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© Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)

Primera publicación: junio de 2017

Impreso en el Perú-Printed in Peru

Autor: Fernando Loyola

Editora: Diana Félix

Correctora de estilo: Isabel Domínguez

Diseño de cubierta: Martha Rechkemmer

Diagramación: Martha Rechkemmer

Editor del proyecto editorial

Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas S.A.C.

Av. Alonso de Molina 1611, Lima 33 (Perú)

Teléf: 313-3333

www.upc.edu.pe

Primera edición: junio de 2017

Versión ebook 2017

Digitalizado y Distribuido por Saxo.com Perú S.A.C.

www.saxo.com/es

yopublico.saxo.com

Telf: 51-1-221-9998

Dirección: Av. 2 de Mayo 534 Of. 304, Miraflores

Lima-Perú

Este libro se terminó de imprimir en el mes de junio de 2017, en los talleres gráficos de Gráfica Biblos S.A. Jr. Morococha Nro. 152, Surquillo. Lima – Perú

BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ

Centro Bibliográfico Nacional

650.14

L93

Loyola Ángeles, Fernando

Diseña tu carrera : una guía para aprovechar las oportunidades del mercado laboral / Fernando Loyola Ángeles.-- 1a ed.-- Lima : Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, 2017 (Lima : Gráfica Biblos).

182 p. : il. ; 22 cm

Incluye referencias bibliográficas.

D.L. 2017-07510

ISBN de la versión impresa: 978-612-318-098-0
ISBN de la versión PDF: 978-612-318-103-1
ISBN de la versión EPUB: 978-612-318-104-8

1. Profesiones - Administración 2. Empleabilidad 3. Empleo, Búsqueda de 4. Cualificaciones profesionales I. Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas II. Título

BNP: 2017-1894

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, de la editorial.

El contenido de este libro es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente la opinión de los editores.

A Esteban y María Fernanda, para que recuerden siempre que el mejor plan es hacer lo que amas y amar lo que haces.

AGRADECIMIENTO

A Lorena, por toda la emoción puesta en este proyecto desde que solo era idea. Al equipo de tres generaciones de CADDEPRO, una idea original de don Teófilo, a quien admiro y respeto. A María Morales, por investigar a ciegas para contribuir con las fuentes de este texto. A Magda Simons y Diana Félix por la confianza y la paciencia infinitas (¡Son un equipo editorial de lujo!) y a Lía Castillo, por supuesto. A los participantes de diferentes procesos de aprendizaje, evaluación y consultoría, que tomaron el valor necesario para contarme sus experiencias, aventuras, desventuras y sueños laborales, conversaciones que fueron la materia prima para este libro.
A todos los que quieren cambiar el mercado laboral y hacerlo suyo, aún sin conocerlo. Gracias. Muchas gracias.

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Fernando Loyola Angeles es Licenciado en Psicología por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Magister en Administración de Empresas (MBA) por la Escuela de Postgrado de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, Máster en Gestión Estratégica del Factor Humano (EOI -España), Coach y Team Coach certificado por la International Coaching Community (ICC - Londres) y miembro de la International Coaching & Leadership Association (ICLA). Asimismo es Director del Centro Andino de Desarrollo Empresarial y Productividad (CADDEPRO) y Metacoaching Group. Consultor en evaluación y desarrollo de competencias, diseño de carrera, gestión estratégica de personas y aprendizaje organizacional.

ORCID: 0000-0002-8080-0897

ÍNDICE

Prólogo

Introducción

Primera parte. Definición de territorio

Capítulo 1. Empecemos por el principio

Capítulo 2. ¿Cómo sé qué es lo que (realmente) quiero?

