1 Una versión del presente texto ha sido publicada anteriormente en el libro El cuerpo incierto, compilado por Matoso, E., Bs. As., Editorial Letra Viva / UBA, 2006.
2 Parte del presente trabajo fue presentada en las IV Jornadas de Investigación Nuevas intervenciones artísticas y académicas. Directora Susana Tambutti. Ponencia: Proceso creador, dimensión lúdica e improvisación en las Artes del Movimiento. Departamento de Artes del Movimiento, IUNA, Centro Cultural de la Cooperación. Bs. As., 7 de junio 2010. COCOA 2010: Festival Internacional de Danza Independiente. Encuentro Iberoamericano. Espacio de exposición e investigaciones teóricas. Proceso creador, dimensión lúdica e improvisación en las Artes del Movimiento, Centro Cultural de la Cooperación. Bs. As., 11 de septiembre 2010. Segundo Congreso Internacional “Artes en cruce”. Bicentenarios latinoamericanos y globalización. Organizado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Centro Cultural General San Martín. Proceso creador, dimensión lúdica e improvisación en las Artes del Movimiento. Bs. As., 4, 5, 6 de octubre 2010.
3 SCHEINES, G. (1980) Los juegos de la vida cotidiana. Bs. As.: Eudeba.
4 Moreno, J.L., creador de Psicodrama.
5 SCHEINES G. (1998) Juegos inocentes, juegos terribles. Bs. As.: EUDEBA.
6 ABBAGNANO, N. (1961) Diccionario de Filosofía. México: Fondo de Cultura Económica.
7 GADAMER, H. (1991) La actualidad de lo bello. Bs. As.: Piadós.
8 Obra citada.
9 SEGAL, H. (1995) Sueño, fantasma y arte. Bs. As.: Nueva Visión.
10 BACHELARD, G. (1978) La poética de la ensoñación. México: Fondo de Cultura Económica.
11 BACHELARD, G. (1983) Poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica.
12 BACHELARD, G. (1978) El agua y los sueños. México: Fondo de Cultura Económica.
13 A lo largo de este libro cada vez que nos referimos al lo imaginario no remitimos a los conceptos teóricos de Lacan, sino a la dimensión imaginaria.
14 YAGO, F. (2003) Magma –Cornelius Castoriadis, psicoanálisis, filosofía, política. Bs. As.: Biblos.
15 Castoriadis afirma que la psiquis tiene la capacidad de crear representaciones a partir de su imaginación radical que se expresará en lo colectivo como imaginario social instituyente. Esto remite a pensar la sociedad en su posibilidad creadora como instituyente de nuevas representaciones en un juego de tensiones entre lo instituido y lo instituyente, superando de este modo todo determinismo a la hora de pensar lo humano. Al hablar de la creatividad del imaginario social Castoriadis habla de la posibilidad de superación del pensamiento heredado y de toda postura determinista y expone un modo de entender el devenir de la historia con relación a los quiebres o rupturas que este imaginario produce en lo instituido.
16 YAGO, F., obra citada.
17 En su libro Análisis de los espectáculos. Barcelona: Paidós.
18 En Imagen y apariencia del cuerpo humano. México: Paidós.
19 WALDEEN (1982) La Danza –imagen de creación continua. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
20 Waldeen, obra citada.
21 Blaugerg y otros (1984) Breve diccionario filosófico. Bs. As.: Cartago.
22 Así lo comentan Lapierre, A. y Aucouturier, B. (1980) El cuerpo y el inconsciente en educación y terapia. Barcelona: Científico Médica.
23 El “medio” en que se desarrolla el humano es un medio de objetos y de personas, es decir social y por lo tanto relacional y afectivo.
24 El tono muscular es el grado de consistencia de un músculo en actividad y reposo. Es subcortical y está íntimamente ligado al orden emocional e inconsciente y a la imaginación.
25 Esta será la base del conocimiento de lo que nos sucede. “Damos el nombre de alegría –afirma M. Feldenkrais– al sentimiento que se nos hace consciente por la modificación corporal que produce”.
