Las imágenes de los Arcanos son ©Tarot de Marsella Camoin-Jodorowsky, excepto en las anotaciones a pie de imagen en cuyo caso el © corresponde a sus autores.
© Coaching y Tarot. Para alcanzar la excelencia en la vida - Francisco Benages
© 2016, Francisco Benages
© 2016, Ediciones Corona Borealis
Pasaje Esperanto, 1
29007 - Málaga
Tel. 951 088 874
www.coronaborealis.es
Maquetación editorial: Georgia Delena
Diseño de cubierta: Sara García
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Primera edición: Marzo 2016
ISBN: 978-84-15306-04-7
P. V. P.: 9 €
Distribuidores: http://www.coronaborealis.es/?url=librerias.php
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“Seis honrados servidores
me enseñaron cuanto sé;
sus nombres son:
cómo, cuándo,
dónde, qué, quién y por qué”.
Rudyard Kipling
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.
Pasaba sus días en su laboratorio en busca de respuesta para sus dudas.
Cierto día, su hijo de seis años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar, el científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera entretenerlo.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin la ayuda de nadie.”
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamada calmadamente.
“Papá, Papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no creyó en el niño.
Pensó que sería imposible que a su edad, haya conseguido componer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.
¿Cómo era posible?
¿Cómo el niño había sido capaz?
–“Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, cómo lo lograste?”
–“Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista
para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura del hombre.
Así, que di vuelta a los recortes, y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.”
“Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.”
Gabriel García Márquez
Antes de entrar en materia, no quisiera hacerlo sin expresar mi tremenda gratitud hacia las personas que, de un modo u otro, me han permitido expresarme a través de este libro.
En primer lugar a Luisa Alba, mi editora, y a todo el equipo de Ediciones Corona Borealis por seguir confiando en mí.
También y de forma muy particular a cuatro personitas que en todo momento me ponen a prueba y me hacen reflexionar sobre el sentido de la vida: Oscar y Cristian (mis dos mayores alegrías), Alma (mi pequeña princesa) y Joel (el hombrecito de la casa). A ellos dedico este trabajo con mucho cariño.
Mi gratitud a Sandra Iozzelli, por está ahí con sus sabios consejos, a Laura Ribas por su clara visión; también a los integrantes del grupo de conferencias de Wainwright Global.
No puedo olvidarme de Margarita Basi que tuvo la paciencia de leer mi primer manuscrito.
Siento especial gratitud por Georges Colleuil, por esa sabiduría que hay detrás de su sencillez y cercanía y por ofrecerme una nueva perspectiva del Tarot. Por supuesto también gracias a Kim y Katia.
Gracias también a Tubi Tubau por su gran conocimiento del Tarot Evolutivo, y a Eduardo Diez y Pilar Morales por su profesionalidad.
Y, cómo no, mi eterna gratitud a mis clientes y consultantes, este trabajo no lo podría haber realizado sin su ayuda.
Gracias a todos, de corazón.
A pocos adultos, quienes generalmente estamos empeñados en arreglar a los demás antes que a nosotros mismos, se nos hubiese ocurrido darle la vuelta al rompecabezas para poder “arreglar” al hombre ya que como solemos mirar “hacia fuera” se nos olvida que es “dentro” donde se encuentran las respuestas a nuestros propios rompecabezas mentales. Este trabajo trata sobre eso, sobre si somos capaces de reflexionar en voz queda, tomar contacto con nuestra esencia y, con mucho trabajo, ir deshilvanando la madeja de nuestro acontecer diario. Y solo se trata de eso, de re-flexionar nuestra mirada, de “flexionarla” hacia dentro para descubrir las maravillas, y por qué no, los infiernos, que habitan en nuestro interior. Y a partir de ahí que cada cual decida lo que es mejor para él/ella.
Para lograrlo me sirvo de mi querido Tarot (¡¡qué empecinamiento!!, pensarán algunos) y del Coaching (¡¡vaya, otro que se ha subido al carro!!, pensarán otros). Pues sí, me he empecinado y me he subido al carro, más que nada para mostrar, que no demostrar, lo que de similares tienen el rico mundo simbólico y arquetípico del Tarot y el pragmatismo mayéutico del Coaching, algo que en principio puede parecer incongruente. Y más que la similitud, busco la compenetración, la analogía, el cómo pueden servirse el uno del otro para bucear en el Yo más profundo.
