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Actitud de Excelencia

Copyright © 2011 Willie Jolley y Taller del Éxito

Título en inglés: An Attitude of Excellence
Traducción: Taller del Éxito Inc.

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida, por ninguna forma o medio, incluyendo: Fotocopiado, grabación o cualquier otro método electrónico o mecánico, sin la autorización previa por escrito del autor o editor, excepto en el caso de breves reseñas utilizadas en críticas literarias y ciertos usos no comerciales dispuestos por la ley de derechos de autor.

Publicado por:

Taller del Éxito, Inc
1669 N.W. 144 Terrace, Suite 210
Sunrise, Florida 33323
Estados Unidos
www.tallerdelexito.com

Editorial dedicada a la difusión de libros y audiolibros de desarrollo personal, crecimiento personal, liderazgo y motivación.

Primera edición Taller del Exito 2010
Diseño de portada y diagramación: Diego Cruz

ISBN 10: 1-607380-38-2
ISBN 13: 978-1-60738-038-2

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CITA DE RECOMENDACIÓN DEL DOCTOR STEPHEN R. COVEY:

“¡Este es un libro fantástico, inspirador y motivante!”. Al leerlo, encontrará que está vinculado con ejemplos prácticos y convincentes. Le sugerirá cómo elegir el éxito y la excelencia, le mostrará que el cambio y la mejora constantes se pueden convertir en sus aliados en vez de ser enemigos implacables. Este libro también le enseñará cómo elegir el equipo de colaboradores correcto, la forma en que podrá obtener el mejor provecho de las fortalezas de los miembros de ese equipo y cómo convertir en irrelevantes las debilidades gracias a esas fortalezas de sus colaboradores; así mismo, a través de esta obra aprenderá que entrelazar el desarrollo personal, organizacional y cultural es un asunto vital para alcanzar objetivos.

¡Qué lectura tan constructiva e iluminadora! Se puede “escuchar” y “sentir” a Willie enseñándonos e ilustrándonos.

—Stephen R. Covey, autor de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, y El octavo hábito: De la efectividad a la grandeza.

INTRODUCCIÓN

La excelencia se alcanza cuando…

Uno se interesa más de lo que otros piensan que alguien debería interesarse, cuando uno arriesga más de lo que otros piensan que se debe arriesgar, cuando uno sueña más de lo que otros creen que es práctico soñar, y espera más de lo que otros piensan que es posible esperar.

—Anónimo

Finalmente, amados, cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean honorables, cuantas sean justas, cuantas sean puras, cuantas sean agradables, cuantas sean de buena reputación, si hay algo excelente o algo digno de alabanza, continúen considerando estas cosas.

—Filipenses 4:8

“Actitud de excelencia” —este concepto me cautivó desde el primer momento en que lo escribí en mi cuaderno de ideas. Mientras más observaba la sencilla combinación de palabras, más me impresionaba el hecho de que este concepto asocia dos términos que se usan ampliamente de forma individual para expresar comportamientos que la gran mayoría de nosotros queremos desarrollar, pero que en realidad no procuramos con la intensidad necesaria. Con frecuencia hablamos sobre cómo “la actitud determina la altitud”; sin embargo, muchos de nosotros hacemos muy poco para fortalecer nuestro “músculo de la actitud”. De la misma forma, escuchamos que la gente habla de la excelencia, pero a menudo sentimos que esta cualidad nos evade.

Así pues, este libro se escribió con el fin de ayudar a desarrollar un nuevo enfoque para alcanzar la excelencia, suministra un nuevo concepto para estimular el músculo de la actitud y una nueva manera de crear una cultura de excelencia para su organización; ello se logra, inicialmente, generando una nueva actitud hacia usted mismo: ¡La actitud de la excelencia!

Por ello, la actitud de excelencia tiene dos objetivos principales:

  1. Ayudar a las organizaciones a crear una cultura de excelencia que incremente su desempeño y las ganancias.
  2. Ayudar a las personas a lograr mayor éxito personal, tanto en su vida laboral como en su vida personal.

Además, este libro se compone de dos partes, de hecho, es como si se tratara de dos libros combinados en uno, la primera de ellas se titula “La voluntad de ganar: Cómo desarrollar una cultura de excelencia”, y consiste en una guía para el desarrollo organizacional que se enfoca en los pasos necesarios para crear una cultura de excelencia; en estos capítulos nos concentraremos en los aspectos que le pueden servir a una organización para lograr la excelencia, mejorar el desempeño y, por supuesto, la productividad.

