ferran martínez
#13 CANASTAS PARA GANAR
EN LOS NEGOCIOS
(DIGITALES)
Concéntrate-visualiza-calibra-ejecuta-gana
#startups #blockchain #fintech
Publicado por
ECONOMÍA DIGITAL, S. L.
Rambla de Catalunya, 98, 7è, 1a
08008 barcelona
© de esta edición
Economía Digital, S. L.
primera edición: mayo de 2019
coordinación: Víctor Igual Molina
maquetación: Economía Digial S.L.
isbn: 978-84-09-11437-5
Contenido
Prólogo
CANASTA 1 Reinvéntate continuamente
CANASTA 2 No dejes de crecer y sé creativo
CANASTA 3 Ten mentalidad disruptiva
CANASTA 4 Apasiónate
CANASTA 5 Ser innovador o ser disruptivo
CANASTA 6 Conoce el presente para afrontar el futuro
CANASTA 7 Juego por conceptos
CANASTA 8 Fortaleza mental: Psicología y economía
CANASTA 9 El furuto tiene forma de red
CANASTA 10 Viaja y crea ecosistema
CANASTA 11 Ten autoconfianza: como blockchain la genera
CANASTA 12 Sé optimista: las crisis son oportunidades
CANASTA 13 Convierte la práctica en intuición y consigue el alto rendimiento. concéntrate-visualiza-calibra-ejecuta-gana
Sobre el autor
Este es el quinto libro que publico. Entre viajes en avión, esperas en los aeropuertos y horas muertas en hoteles de todo el mundo, siempre acompañado de mi ordenador personal, la satisfacción que produce escribir es casi comparable al ajetreo de mi «vida anterior» como jugador profesional de baloncesto.
Y digo «casi», porque no hay nada similar a la adrenalina que produce el enfrentarte a los mejores equipos europeos, o en unos juegos olímpicos o campeonatos del mundo. Esa forma de vivir anterior me dio la mejor educación para la «vida real», y debo reconocer que la afronto de manera parecida. Gracias a los valores que aporta el deporte como la capacidad de superación, la constancia, el esfuerzo, el sacrificio, el optimismo o el trabajo en equipo, y mi posterior formación académica, ahora disfruto con pasión de mis actividades profesionales como inversor y asesor patrimonial de deportistas de elite, artistas, emprendedores y empresarios. Un campo que conozco bien y que está caracterizado por grandes ingresos económicos en periodos muy cortos de la vida, y que empiezan a muy temprana edad. También en las inversiones en startups y asesoramiento a emprendedores. Una de las actividades que más me gusta es crear y «acelerar» empresas tecnológicas, aunque manteniendo siempre la mentalidad emprendedora y creativa. Gracias a esto, y a la infinidad de gente que el deporte te permite conocer, he participado como fundador de proyectos tan apasionantes como la compañía Lánzame Capital, empresa que identifica, selecciona y convierte en startups tanto en España como a nivel internacional al lado de nuestros clientes e inversores. BidAway, acelerada en programa 500-Startups de Silicon Valley, San Francisco, dedicada a ofrecer eventos exclusivos e inolvidables con grandes celebrities con una finalidad benéfica. Entanglement Partners: consultora de temas de computación cuántica, encriptación y desarrollo de estas tecnologías, junto con científicos y físicos de reconocido prestigio mundial. World Mastery: empresa digital de contenidos que se dedica a temas de e-learning para formar entrenadores deportivos y directivos empresariales, y Globatalent, mi último y apasionante proyecto disruptivo, una compañía que descentraliza las transacciones económicas deportivas gracias al blockchain y a las cryptodivisas (de lo que hablaremos más adelante). Desde el Principado, país donde resido, asesoro al Departamento de Innovación del Gobierno andorrano, «Iniciativa Actua», que se dedica a atraer compañías tecnológicas o que aportan valor a este ecosistema.