26 Existen gestos donde el uso social asimila lo que en un inicio corresponde a la dimensión refleja de las respuestas del organismo. D. Calmels comenta como ejemplo que el gesto de fruncir el seño y la boca en señal de que algo no nos gusta, proviene del reflejo de expulsión del que está dotado el organismo del bebé para sacar afuera todo aquello extraño al organismo. Este gesto, al socializase en el uso, accede a la dimensión simbólica de valor expresivo y comunicativo.
27 Kiné, del griego “Movimiento”.
28 Lapierre, A., “Educación Vivenciada”.
29 Bernard, M. (1980) El cuerpo. Barcelona: Paidós.
30 Para Merleau-Ponty a través de su cuerpo el hombre está situado en el mundo y en tal sentido esta noción remite al concepto de un ser en el mundo. El cuerpo es, para Merleau-Ponty, lo que forma y hace vivir un mundo, es “nuestro medio general de tener un mundo”. Tal como afirma en Fenomenología de la Percepción “el cuerpo es el vehículo de estar en el mundo, y tener un cuerpo significa para un ser vivo volcarse en un medio definido, confundirse con ciertos proyectos y emprender continuamente algo” (…) “mi cuerpo es el eje del mundo”.
31 Le Boulch, J. (1992) Hacia una ciencia del movimiento humano. España: Paidós.
32 Bernard, M., obra citada.
33 Es decir kinestésica y postural.
34 Hemsy de Gainza, V. (1983) Conversaciones con Gerda Alexander. Bs. As.: Paidós.
35 Así lo expone Gerda Alexander en Conversaciones con Gerda Alexander. Hemsy de Gainza, V., obra citada.
36 Citado por Calmels, D. (2004) Cuerpo y saber. Bs. As.: Novedades Educativas.
37 BARLOW, W. (1986) El principio de Mathías Alexander. Bs. As.: Paidós.
38 En su libro Hacia una ciencia del movimiento humano. Barcelona: Paidós.
39 La Expresión Corporal en su especificidad propone un trabajo sobre la expresión y regulación tónica y motriz preservando la expresión espontánea del cuerpo, aun durante los aprendizajes motores. Esta expresión espontánea también se encuentra presente en los movimientos voluntarios manifestando el modo de ser, de estar y de hacer de cada uno, constituyendo su rasgo singular y propio que le permite a cada uno hallar su propia Danza.
40 En su libro Vivir en su cuerpo. Bs. As.: Paidós.
41 El enfoque biologista ligado a la Teoría de la evolución de las especies, atravesará gran parte de los discursos configurando un antecedente de lo que hoy conocemos como “biología del comportamiento” que entre otras cosas busca las bases genéticas de la personalidad y el comportamiento humano.
42 La teoría de Darwin refuerza la idea del hombre como ser natural, convirtiéndolo en objeto de conocimiento sujeto a las leyes de la naturaleza.
43 D. Efrón, antropólogo argentino que diera con su obra Raza, gesto y cultura una prueba contundente contra las afirmaciones de tales discursos, nos dice que Hans Gunther, “uno de los sumos sacerdotes de la antropología política del Tercer Reich”, afirmaba que “la humanidad se compone de cuatro ‘razas distintas’”(la nórdica, la occidental, la oriental y la dinámica) cada una de las cuales tiene una estructura psicosomática esencial y específica”.
44 Muy influidas por el libro que Darwin publicara en el año 1782 La expresión de las emociones en los hombres y los animales.
45 Un claro ejemplo es la teoría social del filósofo positivista Spencer; aplicando la teoría evolucionista al orden social, plantea que las culturas y las sociedades evolucionan de igual modo que plantea Darwin en el orden biológico, según un principio interno orientado hacia el progreso. Desde esta particular perspectiva evolucionista, la cultura occidental sería el punto máximo en la escala evolutiva de la especie humana. Así, sobre estos fundamentos se pretenderá justificar la “natural” superioridad de ciertos grupos sociales.
46 BARTHES, R. (1989) Variaciones sobre la escritura. Bs. As.: Sudamericana.
47 Bernard, M., obra citada.
48 ISLAS, H. (1995) Tecnologías corporales: danza, cuerpo e historia. México: Centro Nacional de las Artes. Serie Investigación y Documentación de las Artes.
