1/ La Guerra de 1812 (1812-1815) entre los jóvenes Estados Unidos de América y su antigua potencia colonizadora, el Reino Unido. (N.d.E.)
2/ En la Guerra de 1812, entre 1812 y su derrota y captura en 1814, la fragata norteamericana Essex (homónima del ballenero Essex, con el que compartía, además, el año de botadura, 1799), al mando del capitán David Porter, patrulló el Pacífico, protegió a la flota ballenera norteamericana y causó estragos en la británica. (N.d.E.)
3/ Entre patriotas sudamericanos y el poder colonial español entre 1810 y 1824. (N.d.E.)
4/ El término inglés «boat-steerer», «timonel de bote», era en la práctica sinónimo de «harponeer», arponero, porque éste timoneaba el bote hasta momentos antes de arrojar el arpón. Así es en Moby Dick, donde el arponero timonea hasta llegar a tiro de la ballena y entonces permuta su posición con la del oficial al mando del bote, encargado de usar la lanza después de una nueva permutación de puestos. El timoneo del bote, eso sí, se reparte, y puede recaer en un tercer tripulante, mientras que hay en el bote un único arponero. Con todo, quizá hay que entender que Chase distingue no entre tres sino entre dos categorías: los marineros comunes y los que hacen de timonel de bote y de arponero. (N.d.E.)
5/ Ya Aristóteles consideraba a la ballena como mamífero, pero prevaleció tenazmente el verla como un pez. Todavía Linneo, en su Systema Naturae de 1735, la clasificó como pez hasta la décima edición de la obra, en 1754, cuando por fin la clasificó entre los mamíferos, y como mamífero la trató Cuvier a principios del siglo xix. Persistió todavía, sin embargo, la visión bíblica de considerar como peces a todos los animales marinos, y a la autoridad de la Biblia se remite Melville cuando, en Moby Dick, declara que la ballena es un pez. Aunque José María Valverde, como traductor de Moby Dick, habla sin reparos de «pesca» de la ballena, Melville, Chase en este texto o Reynolds en Mocha Dick tienden a no asociar directamente las palabras «pesca» y «ballena» y hablan de «caza» o «persecución» de ballenas o emplean formas del verbo «to whale» (capturar ballenas, «ballenear»). (N.d.E.)
6/ Más adelante se hablará de una tripulación de veinte porque un marinero, Henry De Witt, desertó en Atacames (Ecuador) a finales de septiembre de 1820. (N.d.E.)
7/ El conjunto de archipiélagos en el centro-este del Atlántico: Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira, Islas Salvajes. (N.d.E.)
8/ Corregimos el «Floros» del original inglés. (N.d.E.)
9/ Hoy isla Alejandro Selkirk, por el náufrago cuya experiencia en esa isla inspiró a Daniel Defoe para su Robinson Crusoe. (N.d.E.)
10/ Cambiamos el «Decamas» del original. Aquí desertó el marinero afroamericano Henry De Witt. (N.d.E.)
11/ También, y sobre todo, llamada, entonces como ahora, isla Española. (N.d.E.)
12/ Así llamada entonces. Hoy isla Floreana o, alternativamente, Santa María. (N.d.E.)
13/ 100 libras: cuarenta y tantos kilos. 800 libras: unos 360 kilos, una cifra un tanto excesiva. Thomas Nickerson estima el máximo en la mitad, 400 libras, pero sin duda se queda corto. (N.d.E.)
14/ Thomas Nickerson considera el trato a las tortugas «muy cruel», y añade: «Mucha gente arguye que no sienten las mordeduras del hambre», de donde se desprende que el trato a las tortugas era objeto de debate. (N.d.E.)
