Shakti Gawain es una pionera en el campo del desarrollo personal. A lo largo de unos veinticinco años ha sido una autora de éxito y ha enseñado en el ámbito de la consciencia, por lo que ha obtenido reconocimiento internacional. Ha ayudado a miles de individuos a desarrollar una mayor conciencia, equilibrio y plenitud en sus vidas.
Shakti ha escrito numerosos libros que son considerados clásicos en su campo; ha vendido unos diez millones de ejemplares, que han sido traducidos a más de treinta idiomas. Estos libros incluyen, en español, los títulos Visualización creativa, Vivir en la luz, Descubra la verdadera prosperidad, Despertar a la conciencia, Reflexiones en la luz y Retorno al Edén.
Shakti cofundó, junto con Marc Allen, la editorial New World Library, y ha aparecido en programas de difusión nacional, tales como The Oprah Winfrey Show, Good Morning America, Sonya Live, Larry King Live, Leeza, America’s Talking y New Dimensions Radio, y ha sido presentada en las revistas New Woman, New Age Journal y Time.
Es una apasionada del medio ambiente que cree que a medida que traemos mayor conciencia a nuestras vidas diarias podemos aprender a vivir de manera equilibrada en nuestro planeta. Ella y su marido, Jim Burns, viven en Mill Valley (California). Su sitio web es www.shaktigawain.com.
Gina Vucci ha trabajado con Shakti Gawain durante unos quince años. Tras haber sido formada personalmente por Shakti, Gina codirige talleres junto con ella, hace facilitación con grupos y ha contribuido con los éxitos de ventas de Shakti. Es una firme defensora de las mujeres, los niños, la justicia social y el medio ambiente. Ha trabajado en varios campos como consejera, tutora y coach de individuos y pequeñas empresas, y aporta un profundo nivel de experiencia, sabiduría y alegría a su trabajo con los demás. Es madre de tres niños inspirados y vive en Carolina del Norte. Tiene un blog, www.soccermomspirituality.com.
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Título original: The Relationship Handbook
Traducido del inglés por Francesc Prims
Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.
Composición ePub por Editorial Sirio S.A.
© de la edición original
2014, Shakti Gawain y Gina Vucci
© de la presente edición
EDITORIAL SIRIO, S.A.
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E-Mail: sirio@editorialsirio.com
I.S.B.N.:978-84-16579-877
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Primera parte
La mayoría tenemos el deseo de conectar profundamente con los demás. Anhelamos dar y recibir amor y compartir entre nosotros de muchas maneras. A menudo, sin embargo, nos encontramos con que la cercanía que deseamos resulta esquiva. Relaciones de todas clases pueden surgir y acabarse, o cambiar. A veces, las relaciones pueden ser muy dolorosas. Muchos de nosotros no hemos contado con modelos demasiado buenos a la hora de relacionarnos con quienes nos rodean, especialmente en el entorno familiar o el de las personas más cercanas. Hacemos todo lo que podemos para averiguar cómo ser mejores padres, amigos, compañeros, hermanos o hijos. Como dice el viejo adagio: «Cuando nacimos, se olvidaron de darnos el manual».
Afortunadamente, estamos viviendo en unos tiempos de grandes cambios y descubrimientos. Estamos aprendiendo nuevas maneras de vivir más conscientemente, y una de las principales maneras de hacerlo es a través de nuestras relaciones. Cada vez más personas están buscando ayuda y entendiendo cómo funcionan las relaciones, no solo las íntimas, sino todas. Muchos de los que buscan ayuda quieren mejorarlas, si bien tendemos a pensar, secretamente, que la persona con la que tenemos dificultades es la que necesita mejorar más. El objetivo de relacionarnos con los demás de una manera más saludable y satisfactoria merece la pena, y aprender a comunicarnos con eficacia puede mejorar todas nuestras relaciones. La comunicación es una herramienta que estamos desarrollando constantemente, sobre todo a medida que crecemos, cambiamos y aprendemos más sobre nosotros mismos.