49 Ver capítulo I.
50 Pavis, P. (2003) Diccionario de teatro. Daramaturgia, estética y semiología. Bs. As.: Paidós.
51 Me resulta interesante el dualismo que queda planteado en el texto de Pavis nombrado como idea/materia expresiva… Mi propuesta es considerar al cuerpo como lugar de esas conciliaciones –o coagulaciones– diversas de idea/materia expresiva.
Otra forma de binarismo se juega en el dualismo sentido/expresión. Nuevas orientaciones que toman el pensamiento binario, así como en la época clásica se jugaba en la oposición contenido/forma, en la actualidad se presenta el mismo juego y es nombrado de otros modos como el de interioridad/exterioridad.
52 Remite intencionalmente a parte del título del primer capítulo del presente libro “Proceso creador y dimensión lúdica en el arte”.
53 Podría animarme y referir a estos elementos como propios de la “improvisación”.
54 La noción de Pavis de gesto originario sería equivalente a la noción de “gesto expresivo espontáneo”, que propongo en este trabajo.
55 IVELIC, M. (1998) Curso general de Estética. Chile: Universitaria.
56 Según refiere Ivelic en el libro mencionado.
57 PICARD, D. (1986) Del código al deseo. Bs. As.: Paidós.
58 Para profundizar recomiendo la lectura de Cuerpo, Arte y Percepción. Aportes para repensar la Sensopercepción como Técnica de Base de la Expresión Corporal, UNA, DAM, 2009, GUIDO, R., capítulo V “Fenomenología de la percepción. El cuerpo en Merleau-Ponty”.
59 Si bien Platón es la primera expresión madura de la concepción dualista (tanto del sujeto como ontológica), ya desde la época de Homero venía gestándose una cierta diferenciación entre factores anímicos y corporales. Mas en aquellos tiempos la incipiente idea de alma carecía aún de la semántica vinculada con la inmortalidad, la distinción y la pureza, que le permitirían separarse taxativamente del cuerpo. La gestación de este nuevo concepto de alma es deudora de “influencias chamanísticas procedentes de Tracia y difundidas en Asia Menor” que vinieron a promover un “horror al cuerpo y una reacción contra los sentidos, completamente nuevos en Grecia”. García, E. (2012) Maurice Merleau-Ponty. Filosofía, Corporalidad y Percepción. Bs. As.: Rhesis, p. 30.
60 Respecto a los objetivos de Merleau-Ponty en torno a la superación o no del dualismo, es algo que divide las aguas entre sus comentadores. Solo por mencionar dos fuentes en castellano: Esteban García sostiene que “contrariamente a lo que apresuradamente se afirma, Merleau-Ponty no sostiene que la ontología dualista sea falsa o que el cuerpo no se preste a una descripción mecánica u objetiva…”; “el dualismo no es simplemente falso. Es en cierto sentido verdadero que mi cuerpo funciona como una máquina ajena a mi conciencia y mi voluntad…”. “Pero esa no es la única ni la más primaria experiencia que tengo y puedo tener sino solo un tipo de experiencia que se ha tornado hegemónica en nuestros saberes y discursos”. García, E., obra citada, pp. 67-68. Por otra parte, Ariela Battán Horenstein sostiene que “se encuentra en Merleau-Ponty explícita la intención de superar el problema del dualismo tanto de conciencia y cuerpo, como de sujeto y objeto”. Aunque también señalando que este intento no resultó del todo fructífero, al menos en sus primeras obras. Battán Horstein, A. (2004) Hacia una fenomenología de la corporeidad. Córdoba: Universitas, Editorial Científica Universitaria, p. 154. En este punto seguimos la interpretación de la filósofa argentina.
61 Este texto fue publicado en la revista Kiné, Nº 68, agosto 2005. Bs. As.
62 Publicado en revista Kiné, Nº 88, agosto 2009. Bs. As.
63 Cuando me refiero a la dimensión imaginaria en todo este libro no lo hago en el sentido que le da Lacán sino en el que voy exponiendo a lo largo del texto.
64 Algunos fragmentos de este texto fueron tomados de mi libro Cuerpo, Arte y Percepción. Aportes para repensar la Sensopercepción como Técnica de Base de la Expresión Corporal, IUNA, DAM, 2009.
