Diseño, ilustración de interiores y portada: Bogart Tirado Arce
Fotografía de la autora: Fernando Villa del Ángel
MODA Y MODALES
© 2016, Gisela Méndez
D.R. © 2016, Editorial Océano de México, S.A. de C.V.
Eugenio Sue 55, Col. Polanco Chapultepec
C.P. 11560, Miguel Hidalgo, Ciudad de México
info@oceano.com.mx
www.oceano.mx
Primera edición en libro electrónico: febrero, 2017
eISBN: 978-607-527-061-6
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o trasmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo y por escrito del editor.
Libro convertido a ePub por: codeMantra US LLC
Dedico este libro dos veces, NUEVAMENTE:
Primero, quiero expresar mi profunda gratitud a quienes han sido generosos conmigo en este camino de las letras, especialmente a Galia García Palafox y Carlos Puig, por mostrarme que la confianza está en uno mismo y que la perseverancia trae consigo bellos frutos.
En segundo lugar, lo dedico a mis “conejillos de Indias”, es decir, a mis amigos, con los cuales he brindado y soñado. Con su tiempo, apapachos y paciencia me han permitido aprender más de lo que imaginé. Sin ustedes este libro no hubiera sido posible: cada uno me motiva a ser y a vivir en tolerancia y armonía, y con una perfecta imagen.
Gracias por las risas compartidas entre tazas de café, las anécdotas y vivencias, las carcajadas en cada burbuja de champán, gracias por enseñarme a guardar silencio ante un buen tinto, a sorprenderme con recetas nuevas y maridajes, a comerme los sueños a mordidas en rebanadas de pastel.
¡Estar cerquita de cada uno de ustedes hace más divertida la vida!
Gracias a Océano, ¡vamos equipo!
Amenazo con regresar...
Durante los 20 años en los que me he desempeñado como consultora de imagen, en muchas ocasiones, mis clientes me consultaban sobre otro aspecto además de la imagen personal: la manera de comportarse adecuadamente en ciertos contextos sociales. Entonces me di a la tarea de investigar sobre la etiqueta y la comunicación personal, con ello logré dar asesorías más completas, así mis clientes están más satisfechos y felices. ¿Y, yo? Más tranquila y orgullosa.
Moda y modales nace de observar las inquietudes y necesidades de hombres y mujeres por sentirse bien en su vida cotidiana, por trabajar en un ambiente cordial, por convivir con respeto, incluso con quienes no conocemos.
Consideré adecuado tocar temas que van desde lo íntimo hasta lo público: tu habitación, casa, tu familia, tu ambiente laboral, tus fiestas, tus viajes. Es decir todo lo relativo a vivir mejor contigo mismo y en sociedad.
En cada capítulo abordo algunos asuntos básicos:
1) orden y limpieza,
2) lenguaje verbal y no verbal,
3) valores,
4) normas sociales (puntualidad, cortesía, amabilidad) y
5) cómo vestir de forma apropiada a cada situación.
Hago cierto énfasis en los valores como el respeto, la tolerancia y la honestidad, ya que son indicadores del nivel cultural de cada persona, y sin ellos la vida social no puede ser posible...
Pero no pienses que Moda y modales es un manual aburrido, ¡para nada! Es como un amigo que te aconseja cómo elegir un perfume adecuado para ti, que te ayuda a ordenar tu clóset, que te cuenta sus mejores estrategias para sobresalir en el trabajo, que va contigo a comprar un vino, que te acompaña cuando te subes al metro o sales a pasear con tus mascotas... Nunca me olvido de ti.
Intento que este libro te aporte herramientas para reafirmar la confianza en ti mismo, para adaptarte a las circunstancias que la vida te impone, para realizar con satisfacción todas las actividades que te propongas.
Moda y modales fue hecho para ti, porque eres único y me interesa propiciar tu bienestar y mejorar el trato con tu familia, colegas y entorno. ¡Ojalá lo disfrutes!
Ya sea que vivas solo, en familia, en pareja o con amigos, la higiene personal siempre debe ser tu mejor hábito. Además, es fundamental para sentirte cómodo, contento y sano (no te voy a abrumar con todas las bondades que conlleva la higiene, sólo te diré que una persona limpia es menos propensa a las enfermedades y ¡luce más bella!).