Capítulo 3. El mercado laboral. Una mirada inversa

Capítulo 4. El mundo es nuestro patio de juegos

Capítulo 5. Personajes y roles en este juego

Capítulo 6. Breve explicación de las reglas del juego

Bonus Track 1: La contratación a ciegas está muy cerca

Segunda parte. Persona laboral

Capítulo 7. Requisito indispensable, ser persona

Capítulo 8. Ser uno mismo

Capítulo 9. Hablemos en el idioma común, el perfil por competencias

Capítulo 10. ¿Especialista o generalista? La polivalencia especializada en tiempos de caos

Capítulo 11. No pensemos en “productos”, pensemos en “experiencias” y “relaciones”

Capítulo 12. La dinámica del potencial

Capítulo 13. Rutas para mejorar nuestro perfil

Bonus Track 2: El mito de las competencias del futuro

Tercera parte. La elección activa

Capítulo 14. Ser protagonista de la búsqueda

Capítulo 15. Hablando sin hablar

Capítulo 16. Hablando alto

Capítulo 17. El proceso inverso en acción

Capítulo 18. Hacer la tarea

Capítulo 19. El proceso formal de selección de una empresa

Capítulo 20. La negociación, nosotros o ellos

Bonus Track 3: Reactivando mi red de contactos

Cuarta parte. Evaluación de resultados

Capítulo 21. Ama lo que haces, haz lo que amas

Capítulo 22. ¿Es necesario pagar “derecho de piso”

Capítulo 23. ¿Y qué pasa si no encajo?

Capítulo 24. Lo conseguí. ¿Y ahora?

PRÓLOGO

¿De qué queremos vivir? Pregunta que seguramente nos hemos hecho en más de una oportunidad o nos la han hecho (seguramente nuestros padres) y que hemos respondido en función del dinero que debemos poseer para hacer realidad todo aquello que queremos y anhelamos. Viajar, tener una casa, estabilidad económica y un largo etcétera. Quizás solo un pequeño cambio en la pregunta pueda darnos como resultado una respuesta totalmente distinta: ¿CÓMO queremos vivir? Y a partir de las respuestas que surjan, comenzar a construir el mundo en el que queremos estar.

En tiempos en los que nos dedicamos a sobrevivir más que a vivir, surge este libro esperanzador, que es un llamado a la reflexión, a la acción, que es en sí una invitación a tomar posesión de tu vida, no importa cuántos años tengas ni en qué situación te encuentres, ¡ama lo que haces!, se repite –con entusiasmo– hoja tras hoja. Este libro habla de propósito. Fernando propone una secuencia bastante lógica, que parece sencilla, pero que realmente no lo es tanto, que requiere tiempo y atención, que podrás ir reformulando a medida que pasen los capítulos, que permite retroceder para avanzar mejor, y aun al final, cuando todo parece resuelto nos propone no detenernos y hacer de este proceso una constante, para no olvidar nuestro propósito, nuestra visión personal. Este es un libro que emociona, que alienta, que tiene mucho sentido, que podría ser como una conversación con el amigo en quien confiamos, que nos conoce y nos quiere, además.

Es un agrado enorme presentar esta nueva obra de Fer, porque como él, es amigable, te lleva, no te jala. Te invita, si quieres, a jugar tu propio juego. Te da pautas también que son tan flexibles como el modo de leer este libro, presenta el mercado laboral desde una perspectiva distinta, más humana, menos controladora y más dispuesta. Es como un mapa que te presenta diferentes territorios, personajes a los que encontrarás, situaciones que podrías experimentar, todo en cuanto decides salir en busca de tu propósito.

Cuando todo parece predeterminado, surge Diseña tu carrera, centrada en la persona, para invitarla a tomar el control y definir su propia ruta, a identificar la distancia que hay entre aquello que son y aquello que quieren ser, esto como práctica saludable para realizar grandes cambios. Incorpora conceptos que no nos son ajenos, pero en muchos casos distantes, como propósito, felicidad, trascendencia, ilusión. Todo ello para entenderlos y hacerlos parte tangible en nuestra vida.

Hay que ser valientes para ser felices, para ser auténticos, para cambiar de rumbo si es necesario. Hay que darle esta mirada inversa, como propone el libro, a aquello que considerabas per se, que no podías cambiar.

