EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS

ENCUENTROS EN EL LUGAR 4363

Edgardo Carabantes Olivares


RPI: A-288494

ISBN Edición impresa 978-956-7052-37-0

ISBN Edición digital 978-956-7052-83-7


Primera edición: Marzo 2018


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DEDICATORIA

A todas y todos los Detenidos Desaparecidas, entre ellas y ellos, mi hermano Horacio, que un día de febrero de 1975 pasó a otro tiempo y espacio a través de Villa Grimaldi.

A Mónica, mi compañera, mis hijos Mónica y Edgardo, mis nietas y nietos: Lavkén, Catalina, Matías, Benjamín y Tomás y a mis sobrinas Liliana, Raquel y María Luisa, hijas de mi hermano Horacio.

A todas y todos los que siguen soñando un mundo más humano y justo.

AGRADECIMIENTOS

A quienes aceptaron contar su experiencia:

Ana, Paula, Tomás, Pilar, Montserrat, Álvaro A., Victoria, Gerardo, Jorge, Tracy, Gonzalo, Hugo Montserrat, Álvaro C. Janina, Catalina, Rodrigo, Marco, Camila



A Sylvia Contreras Salinas, por su permanente acogida, orientación, sabiduría.
A mi colega Marco Cortez Burotto, con quien estamos en diálogo permanente.
A Deborah Ortega Valenzuela, por su permanente colaboración.
A Jaume Peris, quien tuvo una excelente disposición, pero al final no pudo ser.

ÍNDICE

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN


1. PENSANDO RIZOMÁTICAMENTE LOS DERECHOS HUMANOS DESDE LA EXPERIENCIA

Características de un rizoma

Los Derechos Humanos como rizoma

Lugares de enunciación: el discurso como rizoma

Escribiendo a la manera de un rizoma

Transitar los acoplamientos del tiempo del tiempo de los Derechos Humanos

Planos de Inmanencia y velocidades: entre el sepia y el gris

Escrito en la arcilla

El Támesis en el solsticio de Verano

La Flor de Lis

A ambos lados del Atlántico: En dos veranos

Entre la Guerra ardiente y la Guerra Fría

El día en que se cerraron las Grandes Alamedas

Vida y muerte de una hoja con trazos de escritura

La formación de profesores


2. LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LOS DERECHOS HUMANOS

La ética discursiva

La memoria como fundamento de la ética

El otro: el detenido desparecido

La educación como espacio de encuentro entre otredades

De la ética a la política: La Pedagogía Crítica


3. RAÍCES ABSORBENTES: RESCATANDO EXPERIENCIAS

La sistematización de experiencias como proceso de comprensión del Mundo

Desocultando voces

El enfoque Fenomenológico

Develación de las sujetas y sujetos que emergen desde la experiencia situada. La Intertextualidad


4. RAÍCES DE ANCLAJE: LA EXPERIENCIA DE LAS SUJETAS-SUJETOS

Contexto, historia y razones del curso de formación en Derechos Humanos

La Polifonía

El lugar 4363

Vislumbrando un nuevo tiempo

Fragmentos de un sueño

Entre soles y noches

Primera detención

Segunda detención, viajando hacia la cárcel

Debatiéndose entre el sentido y sin sentido de la vida

Esbozos de un epílogo


5. RAÍCES SECAS: CUANDO LA VIDA MUERE

Educación bancaria colonizadora

El Síndrome de Estocolmo en Educación

El verticalismo de la relación profesor-estudiante

La racionalidad del sistema educativo

Niños-niñas, los solitarios, las olvidadas

La mirada dolida de la docencia solipsista

La máquina escolar

Ausencia de intencionalidad ética de algunos/algunas docentes

Características de docentes sin intencionalidad ética

Características de personas menos humanas

La Universidad como espacio deshumanizado

Anacronismo político de la formación universitaria

Universidad como reproductora de pensamiento

La ausencia de la formación ética en la Universidad

Universidad sin universalidad

La enseñanza colonizadora en la Universidad


6. YEMAS: AL FINAL SIEMPRE LA VIDA

La ruptura de la vida. En busca de sentido

Relevancia de la formación en Derechos Humanos

El descubrimiento de la memoria histórica para recuperar el comportamiento ético

La conciencia crítica, apertura al otro

Una Práctica Pedagógica con enfoque de DD.HH.