15/ Cerca de 26 metros. Los cachalotes rondan y a veces superan los veinte metros. La eslora del Essex era de 88 pies, unos 27 metros, es decir, casi igual a la longitud atribuida por Chase al cachalote. Aunque otros testigos del hecho no discuten los 85 pies del cachalote, no es descartable que, en el recuerdo de Chase, la magnitud del cachalote tendiese a igualarse a la del barco. Según Melville, en Moby Dick, el cachalote alcanza los 90 pies (más de 27 metros), y esa longitud atribuye Amos Smalley, arponero del Platina, a un cachalote blanco arponeado por él en las Azores en 1902. «Según ha oído» Melville, el cachalote puede rondar los 100 pies, una longitud que alcanza alguna especie de ballena pero no el cachalote, aunque la longitud de Moby Dick, si bien Melville no la precisa, ha de ser proporcional a la épica de su persecución: «Su extraordinario tamaño lo distinguía de los demás cachalotes» (Moby Dick, capítulo 41, «Moby Dick»). (N.d.E.)
16/ Aquí y en lo sucesivo, «cuerda», medida de longitud equivalente a algo menos de 7 metros, traduce el rod del original, que equivale a algo más de 5. Dado, aquí y más adelante, el carácter evidentemente impreciso y tan sólo orientativo de las distancias expresadas en estas unidades de medida, las tratamos como permutables. (N.d.E.)
17/ Unos 5,5 kilómetros por hora (un nudo: 1,852 km./hora). (N.d.E.)
18/ Término en desuso que designa la parte central de un barco, o bien entre los castillos de proa y popa, o bien, como en este caso, entre el palo mayor y el trinquete. (N.d.E.)
19/ En inglés, «practical navigators». El American Practical Navigator. An Epitome of Navigation, de Nathaniel Bowditch, aludido por Stubb en Moby Dick como «el Epítome de Bowditch», contiene tablas, cuadros, mapas, etcétera, al servicio de la navegación a vela. (N.D.E.)
20/ Seiscientas libras: algo más de 270 kilos. Sesenta y cinco galones: cerca de 250 litros. (N.d.E.)
21/ Las otras traducciones castellanas consultadas de este pasaje, especialmente famoso porque Melville lo reproduce en nota a pie de página en Moby Dick (capítulo 45, «El testimonio»), entienden el texto de Chase («... it was anything but chance which directed his operations...») conforme que «sólo el azar dirigía sus operaciones», pese a que Chase ha hablado de «violencia premeditada» por parte del cachalote y en todas las frases siguientes hasta el final del capítulo subraya con asombro el carácter deliberado, calculado y emocionalmente motivado de los actos del cachalote. (N.d.E.)
22/ Pasaría tiempo todavía antes de que fuese corriente el empleo de velas en los botes de los barcos balleneros. Según fuentes iconográficas, no parece que las llevasen los del Acushnet, en el que Melville fue marinero entre 1840 y 1841. En Moby Dick, sí las llevan los del Pequod, y un bote del Rachel (el barco que rescatará a Ishmael) ha perseguido a vela a Moby Dick. (N.d.E.)
23/ Un palmo (poco más de 20 centímetros). (N.d.E.)
24/ Hoy las islas Hawái. (N.d.E.)
25/ Owen Chase diluye un tanto su responsabilidad en la adopción de esta decisión, que Thomas Nickerson califica de «error fatal». El capitán Pollard, cuenta Nickerson, propuso como destino las islas de la Sociedad, y la decisión de ir hacia América del Sur la impusieron Chase y el segundo oficial, Matthew Joy, por una mayoría de dos a uno que el capitán Pollard respetó de mala gana. Ahora bien: el miedo a los ataques de los naturales de las islas del Pacífico era lógico después de que sucumbieran a ellos, en particular, James Cook (1779) junto con varios de sus acompañantes y Jean-François de La Pérouse (1788) junto con la totalidad de las tripulaciones de sus dos barcos. En sus notas al texto de Chase, Melville comenta que los náufragos del Essex «temían a los caníbales, y (...) no sabían que desde hacía más de veinte años residían en Tahití misioneros ingleses». Tahití, dice, era un destino «completamente seguro», pero no extiende la misma garantía a las islas Marquesas y las de la Sociedad: más de veinte años después del naufragio del Essex, Melville reflejó en Taipi (1846) su estancia entre nativos de las Marquesas en 1842, y, si bien muestra un amistoso respeto a la cultura nativa y la defiende frente a la invasión europea, alude al «miedo a los nativos, basado en el recuerdo de la suerte espantosa que muchos hombres blancos han sufrido a sus manos». (N.d.E.)