La segunda parte, “Desarrollo personal: Cinco claves para lograr un éxito de cinco estrellas”, se concentra en los aspectos que hacen que un individuo, dentro de una organización, se convierta en un participante mucho más activo dentro del equipo ganador. Si las personas que hacen parte de una organización pueden mejorar su nivel individual y logran expresar esa mejora en sus actividades diarias, entonces las organizaciones de las que forman parte pueden empezar a ver avances rápidamente gracias a la sinergia y a la oportunidad del momento. En los capítulos de esta segunda parte compartiremos las claves que han hecho grandes a ciertas organizaciones y que hemos aprendido trabajando alrededor del mundo con empresas de gran influencia en el sector de la informática, de la hotelería, de los seguros, de los supermercados y las comunicaciones; tales claves se explican en forma de “pasos sencillos” que se pueden implementar de manera rápida tanto en la vida profesional como en la personal.

Por otro lado, este libro les ofrece a las personas que forman parte de las organizaciones una nueva perspectiva sobre el impacto que pueden tener en el éxito de su empresa a largo plazo; también les ayudará a posicionarse más adelante dentro de la fuerza laboral, incluso en tiempos difíciles y exigentes; además, orienta a las organizaciones no sólo a sobrevivir sino también a prosperar en épocas de dificultad económica. Nuestra meta es que el lector pueda prosperar y lograr en el futuro más de lo que ha conseguido en el pasado. En pocas palabras, nuestra intensión es ayudarle a crear un mañana más satisfactorio mientras obtiene más recursos, empezando desde este mismo instante.

Así pues, emprendamos nuestro camino hacia la ¡Actitud de Excelencia!

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EL CAMINO A LA EXCELENCIA

Si un hombre ha de dedicarse a barrer las calles, deberá barrer las calles de la misma manera como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía poesía. Deberá barrer tan bien las calles que todos los observadores del cielo y de la tierra se detengan y digan: “¡Aquí estuvo un gran barrendero de calles que hizo muy bien su trabajo!”.

—Martin Luther King Jr.

La palabra “excelencia” se utiliza con mucha frecuencia, no obstante, su cualidad muy raramente se alcanza. El diccionario Webster’s define excelencia como “aquello que es lo mejor y de la calidad más excelsa; aquello que es superior, sobresaliente y de primera clase”, esto implica caminar la milla extra e ir más allá del sentido del deber. Por lo tanto, la excelencia es una cualidad que debe ser cultivada. Nosotros insistimos en que la excelencia no es sólo una cualidad sino una actitud que nos impulsa a hacer más, a ser más y a lograr más.

Aristóteles afirmó: “Resultamos siendo aquello que hacemos repetidamente. La excelencia, por lo tanto, no es un acto, sino más bien, un hábito”. Así pues, nuestro deseo es ayudarle a hacer de la excelencia un hábito, en vez de que se convierta en algo que ocurre muy de vez en cuando.

EL DESARROLLO DE UNA CULTURA DE EXCELENCIA: CÓMO CREAR UNA ORGANIZACIÓN DE CINCO ESTRELLAS

¿Alguna vez ha estado en un resort, en un hotel o en un restaurante de cinco estrellas? Si así es, ¿Cómo se sintió allí? ¿se sintió a gusto? ¿se sintió especial o importante? ¿experimentó el deseo de regresar a ese lugar? ¿aquella situación lo llevó a preguntarse por la clase de personas que pueden pagarse ese estilo de vida y a cuestionarse sobre qué se sentiría disfrutar todo el tiempo de un entorno así? Esa es la clave del éxito del sistema cinco estrellas y de eso es que se trata este libro.

Alcanzar un éxito de cinco estrellas significa obrar en un entorno de excelencia. La gente va a los resorts, se hospeda en hoteles de lujo y come en restaurantes cinco estrellas porque estos lugares ofrecen lo mejor de lo mejor. A lo largo de nuestra experiencia hemos podido establecer cinco claves que le pueden ayudar a alcanzar un éxito de cinco estrellas no sólo en su negocio u organización, así también en su vida personal. Mencionaremos dichas claves a continuación y más adelante nos referiremos a los detalles concretos de cada una.

La Clave No. 1 de la Actitud de excelencia:
El desarrollo del liderazgo dinámico

Produzca líderes en todos los niveles de su organización. Las empresas cinco estrellas reconocen lo positivo que resulta desarrollar líderes en todos los niveles de gestión y de potencializar a sus empleados para hacer lo que sea posible con el fin de servir a sus clientes. Las organizaciones de éxito reconocen que antes de poder dirigir a muchos se debe estar en capacidad de dirigir a un solo individuo, ¡a usted mismo!