Incontables psicólogos y terapeutas, a partir de una amplia variedad de perspectivas y distintos tipos de sabiduría, se dedican a ayudar a la gente a mejorar sus relaciones. Muchos de ellos son extremadamente eficaces y pueden ayudar mucho a sus pacientes, pero a menudo se centran en la relación misma.
Sin embargo, las relaciones pueden enfocarse también desde otro punto de vista. Esta perspectiva no se encuentra en los modelos más populares, aun cuando es el medio más poderoso para la expansión de la conciencia que he experimentado jamás. Se trata de la comprensión de que nuestras relaciones son nuestras maestras y pueden guiarnos a través de nuestras vidas si sabemos cómo utilizarlas con este propósito. Este sistema aparta el foco de la relación misma y se centra en lo que estamos experimentando en la relación y en lo que esto puede enseñarnos sobre nosotros mismos y nuestro proceso interior.
Independientemente de si vamos a permanecer en ella o si vamos a dejarla, cada relación es, ahora, una oportunidad para que aprendamos sobre nosotros mismos y crezcamos. Trabajar con mis relaciones de esta manera ha sido el camino de consciencia más potente y completo por el que he transitado, y me encanta darlo a conocer a más personas.
Cuando vemos las relaciones como un camino de consciencia, reconocemos que la relación más importante para nosotros es la que tenemos con nosotros mismos. De hecho, es nuestra primera relación, aquella que se halla en la base de todas nuestras vidas. Todas las demás son espejos que nos reflejan aquello que podemos o no saber sobre nosotros mismos. El proceso de usar estos reflejos para aprender sobre nuestro desarrollo y sobre nosotros mismos nos ayuda a convertirnos en seres conscientes, integrados. Si vemos así todas nuestras relaciones, nos pueden proporcionar un viaje muy significativo hacia la sanación y la plenitud.
En este libro descubrirás cómo puedes usar tus relaciones como un camino hacia una mayor conciencia. Te darás cuenta de cómo sus aspectos problemáticos reflejan lecciones valiosas que necesitas aprender para poder experimentar más satisfacción y plenitud en tu vida. Si tienes conflictos con una relación en concreto, reconocerás que esta, como todas las otras relaciones, te ofrece la oportunidad de sanar y crecer.
Además de averiguar cómo puedes usar tus relaciones como un camino de consciencia, también aprenderás cómo usar herramientas que les brinden claridad y sanación. Estas herramientas incluyen afirmaciones, la visualización creativa, el diálogo de voces y ejercicios de facilitación.
Estos son algunos temas con los que trabajaremos:
El camino de la consciencia no se acaba nunca, y constituye siempre una aventura. El universo nos va revelando constantemente más cosas a medida que avanzamos en nuestro viaje. Este libro te servirá como una guía a la que puedes acudir una y otra vez mientras tu camino sigue extendiéndose ante ti.
Lo he escrito en colaboración con Gina Vucci, mi mánager, amiga y compañera a la hora de impartir los talleres. Este libro parte del formato del Taller de las Relaciones que hemos estado impartiendo juntas durante años. Empiezo nuestros talleres con una presentación que incluye mi historia, y a continuación Gina dirige ejercicios de visualización creativa (que se practican al comienzo y al final de los talleres) y el trabajo con los yoes, que es muy transformador. El Taller de las Relaciones dura normalmente un fin de semana, y es uno de los más potentes que hemos impartido. Estoy encantada de poder compartir este importante trabajo contigo por medio de este libro.
Toda la vida me han fascinado las relaciones, la familia y la comunidad. Cuando miro hacia atrás, puedo ver que en ciertos momentos sentí un profundo anhelo de cercanía y conexión. Creo que, en gran parte, este anhelo se debía a experiencias que había tenido en mi primera infancia y con la familia.