Lucero Papa Burgos
Gerente de Gestión del Talento
Corporación PJ

INTRODUCCIÓN

Cuando pienso en mis años universitarios, vienen a mí decenas de recuerdos increíbles, y siempre, camuflado entre ellos, aparece el conflicto inmenso que fue elegir a qué me iba a dedicar. Durante esos años, me había alimentado de películas cuyos mensajes hicieron aún más difícil el proceso: Reality Bites y la idea de que luego de la universidad llegaría el gran vacío existencial; Fight Club, con la idea del oficinista esclavo del sistema que ha perdido toda posibilidad de sentirse vivo; Trainspotting, con la terrorífica idea de elegir una vida normal que acabaría frente a un televisor en un asilo. Mejor no sigo. Los años noventa del siglo pasado no fueron prometedores en cuanto a lo que sería la vida laboral.

Paradójicamente, durante los últimos años, mi labor se ha centrado en trabajar con personas –especialmente jóvenes profesionales– de diferentes ámbitos y características, pero con un tema en común: no se encuentran satisfechos con lo que hacen. Desde espacios de capacitación en los que expresan abiertamente su disconformidad con las funciones asumidas, hasta procesos de recolocación laboral para ayudarlos a conseguir trabajos que realmente los conduzcan al futuro que desean construir, una y otra vez la misma frase aparece en nuestras conversaciones: no soy feliz aquí.

De manera natural, y cada vez con más frecuencia, me cruzo con preguntas como “¿Por cuánto tiempo tengo que trabajar en algo que no me gusta para luego, poder dedicarme a lo que realmente quiero?”, “¿Qué puedo hacer si lo que realmente me apasiona no paga lo que necesito para sostener mi estilo de vida?”, “¿Cómo saber que estoy en lo correcto antes que sea demasiado tarde?” Este libro es un compendio de respuestas que los equipos en los que he participado, los que conduzco y yo, a título personal, hemos formulado con el tiempo, pensando en quienes nos han hecho estas preguntas.

El objetivo principal de estas páginas es proponer una mirada diferente a la corriente habitual del mercado laboral, asumiendo una lógica estratégica, que no gira en torno a conseguir el empleo que está de moda (o el que necesitas para no terminar en quiebra), sino más bien en reconocer qué es lo mejor que sabes hacer y encontrar dónde adquiere su mayor valor. Pero no es un trabajo que haré por ti. Aquí encontrarás algunas pistas, sin embargo, quien diseña y construye su carrera eres tú.

El libro va dirigido a quienes exploran el mercado laboral por primera vez, a los futuros egresados de diversas carreras y especialidades, así como a los jóvenes profesionales que llevan poco tiempo de concluidos sus estudios en centros de educación superior. También podría ser de gran utilidad a aquellos que, luego de algunos años de estar en un lugar sienten que han tocado su techo y quieren iniciar una nueva aventura laboral, a sus veinte, treinta, y –por qué no– más allá.

Advierto que no es una lista de consejos sobre cómo hablar, cómo vestir, cómo redactar, cómo ser. Porque no existe una mejor manera de lograr lo que uno quiere en el mundo laboral que apelando a la autenticidad. Al menos eso es lo que intento sustentar aquí.

El libro consta de cuatro partes: el primer bloque hace referencia a la “definición del territorio”, es decir, la forma en que debemos entender el proceso de construcción de la carrera laboral y la manera en que debemos comprender el mercado laboral para poder ingresar a él (o reingresar, de ser el caso) de la mejor forma posible.

En la segunda parte nos avocamos al proceso de construcción de la “persona laboral”, esa que eres y que en muchas ocasiones se camufla detrás de los consejos de quienes quieren que hagas “lo que debe ser” y no “lo que quieres ser”.

