Primera edición: enero 2019

Edición digital: Abril, 2019

 

Textos: © Fran Russo

Cubierta: © Fran Russo

 

 

© MueveTuLengua

 

ISBN: 978-84-17284-77-0

 

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muevetulengua.com

 

 

Para mí

 

Suena egoísta, pero pronto comprenderás que no lo es.

Jamás profundizar en ti y conocerte fue vanidad.

 

Para mí; porque, desde cierta perspectiva,

no hay diferencia entre el otro y el yo.

Y eso te hace más humilde.

 

Humilde de verdad, ni inferior ni superior a nadie.

Esa es la verdadera humildad.

 

Por eso, como decíamos, para mí,

es decir… para ti.

 

Seguro que ahora mismo te preguntas: ¿para qué voy a leer este libro? ¿Qué puede aportarme? Depende de ti. Hay gente que piensa que los libros como este son para personas ingenuas que creen cualquier cosa y son manipulables. Es una opinión respetable.

Lo triste es que quienes dicen eso creyéndose superiores no se dan cuenta de que, a veces, esas personas ingenuas ponen tanta fe en lo que leen que se lo creen, y, después de creérselo, deciden dar valientemente los pasos que proponen esos tontos libros. Y resulta que esos pasos provocan cambios en positivo, a veces impresionantes.

Pareciera, pues, que luego esos ingenuos viven existencias mucho más profundas, más plenas y felices. ¿Dónde radica la inteligencia? ¿Qué persigues realmente en el fondo de tu ser?

Todo ser humano ha sentido un vacío que nada puede llenar. Nada de lo que hasta ahora conociste o intuiste. Todos, incluso los que niegan rotundamente ápice de magia alguna en la vida, sienten que buscan algo. Hasta el hombre o la mujer que dicen tener los pies en la tierra, ser racionales, lógicos o sensatos, incluso ellos han vivido experiencias inexplicables que desbordan todo aquello a lo que puedan aferrarse para lograr una explicación.

¿No será que no se trata de ingenuidad, sino de confianza? ¿No será que se trata de creer que uno puede crecer y cambiar, en vez de agarrarse a la poco inteligente decisión de que ya se sabe todo y de que no tiene nada que modificar? ¿Tan perfecta es tu vida? ¿En serio? Entonces eres tú quien debería escribir libros, es un compromiso social.

 

Pero los que escriben libros suelen ser tontos ingenuos que pretenden compartir lo que han alcanzado, explicar lo que han visto. Eso sí que les hace ingenuos, porque es imposible transmitirlo.

Al menos lo han intentado, porque callarse algo tan grande y maravilloso es imposible. Al menos saben que algunos intuirán el método, el camino, la forma. Al menos fueron valientes y dejaron el miedo atrás, el miedo de profundizar en quiénes son.

Para algunos, la vida es una lucha constante por sobrevivir, donde no cesan de encontrarse violentamente con los demás, peleando por una migajas que se alejan de los sueños de esas personas.

Y en esa guerra pierden toda esperanza, incluso aceptando ese día a día como su única realidad, sin posibilidad de cambio. Se autoidentifican como víctimas y comienzan a elaborar interminables listas de culpables.

Se unen y se agrupan para luchar contra esas opresiones externas, pero se olvidan de lo esencial, de su poder interno. Quizás esto también te suene tonto y estés convencido de que las mejoras se logran alzándose contra los opresores y cambiando las reglas.

Es más profundo. Es cambiar las reglas del juego, pero para ti, desde dentro, no desde fuera. Tú no puedes imponer las reglas a otros, pero puedes cambiar las tuyas. Y eso lleva, inexorablemente, a cambiar el mundo, tu mundo.

Ahora lo ves imposible, pero mira a tu alrededor. Sabes de gente para quienes parece que esas reglas externas de opresión no valen. La suerte parece estar a su favor. Nada les roba la sonrisa. ¿Qué sucede?

La respuesta ya la sabes. Esa persona dejó de luchar de esa forma para hacerlo de otra. Una mucho más poderosa que, a la larga, derroca a todos los tiranos, incluido el peor, tú mismo.

Y no vuelvas otra vez a menospreciarte. No eres culpable, solo responsable. Asienta esta verdad de una vez por todas en lo más profundo de tu ser.

