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JAVIER RUIZ CALDERÓN

LA ENTREGA A LO DIVINO

ESBOZO DE UNA FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN

Herder



Diseño de la cubierta: PURPLEPRINT Creative

Edición digital: José Toribio Barba

© 2018, Javier Ruiz Calderón

© 2019, Herder Editorial, S.L., Barcelona

ISBN digital: 978-84-254-4193-6

1.ª edición digital, 2019

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Herder

www.herdereditorial.com

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

1. PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS Y METAFÍSICOS

Conocimiento, realidad y saber

Saberes categoriales y trascendentales

La teología

«Teología» en sentido amplio

La filosofía

Filosofía analítica y sintética

La filosofía siempre es analítica y sintética

Descripción de esencias

Fenomenología lingüística

Filosofía sistemática

Realidades físicas, psíquicas e ideales

La cultura

«Puesta entre paréntesis» de las propias creencias

2. LO DIVINO Y LA ACTITUD RELIGIOSA

Religión y religiosidad

Cada religión se basa en una (supuesta) revelación de lo divino

Lo divino es trascendente

Lo divino se manifiesta en la inmanencia

Lo divino es lo que puede satisfacer las necesidades humanas

Lo divino está fuera del alcance del mundo

De la trascendencia relativa a la absoluta

La religiosidad como teonomía

La actitud religiosa no siempre es de adoración

La religión como entrega o sacrificio

¿Más allá del intercambio?

La iniciativa de la relación religiosa es de lo divino

Asimetría de la relación religiosa

Resumen: lo divino y la actitud religiosa

Denominaciones alternativas de «lo divino»

Religión y magia

3. FORMAS DE RELIGIÓN

Religiosidad de orden o de bienes mundanos

Religiosidad de salvación o liberación

Relación entre la religión de bienes mundanos y la de salvación

Religiosidad preaxial y posaxial

Religiones nacionales y universales

De las éticas de grupo a las éticas universales

Religión estática y religión dinámica

Religiones preaxiales, proféticas y místicas y sus concepciones del tiempo

Religiosidades atípicas. Ejemplo: la karma mimamsa clásica

4. CONCEPCIONES DE LO DIVINO

Concepciones de lo divino y clases de religiosidad

Concepciones posibles de lo divino

Concepciones imposibles de lo divino

Solo hay una clase de concepciones potenciales de lo divino

Tabla inicial de concepciones de lo divino

Dios, el mana

¿Concepción preaxial e impersonal de lo divino?

1. El rta védico

2. El dharma o el Veda en algunas formas del hinduismo

¿Impersonalismo profético en Nichiren?

El Absoluto impersonal, el potencial salvífico, los espíritus, los dioses

El culto de animales, plantas y objetos inertes

Tabla reducida de concepciones de lo divino

El animismo no es impersonalista

Los «seres supremos»

Mayor o menor división del ámbito de lo divino

El henoteísmo védico es un politeísmo

El henoteísmo de Israel. Monolatrías prácticas

El monoteísmo como clase especial de monolatría

Dios como realidad divina, personal y soberana

«Dualismos»: mazdeísmo y maniqueísmo

Los dualismos indios

Realidades divinas salvadoras o liberadoras

Tabla «final» de concepciones de lo divino

5. ESCATOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD

Las creencias escatológicas no pertenecen a la esencia de la religión

Las creencias escatológicas proceden de la creencia en la justicia divina

Creencias escatológicas en las religiones de salvación

Religión y espiritualidad

Valores específicamente religiosos: orden y salvación

Salvación y santidad

La santidad: desapego y altruismo

La santidad como divinización

Los santos pertenecen a su época

El camino hacia la santidad

La oración y la meditación

La experiencia mística

Religión sin mística

Formas de mística

Etapas del camino espiritual

De la petición de bienes mundanos a la pura alabanza

6. CRÍTICA METAFÍSICA DE LA RELIGIÓN

La crítica de la religión

Afirmación de la existencia de entidades trasmundanas

¿Conocimiento directo de lo trasmundano?