Y digo esto porque al Coaching últimamente se le relaciona con todo, existe un Coaching con flores de Bach, un Coaching Astrológico, un Coaching Tanatológico (¡¡uf!!), Coaching de Salud, para desempleados, para madres solteras, para jubilados, para perros (más ¡¡uf!!), y un largo etcétera que cubre prácticamente cualquier situación, actividad y, puestos ya a decirlo, cualquier nicho de mercado susceptible de ser “coacheado”.
También, desde hace un tiempo, se habla del Tarot-Coaching, aunque los métodos utilizados difieren en la medida de que cada cual lo implementa según su perspectiva y habilidades. A través de las páginas de este libro lo que he intentado es darle un formato práctico y que, sin desvirtuar los principios básicos del Coaching, se pueda acceder al rico mundo simbólico del Tarot para poder llegar con mayor profundidad al hemisferio derecho de la persona que tenemos delante y acceder con una mayor simplicidad no exenta de calado a ese rico inconsciente que es de donde emergen nuestros más hondos y sublimes deseos y paralelamente donde se encuentran anclados nuestros más terribles miedos y bloqueos.
Este trabajo consta, pues, de 22 capítulos, uno sin número, éste, y 21 numerados como los Arcanos Mayores del Tarot. También me he permitido la licencia de no ponerle título al Capítulo XIII, tal y como mandan los cánones del Tarot de Marsella. En ellos he compilado y combinado tanto información teórica sobre todo referente al Coaching como la práctica con el Tarot como aliado. Se trata, sin duda, de MI sistema de trabajo, y por lo tanto perfectamente opinable y enjuiciable, aunque mi objetivo es el de compartirlo con todo aquel que desee ampliar su conocimiento y herramientas sin negar para nada otros métodos y sistemas perfectamente válidos también.
Durante todo este proceso, llamémosle así, no he perdido de vista uno de los paradigmas básicos que me animan a trabajar con el Tarot: dejar de lado todo el ropaje esotérico y enigmático que le ha caracterizado habitualmente y utilizarlo en su vertiente humanística. Por lo tanto la premisa es utilizarlo dentro de un contexto fenomenológico, en el aquí y ahora, sin propugnar vaticinios, consejos vacíos de contenido y proyecciones sin sentido. Por ello he tenido muy en cuenta las premisas del Coaching a la hora de “encajar” ambas disciplinas. Redondeo el trabajo analizando y exponiendo con ejemplos lo que a mi entender debería ser la consultoría de Tarot en este siglo que apenas acabamos de iniciar aunque sin dogmatismos, cada cual es libre de utilizarlo como mejor prefiera, al fin y al cabo todo forma parte del Campo que nos anima y como todo Es pues ahí está y podemos elegir aquello que mejor se adapte a nuestros yoes, que son muchos.
Solo con la suficiente Lucidez podremos mirar con nuevos ojos y actuar desde una inocencia consciente que nos lleve a re-nacer, re-descubrir y re-inventar nuevas formas de inter-actuar con nuestros semejantes, sabiendo que hay tanta distancia entre tú y yo como de ti y tú mismo. Feliz proceso.
Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor le comunicó que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que no sabía que le sucedía al otro: no se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio, e incluso había que llevarle la comida hasta allí.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo para que hicieran volar al halcón que le habían regalado, y que por alguna razón desconocida no quería volar. Después de muchos intentos, nadie lo logró. Publicó finalmente un edicto entre sus súbditos explicando lo que necesitaba.
A la mañana siguiente, vio al halcón sobrevolando ágilmente sobre los jardines.
– Traedme al autor de ese milagro, dijo.
Enseguida le presentaron a un campesino ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago, acaso?
El hombrecito sólo explicó:
– No fue difícil, su Alteza: sólo corté la rama. El pájaro se dio cuenta, comprendió que tenía alas y se largó a volar.”
Anónimo
¿QUÉ ES EL COACHING?
Existen muchas definiciones de Coaching, todas ellas tienen parte de razón, por ello para ser lo más estricto posible, voy a referirme a lo que una de las asociaciones más importantes de España postula como definición de lo que es el Coaching.