También soy el director de «Startup Grind Andorra» (www.startupgrind.com), la comunidad de emprendedores más grande del mundo. Fundada en Silicon Valley (San Francisco), tiene presencia en 155 países y más de 360 ciudades. El objetivo de esta gran comunidad es compartir el conocimiento y experiencias de sus miembros, para inspirar a los emprendedores de todo el mundo a cumplir sus sueños, gracias a las posibilidades que ofrece la red.
Otras actividades que me llenan y son complementarias son, por ejemplo:
– La literatura, con la escritura de estos cinco libros.
– Las conferencias, el coaching y las ponencias dirigidas a equipos directivos de compañías que requieren un alto rendimiento.
Todas estas actividades serían imposibles de realizar sin el apoyo de un buen equipo, de mentalidad
proactiva y abierta, que me permite conectar todos esos mundos, para crear una red extensa de personas y empresas (networking) que busca sumar talentos al servicio de los distintos retos que me ilusionan.
Este no pretende ser un libro de economía ni un manual para el inversor en startups. Tampoco tiene como objeto aconsejar a nadie sobre temas financieros ni económicos. Mi intención, simplemente, es hacer reflexionar al lector sobre el mundo casi virtual en el que vivimos. Un mundo dominado por la economía y los mercados, del que desconocemos el funcionamiento, y que condiciona nuestro día a día. Me gustaría ayudar a abrir la mente del lector ante los cambios que se producen y se producirán en el mundo financiero y empresarial, y las nuevas tendencias en el ámbito financiero-económico-tecnológico. Por eso el libro incluye una breve investigación histórica y una variedad de opiniones de autores que he leído y que en su momento me ayudaron a «visualizar» lo que está ocurriendo. Intento poner el foco también en la revolución que estamos viviendo, la de la tecnología blockchain, las criptodivisas o la ciberseguridad. También incide en teorías que se readaptan a nuestros tiempos, como el Behavioral Finance, y que son en realidad de puro sentido común. Son teorías que aplico de manera inconsciente en mi profesión. Por último, al final de la obra, he incluido también algunos de los artículos visionarios que he publicado a lo largo de estos últimos años en el diario económico Expansión, y que podrían ser de interés para el lector.
Sinceramente, me encantaría que muchos de los deportistas y empresarios conocidos, o que están en mi red de contactos, y otros que contactan conmigo a través del LinkedIn, Twitter y otras redes sociales, y que preguntan mi opinión acerca de sus inversiones o su planificación a largo plazo (no en vano yo era uno de ellos hace unos años), tuviesen un mínimo de formación en economía y finanzas, y sintieran curiosidad por aprender e investigar. De las decisiones que tomen ahora dependerá sin duda su futuro, cuando abandonen la actual burbuja en la que se hallan inmersos (deportistas de elite y artistas), y tengan que enfrentarse a la realidad de la vida que vivimos todos. A mi entender, este conocimiento y esta formación en Economía debería ser una asignatura obligatoria desde la educación primaria, pero incomprensiblemente no lo es. Lo bueno, es que nunca es tarde para aprender.
