Agradecimientos

Una de las obligaciones más agradables de un autor es agradecer la ayuda y la asistencia de aquellos que han contribuido a hacer que esta obra sea lo mejor posible. En primer lugar, tengo que expresar mi agradecimiento a todo el equipo de Plataforma Editorial, que se ha esmerado en que la edición del texto sea lo más legible posible para que el lector pueda disfrutar (o eso espero) no solo del contenido, sino también de un objeto hermoso. Una mención especial merecen los sabios comentarios y consejos de Miguel Salazar, que permitieron cambiar el enfoque del texto para aproximarlo a la actualidad de los lectores y destacar las lecciones que los europeos de 2017 podemos aprender de los errores y los aciertos de los europeos de 1517.

Un agradecimiento muy especial a Jordi Nadal, editor de Plataforma y amigo desde el siglo pasado, que ha creído en este proyecto desde el principio y ha querido contribuir con él a la celebración del 500 aniversario de la Reforma.

Este libro es la culminación de muchos años de estudios, lecturas y reflexiones sobre la historia de la Iglesia y del protestantismo, y en cierta medida viene a saldar en parte una deuda con el profesor Joan Bada, de la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona, de quien fui alumno y que aceptó dirigir una tesis doctoral sobre la historia del protestantismo español en el siglo XIX que nunca llegué a presentar.

También debo expresar mi agradecimiento a todos mis alumnos de Historia del Cristianismo en el Instituto Bíblico y Seminario Teológico de España (IBSTE) de Castelledefels, con los que pude compartir durante varios cursos mis conocimientos y sus inquietudes sobre la historia del cristianismo. Y también a los alumnos de las diferentes asignaturas de historia de la Biblia y de la Iglesia impartidas en el Centro de Formación Bíblica del Vallès Oriental (CFBVO), que con sus comentarios, preguntas y reflexiones me han enseñado mucho más que yo a ellos.

Pero en los inicios de esta aventura de estudiar la historia del cristianismo se encuentran dos personas a las que nunca podré demostrar un agradecimiento que consiga estar a la altura de su generosidad, comprensión y cariño. Si el azar o el destino no hubiera cruzado mi camino con el de Dámaris en secundaria, posiblemente nunca habría llegado a conocer a sus padres, Pedro y Magda, que me «adoptaron» como uno más de sus hijos y desde entonces han sido un ejemplo de una vida cristiana vivida siguiendo el mensaje evangélico con coherencia, amor y sensatez. Sin la familia Gelabert Fernández mi vida habría sido diferente y mucho más pobre, y sin las largas conversaciones con Pedro nunca habría llegado a escribir este libro. Muchas gracias por todo lo que me habéis dado, sin esperar nunca nada a cambio. Espero que este libro pueda saldar un poco esta deuda de gratitud.

Finalmente, y no por ello menos importante, todo mi agradecimiento y amor a mi esposa, Mariví, y a mis hijos, Paula y Eloi, que tienen la enorme paciencia de aguantar a un marido y padre que vive rodeado de libros y muchas veces tiene la cabeza en un siglo que no es el nuestro.

Evidentemente, todas las opiniones vertidas en las páginas anteriores son responsabilidad del que firma estas líneas y los errores son únicamente atribuibles a las carencias del autor.