Índice
Cubierta
Primero queremos contarte algo
Prólogo
1. La carrera de fondo
2. Tengo una noticia para ti
3. El periodismo de papel
4. La magia de la voz
5. La televisión ha muerto. ¡Viva la televisión!
6. «Lo digital»
7. En busca del hombre orquesta: periodismo multiplataforma y periodismo móvil
8. Los guardianes de la reputación
9. En el periodismo no todo vale
10. Yo lo conté: periodistas que cambian el mundo
Agradecimientos
Créditos
Querido lector:
Nos ha llevado mucho tiempo elegir el nombre de este libro, pese a que parte de nuestro trabajo como periodistas consiste precisamente en resumir el contenido de una información en pocas palabras.
El arte de titular es muy importante para el escritor y para el periodista. Si aciertas con el título que eliges para un libro —o con el titular de la noticia de un periódico—, llamarás la atención de una persona que, probablemente, se convertirá en tu lector.
Muchos autores consagrados recomiendan, a quienes se inician en el periodismo o la literatura, que comiencen siempre por el titular. La sensación de pánico que provoca una hoja en blanco desaparece en el momento en que conseguimos redactar esas pocas palabras que, generalmente, van escritas en un tipo de letra más grande que las que integran el cuerpo de la noticia o del capítulo. Haz la prueba y verás cómo reconforta.
Hemos tenido en cuenta ese consejo, que ahora te trasladamos a ti. Comenzamos por el título para escribir este libro, que es el que nos hubiera gustado encontrar en las librerías en nuestra niñez y adolescencia. Ambos sentíamos ya entonces la llamada de esta profesión. Jugábamos a ser periodistas. María entrevistaba a sus muñecos y fantaseaba presentando programas. Luis aprovechaba cada momento que sus padres lo dejaban solo para ser presentador del telediario ante un gran espejo que había en el salón de su casa. Hoy María es conductora de programas de entretenimiento y Luis se ha especializado en espacios informativos de televisión.
Por eso el título de esta publicación es ¿Quieres ser periodista? Porque es el que habría llamado nuestra atención por aquellos años en la estantería de cualquier librería o biblioteca. Los signos de interrogación que hemos puesto al principio y al final refuerzan nuestra intención de establecer un diálogo abierto contigo y con todos nuestros lectores. Nada nos haría más felices que encontrarnos, pasados unos años, con periodistas veteranos que nos dijesen que este es el primer libro sobre periodismo que cayó en sus manos cuando eran jóvenes.
Un apunte más acerca de los titulares. Con mucha frecuencia, leerás algunos sobre la profesión periodística que pueden desanimarte. El camino que estás emprendiendo está sembrado de dificultades. Deberás dedicar muchas horas al estudio; adaptarte a unas tasas de paro habitualmente superiores a la media de las profesiones; prepararte para recibir presiones de los poderosos, de tus jefes, de los clientes de tu empresa periodística, de tus compañeros de trabajo, de los amigos, de los enemigos, de mucha gente, para que des a una noticia el tratamiento que ellos quieren o, incluso, para que no la trates...
Pese a todo, mantén vivo tu sueño. En este libro tienes datos, testimonios e historias que te ayudarán a ver la profesión como algo maravilloso, aun con sus limitaciones y exigencias.
Para empezar nuestro viaje, tienes la ocasión de leer el prólogo que nos ha escrito Sandra Golpe, presentadora y directora de Noticias 1 de Antena 3 Televisión. Gracias, Sandra, por tu ayuda y tus palabras de ánimo a nuestros jóvenes lectores.
Ahora, adelante, disfruta de la lectura de ¿Quieres ser periodista? y prepárate para introducirte en un mundo apasionante.
MARÍA SOLAR Y LUIS FRAGA
«Piénsalo bien... Tal y como eres, ¿en serio te ves periodista en el futuro?». Mis padres dudaban de mí, tímida patológica. ¡Y yo también! Pero en su momento reuní fuerzas, no sé de dónde, para saltar a ciegas a la piscina y cumplir mi sueño. Así ha sido hasta hoy.
¡Hola! Me alegro mucho de saludarte. ¿Tú también quieres? Contéstate con sinceridad. Si tu respuesta es afirmativa o titubeante, no me andaré por las ramas: todas tus dudas y cómo resolverlas están contenidas en este ejemplar que ha caído en tus manos. Un libro pensado expresamente para ti, potencial colega de profesión. A lo largo de sus páginas se amontonan años de experiencia fecunda en la tele, un buen puñado de consejos infalibles y de retos a los que, con total seguridad, deberás hacer frente en esta apasionante carrera de fondo que estás a punto de comenzar.
