AGRADECIMIENTOS

Me gustaría dar las gracias a mi editora, Susan Canavan, cuya guía y apoyo durante este proyecto ha sido inestimable. No hay duda: has hecho que este libro fuese mejor. Gracias a Jill Leone, Lon Rosen y Jay Mandel por mantenernos a todos en contacto, una tarea para nada sencilla. Muchas personas me han ayudado en las investigaciones necesarias para esta obra, entre ellas Jeff Twiss, Brian Olive, y Heather Walker, de los Celtics; John Black, de los Lakers; Craig Miller, de USA Basketball; los antiguos ejecutivos de Converse Gib Ford y Lou Nagy; y el sin par dúo de la NBA formado por Brian McIntyre y Tim Frank. Mi gratitud a Ed Kleven por poner los puntos a las íes y las rayas a las tes. Gracias a Ian Thomsen, Leigh Montville, Steve Fainaru, Don Skwar y Todd Balf: valoro vuestra visión periodística y, más importante aún, vuestra amistad. Gracias a las madres de Westford por quedaros con los niños cuando era necesario, en especial a Eileen Barrett y Monet Ewing. Una ovación para los Ya Yas… ¿dónde estaría sin vosotros? Gracias eternas a Janice McKeown y Jane Cavanaugh Smith, que han estado ahí desde el principio. Stephanie Baird y Liz Douglas han sido unas excelentes cajas de resonancia y unas amigas cariñosas. Gracias a la gente de los partidos de baloncesto del domingo por la mañana por todas las cosas buenas que me ofrecen. A mis padres, Margarethe y Fred MacMullan, a Sue, Vinny, Julia y Christopher Titone; a todos los Boyle, los de cerca y los de lejos, todo el amor y muchas gracias. A Michael Boyle, un increíble marido y padre, nunca podré agradecerte lo suficiente tu amor, apoyo y paciencia. Mis hijos, Alyson y Douglas, encuentran cada día una nueva forma de llenar mi vida de felicidad. Gracias, chicos. Os quiero. Y por último quisiera mostrar mi gratitud a Earvin Johnson y Larry Bird. Ha sido un honor haberos ayudado a contar vuestra historia.