Todoslosderechosreservados.Cualquierformadereproducción,distribución,comunicaciónpúblicao transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorizacióndesus titulares,salvo excepción previstapor laley.Diríjasea CEDRO www.cedro.org)sinecesitafotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.Títulooriginal:Eyes and spies: how you're tracked and why you should knowDiseño de la colección: Gloria GaugerOriginally published in North America by: Annick Press Ltd.© 2017, Tanya Lloyd Kyi (text) / 2017, Belle Wuthrich (illustrations)© Delatraducción, Julio Hermoso © Ediciones Siruela, S. A., 2017c/Almagro 25, ppal. dcha. 28010MadridTel.: + 34 91 355 57 20Fax: + 34 91 355 22 01www.siruela.comISBN:978-84-17151-15-7Composición digital: Newcomlab S.L.L.
Instagram y,quizá,alguna invitación a un acto social.Podrías leer algo sobre él en un artículo de un periódico escolar,o en la sección de deportes.No te costaría mucho hacerte una idea de su vida cotidiana.La facilidad con la que se puede reunir toda esa información sobre alguien puede asustar un poco,pero tú eres un agente solo buscarás en internet los nombres de criminales y terroristas, ¿verdad?No necesariamente.Dado que los ordenadores son capaces de recoger miles de millones de fragmentos de información sobre todos y cada uno de nosotros y analizar esa información en busca de patrones, todos estamos «vigilados». Sí, los gobiernos nos vigilan para poder localizar a los sospechosos de terrorismo, pero también hay otras muchas personas y organizaciones que tratan de averiguar quiénes somos y qué hacemos. Las empresas analizan nuestros hábitos y preferencias para poder adaptar su publicidad a nuestra medida. La policía sigue nuestros movimientos para poder muchos casos,nosotros mismos registramosnuestros movimientos y después ofrecemos esos datos al resto del mundo.Si noestás haciendo nada malo, da igual quién esté mirando.Hay veces en que las bromas deberían mantenerse en privado, las fotosno deberían salir de nuestro álbum personal, y nuestros e-mailsnolos deberían poder leer cualquiera.LA SEGURIDAD DICE: LA INTIMIDAD DICE:tt4
compartir información en internet tiene enormes ventajas. Hacemos nuevos amigos en las redes sociales, difundimos información e intercambiamos opiniones. También ponemos a la venta nuestras creaciones musicales o artísticas. Al compartir nuestra ubicación, lo general,es divertido compartir las cosas con libertad ymanifestar en público nuestras ideas y pensamientos. ERICSCHMIDT,el máximo responsable de Google, dijo en 2010 que la política de su empresa consistía en «llegar justo hasta la línea roja yno traspasarla».Por ejemplo,nos puede parecer bien que la compañía registre nuestras búsquedas en Google,pero ¿ysi un empleado de Google llamase a nuestra puerta con cupones de McDonald’s después de que buscásemos la palabra «hamburguesa»? Podría parecer una intromisión en nuestra intimidad.Esta idea plantea varios interrogantes: →¿Dónde está exactamente la «línea roja»? →¿La trazaría todo el mundo en el mismo sitio? →¿Quién debería decidirlo?Las secciones «La línea roja» de este libro te preguntarán dónde pondrías tú el límite si gobernaras el mundo.LA LÍNEA ROJA
Además,mucha gente piensa que con la vigilancia estamos más seguros.¿Es eso cierto?Ysi alguien decidiera subirse a la cama,usar el cepillo del pelo como si fuera un micrófono y ponerse a imitar a los cantantes del último programa de La voz,¿le gustaría que la gente le viese hacerlo a través de la cámara web de su ordenador portátil? ¡Es probable que no! Ysi una chica le enviase un mensaje de texto a una amiga sobre el chico que le gusta ahora, ¿querría que otras personas leyeran ese mensaje?O ¿qué me dices de esto…?Imagínate que estás de compras en unos grandes almacenes caros y te haces una foto con el móvil posando con un abrigo fabricado con las pieles de una especie animal en peligro de extinción.Entonces le envías la foto a una amiga a la que no terminas de caerle bien, y ella la cuelga en internet. menos que… dentro de diez o veinte años decidas que te gustaría ser la ministra de Medio Ambiente, o presidenta de la Sociedad Protectora de Animales, ¡y los medios de comunicación encuentren en internet aquella vieja foto tuya y la vuelvan a publicar para que todo el mundo la vea!BLOG MEDIOAMBIENTAL¡¡¡rEIdEa LrOtcTa AImAs iLdA oN aBIgO e PlE!… eN 19866