El periodismo es una elección vital que genera adicción, un sendero en el que, como bien intuyes, nadie regala nada. Un día estás en el circuito laboral y al otro te caes, y luego regresas a diferentes proyectos y te reinventas sola o en equipo. En esta selva particular reina lo contingente, en este mundo abarrotado de egos llegas a encontrar tu propia ventana privilegiada a historias y personas fascinantes. En este ecosistema podrás aspirar, a ratos delante y detrás de los focos, a la felicidad que supone mejorar tu sociedad a través del oficio honesto. Tu trabajo de contar lo que sucede puede convertirse en eficaz denuncia. Tu voz será escuchada, podrás llegar en un minuto a millones de personas y entonces comprenderás la importancia tremenda de ejercer correctamente el cuarto poder, hoy atenazado o propulsado, según se mire, por las redes sociales.
He sondeado muchas veces a periodistas primerizos, les he preguntado por qué se decidieron por esta profesión. Existen tantos motivos como personas consultadas: para contar historias que ocurren a tu alrededor, porque la curiosidad te puede, porque te gusta la aventura, para aprender, viajar, cotillear, porque se te da bien la escritura o la oratoria..., porque no querían estudiar Derecho, aunque fueran de Letras. En mi caso, el detonante fue más bien existencialista: estaba disgustada conmigo misma. Me encantaba escribir y, en sueños, me visualizaba trabajando en la radio. Disfrutaba jugando con mi micrófono y el equipo de música en el dormitorio, pero fuera de allí me replegaba, sufría incluso al hablar en público. Un día decidí afrontar el problema y escoger el oficio terapéutico e ilusionante que me abriría sin remedio al mundo. ¡Imagina cuánto le debo al periodismo!
En la facultad te topas con las primeras ráfagas que dibujan la realidad de la profesión escogida. Me alegro de haber estudiado Periodismo en Pamplona, porque la distancia kilométrica de mi tierra gaditana convirtió aquel destino en otro país. Pamplona me abrió la mente y las expectativas vitales, pero, al mismo tiempo, me generó dudas sobre el camino a emprender. Acabé especializándome en prensa escrita, aunque la intuición, a última hora, me llevó a Madrid, a cursar un máster en Radio y Televisión. Fue entonces cuando realmente empecé a saber cómo iba a ser mi vida... Comencé a trabajar por cero euros, por poco, por menos que poco... Empecé a ejercer con entusiasmo no remunerado hasta dar, un par de años después, con CNN+, mi definitivo golpe de suerte. Había probado antes un poco de prensa y de radio, pero aquel canal de televisión «todo noticias» aunó los conceptos antes aprendidos y me descubrió la inmensa belleza del medio. Desde entonces hasta hoy he disfrutado editando piezas, locutándolas, ofreciendo «últimas horas», narrando acontecimientos de todo tipo, delante y detrás de las cámaras. Como ocurre con las matrioskas, las famosas figuras rusas, conforme te sumerges en el universo televisivo vas descubriendo diferentes oficios, todos indispensables. El trabajo ágil en equipo y que cada cual, en su puesto, se sienta importante nos proyecta a todos hacia el éxito.
Hoy sí tengo la certeza de mi temprana vocación de comunicadora, pero hace lo menos veinte años me rodeaban muros de inseguridades que he ido derribando a base de trabajo, sacrificios, oportunidades aprovechadas, empecinamiento y arrebatos de valentía. Entre tú y yo, jamás me imaginé que iba a llegar a dirigir y a ponerle rostro a servicios informativos nacionales, o que presentaría formatos tan exigentes como Espejo Público. A mis alumnos suelo repetírselo con toda la convicción: «Si yo estoy aquí, si he llegado a este destino profesional, tú también puedes, ¡no lo dudes! Se consigue con una ilusión que no contemple horarios, sin pisar a nadie en tu camino, con el bastón único de tu labor profesional, con iniciativas, labrando cada día la confianza del resto de los compañeros en ti».