La tercera parte del proceso está dedicada a la mecánica de la “elección activa”, la forma en que deberíamos asumir nuestras decisiones de carrera, desde el primer paso en la vida laboral hasta un cambio radical en la etapa madura de un trabajo que nos llena, pero no nos alimenta. Si en los pasos previos definimos el qué, este tercero se dedica al cómo: cómo hacerme visible, cómo elegir bien la organización en la que me quiero desarrollar, cómo establecer los vínculos necesarios para llegar a ella, etcétera.

La cuarta y última parte corresponde a la “evaluación de resultados”, en ella proponemos formas prácticas de reconocer si estamos haciéndolo bien o si es momento de revisar la estrategia.

En síntesis:

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El libro está inconcluso ¿Estás listo para terminar de escribirlo?

PRIMERA PARTE

Definición de territorio

CAPÍTULO 1

Empecemos por el principio

Te propongo un ejercicio inicial: imagina que por algún motivo (elige el que quieras: te lo mereces, ganaste un premio, te reconocen por tu buen trabajo, es un regalo de alguien muy querido, lo heredaste, en fin) recibes una cantidad impresionante de material de construcción, un terreno amplio y una cuadrilla de trabajadores listos para empezar a trabajar a tus órdenes. Tú deberás definir qué es lo que harán y cómo lo harán, siempre y cuando cumplas con las siguientes reglas (no cumplirlas te llevaría a perderlo todo):

Tú organizas el trabajo y defines el orden, prioridad e intensidad de las actividades.

Tienes la obligación de utilizar solo los recursos con los que cuentas: solo el terreno. Solo los materiales. Solo el equipo. No puedes comprar. No puedes vender. No puedes contratar. No puedes despedir.

Estás obligado a vivir allí el resto de tu vida.

Aquí, probablemente, hayas empezado a pensar que el ejercicio es un poco raro e incluso que carece de sentido. Paciencia. Quizás sea posible que decidas no asumir el reto. Está bien. Puedes dejarlo de lado. Aunque, ¿qué diría eso de ti?

Si tu carrera profesional te acerca a temas de construcción, tal vez puedas hacer un buen trabajo aquí. Especialmente porque tu equipo está compuesto por obreros de construcción. Ningún ingeniero. Ningún arquitecto. Ningún maestro. Solo obreros muy bien intencionados, listos para empezar. Ahora, si tu carrera no tiene nada que ver con la construcción, te encontrarás en un pequeño problema: ¿Por dónde empiezo? Podrían ser innumerables caminos, pero quiero ajustar las alternativas a cuatro:

Diseñar el cómo se vería, dibujar la fachada.

Diseñar la estructura y el funcionamiento interno.

Aprender lo que hace falta: leer, investigar, reunirte con amigos y expertos para entender lo que tienes frente a ti (eso no está prohibido. Pedirles que lo hagan por ti, sí).

Definir claramente qué quiero, el tipo de edificación, su utilidad, su finalidad.

¿Por dónde empezarías? Estés o no vinculado al mundo de la construcción, la pregunta persiste. Tarde o temprano encontrarás un punto en el que tendrás que elegir.

La decisión parece sencilla si analizamos cada alternativa:

La primera, cómo quieres que se vea la edificación, podría llevarte a construir un casquete hermoso por fuera, pero que quizás no resista la primera noche en pie. O el primer temblor. O la primera lluvia. O tal vez sí, pero no resulta muy práctica o funcional por dentro. Y tendrás que vivir allí el resto de tus días. Descartada.

La segunda, planificar la estructura, luce más útil por supuesto. Aunque quizás necesites de algo más que tu propio conocimiento, pues son cientos de detalles y no los dominas todos. Y como pasarás allí el resto de tu vida, no puedes ir experimentando así como así. Descartada también.

Entonces, llegamos a la tercera alternativa: aprender lo que hace falta. Prepararte. Pero ¿prepararte en qué? En construcción, obvio. Y para eso, primero deberías saber con total claridad qué es lo que quieres construir, porque de lo contrario podrían empezar un proceso de aprendizaje en vano.

Y eso es. El orden secreto revelado:

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No fue tan complicado. Asunto resuelto.