65 Citado por Kalmar, D. (2005) Qué es la Expresión Corporal. Bs. As.: Lumen.
66 Conversciones con Gerda Alexander, obra citada.
67 Ehrenzweig, A. (1975) Psicoanáisis de la percepción. Mardid: Gilli.
68 Citado por Bardet, M. (2012) Pensar con mover. Bs. As.: Cactus.
69 Publicado en revista Kiné, Nº 93, agosto 2010. Bs. As.
70 Publicado por revista Kiné, Nº 78, agosto 2007. Bs. As.
71 Merleau-Ponty, M. (1976) La estructura del comportamiento. Bs. As.: Hachette.
72 PAVIS, P. (2000) El análisis de los espectáculos –teatro, mimo, danza y cine. Barcelona: Paidós.
73 GUIDO, R. (2009) Cuerpo, Arte y Percepción. IUNA, Artes del Movimiento.
74 Le Bretón, D. (2002) Antropología del cuerpo y Modernidad. Bs. As.: Nueva Visión.
75 Quiroga, A. (1985) Matrices de Aprendizaje. Bs. As.: Ediciones Cinco.
76 Paín, S. (1998) Estructuras inconscientes del pensamiento. Bs. As.: Nueva Visión.
77 Ídem.
78 Paín, S. (1985) La génesis del inconsciente. Bs. As.: Nueva Visión.
79 Publicado por revista Kiné, Nº 77, junio 2007. Bs. As.
80 ¿Por qué se “retira” Julio Boca? ¿Cómo es posible que su ser-bailarín muera porque pasó los cuarenta años de edad? Suponiendo que viviera hasta los ochenta, ¿estaría casi cuarenta años sin danzar?
81 “Estado de arte”, concepto alucinante que debemos a Susi Kesselman.
82 Entendido como su modo particular de pisar.
83 Entre las prácticas derivadas de las nuevas condiciones de existencia, para nosotros es central el interés por aquellas que se presentan en el campo del Arte y el Cuerpo en el marco de la Danza.
84 Ver “Espontaneidad e improvisación” en capítulo I.
85 Publicado por revista Kiné, Nº 80, diciembre 2007. Bs. As.
86 El imaginario social es un estructurante imaginario que determina el pensar, el sentir y el hacer de los sujetos. Su observación nos permite dar cuenta de una particular red de significaciones compartidas socialmente que son sustento de la forma de construir realidad y de interpretarla.
87 En Maisonneuve, J. (1984) Modelos del cuerpo y psicología estética. Bs. As.: Paidós.
88 Aquí la escucha del cuerpo, su sensibilización y conciencia sería amenazante a los fines del sistema económico capitalista. Algunas prácticas evitan una relación reflexiva y consciente con el cuerpo ya que esto podría reducir la resistencia u oponerse a la presión que el cuerpo del trabajador debe soportar.
89 También afirma: “Las reglas que en las clases populares organizan las relaciones de los individuos con su cuerpo quizá tengan al principio una función de regulación que tiende a impedir que aquellos que por su condición económica deben utilizar intensamente su cuerpo, establezcan con este una reflexión reflexiva y consciente. El establecimiento de semejante relación no podría tener otro efecto que el de disminuir la resistencia que los individuos pueden oponer a su cuerpo y por lo tanto reducir la cantidad y calidad del trabajo que el cuerpo realiza”.
90 CLASSEN, C. (1997) “Fundamentos de una Antropología de los sentidos”, en Revista Internacional de Ciencias Sociales, N° 157.
91 En Cyrulnik, B. (2009) De cuerpo y alma. Barcelona: Gedisa.
92 En Martin, J. (1966) The Modern Dance. New York: Barnes.
93 Las sensaciones propioceptivas se dividen en: kinestésicas, referidas al movimiento, tienen la función de regular el equilibrio y las sinergias o acciones voluntarias coordinadas; y estáticas, referidas al equilibrio del cuerpo. Ambas en su integración conforman las sensaciones posturales, presentes en la construcción del Esquema Postural que formará parte de la Imagen Corporal. Estas sensaciones permiten darnos cuenta de las posiciones de nuestros miembros en el espacio, de los movimientos que realizamos y cómo los realizamos –con mucho esfuerzo, con poco–, así como de sensaciones de peso del cuerpo, y relación con la fuerza de gravedad, a través del equilibrio, su pérdida y recuperación permanentes.