Algo que fue casi con seguridad determinante para mí fue el hecho de que era hija única, junto con la circunstancia de que mis padres se divorciaron cuando yo contaba con tres años de edad. Tras su divorcio, viví con mi madre. No se volvió a casar ni tuvo más hijos, de modo que nuestra familia era pequeña: tan solo mi madre y yo. Mi padre se volvió a casar y gané una madrastra encantadora, dos hermanastros y, más adelante, una hermanastra. Vivían a unas cuantas horas en coche y me encantaba visitarlos, pero nunca viví con ellos. Aunque nos queríamos mutuamente, me sentía conectada con ellos de otra manera, sobre todo por el hecho de que apenas nos veíamos.
La familia de mi madre vivía en Texas, y tras habernos mudado unas cuantas veces mi madre y yo nos asentamos en California. A menudo visitábamos a su familia por Navidad o el Día de Acción de Gracias, y recuerdo vívidamente lo feliz que me sentía de formar parte de una gran familia por un rato. Creo que había una parte de mí que siempre quiso experimentar más este sentimiento.
A principios de la edad adulta, me fascinaban la psicología, la espiritualidad y la metafísica. Eran los años sesenta y setenta, en que muchas enseñanzas filosóficas y espirituales orientales llegaron a Occidente y muchos occidentales viajaban a Oriente.
Como otras muchas personas de mi generación, pasé tiempo viajando por Europa y Asia y me influyeron mucho las distintas culturas que conocí y experimenté, especialmente la India. Como una occidental típica, me centraba principalmente en los aspectos mentales y físicos de la vida. Estaba acostumbrada a enfocar mi vida desde el punto de vista de la lógica, y me sentía inclinada a «hacer» y conseguir cosas. En cambio, las culturas por las que viajaba estaban orientadas hacia un enfoque más espiritual de la vida y cultivaban el hecho de «ser» energía. Al principio, el contraste fue muy chocante para mí, pero poco a poco fui comprendiendo que necesitaba un mayor equilibrio entre el hacer y el ser en mi vida.
Cuando volví a los Estados Unidos, supe que me encontraba en un camino de desarrollo personal, aprendiendo a vivir una vida más satisfactoria y realizando una contribución significativa al mundo. Leí muchos libros, asistí a muchos talleres, estuve con muchos grupos, e hice terapia individual y grupal. Me fui a vivir con una comunidad de buscadores a quienes sentí como la gran familia que siempre había querido tener. Meditábamos juntos, trabajábamos juntos y compartíamos unos con otros las muchas cosas que estábamos descubriendo. Empezamos a impartir talleres al público, en los que enseñábamos aquello que estábamos aprendiendo.
Llevé a cabo algunos descubrimientos fascinantes; ideas y herramientas que me ayudaron a gozar de una vida más rica y plena. Algunas de ellas las encontré en libros, otras en talleres y otras me las proporcionaron distintos profesores. Una de mis primeras influencias fue un libro titulado The Nature of Personal Reality. A Seth Book (Habla Seth: La naturaleza de la realidad personal), de Jane Roberts. Esta obra explica cómo damos forma a nuestra propia experiencia de la realidad y afirma que tenemos el poder de crear nuestra realidad más conscientemente. Este era un concepto radical para mí y quise profundizar en él. Busqué más libros sobre este tema mientras desarrollaba mis propias ideas acerca de cómo aplicar este proceso en mi vida.
Gracias a este trabajo y a varias experiencias fortuitas descubrí la visualización creativa, una técnica sencilla pero potente que puede ayudarnos a crear nuestras vidas más a conciencia. Podemos traer sanación a nuestras vidas y manifestar nuestros sueños más atrevidos a través de ejercicios de visualización creativa, meditaciones y afirmaciones. También usé estas prácticas para incrementar mi nivel de conciencia en mis relaciones íntimas.