El momento del baño es uno de los más placenteros y nos gustaría que durara mucho tiempo; sin embargo, debo despertarte a la realidad y pedirte que éste sea breve y efectivo, ¡niños y mujeres, primero!
• Báñate una vez al día, mínimo. Si vives en una zona de mucho calor, pueden ser dos veces. Las duchas son necesarias, todo depende de tu transpiración; sólo te pido que no exageres en el uso del agua, ¡rapidito, canta una canción breve (si es el caso) en la regadera!
• Aséate para dormir. Si no te es posible bañarte —o, como dice mi abuela, “darte una enjuagadita”—, por lo menos lava tu cara, cepilla tus dientes y ¡a dormir! Dale más enfásis si vives en pareja.
• Lava tus dientes. Es básico al despertar. Cepíllate después de cada comida y usa hilo dental; dejar residuos entre los dientes provoca mal aliento y, claro, caries. Si no llevas contigo tu cepillo, enjuágate la boca con agua, pero intenta mantener tu dentadura limpia. Un buen aliento se agradece, y más cuando convives mucho tiempo con otras personas, ¡aire fresco para todos!
• Mastica chicle por placer, no para evitar lavarte los dientes... La goma de mascar no previene el mal aliento, lo único que puede ocasionarte es una buena gastritis.
PARA QUE NO ME OLVIDES
¿Mal aliento?
La halitosis oral es causada por bacterias, ya sea en tu lengua o dientes, o por alguna caries, por eso es importante mantener limpia tu boca e ir al dentista mínimo dos veces al año. Si de plano tus dientes están en perfecto estado y sigues con mal aliento, ve al doctor, puedes tener problemas renales, hepáticos o hasta del tracto digestivo.
En muchas ocasiones nos da pena decirle a un familiar, amigo o compañero de trabajo que le huele la boca, ¿cierto? Pero debemos hacerlo.
Sé muy prudente y habla con él en privado.
• Adiós al vello. Las mujeres deben lucir una piel sin vello en piernas, axilas, bigote o patillas. En el caso de los hombres, si no desean cortarse el vello de las axilas, consérvenlas limpias. Si decides dejarte la barba y el bigote, dales mantenimiento diario: mantén el vello recortado y limpio. ¡Ah, recuerda que no se deben asomar cabellos en las orejas ni en los orificios nasales!
• Mantén las uñas limpias y cortas de todos los dedos... Es imperdonable dejar uñas o trozos de barniz en el baño, en la casa u oficina. Además, quitarse el barniz con los dientes daña tus uñas y denota ansiedad.
• Limpia tu nariz en el baño, sé discreto, ¡adiós, mocos!
• ¡No compartas! Todos, absolutamente todos, los aditamentos de limpieza son personales (cepillo de dientes, cabello, jabón de barra, toallas). No prestes ¡nada!
• Mantén tu ropa limpia. Toda la ropa que toca tu piel debe lavarse al primer uso, ya que transpiramos y dejamos olores en ella. La segunda capa, como un suéter, un chaleco o un saco, puede lavarse después de tres o cuatro puestas. Es más, un abrigo se manda a la tintorería sólo cuando lo manchas o cambia de dueño, si no, no es necesario (aunque puede ser útil para eliminar los olores de la calle, como el cigarro, el esmog, alimentos, etcétera).
• Orea tu ropa. Compra un perchero y al llegar a tu casa deja que tu ropa se ventile, después selecciona cuál se destina a lavar y cuál irá al clóset. Procura que le dé sol a tu ropa limpia, éste es un gran aliado para evitar el muy particular olor a humedad... ¡iugh!
• Descálzate al llegar a tu casa. Airea tus zapatos y déjalos descansar por lo menos un día. Procura tener dos pares del color que más utilices para que puedas alternarlos.
Estoy segura de que recuerdas a algún compañero de preparatoria que pasaba junto a ti y olía delicioso, ¿cierto? Y al mirarlo, éste lucía confiado y con prestancia, ¿por qué? Porque, aquí entre nos, a todos nos encanta que la persona que esté cerca huela bien. Pasa todo lo contrario con quien exagera; debemos ser sutiles y discretos. Un ligero aroma deja una huella difícil de borrar. Procura no caer en exageraciones, el exceso de perfume es, literalmente, un dolor de cabeza...
Elegir el aroma que te identifique y quede impreso en la memoria olfativa de cada persona que te conozca, no es cosa de unos minutos. Sugiero que el ejercicio de seleccionar tu perfume lo hagas en fin de semana, ya verás por qué.