 

Advertencia antes de continuar

Este será un viaje que te cambiará y seguro que para bien. No puede ser de otra manera. Pero no será un cambio para ser otro, ese es el gran error. Será descubrirte a ti, a la verdadera persona que eres y siempre has sabido que eras. Al tú con el potencial total de cumplir su tarea, sin limitaciones autoimpuestas ni excusas. Siempre lo has intuido, debes, y aprenderás a, desarrollar tu intuición.

Nunca se trató de cambiar, sino de ser tú mismo. Y quien te lo impedía no era nada ni nadie externo a ti, eras tú. Duele y cuesta entenderlo, aceptarlo. Pero el siguiente paso es increíblemente alentador, porque te reconoces, por fin te reconoces y todo tiene sentido, incluso las razones por las que te autolimitabas.

Y como es una tarea irrevocablemente tuya, no esperes que nadie haga nada por ti. Será tu mérito, serán tus pasos, tu propia escalada en solitario a la cumbre.

Mientras te despojas de todo lo que no eres tú, te sentirás vulnerable, pero a la vez más poderoso que nunca. Todo es equilibrio, armonía. Tu economía, tus relaciones personales, tu relación contigo mismo y el universo se ajustarán hasta lograr ese equilibrio que siempre debió ser, que está escrito en tu ser.

No es magia ni mística rara, es sencillamente lógica y sentido común; lo comprobarás y te sorprenderá que siempre haya sido tan sencillo. Es una de las claves, sorprenderte; nunca pienses que la vida dejó de sorprenderte, que tú mismo puedes sorprenderte.

Al principio serán cambios tan sutiles que ni los apreciarás. Comenzarás a ver que lo inexplicable se convierte en realidad, poco a poco, paso a paso, hasta que sea innegable. Te volverás tan sensible como eres en realidad y serás consciente de todo lo que antes te pasaba desapercibido.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Lo más importante que puede enseñarte este libro es que no debes confiar en un libro, tampoco en este. Ni en la palabra de nadie, independientemente de quien diga ser.

Si esas supuestas verdades no vibran dentro de ti, descártalas. Si no encuentras resquicios de su verdad en tu interior, duda y analiza concienzudamente. Y, si lo hacen, discierne, y nada sabrá discernir mejor en tu ser que tu propio corazón.

 

Bienvenido al interior de este libro, el cual no tiene más propósito que darte la bienvenida a tu interior, que mostrarte una parte de ti que desconocías e incitarte a indagar más en ti. Solo tiene una meta, que te conozcas mejor; y eso significará, ineludiblemente, que seas más feliz.

Muchos podrían pensar lo contrario, y esos son los miedos que les atenazan y les impiden descubrir la verdad. Temen que, si se adentran en su propio ser, hallarán la frialdad de una realidad peor que la que intuyen. No es así, nada puede superar su pesimismo. La realidad es más hermosa. Déjate sorprender. Lo hacías de niño, vuelve a ser ese niño.

Encontrarás los mecanismos internos que te llevan a reaccionar como reaccionas, a ser como eres. Pero, sobre todo, a entender que puedes ser como quieras ser, que tienes más control sobre tu vida del que imaginas, si eliges tenerlo.

Eres libre de seguir en modo automático, experimentando lo que convocas de forma automática, o tomar las riendas de tu existencia. Deja de enjuiciarlo todo y date una oportunidad, porque solo tú saldrás beneficiado. ¿Tanto miedo tienes de conocerte que rechazas este viaje?

Este libro es extraño, mucho. Prepárate. Aun así, todo tendrá su sentido, cuando sea el momento de verlo, desde la perspectiva adecuada. A veces lo entenderás todo cuando vivas ciertas experiencias, puede que mucho después de haber terminado de leer este libro. Pero te acordarás, porque lo importante se guarda en tu corazón.

Sentirás la necesidad de subrayar algunas frases. Hazlo, será más útil de lo que imaginas. Comienza a hacerlo a medida que una idea provoque una reacción en ti, sea del signo que sea. ¿Están tu mente y tu corazón preparados para esta locura? La cuestión nunca fue estar loco o cuerdo, sino ser feliz. ¿O lo has olvidado?

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Crees que sabes quién eres y ni siquiera atisbas a imaginar tu poder. Bloqueas toda puerta que se abre hacia tu interior. ¿Qué temes?