«Todos piensan en cambiar el mundo pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo»
león tolstói
Últimamente se ha puesto de moda la palabra reinvención. Y todo el mundo habla de la necesidad de hacer un cambio de «chip». Pero reinventarse no significa renunciar a ser quien eres. Significa adaptarse a los cambios y anticiparse de forma proactiva al entorno, viéndolo como una oportunidad. En esencia, se basa en ser creativo y tener la mente abierta. No hay mejor ejemplo de ello que el caso del deportista de elite. Hablando desde mi propia experiencia (fui jugador profesional de baloncesto, internacional en 156 ocasiones y olímpico, entre los años 1984 a 2002), el proceso de retirarse a los 34 años y afrontar una nueva etapa profesional, es uno de los mayores retos a los que te puedes enfrentar. Para tener éxito en esta nueva etapa tuve claro mis orígenes, al comenzar a jugar en el colegio con ocho años y fichar por el FC Barcelona a los doce, superando durante mi carrera distintas adversidades como las lesiones. También aprendiendo a gestionar el éxito cuando ganas muchos títulos y siempre quieres más, o la adaptación a los distintos equipos y países en los que estuve. Lo que aprendí de mis compañeros de equipo, entrenadores, afición o la prensa. En definitiva, el deporte fue para mí la mejor escuela de vida, por eso, al retirarme por una grave lesión de rodilla con 34 años, mis expectativas de futuro las afronté como una oportunidad. Y visualicé cómo quería vivir a partir de ese momento. Para ello aposté por la formación (como si de un nuevo entrenamiento se tratara) y comprendí lo afortunado que había sido al vivir aquellas experiencias maravillosas, por lo que comencé a estudiar lo que más me apasionaba en ese momento: finanzas y mercados de renta variable (en el Centro de Estudios Financieros de Barcelona), informática y programación, y un Executive-MBA en La Salle, con prácticas en San Francisco (Saint Mary’s University). A partir de ese momento mi vida cambió. Comencé a emprender, creando, con otros socios, diferentes compañías relacionadas con el deporte y la industria que lo rodea, desde el punto de vista de los jugadores, como asesor, o del club, como gestor, aunque sin perder de vista el instinto competitivo y de negocio que requería todo nuevo proyecto empresarial. Tras casi 17 años retirado como baloncestista, estoy inmerso en el mundo de las inversiones financieras: las «clásicas», identificando, coinvirtiendo y acelerando distintas startups, y las más «disruptivas», como el blockchain, las emisiones de criptomonedas o la computación cuántica (estas últimas, muy apasionantes, ya que incorporan un alto componente tecnológico y un cierto carácter revolucionario). Digamos que ahora soy, además de emprendedor, inversor en conocimiento.
Sin embargo, la reinvención va siempre unida a una evolución y a un crecimiento interior. Aún más en los tiempos actuales, en que seguimos anclados en una crisis sistémica de valores. A nivel psicológico, podríamos admitir que el primer paso es el cambio de nuestra mentalidad, algo a lo que los deportistas estamos acostumbrados. Esto, unido a la consciencia de lo que somos y donde queremos llegar (enfrentando nuestras fortalezas a nuestras debilidades), se traduce en un aumento de la autoconfianza. Y, con ello, aumenta también el atrevimiento para afrontar con éxito cualquier proyecto, incluso aunque este consista en un cambio de estilo de vida.
Reinventarse también se refiere al redescubrimiento o a la reconstrucción personal o laboral, en base al aprendizaje de los errores del pasado vistos como oportunidades de mejora.
La reinvención. El día después:
Después de 17 años retirado de la máxima competición, todavía sueño a veces con que estoy jugando una final o acudiendo a un entrenamiento. Cuando un deportista profesional cuelga las botas, se enfrenta seguramente al que es el reto más duro de toda su vida. Jubilado y con 35 años, sin estudios en muchas ocasiones y fuera del entorno laboral, trata de resituarse montando algún negocio o continuar ligado a su deporte como entrenador, comentarista deportivo o algo similar que entienda que será capaz de hacer, ya que es el mundo que conoce. Pero esto no es nada fácil.