DÍA 1, VIERNES: pide muestras de perfume, que te lo apliquen en tus muñecas. Sólo debes elegir tres aromas: aunque no lo creas tu olfato se agota y ya no podrás distinguirlos. Espera las primeras notas de salida, después de aproximadamente media hora vuelve a oler tu muñeca: acabas de entrar en la nota media o “corazón del perfume”, en este momento se manifiesta por completo el olor de tu fragancia. Ahora deja pasar entre tres y cuatro horas y así podrás descubrir las notas de fondo. ¿Qué tal?, ¿cuál te gustó?, ¿cuál se fijó más en tu piel?, ¿cuál huele mejor en ti?
Ahora sí, elije con conocimiento de causa: el que más te haya durado, el que mejor huela...
DÍA 2, SÁBADO: aplícate cinco disparos, y deja que tu pareja, familiares y amigos te den comentarios sobre la intensidad del olor: “te pusiste demasiado”, “casi no huele”, en fin...
DÍA 3, DOMINGO: ¡el desenlace final! Con base en lo que te dijeron, aplícate la medida exacta, ponte más o menos disparos según los comentarios que recibiste ayer. Oliendo rico y con la dosis adecuada, dejas una estela suave y coqueta al andar, ¡júntate conmigo!
Nota de salida, cabeza o punta |
Nota media, bouquet o corazón |
Nota de fondo |
• Es lo primero que hueles • Son aromas ligeros en los primeros minutos |
• El aroma ya se concentra en ti |
• Es el desarrollo por completo de ese perfume: las notas que se quedan, cómo se fijan y cuánto tiempo permanecen en ti |
• Fuerza y firmeza: madera, lavanda y tabaco. Busca notas enérgicas, éstas denotan poder.
• Cercanía y júbilo: jazmín, violeta y cardamomo. Los aromas florales provocan confianza, pertenencia y fraternidad. Tus compañeros de trabajo te amarán.
• Pasión e ingenio: naranja verde, maracuyá y yuzu: date el gusto de ser percibido a donde vayas. Las fragancias frutales despiertan viveza, júbilo y entusiasmo.
Personalidad clásica: a quienes les gustan los olores intensos y definidos |
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Hombre |
Lavanda, bergamota, musgo y olores picantes |
Mujer |
Notas amaderadas, florales, orientales, voluptuosas y envolventes |
Personalidad creativa: aquellos que viven relajados y son joviales |
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Hombre |
Menta y olores frescos |
Mujer |
Aromas florales y frescos, como lavanda y cítricos |
Personalidad contemporánea: son seguros de sí mismos, les gusta estar al día y experimentar |
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Hombre |
Almizcle, ámbar y maderas |
Mujer |
Naranja, melocotón, manzana, ciruela |
• Para la mañana, el agua de colonia y los olores cítricos son perfectos.
• En la tarde, los eau de toilette y las notas florales son ideales.
• Durante la noche es básico el perfume, pues tiene mayor concentración de la esencia.
Ahora filtra despacio esta información, envasa el conocimiento adquirido y, sobre todo, etiqueta a tu gusto y vuelve inolvidable tu vida. Play it again, Sam!
Tu lugar más íntimo es tu habitación. Es el espacio donde te sientes protegido y seguro. Es el lugar a donde sólo puede pasar quien tú decidas. Por tal motivo debes hacerlo tuyo, desde cuidar la decoración, hasta mantenerlo aseado... ¡regresa a limpiar tu cuarto!
• Refresca el ambiente de tu cuarto. Abre las ventanas y deja que el aire elimine todos los humores y gases que se desprenden por la noche.
• Procura no dejar desechos o sobras de alimentos dentro de tu habitación; éstos pueden ocasionar mal olor, atraer insectos o manchar los muebles.
• Cambia frecuentemente la ropa de cama: es ideal hacerlo cada semana con las sábanas y fundas de almohadas. Los edredones y colchas pueden sustituirse una vez al mes; si tienes mascotas hazlo con la frecuencia necesaria que se requiera: cada vez que bañes a tu mascota, ¡a lavar los edredones!
• Utiliza una toalla especial para el cuerpo, otra para secarte las manos y otra más para tu cara. Lavar tus toallas después de tres usos es ideal. No uses las toallas de baño para trapear el agua que se escurre después de bañarte.