 

No te conoces. Intuyes lejanamente lo que eres y de lo que eres capaz, pero ni siquiera te lo crees. Insistes en que creerse más de lo que uno es sería vanidad. Te han programado así.

Pero cualquiera de las personas que admiras, que llegaron lejos, creyeron ser más de lo que decían que eran. No fueron actos egoístas, porque es imposible que el pájaro salte del nido si no cree que puede volar. Nunca lo hizo. Hasta ese instante, creer que puede volar es creerse más de lo que es. Pero algo le dice que puede, una voz interior, una convicción extraña que delata una seguridad inexplicable e intransferible.

Y se lanza al vacío. Solo porque ha visto volar a otros pájaros. Si ellos pueden, yo también. Algo en su ser más íntimo le dice cuándo es el momento. Ni antes ni después. Tú sabes cuándo es el momento. Nadie puede decírtelo, siempre lo has sabido.

Parte de tu mente esta ahora diciendo que todo esto son bonitas palabras que no llevan a ningún lado. Que la realidad es la que es y que no puedes alterarla. Eso, en parte, es cierto, pero es mentira desde otra perspectiva, como comprenderás a medida que avance el libro. Puedes cambiar el mundo; de hecho, estás destinado a ello, si es que existe el destino.

Una parte de ti tratará de hacerte sentir estúpido al leer esto. Pretende salvarte de algo que teme. ¿Qué temes? ¿Temes a un libro? ¿O te temes a ti?

Reflexionemos, tanto con la cabeza como con el corazón. Hay libros que, mientras que a miles de personas les han provocado cambios impresionantes, a otros tantos les han parecido una amalgama de tonterías. Eso solo tiene una conclusión lógica y es que la persona es la que opta, la que elige si sacar jugo de un libro o no.

Este libro habla, en su mayoría, de cosas objetivas, es decir, se basan en hechos y en lógica. Las que luego te parezcan no serlo tanto tomarán objetividad una vez se comprendan y se den otros pasos previos. El sendero se desvela mientras se camina.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Solo hay una inteligencia, la que te lleva a vivir la vida que, profunda y sinceramente, quieres vivir.

 

Si esperas trucos de magia que hagan el trabajo por ti tampoco los hallarás en este libro. Eso es lo que busca mucha gente en los diversos libros de instrucciones escritos a lo largo de la historia. Este es uno más, pero quizás esté escrito en tu idioma.

¿Sinceramente creíste que siguiendo unos pasos claros y escritos en letra grande lograrías la felicidad? No te engañes. Lo único que puede guiarte son las reflexiones que tú mismo hagas sobre conceptos que se te planteen, como hace la vida. Este libro solo pretende provocarte, para que salga lo mejor de ti. Pretende hacerte sentir, más que pensar. No busques fórmulas mágicas ni pasos secretos. No hay dos personas iguales, no hay dos caminos iguales.

En este libro de instrucciones todo el mérito es tuyo. Se te entrega un mapa, o un conjunto de muchos mapas. Tú los interpretas y andas el camino. Te sugerirán atajos, te advertirán de lo que para otros fueron complejidades en el trayecto, pero eres tú quien da los pasos.

El mérito, y también la responsabilidad, serán tuyos tanto en los éxitos como en los fracasos. Aunque pronto aprenderás que es necesario fracasar para triunfar; de hecho, es indispensable. Cambiar ciertas programaciones te hará ver la vida desde otro punto de vista.

Conocer cómo funcionas y qué te hace reaccionar de determinadas maneras te cambiará la perspectiva y, modificando ciertos hábitos y programaciones, obtendrás giros que no pensabas posibles. Pero si sigues haciendo lo mismo hoy, obtendrás lo mismo mañana. El cambio futuro comienza ahora.

Es buena señal que estés leyendo esto y que aceptes que puedes mejorar y cambiar. La mayoría justifica que, a su edad, sea la que sea, ya no se puede cambiar. Yo es que soy así, se repiten justificándose, limitándose y haciéndose daño. Tú eres como quieras ser, deja de engañarte. Sabes de mucha gente que cambió y sus vidas se llenaron de plenitud. Deja de tenerte pena, de autoboicotearte. Hazte responsable de tu vida.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Hay mapas que muestran el camino. Que algunos intenten usar uno y no lo logren no quiere decir que el mapa sea falso. Sencillamente, cada uno crea su mapa, recorre su camino al perseguir su meta.

