Carmelo Mesa-Lago, coordinador
Roberto Veiga González
Lenier González Mederos
Sofía Vera Rojas
Aníbal Pérez-Liñán
Voces de cambio en el sector no estatal cubano
Voces de cambio
en el sector no estatal cubano
Cuentapropistas, usufructuarios, socios de cooperativas
y compraventa de viviendas
CARMELO MESA-LAGO, COORDINADOR
ROBERTO VEIGA GONZÁLEZ
LENIER GONZÁLEZ MEDEROS
SOFÍA VERA ROJAS
ANÍBAL PÉREZ-LIÑÁN
IBEROAMERICANA - VERVUERT - 2016
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ISBN 978-84-8489-985-3 (Iberoamericana)
ISBN 978-3-95487-532-0 (Vervuert)
ISBN 978-3-95487-895-6 (e-book)
Diseño de la cubierta: Rubén Salgueiros
Los autores abrigan la esperanza que este libro sea de utilidad, promueva una discusión enriquecedora y encuestas científicas que ayuden al desarrollo del sector emergente no estatal en Cuba
Voces
“Debe haber rienda suelta a toda esta fértil imaginación que estamos demostrando los cubanos, que se realice sin trabas, de manera libre, que el gobierno permita que esto fluya, no lo dificulte y controle sólo lo que debe controlar” (Cuentapropista).
“Tiene que cambiar la manera de pensar, no [solo] nosotros, sino lo que nos dirigen, nos tienen que dar más libertad para poder crecer, para seguir cooperando” (Socio de cooperativa).
“Si el Estado quiere que uno produzca, que ayude para eso… que haya mayor preocupación de las autoridades para que se pueda producir más y mejor… que le den al guajiro más chance para cultivar” (Usufructuario).
“Me gustaría que quienes gobiernan comenzaran a pensar en cómo hacerle la vida más sencilla a los ciudadanos, y menos en cómo preservar los preceptos que se han demostrado ofrecen no más que penurias” (Vendedor de vivienda).
El sector no estatal emergente y su importancia
I. ¿Qué es el sector “no estatal” emergente?
II. Cuantificación del sector no estatal
III. Metodología y estructura del estudio
IV. Reconocimientos
Trabajadores por cuenta propia
I. Antecedentes
II. Resultados y análisis de las entrevistas
Usufructuarios de la tierra
I. Antecedentes
II. Resultados y análisis de las entrevistas
Socios de Cooperativas de Producción no Agrícola y Servicios
I. Antecedentes
II. Resultados y análisis de las entrevistas
Compraventa de viviendas
I. Antecedentes
II. Resultados y análisis de las entrevistas
Comparaciones, conclusiones y sugerencias
I. Características de los entrevistados
II. Comparación de preguntas iguales en los cuatro grupos
III. Relaciones entre las características y las respuestas
IV. Conclusiones
V. Voces de cambio: problemas y deseos
Bibliografía
Apéndice 1. Cuestionario para las entrevistas
Apéndice 2. Lista de respuestas repetidas
Sobre los autores
1. Fuerza laboral ocupada por situación de empleo en Cuba, 2005-2015
2. Estimación de personas en el sector no estatal, 2014
3. Cuentapropistas: grado de satisfacción con lo que hace y gana
4. Actividad en que se desempeña actualmente
5. Pago de impuesto mensual en CUP y CUC
6. Número de empleados contratados
7. Frecuencia en el pago a los empleados
8. Forma de pago a los empleados
9. Tipo de problemas con los empleados
10. Ganancias
11. Uso que se le da a las ganancias
12. Tiempo para recuperar la inversión
13. Créditos del gobierno o préstamos de bancos
14. Otras fuentes de ayuda
15. Grado de competencia
16. Política de precios
17. Comparación del producto/servicio con competidores
18. Procedencia de los insumos
19. Forma de anunciarse
20. Planes de expandir el negocio
21. Problemas principales que enfrenta
22. Deseos de cambio o mejoría
23. Número de usufructuarios y tierra entregada, 2012-2014
24. Distribución de tierras agrícolas, cultivadas y no cultivadas, según el tipo de tenencia, 2007 y 2014
25. Tierras ociosas, 2007, 2013 y 2014
26. Usufructuarios: grado de satisfacción con lo que hace y gana
27. Tamaño de la parcela
28. Limpieza de marabú
29. Razón por no haber construido una casa
30. Cultivos
31. Pago de impuestos
32. Tipo de impuesto pagado
33. Empleados contratados
34. Formas de pago a los empleados
35. Ganancias y su uso
36. Beneficios de vincularse a una cooperativa
37. ¿Preferiría ser independiente?