Lo que he aprendido es que, si sumas los valores del deporte a la red de contactos que seguramente has cultivado mientras eras una estrella mediática, y eso lo sumas también a la formación, podrás afrontar con éxito este reto. Como expliqué anteriormente, en mi caso empecé creando empresas mientras cursaba un E-MBA. Y, a raíz de esto, hace más de diez años empecé también a asesorar y gestionar el patrimonio y los ahorros de deportistas de elite y artistas, un colectivo que según diversos estudios, se arruina a los cinco años de la retirada en un 50% de los casos. He trabajado y dirigido unidades especializadas de banca privada dirigida a este sector en UBS, Banco Sabadell, Mirabaud, y en el grupo Andbank. A finales del 2013 entré de lleno en las inversiones en empresas de base tecnológica, financieras-tecnológicas (fintech), de inteligencia artificial, robótica, de internet of thinks y big data. Creamos, junto con otros socios, el proyecto Lánzame Capital, un pledge fund que invierte en startups, identificando primero a las mejores empresas en fase semilla, ayudando a levantar capital, coinvertiendo con ellos, y acompañando en el arduo camino del emprendedor. Las últimas compañías en la que me he implicado e invertido, y que tienen como principal valor la innovación y los equipos que las componen, son: World-Mastery, donde a través de un innovador sistema de inteligencia artificial online, y con un contenido muy cuidado y de calidad, vendemos formación (e-learning) a través de referentes mundiales en las disciplinas deportivas, culinarias, artísticas, etc. Globatalent, un proyecto muy innovador que descentraliza la industria del deporte, permitiendo la financiación de deportistas, clubs, ligas o competiciones a través del blockchain, o Entanglement Partners, que es una consultora para implementar la tecnología cuántica en las empresas que ya visualizan el impacto que tendrá en unas décadas.
A pesar de estar retirado como jugador de baloncesto, las dinámicas de funcionamiento de un equipo nunca las abandonas del todo. Y, seguramente, las aplico de forma instintiva a la hora de afrontar cualquier reto profesional. Yo lo hago instintivamente, pero cualquiera puede aprenderlas y utilizarlas para su propio crecimiento personal.
A lo largo del libro veremos más de estos valores necesarios para reinventarse, pero algunos de los que podemos ir introduciendo ahora son:
Sacrificio: Cuando formas parte de una plantilla o de un equipo deportivo, aprendes a valorar el esfuerzo diario. En mi caso, el sacrificio de levantarte a las 6:30 cada día para ir al colegio y entrenar toda la tarde con tu propio equipo (categoría cadete) y después con los de unos años mayores que yo (júnior), y llegar agotado a casa a las doce de la noche. Pero sabes que la diferencia la marcan los que trabajan más duro, partiendo lógicamente de unas cualidades técnicas y físicas y del deseo de mejorar.
Puntualidad: Desde los comienzos, en las categorías inferiores del FC Barcelona, te acostumbras a la puntualidad. No te planteas llegar tarde a ningún entrenamiento, porque si lo haces tienes pocas posibilidades de jugar el fin de semana. Además de la falta de respeto hacia el resto del equipo, porque la ausencia de un solo jugador condiciona toda la planificación de los ejercicios previstos por el entrenador.
Identidad y fidelidad: Aprendes a entender los valores de tu club, adaptándote al estilo de juego, sin pensar solamente en los resultados. Valores como los ya conocidos de «La Masia» en el FC Barcelona, que tan exitosa ha sido. Esto genera un sentimiento de pertenencia y te identificas con una propuesta común.
Trabajar en equipo: Pasamos muchas horas con nuestros compañeros de trabajo, y como en un equipo, siempre puede aparecer algún roce o formas diferentes de afrontar un problema o una situación de presión. Por eso es importante saber delegar, dejarse ayudar, escuchar más que imponer y, sobre todo, tratar de hacer felices a tus compañeros.
Bajo presión: Igual que los deportistas, los emprendedores no sabemos lo que es trabajar sin presión. Está en nuestro ADN. Por eso, reinventarse no es más que superar con éxito el reto de mejorar lo anterior, encontrando siempre nuevos estímulos e ilusiones. Estar bajo presión nos permite encontrar la forma de ser más eficientes, pero no nos debe estresar.
Disciplina: Crearse un método propio de trabajo, tener unos hábitos diarios, obligarse cada día a seguir un plan, lo enseña el deporte de equipo. Muchos de nosotros sabemos lo saludable que es destinar unas horas a la semana a hacer ejercicio físico. Cumplir con unos horarios y unas rutinas nos proporciona bienestar físico y mental.