La fe en los testimonios sobre lo trasmundano

No hay conocimiento ordinario o científico de lo sobrenatural

Imposibilidad de la metafísica trascendente

La metafísica trascendental como metafísica mundana

Fe y creencia

Plausibilidad del monoteísmo, el monismo y el naturalismo

Relatividad y falta de fundamento objetivo de las creencias metafísicas

Agnosticismo metafísico

Necesidad y posibilidad de una religión sin creencias metafísicas

7. CRÍTICA ÉTICA DE LA RELIGIÓN

La posible bondad de la religión depende de quién la juzgue

Coherencia con los valores del humanismo posaxial

Coherencia con los valores de la racionalidad moderna

Crítica ilustrada de la religión. El naturalismo positivista

Las críticas de Feuerbach, Marx, Nietzsche y Freud

Una religión «fiel a la Tierra»

Compatibilidad práctica con el humanismo ilustrado

Religiosidad integral

La posmodernidad como modernidad radical

Humanismo crítico y universalismo ético

8. POR UNA RELIGIOSIDAD CRÍTICA

Una teología posaxial

La santidad, referente último de una religiosidad crítica

Dimensión social de la religión

Reinterpretación existencial y pragmática de las creencias religiosas

Agnosticismo y fe en lo divino

Una religión para esta vida y para este mundo

Fe simbólica y pragmática en las concepciones metafísicas de lo divino

Aprovechamiento crítico de las tradiciones religiosas

¿Tolerar o combatir la religiosidad tradicional?

¿Religiosidad de salvación/santificación
sin fe en la posibilidad real de la santidad?

Relativismo religioso

Exclusivismo, inclusivismo y pluralismo

Pluralismo teórico e inclusivismo práctico

Pluralismo, diálogo y armonía

El Misterio

OBRAS ALUDIDAS

BIBLIOGRAFÍA SELECTA SOBRE FENOMENOLOGÍA Y FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN EN CASTELLANO


INTRODUCCIÓN

Este libro es el esbozo de una filosofía completa de la religión. En el capítulo primero expongo mi idea de la filosofía y el marco metafísico del que parto. Los capítulos 3 a 5 desarrollan una fenomenología de la actitud religiosa. En el capítulo 2 se distingue entre religiosidad y religión, se describe la entrega a algo divino como la esencia de la actitud religiosa y se describe la idea de lo divino. El capítulo 3 expone y articula distintas formas de clasificar la actitud religiosa. El capítulo 4 trata sobre las diferentes concepciones de lo divino que se han dado en la historia de la humanidad. El capítulo 5 dedica unos apartados a las creencias escatológicas y después esboza una fenomenología de la espiritualidad en la que se tocan los temas del camino espiritual, la oración y la meditación, la mística, la santidad, etc. Los capítulos 6 y 7 exponen una crítica filosófica de la religión. En el 6 esta crítica se hace desde un punto de vista metafísico o epistemológico y se concluye con la necesidad de una religión desprovista de creencias metafísicas. El 7 critica la religión desde el punto de vista ético y defiende una forma de religiosidad que asuma los valores del humanismo antiguo y moderno. El capítulo 8 ya no está escrito desde un punto de vista filosófico sino desde dentro de la fe religiosa, desde una teología transconfesional crítica, no metafísica, humanista y pluralista.

He escrito este libro de manera abreviada, sin apenas aparato crítico porque, aunque tengo el marco general y muchos de los temas particulares suficientemente trabajados desde hace tiempo en seminarios, cursos, etc., carezco del tiempo necesario para desarrollarlos por escrito de manera amplia en una filosofía de la religión completa que tardaría décadas en acabar. La exposición fundamentada de cada apartado de esta obra requeriría al menos un artículo de investigación e incluso, en ocasiones, un libro entero. Esperamos realizar posteriormente algunas de estas publicaciones más detalladas.

