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El psoas, músculo vital

images Estabilizador de la columna lumbar
y de la cadera

images Conector de la extremidad inferior

images El psoas y pilates

images El psoas y la medicina energética

Jo Ann Staugaard-Jones

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Aviso. Los autores y editores de este material NO SE RESPONSABILIZAN en ningún caso de cualquier lesión que pueda derivarse de la lectura o el seguimiento de las instrucciones de este manual. Las actividades físicas o cualquier otra actividad descritas en el mismo pueden ser extenuantes o peligrosas para algunas personas, y el lector debe consultar a un médico antes de llevarlas a cabo.

Copyright original: © 2012 by Jo Ann Staugaard-Jones. All rights reserved.

Publicado según acuerdo con Lotus Publishing una división de North Atlantic Books

Título original: The Vital Psoas Muscle

Traducción: Beatriz Villena

Diseño cubierta: David Carretero

© 2019, Jo Ann Staugaard-Jones

Editorial Paidotribo

www.paidotribo.com

E-mail: paidotribo@paidotribo.com

1ª reimpresión de la 1ª edición

ISBN: 978-84-9910-505-5

ISBN EPUB: 978-84-9910-903-9

BIC: MFC; MFG; VXHT1

Fotocomposición: Editor Service, S.L.

Índice

Prefacio

Introducción

Parte 1: Preludio anatómico

Capítulo 1: Anatomía y biomecánica del área del psoas

Capítulo 2: Cómo mantener un psoas saludable

Capítulo 3: El dolor en la parte baja de la espalda

Capítulo 4: El psoas y el Pilates

Parte 2: El psoas y las emociones

Capítulo 5: Conexiones — La memoria somática: la conexión barriga/cerebro

Capítulo 6: Cuando el psoas contraataca

Parte 3: El psoas y la espiritualidad — Anatomía «energética»

Capítulo 7: ¿Qué sabemos?

Capítulo 8: El psoas y el chakra 1: «el equilibrio cinestésico»

Capítulo 9: El psoas y el chakra 2: «Fluye como el agua»

Capítulo 10: El psoas y el chakra 3: «Cuando la función conoce a la respiración»

Apéndice: La sociedad de la flexión de cadera

Bibliografía

Prefacio

He tenido el gran placer de conocer y trabajar con Jo Ann durante, aproximadamente, diez años y profeso el mayor de los respetos por alguien que encarna la salud y la forma física en pensamientos, palabras y hechos. Como profesora e instructora, ha influido en muchas vidas y, como autora, se enfrenta a su segundo libro. Cuando me pidió que participara en este libro, me sentí humilde y honrado. Cuando me habló del tema del libro, me entusiasmé. Tras más de 24 años en la práctica clínica, tengo muchas «historias del psoas» propias y soy consciente de la gran importancia de este músculo ampliamente ignorado. Sin embargo, tras leer el libro, me volví a sentir humilde ante mis limitados conocimientos sobre todo lo que rodea a este músculo. Como médico en activo, me encantan los cursos y libros que tienen un profundo impacto en mi forma de pensar y que influyen en la forma en la que trato a mis pacientes el lunes por la mañana. El psoas, el músculo vital es, decididamente, uno de esos libros.

El psoas puede considerarse el sueño de todo agente inmobiliario y es que en eso consiste precisamente: ¡ubicación, ubicación, ubicación! Debido a su ubicación, el psoas se distingue por ser el único músculo que conecta la parte superior e inferior del cuerpo humano. Por lo tanto, sus ramificaciones funcionales son amplias y actúa como el principal agonista de la acción o el estabilizador fundamental en coordinación con otros agonistas principales. Así pues, ya se trate de un movimiento dirigido por el segmento inferior, como puede ser andar, o un movimiento más dirigido por el segmento superior, como lanzar una pelota o alcanzar un armario en alto, el psoas está ahí. Muchos médicos respetan la capacidad del psoas de funcionar como agonista principal en la flexión de cadera; sin embargo, a pesar de conocer sus fijaciones proximales en las caras anteriores de la columna lumbar y sus numerosas relaciones fasciales, suelen ignorar su función como estabilizador, así como su capacidad de afectar profundamente a la postura.