La Clave No. 2 de la Actitud de excelencia:
Gestión proactiva de cambio

Reconozca que el cambio es un aliado, no un enemigo, y desarrolle habilidades para gestionarlo. Al acoger los componentes del cambio, el desafío y las opciones dadas, puede aprender a tener éxito y no sólo a “IR” a través de los cambios, sino a “CRECER” mediante ellos.

La Clave No. 3 de la Actitud de excelencia:
Trabajo centrado en el equipo

Benef íciese del trabajo en equipo. Quienes piensan como un equipo y trabajan unidos como tal, son quienes ganan en equipo. Tenga siempre presente que en los grandes equipos sus miembros se cuidan mutuamente, se respaldan unos a otros y se animan unos a otros. Todo el mundo es un IAV (Integrante Altamente Valorado), y esto es cierto porque la cadena es tan fuerte como lo sea su eslabón más débil.

La Clave No. 4 de la Actitud de excelencia:
Sorprender con excelente servicio al cliente

Impresione al cliente con un excelente servicio y su negocio crecerá. A medida que usted capacite a su personal, este aumentará su potencial para proveer un mejor servicio. La gente competente tiende a ofrecer un excelente servicio. Recuerde que los mejores líderes siempre son óptimos servidores.

La Clave No. 5 de la Actitud de excelencia:
Desarrolle una actitud de clase mundial

Promueva una actitud positiva y un punto de vista positivo. Aprenda a reconocer que cuando su actitud es excelente, el cambio también lo es. Una vez que todo esté dicho, ¡todo es cuestión de actitud!

LA INFLUENCIA DE LA ACTITUD, LA APTITUD Y EL APETITO

Permítame hacerle un par de preguntas: “¿Usted desea ganar? ¿realmente desea ganar?”. Hago estos interrogantes al inicio de mis presentaciones y siempre obtengo la respuesta: “¡Sí, en serio, quiero ganar!”. Y aunque estoy convencido de que la gente quiere ganar, entonces las preguntas verdaderamente importantes son: “¿Con cuánta vehemencia desea usted ganar? ¿está dispuesto a hacer lo incómodo para ganar? ¿a extender sus alcances? ¿a hacer cosas diferentes y de forma diferente? ¿a cambiar de modo que pueda triunfar?”. El concepto de desear verdaderamente ganar es una de las principales premisas para crear una Actitud de Excelencia.

Bill Russell, legendaria estrella de los Celtics de Boston, es un ejemplo de alguien que aprendió la clave del éxito. Fue quien condujo a su equipo a obtener muchas victorias y la persona que ganó durante cinco temporadas el premio al mejor jugador de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), además fue una gran estrella durante doce temporadas; este caballero creó una cultura de excelencia en todos los sitios donde jugó, pasó de ganar el campeonato en su último año de universidad a liderar la victoria de los Celtas en once temporadas durante trece años, siendo ese el mayor número de campeonatos ganados por un equipo en la historia de la NBA.

Pero lo que más sorprende de Bill Russell no es que se hubiera constituido en un anotador prolífico, sino que fue un jugador que concentró su energía en crear una cultura ganadora; Russell decía que el asunto no se trataba tanto de anotar, ¡sino de ganar! En su libro Las reglas de Russell (NAL Trade, 2002), escribió: “Todo el mundo puede ganar, pero se requiere de un trabajo en equipo. También tienes que agregar tres ingredientes… ¡Actitud, aptitud y apetito!”.

De modo que para poder ganar uno debe desarrollar la actitud del ganador, así como su aptitud y su apetito. En otras palabras, usted deberá tener una Actitud de excelencia con respecto a sí mismo y también con respecto a su equipo.

¿DESEA LOGRAR MÁS EN EL FUTURO?

¿Desea lograr más en el futuro de lo que ha logrado en el pasado? ¿desea ser más en el futuro de lo que ha sido en el pasado? Si su respuesta a estas preguntas es afirmativa, lo invito a que siga leyendo. No obstante, si su respuesta fue negativa, de todos modos siga adelante con la lectura. Estoy completamente seguro de que tendrá una nueva perspectiva en las próximas páginas, lo cual hará que cambie su forma de pensar para el resto de su vida.

Los tiempos actuales son de competencia sin cuartel y los cambios se producen en nanosegundos, también son épocas de gran incertidumbre económica. Hoy en día se habla mucho de la importancia del “posicionamiento”, un concepto popular que se utiliza para indicar cómo debe ubicarse la gente en la mente de otros, lo anterior nos lleva a crear un sello personal de excelencia.