94 Publicado por revista Kiné, Nº 84, diciembre 2008. Bs. As.
95 Es importante recordar que una de las diferencias entre superficie de apoyo y superficie de contacto reside en que la primera recibe descarga del peso del cuerpo.
96 Publicado en revista Kiné, N° 106, abril 2013. Bs. As.
97 Parte de este apartado ha sido publicado en revista Kiné, N° 112, junio 2014. Bs. As.
98 Bernard, M., obra citada.
99 GUIDO, R. (2009) Cuerpo, Arte y Percepción. IUNA, Artes del Movimiento.
100 Schilder, P. (1977) Imagen y apariencia del cuerpo humano. Bs. As.: Paidós.
101 Ajuriaguerra, J. y Hécaen, H. (1952) Méconnaissance ey Hallucinations corporelles. París: Masson.
102 Tal como lo cita Bernard, M. en El cuerpo, obra citada.
103 Ver Doltó, F. (1986) La imagen inconsciente del cuerpo. Argentina: Paidós; y (1998) Textos Inéditos. Madrid: Alianza Editorial.
104 Nasio, J. D. (2008) Mi cuerpo y sus imágenes. Bs. As.: Paidós.
105 Este trabajo fue expuesto en las Jornadas de Psicoanálisis organizada por Psiche-Anudamientos, Jornadas sobre “Diagnósticos de los tiempos que corren. Tecnología y pulsión”, noviembre 2007. Ponencia “El cuerpo desfondado”.
Fue publicado parcialmente en revista Kiné, Nº 86, abril 2009. Bs. As., con el título “Adiós al cuerpo”.
106 Alude a la noción planteada por Kesselman, S. y De Gainza, V. (2003) Cuerpos en estado de Arte. Bs. As.: Lumen.
107 DROPSY, J. (1982) Vivir en su cuerpo. Bs. As.: Paidós.
108 PAVIS, P. (2000) El análisis de los espectáculos –teatro, mimo, danza y cine. Barcelona: Piadós.
109 Ídem.
110 En The Modern Dance. New York: Barnes.
111 La sensibilidad kinestésica es la que nos permite reconocer la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio.
112 Citado por Pavis, P., en Diccionario de Teatro…, obra citada.
113 Estésicamente remite a las sensaciones y percepciones que la obra produce en el espectador.
114 Más primitivo desde el punto de vista filogenético como ontogenético.
115 BACHELARD, G. (1965) La poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica.
116 Ponencia en el 1º Congreso Internacional de Artes, Revueltas del Arte. UNA. Noviembre 2014.
117 BERNARD, M. El cuerpo, obra citada.
118 Ídem.
119 De quien no fui alumna sino a través de una nutriente lectura de sus libros, que la convirtieron para mí en un eje referencial de encuadre dentro de la Expresión Corporal.
Diseño: Gerardo Miño
Composición: Laura Bono
Edición: Primera. Junio de 2016
ISBN: 9788416467495
Lugar de edición: Buenos Aires, Argentina
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Las cuestiones en torno a lo corporal, el movimiento, la creatividad y los sujetos productores y producidos en el cuerpo y en el bailar, se han vuelto mención casi obligada en los discursos artísticos, educativos y aun en los de la vida cotidiana. Raquel Guido vuelca en estas páginas sus reflexiones sin omitir las referencias a numerosos trabajos de teóricos provenientes de diversos campos disciplinares. Expone para el lector miradas y concepciones acerca de temas claves que, no por transitados, agotaron sus posibles definiciones.
El substrato de sus reflexiones se estructura en torno de la propia historia que, como profesora y también como alumna, ha recorrido. Advierte que el tradicional modo de enseñar por repetición puede, en el camino del diálogo colectivo, permitir un acercamiento a significar la repetición no como actividad automática sino como acción con sentido.
Dice la autora:
Mi trabajo en Expresión Corporal –el que me doy, el que doy a otros, y el que doy para que otros den, multiplicando–, no puede sino tener el sello particular de la huella, que el suelo que pisé dejó en mi propio pie…Asumir mi huella en mi trabajo profesional es un modo de reconocer a todos aquellos que en algún momento me hicieron de ‘suelo’ o de tierra, donde pisé, caminé, salté, me arrastré, giré, me enraicé y golpeé, haciendo de cada propuesta y cada vínculo una experiencia de vida.