La ubicación del psoas también le confiere la capacidad de influir en la circulación, debido a su proximidad anatómica a las estructuras vasculares, sobre todo a la aorta y la arteria ilíaca externa y su continuación hacia la arteria femoral a través de la compleja área ilioinguinal. El psoas cuenta con conexiones fasciales cruciales para el soporte de numerosas estructuras viscerales y órganos. Estos mismos órganos, mediante la contracción muscular del psoas, pueden estimularse y “masajearse”, y por lo tanto el psoas puede influir en la digestión, excreción/eliminación, desintoxicación e, incluso, en los procesos de reproducción del cuerpo. El psoas afecta a la respiración a través de su relación anatómica con el diafragma, en el área del plexo solar, que también puede influir en el flujo de energía por todo el cuerpo gracias a su relación geográfica con los tres chakras inferiores de la filosofía yóguica. Jo Ann hace un gran trabajo al tratar la influencia del psoas en temas como el “masaje visceral” y la “memoria somática”, así como en el componente emocional asociado a nuestros “sentimientos estomacales”.

Jo Ann utiliza la palabra “rueda” para referirse a los chakras. No sería descabellado colocar al psoas en el centro de esa rueda, con unos cuantos radios alrededor, como la parte superior e inferior de nuestro cuerpo, el núcleo, las funciones metabólicas y fisiológicas, las emociones, el espíritu y la energía —por citar algunos—, dirigidos e influenciados por ese centro. También nos enseña que el significado histórico de chakra es “propiciar una nueva era”. Tras permitirnos digerir y asimilar los ejercicios y prácticas de reequilibrio factual, nuestra autora nos ofrece un valioso mapa de ruta para la restauración de la harmonía entre mente, cuerpo y espíritu a través de este tesoro bien escondido conocido como músculo psoas. Creo que la mayoría de los médicos, anatomistas, biomecánicos, especialistas del ejercicio, terapeutas manuales y demás profesionales respetarán esta capacidad profundamente centrada en el músculo de influir concomitantemente en mente, cuerpo y espíritu. Es una creencia ampliamente extendida que sólo a través del equilibrio de estos tres elementos se puede conseguir la salud óptima.

Mi reflexión final se centra en la indicación de Jo Ann de que “así como el universo está interconectado, nuestro cuerpo también; somos formas de vida en constante evolución”. Este libro me ha instruido y ayudado en mi propio proceso evolutivo personal y profesional, y creo que cualquiera que lo lea, una vez que inicie este viaje en compañía de la autora, podrá añadir una capa más de conocimiento y comprensión a su propio camino hacia el mejor entendimiento de lo que supone una salud y función óptimas.

Por una buena salud,

Dr. Gary Mascilak, médico quiropráctico, fisioterapeuta y entrenador personal

Introducción

Con El psoas, el músculo vital se pretende explicar el único músculo del organismo humano que conecta la parte superior e inferior del cuerpo. La mayoría de las personas desconocen su importancia.

Al enseñar e investigar el psoas como una fuerza mayor del cuerpo, inicié un viaje desde el punto de visa cinesiológico, en el ámbito del flujo, las energías y la propiocepción corporales. Esta experiencia me ha hecho sentir muy humilde.

Físicamente: como especialista del movimiento, encontré la mecánica del psoas documentada hace tan sólo un año, en un proceso de revisión constante en cuanto a las acciones y funciones del psoas. Reputados expertos en psoas están actualizando constantemente la información para ayudar a poner algo de orden. La afirmación más simple es: el psoas es complicado. Nunca más volveré a llamar al psoas un agonista principal para la flexión de la cadera, excepto como parte del grupo muscular psoasilíaco, en el que, en la mayoría de los casos, el ilíaco es el flexor más potente. En la columna lumbar, hay otros músculos que siguen siendo los flexores más potentes, principalmente el recto del abdomen. Las funciones del psoas mayor, como estabilizador de la columna lumbar y la cadera, y como conector a la extremidad inferior, parecen más importantes mecánicamente y garantizan su relevancia, pero sus funciones estabilizadoras todavía se cuestionan en función del movimiento.

Emocionalmente: en el ámbito de la conexión psico-emocional, la información sobre la relación del psoas con el sistema nervioso es sorprendente, pero, aun así, muy real. He intentado hacer que este material resulte accesible para una audiencia más amplia, de tal forma que se pueda comprender.

Espiritualmente: todo lo relacionado con las energías espirituales se ha examinado principalmente en los antiguos textos, y en la ciencia del yoga y la meditación Kundalini, que siguen siendo exhaustivos y relevantes en nuestros días. El psoas es una figura importante en este ámbito debido a su ubicación profunda, su colocación central y su relación con el resto de las estructuras. Aunque el cuerpo “sutil” se considera separado de la estructura anatómica, los dos están relacionados, porque ¿cómo puede fluir la energía sin la respiración y el trabajo muscular? Todo está en la percepción. De igual forma que el universo está interrelacionado, también lo está el cuerpo; somos formas de vida en constante evolución.