 

Posiblemente sentirás rechazo ante algunos planteamientos que aquí leerás. Es normal. Pero sé valiente y sigue adelante, merecerá la pena. Hazlo por ti, por nadie más. Averigua de dónde brota el rechazo y si te beneficiaría cambiar algo. No te rindas ante lo que no comprendas o ante lo que vaya en contra de lo que siempre has aceptado. Cambiar se trata de eso, consiste en eso, en abrir tu mente y tu corazón.

Antes de hacer cualquier cambio, investiga, analiza las consecuencias. Si son favorables, merecerá la pena toda valentía. Si no, descarta el cambio, así de sencillo. Todo lo que se te expone es muy lógico. Los actos de fe los dejamos para más tarde, cuando asientes otros pilares. Porque, si no, carecerán de sentido.

En muchas ocasiones has bendecido cuando alguien se atrevió a decirte lo que nadie te decía. No lo querías escuchar, porque dolía, pero también porque, en el fondo de tu corazón, sabías que era verdad. Es muy valiente reconocer lo que uno puede enmendar, y es evidente que duele. Más valiente es aún ponerte manos a la obra y cambiar.

Te enriquece más que te digan lo que no quieres escuchar que lo que esperabas. Todo depende de tu grado de compromiso contigo mismo. Aquí no debes ceder ante nadie ni aceptar nada que no vibre en tu corazón. Solo ten paciencia, porque tu corazón y tu mente tienen unos hábitos limitantes y no es fácil deshacerlos para crear unos nuevos más saludables.

Por supuesto, si consideras que algo te hace daño, detén la lectura. Date un tiempo. Medita por qué sucede eso. Conoces las respuestas y sabrás qué hacer. Lo que nunca permitas es que otros te digan lo que hacer, sentir o pensar, lo argumenten con amor o con dogmas, da igual.

Es fácil asumir los dogmas de otros porque nos permiten que, si fallan, culpemos a esos otros. Argumentamos que tomamos lo que los demás ya descubrieron, pero aquí no sirve, porque la vida consiste en descubrir todo eso.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Vivir es la mejor manera de conocerte. Renunciar a hacerlo por ti mismo y aceptar que otros hagan el trabajo es imposible. Has venido a eso.

 

Tarde o temprano todo se resquebraja, porque se sustenta en lo externo, en lo no vivido, en la creencia, no en la certeza. Y uno no verá hasta que no decida ver. Esa es la eterna justificación, que uno no cree porque no ha visto. Así seguirá siendo, porque nunca se trató de ver para creer, sino creer para ver.

Y el paso de creer es también el previo a otro, a la certeza. Habrás escuchado que la gente dice que quiere creer. No es cierto, quieren una certeza, aunque no puedan explicarla ni transmitirla.

Uno no puede quedarse solo en el paso anterior, debe dar el siguiente. Conformarte con el creer es como conformarte con el resumen de otro que ha ido de viaje a un lugar desconocido, en vez de viajar tú. Nada tiene que ver con lo que se experimenta, ningún magnífico resumen puede hacerte vivir esa realidad.

Es ingenuo pensar que un elaborado documental con vídeo, audio y testimonios de otros viajeros pueda acercarse siquiera a la propia experiencia del viaje. Aun así, hay gente que confunde el documental con la vivencia, que está convencida de que debe poner el documental a muchas otras personas porque les hará bien.

Si esa persona hizo verdaderamente el viaje, sabe que el documental no tiene nada que ver, ni se le acerca. Pero hay quien puede maravillarse con el documental y convencerse de que la realidad es esa, y no concibe que sea muy diferente, completamente, mucho más profunda y personal.

¿Eres capaz de identificar a esas personas que, con buena voluntad, tratan de hacerte ver documentales creyendo que son el viaje de quienes vivieron el viaje real? Hay un truco. Los que lo hicieron solo podrán decirte que lo hagas tú. Los demás pondrán excusas, como las que se pusieron a ellos mismos para no hacer el viaje.

Ten en cuenta que ambos te dirán que la experiencia les ha cambiado para siempre. Pero solo podrás discernirlo por los resultados en sus vidas, si realmente les hizo plenos y les permitió lograr sus metas.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Nadie puede vivir la vida por ti. Es un videojuego en el que tú eres el único que controla los mandos.

