BERNHARD UHDE
POR QUÉ CREEN LO QUE CREEN
La comprensión
de las cinco grandes religiones
Traducción de
RAÚL GUTIÉRREZ
Herder
Título original: Warum sie glauben, was sie glauben. Weltreligionen für Andersgläubige und Nachdenkende
Traducción: Raúl Gutiérrez
Diseño de portada: Stefano Vuga
Edición digital: José Toribio Barba
© 2013, Verlag Herder GmbH, Friburgo de Brisgovia
© 2019, Herder Editorial, S. L., Barcelona
ISBN digital: 978-84-254-4187-5
1.ª edición digital, 2019
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Herder
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Índice
Prólogo
Introducción
Sobre la historia de la ciencia occidental
Antigüedad
Edad Media
Edad Moderna
La exposición de las religiones
Problemas del lenguaje
Problemas del lenguaje religioso
Problemas de universalidad
Por qué creen lo que creen
Reflexiones previas propias de la historia de la religiones: la experiencia religiosa
I. Judaísmo
La idea de los efectos manifiestos de Dios
1. El obrar de Dios. Experiencias humanas
2. La Torá. Experiencia presente
3. La historia. Verdadero presente
4. La vida humana. Imitación de Dios
5. ¿Por qué creen lo que creen?
1. Creer a partir de la experiencia
2. ¿Creer a pesar del sufrimiento?
Primer excurso: La fidelidad de Israel como desafío para el cristianismo
II. Cristianismo
La idea de la unidad manifiesta de Dios
1. El obrar de Dios. Experiencias humanas
2. El Evangelio. Auto-re-presentación de Dios
3. La Trinidad. Unidad verdadera
4. La vida humana. Imitación de Cristo
5. ¿Por qué creen lo que creen?
1. Creer a partir de la experiencia
2. ¿Creer a pesar del sufrimiento?
Segundo excurso: La auto-re-presentación de Dios como desafío para las religiones
III. Islam
La idea del discurso manifiesto de Dios
1. El obrar de Dios. Experiencias comprensibles
2. El Corán. El discurso presente de Dios
3. Dios el Uno. ¡Y no tiene a nadie por igual!
4. La vida humana. Imitación del Profeta/de los profetas
5. ¿Por qué creen lo que creen?
1. Creer a partir de la experiencia
2. ¿Creer a pesar del sufrimiento?
Tercer excurso: La ausencia de contradicción en la religión como desafío para el cristianismo
Transición. De «Occidente» a «Oriente». ¿De la «ciencia» a la «sabiduría»?
IV. Hinduismo
La idea de la causalidad de todo
1. Las obras de los dioses. Experiencias variadas
2. Las doctrinas. Causas y efectos
3. Todo es Uno. Uno es Todo
4. La vida humana. Ser igual con el dharma
5. ¿Por qué creen lo que creen?
1. Creer a partir de la experiencia
2. Creer debido al sufrimiento
Cuarto excurso: La responsabilidad propia de los seres vivos como desafío para el cristianismo</p>
V. Budismo
La idea del condicionamiento de todo
1. El Buddha. Un conocimiento
2. La prédica. Condicionalidad recíproca
3. El Buddha. Saber verdadero
4. La vida humana. Ser igual al Buddha
5. ¿Por qué creen lo que creen?
1. Creer en virtud del conocimiento
2. Creer sin sufrimiento
Quinto excurso: La salvación de los seres vivos por sí mismos como desafío para el cristianismo
Epílogo
Fuentes
Bibliografía
P. E.
M. C. G.
Prólogo
Siempre dispuestos a dar respuesta
a todo el que os pida razón.
(1 Pedro 3,15)
Este pequeño libro es una propuesta inusual, que invita a reflexionar sobre las estructuras del pensamiento desplegadas en las grandes religiones —judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo y budismo— de una manera comprensible para quienes piensan de un modo distinto. Es la propuesta de pensar estas estructuras del pensamiento de manera que puedan ser entendidas no solo como fundamento de determinadas experiencias sino también como posibilidades del pensamiento. Para quienes reflexionan y tienen otras creencias se expondrán, por tanto, los presupuestos conceptuales básicos que sirven como fundamentación en sí misma consecuente y posible del pensamiento religioso examinado en cada caso. De este modo, se ha de transmitir una comprensión que, como orientación para la realización de lo pensado, corresponda a la autocomprensión de los creyentes, independientemente de que ellos mismos sean conscientes o no de ella. Por consiguiente, antes que ofrecer una exposición completa de lo que en cada caso han pensado los creyentes, las ideas de las grandes religiones aquí expuestas y las ideas sobre las grandes religiones han de mostrar cómo han sido pensadas, en cada caso, por los respectivos creyentes. Así pues, la exposición ha de proceder ejemplarmente y no podrá tomar en consideración algunos detalles importantes, pero intentará transmitir una impresión de conjunto.