26/ Más o menos medio kilo de pan/galleta y un cuarto de litro de agua. (N.d.E.)
27/ Unos quince centímetros. (N.d.E.)
28/ Unos tres metros y medio. (N.d.E.)
29/ Entiéndase: cuando bebieron la propia orina. (N.d.E.)
30/ Algo más de un litro. Entendemos como una errata el «a gill» del original, medida equivalente a la cantidad, inverosímilmente pequeña, de aproximadamente una décima parte de litro. (N.d.E.)
31/ Si es una cita, ignoramos su origen. Si no, ignoramos el porqué de las comillas. (N.d.E.)
32/ En realidad era la isla Henderson, integrada, como la cercana isla/atolón de Ducie, en el archipiélago de las Pitcairn. Corregimos, aquí y en lo sucesivo, el «Ducies» del original. (N.d.E.)
33/ Cerca de medio metro. (N.d.E.)
34/ Seis o siete metros. Salvo por la orilla, donde los acantilados llegan a la quincena de metros, la isla Henderson es una elevación ondulada de veintitantos metros. (N.d.E.)
35/ Menos de dos metros. (N.d.E.)
36/ Palmo y medio. (N.d.E.)
37/ Entre setenta y ochenta litros. (N.d.E.)
38/ La isla de Pascua sólo había sido entonces visitada cuatro veces por navegantes no polinésicos: por el holandés Jakob Roggeveen en 1722, por el español Felipe González Ahedo en 1770, por el inglés James Cook en 1774 y por el francés Jean-François de La Pérouse en 1786. La espectacular cultura autóctona de la isla, si bien Cook había observado en ella indicios de decadencia, sobrevivió en buena medida hasta unas devastadoras incursiones esclavistas en 1862. (N.d.E.)
39/ Corregimos, aquí y en lo sucesivo, el «Chapple» del original. (N.d.E.)
40/ En realidad, de Plymouth, pero no de Inglaterra sino de la población de este nombre en Massachusetts, era Seth Weeks. William Wright era, en efecto, de Barnstable, y Thomas Chappel de Sandsfield, Massachusetts. (N.d.E.)
41/ El mercante Elizabeth había visitado la isla Henderson hacía poco más de un año. Su capitán, Henry King, creyó ser el descubridor de la isla y le puso el nombre de su barco, pero había sido ya descubierta en 1606 por Pedro Fernández de Quirós, que la llamó isla de San Juan Bautista, y redescubierta a principios de 1819, poco antes de la visita de King, por otro capitán mercante, James Henderson, del Hercules, que a su vez creyó ser su descubridor y la bautizó con su apellido. (N.d.E.)
42/ Unos 4.000 kilómetros. La «isla de Juan Fernández» es la llamada entonces Más Afuera, y hoy Alejandro Selkirk, en el archipiélago de las Juan Fernández. (N.d.E.)
43/ Algo más de 1.400 kilómetros. (N.d.E.)
44/ Muy poco más de cuarenta gramos. (N.d.E.)
45/ En el bote de Owen Chase iba un solo afroamericano, Richard Peterson. Thomas Nickerson, que iba en el mismo bote, pluraliza también y atribuye el hecho a «uno de nuestros hombres de color». Sin duda los plurales señalan no al único afroamericano del bote sino a uno de los seis del Essex, aunque cabe preguntarse si la camaradería y los sufrimientos compartidos no desdibujaban un tanto, en los botes, la distinción entre «blancos» y «negros». Más adelante, sin embargo, tanto Chase como Nickerson hablan de Peterson como del único hombre negro del bote, al cual Nickerson, por otra parte, defiende con vehemencia en este incidente, porque «era un buen viejo». (N.d.E.)