Deja de mirar cómo juegan otros y comienza a probarte qué eres capaz de hacer. Te sorprenderás de tu poder, pero solo si te atreves a jugar y a dejar de escuchar los maravillosos relatos de las partidas de otros.

Por muy hermosos que sean son eso, sus relatos. Necesitas jugar tú o el juego será algo que siempre te habrás perdido.

 

Puedes hacer creer a los demás, e incluso a ti mismo, que eres un grandísimo experto en vinos si lees y memorizas todos los libros que encuentres acerca de la uva y su elaboración. Pero si nunca has visitado un viñedo ni una bodega, jamás podrás creerte que sabes hacer vino. Y si nunca has probado el vino, no sabrás distinguir, definir ni identificar todos esos sabores que, en teoría, dominas sobre el papel.

Puedes hacer creer a los demás y a ti mismo que eres un grandísimo experto en cocina si lees y memorizas todos los libros de cocina y sus recetas. Puedes escribir libros de cocina, pero serán las recetas de otros, no podrás agregar ni una sola receta tuya y, si lo haces, será inventada, pues no habrás probado el resultado. No puedes llamarte cocinero si nunca has pisado una cocina. Podrás definir gustos y sabores, pero estarán muy lejos de la realidad.

No se te dice esto para que te sientas inferior a otros ni para desprestigiar a nadie, sino para que seas consciente de que hay mucho más. Quizás la meta que pensabas era insuperable, realmente es superior en concepto y realidad. Quizás todo esto te haga darte cuenta de que hay mucho que descubrir y que tu potencial es mayor que el que has concebido hasta ahora.

¿Considerarías sabias a esas personas? Que alguien sepa mucho de algo no le hace sabio. A veces las palabras nos complican porque no tenemos un consenso sobre lo que realmente significan. Además, son solo eso, palabras; siempre se quedan cortas. En este caso, además nos referimos a un grado superior de sabiduría, porque ese conocimiento es clave por relevancia en la vida de un ser humano, es lo que ha venido a aprender, a conocer. No son meros datos, sino algo que te cambia la vida.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

No te dejes guiar por quienes dicen bonitas palabras, sino por quienes tienen bonitas vidas.

 

Seguro que ahora te planteas cómo iniciar este viaje. Piensas que has comprendido que nadie te puede contar la aventura, que sus experiencias no pueden transmitirse. Pero ahora no pretendas preguntar dónde se compran los billetes, ni qué avión debes tomar. Por eso muchas veces se insistirá en este concepto, hasta que forme parte de ti y lo veas tan obvio que todo tu ser lo comprenda y acepte.

Ahora buscas señales que te indiquen hacia dónde ir. El viaje se inicia con pasos muy pequeños, a veces imperceptibles para muchos. Quizás por eso una mayoría no los valora y se rinde pronto. Quiere pruebas de que está en camino. Las tendrás, pero solo si realmente deseas hacer el viaje y sabes que es el momento.

¿Cómo distinguir la señal que debes seguir? Nadie puede decírtelo. Solo compartirte consejos de qué sintieron otros, pero es imposible ser concreto porque cada persona es diferente y halla distintas señales. Es un juego perfecto en el que no se puede hacer trampa.

La vida te expondrá situaciones de las que extraer conclusiones. Esas experiencias te dejarán en el corazón una especie de reflexión, de idea. Esta debe resonar en tu interior, como si algo dentro de ti reconociera el sentido y la lógica con una intuición inexplicable e indefinible. Sientes armonía con lo que has aprendido, lo que has leído, lo que han compartido contigo, lo que has vivido.

Es como si siempre lo hubieras sabido. Entonces, y solo entonces, todo ello comienza a gestionar y convocar en tu vida las experiencias que te llevarán a integrar y comprender esa verdad. Y detrás surgirá otra experiencia, y otra. A veces serán casualidades inexplicables, pero te permitirán integrar esa verdad que estás consolidando.

Hallarás a personas, situaciones, circunstancias, libros, películas o cualquier cosa que solo tú reconocerás como una señal. Al principio puedes negarlas, pero serán persistentes. Solo tú decides si ignorarlas y no dar pasos. Eres libre de elegir.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Uno sabe que su vida comienza a ser mágica cuando las experiencias que vive son celebradas por el corazón, mientras que en su cabeza aún se resisten . Date tiempo. Es normal, es un proceso natural.