Definición de coaching según la ASESCO (Asociación española de Coaching)
En su página Web encontramos la definición que esta entidad española hace del Coaching:
El Coaching profesional es un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial mediante un gran conjunto de herramientas que ayudan a cubrir el vacío existente entre donde una persona está ahora y donde se desea estar.
En la relación de Coaching el coach ayuda al desarrollo personal elevando la conciencia, generando responsabilidad y construyendo auto confianza.
Es el arte para que la personas consigan lo mejor de sí mismas en todo aquello que deseen, mediante una relación continuada, se requiere un alto nivel de entrega y energía por ambas partes, pero bien es cierto que el trabajo duro proporciona grandes satisfacciones.
El coaching no es ninguna terapia ni proceso curativo de nada. No se trata de ningún asesoramiento psicológico.
El coaching es una disciplina nueva que nos acerca al logro de objetivos permitiéndonos desarrollarnos personal y profesionalmente. Es una competencia que te ayuda a pensar diferente, a mejorar las comunicaciones que mantienes y profundizar en ti mismo.
Se podría decir que el coaching es el arte de trabajar con los demás para que ellos obtengan resultados fuera de lo común y mejoren su actuación. Es una actividad que genera nuevas posibilidades para la acción y permite resultados extraordinarios en el desempeño.
Otra forma de definir al coaching es como de una alianza entre Coach y cliente, es un acuerdo entre las partes, donde se establecen los objetivos a alcanzar, la forma de llevar adelante el programa, la agenda de trabajo y la evaluación de los resultados que el “asistido” va alcanzando.
Y se puede realizar mediante contacto directo, al teléfono y/o por e-mail.
El coaching es mucho más que una herramienta para la gestión, es un modo de ser y de hacer cotidianamente. Lo que lo convierte en una herramienta genial en la gestión de empresas y una herramienta de valor incalculable en el desarrollo personal para obtener metas tanto personales como profesionales.
Los beneficios se hacen visibles y tangibles cuando el cliente profundiza en sus situaciones personales, mejora sus relaciones, descubre talentos que tenia escondidos, arranca con nuevas carreras apasionantes, se libran de cosas y lazos que les atan y les impiden progresar tanto en sus vidas personales como profesionales.
También podemos definirlo como una profesión que consiste en acompañar a personas o grupos en la misión de alcanzar sus objetivos, y más a largo plazo, al éxito en su evolución personal, profesional y corporativo.
Un Coach acompaña a su cliente en el diseño de futuro sin que el pasado limite al desarrollo. El Coach trabaja pasando temas rápidamente, avanzando, no profundiza en ellos.
En el Coaching generalmente trabajamos hacia el futuro que quiere ser diseñado por el cliente modificando el presente…..El Coaching se centra en lo que deseas y es posible para tí, no se centra en lo que te pasó.
Un Coach trabaja exclusivamente en objetivos y metas donde el cliente está comprometido.
Filosofía del Coaching
“La filosofía del coaching está basada en las teorías de Sócrates. Hace referencia a la capacidad que tienen las personas en buscar dentro de si mismos y poder descubrir las respuestas por si mismos. El coaching trata de acompañar al aprendiz-alumno en este proceso de aprendizaje.
Así como una matrona ayuda a “dar a luz” sin ser su propio parto, Sócrates ayudaba a encontrar respuestas en sus discípulos, pero él no daba respuestas o soluciones. El coaching, se apoya en el método socrático, en su forma dialéctica de acompañar, que a través del diálogo, hace reflexionar a sus discípulos con preguntas inteligentes, para que estos adquieran conocimiento por si mismos y llegar a la verdad de las cosas.
Podríamos decir que un slogan del coaching es : La solución está dentro de ti, hay que aprender a buscarla. El coach tiene todas las preguntas, el coachee tiene todas las respuestas.
En la práctica el método del coach no dará consejos, ni soluciones ya hechas, si ayudará al cliente a desarrollar recursos, a encontrar pistas para alcanzar los objetivos o metas que él se ha trazado. Lo que viene de dentro es más válido y fácil de reconocer y aprender que lo que se intenta imponer desde fuera”. (Germán Belda Gil)
Con el paso del tiempo el Coaching ha desarrollado multitud de variantes, tantas como profesionales pues se trata de una disciplina que se comporta como una esponja, se empapa de todo aquello susceptible de ayudarle a ayudar a sus clientes. Hoy en día el concepto y definición de Coaching sobrepasa los postulados que pudieron establecerse en sus inicios, pero lo importante es que se trata de un proceso en el que se acompaña al cliente en su travesía hacia sus objetivos.