Sólo tú sabes lo que hay dentro de ese lugar: tenebroso para algunos, insospechable para otros, pero muy tuyo. Hablo de tu clóset.
PARA QUE NO ME OLVIDES
Tu ropa es una gran inversión que se ve reflejada en tu imagen. No es necesario comprar mucha ropa para vestir bien. En mi libro La mejor versión de ti explico cuáles son las piezas básicas. ¿Qué requieres? Tres cosas: calidad, conocer tu colorimetría y elegir las prendas que necesitas a partir de tus actividades.
Ya sea muy sencillo o muy sofisticado, tu clóset es un espacio muy útil para tu vida diaria, pero ¿qué va colgado?, ¿qué va doblado?, ¿cuáles son los ganchos adecuados...?
La organización de tu guardarropa depende del espacio que tengas (de cuántas piezas tubulares tienes para colgar tu ropa, cajones o repisas). A continuación, te voy a dar las bases para que puedas organizarte. Estas indicaciones te permitirán administrar tu ropa para que luzcas muy bien en todo momento.
Doblados en cajones: ropa interior, camisetas, medias, calcetines, ropa de playa, ropa deportiva (shorts, licras, leotardos, sudaderas), suéteres y prendas de tejido, hilo o hilaza, pues si éstas se cuelgan, se deforman.
EN GANCHOS: toda aquella prenda que se arrugue fácilmente: blusas de algodón, lino, seda, mezclilla. Todos los sacos, pantalones, faldas.
EN FUNDAS: trajes de gala y abrigos o prendas que de plano no uses hasta la siguiente temporada (si tu casa es húmeda, olvida esta recomendación y utiliza algún producto antihumedad).
Primero: los ganchos nunca deben ser de metal. ¿Razón? Éstos marcan tus prendas y llegan a vencer algunas costuras, se deforman y al momento de usar alguna prenda deberás plancharla otra vez o se verá un “chichón” por la terminación del gancho. Las perchas de plástico no quitan espacio y son asequibles; las de madera y las forradas de tela también son muy buena opción para tu ropa.
Ya con los ganchos necesarios, sigamos nuestro camino a la paz mental (a mí me da el ataque cuando llego a las casas de mis clientes y veo sus clósets desordenados).
Inicia acomodando la ropa de izquierda a derecha sobre la guía tubular o tubo, de la misma manera en la que lees, esta forma le da orden a tus ideas, es de fácil lectura para tu cerebro y encontrarás más rápido tu ropa.
Lo ideal es que tus cinturones, mascadas, bufandas y corbatas las enrolles y guardes en cajones, pero si no tienes espacio puedes colocarlos en la primera parte de la puedes encontrar ganchos especiales. Usa uno para cada tipo de accesorio. Procura no meterlos todos juntos: alguna hebilla guía tubular. En tiendas departamentales puede rasgar una bufanda o jalar una corbata de seda...
Te sugiero que inicies con los chalecos, ya que son prendas pequeñas que puedes ver fácilmente, pero al mismo tiempo suelen perderse si las ubicas entre pantalones, faldas y camisas.
Cada una de estas prendas va en un solo gancho, esto es para que sean visibles; además, si acostumbras plancharlas después de lavarlas, no se arrugarán.
Según el espacio que tengas, puedes colocarlos uno por gancho o varios en un gancho de varios niveles (uno por cada nivel). La única recomendación es que evites colocar prendas del mismo color porque puedes confundirte y dejar de utilizar una prenda porque no la viste. Coloca un pantalón negro, uno blanco, uno rojo..., la idea es que todos los ganchos tengan colores diferentes.
Existen ganchos con pinzas adheridas a los lados que te permiten sujetarlas y así guardar hasta tres piezas, dependiendo de la tela. Si no tienes ese tipo de ganchos, sólo dobla en dos tu falda, y ¡listo! Puedes poner hasta dos faldas en tu gancho. Recuerda: no cuelgues juntas dos prendas del mismo color.
PARA QUE NO ME OLVIDES
En veinte años que llevo “limpiando” guardarropas, nunca ha faltado el comentario: “No sabía que eso estaba ahí”. Para que eso no te pase, puedes ir rotando cada pieza (por ejemplo, usa la primera camisa y, al regresarla, colócala al final de la fila) para así usar todas tus prendas y evitar ponerte siempre lo mismo.