Las religiones y sus contenidos han sido concebidos para su transmisión y, en efecto, siempre se han transmitido. Una transmisión semejante tiene que apuntar a su comprensión, sea con vistas a su difusión, sea para el desarrollo de una tradición de sus contenidos. En su transmisión, la tradición entendida como formación e instrucción apunta a la capacidad intelectual del aprendiz, pues son conocimientos los que le son confiados. A fin de cuentas, la comprensibilidad está al servicio de la comprensión que el maestro religioso tiene de sí mismo cuando hace uso de su entendimiento. Aquí hay que reconocer distintas estructuras del pensamiento, distintos presupuestos. Así pues, en las denominadas grandes religiones, paralelamente a la praxis ritual y espiritual se han desarrollado secuencias de ideas que presentan estas religiones como posibilidades del pensamiento coherentes, pero mutuamente diferentes. Precisamente estas secuencias son el fundamento para la comprensión y la exposición comprensible de los contenidos de las religiones, si no se las considera ya como presupuesto para la realización de la religión.
Estas secuencias de ideas de las religiones dan a conocer lo que se considera importante y lo que se considera carente de importancia. Así surgen las ideas concebidas como principios de las diversas religiones a partir de los cuales se pueden deducir otros contenidos. Estos principios se irán aclarando como primeros presupuestos, que son diferentes en las diversas religiones y que determinan, por consiguiente, la distinción que por principio hay entre ellas. Pero, en cuanto principios fundamentan también una forma específica del saber, sea que se lo entienda como un saber que ha sido dado, «revelado», como en el judaísmo, el cristianismo, el islam y algunas religiones del mundo espiritual de la India (hinduismo), o como un saber que se ha llegado a comprender, un saber «adquirido», como en otras religiones del hinduismo y en el budismo. Es claro, sin embargo, que la transmisión de este saber mediante el lenguaje aún no representa su realización, esto es, aquella creencia que concibe este saber como verdad.
Las estructuras del pensamiento propias de las grandes religiones permiten aclarar por qué los hombres creen en lo que creen. Dada la diferencia principista existente entre ellas, las religiones constituyen un desafío para «los que tienen una creencia diferente», especialmente cuando aparecen como reforma, perfeccionamiento o corrección de religiones anteriores. Semejante desafío se ve con claridad si entendemos el budismo como reforma del pensamiento antiguo de la India, el cristianismo como perfeccionamiento del judaísmo y el islam como corrección del judaísmo y el cristianismo. Ahora bien, los creyentes reflexivos de aquellas religiones que son objeto de estos desafíos no se quedan sin respuestas. Solo así pueden ofrecer una fundamentación reflexiva de su pertenencia a una religión. Estas fundamentaciones no solo apuntan a una exposición de la propia religión en rechazo de las objeciones, esto es, a la afirmación de una posibilidad del pensamiento entre varias otras, sino que pretenden, además, mostrar la excelencia de la propia religión, pues fundamentando su propia pertenencia a una religión la hacen comprensible.
Aquí no seguiremos este camino apologético, que, como tal, está dirigido solamente a la defensa del propio camino. Más bien presentaremos la fortaleza de cada religión haciéndola comprensible desde dentro. Pero antes son necesarias unas importantes reflexiones metodológicas sobre la comprensión y la exposición de las religiones, ante todo para explicar por qué una exposición semejante solo es posible en el contexto del pensamiento occidental, más precisamente, en la época moderna, y qué dificultades, sin embargo, aún persisten. A quien le parezca muy árida esta lectura, puede saltar esta «introducción».
Dada la competencia entre sus pretensiones de verdad y sus contenidos, las grandes religiones constituyen un desafío mutuo. Así pues, para cada una de las religiones —el judaísmo, el cristianismo, el islam, el hinduismo y el budismo—, los «otros» representan diversas formas de desafío de las propias convicciones, como también sucede en el cristianismo, la religión que ha marcado la cultura occidental y sus valores. Estos diversos desafíos y sus réplicas han de ser expuestos más adelante en breves excursos referidos a algunos ejemplos que, sin embargo, afectan fundamentalmente al cristianismo. De esta manera, no solo se ofrecerá una modesta contribución al diálogo interreligioso, sino que más bien se dará una pequeña impresión de los que podrían ser los temas esenciales de semejante diálogo.
Los contenidos de las religiones han sido concebidos para su transmisión. Esta transmisión debe apuntar a su comprensibilidad para que, así, puedan cumplir su propósito. De igual manera, las ideas expuestas a continuación también buscan ser comprensibles. Por esa razón renuncian a un lenguaje especializado y al lastre de la presentación propia de la erudición académica. Ello se debe también a que son, y no en último lugar, el fruto de muchas noches dedicadas a la «formación de adultos», en las cuales conjuntamente con un público interesado y bastante cuestionador nos esforzamos por comprender las religiones y a los que tienen otras creencias. A ese público le agradezco por este libro y a él se lo dedico. Pero también quiero agradecer a las instituciones y sus colaboradores que hacen posibles y realizan esas reuniones. También agradezco cordialmente por su múltiple y diversa colaboración a los licenciados en teología Friederike Schmidt y Fabian Freiseis, así como a la editorial Herder, en Friburgo, en especial al Sr. Peter Raab y al Dr. Rudolf Walter, por la paciencia con que acompañaron este proyecto y la comprensión mostrada por esta exposición inusual de las grandes religiones, y a la editorial Herder, en Barcelona, por incluir la versión española en su catálogo, en especial a su director, Raimund Herder. Asimismo, quisiera agradecer muy especialmente al Dr. Raúl Gutiérrez, de Lima, por asumir el encargo de traducir mi libro al español.