En general podemos dividir los diferentes tipos de Coaching ya sea por su especialidad o por la modalidad de la sesión. Algunas de las especialidades que podemos encontrar en el mercado son:
•Coaching personal
•Coaching empresarial
•Coaching organizacional
•Coaching ejecutivo
•Coaching para el liderazgo
•Coaching ontológico
•Coaching de atracción
•Coaching familiar
•Coaching transformacional
•Coaching de sombra
Y de acuerdo a la forma en la que se desenvuelve la relación con el coach en:
•Coaching Individual
•Coaching Grupal
•Coaching por email
•Coaching Presencial
•Coaching Online
Sea cual sea la modalidad escogida el Coaching tiene un propósito universal:
“El primer propósito del COACHING es ELEVAR TU NIVEL DE CONCIENCIA, para que puedas verlo con toda claridad. Tan pronto como adviertas qué se interpone en tu camino, sabrás exactamente por qué no has creado la vida que deseas. Comprenderás que has sido incapaz de ponerte en marcha porque existe una razón. El segundo propósito del COACHING es conseguir que TE PONGAS EN MARCHA. Cuando ves a personas apasionadas con su vida y su trabajo, que han encontrado su sitio perfecto, el mundo parece a veces muy injusto” (Ana Gómez).
El esquema en el que se desarrolla el Coaching es, entonces, llevarnos del estado actual al estado deseado:
Más recientemente encontramos modelos de Coaching en el que se entremezclan visiones holísticas, filosofías, conceptos y perspectivas en constante desarrollo que se acercan más al concepto de psicología espiritual.
Un poco de historia
Todos pensamos que el término Coach proviene del inglés- entrenador-, sin embargo su etimología es mucho más antigua. El término nace en Hungría en el siglo XVI en un pequeño pueblo del norte del país donde se desarrolló un servicio de carruajes rápidos con cabida para varios pasajeros y sujetos a horarios e itinerarios fijos: los “koksi szekér” (“vehículos de Kocs”).
El nuevo carruaje no tardó en llegar a Francia, donde un siglo después ya se hablaba de “coach”, en español “coche”. Este vehículo pronto recorrió los caminos de las islas británicas, puesto que entre los siglos XVII y XVIII encontramos en sus diccionarios referencias como “mail coach” (coche postal), “stage coach” (diligencia), así como “coachman” (conductor).
El término se introdujo a finales del siglo XVIII en Inglaterra donde empezó a practicarse el “coaching”: un deporte de la alta sociedad que consistía en practicar la conducción de estos carruajes de manera competitiva. También encontramos su utilización en el ambiente universitario, los estudiantes ingleses lo utilizaban para denominar a los profesores que los orientaban en el curso académico. En Estados Unidos en las décadas de los años 50 y 60, los “coachs” eran los encargados de entrenar a los componentes del equipo; la misma práctica de estos profesionales le hizo ver que además de entrenarlos físicamente necesitaban incluir una dimensión más mental y emocional.
El entrenador, desde esta perspectiva, ayudaba a desarrollar las competencias deportivas del equipo, así como sus competencias psicológicas (motivación, preparación mental, gestión del estrés y las emociones, etc.). Con este tipo de acompañamiento el entrenador preparaba eficazmente para la competición y ayudaba a optimizar sus capacidades a través de un acompañamiento multidimensional que asociaba cuerpo y mente. A partir de la década de los ochenta, el término coaching se introduce en el mundo de la empresa, en el que los procedimientos y las comparaciones en términos de competición, excelencia y necesidad de superación justificaban este enfoque.
Resumiendo, a lo largo de los últimos veinte años, el coaching ha vivido un proceso de difusión entre la población, dejando de ser un servicio recibido exclusivamente por deportistas de élite y directivos de empresas y su utilización se ha ampliado hasta los temas personales. Hoy en día es utilizado ampliamente por artistas, músicos, actores y personas de todo tipo que desean realizar una transformación en sus vidas.