Nuestra carrera profesional y realizar el recorrido laboral (que haremos de por vida) es como la casa de la que no nos mudaremos, al menos por un muy buen tiempo. Podemos remodelarla, incluso demolerla y volverla a levantar, pero no nos moveremos del terreno, pues son nuestras experiencias, conocimientos y áreas de dominio las que definen quiénes somos como personas, y por lo tanto, como individuos laborales.

Entonces, el proceso podría aplicar de la misma forma:

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Listo. Fin del libro. Porque, como escuchamos decir a un participante en un taller: “Si es tan evidente, ¿por qué hay personas que no pueden verlo?” Quizás porque no es tan evidente como pensamos. En nuestra práctica de coaching ejecutivo y de carrera, así como en los espacios de consultoría en los que participamos mi equipo y yo, observamos a diario decenas, cientos de personas insatisfechas (por no decir hartas) por lo siguiente:

Sus trabajos los hacen infelices.

Sus carreras están estancadas.

Sus jefes no los reconocen como deberían.

No tienen espacios para proponer ideas, para desarrollarse, para poner en práctica lo mejor de sí.

Se sienten infravalorados.

Sienten que la jornada laboral los asfixia.

Y eso es solo una muestra de lo que escuchamos a diario. Se ha vuelto una especie de fórmula responderles con una pregunta: “Entonces, ¿por qué sigues aquí?” Nuevamente una pregunta evidente, que genera respuestas bastante curiosas, por decir lo menos:

Me pagan bien y no puedo cambiar mi estilo de vida.

He luchado mucho para llegar hasta aquí.

No puedo abandonar todo lo que he construido.

No tengo tiempo para buscar otro trabajo.

No soy de los que abandonan.

Ninguna respuesta habla sobre cumplir con una misión personal, sobre el propósito en la vida, sobre ser auténtico, sobre realizarse. Son las personas que no quieren ser (interpretan un papel que no es el suyo) y no dejan de serlo (porque sienten la obligación de asumir ese rol). Habitan para siempre en una casa de fachada envidiable, con una estructura nefasta y serios problemas para sostenerse en pie y ni qué decir de su practicidad. ¿Así de claro?

¿Qué hicieron mal? No seguir el orden.

En la mayoría de casos, la secuencia se simplificó a dos pasos:

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¿Y la estructura lógica? Ni siquiera sabían que existía. Y ese es el origen del problema, un problema que, conforme avanza, va atrapándote con mayor intensidad, hasta que –como algunos de los que nos dieron las respuestas que presentamos líneas arriba– pierdas toda esperanza de escapar y te dediques tristemente a quejarte de tu trabajo y profesión sin hacer nada por cambiar la situación.

Evitémoslo tempranamente. Te propongo cuatro preguntas iniciales para diseñar esa carrera en la que habitarás durante toda tu vida, y necesito que las respondas con cuidado:

1. ¿Qué es lo que más disfrutas hacer? ¿Qué te gustaría hacer por el resto de tu vida?

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2. ¿Qué tienes que saber/hacer excepcionalmente bien, para destacar en lo que respondiste para la pregunta 1?

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3. ¿Cuáles son los pasos que seguirás? ¿Cuáles los hitos? ¿Tienes un mapa?

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4. ¿Qué señales tendrás de que lo estás haciendo bien? ¿Cómo te darás cuenta?

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Estas respuestas son materia prima para el resto, así que no avances hasta que las tengas realmente claras.

CAPÍTULO 2

¿Cómo sé qué es lo que (realmente) quiero?

Ya sea que nos sintamos completamente seguros o no tengamos la mínima idea, la pregunta es la misma y se convierte en un paso obligatorio para cualquier plan de carrera que queramos trazarnos: ¿Cómo sé qué es lo que quiero, lo que realmente quiero? Y no, no estamos duplicando la pregunta, sino que ese “realmente” agrega un nivel de confirmación al que habitualmente no llegamos en nuestras vidas cotidianas, y es importante resaltar en este caso. Fallamos en la confirmación. Y una de las principales respuestas para esta carencia (olvidar el “realmente”) es “no tengo tiempo”.