38. Razones para no pedir créditos o préstamos
39. Otras fuentes de ayuda
40. Entrega de producción al acopio
41. Formas de comercializar la producción
42. Posibilidad de rebajar los precios de venta
43. Procedencia de los insumos
44. Problemas principales que enfrenta
45. Deseos de cambio o mejoría
46. Número de CNA y sus socios, 2013-2015
47. Comparación de respuestas importantes entre cinco CNA
48. Traspasos formales de viviendas por tipo, 2012-2014
49. Construcción de viviendas, total y por la población y el estado, 2006-2014
50. Modo de adquisición de la vivienda
51. Ubicación de la vivienda comprada o vendida
52. Tiempo que toma comprar/vender vivienda
53. Valor de la compraventa
54. Distribución porcentual de los municipios por precio de la vivienda
55. Forma de anunciarse
56. Fuentes para la compra de vivienda
57. Tiempo y costo de inscripción en el registro
58. Pago de servicios al notario
59. Aceptación del impuesto, pero basado en valor tasado
60. Utilización del valor de la venta
61. Acceso y precios de materiales de construcción
62. Problemas principales que enfrenta
63. Lo que le gustaría que cambiase o mejorase
64. Precios de la compraventa según los corredores
65. Características de los entrevistados
66. Ocupación previa
67. Empleados contratados
68. Uso de ganancias entre inversión y consumo
69. Remesas externas, préstamos estatales y otras ayudas
70. Fuentes para adquirir insumos
71. Formas de anunciarse
72. Principales problemas que enfrenta
73. Cambios o mejoras que desea
1. Evolución del sector estatal y no estatal, 2005-2014
2. Distribución del sector no estatal por sus componentes, 2014
3. Evolución del número de cuentapropistas, 2009-2015
4. Cuentapropistas: ¿Está satisfecho con lo que hace y gana?
5. ¿En que invierte sus ganancias?
6. ¿Tiene competencia?
7. ¿Dónde obtiene los insumos?
8. ¿Cómo anuncia su negocio?
9. ¿Piensa expandir su negocio?
10. ¿Cuáles son los problemas más serios que enfrenta?
11. ¿Qué le gustaría que cambiase o mejorase?
12. Evolución de tierras agrícolas, cultivadas, no cultivadas y ociosas, 2007-2014
13. Usufructuario: ¿está satisfecho con lo que hace y gana?
14. ¿Cómo usa sus ganancias?
15. ¿Qué parte de su producción vende al acopio?
16. ¿Dónde obtiene los insumos?
17. ¿Cuáles son los problemas más serios que enfrenta?
18. ¿Qué le gustaría que cambiase o mejorase?
19. Número de CNA, aprobadas y operando, 2013-2015
20. Viviendas construidas por el Estado y la población, 2006 a 2014
21. ¿Cómo adquirió su vivienda?
22. ¿Qué tiempo le tomó comprar o vender la vivienda?
23. ¿En qué usó el valor de venta de la vivienda?
24. ¿Cuáles son los problemas principales que enfrenta?
25. ¿Qué le gustaría que cambiase o mejorarse?
26. ¿Está satisfecho con lo que hace y gana?
27. ¿Cómo emplea sus ganancias?
28. ¿Recibe remesas externas, préstamos estatales u otras ayudas?
29. ¿Dónde compra los insumos?
30. ¿Cómo se anuncia?
31. ¿Cuáles son sus problemas principales?
32. ¿Qué desearía que mejorase o cambiase?