A pesar de los pesares y de los altibajos emocionales y económicos que conlleva ejercerlo, el periodismo merece muchísimo la pena. Lo saben bien los autores de este libro, que debería recomendarse, desde ahora mismo, en todas las facultades españolas de Comunicación. Lo firman María Solar y Luis Fraga, profesionales de referencia, buenísimas personas, tanto monta, monta tanto. Ambos autores atesoran años de valioso bagaje en el medio audiovisual. Los dos, en perfecta simbiosis, explican con un estilo ameno y didáctico cómo se les despertó la vocación, sus inicios profesionales, anécdotas con lección imborrable, consejos útiles en el día a día de cualquier profesional. Con la honestidad de base que les caracteriza y cargados de galones de veteranos del oficio, Luis y María ofrecen páginas de oro puro al principiante, desmenuzan punto por punto toda esa información que, tanto los autores como esta que te escribe, habríamos querido que alguien nos avanzara en el momento crucial de decidir nuestro destino. Antes y durante la carrera universitaria necesitábamos respuestas. Hoy las podrás encontrar a lo largo de estas páginas.
Conozco y quiero bien a Luis Fraga. Periodista de raza, comunicador vocacional absoluto, poseedor de todas las cualidades arriba mencionadas, estrella en la televisión y, de un tiempo a esta parte, destacado profesional en la docencia. Él fue mi primera e inolvidable pareja televisiva en Antena 3 Noticias. Trabajamos mano a mano durante cuatro años, en Las Noticias de la Mañana y después, otros dos años en la edición de los fines de semana. Aquella etapa me permitió reconocer en él, de inmediato, a un profesional como la copa de un pino, a un espíritu con talento noble y creativo. Una personalidad la suya, por desgracia, no tan frecuente como quisiéramos en este convulso planeta audiovisual. Sentí mucho su marcha, pero él se había propuesto no defraudarse y volar, y seguir creciendo. En ello continúa, ¡vaya si lo está logrando! He aquí su primer libro, escrito mano a mano con otra profesional excelente, María Solar, periodista audiovisual de larga y reconocida trayectoria. Una mujer de la comunicación, próxima y querida por sus televidentes y también por sus lectores. En la literatura es una autora premiada y traducida a otros idiomas, que ha escrito para adultos, jóvenes y niños con gran éxito. Tan prestigiosa y enorme como su currículum, María es una magnífica contadora de historias reales en la tele y de ficción, a través de sus libros.
A los dos, mi gratitud profunda por el honor concedido de escribiros este humilde prólogo que es, en realidad, un agradecimiento emocionado a sus autores y una petición expresa para que tú, que lo estás leyendo, te empapes de las enseñanzas que contiene este libro y reserves para él un sitio fijo en tu mesilla de noche, si de verdad te quieres convertir en un gran periodista.
Párate a pensar, por ejemplo, en capítulos como «La carrera de fondo», que insiste en la importancia de la resiliencia laboral y en la cultura del esfuerzo, y que incluye consejos para hablar en público o para comenzar a construir tu marca personal en las redes sociales. En «La televisión ha muerto. ¡Viva la televisión!», empápate del manual para hacer informativos, ese maravilloso proceso que comienza cuando un hecho se conoce y que culmina en el momento en el que la noticia se emite. Descubre cómo funcionan por dentro las hermanas radio y prensa y en qué consiste y cuáles son las salidas profesionales de la comunicación corporativa. Conciénciate de que «en el periodismo no todo vale», para preservar siempre la ética y la calidad de tu trabajo. Y que siempre deberá guiarnos el sentido común, que informar nada tiene que ver con causar dolor al espectador. No se trata de enseñar sangre y muerte en primer plano. Se trata de contar lo que sucede con rigor, criterio y sin estridencias.
Tienes ante ti un libro sumamente atractivo que te desgrana estos y otros asuntos en un momento en el que el periodismo arrastra una crisis crónica de décadas, ¡pero no seré yo quien te aconseje que desistas! Al contrario. Has escogido la profesión más bella y agradecida. Explicando todo lo que pasa ahí fuera, acabarás conociéndote en profundidad. El buen profesional de la información teje, a la larga, un oficio terapéutico, enriquecedor para sí mismo y para el resto, cultural, histórico tantas veces. Y su trabajo acaba recibiéndose como un servicio social imprescindible.
Ya te avanzo que muy probablemente no acumularás millones de euros en este oficio, te expondrás a penurias económicas que pueden estirarse durante años y, en general, a una existencia laboral incierta. Sufrirás en la misma medida en la que disfrutes. Y sin embargo, le estás diciendo sí a la vida más hermosa, un árbol de múltiples ramificaciones y frutos.
SANDRA GOLPE