Influencias del Coaching
El Coaching bebe de numerosas fuentes, y cada día se van incorporando más especialidades, aunque en su base fundacional podemos mencionar las siguientes:
Hacer un repaso exhaustivo de todas esas influencias no es el propósito de este libro, sin embargo sí que es importante tenerlas en cuenta por las implicaciones que actualmente se están dando en el Coaching donde, a pesar de la controversia que suscita, se empieza a contemplar al Coaching como una mezcla entre Coaching y Consultoría.
El Tarot y su relación con el Coaching
Ya desde el último tercio del siglo pasado el Tarot inició un camino para salir de lo estrictamente esotérico y resurgir como herramienta susceptible de ser utilizada en procesos terapéuticos. Psicólogos acreditados del mundo anglosajón y de la escuela francesa empezaron a utilizar los arcanos del Tarot como herramienta proyectiva y asociativa demostrando que tanto a nivel simbólico como arquetípico el Tarot demostraba, una vez más, su potencial para activar zonas de nuestro inconsciente y posibilitar y ayudar en el proceso curativo de las personas. En su continuo avance evolutivo y debido precisamente a su estructura abierta se le ha podido relacionar con especialidades, filosofías y técnicas tanto seculares como contemporáneas lo que le ha llevado, muy a pesar de ciertos sectores inmovilistas, a instalarse en este siglo como una de las opciones más utilizadas en diversos tipos de actuación psicológica. Por lo tanto y teniendo en cuenta que dos de las fuentes de donde bebe el Coaching son la mayéutica socrática y la psicología nada mejor que utilizar las imágenes del Tarot para producir transformaciones en las personas y acompañarlas en su proceso particular de madurez e individuación.
La lectura del Tarot promueve la descodificación del estado del espíritu mediante su rico simbolismo y nos guía hacia una toma de conciencia. Los arcanos representan las energías que están presentes en nuestra vida, o de las situaciones que se suceden en ella. Según la cuestión planteada, estos símbolos nos abren una vía de reflexión, de discusión. Nos dan las claves para poder profundizar en su mensaje conjunto. En los arcanos del Tarot no solo viven los símbolos, sino que nos permiten su integración y su expresión. Trabajar con los arquetipos del Tarot nos permite estudiar lo que de universal tiene el ser humano. En este sentido podemos decir que el Tarot no es en absoluto esotérico, es humanista, un punto más en común con el Coaching. Ante todo el Tarot es un lenguaje visual, simbólico y arquetípico. Si conseguimos hablar bien este lenguaje nos comunicaremos mejor entre nosotros, al fin y al cabo símbolo remite a unidad y aunque los símbolos tengan su ámbito de actuación en lo cultural, los arquetipos son universales. Uno de los objetivos del Coaching con Tarot es el de sintonizar tu vida interior con tu vida exterior. Te ayuda a limpiar y despejar las emociones y pensamientos destructivos para que puedas conectar con la sabiduría de tu alma y escuchar sus mensajes internos. También te ayuda a descubrir tu propósito de vida para crearte la vida que apoye ese propósito.
Pero para poder utilizar el Tarot en los procesos de Coaching es necesario que el típico tarotista se reconvierta y deje de predecir el futuro, dar consignas y consejos y se desprenda de su condición de gurú para pasar a ser simplemente un acompañante del cambio que desean sus consultantes, y debe también aprender las técnicas propias del Coaching para poder luego adaptar su conocimiento del Tarot al trabajo específico de acompañamiento. Sobre todo si quiere dedicarse al Coaching ofreciendo sus habilidades con el Tarot primeramente tiene que cambiar la propia visión que tiene de él. A partir del momento en que decida utilizar ambas especialidades tendrá que aprender a escuchar más que a hablar y a dejar, en la mayor parte de ocasiones, que sean sus clientes quienes le den un significado a los arcanos y que la interpretación se ciña a unas premisas específicas en las que no cabe:
•Predecir el futuro
•Dar consejos, y menos si no nos los piden.