CCS | Cooperativas de Crédito y Servicios |
CNA | Cooperativas de Producción no Agrícola y de Servicios |
CPA | Cooperativas de Producción Agropecuaria |
CUC | Peso cubano convertible |
CUP | Peso cubano nacional (25 CUP= 1 CUC= 1 dólar) |
IPF | Instituto de Planificación Física |
MINCIN | Ministerio de Comercio Interior |
MICONS | Ministerio de Construcción |
MTSS | Ministerio de Trabajo y Seguridad Social |
MINTUR | Ministerio de Turismo |
ONAT | Oficina Nacional de Administración Tributaria |
ONEI | Oficina Nacional de Estadísticas e Información |
PIB | Producto Interno Bruto |
SNE | Sector no estatal |
TCP | Trabajadores por cuenta propia (autónomos) |
TRD | Tiendas Recaudadoras de Divisas (“shopping”) |
UBPC | Unidades Básicas de Producción Cooperativa |
Este libro estudia el sector “no estatal” en Cuba, que tiene creciente importancia y el potencial de transformar la economía predominantemente estatal (72% de la fuerza laboral) y en difícil situación. En este capítulo cuantificamos el sector no estatal e identificamos cuatro grupos principales: trabajadores por cuenta propia (autónomos), usufructuarios, socios de nuevas cooperativas y compradores-vendedores de viviendas privadas. En los próximos capítulos ofrecemos los antecedentes de cada grupo, basados en la información disponible: características, tamaño y tendencias, progresos, obstáculos e impactos. El elemento más innovador es el análisis de los resultados de 80 entrevistas intensivas hechas en Cuba en 2014-2015, para recoger las “voces” del sector. El objetivo principal del libro es ofrecer información clave no disponible sobre el sector no estatal: a) sus características (edad, género, color de la piel y educación); b) aspectos económicos importantes (como nivel de satisfacción, ocupación, ganancias, inversión, empleados contratados, recibo de remesas, microcréditos y otras ayudas, competencia, publicidad, planes de expansión), y c) su percepción de los problemas que enfrentan y sus deseos de mejora o cambio. Comparamos estos aspectos/percepciones entre los cuatro grupos, hacemos asociaciones entre sus características y una serie de respuestas a preguntas similares, y extraemos sugerencias de las “voces” para mejorar el sector y contribuir más al desarrollo económico y social del país.
En 2006, Raúl Castro sustituyó a su hermano Fidel al frente del gobierno, debido a la enfermedad de este, y en 2008 fue formalmente nombrado Presidente del Consejo de Estado y de Ministros. Desde 2007, Raúl ha implementado numerosas reformas, siendo las más importantes las llamadas por él “estructurales” (27-7-2007) porque modifican aspectos del actual sistema económico en diverso modo y magnitud.1
Una de las reformas estructurales más importantes ha sido la reducción del sector estatal y la correspondiente expansión del sector no estatal, como nunca antes bajo la Revolución. En 2010, el gobierno informó que había un vasto empleo excedente o innecesario en el sector estatal que había que despedir para ahorrar recursos, mejorar la productividad laboral y aumentar los salarios; 500 000 de dichos empleados serían despedidos entre octubre de 2010 y marzo de 2011, y un millón en diciembre de ese año; más tarde, se estimó el número de excedentes en 1,8 millones para ser eliminados en 2015. Los despedidos encontrarían empleo en el sector no estatal (SNE), el cual se divide, de forma amplia, en “privado”2 y cooperativo, ambos con diferencias en cuanto al tiempo de su implementación sus derechos de propiedad, su relación con el Estado, el rol del mercado, el tamaño del SNE y su tendencia creciente o decreciente (véase Mesa-Lago, 2013).
El subsector “privado” incluye cuatro grupos:
1) Los propietarios de pequeñas parcelas de tierra (“agricultores pequeños”), que comenzaron con la reforma agraria de 1959 y continúan, aunque reducidos a la mitad; estos tienen la propiedad de la tierra, aunque con ciertos compromisos con el Estado, tales como la obligación de venderle parte de la cosecha a un precio fijado por el gobierno (acopio), el cual limita la venta de sus productos a precios de mercado, aunque las reformas han flexibilizado algo esto.
2) Los trabajadores por cuenta propia (TCP), que han experimentado altibajos desde que comenzaron en el decenio del 70, pero en franca expansión desde 2011 (operan en 201 ocupaciones determinadas por el Estado); la mayoría son dueños de pequeños negocios o actividades económicas individuales (también pueden ser arrendadores de un negocio cedido por el gobierno), y sus productos o servicios se venden al precio de mercado.
3) Los usufructuarios de tierras estatales, que las reciben para ser explotadas bajo normas legales (incluyendo el acopio); estos comenzaron en el decenio de los 80, pero el mayor impulso ha sido desde 2008; no son propietarios de las parcelas, pero las cultivan y se apropian de sus frutos, y una vez cumplido el acopio, pueden vender el excedente a precio de mercado.
4) Los trabajadores empleados por los tres grupos anteriores, que no son titulares (propietarios o arrendatarios), sino asalariados.
El subsector cooperativo, que constituye un punto medio entre la propiedad privada y la estatal, tiene, a su vez, tres grupos:
1) Las cooperativas de producción agropecuaria que son las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) —creadas en 1994 por la transformación de las granjas estatales— y las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA). Ninguna de las dos es propietaria de la tierra, sino que la trabajan de forma mancomunada (el Estado mantiene la propiedad y otorga contratos de arrendamiento indefinido a los socios); ambas son las más dependientes del Estado y han decrecido en número y socios, y la mayoría de su producción va al Estado, que fija sus precios.3
2) Las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS), en las que los campesinos privados se unen para obtener crédito, comprar insumos al por mayor y compartir parte del equipo, son las más independientes y están creciendo en número y socios.
3) Las Cooperativas de Producción no Agrícola y de Servicios (CNA), como barberías, creadas en 2013, se están expandiendo, pero el número de sus socios es todavía pequeño; estas rentan al Estado, que retiene la propiedad de los inmuebles, pero venden sus productos/servicios a precios de mercado; se alega que son más independientes que las cooperativas de producción agropecuaria.
El sector emergente no estatal también incluye la compraventa de viviendas con precios fijados por la oferta y la demanda, que comenzó en 2011 y se ha ido expandiendo, así como la construcción de viviendas privadas por individuos (“esfuerzo de la población”).
El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), efectuado en abril de 2016, generó dos documentos: la conceptuación del modelo y un plan de desarrollo hasta 2030. El primero de ellos, reconoce la existencia de heterogeneidad en las formas de propiedad y de gestión, “adecuadamente interrelacionadas”, entre ellas la propiedad privada y la cooperativa; también acepta el rol del mercado dentro de un modelo en que prevalece la planificación central y la empresa estatal. El Estado se concentra en la dirección de la economía, la regulación y la conducción/control del proceso de desarrollo, y gestiona los medios fundamentales de producción (para un análisis del VII Congreso, véase Mesa-Lago, 2016).
La propiedad privada sobre “determinados medios de producción” juega un papel “complementario” al Estado; este se “desprende” de la administración directa de aquellas actividades que requieren un grado alto de independencia y autonomía, las cuales, además, conducen al desarrollo socioeconómico, contribuyen a la eficiencia, la creación de empleo y el bienestar. Esto “provoca el incremento del sector no estatal de la economía” (SNE), liberando recursos; no obstante, la gestión por formas de propiedad no estatal no implica “la privatización o enajenación de estos”; además, “no se permite la concentración de la propiedad y la riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales”; por último, el Estado regula al SNE, así como la apropiación privada del resultado del trabajo ajeno y las ganancias de estos negocios (PCC, 2016: 7-9).
El referido documento especifica dos tipos de “emprendimiento” privado: pequeños negocios realizados en lo fundamental por el trabajador y su familia, como personas naturales; y empresas privadas de micro, pequeña y mediana escalas, reconocidas como personas jurídicas. Además, “los tipos de cooperativas que reconoce el modelo forman parte del sistema de propiedad socialista” y tienen personalidad jurídica, ejerciendo propiedad colectiva de los medios de producción (PCC, 2016: 10). Lo anterior constituye la legitimación oficial del SNE, pero paradójicamente aún se niega la privatización; además, el SNE se concibe solo de manera supeditada al Estado y con mayores restricciones: por ejemplo, antes se prohibía la concentración de la propiedad, pero ahora se agrega también la de la riqueza. Este libro profundizará en el efecto de esos obstáculos.
El Congreso anunció una ley de empresas que regulará el sector no estatal, pero no se había promulgado tres meses después del evento.4 Luego de resaltar la relevancia del reconocimiento de la empresa privada dentro del sistema económico cubano, Monreal (2016: 1-2) apunta el lento seguimiento en legalizar y regular la empresa privada y se pregunta “si el tema ha perdido algo de la propulsión inicial”. Agrega que la etapa educativa del proceso, clave para la etapa de implementación, “apenas ha sido visible en los medios de prensa del país”.
Es complejo calcular el número de personas en el SNE porque falta una cifra integrada con una distribución de todas en dicho sector. El Anuario estadístico de Cuba (ONEI) ha publicado por varios años un cuadro (7.2 en 2014) con la distribución de los “ocupados en la economía según situación del empleo”, que los divide en “cooperativistas” (antes solo las UBPC, CPA y CCS; desde 2013, también las CNA), los trabajadores por cuenta propia (TCP) y “privado”. El último está compuesto por empleados asalariados en empresas mixtas con capital extranjero, propietarios privados de tierra y por TCP hasta 2010. Desde 2011, los empleados por los TCP están incluidos en el número total de estos, lo cual explica en parte el gran salto de 166 % en dicho año (Cuadro 1). Es probable que los “otros” privados envuelvan un doble conteo. Otro cuadro del Anuario (9.4) exhibe la categoría “tenentes de tierras por personas naturales”, que separa usufructuarios, propietarios privados, arrendatarios y campesinos dispersos; no obstante, dicho cuadro solo está disponible desde 2013, por lo cual no se pudo incluir este grupo en el Cuadro 1.5
Cuadro 1. Fuerza laboral ocupada por situación de empleo en Cuba, 2005-2015 (en miles y porcentajes)
a Excluye usufructuarios, campesinos privados y arrendatarios de tierras (ver Cuadro 2). b De 2005 a 2010, las cifras se limitan a los socios de cooperativas agrícolas; a partir de 2011 se incluye las cooperativas de producción no agrícola y de servicios (2 300 en 2013, 5500 en 2014, 7700 en 2015). c Desde 2011, se incluye a sus asalariados contratados. d De 2005 a 2010, se incluye asalariados en empresas mixtas y contratados por TCP y campesinos privados; desde 2011 los contratados por los TCP aparecen en la columna “cuentapropia”. e Suma de cooperativas, TCP y demás actividades privadas. Fuente: Cifras absolutas de ONEI, 2010, 2012, 2013a, 2014, 2015, 2016a. Los autores han calculado las cifras correspondientes al Estado, a otros del sector privado y al sector no privado sobre la base de las cifras de la ONEI, así como todos los porcentajes.
La fuerza laboral ocupada tocó un cénit en 2009, desde 2012 exhibe una tendencia declinante, de manera que en 2015 era un 4 % menor que en el cenit; ello se debe al envejecimiento poblacional y al intento de despedir a 1,8 millones de empleados estatales excedentes (36 % de la fuerza laboral). Entre 2009 y 2015, el sector estatal se redujo en 789 000 trabajadores, la mitad de la meta.6 El empleo estatal disminuyó de 83,8 % de la fuerza laboral en 2009 a 71,2 % en 2015, 12,6 puntos porcentuales, mientras que el SNE creció de 16,2 % a 28,8 % en el mismo período, sin contar propietarios de tierras, arrendatarios y campesinos dispersos (Gráfico 1). A pesar de este aumento notable, el sector estatal se contrajo menos de lo planeado porque el SNE se expandió a un ritmo menor (v. Mesa-Lago, 2014; caps. 2 a 5).
Gráfico 1. Evolución de los sectores estatal y no estatal, 2005-2015 (% de fuerza laboral ocupada)
En el Cuadro 2, intentamos unificar esas cifras diversas para estimar el número de personas en el SNE y calcular su proporción respecto a la fuerza laboral; además, estimamos el porcentaje de mujeres en las tres categorías disponibles. Debido a los problemas explicados sobre la categoría “otros”, decidimos hacer cálculos del sector estatal absoluto y en porcentaje de la fuerza laboral, con y sin “otros”. Los números absolutos son, respectivamente, 1 167 911 y 1 831 511 (la diferencia de 663 000 siendo “otros”), mientras que los porcentajes del SNE en relación con la fuerza laboral son 22,8 % y 35,8 %, respectivamente.
Cuadro 2. Estimación de personas en el sector no estatal, 2014
a Incluye titulares (402 185) y empleados asalariados (81 125). b Incluye 142 862 aprobados en el decenio del 70 y 169 434 desde 2008. c No está definido, pudiera abarcar empleados asalariados en las empresas mixtas con inversión extranjera, propietarios de parcelas y cooperativistas. d Estas distribuciones porcentuales excluyen a los empleados asalariados que se dice eran 1 18 693 en 2016.
Fuente: Elaboración propia basada en ONEI, 2015; en julio 2016 no había datos plenos para 2015.
Un serio problema con las cifras anteriores es que, al sumarse el total de personas en el SNE en 2014, incluyendo “otros” privados (1831 511), con los empleados en el sector estatal (3 592 000) el total de 5 423 511 equivale al 106 % de la fuerza laboral ocupada, lo que confirma que hay un doble conteo posiblemente entre “otros” privados (además, hay TCP que también son empleados estatales). Si se incluye a estos, la meta de 1,8 millones de personas en el SNE en 2015 parece que se alcanzó pero, en realidad, no lo fue porque en 2010 ya había algo más de un millón en dicho sector, de ahí que lo agregado ha sido menos de 800 000, 44 % de la meta.
El porcentaje de mujeres en tres categorías del SNE es minoritario: 29,4 % en TCP, 21,8 % en CNA y 13,6 % en cooperativas de producción agropecuaria (eso lo contrastaremos con los resultados de las entrevistas); no hay distribución por género en el resto de las categorías (Cuadro 2). Un análisis de las licencias otorgadas a TCP entre 2010 y 2013 muestra que las mujeres promediaron 34 % del total de las mismas y se observó un proceso de masculinización en general incluso en categorías como decorador, profesor de música y peluquería, mientras que el porcentaje de mujeres aumentaba en labores tradicionalmente desempeñadas por las mujeres como planchadora de ropa (Díaz y Echevarría, 2015).
La distribución de las personas en el sector no estatal por categoría (excluyendo “otros”) es como sigue: 41,4 % TCP, 26,7 % usufructuarios, 19,8 % Cooperativas de Producción Agropecuaria, 0,5 % CNA, 2,8 % campesinos diversos y 0,2 % arrendatarios (Cuadro 2 y Gráfico 2). No tenemos información sobre las dos últimas categorías. La suma de TCP y usufructuarios da 68 % del total, lo cual hace cruciales estas dos categorías para las entrevistas. Los socios de las CNA son poquísimos comparados con los socios de las cooperativas de producción agropecuaria, pero estas están declinando, mientras que las CNA, que comenzaron en 2013, están creciendo (v. Cuadro 1) y son una forma de cooperativa nueva que es parte de las reformas estructurales; además, el gobierno les da importancia y les otorga beneficios que no tienen los TCP y usufructuarios; por ello decidimos incorporarlas en las entrevistas. El Cuadro 2 no incluye la compraventa porque hay pocas cifras, pero esta actividad privada juega un papel importante en las reformas y se estima que hubo 133 000 transacciones entre 2011 y 2014, por lo que también la incluimos.
Gráfico 2. Distribución del sector no estatal por sus componentes, 2014
No existen estadísticas sobre la proporción del producto interno bruto (PIB) generado por el SNE, solo hay un estimado grueso en 2011 que proyectó un tercio del PIB en 2015, pero en ese año no se dio cifra alguna.
Los participantes en el SNE son los principales protagonistas de las reformas y tienen el potencial de cambiar de manera fundamental la economía y sociedad cubanas en el mediano plazo. Carecemos de información adecuada de las percepciones de los cuatro grupos del sector estatal en temas importantes como: el grado de satisfacción sobre la reforma en cada grupo; el número de empleados que contratan y su salario; los impuestos que pagan; las ganancias netas que logran; la recepción de remesas externas, microcrédito del gobierno y/o ayuda de familiares en Cuba o en el exterior; la forma de conseguir los insumos; la competencia y vías de publicidad; los problemas que enfrentan, y los cambios adicionales que desearían se implementasen.
La vía ideal para obtener la información requerida del SNE sería encuestas científicas tomadas en toda Cuba. No obstante, únicamente el gobierno y el partido comunista (PCC) realizan encuestas regulares de opinión, y sus resultados no se publican. ONEI (2015) da como fuente de algunas estadísticas la “Encuesta de trabajadores por cuenta propia”, pero no pudimos acceder a ella. Unos pocos científicos sociales cubanos han sido autorizados para hacer encuestas, con previo permiso y control gubernamental; en algunos casos, esas encuestas no pueden publicar sus resultados hasta después de un período.7 Por todo ello, resultó imposible hacer una encuesta nacional, porque es muy difícil obtener el permiso y tomarla sin acarrear riesgos.
Una alternativa factible es hacer entrevistas en un área geográfica del país. Los TCP han sido objeto de varias entrevistas en distintas fechas: 60 en 1999-2001 (la mitad de ellos re-entrevistados en 2002-2009, y un número indefinido en 2011), focalizados en paladares, taxis y alojamiento privado, por dos expertos norteamericanos en cuentapropismo (Ritter y Henken, 2015); un número indeterminado en 2007-2008, por un antropólogo estadounidense (Armengol, 2013); 35 en 2010 sobre género, por una entidad global en La Habana (Díaz y Echevarría, 2015); 72 en 2011, por tres académicos cubanos (Díaz, Pastori y Piñeiro, 2012); 25 en 2012, por un economista estadounidense (Feinberg, 2013); 419 en 2013-2014 entre 57 actividades cuentapropistas, en parte de La Habana vieja, que hizo un número largo e importante de preguntas —no supimos de esta encuesta hasta que la edición original de este libro estaba en prensa— (Pañellas, Torralbas y Caballero, 2015); y una encuesta con muestra estratificada nacional a 746 TCP tomada en enero-abril de 2014, con opciones previas a las respuestas, un ámbito muy amplio y respuestas escuetas (Padilla Pérez, 2015). Un estudio importante se hizo en nueve de las 201 ocupaciones aprobadas para investigar sus gastos de capital fijo y el costo de adquirir los insumos necesarios y las estrategias para comprar dichos bienes, a través de consultas desde EE. UU. por teléfono o correo electrónico con los TCP en Cuba (CSG, 2015).8 La mayoría de las entrevistas no han publicado los cuestionarios y las respuestas tabuladas, y cinco se realizaron antes de la expansión de este grupo o justo cuando comenzaba. En febrero-abril 2014, una socióloga cubana hizo entrevistas entre 29 CNA en la provincia de La Habana y analizó sus resultados (Piñeiro, 2014). No se han hecho entrevistas con usufructuarios y compradores o vendedores de viviendas; cinco entrevistas con los que permutan en La Habana se hicieron en 2013 y otras siete en 2015 (Morales, 2013, 2016a).
En conclusión, no hay un estudio abarcador, integrado y reciente con detallada metodología, que genere información sistemática adecuada y capte las percepciones de los cuatro grupos seleccionados sobre su labor y anhelos, así como su visión de las reformas. Para llenar el importante vacío existente y dar voz a los protagonistas, se realizaron entrevistas normalizadas en varios municipios de la provincia de La Habana (salvo las de los usufructuarios, que también incluyeron las colindantes provincias de Artemisa y Mayabeque), pues es donde se concentra el mayor número de estos grupos (un tercio de los TCP y 74 % de las CNA), y hubiera sido mucho más difícil y costoso hacerlas en otras provincias. Las entrevistas fueron tomadas por dos científicos sociales cubanos residentes y entrenados en comunicación social, sociología y ciencia política.
Se tomaron un total de 80 entrevistas entre septiembre de 2014 y diciembre de 2015: 25 en cada uno de los grupos de TCP, usufructuarios y compradores/vendedores/corredores de viviendas; solo cinco a socios de CNA. De los últimos, cuatro fueron de iniciativa personal, debido a dificultades en obtener autorización para efectuar las entrevistas de los presidentes de las CNA en antiguas empresas estatales. En la medida de lo posible, se buscó cierta diversidad en cuanto a edad, género, raza, educación, ocupación y localidad (en el caso de los cooperativistas, esto fue imposible). Los encuestados se seleccionaron usando métodos no probabilísticos. La muestra fue escogida por los entrevistadores gracias a sus contactos con personas entrevistadas, que los llevaron a otros en forma de muestreo de bola de nieve. Puesto que la muestra no es representativa, los resultados no pueden generalizarse al universo y deben ser considerados como indicativos.
Los entrevistadores informaron a los interrogados que la entrevista era anónima y para un estudio científico independiente; también se les señaló que tendrían libertad de no contestar alguna pregunta si no lo deseaban, por ello hubo preguntas que quedaron sin respuesta y no se insistió. En algunos casos, como las ganancias de los TCP, los usufructuarios y las CNA, los entrevistados se abstuvieron de dar cuantías. Cada cuestionario tuvo alrededor de 20 preguntas, algunas comunes, para hacer comparaciones, y otras específicas ajustadas a las características del grupo. Las preguntas fueron en su gran mayoría abiertas, sin dar opciones previas a las respuestas, de manera que los entrevistados tuvieron entera libertad para opinar durante un período de entre hora y media y dos horas. Ningún entrevistado rehusó participar y muy pocas preguntas quedaron sin contestar, aunque, en ocasiones, las respuestas fueron imprecisas, probablemente por aprensión.