Algunos de los asuntos que tratamos en este esbozo —como los presupuestos metodológicos y metafísicos o la distinción entre religión (cultural) y religiosidad (personal)— los hemos desarrollado más ampliamente en el libro Lo religioso: diversidad, unidad y estructura. Prolegómenos a una filosofía de la religión (El Ejido, Letrame, en prensa). Los temas principales que trata ese libro son: 1) la religiosidad como afirmación de la realidad de algo divino; 2) una clasificación de las realidades religiosas (es decir, de las dimensiones del hecho religioso); y 3) la religiosidad de la persona como religiosidad fundamental. Incidentalmente, se tratan muchos otros temas y aspectos del fenómeno religioso y sus condicionantes antropológicos, lingüísticos, culturales, metafísicos, etc.


Madrid, 10 de octubre de 2017


1.

PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS
Y METAFÍSICOS

CONOCIMIENTO, REALIDAD Y SABER

Hay tres medios comunes o universales de conocimiento: la percepción, el raciocinio y el testimonio fidedigno. Quizá haya otros medios de conocimiento particulares o extraordinarios (revelación, intuición, etc.), pero no se puede aceptar su validez universal si no la confirman los medios comunes de conocimiento. Los tres dan lugar a conocimientos que pueden expresarse en proposiciones. Un saber es un conjunto de proposiciones elaborado metódicamente a partir de un sistema real. La única diferencia entre los saberes y el conocimiento ordinario es de grado: los saberes son más metódicos que el conocimiento ordinario.

Cuando decimos que algo es «real», lo que estamos diciendo es que forma parte del sistema total de la realidad. Como la realidad tiene carácter sistemático, las realidades son subsistemas del sistema total de la realidad.

SABERES CATEGORIALES Y TRASCENDENTALES

Hay dos clases de saberes: los categoriales o «ciencias» y los trascendentales. Las ciencias son saberes particulares y su objeto son las realidades pertenecientes a un ámbito particular de la realidad, a una determinada categoría o clase de realidades. Por ejemplo, la biología estudia los seres vivos; la sociología, los grupos humanos, etc.

Un objeto o una clase de objetos particular puede ser estudiado por distintas ciencias. Por ejemplo, las manzanas pueden ser estudiadas por la botánica, la dietética, la economía, etc. Pero cada objeto es estudiado más propia o directamente por alguna ciencia particular. En el caso de la manzana, por ejemplo, la ciencia que la estudia con más propiedad es la botánica.

Los saberes trascendentales son los que estudian la realidad en su conjunto, o las realidades en cuanto reales, en cuanto pertenecientes al sistema total de lo real. Cualquier objeto puede estudiarse trascendentalmente, es decir, en cuanto real. Por ejemplo, la misma manzana puede estudiarse trascendentalmente en cuanto componente del sistema total de la realidad. Pero los objetos propios de los saberes trascendentales son los objetos que desbordan el ámbito de los saberes categoriales.

Hay dos saberes trascendentales principales: la filosofía y la teología.

LA TEOLOGÍA

La teología es un saber trascendental —es decir, que versa sobre las cosas en cuanto reales— con supuestos revelados. Empleamos aquí el término «revelación» en sentido amplio, incluyendo no solo la revelación en sentido estricto, sino también la tradición religiosa que la interpreta y las experiencias religiosas (místicas, proféticas, chamánicas, etc.) de las que proceden la revelación y la tradición y a las que estas dan lugar. Por ejemplo, la teología cristiana se refiere a la totalidad de la realidad y sus fuentes son, además de los tres medios comunes de conocimiento, la revelación cristiana recogida en la Biblia, así como la tradición cristiana y el corpus de experiencias relacionadas con ellas. La teología hindú añade a los tres medios comunes de conocimiento la revelación védica (śruti), la tradición (smti) procedente de ella y las experiencias religiosas de los hindúes.