•Obstinarse en tener razón
•Colocarse en un nivel superior a su consultante
•Demostrar cuanto sabe sobre los significados
•Dirigir el destino de las personas
•Influir sobre las decisiones de los clientes
•Utilizar un lenguaje esotérico y oportunista
•Proyectar en el cliente sus valores y creencias
•Mostrar aptitudes de vidente
Con el Tarot pasa un poco lo mismo que con el Coaching, cada uno tiene su sistema, que suele ser el mejor; pero no nos engañemos el propio Tarot insta a utilizarlo de formas muy variadas aunque sin perder su esencia. En este trabajo he intentado no perder de vista esa premisa y por ello no propongo ningún sistema sino que propugno la más absoluta de las variaciones.
El Tarot puede enriquecer enormemente el trabajo realizado con el Coaching, pero para ello necesitamos realizar un reciclaje efectivo que lleve a los tarotistas a convertiste en tarólogos y a estudiar los métodos del Coaching y a los profesionales de este proceso a entender mejor la virtudes del Tarot para poder utilizarlo con garantías, y eso es lo que pretendo mostrar en estas páginas. Por cierto, hay un Arcano que representa al Coaching y para descubrirlo tendremos que volver a las fuentes de la etimología de la palabra: “koksi szekér”- Vehículo.
Pues sí, lo has adivinado querido lector. El Arcano del Coaching es:
Tarot de Marsella – Grimaud
Cualidades de un buen Tarot-Coach
Un buen profesional para realizar bien su trabajo debe manifestar ciertas cualidades, para eso se le paga. Algunas de estas cualidades hay quien ya las manifiesta de forma natural porque forman parte de su estilo, de su manera de ser y de actuar. Otras es posible aprenderlas y al ponerlas en práctica con asiduidad se potencian e integran y permiten aumentar sus habilidades y capacidades. Voy a enumerar una cuantas. Es difícil encontrar a alguien que las tenga todas, nadie es perfecto, pero sí es conveniente para el Tarot-Coach tenerlas en cuenta pues de su utilización dependerá el éxito del proceso.
Es importante sobre todo generar confianza y seguridad en el cliente ya desde la primera entrevista porque ello nos permitirá acometer el proceso con garantías. El consultante no compra un servicio, compra a la persona (en lenguaje figurado claro) y nosotros no ofrecemos un servicio, nos ofrecemos a nosotros mismos. Debemos pensar que en las relaciones profesionales que establecemos estamos ofreciendo el producto o servicio más preciado del que disponemos, y ese no es otro que nosotros mismos. Como se suele decir en marketing: nosotros somos nuestra propia marca. Si el cliente se siente confiado y seguro con nosotros, ya tenemos la mitad del trabajo hecho. La Actitud de Servicio es también una cualidad muy estimada por los clientes, debemos implicarnos en el proceso generando empatía.
Es imprescindible no realizar juicios, de ningún tipo. El trabajo del Tarot-Coach consiste en acompañar al consultante en el camino hacia su objetivo. Tampoco debemos comparar, cada consultante es único y así debemos verlo y tratarlo. Llegado el caso podemos definir sus acciones pero nunca definir al cliente, definirlo es limitarlo y siempre partimos de la base de que la persona ya está completa y tiene las soluciones que necesita.
No busquemos la perfección, se puede buscar la excelencia en lo que hacemos aunque el excesivo perfeccionismo puede arruinar una sesión, mejor fluir con la conversación, dejar que las cosas pasen sabiendo llevar el tempo y el ritmo. (se nota la influencia de mis años de músico y productor).
Y no dar consejos, sobre todo si no nos los piden. Nuestra misión es hacer emerger posibilidades de acción, siempre por parte del consultante. Aunque en este contexto quisiera citar un comentario de Alain Cardon con el que estoy totalmente de acuerdo: “Algunos coaches insisten en afirmar que el coachee (cliente, consultante) tiene dentro de sí todo lo que necesita saber para poder cambiar y no necesita aprender nada nuevo, sólo hay que ayudarle a sacar lo que lleva dentro. Esta creencia limitadora asume la posición de Carl Rogers, el creador del Counselling, pero no es cierta. Cada día hacemos nuevos aprendizajes y la evolución de la tecnología nos sorprende a menudo con nuevos desarrollos que nos cambian la vida. Otra cosa bien distinta es que el coach puede hacer que su cliente aprenda conocimientos o comportamientos nuevos con una metodología de preguntas adecuadas que le permitan llegar a conclusiones y acciones a las que nunca hubiera llegado anteriormente por sí mismo”. Así pues pienso que si bien es importante aplicar las técnicas del Coaching cuando utilicemos el Tarot, también lo es que el propio Tarot aporta herramientas insustituibles a aquellos Coaches que desean profundizar más en la teoría y práctica del comportamiento humano, su mirada simbólica y sus creencias arquetípicas. Otra cualidad imprescindible es la paciencia. No hemos de mostrarnos ansiosos porque el consultante avance en su camino, cada cual lo hace a su debido tiempo.