Cómo utilizamos el psoas y cómo cuidamos de él es crucial. Todos somos diferentes, pero los efectos de su mala utilización se hacen abrumadoramente evidentes en muchas personas. El psoas se ha convertido en un reo inocente en varias situaciones, algunas explicadas en este libro. Encontrar un especialista que pueda diagnosticar y tratar el psoas resulta difícil. El tratamiento y el compromiso de sanación pueden ser frustrantes, aunque efectivos, si el psoas recupera su total funcionalidad.

He descubierto que, en muchos casos, liberar el psoas es más directamente un complemento al sistema corporal general, con el reforzamiento o el estiramiento secundarios. Esto se debe a que el psoas no sólo se está usando incorrectamente, sino que también se está abusando de él. Una vez liberado, puede funcionar con eficacia en el cumplimiento de las importantes funciones que se describen en este libro. Me encantan las palabras utilizadas por Liz Koch, una gran experta en el psoas: “sustancioso, receptivo y flexible”. Si se siguen, estas palabras pueden llevarnos a un psoas saludable que afecta a muchos aspectos importantes del cuerpo.

Jo Ann Staugaard-Jones

movetolive.joannjones@gmail.com

Parte 1:

Preludio anatómico

En este apartado intentaremos descifrar un músculo importante, aunque ya sabemos que ningún músculo funciona solo. La zona del núcleo está compuesta por un grupo de músculos que rodean la columna para mantenerla equilibrada. El psoas mayor es uno de estos músculos, y ayudado por el recto del abdomen, los oblicuos, el transverso del abdomen, el dorsal ancho, el erector de la columna, el cuadrado lumbar y los músculos posteriores profundos permite estabilizar la parte inferior de la columna. En la articulación iliofemoral, forma parte del grupo muscular psoasilíaco, que trabaja con el recto femoral, el sartorio, el pectíneo y el tensor de la fascia lata para flexionar la cadera. Con todos estos músculos ayudando, el psoas mayor puede liberarse para cumplir su función más importante: la conexión integral.

En estos tiempos de movilidad básica, es importante recordar que todos los músculos centrales deben estar en armonía y que ninguno debe destacar. Muchos instructores de fitness confían en la expresión “meter ombligo” para que se active principalmente el transverso del abdomen profundo. Hay que tener en cuenta que sólo se trata de una imagen y no debe utilizarse en exceso para ahuecar los abdominales o poner plana la espalda. La mejor alineación en movimiento es la columna neutra, en la que las curvas vertebrales naturales se compensan y permiten que los músculos hagan su trabajo con flexibilidad.

Teniendo esto presente, la parte anatómica del libro puede empezar.

1 Anatomía y biomecánica del área psoas

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El grupo muscular psoasilíaco: ubicación y acciones

Entre la articulación de la cadera anterior y la parte inferior de la columna se encuentra el músculo psoas mayor. A veces conocido como el “poderoso psoas”, es el músculo esquelético más importante del cuerpo humano, ya que se trata del único músculo que conecta la extremidad superior a la extremidad inferior (la columna a las piernas). Esto lo convierte en un músculo postural muy significativo, y en el agonista y estabilizador de dos articulaciones diferentes: la articulación iliofemoral y la columna lumbar. El músculo también se encuentra cerca del centro de gravedad del cuerpo, por lo que su función es regular el equilibrio, e influir en la inervación, así como en las energías sutiles.

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Figura 1.1: Psoas mayor.

El psoas comprende un músculo mayor y otro menor, principalmente sinérgicos en la columna lumbar. La diferencia está en sus fijaciones distales: el mayor es el que conecta el fémur a la columna (extremidades inferiores a superiores); el menor conecta la pelvis a la columna. Algunos dicen que el menor acabará desapareciendo, ya que sólo era importante cuando los humanos andábamos a cuatro patas, por lo que ya no es necesario. Es un agonista muy débil. De hecho, algunas personas sólo lo tienen en un lado o no lo tienen en absoluto. Cuando se utiliza únicamente la palabra psoas, por regla general se refiere al psoas mayor o a una combinación del mayor y el menor como grupo muscular.