Los Derechos Humanos como protección contra los antivalores

Alethia, la desocultación de los Derechos Humanos

El discurso apofántico

Al encuentro de una Pedagogía Humanamente problematizadora

Características del profesor con formación en DD.HH.

Aminorar nuestra condición de vulnerabilidad

Conmoverse ante el dolor de la gramática de la convivencia

Construir un proyecto individual en torno a los valores de los DD.HH. para trascender el yo

Fortalecerse como sujeto social

El educador como actor social y sujeto político

Atreverse a hablar con desconocidos

Ser parte de la Educación Pluri-Dialógica y de la Alteridad, la pedagogía descentrada

La vida buena

Características de una persona más humana

La experiencia de abrirse a la otredad


7. RIZOMA SALIENDO AL AIRE: BAMBÚ, UN ACONTECIMIENTO NUEVO. LA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS COMO AGENCIAMIENTO

El potencial de los Derechos Humanos como elemento transformador

Elementos pedagógicos del curso

Contenidos que debiera considerar la formación en Derechos Humanos


8. CONCLUSIONES


REFERENCIAS

PRÓLOGO

“Nunca hay que preguntar qué quiere decir un libro,

significado o significante, en un libro no hay nada que comprender, tan solo hay que preguntarse con qué

funciona, en conexión con qué hace pasar o no intensidades, en qué multiplicidades introduce y metamorfosea la suya, con qué cuerpos sin órganos hace converger el suyo.
Un libro solo existe en el afuera y en el exterior”

-Rizoma. Introducción (Gilles Deleuze, 1976)



Frente al planteamiento que “no todo está perdido”, junto a la fuerza de la polifonía, la experiencia y los Derechos Humanos, no queda más que arrojarse a la aventura de retornar a lo que ha permitido que sea posible difundir investigaciones que se gestan en una humanidad. Humanidad que deviene de una existencia que se rehúsa a rendirse ante la extrema extrañeza de lo humano. Es por esto que este prólogo no tiene ninguna pretensión por sentar cátedra; por el contrario, es una oportunidad de re-mirar las seguridades intelectuales y personales como un conjunto de íntimas inseguridades e incertidumbres, de imprecisiones y escurridizos argumentos.

Tal como le ocurre a este libro le sucede a este prólogo. Ya que el escribir es ampliar nuestro espacio de desterritorialización, extender la línea de fuga hasta lograr que englobe todo el plan de consistencia. Por lo que la intención que caracteriza este breve relato es la incitación a la sospecha permanente de los lugares que habitamos, no con la intención de escandalizar, sino más bien de estar atentxs a la experiencia de si mismxs, en la inevitable afectación de la multiplicidad. Puesto que no existe una experiencia pivote o una unidad en ella para que reaparezca un sujetx único, sino que se anuncia más bien un agenciamiento producto del aumento de conexiones en la multiplicidad.

En tanto la experiencia se ha convertido, tal como lo expone poéticamente Edgardo, en un fenómeno que ha venido a humanizar las ciencias sociales, transformándose en un triunfo feminista que no debemos desperdiciar, ni mucho menos perder. Desperdicio y perdida que se hayan al acecho cuando ella cobra sentido en sí misma, adoptando un matiz esencializador. En otras palabras, la experiencia es un estar siendo enredado en una trama configurada en articulados aspectos globales que la demarcan y condicionan, constituyéndose en una puerta de entrada y salida para corroer desde su interior las estructuras que porfiadamente deshumanizan. Pues, la experiencia como foco de indagación se ha convertido en la posibilidad de generar investigaciones más gentiles con lo humano, lo que muchas veces se encuentra ausente del quehacer investigativo y docente.

Ahora bien, esta obra nos ofrece la posibilidad de apreciar una multiplicidad de voces en y desde una experiencia, conviniendo en que aún tiene posibilidades de decirnos algo en el presente y para el presente. Debido a que, en este contexto, la experiencia adquiere una lógica multivalente, en que las cosas pueden ser de este, de aquel o de otro modo, dependiendo del resultado del hacer-ser en determinadas situaciones. Es decir, la experiencia asediada por la contingencia y la vulnerabilidad de la existencia, lo que hace pensar en una forma de resguardar lo humano.