Estos valores, personalmente, son los que me empujan a escuchar a todos los emprendedores que contactan conmigo, motivados e ilusionados, para explicarme su proyecto. A veces detecto la oportunidad de sumarme a ellos, tras analizar su plan de negocio y conocer a las personas que forman su empresa, aumentando la red de contactos y poniendo en común otras compañías jóvenes y personas que puedan ayudar a mejorar su modelo de negocio.
En resumen, un concepto de «win-win», que ha sido un ejemplo más dentro del mundo empresarial en el que saber reinventarse es el secreto del éxito laboral y la satisfacción personal.
2.1 Lidérate a ti mismo
En los últimos años se ha puesto de moda el coaching. La necesidad de encontrar soluciones personales e individualizadas que, en momentos de máxima presión emocional, nos permitan ser más estables en nuestro día a día profesional y personal.
Sobre todo, con la crisis económica y de valores de estos tiempos, se ha incrementado el interés por esta ciencia. En realidad, lo que sucede es que necesitamos seguridad, y buscamos herramientas que nos permitan superar todas las adversidades a las que nos enfrentamos diariamente con el fin de lograr la felicidad. Pero la clave de todo está en uno mismo. Es difícil lograr ese equilibrio si no somos capaces de tener el control, por lo que muchas veces necesitamos este apoyo externo que nos permita auto liderarnos. En mi anterior libro, Zen 305 (Ediciones Urano y Columna, 2012), hablaba de referentes del mundo del deporte como Michael Jordan, Magic Johnson, Carl Lewis, Sergey Bubka y muchos otros más. A menudo es más sencillo encontrar paralelismos con los que identificarnos en nuestros ídolos.
En mis conferencias sobre Liderazgo y Gestión personal me gusta poner especial énfasis en unos valores a los que llamo los 5 pilares de la fuerza interior. Sobre ellos desarrollo un argumento basado en mis experiencias en el baloncesto profesional con mucho apoyo audiovisual, que ayuda a comprender de manera más amena e interesante cuáles son estos pilares con los que podemos superar cualquier prueba que se nos presente.
La clave está en enfocar el futuro con la mentalidad de reinventarse continuamente, y por eso los 5 pilares son:
Conciencia: La capacidad de identificar nuestras virtudes, para potenciarlas, y las debilidades, para convertirlas en fortalezas.
Optimismo: La forma positiva en la que afrontamos el día a día condiciona el estado anímico de los que te rodean, y nos ayuda a superar cualquier adversidad.
Capacidad de Adaptación: En un entorno tan cambiante y sumamente competitivo, la adaptación al «medio» se convierte es un aspecto clave para obtener el máximo rendimiento.
Compromiso: Los objetivos nos marcan el camino, pero la motivación y lo que aprendemos mientras avanzamos es lo que nos hace evolucionar y ser mejores.
Hábitos: La disciplina y la metodología (o lo que yo llamo el «entrenamiento invisible» en libro Zen 305) son imprescindibles para alcanzar cualquier meta.
Por eso, mientras vaya avanzando en la lectura de este libro, observará continuas referencias a estos 5 pilares de la fuerza interior y que forman la palabra COACH. No tengo ninguna duda de que, si consigue aplicarlos, será imparable en todo lo que se proponga, sobre todo a la hora de emprender cualquier proyecto profesional. Porque estos cinco pilares son los valores del emprendedor, el que se reinventa o muere en su profesión. Por tanto, uno de los factores clave a lo largo de este libro será el de mantener una mente abierta para comprender que la creatividad debe acompañar a la razón.
2.2 La historia del pintor chino y el pintor griego
Explica una historia que una poderosa reina deseaba tener el salón más hermoso del mundo. La sala que quería decorar era un espacio muy grande, con dos paredes laterales enormes y vacías en las que no había ninguna ventana.