Los objetos propios de una determinada teología son aquellos a los que solo se tiene acceso mediante esa revelación particular. Pero cualquier objeto puede estudiarse teológicamente, es decir, en cuanto real y presuponiendo la verdad de una determinada revelación religiosa.

La teología puede asumir en su seno los contenidos de las ciencias particulares y de la filosofía; porque, aunque en conjunto presuponga una determinada fe religiosa, no todas sus reflexiones y conclusiones tienen por qué hacerlo.

Para la persona religiosa, pues, la teología es la ciencia suprema, la más amplia, la que lo abarca todo. Para la persona que no es religiosa, ese papel lo desempeña la filosofía.

Pero, por otra parte, la teología es un saber particular en el sentido de que solo se dirige a aquellos que comparten las creencias reveladas que presupone, mientras que la filosofía es universal o universalizable, ya que se dirige en principio a todas las personas dotadas de razón; aunque de hecho, como veremos más adelante, la filosofía solo es realmente accesible a las personas y a las culturas que han experimentado el proceso espiritual denominado por Jaspers «tiempo axial».

Hay teologías confesionales (musulmana, sintoísta, etc.) y puede haber teologías transconfesionales. Por ejemplo, como las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo, islam y bahaísmo) tienen supuestos revelados comunes, podríamos llamar «teología abrahámica» a la que se basara en estos. Las religiones «proféticas» (es decir, las abrahámicas, el mazdeísmo y quizá alguna otra) también comparten algunos elementos comunes que podrían dar lugar a una «teología profética» común. Ampliando más el marco, los elementos comunes a las religiones de salvación o liberación (véase infra, en el capítulo 3, el apartado «Religiosidad de salvación o liberación») podrían ser la base de una «teología de salvación o liberación». Por último, los escasos elementos comunes a todas las religiones podrían dar lugar a una «teología universal» o de mínimos que los presupusiera.

«TEOLOGÍA» EN SENTIDO AMPLIO

El término «teología» procede de theós, «Dios»; solo es estrictamente adecuado, pues, para referirse al saber trascendental basado en las revelaciones monoteístas. En otras tradiciones, lo divino no adopta la forma de Dios, sino formas impersonales, plurales: los dioses, el dao, etc. Sin embargo, creo que es legítimo emplear estos términos que proceden del término theós (como «teología», «teonomía», etc.) siempre que quede claro que estamos ampliando su significado para referirnos metonímicamente a «lo divino» (to theíon) en general. En este uso amplio del término designamos el todo (lo divino) por la parte (Dios, que es solo una de las concepciones que existen de lo divino). Preferimos utilizar esos términos en un sentido más amplio en lugar de crear neologismos más precisos, como «teiología», «hagionomía», etc.

LA FILOSOFÍA

La filosofía es el saber trascendental sin supuestos particulares, no asumibles por todos los seres racionales. La filosofía puede estudiar cualquier objeto o ámbito de realidad trascendentalmente. Podría haber, por ejemplo, como hemos dicho, una «manzanología filosófica» que estudiara el puesto de las manzanas en el sistema total de lo real y su relación con las demás realidades, pero los objetos propios de la filosofía son los que trascienden las ciencias particulares y no se basan en supuestos medios de conocimiento no universales. Son, por ello, disciplinas filosóficas la antropología, la metafísica, la ética, la filosofía del derecho, etc.

La filosofía estudia la naturaleza específica de los distintos ámbitos o clases de realidad, lo que tienen en común sus contenidos, cómo se relacionan con los demás ámbitos de la realidad, etc. Las ciencias particulares no dicen nada sobre estas cuestiones más amplias, sino que se limitan a estudiar los contenidos de su campo categorial particular. Por ejemplo, la física estudia las realidades físicas (materia, energía, tiempo, espacio, etc.), pero no dice nada sobre su naturaleza específica ni sobre su relación con las clases de realidades (viviente, animal, psíquica, humana, ideal, social, etc.) estudiadas por las otras ciencias.