46/ Thomas Nickerson precisa: «No quiso su ración, diciendo: “Guardadla, puede ser de utilidad para alguien pero de ninguna para mí”». (N.d.E.)
47/ Pese a parecerlo, la frase no es bíblica, sino de Laurence Sterne en Viaje sentimental (1768), capítulo «Maria». (N.d.E.)
48/ Thomas Nickerson cuenta que el repentino hundimiento anímico de Isaac Cole se produjo después de una noche en la que, para que sus compañeros pudieran descansar, realizó el sobreesfuerzo de ocuparse él solo de todas las tareas del bote. (N.d.E.)
49/ Thomas Nickerson silencia por completo el episodio de canibalismo. «Tuvimos su cadáver [el de Cole] a bordo toda la noche», dice, «y por la mañana lo entregamos a las profundidades del modo más solemne». El único beneficio alimentario que reconoce Nickerson de la muerte de Cole es el reparto de sus raciones entre los supervivientes. (N.d.E.)
50/ En su grafía inglesa, «Massafuera». Hoy la isla Alejandro Selkirk, en el archipiélago de las Juan Fernández, ya antes repetidamente mencionada. (N.d.E.)
51/ Corregimos, aquí y en lo sucesivo, el «Nicholson» del original. (N.d.E.)
52/ En realidad, cumpliría los dieciséis al mes siguiente. (N.d.E.)
53/ Thomas Nickerson silencia por completo su desfallecimiento. (N.d.E.)
54/ Del bote del capitán Pollard, aparte de él mismo, sólo sobrevivió Charles Ramsdell. (N.d.E.)
55/ Corregimos, aquí y lo sucesivo, el «Ramsdale» del original. (N:d.E.)
56/ Thomas Nickerson había nacido en Harwich, cerca de Nantucket. (N.d.E.)
57/ Corregimos, aquí y lo sucesivo, el «Brazilla» del original. (N.d.E.)
58/ De nuevo, es la isla llamada entonces de Más Afuera y hoy Alejandro Selkirk, en el archipiélago de las Juan Fernández. (N.d.E.)
59/ Los misioneros Daniel Tyerman y George Bennett, en su Diario, ponen en boca del capitán Pollard, con el que hablaron en 1823, esta descripción de los hechos: «Nos miramos unos a otros con pensamientos horribles en la mente, pero nadie dijo nada. Estoy seguro de que nos queríamos como hermanos, pero nuestras miradas decían claramente qué debía hacerse. Lo echamos a suertes, y le tocó la mala a mi pobre grumete. Me adelanté enseguida y exclamé: “Hijo, hijo, si no estás conforme con tu suerte, mataré al primero que te toque”. El pobre muchacho demacrado dudó unos momentos; después, apoyando con calma la cabeza en la regala, dijo: “Me conviene tanto como cualquier otra”. Fue despachado rápidamente, y no quedó nada de él». Según Thomas Nickerson, en carta del 24 de octubre de 1876, el capitán Pollard se ofreció a morir en lugar de Owen Coffin, pero éste no aceptó. También según Nickerson, en esta misma carta, la suerte de sacrificar a Coffin de un disparo recayó no en Charles Ramsdell, como dice Chase, sino en el propio capitán Pollard. (N.d.E.)
60/ El comodoro Charles Goodwin Ridgely. (N.d.E.)
61/ Los náufragos de la isla Henderson fueron rescatados el siguiente 9 de abril. (N.d.E.)
62/ Ni del tercer bote ni de sus ocupantes se supo nada más. (N.d.E.)
63/ Abreviación de ditto: lo antes dicho, como lo anterior, como arriba. (N.d.E.)
64/ La cita está tomada de la traducción de Moby Dick de José María Valverde (1976). (N.d.E.)