Estas exploraciones de mi propia psique me inspiraron a realizar mis propios talleres y a trabajar con personas individualmente. Descubrí que tenía el talento de compartir con los demás aquello que había estado utilizando en mi proceso. Al cabo de un tiempo tuve la ocurrencia de escribir un folleto con esas ideas que pudiese ser útil a las personas que asistiesen a mis talleres. Fue la semilla de los libros Visualización creativa y, después, Vivir en la luz, que publiqué por mi cuenta. Poco a poco, en el transcurso de los años siguientes, estos libros primero poco visibles se convirtieron en best sellers internacionales. Nunca pretendí ser una autora o profesora de éxito; tan solo quería compartir las ideas y experiencias que me apasionaban. Jamás, en mis sueños más locos –o en mi visualización creativa– imaginé que mis escritos proliferarían hasta el punto en que lo han hecho. A medida que he seguido aprendiendo nuevas herramientas y técnicas las he ido incorporando al conjunto de mi trabajo. También he seguido escribiendo y he llegado a publicar doce libros.
A los treinta y tantos años de edad, mis libros se estaban vendiendo bien y me estaba convirtiendo en una autora conocida. Viajaba por todo el mundo hablando, enseñando y conduciendo seminarios. Me encantaba hacerlo. Me apasionaba lo que hacía, y trabajar con mis clientes y estudiantes era muy gratificante para mí. Desgraciadamente, el trabajo me absorbió demasiado. Había depositado una excesiva atención en él, de modo que empecé a sentir un gran desequilibrio.
Mi vida personal había quedado relegada por mi vida profesional. Estaba teniendo problemas en particular con mis relaciones sentimentales, y vi que había unos patrones de dificultad que cada vez se repetían más en ellas. Esto se convirtió en un proceso doloroso para mí, que anhelaba encontrar un auténtico compañero. No conseguía hallar la conexión íntima que estaba buscando, o el compañero para el que creía estar preparada.
Por supuesto, tan solo creía que estaba preparada. Había trabajado mucho sobre mí misma, lo cual había incluido muchos procesos emocionales. Había estudiado con distintos profesores, leído libros, participado en seminarios e ido a terapia. Pero los viejos patrones seguían regresando, y en cierto sentido me sentía atascada. Las herramientas que habían funcionado tan maravillosamente bien en las otras áreas de mi vida no parecían estar funcionando en el terreno de las relaciones. Parecía que otro nivel de mi proceso se estaba revelando; un nivel más profundo de consciencia estaba intentando emerger.
Hallándome en esta situación desafiante, empecé a visualizar una nueva guía y dirección. Así fue como conocí a una pareja de terapeutas y profesores, el doctor Hal Stone y su esposa, la doctora Sidra Stone. En su trabajo descubrieron que tenemos muchos «yoes», aspectos que están dentro de nosotros que actúan como personalidades por sí mismos, puesto que tienen sus propias ideas, opiniones, gustos y aversiones. Los Stone desarrollaron una técnica para dialogar con estos yoes de una manera tal que aporta consciencia al proceso que se desarrolla de continuo en nuestro interior. Su trabajo se denomina «Psicología de los yoes y del ego consciente», y llaman a la técnica de «diálogo» con los yoes «diálogo de voces». Rápidamente se convirtieron en mis profesores y mentores, y ahora son unos queridos amigos.
Cuando empecé a trabajar con el diálogo de voces, me hice mucho más consciente de todo lo que estaba teniendo lugar dentro de mí. Me fijé mucho más en lo que estaba sintiendo y descubrí distintas partes de mí misma que ni tan siquiera sabía que existían.
En cuanto al tema de la pareja, descubrí que solo estaba en contacto con aquellas partes de mí que querían una relación comprometida, y por eso no podía comprender por qué esta relación no se estaba manifestando. Tenía la certeza de que quería mantener una relación y creía que estaba lista para ello. Me seguía preguntando por qué todos los hombres por los que me sentía atraída ya estaban comprometidos o bien eran inadecuados –¡o vivían a miles de kilómetros de distancia!–. Seguía pensando que algo estaba mal en ellos. Pero resultó que había algunas partes de mí, de las que era inconsciente, que no estaban preparadas para un compañero, o que no querían tenerlo en absoluto.