El narrar la propia historia ayuda a construir una lógica del interrogante al que nos acercamos de diferente manera, con distintos diseños y rediseños, a lo largo de la propia historia profesional. La narración se enmarca dentro de un paradigma hermenéutico que conlleva el reconocimiento de múltiples interpretaciones posibles de una misma realidad.
Este libro ofrece elementos para alimentar el debate. La autora espera que cada lector pueda realizar sus propias acotaciones al margen; señale las coincidencias o refute lo que aquí se afirma; agregue sus propias experiencias para acordar o confrontar; recurra a sus saberes como productor de arte, como educador o investigador para preguntarle al libro y preguntarse. También espera que los conocimientos tradicionales y los nuevos conceptos a los que arriben los estudiosos de la comunidad artística, contribuyan a definir otras preguntas, a elaborar respuestas para la práctica y la reflexión teórica, a crear nuevos problemas y diversas maneras de resolverlos. Entonces, como todo libro, éste habrá encontrado su destino: volver a ser escrito por cada lector.
Prof. Diana L. Piazza
Decana del Departamento de Artes del Movimiento
de la Universidad Nacional de las Artes (UNA)
Lic. Rita Parissi
Secretaria Académica del Departamento de Artes del Movimiento de la
Universidad Nacional de las Artes (UNA)
Al principio era todo movimiento. Ese movimiento que nace de la quietud, que se inicia como una espiral imperceptible en un omóplato, o en la piel del codo, o en el dedo gordo del pie… Un movimiento que podía quedarse ahí, en esa quietud aparente, llena de remolinos invisibles. O podía desplegarse lento o rápido, fluido o cortado, suave o arrasador… hacia una Danza que siempre sería “propia”, surgida del fondo de la carne, del hueso, de las vísceras o de la piel (“nada más profundo que la piel”). Eran las primeras clases con Queli, en los inicios de mi carrera hacia la docencia en Expresión Corporal (en el Instituto de Educación Corporal de Lola Brikman, allá por los años ochenta).
Pronto, las clases de movimiento, que ya estaban enriquecidas con rondas de cierre y evaluaciones, se volvieron todavía más sustanciosas con el aporte de bibliografía y debate. Transitamos, por entonces, la lectura y comentario de textos de Patricia Stokoe, Moshe Feldenkrais, Gerda Alexander, Gunna Briegher Muller, Jacques Dropsy, Michel Bernard. También exploramos terrenos más áridos y escarpados: Paul Schilder, Merleau-Ponty, Bowlby. De no ser porque ella iba delante devorándolos y regurgitando para nosotros una versión “asencillada” y predigerida que lograba fascinarnos, nos hubiéramos empantanado. Una vez que nos transmitía el entusiasmo y el impulso nos sentíamos capaces de “ir a las fuentes”.
Los parciales domiciliarios, un bicho raro en aquellos tiempos, se convirtieron en espacios de reflexión, debate y creatividad. Nos fuimos animando a sacar nuestras propias conclusiones y a generar, de vez en cuando, alguna idea original. Modestos aportes a la teoría de lo corporal, teoría “propia” que ella estimulaba tanto como la Danza propia, siempre convencida de que bailar es una forma de pensamiento y pensar es una forma de Danza…
Y en esa línea, bien nutrida por lo mejor de los mejores maestros, Raquel Guido fue articulando una mirada propia acerca de la Expresión Corporal. Empezó a publicar artículos en diversas publicaciones donde me encontró como jefa de redacción, o directora.
Estableció contenidos y desarrollos para una carrera terciaria de formación en lo corporal, en la que me encontró como docente.
Cuando surgió la licenciatura en el Departamento de Artes del Movimiento del entonces Instituto Universitario Nacional del Arte (hoy UNA, Universidad Nacional de las Artes), Guido movió cielo y tierra para que nuestro título (privado, pero con reconocimiento estatal y validez nacional) nos habilitara para cursar el SEU (Seminario de Equivalencias Universitarias) y presentar la Tesina que nos convirtió en licenciadas. Y que le permitió ganar varios concursos en varias cátedras.