65/ En rigor, como mucho once, ya que en Moby Dick Ishmael, antes de enrolarse en el Pequod, ve, en una iglesia, una lápida de 1839, y, por lo tanto el hundimiento del Pequod no puede ser anterior a 1840. Melville se preocupa por la verdad de lo narrado, pero los descuadres numéricos en la ficción contribuyen a veces a enriquecer su verdad narrativa. Si aquí el descuadre tan sólo revela un cierto desinterés por la exactitud cronológica, es relevante, en cambio, que en Taipi cuatro semanas reales de estancia en las Marquesas se transformen en cuatro meses narrativos, o que en Moby Dick los tripulantes del Pequod sean treinta, pero sumando los que salen en escenas diversas aparezcan cuarenta y cuatro perfectamente diferenciados. (N.d.E.)
66/ Entendemos que el «Mono del Bonifacio» del original inglés se refiere al Morro Bonifacio, peñasco de 148 metros de altitud situado en la costa chilena. Veinte leguas: del orden del centenar de kilómetros. (N.d.E.)
67/ La cima más alta de la isla Mocha no llega a los 400 metros, pero lo abrupto del contraste entre los llanos costeros de playas y prados y la cadena de montes arbolados que recorre la isla centralmente justifican el término «montañas». (N.d.E.)
68/ No es el nombre del ballenero, sino el de la goleta, al mando del capitán Alexander Palmer, en la que viajaba Reynolds. Era el más pequeño de los tres barcos de la expedición de exploración antártica que Reynolds encabezó entre 1829 y 1830 (los otros dos eran los bergantines Seraph, al mando de Benjamin Pendleton, y Annawan, al mando de Nathaniel Palmer, hermano mayor del Palmer aquí citado). La localización en Chile remite al regreso de esa expedición: a mayo de 1830. La batalla con Mocha Dick que se narrará tuvo, pues, lugar, no, como se dice a menudo, en 1838 sino, como tarde, en 1829. (N.d.E.)
69/ Dado que se ha dicho que el Penguin se encuentra ya en Santa María, entendemos, y así lo explicitamos, que es el anónimo ballenero el que se dirige a esta isla. Armando Cartes Montory, en su prólogo a la edición de Pehúen de Mocha Dick, entiende, sin embargo, que se trata del Penguin. (N.d.E.)
70/ El conjunto, la totalidad. En francés (y sin cursiva) en el original. (N.d.E.)
71/ Broma o burla de la naturaleza. (N.d.E.)
72/ Otros tantos metros (una yarda equivale a 0,9144 metros). (N.d.E.)
73/ En Moby Dick, en los encuentros del Pequod con otros barcos, la primera pregunta invariable del capitán Ahab es: «¿Has visto a la ballena blanca?». (N.d.E.)
74/ Mezcla alcohólica azucarada, del tipo del grog. (N.d.E.)
75/ En un ballenero, las palas (las hay de varias clases) no eran en principio instrumentos para la caza de la ballena, sino para su despiece una vez cazada. Eran, sin embargo, herramientas en forma de lanza, cortantes y punzantes, y aquí, según se verá más adelante, se emplea una como arma accesoria de caza. (N.d.E.)
76/ Si el texto entre comillas corresponde a una cita, ignoramos su origen. (N.d.E.)
77/ En argot ballenero en lengua inglesa, el nombre propio «Dennis» designaba a una ballena herida y sangrante. (N.d.E.)
78/ Cien, cincuenta, dieciocho pies: respectivamente, unos treinta metros, unos quince, unos cinco y medio. Una pulgada: entre dos y tres centímetros. (N.d.E.)
79/ «Estadio» traduce «furlong», medidas que no equivalen por entero entre sí pero sí equivalen, ambas, a algo menos de doscientos metros. (N.d.E.)
80/ Unos doscientos metros. (N.d.E.)
81/ Como antes en la Narración de Owen Chase, aquí «cuerdas» traduce «rods». Recordemos que rod equivale a poco más de cinco metros, la cuerda a algo menos de siete, y que, aquí como antes, dado el carácter evidentemente impreciso de la estimación de distancia hecha con estas unidades de medida, las tratamos como permutables. (N.d.E.)