Todo esto me parece muy evidente si lo miro desde mi perspectiva actual. Estaba viajando por el mundo enseñando que la vida exterior de uno refleja lo que está aconteciendo en su interior, y heme aquí que estaba anhelando la relación apropiada y esta no surgía. Por supuesto, esto tenía que ver con un proceso interior. Cuando realmente queremos algo y no se está manifestando, es porque una parte de nosotros mismos lo está bloqueando. En mi caso, algún conflicto interior estaba causando en mí una gran ambivalencia respecto a las relaciones y el compromiso.
Sabía que estaba luchando, pero no entendía cuál era la lucha. Adquirí una conciencia mucho mayor de lo que estaba sucediendo gracias al trabajo con mis yoes. Empecé a explorar y comprender las partes de mí que no querían una relación o bien la temían. Por ejemplo, siempre había sido una mujer fuerte e independiente. Me acercaba a los cuarenta, y una parte de mí no quería renunciar a la independencia o no deseaba tener que comprometerse con alguien. Otro aspecto de mí que descubrí fue mi yo cuidador. Temía, inconscientemente, que si mantenía una relación de mucho compromiso, acabaría cuidando del otro y no sabría cómo atender mis propias necesidades. Había vivido varias relaciones en las que me había encontrado en este papel, así que tenía buenos motivos para temer que esto volviese a suceder.
En un nivel más profundo, había una niña en mí que tenía miedo de abrirse y acercarse a alguien. Este aspecto, o «yo», temía sentirse herido y abandonado –especialmente a causa del dolor que experimenté de niña cuando mis padres se divorciaron–. Había otras partes de mí implicadas, pero las que he mencionado eran las que más prevalecían en mi proceso.
Ahora que he descubierto algunas de las distintas voces que hay en mí, puedo sentir claramente la ambivalencia de estos yoes en conflicto. Uno de los aspectos más maravillosos de la psicología de los yoes es que nos permite estar con nuestras ambivalencias, reconocerlas y realmente sostenerlas. La mayor parte de las veces, la mayoría de nosotros intentamos elegir un lado o el otro. Creemos que una parte de nosotros tiene razón y que hay una manera correcta de ser. Decidimos que queremos ser de una manera o de otra, ser «así o así», o bien tener ciertas partes de nosotros mismos, pero desprendernos de las demás. Este modo de pensar, en que todo es blanco o negro, no funciona, porque todas las partes de nosotros existen, y no podemos desear, sin más, que algunas no estén. Puedes enterrarlas y reprimirlas, pero antes o después reaparecen, a menudo a raíz de la decepción con una relación o de un problema de salud. La verdad es que necesitamos todas esas partes con el fin de experimentar el auténtico equilibrio en nuestras vidas. Necesitamos todos estos yoes, aunque puede ser que no lo sepamos.
El diálogo de voces consiste en adquirir conciencia de todos los distintos yoes que tenemos dentro. Consiste en sacarlos todos a la luz y entrar en contacto con ellos. Cuando somos conscientes de las distintas fuerzas que operan dentro de nosotros, podemos trabajar con ellas de distintas maneras. Yo trabajé en reconocer y experimentar –a menudo lo denominamos «sostener»– mi propia ambivalencia en cuanto a las relaciones; llegué hasta las distintas partes de mí misma y sentí aquellas que realmente querían una pareja y también aquellas que en realidad no la querían. No necesité corregir esta ambivalencia o cambiarla; solo tuve que permanecer plenamente presente con ella.
En algunos sentidos, el descubrimiento de la psicología de los yoes y el diálogo de voces constituyó para mí un nuevo comienzo. Desde entonces he seguido estudiando, aprendiendo y creciendo por medio de trabajar con mis relaciones de esta manera. De momento dejo mi historia aquí, ¡pero tengo más historias que compartir contigo a lo largo del libro! A medida que avancemos por los próximos capítulos exploraremos cómo se forman y se refuerzan nuestros distintos yoes, o cómo pasan a convertirse en habitantes en la sombra.
Segunda parte