Por ello, es importante enfocarnos en crear una reputación o marca de excelencia, pues esta es una de las claves de quienes logran el éxito en la vida y en los negocios.

Ya la historia se ha encargado de ofrecernos muchos ejemplos de personas y organizaciones que alcanzaron un éxito rápido, pero no lograron mantenerlo porque no hicieron un compromiso con la excelencia, sino que más bien estuvieron dispuestas a tomar atajos que resultaron ser desacertados.

Por ejemplo, en los últimos años hemos escuchado un suceso tras otro sobre el tema de las reestructuraciones, las reducciones o la reingeniería y así por el estilo, muchos de estos procesos involucran a personas que estaban a punto de pensionarse luego de años de servicio dedicados a una compañía, pero debido a circunstancias fuera de su control, perdieron el empleo.

Entonces, en el actual y cambiante mercado laboral, debemos ir tras la excelencia sobre una base diaria porque no hay seguridad con respecto al empleo. Nadie puede garantizar que va a permanecer contratado o que va a mantenerse en su posición actual, porque puede ocurrir un cambio repentino en la dirección de la compañía o de la economía que afecte la seguridad laboral. Existen numerosos escenarios, más allá de nuestro control, que pueden impactar la estabilidad laboral. No obstante, usted puede aumentar su seguridad laboral desarrollando la reputación de la excelencia. Los empleadores siempre están buscando a individuos con talento o con deseos de aprender y esperan encontrar personas que demuestren excelencia y que estén disponibles, pues mientras no exista tal cosa llamada seguridad laboral, la excelencia es la mejor opción en un mercado exigente y cambiante.

Yo no había logrado entender plenamente el significado de este fenómeno hasta que me hice mayor y vi ejemplos de personas que siempre parecían estar en demanda, incluso cuando otros estaban perdiendo sus empleos. Una amiga que había trabajado para una compañía por una buena cantidad de años estaba preocupada por sus perspectivas laborales cuando el dueño de la compañía decidió retirarse y cerrar el negocio; ella pensó que pasaría dificultades para encontrar otro empleo, pues ya era una persona con trayectoria y la mayor parte de la fuerza laboral en su campo se componía de personas jóvenes; sin embargo, tan pronto como se dio a conocer que su empresa estaba cerrando, se vio bombardeada por ofertas procedentes de compañías que conocían su reputación de excelencia, de modo que querían tenerla a ella en su equipo.

Situaciones como la anterior también pueden ocurrir en otras áreas, especialmente en el campo de los deportes. Imagine por un momento que, luego de ganar varios campeonatos de baloncesto en los años recientes, los Lakers de Los Ángeles fueran comprados por un nuevo grupo con nuevas directivas, suponga que estos nuevos dueños decidieran que quieren empezar por renovar al grupo de jugadores y entrenadores, de modo que despiden al entrenador, Phil Jackson, y a la estrella del equipo, Kobe Bryant. ¿Cuánto tiempo cree usted que tardarían estos dos personajes en conseguir un nuevo empleo? ¡Un nanosegundo! ¿Por qué? Porque ambos han cultivado una reputación de excelencia.

Hoy en día, existen excelentes trabajadores que por circunstancias económicas fuera de su control han perdido sus trabajos. Compañías como las tiendas por departamentos o empresas financieras perdieron participación en el mercado y despidieron a sus trabajadores o cerraron completamente sus establecimientos. Sin duda, los trabajadores que desarrollaron una reputación de excelencia fueron los primeros en ser contratados por otras compañías. Y ¿por qué sucede esto? Porque los empleadores siempre están buscando el talento e identificando a las personas que tienen una reputación de excelencia.

La clave, sin embargo, es desarrollar una reputación de excelencia antes de valerse de ella. Es como dice el viejo refrán: “Es mejor cavar el pozo antes de tener sed”.

UNA REPUTACIÓN DE EXCELENCIA

Junto con Biddy, mi amiga de la infancia, iniciamos nuestra carrera universitaria en la American University de Washington, D.C. En su segundo año de estudios, Biddy se casó, dejó la universidad y comenzó a trabajar con el gobierno federal como empleada auxiliar; su trabajo consistía en contestar el teléfono y sacar fotocopias de los manuales de procedimiento. Ella hacía su trabajo con tal entusiasmo que en poco tiempo se convirtió en un gran éxito en la oficina, por ejemplo, contestaba el teléfono diciendo: “¡Hoy es un gran día! ¿En qué le puedo ayudar?”. Y continuaba respondiendo llamadas con ese mismo entusiasmo desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde, e incluso después, cuando llegaba la hora de esperar a su esposo, Dexter, quien venía a recogerla. Hasta trabajaba una hora extra todos los días. Nunca miraba el reloj y siempre se enfocaba en la tarea que debía realizar.