82/ Shakespeare, Macbeth, Acto V, escena 3. (N.d.E.)
83/ Una legua: aproximadamente cinco kilómetros y medio. (N.d.E.)
84/ «La hostia» traduce «My grimky», siendo grimky una palabra sin ningún sentido que reemplaza alguna expresión considerada entonces demasiado fuerte pero que hoy sin duda se aceptaría sin problemas en un texto. Optamos por quedar a mitad de camino entre un eufemismo y un juramento contundente. (N.d.E.)
85/ Los cachalotes tienen el oído muy fino y las tripulaciones de los botes que se acercaban a uno cuidaban de amortiguar lo más posible el ruido de los remos. (N.d.E.)
86/ «Línea» traduce «fathom». Estas medidas no equivalen entre sí, pero sí equivalen ambas a algo menos de dos metros. (N.d.E.)
87/ El capitán norteamericano (sería comodoro más adelante) Isaac Hull, en la guerra de 1812, al mando de la fragata Constitution, recibió la rendición, tras un combate encarnizado, de la fragata británica Guerrière, al mando del capitán James Richard Dacres, el 19 de agosto de 1812. (N.d.E.)
88/ Más de veintiún metros. Recuérdese que Owen Chase atribuye al cachalote que hundió al Essex una longitud de ochenta y cinco pies (más de veintiséis metros) y que Melville, en Moby Dick, habla de cachalotes de hasta 90 pies (más de veintisiete) y no descarta que los haya de cerca de cien (una treintena larga). (N.d.E.)
89/ «Material de cabeza»: espermaceti, material que se encuentra en la cabeza del cachalote (y en mucha menor medida en otras ballenas), empleado para hacer velas, para el acabado de tejidos y como excipiente de medicamentos. (N.d.E.)
90/ Verso de Byron en Don Juan (1819-1824), V.38. (N.d.E.)
91/ Si el texto entre comillas es una cita, ignoramos su origen. (N.d.E.)
92/ Australia. (N.d.E.)
93/ Las islas Kerguélen. (N.d.E.)
94/ El Pacífico Norte y el Pacífico Sur, al norte y al sur de la línea del ecuador. (N.d.E.)
Siguiendo a Moby Dick
Owen Chase
J. N. Reynolds
Emili Olcina (editor)
Primera edición: diciembre, 2018
© Emili Olcina
© de esta edición:
Laertes S.L. de Ediciones, 2018
www.laertes.es
Diseño y composición: JSM
ISBN: 978-84-16783-64-9
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Se incluyen por primera vez en un mismo volumen, que nos conste, los dos textos a partir de los cuales la imaginación de Herman Melville concibió Moby Dick, quizá la más grande de las novelas escritas en lengua inglesa: la Narración del naufragio del Essex, de Owen Chase, y Mocha Dick, la ballena blanca del Pacífico, de J. N. Reynolds. Los textos que los acompañan, a cargo del preparador de la edición, buscan mejorar el aprovechamiento de su lectura mediante valoraciones y datos de ampliación y contextualización, y señalan, en especial, las conexiones de una y otra obras con Moby Dick.
La bibliografía y el índice alfabético a final de volumen contribuyen a cohesionar en un todo único los materiales diversos que constituyen esta edición. A una y otro remitimos para completar los datos de personajes, obras y barcos citados (títulos originales, fechas de edición, de nacimiento y muerte, etcétera). En el caso de barcos balleneros, se hacen constar, en el índice, cuando se ha podido, su puerto y su capitán en el episodio o la época en que cada cual es mencionado.
La traducción de los textos principales y también (si no se indica otra cosa en nota a pie de página) la de las citas puntuales tomadas de otros textos se han hecho específicamente para esta edición.
El preparador de la edición desea manifestar su gratitud, por su valiosa y generosa colaboración, a Josep Soler, a Sandra Ruiz Olea y a Nury Ruiz Olea.