1. WikiLeaks: Teoría y práctica de un desacato. Ediciones Nuevas Fojas, Santiago, 2014. pp. 196, 198. (Los paréntesis son nuestros).
2. La voluntad de poderío. Aforismo 534.
3. La sociedad transparente. Paidós, Barcelona, 1989. pp 107 – 108.
4. No se desconoce la complejidad del tema ni la multiplicidad de objeciones que se pueden formular a estas últimas ideas expresadas, pero dado el carácter de síntesis de esta introducción no es posible, por ahora, hacerse cargo con gran rigor intelectual como el tema lo amerita.
5. La primera edición en castellano aparece en 1981 con el título Teoría de la Comunicación Humana. P. Watzlawick, J. Beavin Bavelas y D. D. Jackson. Las citas incorporadas en este libro provienen de la edición de 1995.
6. Ives Winkin, et al. (1994) La Nueva Comunicación. Editorial Kairós, Barcelona. p. 338
7. En: (1994) La escuela de Palo Alto. J. J. Wittezaele y T. García. Herder, Barcelona. p. 190
8. Los biógrafos de Bateson relevan el hecho de que en él, trabajo y vida privada coexistieron amigablemente. En los almuerzos cotidianos en familia solían conversarse las cuestiones teóricas más importantes y muchas de sus ideas se discutieron en las habituales tertulias en el hogar, a las que asistían alumnos interesados y aquellos investigadores que lo desearan.
9. La escuela de Palo Alto. op. cit. p. 57.
10. Quizá un chiste lo ilustre mejor. Se encuentran dos psicólogos. Uno de ellos saluda: “Hola”; el otro sigue caminando y va pensando: “¿Qué me habrá querido decir?”
11. En: La escuela de Palo Alto. p. 173
12. Teoría de la Comunicación Humana. p. 21.
13. Ibíd. Véase pp. 118 y ss.
14. La nueva comunicación. p. 16 (Lo escrito en paréntesis cuadrado es nuestro).
15. Ibid. p. 6.
16. El ordenamiento que se plantea obedece al afán de claridad en la escritura y no a cierta jerarquía observable en el acto mismo de comunicar, donde acontecen de forma simultánea.
17. Véase, al respecto, el capítulo III del clásico libro de T. S. Kuhn La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2006.
18. En: Teoría de la comunicación humana. pp. 49 y ss.
19. La nueva comunicación. p. 339.
20. La nueva comunicación. pp. 52-53. (Para resolver la adivinanza hay que interrogar a cualquiera de los guardias de la siguiente manera: “¿Qué diría tu compañero si yo le preguntara “esa puerta está abierta”? Si responde que sí y es el que miente, significa que la puerta está cerrada. Si es el que dice la verdad responderá que su compañero mentiroso dirá que sí; por lo tanto, la puerta está cerrada; en consecuencia, la otra está abierta. Por el contrario, si responde que no y es el mentiroso, la puerta está abierta; si es el veraz y responde que el compañero mentiroso dirá no, la puerta está abierta.
21. Los conceptos digital y analógico son de uso frecuente en el lenguaje científico-técnico. Lo digital, en este caso, refiere a lo reductible a fórmulas lógico-matemáticas. Su nombre proviene de la antigua costumbre de contar con los dedos y opera en virtud del criterio verdad – falsedad, presencia – ausencia, entrada – salida; es decir, criterios binarios. Lo analógico, en cambio, funciona en base a cantidad y medida, puesto que a partir de cierta cantidad o medida x se puede predecir la función en y. El termómetro de mercurio, el cuenta kilómetros de los autos antiguos, la máquina para medir mareas son tecnologías analógicas.
22. Teoría de la comunicación humana. p. 63.
23. Vid. La comunicación no verbal de Flora Davis. No obstante la antigüedad del libro, no ha sido superado en la visión de conjunto que ofrece acerca del tema. La primera edición en inglés es de 1971 y la última en castellano de 2012.
24. El sinsentido del sentido. Herder, Barcelona, 1995. p. 58.
25. Véase el texto citado de Watzlawick y de Frankl, El hombre en busca de sentido. Herder, Barcelona. 1998. pp. 76 – 77.
26. Véase de Heinz von Foerster Las semillas de la cibernética. Gedisa, Barcelona, 1991.
27. Véase de Ernst von Glaserfeld “Introducción al constructivismo radical”; en La realidad inventada. Gedisa, Barcelona, 1993.
