STEFAN ZWEIG

LAS HERMANAS

«CONTE DROLATIQUE»

TRADUCCIÓN DEL ALEMÁN

BERTA VIAS MAHOU

ACAN

ACANTILADO

BARCELONA 2012

En algún lugar en una ciudad meridional, cuyo nombre preferiría no mencionar, me sorprendió, al salir de un estrecho callejón, la visión repentina y soberbia de un edificio de estilo antiguo, rematado por dos formidables torres hasta tal punto de las mismas medidas y forma que a la luz del crepúsculo producían el efecto de ser la una la sombra de la otra. No se trataba de una iglesia, como tampoco parecía haber sido un palacio en otro tiempo. Daba una impresión monacal y, sin embargo, con sus superficies amplias, imponentes, parecía una construcción profana, por supuesto, de una época indeterminada. De modo que, con cortesía, alzando el sombrero, importuné a un ciudadano de rojas mejillas, que en aquel preciso instante tomaba un vaso de vino del color de la paja en la terraza de un pequeño café, y le pregunté por el nombre de aquel edificio que se alzaba de manera tan imponente por encima de los bajos tejados a dos aguas. El hombre, sentado plácidamente, levantó la vista sorprendido y, sonriendo despacio y paladeando, me contestó:

—No puedo darle una información del todo fiable. En el plano de la ciudad puede que aparezca bajo otro nombre, pero nosotros seguimos llamándolo como en los viejos tiempos: la casa de las hermanas. Tal vez porque las dos torres son tan parecidas entre sí. Tal vez también porque...

Se detuvo y, previsor, reprimió una sonrisa, como queriendo asegurarse antes de haber tentado lo suficiente mi curiosidad. Pero una media respuesta hace que uno se vuelva impaciente por conocer el resto, de modo que entablamos conversación y con gusto accedí a su invitación de probar un vaso de aquel áspero vino dorado. Ante nosotros, las agujas de las torres refulgían soñadoras a la luz de la luna que lentamente se iba aclarando. El vino me gustó, me pareció excelente, como también la pequeña leyenda de las hermanas iguales-desiguales que me contó aquel hombre en medio de aquel tibio anochecer y que se reproduce aquí de la manera más fiel posible, aunque sin garantía alguna acerca de su veracidad histórica.