Consultó a sus dignatarios, sabios, embajadores y ministros sobre el tema, y después de recibir todos sus consejos, llegó a la conclusión de que existían dos candidatos perfectos para la tarea: un pintor chino, famoso por la minuciosidad de su trazo, su amor a los detalles, y el realismo y la vida que lograba imprimir a sus creaciones, y un artista griego, muy conocido por su ingenio y sabiduría, que siempre lograba sorprender a sus clientes de las maneras más imprevistas.
La reina se puso a pensar en cuál de los dos pintores sería el más adecuado, y tras darle muchas vueltas decidió que, ya que tenía dos paredes, encargaría a cada uno de los pintores que se ocupara de una de ellas.
Así que los hizo venir desde sus lejanos países, junto con sus ayudantes, y les proporcionó todo lo necesario para que estuvieran a gusto. Les dio un alojamiento, un sueldo generoso y carta blanca para pedir todo cuanto necesitaran.
También mandó tender dos enormes cortinajes que ocultaran cada una de las paredes, para que los artistas pudieran trabajar a sus anchas y sin ser molestados, y les comunicó la fecha en la que deseaba que estuvieran listas sus pinturas. Aquel día, el de la fecha tope, daría una gran fiesta para que toda la corte pudiera admirarlas.
Pasaron las semanas, y el pintor chino siempre estaba correteando de un lado para otro y manchado de pigmentos, dando órdenes a sus ayudantes. Había traído sus propias pinturas y tintas de la china, por lo que no había pedido nada.
La reina pensó que el pintor griego también debía de haber traído sus propios materiales, porque nunca encargó la compra de ningún tipo de pintura. Pasaba mucho tiempo detrás de la cortina, pero también se le veía dando largos paseos por los patios, dialogando con sus ayudantes. Sin embargo, la reina era sabia y conocía a los artistas. Sabía que cada uno de ellos tenía su propia forma de trabajar, así que no permitió que ninguno de sus ministros o dignatarios le metiera prisa, a pesar de que la fecha de la fiesta se acercaba.
Los días inmediatamente anteriores a la inauguración, el pintor chino estaba cada vez más atareado, mientras que el griego pareció relajarse aún más.
Y por fin llegó la noche en cuestión. Los invitados, vestidos con sus ropajes más hermosos, llenaron la sala espléndidamente iluminada con lámparas de aceite.
La reina dio la orden de levantar la primera cortina, que era la que ocultaba la pintura del artista chino, y todos los invitados se quedaron sin respiración. Nunca habían visto una obra de arte como aquella.
El cuadro mostraba un jardín plantado entre grandes rocas. Las hierbas y los árboles hacían brotar infinitos tonos de verde, que contrastaban con el color negro de las piedras. Una ligera niebla empañaba la parte superior de la imagen, creando la ilusión de una húmeda mañana de primavera. Tal era el efecto, que algunos invitados se arroparon en sus chales.
También había pájaros que parecían estar en movimiento: cada vez que se los miraba, daban la impresión de haberse movido de la rama. Había quien sacudía la cabeza de un lado a otro, como si hubiera llegado a oír gorjeos.
Un arroyo de aguas límpidas surgía de las rocas y atravesaba toda la longitud del jardín, con dos delicados puentes de madera tendidos sobre sus aguas, y el suelo estaba cubierto por un sendero bordeado por lirios aún sin florecer. La reina preguntó a su ministro de confianza de qué color creía que serían cuando brotaran, y este le dijo exactamente el mismo tono en que ella había pensado.
El artista griego estaba igual de deslumbrado por la pintura de su rival que los propios invitados, y la reina se dio cuenta de que en el rabillo de sus ojos asomaban un par de lágrimas.
Al cabo de un buen rato de contemplación y comentarios susurrados, la reina dio la orden de descubrir la cortina que cubría el cuadro del pintor griego.
Pero detrás de la cortina no había ninguna pintura. Tan solo un enorme espejo.