Esto nos lleva directamente al fenómeno de los derechos humanos, a cuyos procesos de comprensión invito a estar alerta, debido a sus síntomas de universalismo. Porque no podemos desconocer que los derechos humanos corren el riesgo permanente de alojarse en el anonimato o en lenguajes inauténticos, interpelándonos a situarlos en un nosotrxs. De este modo, para que en la declaración de los derechos humanos habiten lenguajes auténticos se requiere rescatar la experiencia como fuente de saberes. Saberes que dan cuenta de una forma de enraizarse en el mundo. Un enraizamiento rizomatico en que cada uno de esos saberes-experiencias incide y condiciona la concepción y generación de otros saberes, desde y en diversos habitares. Hemos de comprender que esta multiplicidad de habitares que se definen por el afuera, por la línea de fuga o la desterritorialización alteran ese habitar al conectarse con otros. Hablamos de saberes-experiencia que carecen de una raíz y un tallo único, es decir, de un centro que subordina.

Al respecto, el texto que Edgardo nos propone es un intento de no escribir pensando en niveles, pues cada capítulo de este libro no está basado en otros, como un giño a una perspectiva que pone en tensión la existencia de principios fundantes. Más bien se propone comprender los apartados como relatos que anuncian líneas de organización fijadas por las voces que convoca. Es en esta apuesta de escritura que relevo lo importante de esta obra.

En el acercamiento al pensamiento rizomático, la obra de Edgardo deja entrever, sin ser el propósito de la obra, la lógica binaria y tal vez clasificatoria de la Declaración de los Derechos Humanos. Por eso, las voces convocadas en el texto nos invitan a remirar los derechos humanos más acá o más allá de las declaraciones. Esto lo logra, precisamente, recurriendo a la polifonía, la experiencia-saber y a otras formas de reflexión. Consintiendo que las formas de pensamiento se crean, dando lugar a una multiplicidad que explosiona cuando cualquier raíz, yema o tallo es conectado con otro, insinuando que así debe ser. De esta manera, la lectura de este libro al igual que un rizoma puede ser fracturado o interrumpido, pero siempre recomienza desde las raíces, tallos o yemas que mayormente afecten al lector.

En suma, la obra que Edgardo nos comparte es un aporte a mirar la experiencia de sujetos situados y encarnados, habitando la afectación que el Otro y lo otro le produce. Experiencias que refrescan las agotadoras prácticas docentes y la serie de obligaciones que las distancian de lo humano, sugiriendo que siempre existen múltiples entradas y fugas.



Sylvia Contreras Salinas

Octubre de 2017

INTRODUCCIÓN

Aurora Polar

En la oscuridad profunda de una noche en las gélidas latitudes polares, repentinamente el cielo nocturno se ilumina en lo que parece ser un espejismo mágico de colores brillantes y formas diversas que se mueven misteriosas. Algo más afuera del círculo polar antártico, en la isla grande de Tierra del Fuego, una habitante, enfundada en una gruesa piel de guanaco, contempla asombrada aquello que le parece una señal de despedida. Una delgada lágrima se desplaza por una de sus mejillas. Sus antepasados le habían contado de aquellas misteriosas luces, cuando era niña. Luego, cuando más grande, las pudo ver mientras caminaban aclanados detrás de su alimento bordeando la costa. Pero ahora era distinto, estaba sola, ya nadie caminaba junto a ella, no podían, estaban muertas y muertos. Su negro pelo caía rebelde a ambos lados de su rostro. Hacía pocas horas que Julio Popper había masacrado una vez más a su pueblo. Kossantch había logrado escapar, pero no de los recuerdos. Aún resonaban en su mente, como ecos lejanos, los disparos de los fusiles Winchester, que sin cesar, disparaban a todo aquello que tuviera apariencia de selknam. Volvió a mirar al cielo, Kran, el hombre-sol, había soplado fuerte, más fuerte que nunca tratando de borrarle su tristeza con esa andanada pirotécnica, pero lo que había logrado era hacerla sentir más sola que antes. Musitó unas palabras ininteligibles, mientras una pequeña ola se acercó a sus pies ya húmedos. Las luces danzaban vívidas cuando ella volvió a pronunciar unas palabras, que se percibieron ahora con mayor claridad: xe-nn mer čonn, “el hombre vino”. Caminaba sin saber hacia dónde…