que,dado que los presos no tenían forma de saber cuándo los estaban controlando,tendrían que comportarse en todo momento como si los guardias los estuvieran vigilando. Entonces, se reformarían para convertirse en ciudadanos modélicos.La cárcel de Jeremy jamás se construyó, aunque algunos defensores del derecho a la intimidad dicen que ahora vivimos en un «panóptico digital». Cuando hacemos compras por internet o escribimos en las redes sociales, sabemos que hayotros que nos siguen yque juzgan nuestra vida.Esa la intención de proyectar una determinada imagen de nosotros mismos, prestar más atención a nuestra conducta e integrarnos mejor en nuestro grupo de amigos.Haygente a quien le preocupa que,al saber que nos observan,cambiemos los eventos a los que decidimos asistir,o las causas que defendemos o los políticos a los que apoyamos.Imagínate que te encuentras esta noticia en los periódicos: «Descubren a un espía pensarías dos veces antes de unirte a dicho grupo, aunque estés a favor de sus campañas.Las páginas siguientes estudian cómo nos controlan,desde el número de pasos que damos cada día hasta los restaurantes de comida rápida que nos «gustan» en Facebooko lo que tiramos por el inodoro.Cada capítulo plantea tres preguntas muy fáciles:1. ¿QIÉN s IgI Y oR uÉ? 2. ¿DÓNd EuErA a ÍN Q SaR l PÚBIcO e PIvA?3. ¿CÓ dEs aRr IeN uErO sEeT?8
AIsO rOdEe l IItO haR: S Ij SkuR A lEdO Cs S CRiEo.¡Buenos días!
la intimidad dice:centro había implantado un sistema de seguimiento RFID.Cada alumno recibió un RFID.Así,el instituto podía saber cuántos alumnos había en el centro.El John Jayya contaba con 200 cámaras chips no era necesariamente la seguridad de los alumnos.Su objeto era aumentar la asistencia a clase: el centro recibía subvenciones en función del número de alumnos que estuvieran presentes cada mañana,pero no siempre se contaba a los chicos que hubieran ido al cuarto de baño o estuviesen haciendo algún trámite en la secretaría.Con las etiquetas RFID,el instituto podría contar a los alumnos con mayor precisión y—si todo iba bien—recibir más dinero.Las etiquetas también podrían utilizarse para que los alumnos pudiesen comprar cosas en la cafetería,sacar libros de la biblioteca yobtener entradas para eventos especiales.Sin embargo, Andrea dijo que no le gustaba que la siguiesen.Era una devota católica yargumentó que un pasaje de la Biblia le impedía llevar tales etiquetas. Cuando la expulsaron temporalmente por a la Junta Escolar.¡Quitadle los ojos de encima! Debería poder ir adonde quiera sin que un chip la controle. Y tiene derecho a ejercer su libertad religiosa.¿Andrea no quiere un chip? Vale, pero que lleve una identificación, como todo el mundo. la seguridad dice:tt12
Las asociaciones para la defensa de los derechos del ciudadano, de la protección de la intimidad e incluso el famoso grupo de piratas informáticos llamado Anonymous respaldaron a Andrea.El instituto pidió que nadie sacase conclusiones precipitadas.El director decidió que,dadas sus preocupaciones —de carácter religioso ypor su intimidad—,Andrea podría llevar el carné del instituto sin el chip RFID.Podría seguir participando en todas las actividades del centro, con etiqueta o sin ella.Andrea,sin embargo,creía que la Biblia prohibía llevar cualquier tipo apoyaba la iniciativa del instituto.Un juezfalló en su contra.Según el tribunal,la oferta del instituto era justa, y Andrea no tenía razón.Andrea se cambió de colegio yno regresó al instituto John Jayhasta que desmantelaron el programa RFID (según parece, los carnés tampoco habían servido para aumentar la asistencia).Algunas guarderías de Europa, Asia y Norteamérica ya ofrecen un servicio de retransmisión de vídeo a través de internet: los padres se conectan desde sus ordenadores y comprueban en directo cómo están sus hijos. 13PASILLOS VIGILADOS