Quiero decir, también, con este recorrido, que fui su alumna, fui su jefa, su compañera de estudios, su colega… Y que soy su amiga. Y que por eso acepté escribir estas palabras preliminares. Porque la conozco bien, puedo dar testimonio de sus esfuerzos, de su honestidad intelectual, de su permanente crecimiento a fuerza de trabajo y empeño. Por lo mismo puedo testimoniar que es comprometida, alegre y vital la mayoría de las veces… dulce, amarga, picante… según las ocasiones. Es una mujer de múltiples aristas, compleja, difícil, bastante loca… con esa locura que compartimos y reivindicamos, locura inevitable de los sensibles, los creativos, los activos…
Con todo eso (estudios, lectura, programas de cátedra, contenidos de clase, tesina, artículos especializados…) escribió varios libros. Dos que ya publicó, éste que están a punto de leer, y alguno más que todavía está circulando por su incansable computadora… Todos merecen un lugar central en nuestra bibliografía “obligatoria”. Los disfrutamos, y esperamos más.
Julia Pomiés
Directora de la Revista Kiné
Licenciada en Composición Coreográfica mención Expresión Corporal
Docente de la UNA, Cátedra Guido, Expresión Corporal I y II
En este nuevo libro me propongo articular distintos trabajos, sometidos varias veces a un proceso de reescritura que parece nunca agotarse y dan cuenta y fundamento de mi manera de abordar el cuerpo y la Expresión Corporal.
Algunos de ellos ya han sido publicados, y luego ampliados para la presente edición, como el capítulo “Proceso creador y dimensión lúdica en el arte” que formó parte de un libro escrito junto a varios autores y publicado con el aval de la UBA, Facultad de Filosofía y Letras, Carreras de Artes.
Otros formaron parte de Ponencias en Congresos, como el I y II de Artes del Movimiento, realizados por el Departamento de Artes del Movimiento, IUNA, publicados en soporte digital por la misma institución y el más reciente 1º Congreso Internacional Revueltas en el Arte, y otros en soporte gráfico en la revista Kiné, o como materiales didácticos de difusión interna.
Otros, en cambio, son publicados por primera vez.
El trabajo en su conjunto pretende una articulación de sentidos, una transversalización de ejes, que me devuelven una y otra vez sobre la temática que vengo trabajando desde los años ochenta: el cuerpo –entendido como corporeidad–, en la cultura y el Arte del Movimiento.
El libro contiene textos teóricos como “Proceso creador y dimensión lúdica en el arte”, tomando como eje al sujeto, su capacidad creadora y lúdica, la espontaneidad y la improvisación. También dedico un espacio para pensar el movimiento desde diversas perspectivas y el gesto en las artes escénicas contemporáneas haciendo un recorrido que va desde la expresión espontánea a la codificación del gesto y del cuerpo en el arte y la cultura, analizando críticamente la aplicación del modelo lingüístico al cuerpo y el movimiento. Luego una brevísima síntesis de la propuesta de Merleau-Ponty, tomando principalmente aquellas ideas que son coincidentes con la práctica de la Sensopercepción y la Expresión Corporal que propongo, pudiéndose hallar en Merleau-Ponty un sustento filosófico de nuestra práctica.
También me permito compartir con quienes lean una serie de “Reflexiones sobre el danzar” donde expongo y propongo participar de la búsqueda reflexiva de las Artes del Movimiento en su contexto contemporáneo, aplicando los conceptos trabajados en forma de artículos y ponencias.
Con el tiempo de tránsitos por diversas técnicas y abordajes corporales fui resignificando la experiencia corporal y me fui configurando una mirada y una práctica donde el cuerpo sensorial es eje. De la improvisación, de la Danza, de los aprendizajes motores, de la creatividad, del despliegue poético. En este espacio me propongo exponer y fundamentar el abordaje fenomenológico de la corporeidad que propongo.
Lo específico de mi propuesta en la Expresión Corporal se centra en el camino del “habitar el cuerpo” y de esta manera ponerlo en disponibilidad para que el flujo del movimiento encarne y despliegue energías, imágenes, sensaciones y emociones en un devenir de entrega a lo espontáneo. Se producen así unas danzas como acontecimientos irrepetibles, danzas efímeras. Lo espontáneo surge del centramiento en el aquí y ahora que deviene en Danza habitando el espacio y la duración.
