DE SULTÁN EN SULTÁN
Aventuras entre los Masai (1892)
por
MAY FRENCH SHELDON,
«Bébé Bwana»
Título original: Sultan to Sultan: Adventures Among the Masai and Other Tribes of East Africa
De Sultán en Sultán: Aventuras entre los Masai (1892)
ISBN: 978-84-120012-5-9
© May French Sheldon, 1892
© Ediciones Casiopea, 2019
Traducción: Mari Carmen Boy
Diseño cubierta: Anuska Romero y Karen Behr
Maquetación: Diana Fernández Tascón
Impreso en España - Printed in Spain
Reservados todos los derechos.
Índice
Introducción
Capítulo 1: Partimos hacia África Oriental
Capítulo 2: De Adén a Mombasa
Capítulo 3: De Mombasa a Zanzíbar
Capítulo 4: Formando mi caravana
Capítulo 5: La primera marcha
Capítulo 6: Primera señal de alarma. Los porteadores se inquietan
Capítulo 7: Los wanyika y waduruma
Capítulo 8: Sublevación y muerte
Capítulo 9: Los depravados wateita
Capítulo 10: Hacia Taveta
Capítulo 11: La Taveta arcadia
Capítulo 12: Circunnavegando el lago Chala
Capítulo 13: Los vulcanos de Chaga
Capítulo 14: La Kimangelia primitiva
Capítulo 15: Los masáis
Capítulo 16: El valiente Hamidi y los demás
Capítulo 17: El sultán Mireali
Capítulo 18: Personajes
Capítulo 19: El sultán Mandara de Moshi
Capítulo 20: Vistas efímeras
Capítulo 21: Rumbo a casa
Capítulo 22: Conclusiones
Hay quienes, por tu último sueño,
nunca más tendrán dulces sueños;
Llorarán, pues tu ya no puedes llorar,
lamentando que tu dolor haya cesado1.
Para E. L. S.
Dedicado a Eli Lemon Sheldon,
A quien debo todo lo que he conseguido. Mi inspiración, mi crítico, mi defensor, mi refugio, mi ancla,
mi admirador, mi amigo, mi compañero y mi esposo.
Honorable, talentoso, noble, generoso, amable y amado por todos cuya muerte repentina me ha sumido en el peso de la tragedia y la melancolía durante la realización de este volumen.
M. French-Sheldon
Boston, Estados Unidos, 1 de agosto de 1892
INTRODUCCIÓN
Espero que el público sea indulgente por los errores, pues les aseguro que, bajo el peso aplastante de la tristeza que se ha apoderado de mí mientras estaba en imprenta De sultán en sultán, he completado la obra con el corazón roto. He tratado de hacerlo lo mejor posible y con entereza para hacer que mis lectores se hagan una idea de la naturaleza de aquellos de los que me siento orgullosa tanto en llamar amigos como de ser su amiga y demostrar que, si una mujer pudo viajar miles de kilómetros por África Oriental entre tribus hostiles, sin otra supervisión que la de los mercenarios zanzibareños y sin derramar sangre, las medidas extremas empleadas por algunos colonizadores resultan innecesarias, atroces e inhumanas. A los esfuerzos incansables de mis editores, especialmente a H. H. Boyce, quien personalmente, con simpatía y consideración, ha sido benévolo con los innumerables detalles de la obra; a los artistas, que han captado el espíritu de las ilustraciones, por haber reproducido las fotografías y haber renunciado a su curiosidad y deseo artístico de hacer cambios; a los impresores y editores de Mánchester, Inglaterra, por el boceto de mi ruta y, finalmente, a los amigos que me han apoyado; os debo mi agradecimiento incondicional.
LA AUTORA.
BOSTON, MASSACHUSSETTS, ESTADOS UNIDOS
20 de agosto de 1892.