No te estás volviendo loco, sino que te estás conociendo y expandiendo tu forma de aceptar la realidad. ¿Cómo ibas a vivir experiencias mágicas si las creías imposibles? Recuerda que ves lo que crees.

 

La primera palabra que suele venir a la cabeza cuando comenzamos a experimentar todo esto es magia. No se trata de la magia como ilusionismo que muchos conocen, ni de la magia como sinónimo de brujería.

Las cosas que te pasan son mágicas porque se encadenan con una sutileza que ahora comienzas a ser capaz de percibir. Tu corazón vibra cuando las reconoce, y tu sensibilidad se expande para captar cualquier detalle. Incluso te emocionas ante la belleza y la perfección, tanto de ciertos acontecimientos como de su propia esencia.

Muchas personas sienten aversión a la palabra magia y usarla les parece poco serio. Sin embargo, te embargarán emociones y sensaciones ante la realidad de estas señales que te provocarán que no tengas más remedio que hacerla formar parte de tu vida. Así ha sido. Has vivido muchos momentos que solo puedes catalogar como mágicos, indescriptibles.

Lo curioso es que, a la vez, todo será pragmático y objetivo. Será complejo o imposible negar la evidencia de lo que estás viviendo. Eso reforzará la necesaria idea de que no estás perdiendo la cabeza ni volviéndote loco. Te permitirá asumir y entender que una persona razonable, con los pies en la tierra, puede experimentar vivencias inexplicables por la lógica asumida, concluyendo que solo hay una respuesta válida. Y esta respuesta es que aún no lo hemos visto todo ni comprendemos cómo funciona todo. Seguro que lo que llamamos ciencia pronto podrá explicar muchos de estos sucesos.

También reconocerás estas experiencias porque seguramente te será imposible transmitirlo a los demás, pero la paz que te entregará te motivará a intentarlo una y otra vez. Así será hasta que veas que es imposible y que cada uno debe vivirlo, debe dar sus pasos. Aun así, buscarás todas las formas de hacerlo, porque, al fin y al cabo, solo deseas lo mejor a los demás; deseas compartir tu propio descubrimiento, tu propia plenitud.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Magia es la palabra comodín que usamos cuando no sabemos expresar lo vivido. Es comprensible, porque lo vivido no se ata a lo que hasta ahora has aceptado.

Abre tu mente y tu corazón y la magia inundará tu vida, aunque luego sabrás comprender en qué consistía esa magia.

 

Hace pocos miles de años que la especie humana se diferenció de otros animales. Y han sido muchos más miles de años los que ha vivido conforme a una forma de vida no tan diferente a la que ahora concibes, aunque la creas muy distinta. Sigue siendo la misma selva llena de peligros o maravillas que entregarte, no solo para sobrevivir, sino para evolucionar y crecer como ese ser que destaca anhelando conocerse.

Date cuenta de que el ser humano no es tan viejo, no tal y como es su estructura mental, sus hábitos de conducta y de reacción. Tus miedos siguen siendo formas de protegerte de los peligros, y tu intuición sigue siendo la guía que te demuestra que algunas de esas cosas que suponen un peligro te reportarán beneficios si sabes controlarlos y sacarles provecho.

Quizás, hace siglos o milenios, no sabías explicar un eclipse, ni siquiera lo que eran el fuego o la luna. Pero ahora no es tan distinto. Quizás sabes explicar más cosas, pero ni tú ni la ciencia más avanzada habéis logrado desentrañar misterios que aún permanecen velados y sobre los que se tejen teorías, como antaño con la interpretación de los eclipses, el sol o las estrellas.

Las señales que ahora verás en tu vida hace siglos estaban integradas en el día a día de aquellos seres humanos, igual que ahora lo están en el tuyo. En aquel pasado, encontrabas guía en una estrella fugaz que cruzaba el cielo cuando pedías confirmación. Casualmente, hallabas caza en el momento indicado, a veces conducido a ella por intuiciones en las que confiabas más cada vez.

Y, si funcionaban, te aferrabas a ellas, confiabas en ellas. Comenzaste a dar pasos y a sentirte guiado. Pero pensaste que la guía era externa, aunque no lo era. Surgió la necesidad de adorar a algo, de buscar responsables, de lo bueno o lo no tan bueno.