28. Teoría de la comunicación humana. op. cit., p. 96.
29. Al respecto, véase de John L. Austin Cómo hacer cosas con palabras. Editorial Paidós, Barcelona, 1982.
30. El arte de amargarse la vida. Herder, Barcelona, p. 26
31. El sinsentido del sentido… pp. 82-83.
32. Edmundo O ´Gorman: La invención de América. FCE., México, 2014. p. 102. (Las cursivas son nuestras).
33. Ibid. p. 194.
34. Los libros del conquistador. Fondo de Cultura Económica, México, 1996. p. 25.
35. “América nació entre libros”. En: Revista Nacional de Cultura. Caracas, 1968.
36. Ibid. p. 24.
37. Respecto de este acontecimiento, vale la pena considerar dos aspectos. En primer lugar, la credibilidad e importancia atribuidas a las obras literarias, capaces de empañar una gestión merecedora de alto valor histórico. En segundo, la causa que hace escribir a Ercilla ese juicio contra Hurtado de Mendoza: la “injusta” condena a muerte por parte del capitán general de la cual es salvado, probablemente, mediante la intervención de una mujer indígena, suceso que de acontecer en el siglo XXI habría constituido apetecido manjar para la cultura de farándula; además de generar sendas reflexiones sobre el mestizaje.
38. Horacio Gutiérrez: “Exaltación del mestizo: La invención del roto chileno”. Revista Universum N° 25 Vol. 1, I Sem. 2010. (Versión electrónica).
39. Pedro Henríquez Ureña, en su libro Las corrientes literarias en la América Hispánica, refiriéndose al poeta gauchesco Estanislao del Campo, cuenta que uno de los personajes de su obra Fausto, un gaucho apodado “el pollo”, “¡ha visto al diablo!” Ha presenciado la representación de la ópera de Gounod en el teatro Colón de Buenos Aires y cree que “los episodios del drama estaban ocurriendo realmente ante sus ojos” (p. 148, en la edición del Fondo de Cultura Económica, 1969). Esta fantasía del poeta –como el clásico episodio de maese Pedro, el titiritero, del Quijote- ilustra el traspaso frecuente entre los febles niveles de realidad.
40. Con esto se quiere indicar que el autor en cuanto narrador o hablante pasa a formar parte de la obra que crea. Ercilla, por ejemplo, es un personaje más de La Araucana, aunque tenga el carácter privilegiado de ser el autor- testigo de los hechos. Asimismo, los comediantes representan ante el público un rol que, aunque cercano, no son en rigor exactamente ellos mismos.
41. El medio es el masaje. Marshall McLuhan y Quentin Fiore. Paidós, 1967. s/n.
42. “The Boy Who Sees Without Eyes”: https://youtu.be/TeFRkAYb1uk. Recuperado el 27-4-2017.
43. Edison Otero: Teorías de la comunicación. Editorial Universitaria, Santiago, 1998. p.105.
44. El medio es el masaje. op. cit. s/n.
45. Véase Las leyes de los medios. Erick y Marshall McLuhan,
46. Al respecto, véase La aldea global. op. cit.
47. El error de Descartes. Ediciones Destino, Barcelona, 2016. p 337.
48. El medio es el masaje. op. cit. s/n.
49. Marshall McLuhan y la realidad virtual. Gedisa, Barcelona, 2004. pp. 64 – 66.
50. Citado por Fernández y Hernández; op. cit. p. 192.
51. El grupo EMI fue una compañía discográfica multinacional que comprendía al sello EMI Music, y a EMI Music Publishing ambas con sede en la ciudad de Londres. EMI Music fue uno de los cuatro grandes sellos discográficos del mundo y EMI Music Publishing fue el mayor productor musical del mundo.
52. En torno a Galileo. (2012) Tecnos, Madrid. p. 180.
53. La escalada judicial que se vive quizá termine obligando a las parejas que protocolicen notarialmente el consentimiento sexual.
54. Las ideas de este apartado se encuentran desarrolladas, principalmente, en dos textos del filósofo chileno Humberto Giannini: La experiencia moral y Del bien que se espera. Del bien que se debe. A ellas se remite al lector interesado.
