La colección Emaús ofrece libros de lectura
asequible para ayudar a vivir el camino cristiano
en el momento actual.
Por eso lleva el nombre de aquella aldea hacia
la que se dirigían dos discípulos desesperanzados
cuando se encontraron con Jesús,
que se puso a caminar junto a ellos,
y les hizo entender y vivir
la novedad de su Evangelio.
Narcís Costabella
Bernabé Dalmau
Navidad: Dios apuesta por la humanidad
Colección Emaús 119
Centre de Pastoral Litúrgica
Director de la colección Emaús: Josep Lligadas
Diseño de la cubierta: Mercè Solé
Ilustración de la cubierta: Belén del Castillo de Praga
© Edita: CENTRE DE PASTORAL LITÚRGICA
Nàpols 346, 1 – 08025 Barcelona
Tel. (+34) 933 022 235 – Fax (+34) 933 184 218
cpl@cpl.es – www.cpl.es
Edición digital febrero de 2017
ISBN: 978-84-9805-817-8
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Introducción
Navidad es la apuesta de Dios por la humanidad, por los hombres y mujeres débiles y a menudo desconcertados que somos cada uno de nosotros, por los que hace siglos fueron y por los que serán en el futuro. De todas partes, de todas las maneras de ser, con todas las alegrías y todas las tristezas, con todos los aciertos y con todas las equivocaciones, con las mayores muestras de amor y también con las mayores infidelidades.
La Navidad es una fiesta luminosa, la Navidad es una fiesta de esperanza. Navidad es una fiesta de ternura. Y no acabaríamos con los calificativos para con estos días en que estamos llamados a vivirlos con el gozo más profundo, al tiempo que sin traicionar aquello más profundo que celebramos: el Hijo de Dios que se hace hombre y que nos llama a vivir un camino, y que nos enseña dónde se encuentra la felicidad verdadera.
Cada año, cada Navidad, nos conviene volver a aprender lo que quieren decir estos días, la Buena Nueva que nos traen, la ilusión profunda que nos hacen vivir. Y por esto, desde el principio, desde el primer anuncio de los ángeles aquella noche, generaciones y generaciones de creyentes han aportado su reflexión y su testimonio, y lo han compartido y nos lo han ofrecido para acompañarnos en esta vivencia.
Este libro es un nuevo eslabón en esta Navidad reflexionada y ofrecida. Son unas reflexiones póstumas de mosén Narcís Costabella Casas, sacerdote de la diócesis de Gerona. Unas reflexiones que aquí tenemos a nuestra disposición para ayudarnos a vivir y a celebrar mejor estos días.
Mosén Narcís Costabella nos dejó el domingo 29 de enero de 2012 siendo párroco de Castelló d’Empúries y de Vilanova de la Muga, a los 74 años de edad, al final de una vida intensamente sacerdotal. Había nacido en Banyoles el 6 de abril de 1937. Acabados los estudios eclesiásticos en Gerona, fue ordenado presbítero el 10 de julio de 1960 en la iglesia de San Martín de Gerona. Ejerció diversas tareas en el mismo seminario y en las poblaciones de Llagostera, Blanes, Malgrat de Mar, Santa Coloma de Farners, Calella de la Costa y Figueres; en este último lugar ofició, como titular de la parroquia, el funeral de Salvador Dalí. Desde 1998 era párroco de Castelló d’Empúries, donde impulsó la proclamación del título de basílica menor para la iglesia de Santa María, conocida como “la catedral del Ampurdán”. Tuvo el gozo de celebrar el 2010 los cincuenta años de la ordenación sacerdotal. Por donde pasó dejó el recuerdo de una persona activa, comprometida y muy abierta. Siempre destacó por su afán catequético y por la sensibilidad pastoral para con los extranjeros. A raíz de su fallecimiento se pudo comprobar la gran tarea social y evangelizadora que había desarrollado en todos los lugares donde había trabajado. Lo acompañaron en su último adiós gente de las diferentes parroquias donde había ejercido el ministerio, y muchos amigos que había ido ganando a lo largo de su dilatada carrera. Y también muchos hermanos en el sacerdocio, compañeros entrañables: dos de ellos lo habían precedido en la paz de Cristo con la aureola del martirio: Joan Alsina y Joaquim Vallmajor.
A primeros de octubre de 1970 conocí en Estrasburgo, en la residencia llamada Seminario Internacional, a mosén Narcís. Ambos habíamos ido allí, sin conocernos previamente, para cursar la licenciatura en teología y derecho canónico. Por edad él me llevaba siete años y medio de ventaja, y se le notaba un rodaje de diez años de experiencia pastoral, que enriqueció con un diploma en catequética. Compartimos, pues, dos años de convivencia y de estudio, y a partir de esto nació una amistad que ya no desaparecería.
En más de una ocasión me invitó a conocer las ciudades donde ejercía el sacerdocio y, más concretamente, a predicar o a dar alguna conferencia en Castelló. Fueron las oportunidades en que me di cuenta una vez más de la madurez de su compromiso cristiano y eclesial. Lo constaté más todavía cuando su sobrina María Rosa puso en mis manos una gran cantidad de archivadores que contenían el guión de las homilías predicadas a lo largo de su ministerio. Un trabajo literario tan intenso y extenso reclamaba no dejarlo en el olvido. La dificultad para transmitirlo lo constituía el carácter esquemático de todo aquel patrimonio, lo que era un obstáculo de cara a la transmisión de un pensamiento y de una doctrina. La familia de mosén Narcís quería que yo, precisamente yo, de alguna manera espigase algo que pudiera dar a conocer a otras personas aquella herencia. Acordamos que la manera de hacerlo consistiría en escoger, de los diversos decenios, algún punto del año litúrgico a cuyo alrededor se pudiera tejer una narrativa que describiese la transmisión de aquellos valores de fe.
Y aquí tenemos, en las siguientes páginas, una meditación sobre la Navidad bordada a partir de aquella materia prima tan valiosa. Con su palabra de fuego, los guiones de mosén Costabella para la predicación cobraban un vigor que la narración seguida no logra transmitir del todo. Pero la fidelidad a unos apuntes permite poner al alcance un mensaje que, después de todo, era lo que él como presbítero vivía intensamente. Puesto que la Navidad toca aún la fibra sensible de muchos cristianos, tanto los más comprometidos como los que captan de lejos los valores que contiene, esperemos que estas páginas, modestas en su presentación y en su representatividad, animen a pensar y sentir todo lo que mosén Narcís vivió.
Bernabé Dalmau