Es por eso que aquí viene la primera recomendación: si no tienes tiempo para diseñar tu propia carrera, prepárate para un sinsentido infinito. Luego, no digas que no te lo advertimos. El tiempo está allí, y es igual para todos nosotros, cualquier explicación que queramos dar para justificarnos por no contar con las mismas condiciones de quienes logran ser brillantes en sus planificaciones personales y de carrera, será una excusa.

Podríamos dedicarle capítulos completos a esta perspectiva del tiempo y cómo recuperarla para nosotros, pero no es el objetivo de este libro. Por eso, cerraremos el tema con algunas breves recomendaciones:

Si no tienes tiempo para lo realmente importante, quiere decir que estás utilizando el tiempo para lo que no lo es. Detente un momento, revisa tus prioridades y asigna los tiempos en proporción directa al grado de importancia de cada tarea o tema.

Si estás demasiado ocupado en tus estudios o tu trabajo, para pensar en un plan de carrera, piensa en esta situación: viajas en un barco y le preguntas al capitán “¿Estamos yendo en la dirección correcta? Porque sé que vamos hacia el noreste y el barco va en dirección suroeste”, y el capitán te responde: “Estoy navegando el barco, no tengo tiempo para pensar en el destino al que vamos. Pero tranquilo, llegaremos”. Así de irracional suena cuando mencionas esto.

Si acabas cada día tan cansado que no te quedan fuerzas para trabajar en tu plan de carrera, pregúntate si eso te hace feliz y completo. Si la respuesta es sí, no necesitas el plan. Si la respuesta es no, deja de hacer lo que estás haciendo, inmediatamente, estás consumiendo tu vida por algo que podría no valer la pena.

En resumen: recupera tu tiempo y cuando lo tengas de vuelta, dedícalo en toda su extensión a saber qué es lo que realmente quieres. Pero, para saber qué, primero debes saber cómo.

Bueno, ¿pero cómo saber cómo? Te propongo una fórmula que integra recomendaciones de diferentes coaches de carrera, compuesta por cinco pasos:

Todo patrón o esquema queda suspendido

Para reconocer qué es lo que realmente quieres, debes suprimir –o al menos poner en pausa– cada uno de los patrones que definen lo que te resulta posible o imposible. Es probable que en más de una ocasión te hayas encontrado teniendo una idea genial sobre ti mismo, tu futuro o tus posibilidades, y automáticamente hayas cortado de golpe el estado de ensoñación diciendo “imposible. Yo no puedo/no debo/no estoy capacitado/no estoy habilitado/no tengo las condiciones/no… (siguen múltiples opciones)”. Y fin del tema. No lo permitas. Deja que el límite superior a tus aspiraciones sea el que tus capacidades y tu esfuerzo determinen, no el que tu visión limitada de ti mismo te permita. No es negociable.

No abandones la travesía, a menos que estés realmente seguro

Si estás ingresando al mundo laboral puede ser que pienses que la situación está complicada porque no te llaman para los procesos o porque no pasas de la entrevista inicial. Entonces, si se trata de un proceso de prácticas, eliges postergarlo. “Ya será el próximo ciclo, esperaré al verano, el próximo año será mejor”, te dices. O de pronto descubres que hay más oportunidades y mayores ingresos en otra carrera y planeas de inmediato tu traslado. O luego de una primera experiencia breve (un trabajo práctico de un curso, la entrevista a un profesional de tu carrera, unas cuantas semanas de prácticas) decides que no es lo tuyo, que prefieres un cambio.