Ambos psoas forman parte de un grupo muscular más amplio llamado psoasilíaco, que también incluye al gran ilíaco. Este grupo, que se contrae simultáneamente, flexiona la cadera. Es el flexor más profundo de la cadera y, posiblemente, el más fuerte de los grupos musculares. El ilíaco está fijado del fémur al hueso ilíaco de la pelvis, mientras que el psoas mayor está fijado distalmente al fémur y proximalmente (la parte más cercana al centro del cuerpo), pasando la pelvis, a las apófisis transversas de la primera a la quinta vértebras lumbares y, algunas veces, de la duodécima vértebra torácica. La mayoría de las fuentes afirman que esto permite, al menos a parte del psoas, flexionar la columna lumbar, aunque está sujeto a debate. Si el fémur está fijo, el ilíaco actúa en la pelvis, mientras que el psoas puede actuar sobre la columna lumbar. Puede utilizar, incluso, sus fibras lumbares para extender la columna. Esta contradicción se explica más detalladamente un poco más adelante en este libro.

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Figura 1.2: Ilíaco.

El ilíaco también puede ayudar a inclinar la pelvis hacia delante, junto con otros flexores de la cadera como el recto femoral. Esta inclinación hacia delante tiene tendencia a marcar aún más la lordosis lumbar (acción de curvar la columna), por lo que el psoas debe ser fuerte, pero lo suficientemente flexible como para ayudar a la estabilización del área en caso de lordosis demasiado avanzada o lomo curvado, una de las afecciones más comunes como resultado de una mala postura. Los abdominales también pueden ayudar a contrarrestar esto (especialmente el recto del abdomen), así como los extensores vertebrales. El psoas se convierte en su propio antagonista en la estabilización entre la flexión y la extensión de la columna lumbar.

Centrar la pelvis con otros músculos que no sean el psoas mayor y mantener una curva vertebral neutra (natural) son claves para permitir que el psoas cumpla su principal función sin fatigarse.

Existen investigaciones que sugieren que los músculos psoas, al formar un grupo de músculos en torno a la columna lumbar con los músculos transverso-espinosos inferiores, también pueden intervenir en la erección de la parte inferior de la columna, mientras que otras fibras pueden flexionar el área. Sea como sea, como músculo central, el psoas es una fuerza con la alineación corporal adecuada. También es de vital importancia en la transferencia de peso entre tronco, y piernas y pies durante el movimiento (e, incluso, al permanecer de pie), ya que ayuda a colocar la columna, la pelvis y el fémur en relación de unos con otros.

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Figura 1.3: el grupo muscular psoasilíaco. Imagine la estructura muscular a ambos lados del cuerpo para hacerse una idea de la extensión total del grupo.

El grupo profundo pero poderoso del psoasilíaco está compuesto por tres músculos que, al trabajar juntos, pueden mover el muslo anteriormente (flexión de la cadera) junto con otros músculos anteriores de la cadera. Cuando la pelvis permanece fija, es posible aislar el psoas mayor levantando la pierna hacia la parte delantera del cuerpo mientras se está sentado, formando una especie de V. Al tener la resistencia de la gravedad, el psoas se activa para apoyar a la columna lumbar y también afecta levemente a la cadera.

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Figura 1.4: posición en V para aislar el psoas mayor.

Al igual que la mayoría de los músculos de la columna, el psoas también ayuda a doblar lateralmente la parte inferior de la columna (el psoas derecho se contrae para doblar la columna hacia la derecha, ipsolateralmente) y a la rotación contralateral (el psoas derecho se contrae para producir la rotación hacia la izquierda). Se trata de contracciones muy pequeñas y débiles del psoas en comparación con las del resto de sus funciones.

Proximidad del psoas mayor a otras estructuras

El psoas trabaja con muchos otros músculos importantes para producir y estabilizar el movimiento, como veremos a lo largo de este libro. Aquí hablaremos del grupo de apoyo de los extensores vertebrales inferiores.

El grupo muscular transverso-espinoso forma parte de los músculos posteriores más profundos, concretamente el semiespinoso, el transversoespinoso y los músculos rotadores. Estos dos últimos forman un grupo en torno a la parte inferior de la columna junto con el psoas mayor y ayudan a erguir la columna, lo que genera un conflicto con la acción de flexión de la columna lumbar del psoas. Y aquí es donde intervienen los conocimientos prácticos y la obra Vías anatómicas, de Thomas Myers (2009). En este libro, Myers explica que las fibras superiores y anteriores del psoas en la porción lumbar, según parece, intervienen en la flexión, mientras que las fibras inferiores e internas ayudan en la extensión. Otros científicos opinan justo lo contrario. Mientras el “jurado sigue deliberando”, lo más importante que hay que recordar es que el psoas en una columna erecta actúa más como estabilizador que como agonista, y son los músculos vertebrales extensores y flexores más potentes los que se encargan de la mayor parte del trabajo de contracción.

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Figura 1.5: los músculos posteriores profundos en relación con el psoas mayor.

ligamentos inguinales