el trabajo en equipo, las visitas a empresas, el diálogo con empresarios y las prácticas empresariales. Además, deben incluirse los debates, los estudios de caso y, por supuesto, el análisis sistemático y riguroso de los emprendedores que han fracasado una o varias veces.
La tercera parte de las nuevas empresas colombianas se liquida antes de finalizar el primer año; más de 20.000 empresas se cierran al año por falta de experiencia, escasez de recursos y no plasmar la idea en un plan de negocio (ver los informes de cierre de empresas de la Cámara de Comercio de Bogotá). Incluso al preparar en detalle el plan se hacen análisis deficientes de la competencia y proyecciones de mercado muy optimistas (ver los reportes del Fondo Emprender). Este texto pretende dotar de herramientas a los emprendedores para que sus ideas empresariales y sociales se consoliden en el mediano plazo. Los proyectos empresariales y sociales de estudiantes y egresados de la educación deberían blindarse para trascender los negocios de autoempleo para la subsistencia.
Este documento está dirigido a quienes cursan espacios académicos de emprendimiento, creatividad e innovación.3 Se pretende dotar de herramientas a los emprendedores de la educación superior para que sus ideas empresariales y sociales se consoliden en el mediano plazo y estén preparados para trascender los negocios de autoempleo para la subsistencia. El texto contiene un sólido marco teórico, modelos y textos fundamentales de emprendimiento y la empresa para explicar el fenómeno emprendedor y sus características; se acompaña de la descripción de las etapas de creación de la empresa y un análisis crítico de ella. Quien emprende es una persona creativa, por lo que en el capítulo dos se muestran las principales características de la creatividad; la innovación es poner en práctica la creatividad y en el capítulo tres se hace un breve recorrido por la historia de la innovación y sus prácticas. En el capítulo cuatro se presentan los apoyos que hay para emprender en Colombia. En el capítulo cinco se presenta el emprendimiento en la práctica, con guías para buscar ideas, recursos para conocer las capacidades emprendedoras, enlaces a páginas de creatividad y patentes. En el capítulo seis se presentan apoyos para los emprendedores sociales, incluidos algunos modelos de formulación de proyectos. En el capítulo siete hay herramientas para quien quiera ser empresario, las guías de plan de negocio del Fondo Emprender y de la Universidad de Nebrija de Madrid, y otros modelos virtuales.
Emprender es una forma de vida que se orienta a la solución creativa de problemas y refuerza las características de las personas que aspiran a controlar su vida. Las personas emprendedoras ven lo que otros ignoran, aprovechan las oportunidades, se enfrentan a los problemas, pueden comunicar mejor sus ideas, tienen capacidad de trabajar en equipo, aceptan las consecuencias de sus actos, gestionan recursos con eficiencia con el propósito de lograr beneficios de los que, de manera no siempre consciente, se benefician las sociedades que los rodean.
Los inventores solitarios de los siglos XVIII y XIX dieron pequeños pasos para crear empresas; la educación y la innovación se unieron en el siglo XXI para contribuir en la construcción de grandes propuestas empresariales para el país. Hoy, el impacto de los pequeños negocios de baja innovación ha sido insuficiente para mejorar la competitividad del país —para algunos autores la informalidad reduce las tasas de crecimiento económico y genera más pobreza—, y en ello puede contribuir el sistema educativo que nos ubican entre los últimos países del continente con el “beneplácito” (¿indiferencia?) de la sociedad (ver los informes de competitividad en http://www.compite.com.co).4
Las iniciativas para fomentar el emprendimiento desde la educación son comunes en los países en desarrollo; aunque no es fácil definir los alcances de la educación en emprendimiento y si su objetivo principal es la creación efectiva de empresas. La educación y su relación con el emprendimiento tiene dos enfoques: el estadounidense, concentrado en el entrenamiento y los pasos específicos para procesos de creación de empresa, y el europeo, cuyo objetivo principal es el desarrollo de la personalidad emprendedora (Gámez, 2013).
La universidad puede apoyar los proyectos interdisciplinarios de creación de empresas y proyectos sociales de sus comunidades académicas.5 Sería una forma más eficiente para combatir la pobreza y la desigualdad, que en un país con tantos recursos no tiene justificación moral. Empresas de origen inter y transdisciplinar pueden contribuir a la creación de una sólida infraestructura y mejorar la competitividad. Según Varela, Moreno y Bedoya (2015), la creación de empresa es una buena elección de carrera, tiene estatus y atención positiva de los medios para el 77 % de los colombianos. La capacidad para percibir oportunidades, las habilidades para crear empresa y superar el miedo al fracaso, para crear empresa, la tienen el 65 %. La intención para iniciar una actividad empresarial, solo o con otra persona, en un horizonte de tiempo de tres años baja al 55 %. Hacer realidad la empresa al desempeñar actividades concretas, pagar salarios y remuneraciones por menos de tres meses lo hace solo el 14 %. En un entorno donde la seguridad del empleo desaparece de forma paulatina y la expectativa de vivir de la pensión es lejana, la creación de empresa es una opción que podría acompañarse desde la universidad en todos los niveles, en particular desde el pregrado y el posgrado,6 con un enfoque de género que incluya a las mujeres. La figura de la incubación de empresas tiene amplio espacio en el país junto con los servicios de desarrollo profesional, el acceso a capital semilla y el establecimiento real de vínculos de las empresas nacientes con las empresas constituidas para ayudar a consolidarlas.
La educación en emprendimiento debería crear y reforzar sentido de propiedad y resultados, reforzar la sensación de libertad y control personal para que pasen cosas, maximizar las oportunidades para que los individuos asuman responsabilidades y cumplan tareas, reforzar la noción de responsabilidad y ver a través de las cosas, tener una orientación hacia la excelencia a partir de stakeholders (escuela, padres, gobernantes, comunidad local, Iglesia, autoridades y asociaciones comunitarias, entre otros) y brindar, apoyo para establecer redes. Por tanto, la educación en emprendimiento debe formar para soportar la ambigüedad y permitir los errores como posibilidades de aprendizaje, fomentar el pensamiento estratégico previo a la planeación formal, enfatizar la importancia de la construcción personal y las relaciones como base de la gestión.
¿Quiénes pueden enseñar a emprender? Personas que no hayan perdido la pasión por aprender cada día y, por tanto, tienen la voluntad de aprender a ser emprendedores junto con sus estudiantes. ¿Enseñan a emprender en las licenciaturas y maestrías en educación?, ¿deberían estudiar los profesores lo que van a enseñar a sus estudiantes? Una persona que quiera enseñar emprendimiento debe tener rasgos personales como la capacidad para comunicar y negociar, ser independientes, tener liderazgo, tener capacidades de racionalización, planificación y profesionalismo, para generar ambientes donde prime la confianza.
Quien enseñe a emprender debe tolerar la incertidumbre y transmitir esas habilidades, aprender de los errores y de las experiencias. Sus didácticas deben favorecer la solución de problemas de maneras creativas, la capacidad de persuadir y la habilidad de convencer a otros. Es posible que los profesores que hoy enseñan emprendimiento no hayan creado empresas, empero, la habilidad de crear empresa no parece sustituir las habilidades de enseñar; en cualquier caso todo profesor debería conocer varias metodologías de formulación de proyectos y los planes de negocio.
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