El objetivo es estar presente. En la duración, en el momento en que nace y deviene un movimiento, un gesto, una escena, una dramática. Hay una cierta manera de provocar la sensibilidad corporal que tiene la Expresión Corporal que promueve una presencia del ser y de esta manera asumimos la propuesta de una presencia para ser en la Danza. La presencia se da, también, como un modo de estar en la escena. La presencia del bailarín revela su ser y estar ahí.
El movimiento surge de la indagación sensible del propio cuerpo y del entorno en un sujeto situado en el mundo. Se trata de abrir espacios y fundar territorios a explorar, donde la conciencia es “testigo” de las danzas emergentes y fugaces, ligadas al instante.
Encontrar en el momento un lugar fértil para sembrar y florecer en efímeros frutos. Danzar en el instante. El momento como el tiempo donde devienen las danzas. Un tiempo que no se mide, sino que se vive. La Expresión Corporal en este sentido puede ser pensada en torno a una estética de la experiencia, surgida de un “habitar” el cuerpo, el tiempo, el espacio y el medio vital y social. Danzamos en el cuerpo y no con él.
Finalmente en las “Conclusiones”, el lector podrá entrar en el espacio íntimo de mis propias reflexiones, en un gesto que intenta legitimar mi propia síntesis –conceptual y práctica– presente en mi trabajo y en mi propuesta, tal como los trabajo en las aulas universitarias.
Parte de los textos finales ya fueron publicados en alguna instancia de su reescritura, en todo o en parte, por la revista Kiné, que en manos de Julia Pomiés y Carlos Martos, se encarga de detectar hasta los mínimos latidos de toda criatura viva presentes en una idea, en un texto o en una obra, y difundirlos para aquellos que quieren leer, ver, oír y saborear de cuerpo entero. Estos textos tienen una forma de escritura reflexiva, interrogante, aplicando conceptos expuestos en la primera parte del libro
Gracias sinceras y afectuosas para el Prof. Ignacio Arias –quien desde el campo de la Filosofía mira y escucha al cuerpo y construye un saber sobre Filosofía del Cuerpo–, por su paciencia amorosa al aconsejarme en mi texto sobre Merleau-Ponty ayudándome en mi intención de hacerlo comprensible para alguien no experto en Filosofía, encontrando relaciones con nuestra práctica sensoperceptiva, pero sin por eso hacer simplificaciones extremas o erróneas. Gracias además por sus enriquecedores aportes filosóficos a mi saber.
Mi agradecimiento especial para mi equipo de cátedra: Prof. Sandra Reggiani, Prof. Silvana Sagripanti, Prof. Alejandra Masa, Prof. Julia Pomiés y Prof. Gerardo Acosta por su trabajo comprometido y enriquecedor con nuestra práctica; por su apoyo, por el afecto y buena disposición con la que trabajamos en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), Departamento de Artes del Movimiento conformando los equipos de mis Cátedras. ¡Un equipo de lujo!
Muy agradecida a la Prof. Diana Piazza y la Lic. Rita Parissi, Decana del Departamento de Artes del Movimiento de la Universidad Nacional de las Artes y Secretaria Académica respectivamente, por el apoyo recibido con el prólogo y por hacer de la UNA, DAM, un lugar donde todos podemos expresarnos y crecer. Y a mi querida amiga y colega de más de 30 años, Julia Pomiés, por sus amorosas palabras en “Palabras preliminares”. Ella es testigo partícipe de todos estos años de ejercicio profesional y juntas hemos recorrido y compartido muchos caminos en el campo de lo corporal y la escritura y el amor mutuo.
Agredezco al querido Pablo Bottini, director de la Colección de Psicomotricidad de esta editorial y a Gerardo Miño, mi editor, por esta posibilidad maravillosa de poder dar a ver, sentir y pensar esta producción.
Gracias también a Ailín Canale quien me permitió en su momento incluir en este libro –cuando solo era un proyecto– un trabajo práctico suyo como estudiante de la carrera de Licenciatura en Composición Coreográfica mención Expresión Corporal de la Universidad Nacional de las Artes (ex IUNA), Departamento de Artes del Movimiento. Su trabajo práctico es una expresión genuina de la experiencia sensoperceptiva del cuerpo. Su experiencia y su modo de ponerle palabra. Tan bello que quiero compartirlo.