Tal vez has decidido realizar un giro en tu carrera porque las cosas no marchan como esperabas. Antes de empezar de cero, recuerda que podría tratarse de una época, de algunos eventos que se configuraron de cierta forma, generando una atmósfera particular, pero no por ello mortal para ti y tus proyectos. Puede ser la empresa que elegiste, el puesto en que te encuentras, las condiciones específicas de este momento, en fin. Por ejemplo, puede que sientas que tu trabajo es aburrido porque hay un estancamiento económico que afecta el rubro de tu compañía, que impide que puedas vivir la adrenalina de los buenos tiempos. O quizás consideres que la carrera no es para ti solo porque en tu empresa actual existen pocas oportunidades y el clima es malo en el área. Mira con objetividad la situación y podrías sorprenderte.

Trabaja la tierra antes de sembrar

Esta aparente recomendación para un jardinero o un agricultor, refleja uno de los puntos clave para tomar decisiones correctas. Si hay problemas que te impiden concentrarte, si existen situaciones por cerrar, si estás en un momento de alta complicación, la posibilidad de obtener un buen plan se ve limitada por los múltiples focos de atención y preocupación que tienes en este momento. Así que, antes de empezar, observa cómo va tu entorno, y genera las condiciones necesarias para que puedas dedicarte con total claridad al desarrollo de tu plan. Delega, cierra, concluye, olvida, haz lo que sea necesario. Y recuerda que el escenario perfecto no existe, pero mientras más cerca te encuentres de él, mejores serán los resultados potenciales.

Convérsalo, muchas veces, con las personas correctas

Eso que realmente deseas tal vez sea más notorio a cierta distancia. Y es que estamos tan dedicados en ser nosotros mismos que perdemos la perspectiva y podemos pasar por alto una serie de elementos que, tal vez, otros sí reconozcan. Entonces, conversa con esas personas. Pero elige bien. Las características de las personas correctas incluyen un interés auténtico por tu desarrollo, la confianza necesaria para decirte la verdad y el afecto suficiente para preocuparse por ti cuando sea necesario. Estas características podrían estar presentes en uno de tus padres (o en ambos), en tu pareja (siempre que haya pasado ya la fase inicial de enamoramiento irracional), un amigo de toda la vida, un compañero de estudios que haya pasado contigo diferentes situaciones, entre muchos otros. Una vez que tengas a estas personas, genera espacios de conversación, involúcralos en el proceso, y quizás ellos también quieran iniciar sus propios procesos, generando una alianza de alta productividad.

Crea el contexto

Cada uno de los cuatro puntos previos son elementos que deberás articular e integrar para generar el contexto necesario para que las cosas sucedan: asegúrate de haber suspendido realmente los supuestos, insiste en tener una mirada positiva de tus oportunidades en el mercado laboral, asigna tiempo para este proceso, agéndalo y respétalo, y registra con total claridad lo que te han dicho las personas que seleccionaste para ayudarte. Debes trabajar con convicción, en un proceso de todo o nada. Por lo mismo, no prolongues el proceso demasiado, porque el tiempo relaja los requisitos, dispersándolos e impidiendo que podamos usar unos en beneficio de los otros. En cambio, cuando los trabajas juntos descubres que suspender los esquemas te ayuda a evitar que patees el tablero, que no patear el tablero puede ayudarte a preparar el terreno, que las personas correctas te pueden ayudar a suspender más esquemas, en fin. Cuando los elementos coinciden, se genera el momento.

Ahora que ya sabes cómo, llegó la hora de la pregunta: ¿Qué es lo que quiero, lo que realmente quiero? Puedes hacer una gran lista inicial, pensando en todo lo que te gusta hacer. Luego, deberás depurar esa lista. Aquí algunos criterios para reconocer a los mejores candidatos:

Satisfacción o gratificación: ¿Me siento realmente satisfecho/a cuando realizo esta tarea?

Iniciativa: ¿Empiezo por mí mismo/a? ¿Soy yo quien propone y toma la iniciativa?

Preferencia: ¿Prefiero hacer esto a cualquier otra tarea o actividad?

Idoneidad: ¿Siento que nací para esto? ¿Creo que tengo lo que necesito (o puedo desarrollarlo) para destacar en esto?

Aspiración: ¿Me encantaría ser un referente en esto?

Dinero: