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Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Fundamentos de oncología pediátrica / Eduardo Humberto Beltrán Dussán Adriana Linares Ballesteros editores -- Primera edición. -- Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Medicina, 2017.

171 páginas : ilustraciones (principalmente a color), diagramas, fotografías. –

(Colección Medicina Clínica)

Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo e índice temático

ISBN 978-958- 783-296- 9 (rústica). -- ISBN 978-958- 783-298- 3 (e-book). --

ISBN 978-958- 783-297- 6 (impresión bajo demanda).

1. Oncología médica 2. Hematología 3. Pediatría 4. Neoplasias -- Diagnóstico --Rehabilitación 5. Servicios médicos de urgencia 7. Factores de riesgo 8. Síndrome 9 Oncohematología 10. Colombia I. Beltrán Dussán, Eduardo Humberto, 1949-, editor II. Linares Ballesteros, Adriana, 1963-, editor

CDD-23 618.92994 / 2017

Fundamentos de oncología pediátrica

© Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá - Facultad de Medicina © Vicerrectoría de sede Bogotá - Dirección de Investigación y Extensión (DIEB) © Eduardo Humberto Beltrán Dussán, editor, 2017 © Adriana Linares Ballesteros, editora, 2017

Primera edición, diciembre 2017

ISBN: 978-958- 783-296- 9 (rústica)

ISBN: 978-958- 783-298- 3 (e-book)

ISBN: 978-958- 783-297- 6 (impresión bajo demanda)

Facultad de Medicina  
Decano Ariel Iván Ruiz Parra
Vicedecano de Investigación y Extensión Fernando Pío De La Hoz Restrepo
Vicedecano Académico Juan Manuel Arteaga Díaz
Coordinadora Centro Editorial Angela Manuela Balcázar Muñoz
Preparación editorial  
Centro Editorial Facultad de Medicina  
upublic_fmbog@unal.edu.co  
Diagramación y diseño de carátula Ilustración de carátula
Oscar Gómez Franco Jeison Gustavo Malagón
Corrección de estilo y ortotipográfica  
Javier Carrillo Zamora  
Colección  
Medicina Clínica  

Hecho en Bogotá D. C., Colombia, 2017

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Los conceptos emitidos son responsabilidad de los autores y no comprometen el criterio del Centro Editorial ni de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.

AUTORES

Eduardo Humberto Beltrán Dussán

Médico cirujano, pediatra, oncohematólogo pediatra y magíster en Medicina Alternativa. Profesor titular del Departamento de Pediatría y coordinador de la División de Oncohematología Pediátrica, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia.

Adriana Linares Ballesteros

Médica cirujana, pediatra, oncohematóloga pediatra y especialista en Bioética. Profesora titular de la División de Oncohematología Pediátrica, Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Oncohematóloga pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Fabio Restrepo Ángel

Médico cirujano, oncólogo y radioterapeuta. Profesor especial de la División de Oncohematología Pediátrica, Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia.

Isabel Cristina Sarmiento Urbina

Médica cirujana, pediatra, oncohematóloga pediatra y especialista en Epidemiología. Profesora de la División de Oncohematología Pediátrica, Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Oncohematóloga pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Edgar Vladimir Cabrera Bernal

Médico cirujano, pediatra y oncohematólogo pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Agustín Darío Contreras Acosta

Médico cirujano, pediatra y oncohematólogo pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Carlos Alberto Pardo González

Médico cirujano, pediatra y oncohematólogo pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Francy Helena Ortiz Baquero

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Flor Marcela Estupiñán Peñaloza

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Mauricio Chaparro Alzogaray

Médico cirujano, pediatra y oncohematólogo pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá..

Pamela Andrea Rodríguez Riveros

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra.

Angel Castro Dájer

Médico cirujano, pediatra y oncohematólogo pediatra de la Clínica Blas de Lezo, Cartagena.

Angela María Trujillo Gaviria

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra de la Clínica Las Américas, Medellín.

Gisela Barros García

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra de la HOMI - Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia, Bogotá.

Luz Angela Urcuqui

Médica cirujana, pediatra y oncohematóloga pediatra de la Fundación Valle de Lili, Cali.

Eileen Viviana Fonseca

Médica cirujana y residente de pediatría del Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia.

CONTENIDO

Siglas y abreviaturas

Prefacio

Cuándo sospechar cáncer en pacientes pediátricos

Introducción

Evaluación del paciente con sospecha de cáncer

Signos y síntomas

Conclusiones

Referencias

Factores de riesgo de cáncer en edad pediátrica

Introducción

Factores genéticos

Factores medioambientales

Factores biológicos

Estrés

Factores alimentarios

Referencias

Síndromes genéticos asociados a cáncer en pediatría

Introducción

Leucemias agudas

Tumores del sistema nervioso central

Linfomas

Tumor de Wilms

Retinoblastoma

Neuroblastoma

Gonadoblastomas y disgerminomas

Tumores endocrinos

Carcinoma colorrectal

Conclusiones

Referencias

Apoyo diagnóstico inicial para pacientes con sospecha de cáncer

Introducción

Laboratorios básicos

Estudios imagenológicos

Marcadores tumorales

Referencias

Fiebre en niños con cáncer

Introducción

Definiciones

Manejo de la fiebre en pacientes neutropénicos

Manejo de la fiebre en pacientes no neutropénicos

Etiología de las infecciones en pacientes oncológicos

Diagnóstico

Tratamiento

Referencias

Linfadenopatías en niños

Introducción

Definición

Clasificación

Etiología

Diagnóstico diferencial

Aproximación

Historia clínica

Examen físico

Laboratorio

Estudios imagenológicos

Biopsia

Referencias

Síndrome hepatoesplénico en pediatría

Introducción

Etiología y patogenia

Historia clínica

Examen físico

Pruebas diagnósticas

Estudios imagenológicos

Enfoque diagnóstico

Referencias

Urgencias oncológicas en pediatría

Introducción

Síndrome de lisis tumoral agudo

Síndrome de vena cava superior y síndrome de mediastino superior

Síndrome de compresión medular

Referencias

Efectos inmediatos y tardíos del tratamiento oncológico

Introducción

Mortalidad

Segundas neoplasias

Complicaciones cardiopulmonares

Efectos neurocognitivos

Complicaciones endocrinológicas

Referencias

Trasplante de progenitores hematopoyéticos en pediatría

Introducción

Etapas del procedimiento

Complicaciones postrasplante

Referencias

Seguimiento a pacientes con antecedente de tratamiento para cáncer infantil

Introducción

Definición

Periodicidad

Atención compartida

Personal

Estrategias de seguimiento

Información para el paciente y su familia

Conclusiones

Referencias

Terapia transfusional en pediatría

Introducción

Breve historia de la transfusión de hemoderivados

Terapia transfusional en pediatría

Productos transfusionales

Indicaciones transfusionales en pediatría

Efectos adversos de la transfusión

Pruebas fundamentales en bancos de sangre

Conclusiones

Referencias

Epílogo

Índice analítico

SIGLAS Y ABREVIATURAS

AABB Asociación Americana de Bancos de Sangre
AFP Alfafetoproteína
BCG Bacilo de Calmette-Guérin
BUN Nitrógeno ureico en sangre
CAM Conteo absoluto de monocitos
CCI Incremento corregido de plaquetas
CCSS Estudio de Sobrevivientes de Cáncer Infantil
CMV Citomegalovirus
CVC Catéter venoso central
EICH Enfermedad injerto contra huésped
EICH-AT Enfermedad injerto contra huésped asociada a transfusión
F-18-FDG-PET Tomografía por emisión de positrones con 18-fluorodesoxiglucosa
FISH Hibridación fluorescente in situ
GCH Gonadotropina coriónica humana
HLA Antígenos leucocitarios humanos
HOMI Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia
IBI Infección bacteriana invasiva
IFI Infección fúngica invasiva
LDH Lactato deshidrogenasa
LMA Leucemia mieloide aguda
LLA Leucemia linfoide aguda
MEN Neoplasia endocrina múltiple
MIBG Gammagrafía con metaiodobencilguanidina
NF Neutropenia febril
OMS Organización Mundial de la Salud
PCR Proteína C reactiva
PCT Procalcitonina
PET/CT Tomografía por emisión de positrones/tomografía computarizada
RAN Recuento absoluto de neutrófilos
RMN Resonancia magnética nuclear
SBLA Sarcoma, cáncer de seno, leucemia y cáncer adrenocortical
SCM Síndrome de compresión medular
SD Síndrome de Down
SDRA Síndrome de dificultad respiratoria aguda
SLTA Síndrome de lisis tumoral agudo
SMD Síndromes mielodisplásicos
SMS Síndrome de mediastino superior
SNC Sistema nervioso central
SVCS Síndrome de la vena cava superior
TAC Tomografía axial computarizada
TACO Sobrecarga circulatoria asociada a transfusión
TCPH Trasplante de células progenitoras hematopoyéticas
TORCH Toxoplasmosis, otros agentes (enterovirus, lúes y VIH), rubeola, citomegalovirus y herpes simple
TRALI Lesión pulmonar aguda producida por transfusión
VCS Vena cava superior
VEB Virus de Epstein-Barr
VIH Virus de inmunodeficiencia humana
VSG Velocidad de sedimentación globular

PREFACIO

La oncohematología pediátrica es la especialidad de la medicina dedicada al diagnóstico y tratamiento de las patologías hematológicas y oncológicas de la infancia. Estas patologías, en especial las oncológicas, suelen cursar con manifestaciones clínicas no muy bien definidas, lo que, en muchas ocasiones, dificulta la adecuada orientación de un enfoque diagnóstico en las primeras fases de la enfermedad. En la actualidad, el cáncer infantil —sobre todo la leucemia aguda— es un problema de gran relevancia para la salud pública en Colombia.

Los profesionales que brindan atención en oncohematología pediátrica deben ser médicos con Especialidad en Pediatría y formación para el manejo de enfermedades hematológicas y oncológicas de la infancia. Sin embargo, los pacientes que requieren atención en esta área suelen ser atendidos, en primera instancia, por personal con pregrado en Medicina o por especialistas en Pediatría sin formación en patologías oncohematológicas.

Teniendo en cuenta esta realidad, la División de Oncohematología Pediátrica del Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia, y el Servicio de Oncohematología Pediátrica de la Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia (HOMI) desean compartir su experiencia de más de 40 años en la atención de pacientes pediátricos con patologías oncohematológicas con el fin de brindar a las nuevas generaciones de médicos y pediatras una orientación básica en el enfoque diagnóstico de estas enfermedades. Esta obra recopila consideraciones básicas sobre el cáncer infantil fundamentadas en la experiencia de diferentes especialistas en Oncohematología Pediátrica. El primer capítulo describe las manifestaciones clínicas y paraclínicas orientadoras hacia el enfoque de neoplasias de acuerdo a los hallazgos en la historia clínica y el examen físico. El segundo capítulo señala los factores que favorecen el desarrollo de patologías oncológicas y la importancia de evitarlos. El tercer capítulo plantea la carga genética involucrada en el desarrollo de las patologías y algunas estrategias para su control y seguimiento.

El cuarto capítulo brinda información sobre los métodos para confirmar una sospecha de enfermedad maligna utilizando los exámenes básicos. El quinto capítulo es una propuesta didáctica para interpretar la fiebre como manifestación de diversos fenómenos que ocurren en los pacientes oncológicos relacionados con su enfermedad de base, su situación de inmunosupresión o su tratamiento. El sexto capítulo es una guía para la interpretación y el manejo de las linfadenopatías en niños que pueden estar relacionadas con enfermedades oncológicas.

En el séptimo capítulo se analiza el síndrome hepatoesplénico en niños como parte del diagnóstico diferencial de las patologías oncológicas pediátricas. En el octavo capítulo se estudia una serie de manifestaciones patológicas que alertan sobre la enfermedad de base o sobre la evolución clínica y que ameritan atención médica especializada. Asimismo, con el fin de establecer estrategias de seguimiento, control y prevención, el noveno capítulo describe las manifestaciones clínicas a corto y largo plazo relacionadas con el tratamiento.

En el décimo capítulo, se hace referencia a los procedimientos de trasplante más utilizados en el tratamiento de patologías oncohematológicas, su seguimiento, las infecciones, las situaciones de urgencia, la enfermedad injerto contra huésped y las secuelas a largo plazo. El undécimo capítulo explica la forma de hacer un seguimiento con orientaciones preventivas a los pacientes que han superado las patologías oncológicas. Finalmente, el duodécimo capítulo expone de una manera didáctica las consideraciones transfusionales para pacientes pediátricos hematológicos y oncológicos.

La presente obra busca difundir un conocimiento básico, ágil, concreto y didáctico que le permita a médicos y pediatras tomar decisiones informadas y efectivas en el manejo de pacientes pediátricos con patologías oncohematológicas.

LOS EDITORES

CAPÍTULO 1

CUÁNDO SOSPECHAR CÁNCER EN PACIENTES PEDIÁTRICOS

Angela María Trujillo Gaviria

Agustín Darío Contreras Acosta

Adriana Linares Ballesteros

INTRODUCCIÓN

En los niños, el diagnóstico de cáncer se presenta con una frecuencia mucho más baja que en los adultos. En Estados Unidos, la tasa anual de incidencia de cáncer en niños de 0 a 19 años es de 165 casos por millón y cerca de 12 000 niños son diagnosticados con tumores malignos cada año. Debido a la rareza e inespecificidad de los signos y síntomas de malignidad, la detección temprana de cáncer en los niños puede ser difícil (1).

La muerte y el sufrimiento prematuro de un gran número de pacientes con cáncer podrían evitarse al proveer acceso oportuno a programas de detección precoz y tratamiento adecuado. La supervivencia del cáncer está determinada por variables sociodemográficas como edad y estatus socioeconómico, por el conocimiento sobre sintomatología oncológica que tienen los profesionales de la salud —en especial los que trabajan en atención primaria— y por el acceso a un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz (2).

Se ha determinado que con el tratamiento actual más de dos tercios de los niños que desarrollan cáncer pueden curarse (1). Por ello, es importante que el médico general, quien tiene el primer contacto con el paciente, sepa reconocer y diferenciar los signos y síntomas que sugieren la presencia de cáncer. Además, debe tener en cuenta que los síntomas sugestivos de cáncer —como el sangrado rectal que puede indicar cáncer de colon— son raros en niños (3). La tabla 1.1 describe los cánceres más comunes en este grupo etario.

Tabla 1.1. Tipos de cáncer más comunes en la edad pediátrica y sus principales características clínicas.

Malignidad Características clínicas
Leucemias Astenia, adinamia, palidez, fatiga, fiebre prolongada, anorexia, petequias, gingivorragia, dolores óseos (generalizados o artralgias), linfadenopatías, infecciones persistentes o recurrentes, hepatoesplenomegalia, irritabilidad, síntomas neurológicos variables.
Tumores en el sistema nervioso central Cefalea persistente y matinal, alteraciones visuales (diplopía), náusea y vómito, ataxia, déficit neurológico motor, sensorial o con compromiso de pares craneanos, convulsiones, alteración en el rendimiento escolar sin explicación, cambios de personalidad.
En los lactantes se pueden encontrar signos de aumento de presión intracraneana (aumento de perímetro cefálico, fontanela abombada, irritabilidad) y retraso o regresión del desarrollo.
Linfomas Linfadenopatías, síntomas B (sudoración nocturna, fiebre, pérdida de peso), palidez, fatiga, petequias, masa abdominal, hepatoesplenomegalia, náusea y vómito, constipación, dolor abdominal.
Tumores abdominales (neuroblastoma, renales, hepáticos) Masa palpable en abdomen o cuello, anorexia, fallo de medro, fiebre, dolores óseos, linfadenopatías, palidez, malestar, irritabilidad, síntomas oculares (equimosis periorbitarias, proptosis, síndrome opsoclonus-mioclonus, síndrome de Horner), dolor lumbar, nódulos subcutáneos, síntomas de obstrucción intestinal o vesical, déficit neurológico, constipación, hipertensión arterial.
Los tumores renales pueden generar hematuria, heterocromía del iris y aniridia asociada. Los tumores hepáticos son el diagnóstico diferencial de masa abdominal o sensación de masa en hemiabdomen derecho.
Tumores de tejidos blandos Masa palpable, síntomas causados por presión de estructuras adyacentes, linfadenopatías, proptosis, sangrado vaginal.
Tumores germinales Masa palpable (escroto), síntomas respiratorios (masa mediastinal), distensión y dolor abdominal (abdominal), constipación, enuresis, pubertad precoz, amenorrea, síntomas neurológicos. En las mujeres puede presentarse masa abdominal y abdomen agudo.
Tumores óseos Dolor óseo localizado (unilateral, en miembros inferiores), masa palpable, edema o deformidad, fracturas patológicas.
Retinoblastoma Leucocoria, estrabismo, pérdida de la visión, proptosis.

Fuente: elaboración propia.

EVALUACIÓN DEL PACIENTE CON SOSPECHA DE CÁNCER

Para valorar a un paciente con una posible malignidad, el primer paso a seguir es registrar una historia clínica completa y realizar un examen físico adecuado (4). Primero, debe indagarse a qué agentes ambientales estuvo expuesto el paciente durante su etapa gestacional, ya que la exposición a ciertos factores como la radiación y el dietilestilbestrol aumentan el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer en la edad pediátrica (5). Asimismo, es de suma importancia conocer la historia familiar, ya que existen múltiples anormalidades cromosómicas o síndromes genéticos que están asociados con cáncer en la edad pediátrica (4) (tabla 1.2).

Tabla 1.2. Anormalidades cromosómicas asociadas con cáncer en la edad pediátrica.

Anomalía genética Cáncer asociado
Síndrome de Down LMA, LLA
Anemia de Fanconi LMA, tumores hepáticos, tumores de cabeza y cuello
Síndrome de Beckwith-Wiedemann Tumor de Wilms, hepatoblastoma
Ataxia-telangiectasia LLA, linfoma no Hodgkin
Neurofibromatosis 1 Gliomas, neurofibromas, feocromocitomas, LLA, mielodisplasia
Neurofibromatosis 2 Schwanoma del nervio acústico, neurofibromas centrales, meningiomas
Síndrome de Li-Fraumeni Cáncer de seno, leucemia, linfomas y sarcomas
Esclerosis tuberosa Angiomiolipomas
Xeroderma pigmentoso Melanoma

LMA: leucemia mieloide aguda; LLA: leucemia linfoide aguda.

Fuente: elaboración propia.

También deben tenerse en cuenta los antecedentes patológicos del paciente, pues los sobrevivientes de cáncer tienen una predisposición importante a desarrollar nuevas neoplasias, en especial si recibieron quimioterapia con agentes alquilantes, radioterapia o trasplante de progenitores hematopoyéticos (3). Por su parte, los signos y síntomas que el paciente refiere son típicamente vagos, pueden ser similares a los de enfermedades comunes en la infancia (tabla 1.3) y pueden haber tenido un comienzo abrupto o insidioso por varias semanas o meses (4,6).

Tabla 1.3. Signos y síntomas de cáncer pediátrico que simulan otras enfermedades.

Signo o síntoma Posible malignidad
Malestar general, fiebre, adenopatías Infecciones virales
Cefalea, náusea, vómito Infección viral cerebral, gastroenteritis
Convulsión febril Patologías infecciosas
Otalgia, otorrea, rinitis Otitis bacteriana o micótica
Epistaxis Trauma, lesión local, enfermedad hemorrágica
Linfadenopatías Infecciones reactivas a otros procesos no malignos
Masa de tejidos blandos Tumores benignos
Diarrea persistente Gastroenteritis
Hepato- o esplenomegalia Infecciones virales, enfermedades depósito, hemoglobinopatías
Hematuria Enfermedad renal primaria, enfermedad hemorrágica
Aumento de volumen testicular Hidrocele

Fuente: elaboración propia.

Algunos síntomas pueden ser constitucionales, inespecíficos o localizados: fiebre, malestar, fatiga, vómito, pérdida de peso, linfadenopatías, cefalea, dolores óseos, cambios en el comportamiento y disminución del rendimiento escolar (1,3,4). Es importante que estos síntomas sean interpretados junto con otros hallazgos de la historia clínica y el examen físico, en especial si el paciente los presenta con frecuencia o de forma persistente (3).

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Síntomas constitucionales

La fiebre es uno de los motivos de consulta más comunes en la población infantil y su diagnóstico diferencial es muy variado. Sin duda, su causa principal son las infecciones virales (4); sin embargo, la fiebre prolongada —que se extiende por más de 14 días sin causa identificable— es un síntoma habitual de cáncer en los niños y se asocia en su mayoría con leucemia o linfoma. Se debe realizar un examen físico minucioso en busca de una posible causa infecciosa o no infecciosa que explique este síntoma (4).

Los síntomas como palidez, fatiga, malestar general y reducción del nivel de actividad que no están asociados con una infección aguda pueden ser causados por varios tipos de cáncer (3). Los denominados síntomas B son la combinación de sudoración nocturna, fiebre y pérdida de peso significativa. Junto con las linfadenopatías, son hallazgos típicos del linfoma de Hodgkin (3). Asimismo, la anorexia —retraso en el desarrollo o pérdida del 10 % del peso corporal en seis meses— es frecuente en muchas enfermedades de la infancia. Su persistencia podría indicar una causa maligna o estar asociada con otros hallazgos sospechosos (3).

Las ayudas diagnósticas iniciales deben orientarse a partir de los hallazgos en la historia clínica y el examen físico. Las pruebas de detección deben incluir un hemograma completo, con especial atención en el extendido de sangre periférica. Las anomalías que aumentan la probabilidad de malignidad incluyen blastos, trombocitopenia, anemia, neutropenia o leucocitosis. Una radiografía de tórax puede mostrar ensanchamiento del mediastino secundario a una masa intratorácica. Para determinar el procedimiento a seguir, el médico general debe basarse en la historia clínica, el examen físico y los resultados de las ayudas diagnósticas ordenadas (4).

Linfadenopatías

Las linfadenopatías localizadas o generalizadas son una queja usual en los niños. En la mayoría de los casos, son benignas y se relacionan con infecciones. Dependiendo de su ubicación, el manejo inicial implica conducta expectante durante un máximo de 4-6 semanas o inicio de tratamiento antibiótico para los pacientes que muestran signos de inflamación local. Si las linfadenopatías persisten o se presentan otros síntomas como fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia u ortopnea, se deben hacer estudios para descartar malignidad (3).

Es necesario realizar un examen físico completo en busca de signos de enfermedad sistémica. Además, se debe realizar hemograma completo, extendido de sangre periférica, velocidad de sedimentación globular y radiografía de tórax. Debe realizarse una biopsia del ganglio linfático si la causa de las linfadenopatías no está clara después de la historia inicial y el examen físico, si hay alteraciones en los exámenes ordenados o si se cumplen los siguientes criterios (3,4,7):

Localización supraclavicular, epitroclear o poplítea

Aumento de tamaño, no disminución de tamaño después de 4-6 semanas de observación o persistencia después de 12 semanas

No disminución de tamaño después de tratamiento antibiótico

Adenopatía mayor de 2.5 cm

Radiografía de tórax anormal (adenopatía o masa mediastinal)

Citopenias no explicadas por causas infecciosas o medicamentos

Sospecha clínica de malignidad

Presencia de síntomas B (fiebre mayor de 38.5 °C, sudoración nocturna y pérdida de peso ≥10 %), hepatomegalia y/o esplenomegalia

Síntomas neurológicos

Los síntomas neurológicos son producidos por muchos tumores malignos y se presentan en 88 % de los pacientes con tumores del sistema nervioso central (SNC) al momento del diagnóstico. En los niños menores de 2 años, los síntomas neurológicos comunes son inespecíficos e incluyen irritabilidad inexplicable, letargo, retraso o regresión en el desarrollo y aumento del perímetro cefálico (3).

La cefalea debe ser considerada sospechosa si: ha tenido un comienzo reciente, ocurre en la mañana, ocurre en la noche y despierta al niño, está acompañada de vómito o tiene localización occipital. En tales casos, debe realizarse un examen neurológico y una exploración de fondo de ojo para diferenciar un tumor cerebral de otras condiciones como migraña, sinusitis, cefalea tensional y anomalías oculares (3). Asimismo, las anomalías de la marcha y la coordinación aumentan la sospecha de tumor cerebral, especialmente de la fosa posterior (3). La disminución del rendimiento escolar y los cambios inexplicables de personalidad también pueden ser causados por tumores cerebrales (3).

Debe considerarse un tumor en el SNC en todo paciente con alteraciones visuales persistentes que duren más de dos semanas (8). Las convulsiones son el síntoma inicial en cerca del 10 % de los tumores en este sistema. Las convulsiones focales sin fiebre, sin antecedentes de epilepsia ni traumatismo o asociadas a otros signos o síntomas neurológicos requieren valoración con neuroimágenes (3,8) (tabla 1.4).

Tabla 1.4. Signos o síntomas que requieren valoración con neuroimágenes.

Signo o síntoma Descripción específica
Cefalea Cefalea persistente que despierta al paciente, que genera confusión o desorientación, que persiste en cualquier momento del día en paciente menor de 4 años, que no mejora después de 4 semanas o que se asocia a nueva manifestación. Alteraciones visuales.
Manifestaciones gastrointestinales Disfagia, náusea, vómito persistente al despertar en la mañana o durante el sueño en cualquier momento del día.
Alteraciones visuales Nistagmus, papiledema, compromiso de pares craneanos.
Signos y síntomas motores Regresión en habilidades motoras, alteración de la marcha o coordinación, debilidad motora focal, compromiso de pares craneanos.

Fuente: elaboración propia.

Los déficits neurológicos —parálisis de los nervios craneales y problemas sensomotores como debilidad en las piernas— pueden ser característicos de varias enfermedades malignas como leucemia, neuroblastoma, linfoma y, en ocasiones, sarcoma de Ewing, rabdomiosarcoma y carcinoma nasofaríngeo (3).

Síntomas gastrointestinales

Cualquier masa abdominal debe ser evaluada con una alta sospecha de malignidad, ya que esta es la presentación más común de un tumor sólido. Aunque algunas masas abdominales pueden ser benignas, todas requieren estudios rápidos y adecuados. La edad del paciente es de particular importancia en el diagnóstico diferencial; por lo general, los menores de 1 año presentan masas retroperitoneales benignas de origen renal como, por ejemplo, hidronefrosis, riñón poliquístico o ectopia renal. Cuando se identifica una masa en el flanco, intraperitoneal o pélvica debe considerarse neuroblastoma, tumor germinal, hepatoblastoma o tumor de Wilms neonatal (1,3,4). En pacientes mayores de 1 año, la presencia de una masa abdominal es un signo ominoso. Las masas más comunes son neuroblastoma y tumor de Wilms (1,3,4); otras pueden ser linfoma, leucemia, hepatoblastoma, carcinoma hepatocelular, tumores ováricos y sarcomas (4).

La localización de las masas también puede dar indicios sobre la naturaleza de ciertos tumores. Las localizadas en el cuadrante superior derecho sugieren hepatoblastoma, tumores adrenales o tumores renales. Las encontradas en el cuadrante superior izquierdo suelen ser esplénicas y pueden indicar enfermedad metastásica, tumores adrenales o tumores renales. Las masas abdominales halladas en cuadrantes inferiores pueden señalar linfoma intestinal o tumores ováricos en niñas (4). En pacientes mayores de 6 años con diagnóstico de intususcepción siempre se debe descartar la presencia de un linfoma (3).

En la historia clínica, siempre deben evaluarse los signos o síntomas asociados. Por ejemplo, el neuroblastoma puede estar asociado con síndromes paraneoplásicos como síndrome de opsoclonus-mioclonus, síndrome polipéptido intestinal vasoactivo (diarrea acuosa y distensión abdominal), ojos de mapache, exoftalmos y nódulos subcutáneos. La presencia de hematuria sugiere lesiones genitourinarias como el tumor de Wilms (4).

4