Cuando a Biddy se le pedía que sacara fotocopias, hacía tan bien su trabajo que muchos en la oficina pensaban que las mismas eran originales hechos en una imprenta; en ocasiones, al fotocopiar los manuales de entrenamiento, hacía una copia extra para poder leer en la noche, así podía diligenciar una lista de posibles mejoras para compartirlas con el supervisor. Biddy siempre decía: “Si encuentras que mis observaciones tienen sentido siéntete libre de utilizarlas; si no, tranquilo, puedes tirarlas a la basura”. Ella disfrutaba tanto de su trabajo, que con frecuencia hablaba de regresar a la universidad para finalizar su carrera tan pronto su esposo y ella pudieran ajustar el presupuesto para lograrlo.

Pronto Biddy fue transferida de su cargo de auxiliar (GS– 2) a la posición de administradora (GS–7), hecho que ocurrió antes del embarazo de su primer hijo. Una vez regresó de su licencia de maternidad, continuó demostrando el mismo espíritu de excelencia, seguía respondiendo el teléfono con entusiasmo, y lo hacía aún en horas no laborales, siguió sacando fotocopias tan precisas que sorprendía al personal, y continuaba haciendo una copia para sí misma con el fin de anotar ideas que ella consideraba útiles para el equipo de trabajo. En ese tiempo Biddy fue trasladada de la posición GS–7 a la GS–9, y estando en esta nueva posición, quedó embarazada por segunda vez.

Sin embargo, en esta ocasión, tener a dos niños bajo cuidado infantil era un costo que Biddy no podía sostener. Su esposo, Dexter, le propuso que sería mucho más práctico si ella se quedaba en casa y así fue durante algunos años; pero una vez los niños tuvieron edad escolar, empezó a averiguar cómo podía regresar al trabajo. Activar de nuevo su vacante fue todo un desafío, el único cargo disponible que encontró fue el de auxiliar (GS–2), es decir, contestar teléfonos y hacer fotocopias de los manuales de procedimientos, la misma posición en la cual había iniciado años antes. Sobra decir que Biddy aceptó el trabajo y lo emprendió con el mismo entusiasmo y la misma ética de antes.

Cierto día, al responder una llamada telefónica, escuchó al otro lado de la línea una voz que no había oído en años, se trataba del primer supervisor que ella había tenido. Él explicó que nunca había olvidado el impacto de su actitud positiva, también le dijo que había elogiado ante otros su actitud de excelencia y el hecho de haberse convertido durante años en un modelo para mencionar ante sus nuevos empleados; le explicó que era el nuevo director de una agencia y que estaba buscando a una asistente capacitada. Le preguntó si ella estaría dispuesta a dejar su posición actual para irse a trabajar con él. Por supuesto, aquello significaba un aumento de sueldo que sobrepasaba las dimensiones del periodo de congelamiento de su trabajo. Adicional a esto, ella tendría bajo su supervisión a un grupo de personas. Biddy sonrió un poco nerviosa y preguntó: “Disculpe señor… y, ¿cuándo empiezo?”.

Ella aceptó el trabajo y fue excelente en el puesto. Allí, continuó corriendo la milla extra. Cuando otros no contestaban pronto el teléfono, Biddy lo hacía con su estilo particular: “¡Hoy es un gran día! ¿En qué le puedo ayudar?”.

Actualmente, Biddy continúa demostrando que la excelencia es, en realidad, la mejor garantía de empleo y una estrategia de avanzada. Ella es la actual directora de políticas y programas del Departamento de Energía, y continúa buscando la excelencia con intensidad; además, es una persona que escucha ofertas de empleo todas las semanas. Para citar sólo un ejemplo, hace poco tuve la oportunidad de hablar ante una audiencia de una agencia del gobierno donde ella había trabajado, cuando mencioné su nombre, el personal se desbordó en elogios sobre su exitosa gestión, comentó cómo su entusiasmo por la excelencia se había replicado en toda la organización y nadie dejó de mencionar su ¡actitud de excelencia!

A propósito, cuando su primer hijo se graduó de la universidad, ella también lo hizo. Biddy encontró la manera de regresar a las aulas mientras trabajaba y criaba a sus dos hijos. Cuando le pregunté a Biddy sobre la clave de su éxito, me dijo: “Aprendí que la excelencia no saca excusas sino que se concentra en hacer que el trabajo sea realizado, y esto es cierto aún en situaciones que implican desafío. No hay sustituto para la excelencia. Es la mejor garantía de empleo”.