FILOSOFÍA ANALÍTICA Y SINTÉTICA

La filosofía tiene dos partes: analítica y sintética. La filosofía analítica describe la estructura esencial y las formas de cada realidad que estudia. También se puede denominar «filosofía descriptiva» o «fenomenología». La filosofía sintética describe la relación de la realidad estudiada con las otras realidades y, en último término, muestra el lugar que ocupa en el sistema total de lo real. También se puede denominar, por ello, filosofía dialéctica, sistemática o crítica. Esta última denominación se debe a que basta con exponer la relación de una realidad con el resto de las realidades para que quede «criticada», es decir, «puesta en su sitio» en el seno del sistema de lo real.

Por ejemplo, la fenomenología de la religión describe la esencia del hecho religioso —es decir, su estructura esencial— y las diversas formas que esta adopta. La crítica de la religión muestra la relación del fenómeno religioso con otros aspectos de la realidad (la vida psíquica individual, la sociedad, etc.) y con la realidad en su conjunto. La exposición de la dialéctica de la religión con las otras realidades en el seno del sistema total de lo real muestra lo que tienen de verdadero o falso sus afirmaciones, su carácter beneficioso o perjudicial para la vida individual y colectiva, etc.

El análisis filosófico es abstracto; la dialéctica es concreta.

LA FILOSOFÍA SIEMPRE ES ANALÍTICA Y SINTÉTICA

En realidad, la distinción entre estos dos niveles del filosofar es una simplificación. Por una parte, toda la filosofía es descriptiva, de principio a fin; por otra, incluso el análisis más abstracto solo puede realizarse presuponiendo algunos elementos de dialéctica. El análisis y la síntesis son dos momentos o aspectos simultáneos e inseparables de la actividad filosófica. Pero metodológicamente es conveniente empezar por la descripción de la realidad de la forma más aislada posible y después seguir describiendo sus relaciones con las otras realidades.

En último término, el estudio exhaustivo de cualquier realidad implicaría la descripción completa del sistema total de la realidad. Pero cada investigación filosófica particular se plantea un objetivo limitado, cumplido el cual no es necesario seguir más allá, ni en la extensión ni en el detalle de lo analizado. Siempre se pueden describir más cosas o describir las cosas de manera más detallada; pero basta con responder suficientemente la pregunta planteada en cada caso. Por ejemplo, la metafísica intenta describir las distintas clases de realidades, lo que tienen en común y la relación que hay entre ellas. Ese estudio podría proseguirse subdividiéndolas ad infinitum, pero a la metafísica no le interesa entrar en tantos detalles, más propios de las ciencias y las subciencias particulares.

DESCRIPCIÓN DE ESENCIAS

La filosofía es, pues, fenomenología (descripción) sistemática (realizada desde la totalidad real). No describe hechos particulares sino esencias de fenómenos: los elementos comunes esenciales de cada clase, género, especie, etc. de realidades. La esencia de una clase de realidades se alcanza mediante la variación imaginaria. Esta se realiza cambiando imaginariamente los atributos de una determinada clase de realidad para ver cuáles son esenciales —y que permiten que se la pueda definir como tal clase de realidad— y cuáles son accidentales (Edmund Husserl).

Dentro de cada clase hay ejemplares típicos, ejemplares más marginales y otros que son fronterizos entre esa clase y otras vecinas. Por ejemplo, una silla normal es un asiento de altura media, individual, con respaldo vertical, generalmente con cuatro patas, etc. Hay sillas «raras», que no cumplen todas estas propiedades pero siguen pareciéndose más a la silla típica que a otras clases de asiento. Y otros muebles que no sabemos muy bien si llamar «sillas», «butacas», etc. (Georges Kleiber)

La filosofía describe las esencias reales de las realidades: las propiedades que realmente tienen. De la esencia real de algo depende su esencia conceptual o ideal: el conjunto de conceptos o términos que sirven para definir esa clase de realidades.