Inicia por los sacos informales como blazers o tweeds, y después los formales; siempre lleva un orden.
Si te encantan los vestidos, eres una de las mías, así que dales la importancia que merecen y coloca uno por gancho. Si tienes varios vestidos de algodón ligero y poliéster, ésos sí pueden ir dos o tres en el mismo gancho.
Ya sea un vestido con su saco, un pantalón a juego con alguna chaqueta, o un conjunto de falda y chaleco, los coordinados son prendas que prácticamente siempre se usan juntas. Al colgarlas, no las separes.
Estas prendas se colocan en la parte más lejana, por así decirlo, para que no te estorben, ya que se utilizan según la temporada: en invierno prácticamente viven fuera del clóset, y el resto del año, ¡al rincón!
PARA QUE NO ME OLVIDES
• Sigue al pie de la letra las indicaciones de lavado y planchado de cada prenda.
• Si dudas qué tipo de lavado debes realizar, pregunta a tu tintorero.
• Si necesitas planchar alguna prenda y no sabes cómo, coloca un trapo húmedo sobre ella y plánchala a temperatura media.
• Utiliza las bolsas de la tintorería, córtalas por la mitad, así proteges las hombreras de tus prendas.
Una vez que ya tienes organizado tu clóset de acuerdo con los números, el reto es acomodar las prendas según el segundo nivel, es decir ordenado la ropa por color, yendo del tono más suave al más intenso, por ejemplo: rosa pastel, lila, malva... así, hasta llegar al negro.
• Los cinturones texturizados o de cadena deben colgarse en ganchos especiales.
• Dobla las pañoletas y colócalas en cajones, siempre y cuando no sean de seda, lino o algodón 100% porque se arrugan fácilmente; también pueden ir colgadas en ganchos.
• Para los aretes, collares, anillos, pulseras, utiliza compartimentos especiales o alhajeros.
• Acomoda los zapatos en la parte baja del clóset o en zapateras.
Tu casa es tu castillo, es el lugar donde recargas energía para triunfar todos los días, el espacio que te da seguridad, confort, descanso, armonía, libertad y más. Donde puedes realizar las actividades que deseas, pero sobre todo, ¡brindar! y compartir con tu pareja, hijos, familia, amigos, mascotas... En fin, disfruta al máximo tu espacio, cuídalo como a ti mismo, desde su mantenimiento hasta cada detalle que le incluyas: una lámpara, un salero, un color nuevo en alguna pared. ¡Aduéñate de tu territorio!
Haz que tu hogar sea uno de los mejores lugares del mundo para ti y tu familia. Revisa:
• Electricidad: verifica las instalaciones y procura que no haya ningún corto o fuga de energía.
• Pintura: la falta de pintura muchas veces hace lucir tu casa descuida; da. Puedes conservarla por más tiempo limpiando las paredes.
• Agua: cuida el agua, revisa las tuberías y las llaves y ¡cero fugas!
PARA QUE NO ME OLVIDES
Si el agua de tu regadera tarda en calentarse, coloca una cubeta y acumula el agua, podrás usarla para el wc, trapear, regar plantas o calentarla para bañarte con ella, ¿por qué no?
• Limpieza: nunca olvides que tu casa es una extensión de ti. Procura mantener limpio tanto el interior como el exterior. No limpies sólo por “encimita”, mueve los muebles, aspira el polvo, limpia a detalle...
La filosofía china del feng shui asegura que la limpieza atrae la prosperidad. Haz caso, verás cambios positivos en tu entorno.
• Jardín: si tienes jardín debes mantener el pasto corto, regar y podar árboles, arbustos y plantas. Si tienes macetas, también dales mantenimiento, las plantas siempre son bienvenidas en cualquier estilo de decoración.
• Muebles: cada uno de los objetos que tengas en tu hogar debe estar en perfectas condiciones. Si tienes muebles de madera evita el desgaste y procura que tengan brillo, limpiándolos con aceite o productos especiales para madera. Cuida el forro de los cojines, el tapiz de tu sala, las lámparas de las recámaras, los cuadros y cualquier objeto decorativo. Todo deberá estar limpio y reluciente.
PARA QUE NO ME OLVIDES
• Ayuda con las labores de limpieza y mantenimiento de las áreas comunes y de tus espacios.
• Atiende con amabilidad la puerta y el teléfono.