55. Citado por André Dartigues en La fenomenología. Herder, Barcelona, 1981. p. 15. La cursiva es nuestra.
56. La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica, México, 1985. p. 179
57. El medio es el masaje. Paidós, Barcelona, 1987. s/n.
COMUNICACIÓN Y REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
Aportes para la comprensión humana en la era digital
Francisco Roco Godoy
SERIE MONOGRAFÍAS Y TEXTOS DE ESTUDIO
Dirección de Investigación y Desarrollo ULS
Primera edición: enero 2019
ISBN edición impresa 978-956-7052-61-5
ISBN edición digital 978-956-7052-84-4
©Editorial Universidad de La Serena
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ÍNDICE
PRESENTACIÓN
INTRODUCCIÓN
LOS MEDIOS COMO FINES
Los medios de los medios
La sociedad transparente
La posverdad aparece en escena
La fabulación del mundo
LA ESCUELA DE PALO ALTO O LA CIBERNÉTICA EN COMUNICACIÓN
ENCUADRE
NEXOS
El maestro
El método
La comunicación
AXIOMAS
HACIA UN CONSTRUCTIVISMO RADICAL
LAS PROFECÍAS AUTOCUMPLIDORAS
MITOS DE LA COMUNICACIÓN HUMANA
A MODO DE SÍNTESIS
INTERLOQUIO I
LA CONSTRUCCIÓN DE AMÉRICA
COMUNICACIÓN Y REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
Observación, menos ideas
Los medios como extensiones humanas
Tres estadios
De la aldea a la mente global
De lo real a lo virtual
¿El huevo o la gallina?
INTERLOQUIO II
GLOBALIZACIÓN ¿IDENTIDADES EN RIESGO?
Un show global
Tradutore, traditore
Como pez en el agua
A la caza del ser
Comparaciones peligrosas
¿Zozobrar en el río de Heráclito?
A modo de síntesis
DECÁLOGO A MODO DE CONCLUSIÓN
COMUNICACIÓN Y VIDA COTIDIANA
EPÍLOGO
DEL MAPA AL TERRITORIO. NOTAS SOBRE LA “CONTAMINACIÓN” TEÓRICA EN LA INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN
Retorno a lo cotidiano
Camino a la certeza ¿ida o vuelta?
Ocaso de la objetividad y la verdad
BIBLIOGRAFÍA
A Martina, Emilia, Joaquín M. y José A.,
mileniales de la segunda generación.
PRESENTACIÓN
El libro que presentamos es en contenido el resultado de temas tratados en cursos de la asignatura “Teoría de la Comunicación”, dictados por el autor en diferentes semestres de una ya prolongada vida académica, en las carreras de Periodismo y Pedagogía en Castellano y Filosofía de la Universidad de La Serena. En tal sentido, el texto es extensión del oficio docente como acontece con otros escritos de su autoría. De acuerdo a ello, la forma debió ser la clásica lección; sin embargo, se optó por el ensayo, pues de este modo se aliviana la lectura y posibilita la llegada a un grupo más amplio de potenciales lectores.
El afán de compartir las ideas que aquí se expresan obedece a la convicción de que, por estos días, la comunicación no es solo un tema, en cuanto que su validez se justifica como objeto de reflexión, interesante pero prescindible. Hoy, más que nunca, es ocupación, acción, vida. Nadie puede desvincularse de la red comunicativa de la que forma parte: el recluso en incomunicación carcelaria, tampoco el religioso que promete votos de silencio, ni el solitario minero que, en largas jornadas, agujerea el cerro en busca de esquiva piedra valiosa. Los recuerdos, los sueños, los proyectos, las penas, las alegrías, la propia identidad son nexos que los unen indisolublemente a los otros. Lo humano se recibe comunicativa y lingüísticamente, y no por naturaleza. Si por arte de magia lograra liberarse del código que es el lenguaje y del sistema que es la comunicación retornaría a un estado primario no humano. Obviamente, ese lenguaje no es producto de la invención de cada individuo en particular, es algo que hereda de las generaciones que lo preceden y del grupo social al que arriba.
Estas ideas pueden parecer exageradas, pero no son en absoluto desmedidas. El humano, vaciado de lenguaje, es animal. La humanidad se aprende en la convivencia y el principal vehículo de traspaso de esa condición es la comunicación, en sus dimensiones verbales y no verbales. Más aún: instalado el humano en el mundo, el proceso de desarrollo y crecimiento no concluye; al contrario, se potencia u obstaculiza en directa proporción a sus habilidades comunicativas. Si la relación que establece con los demás es hostil, es altamente probable que reciba respuestas de similar condición, a lo cual responderá más hostilmente; y así sucesivamente. Al contrario, si es amable y gentil hay la tendencia a que reciba respuesta en sintonía con ellas. A nuestro entender, no hay destino, en cuanto fuerza inexorable, que asigne una porción de vida y mundo que a veces parece ensañamiento al recibir el que nadie, en su sano juicio, deseara para sí. El mundo no es bueno ni malo, ni alegre o triste, ni justo o injusto. En buena medida es resultado de las comunicaciones –orales y escritas; conscientes o inconscientes- que se ejecutan, y que lenta y sigilosamente van configurando el entorno. Por lo tanto, el entorno inmediato de cada cual –amoroso u hostil- es el que ha creado.
El refrán dice “el ladrón es desconfiado”. Este piensa que todos roban; por ende, actúa recelosamente. Al observar a los demás, la suspicacia de su conducta se pone alerta. Ante tales evidencias, el ladrón reafirma su convicción, pues los hechos evidencian su sospecha: “no se debe confiar en los demás”. Tal convicción quita paz y sosiego, y el mundo parece no darle tregua. Ese mundo, en rigor, no es así. Puede ser de otro modo. La felicidad, el optimismo, la confianza, el sentido de la vida y lo demás se construye. Al conjunto se le llama mundo. La vida buena o mala no nos toca, es la que cada cual erige a partir de los recursos que encuentra en el entorno. Ciertamente, no se tiene la omnipotencia divina para fundar desde la nada, pero no es menor el espacio disponible para instaurar.
Las concepciones contemporáneas de la comunicación han enfatizado que esta es mucho más que el proceso de transmisión de información, según fue definida tradicionalmente. Informar es formar, modelar, producir. La dimensión noticiosa es solo la parte visible del iceberg comunicativo que en conjunto es muy amplio, variado, heterogéneo, cambiante. De allí que las clásicas distinciones en torno al humano entendido como animal racional han sido reemplazadas por las del animal comunicativo o “lenguajeante”. Ser humano es estar en posesión de lenguaje y de un sistema comunicativo. La génesis y evolución de tal acontecimiento es secundaria. Lo relevante es que el fenómeno está allí y así se evidencia.
La comunicación, así entendida, pasa a formar parte de la nómina de agentes productores de historia como el poder, la lucha de clases, la Providencia. Es el alfabeto fónico quien hizo posible el paso de la prehistoria a la historia; la imprenta, a su vez, genera el Renacimiento, el individualismo y la modernidad. El fin del proyecto moderno es, por su parte, consecuencia de las comunicaciones electrónicas, digitales y la masificación de las redes sociales. Cualquier innovación en el ámbito de las tecnologías de la comunicación altera el mundo en todas sus formas. Consignemos brevemente lo que genera, por ejemplo, la imprenta. Antes de ella, los libros se producían a mano, escritos por sus dueños o artesanalmente por el amanuense. Caros y escasos, al alcance de los ricos y de los que sabían leer, que sin ser muchos eran más que aquellos. Su posesión era un bien preciado que a menudo solía compartirse. Circulaban de mano en mano y se realizaban lecturas en voz alta para los analfabetos y quienes no pudieran comprarlos. Esto fortalecía el estrecho vínculo social existente, aunque rígidamente jerárquico: el lector tenía primacía, poder y gozaba de respeto. Pertenecía a la casta de los letrados. Los libros religiosos tenían exégetas oficiales que leían e interpretaban el contenido desde un celoso y estricto dogma. Al comenzar a producirse en serie, desde la primera mitad del siglo XV, gracias a la imprenta, aumenta el número de libros circulantes y se abarata el costo. El lector tiene su propio ejemplar que es leído en soledad; ensimismado, pensando por sí aquello que lee, incluidos los temas religiosos. El Renacimiento, el racionalismo moderno, el individualismo, el protestantismo son productos directos e indirectos del libro impreso y de la intimización que genera. La petición de libre examen de los escritos sagrados es producto de la autonomía intelectual que se genera.
El libro impreso cambia la historia, pero también a la persona. Al destacar que genera el individualismo se indica que genera un ser humano distinto del existente hasta ese momento. El sujeto anterior a la imprenta no es, en sentido estricto, individuo. El humano medieval existe en vínculo indisoluble con el mundo y los demás. El artesano o el campesino son parte de fraternidad de sus iguales como de la tierra en que viven. Su destino es común. Por eso, no existe el sentimiento de soledad que aqueja al romántico de fines del siglo XVIII. El individuo moderno se siente, se entiende distinto y distante de los otros y del mundo. No está atado a una clase social ni a un espacio. Corta el cordón que lo une a la naturaleza, y ello tiene su precio. El proceso de descubrimiento del Nuevo Mundo y colonización de América por parte de los españoles es, en la forma y en el fondo, resultado de tal actitud. Los conquistadores se liberan del sitio natal y de la clase social de sus padres. Comienza la movilidad espacial y económica. Respecto de lo último, se puede catalogar el hecho como la primera incursión de la empresa privada.
Desde la segunda mitad del siglo XX se viene produciendo en el ámbito comunicacional una revolución planetaria: la incorporación de las TICs (tecnologías de información y comunicación). Ellas designan los nuevos elementos tecnológicos de base electrónica y digital: satélites comunicacionales, computadores, bases de datos, informática, dispositivos móviles, radio, televisión, etc.; y, a la vez, los usos, posibilidades y efectos sociales de las interconexiones. Es imposible saber hoy con exactitud cuál es el elemento más relevante de esta revolución: la instantaneidad, las redes sociales, los hipertextos, las bases de datos, la realidad virtual, la robótica, los juegos electrónicos, etc. Lo cierto es que el mundo presente es muy diferente al de cincuenta años atrás y lo que se vislumbra del futuro inmediato es de una renovación insospechada en sus alcances y en todos los ámbitos. No es de extrañar, por lo tanto, que las generaciones y, z o mileniales como se llama a los nacidos en la era digital sean diferentes a sus padres y abuelos, criados estos en la cultura de la tecnología mecánica y analógica. No hay, en principio, juicio de valor al designarlos de ese modo, aunque se sabe que no es posible la “asepsia axiológica”. Lo que se quiere relevar con el calificativo mileniales es que los patrones de conducta y los principios de orientación vital son distintos si se los compara con otras generaciones. No obstante que a ellos no les agrada la nominación pues perciben ciertas connotaciones despectivas -es altamente probable que así sea-, es la actitud frecuente en la lucha generacional, signo evidente del cambio en el mundo y de la evolución histórica. Sin embargo, sería muy injusto responsabilizarlos por aquello que pasa en un sistema que fue instaurado antes de su arribo.
Los capítulos del libro, si bien apuntan a tópicos diferentes, tienen como hilo conductor la comprensión de la comunicación en el sentido indicado, lo que explica en parte la escritura reiterativa y circular. En ese contexto, la reflexión teórica adquiere otro valor: es más que descripción pasiva de algo que acontece allí, en la realidad. Es el primer paso de la praxis, acción. Todo lo culturalmente acaecido es resultado de un relato originario. Es posible suponer que alguien alguna vez dijo “construiré un objeto mecánico redondo sostenido por un eje en torno del cual ha de girar”. También es de suponer que andando el tiempo el invento fue nominado rueda. El proceso de intelección, expresión y construcción del objeto tuvo como base al lenguaje. Alguien dirá: “no, primero fue la idea”. Ciertamente, pero la idea se piensa con los mismos conceptos del habla. Es un logos que no se escucha. Por tanto, la rueda no es solo la madera, el caucho o el aluminio que la constituyen. Hay en ella una impronta discursiva fundamental. Su esencia es conceptual. Del mismo modo se ha configurado todo lo demás. Paso a paso se va haciendo el mundo: árboles, estrellas, valores, ficciones, sueños, virtualidades son tipificaciones que se emiten primeramente en un horizonte lingüístico. Ese es el derrotero que orienta y cohesiona al libro.
Dos de los escritos vieron la luz con anterioridad: Introducción: “Los medios como fines”, apareció originalmente en el libro Líneas de desarrollo académico (Publicación del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de La Serena, s/f) y el Apéndice: “Del mapa al territorio. Notas sobre la ‘contaminación’ teórica en la investigación en comunicación”, que fue leído en el IV Congreso Nacional de Metodología de la Investigación en Comunicación (2017), Castellón, España. Ambos han sido retocados con el fin de facilitar la lectura y procurar una mejor comprensión, sin alterar lo fundamental. Lo restante se ha escrito para la ocasión. Asimismo, se han incluido dos Interloquios que debieran leerse en relación con los textos que inmediatamente los anteceden
El valor del libro –si tuviere alguno- consiste en que pretende ayudar a reconocer la transversalidad del fenómeno comunicativo, a entender algunos aspectos de su complejo funcionamiento y, ojalá, a generar un entorno social colaborador con los proyectos personales a realizar.
Se agradece a la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de la Serena por el financiamiento del libro a través del concurso de “Monografías y textos académicos”, a la Editorial Universidad de La Serena y, obviamente, a la Institución en cuyos espacios se generaron las ideas y se ejecutó la escritura. También reconocer la colaboración de los académicos Luis Aguirre S., Juan Carlos Cura y Cristián Muñoz C. por la diligente revisión de algunos capítulos y los valiosos aportes formulados para enriquecer, dentro de lo posible, lo que allí se expresa. Mención especial merecen los alumnos que por cuarenta años han sido interlocutores válidos de estos y muchos otros temas. Parte importante de lo que el libro trata son explicitaciones de sus aportes en las clases y respuestas (siempre parciales) a interrogantes que los han inquietado. Es esa inquietud el motor de toda reflexión.