En cada sesión hemos de escuchar abiertamente, sin ser selectivos y ello solo lo podemos lograr si enfocamos nuestra atención totalmente en el cliente. Hemos de ser capaces de crear un espacio en el que el consultante pueda desenvolverse con fluidez. Nuestro objetivo reside en respetar la autonomía del cliente con el objeto de facilitar que emerjan las dinámicas y soluciones propias de éste último. El coaching se basa en una filosofía de no intervención y de no control, dejando que surjan las capacidades naturales de la persona o de los equipos cuando realizamos sesiones grupales, y una característica importante dentro de las atribuciones de un buen TarotCoach es el permitir que se genere ese espacio libre y abierto mediante el silencio, el vacío budista, y eso se consigue actuando desde la presencia interior. Al igual que sucede en física cuántica, este silencio, esta escucha, es el vacío que está lleno de energía. En este vacío creado por el TarotCoach, emergen una multitud de datos, todos ellos relacionados entre sí puesto que el azar no existe y que el TarotCoach debe saber captar para poder acompañar al consultante hacia un cambio en sus marcos de referencia.
Un TarotCoach debe potenciar su INTUICIÓN, IMAGINACIÓN, EXPLORACIÓN Y CREATIVIDAD. Con ello estimulará estas áreas en el consultante quien se sentirá reconocido y agradecido.
Un TarotCoach debe estar en contacto permanente con su Tarot, ampliar sus interpretaciones, sus significados, estudiar su simbología y mitología. Convertirse en un experto supondrá contar con una mayor seguridad en sus consultas y un abanico de recursos más amplio de cara a sus consultantes.
Otras habilidades importantes en todo el proceso de Tarot-Coaching las podemos resumir en:
•Tiene que tener credibilidad frente al consultante. Mostrarle respeto, Ganarse su confianza, y tener empatía (“Química”) con él.
•Hacer de espejo del consultante para analizar sus fortalezas y debilidades.
•Guiarse siempre por lo objetivos del cliente. Ayudarle a enunciarlos y situarlos.
•Estimular el proceso racional y reflexivo. Hacerle tomar conciencia de los conflictos y facilitarle la búsqueda de las preguntas adecuadas para resolver un problema.
•No intentar convencer, ni menos manipular, facilitándole feedbacks positivos.
•Orientar al cliente elaborando conjuntamente un plan de acción progresivo para ir alcanzando las metas.
•Actuar como catalizador, ayudando a encontrar el camino de forma coherente a los valores y creencias del consultante.
•Saber ser motivador, capaz de estimular el crecimiento y desarrollo y fortaleciendo la voluntad de superación de sus consultantes.
•Debe guiarse por un comportamiento ético y garantizar en todo momento la confidencialidad.
•Debe mostrarse entusiasta y comprensivo y sobre todo respetuoso con las decisiones de su cliente.
El TarotCoach debe tener presente, en su relación con el consultante las siguientes premisas:
“La interfaz cliente-coach es asombrosamente rica en informaciones pertinentes. ¿Cómo habla el cliente al coach? ¿Cómo mira el cliente al coach? ¿Cómo contesta a las preguntas del coach o a las reformulaciones eventuales del coach? ¿Cómo participa activamente a la creación de una relación respetuosa y centrada sobre sus propios resultados? ¿Dónde lleva el cliente su mirada? ¿Cómo el cliente acepta su propio silencio y los de su coach? ¿Cómo emprende su investigación con el coach? ¿Qué tipo de colaboración establece? ¿Cómo el cliente busca, encuentra y construye asumiendo su responsabilidad personal en la relación? ¿Cómo vive el cliente la proximidad, la intimidad o la distancia con el coach? ¿Cómo vive el cliente la intimidad de la mirada y de la presencia del coach?” (Alain Cardon)