Casi un siglo y medio después, una joven de pelo negro que caía rebelde sobre su rostro, miró por la ventana de una sala de clases en dirección de la línea que une el cielo y el mar. Su cuerpo cubierto de una vestimenta europeizada se convulsionó levemente cuando sus ojos se volvieron al frente y contemplaron en el telón blanco que caía sobre la pizarra, casi ocultándola, una imagen que era proyectada por sus profesores. En ella se mezclaba la chamiza patagónica con cadáveres desnudos y hombres con fusiles que muy cerca de los asesinados parecían seguir buscando en la lejanía alguna otra presa. Asombrada intentó decir algo, pero no pudo. Le pareció ver en la fotografía, una figura femenina que se alejaba…

Se había inscrito en esa clase junto a otros y otras porque ya no soportaba la situación de injusticia en que sentía que vivía. Cuando supo la historia de Popper y los selknam, el genocidio cometido, las motivaciones que estaban detrás, las ansias de oro, el despojo de las tierras, habló en voz alta y sin dar muchas explicaciones dijo: “es lo mismo que ahora”. Quienes la escuchaban le preguntaron a qué se refería. Ella repitió la frase, pero se extendió en su profundización. “La sociedad chilena fue despojada en las últimas décadas del agua, de la educación, de la salud, hasta de la vida también. Y los que llevaron a cabo el despojo, al igual que Popper, buscaban enriquecerse. También asesinaron”.

Todas y todos los que compartían en esa sala, querían aprender sobre DD.HH.. Cada una y cada uno llegaba con sus propias historias; los dos académicos que impartían el curso, también.


El texto que constituye este libro, proviene de una tesis doctoral, que rescató la experiencia de aquellas y aquellos estudiantes de carreras de Pedagogía de la Universidad de La Serena (algunas/os ya docentes), que durante un semestre se formaron en torno a temáticas de Derechos Humanos (en adelante, DD.HH.), en un espacio y tiempo de conversaciones y de reflexión respecto al mundo que se habita, con un propósito transformador.

Lo que se intenta con esta versión, es trascender los círculos estrictamente académicos, ofreciendo saberes que pueden contribuir a repensar nuestra sociedad y los espacios educativos, desde una perspectiva humanizadora, que se concretiza en el gesto de acogida a la otra-otro. Creemos que no basta solamente con un sistema democrático. Es necesaria una democracia humanamente democrática. Este libro se inscribe en esa esperanza. No basta con que las “instituciones funcionen” (frase acuñada en este interminable período de transición chilena), sino que funcionen de manera humana.

Desde la deshumanización, considerada como epidemia que ha enfermado la sociedad chilena, desde una educación que maltrata y olvida a sus estudiantes, se debe trascender a encuentros humanos situados, enmarcados en los DD.HH., porque ellos ofrecen la posibilidad de la concreción a través de la acción.

La historia de Chile ha estado marcada por los genocidios, masacres, vulneraciones de derechos. Por ello, la introducción parte con un relato ficcionado, pero que se sustenta en hechos reales, situándose luego, quizás de manera abrupta, en el espacio del aula en el contexto de un curso de formación en DD.HH.. Con ello se pretende configurar una imagen de continuidad entre las vulneraciones del ayer y las de hoy. Entre las que se cuentan también, las vividas por el propio autor, que se simbolizan en el número 4363.

Cuando se abordan temáticas de DD.HH., en este caso desde la perspectiva educativa, lo que emerge son las vulnerabilidades humanas, la necesidad de apertura a otros y otras y la multiplicidad de voces que esos otros y otras encarnan, escapando a todo control. Lo que puede resumirse en los conceptos de polifonía y rizoma, elementos que constituyen la perspectiva teórica de este texto y que tratan de reflejarse en el tipo de escritura que se ha intentado realizar, entre otros aspectos, con un gesto puesto en lo femenino utilizando en ocasiones artículos y sustantivos femeninos cuando no corresponde, por ejemplo, “las seres humanas”; por eso, cuando el lector encuentre esas usas, no piense que es un error, sino una manera provocadora de romper el discurso y escritura patriarcal que ha marginado siempre la femenina (Rusell, 2000; Cixous, 1995; Silva & Browne, 2004; Irigaray, 1992).

Como luces que danzan en el amanecer de una noche gélida, los DD.HH. iluminan la realidad humana en la que a veces parecieran predominar tendencias oscuras y frías por su inhumanidad. Ellos se transforman en la aurora polar que, cuando la caminata humana tenga que transitar por las orillas de playas inciertas, estará allí para decir que no todo está perdido.