Dos de los dignatarios se acercaron a la reina, enfadados. Pensaban que el pintor griego había abusado de la confianza de la reina, y que estaba tratando de engañarla.
Sin embargo la reina los detuvo, y les pidió que volvieran su mirada hacia los invitados.
Estos, que antes solo habían podido contemplar el jardín vacío, podían verlo ahora con sus propios reflejos superpuestos, como si ellos mismos fueran los habitantes de un lugar tan maravilloso.
Algunos fingían que atravesaban los puentes, y desde allí se asomaban a contemplar las aguas de arroyo.
—¡Desde aquí veo los peces! —exclamó uno de ellos.
Otros invitados trataban de atrapar las mariposas pintadas. Algunos incluso sintieron la tentación de esconderse tras las rocas o los árboles, para besarse a escondidas.
—Estoy muy contenta. Las dos obras son perfectas y necesarias —declaró la reina, dando comienzo a la fiesta.
Como podemos adivinar, la moraleja de esta historia nos dice que el arte y la técnica se han apoyado mutuamente desde tiempos inmemoriales.
Por un lado, la creatividad artística necesita los medios de la reproducción técnica para llegar a más gente, para comunicarse con ella, para hacer que las personas sientan el arte como algo propio y se sientan incluidos en él, viviéndolo como algo suyo.
Por otro lado la creatividad técnica, por su parte, necesita a los escritores, dibujantes y cineastas para dotar de contenido a sus ideas, y para darles formas narrativas que puedan expresarse y transmitirse.
Por tanto, vemos que ambos lenguajes se traducen el uno al otro para comunicarse con la gente. Y precisamente por eso, también es imprescindible preguntarse por la creatividad cuando hablamos de economía.
2.3 Economía y creatividad
«Para tener éxito no tienes que hacer cosas extraordinarias. Haz cosas ordinarias, extraordinariamente bien»
jim rohn
El concepto de «economía creativa», desarrollado por Richard Florida, Richard E. Caves y John Howkins, defiende la idea de que la creatividad del ser humano es el recurso más valioso en términos absolutos, no solo en los aspectos humanos, sociales y antropológicos, sino también en los económicos.
Por lo tanto, esta rama de estudios económicos se centra en las propuestas que tienen una fuerte carga creativa, innovadora o cultural, como son la tecnología, el arte, la educación, el desarrollo o el entretenimiento.
La automatización electrónica del trabajo de oficina, sumada a la era de internet, provoca la tendencia creciente del fenómeno de desaparición de los intermediarios. Esto, por supuesto, lleva a que la cantidad de personas empleadas en este tipo de tareas tenga que disminuir. Pero, al mismo tiempo, la demanda de bienes culturales, tecnológicos y de entretenimiento no hace más que crecer.
La industria de los videojuegos y los e-sports ya mueve tres veces más dinero que la industria cinematográfica. Los bienes más demandados en el futuro no serán objetos de consumo, sino productos de entretenimiento, creación y diversión.
Por eso la economía creativa, en este nuevo orden de cosas, postula que:
• Los bienes, productos y servicios se caracterizan por sus cualidades únicas que sean capaces de aportar valor, y no solamente por su pertenencia a un segmento comercial definido, el precio o las connotaciones publicitarias derivadas.
• La rapidez de los acontecimientos está íntimamente relacionada con los procesos de mente-colmena que tienen lugar en tiempo real en internet.
• Las disciplinas tradicionales deben mezclarse con otras diferentes, contribuyendo de manera simbiótica y orgánica para dar lugar a nuevas maneras de enfocar los problemas y de aportar soluciones.
• El esfuerzo creativo no persigue únicamente una recompensa o una valoración económica, sino que intenta aportar significado y contenido de fondo.
• La relación entre los individuos es igual de importante que la relación comercial. La satisfacción del cliente no pertenece solo al ámbito de «usuario» o «consumidor», sino también al de receptor de un conjunto de ideas y un estilo de vida.