FENOMENOLOGÍA LINGÜÍSTICA

La definición, la descripción, la exposición de las relaciones, etc. de una clase de realidades que realiza la filosofía solo se puede llevar a cabo empleando palabras, lingüísticamente. Lo que se imagina en la variación imaginaria se describe siempre con palabras. Por eso, la fenomenología es esencialmente «fenomenología lingüística» (John Langshaw Austin).

Por esa razón, el método fenomenológico converge con el del análisis del lenguaje ordinario. La fenomenología se hace una pregunta en la que emplea conceptos lingüísticos; esos conceptos se verifican en la imaginación y culminan en una descripción que también se realiza con palabras; y el análisis del lenguaje ordinario hace exactamente lo mismo. La diferencia es que la fenomenología subraya el momento de imaginación e intuición de la esencia, y el análisis lingüístico se centra en la expresión lingüística de todo el proceso. Cada método explicita un aspecto de ese método común, que quizá sea el único método válido común a todas las formas de filosofía.

El punto de partida de una investigación filosófica es el planteamiento correcto de una pregunta, lo que exige definir los conceptos que la componen. La mera definición correcta de dichos conceptos ya es fenomenología lingüística. El siguiente paso del método es la explicitación de las relaciones por las que se pregunta. Por ejemplo, si nos preguntamos: «¿Es libre el ser humano?», lo primero es definir a qué nos referimos con los términos «ser libre» y «ser humano». Lo siguiente es comprobar si aquella propiedad que se ha definido se halla en el ser humano tal como lo hayamos definido. El mero análisis del significado de los términos de la pregunta, pues, nos lleva a la respuesta. La filosofía es, pues, mera aclaración del significado de las palabras que empleamos.

FILOSOFÍA SISTEMÁTICA

Toda filosofía es, lo quiera o no, sistemática. Algunas filosofías intentan describir de manera explícita la estructura general del sistema de lo real; pero incluso las que no lo intentan presuponen la coherencia de la realidad, es decir, su carácter sistemático. Nietzsche o Kierkegaard, por ejemplo, no querían exponer un sistema de pensamiento, pero sí aspiraban a que sus afirmaciones fueran coherentes. Toda filosofía, pues, aspira a describir fidedigna y coherentemente fragmentos o regiones del sistema de lo real, y lo hace por medio de un conjunto de afirmaciones sobre la realidad cuya estructura externa puede ser sistemática o no. Puede, por ejemplo, ser ensayística, aforística, poética… Pero, implícitamente, esas afirmaciones constituyen un sistema, es decir, son o pretenden ser coherentes entre sí.

Si en una filosofía faltan elementos para constituir un sistema explícito, esos elementos están implícitos o presupuestos. El filósofo puede ser, o no, consciente de los presupuestos implícitos sistemáticos de su pensamiento. La filosofía siempre es, pues, explícita o implícitamente, voluntaria o involuntariamente, fenomenología lingüística sistemática.

REALIDADES FÍSICAS, PSÍQUICAS E IDEALES

El sistema real que se nos presenta al conocimiento común comprende tres clases de realidades: las físicas, las psíquicas y las ideales (Gustavo Bueno, Karl Popper). Las realidades físicas son las que se conocen directa o indirectamente por medio de la percepción sensorial. Las psíquicas son aquellas que solo son accesibles al sujeto que las experimenta. Son las realidades íntimas: sensaciones corporales, sentimientos y emociones, pensamientos, imaginaciones, recuerdos, etc. Las realidades ideales son los conceptos o ideas y todos los conjuntos de ideas: proposiciones, textos, etc.

Las realidades físicas son espaciales y temporales; las psíquicas, temporales pero no espaciales. Las realidades ideales o abstractas no son espaciales ni temporales. Se manifiestan en los procesos mentales, pero no se reducen a ellos. Por ejemplo, el número 2, la idea de árbol… son iguales siempre que se manifiestan. Cada vez que aparecen en la corriente psicofísica son idénticos. No hay muchos números dos, sino solo uno que aparece de manera repetida.

a priori