El Apéndice reproduce los cuestionarios para cada uno de los cuatro grupos. Se tomó un piloto con las preguntas para asegurarse que funcionaban bien, y después se hicieron algunos ajustes. Las entrevistas se tomaron por Roberto Veiga González y Lenier González Mederos (sin cuya labor hubiese sido imposible este libro), luego fueron revisadas por Carmelo Mesa-Lago. Bajo la supervisión de Aníbal Pérez-Liñán, las respuestas se procesaron y tabularon por Sofía Vera Rojas, quien también hizo un cruce de las preguntas comunes en los grupos con variables como edad, sexo, raza, educación y localidad, y preparó borradores de los gráficos. Mesa-Lago es el único responsable por las secciones “Antecedentes” del libro; él preparó un borrador de las secciones de entrevistas y todo el documento fue revisado y comentado por González y Veiga; además, Pérez-Liñán revisó e hizo sugerencias sobre las entrevistas y leyó todo el documento.
El libro ofrece información abarcadora, concreta y empírica de los resultados de las reformas estructurales a través de sus protagonistas principales, lo cual será de gran utilidad para todos los interesados en Cuba: estudiosos, decisores de políticas, fundaciones y público en general. Se publicó un adelanto del libro en Letras Libres (2016), y un resumen en inglés en Cuban Studies (2017). El libro inicialmente se publicó en La Habana, en 2016, en dos volúmenes, por Cuba Posible, solo para circulación interna.
Para esta edición española, Mesa-Lago: revisó todo el texto; actualizó las secciones de Antecedentes a julio de 2016, en particular, debates y acuerdos en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba de abril de 2016, así como en la Asamblea Nacional de julio de 2016; agregó nueva legislación, estadísticas parciales de ONEI Anuario 2015, información y bibliografía; por último, hizo algunas adaptaciones del texto para los lectores de habla castellana fuera de Cuba.
El libro se organiza en seis capítulos. Después de esta Introducción hay cuatro capítulos (2, 3, 4 y 5) que, de forma similar, examinan los cuatro grupos seleccionados; primero, se dan los antecedentes (tamaño y tendencias, características, progresos, obstáculos e impacto), seguido de una presentación y análisis de los resultados tabulados de las entrevistas, y dando ejemplos de las respuestas más relevantes e interesantes (Vera Rojas y Pérez-Liñán, 2015). El capítulo 6 ofrece las conclusiones, los resultados de comparar las características de los entrevistados en los cuatro grupos con respuestas similares y las voces de cambio: problemas, deseos y sugerencias.
Los autores son los únicos responsables de este estudio, pero agradecen el apoyo dado por varias personas y entidades. Mitchell Seligson, catedrático distinguido de Ciencia Política y Sociología, fundador y asesor principal del Proyecto de Opinión Pública Latinoamericana (LAPOP), Universidad de Vanderbilt, otorgó un fondo para el trabajo de los entrevistadores, transporte y materiales. El Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh (CLAS), dirigido por el catedrático de Ciencia Política Scott Morgensten, concedió una suma de investigación para tabular las entrevistas, y el equipo de CLAS administró los fondos del proyecto. Alejandro de la Fuente, catedrático distinguido de Historia y Economía Latinoamericanas de la Universidad de Harvard, organizó un taller en 2016 donde se presentaron y discutieron los resultados del estudio. William Bello Sánchez fue auxiliar de campo en las entrevistas; es cubano residente, licenciado y máster en Geografía. El Dr. Jorge Pérez-López, reconocido experto en la economía y en el sector informal en Cuba, revisó todo el manuscrito e hizo numerosos comentarios y sugerencias muy útiles. Finalmente, los autores agradecen a Klaus D. Vervuert, editor de Iberoamericana, su ayuda en publicar esta edición en España, a fin de que puedan acceder al estudio los lectores de Iberoamérica. Una versión en inglés está en proceso de publicación.
Juventud Rebelde