Hoy eres más de ese ser antiguo que del moderno, tienes tan arraigada esa forma de existir en tu mente y en tu corazón como aquella mujer o aquel hombre que sobrevivían como cazadores en plena naturaleza.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

La indudable señal de que tu ser está enfermo es que has dejado de sorprenderte por lo que de niño te sorprendía.

Si aún se te pierde la mirada en el fuego o en la lluvia, hay esperanza. Si aún te maravilla hallar una pluma que mece el viento, hay esperanza.

 

Quizás ahora, cuando veas un arcoíris, sepas que hay un fenómeno que lo produce. Puedes comprenderlo mejor o peor, incluso no darle importancia porque sabes que es algo natural, con una causa concreta.

Pero haz un ejercicio. La próxima vez que contemples un arcoíris, míralo con atención, observa su majestuosidad. Puedes saber qué es, pero sigue siendo un fenómeno maravilloso, casi increíble. Sentirás que la palabra magia es la que mejor define su realidad, aunque sepas qué lo causa y cómo.

En la vida podrás sentir lo mismo. Día a día, percibirás cosas que entenderás, pero que sentirás mágicas. Tendrán un halo especial, o a menos ahora sabrás apreciarlo y disfrutarlo.

Cuando mires el arcoíris, siente por un momento que es la primera vez que lo ves, con los ojos de un niño. Sorpréndete ante su realidad, porque es un fenómeno real. Sé consciente de lo que significaría para alguien hace milenios el contemplar algo así. Seguro que lo tomaría como una señal divina que tuviera un evidente significado para su vida. No sabía que era un fenómeno causado por el sol y la lluvia, solo lo asociaba a ellos.

Ahora, a tu alrededor pasarán cosas inexplicables. Algunas las llamarás casualidades, pero la ciencia un día explicará el fenómeno y podrás desentrañar su funcionamiento, su misterio.

Tu vida está llena de sucesos extraños, casi siempre vinculados a lo que llamarás sincronicidades o casualidades y las adjudicarás al azar. Pronto entenderás cómo funcionan, y también descubrirás que están enlazadas a ti, que tú las convocas. Tranquilo, entenderás cómo lo logras y sus causas. Ahora ni lo intuyes, como ni los más inteligentes intuían antaño qué eran esos colores en el cielo.

Quédate con su maravilla, como con los arcoíris. Enfócate en su magia, en disfrutar de esos momentos. Las casualidades han marcado tu vida, no lo niegues. Deja de negarlas, de enloquecer buscando explicaciones. Saca provecho de ellas, porque es la mejor manera de aprender a controlarlas. Es el primer paso.

 

 

 

 

Grábalo a fuego en tu corazón:

Toda tu vida es una casualidad tras otra. Desde dónde, cuándo y cómo naciste, hasta tu día a día actual. Es urgente que entiendas qué sucede realmente, en vez de perder más energía preguntándote si te afectan. Lo hacen, y son la clave para retomar tu poder.

 

Negar la realidad es una elaborada estrategia para no responsabilizarte de tu vida, para no indagar en tu propio ser y en tu propia existencia. Como descubrirás más adelante, las casualidades pueden convocarse, puedes controlarlas de una forma que ni intuyes. Tan poco lo intuyes que hasta lo niegas y rechazas como posible. Sin embargo, ahí están. Ya profundizaremos en ello, antes hay que asentar los cimientos.

Recuerda que no verás hasta que no decidas ver. No, no es algo absurdo. Es muy lógico, es un filtro, uno inteligente para que el ser humano deje de creer en lo externo y empiece a creer sí mismo. Ahora centrémonos en tu guía interna.

Qué sencillo es pedir a otros que te digan con leyes o mandamientos qué debes hacer en cada momento, cómo reaccionar y qué decir. Pero, tarde o temprano, el sistema falla. No todas esas respuestas prefabricadas encajan en tu vida porque cada persona es diferente y hay muchas circunstancias que nos ponen a prueba.

En el interior de cada uno hay un código moral y ético que es idéntico en cada ser. Y lo es porque sencillamente es como funciona el universo. Sabes que no necesitas unas leyes que te digan lo que está bien o mal. Sabes que es triste que actúes conforme al miedo a un castigo o por la atracción de un premio, tanto social como de procedencia divina. Estás por encima de eso, tu verdadero ser no actúa por conveniencia; ni mucho menos por miedo o interés.