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© NARCEA, S.A. DE EDICIONES, 2019
Paseo Imperial, 53-55. 28005 Madrid. España

www.narceaediciones.es

© TC Média Livres Inc.

Título original: Propager le plaisir de lire chez les élèves. Activités et suggestions littéraires pour tous les goûts

Traducción: Anna Lirón Vilaró
Imagen de cubierta: sophielit.ca

ISBN papel: 978-84-277-2626-0
ISBN ePdf: 978-84-277-2627-7
ISBN ePub: 978-84-277-2628-4

Todos los derechos reservados
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Índice

INTRODUCCIÓN

1. LA PROXIMIDAD DE LOS LIBROS

Libros en el aula

En caso de tener una única clase. En caso de tener varias clases. ¿Cómo gestionar el préstamo de libros?

Visitar la biblioteca escolar

Crear un vínculo entre el alumno y el libro. Algunas ideas para realizar una visita inspiradora a la biblioteca.

2. LA PASIÓN POR LA LECTURA

El docente como modelo

Leer delante de los alumnos. Ser un modelo crítico.

Ofrecer otros modelos de lectores

Recurrir a la comunidad educativa. Modelos masculinos. Dar la palabra al alumnado.

Desarrollar la pasión por la lectura

Los Derechos del Lector. Garantizar un espacio respetuoso a los alumnos. Las fiestas literarias. Anunciar nuestro placer por la lectura. Invitar a los autores a clase para compartir con los estudiantes.

3. LA LECTURA EN EL DÍA A DÍA DE LA CLASE

El tiempo de lectura

Cómo hacer un seguimiento de la lectura diaria. ¿Y si no leen?

Es importante variar las lecturas

Sinopsis y comentarios. Artículos y revistas. Premios literarios. Combinar la lectura y la escritura. La voz y la lectura.

Aprovechar todas las ocasiones que nos brinda el calendario escolar

La vuelta al cole. Halloween. Navidad. Año Nuevo. Febrero: el mes de la historia de las personas negras. San Valentín. Las vacaciones de Pascua. Día Internacional contra la Homofobia. ¡Y el verano!

4. ACOMPAÑAR A LOS LECTORES Y LAS LECTORAS

Cómo reconocer al lector con dificultades

¿Cómo se les puede ayudar?

Pistas concretas

La velocidad de lectura. La visualización. La anotación. Autoconfianza y reflexión. La comprensión de las preguntas.

Cómo aumentar el gusto por la lectura

Convertir la lectura en un juego. Presentar libros asequibles y modelos diferentes a los lectores con dificultades.

Trabajar con las familias

Proporcionar listas de libros interesantes. Proponer a los padres una lectura común con su hijo. Sugerirles que lean en voz alta las lecturas obligatorias de sus hijos.

5. LA ELECCIÓN DE LECTURAS

Dejar que el alumnado elija sus lecturas

Actuar como un guía pero sin guiarles

Los factores de selección.

La importancia del cómic

¿Qué se puede hacer con un cómic? Los tipos de cómics. Usar el cómic como puente para otras lecturas.

Proponer libros que sigan las tendencias

La distopía. El retorno de la novela espejo.

Libros que interpelan a los alumnos

Variar los niveles de lectura. Los libros abandonados.

6. COMPARTIR LO QUE LEEMOS

La importancia de compartir las impresiones

Actividades para compartir la lectura

Leer un fragmento. Del libro al escenario. De la imaginación al escenario. Adaptaciones cinematográficas. La caja de cereales. La pared de los grafitis literarios. El premio literario.

Utilizar la tecnología

Twitter. Instagram. Críticas animadas. El blog de la clase. Las comunidades literarias en línea. No hay que temer a los libros digitales. Y Pinterest... ¡para ti!

SUGERENCIAS DE LECTURA

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Claude Ponti, autor e ilustrador de libros infantiles, dijo que para que los adolescentes lean, basta con colocar una loncha de jamón entre las páginas de la novela.

Aunque mis alumnos me comentaron que preferían el beicon, estaban de acuerdo con la idea: la mayoría lee por la recompensa de después, o por miedo al examen; pero no por placer. De modo que no leen más que los libros obligatorios y ven la lectura como una tarea ardua que no proporciona ninguna satisfacción.

Y, sin embargo, de pequeños, a la mayoría les gustaba la lectura: los libros que les leían sus padres, las primeras líneas que consiguieron descifrar, las primeras novelas que tuvieron el placer de leer solos. La ruptura suele ocurrir más tarde, cuando los libros se convierten en montañas demasiado altas que tienen que escalar o cuando la preparación para los exámenes prevalece sobre el resto. Entonces, ¿cómo se les puede demostrar que la lectura todavía puede compaginarse con el placer?

Dado que yo misma soy profesora, sé que el currículo escolar está repleto y que a veces cuesta hablar de literatura más allá de las lecturas obligadas. No obstante, como la preadolescencia y la adolescencia en sí mismas son momentos importantes en la trayectoria vital del lector, hay que tratar por todos los medios de abrir esa puerta mágica que lleva a la lectura, aprovechando todas las ocasiones que se presenten para educar lectores independientes, es decir, jóvenes que leerán al margen de la obligación.

Cada capítulo de este libro trata sobre uno de los seis grandes ejes de la lectura:

image Rodear a los alumnos de libros en las aulas.

image Utilizar el factor “pasión”.

image Aprovechar cualquier ocasión para poner en valor los libros.

image Interesarse por los alumnos con dificultades.

image Ofrecer a los alumnos un amplio abanico para elegir.

image Aumentar la implicación de los alumnos animándoles a compartir sus lecturas.

Entre las páginas de este libro encontrarás también algunos iconos que te ayudarán en tu trabajo:

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Consejos, para que tus alumnos y alumnas desarrollen el placer por la lectura al máximo.

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Sugerencias, con las que podrás llevar un paso más allá las propuestas que se presentan.

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Ejemplos, que te permitirán hacerte una idea más clara de cómo puedes llevar a cabo cada actividad.

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Instrucciones, donde se especifican los pasos a seguir para llevar a término la propuesta en cuestión.

Además, al final del libro, encontrarás un listado con algunas sugerencias de lectura, clasificadas por género y nivel, que espero que te sea de utilidad. Sobre todo, confío en que te anime a ir en busca de otros libros. Quiero incitarte a que te conviertas en un traficante literario, en una chispa en cada clase, para que los buenos lectores1 puedan continuar descubriendo libros que les gusten y, al mismo tiempo, para despertar de nuevo el placer por la lectura en aquellos que lo han perdido.

Por ello, te daré consejos prácticos para hablar a diario sobre libros en clase, además de ofrecer recursos para descubrir novelas significativas de todos los niveles y todos los géneros para proponer al alumnado. Por supuesto, estas sugerencias están enmarcadas dentro de actividades y se pueden poner en práctica rápidamente.

¡Te deseo un buen descubrimiento!

Agradecimientos

En primer lugar, gracias a todos aquellos alumnos que se han cruzado en mi camino, que se han dejado contagiar por el placer de la lectura, que han accedido a acompañarme en mis proyectos un poco alocados y que me han recomendado nuevas lecturas fascinantes. Me inspiráis a diario.

Gracias a todos los docentes —ya sean los míos, mis compañeros o aquellos con los que he coincidido durante la formación— por vuestro amor por los alumnos, por vuestra apertura, por vuestra pasión.

Gracias a M. y a G. por haberme rodeado de libros y haberme dejado leer de todo y todo el tiempo. Gracias a vosotros, la pequeña lectora se ha hecho grande.

Gracias a A. por quererme tanto, a pesar de todos esos libros que invaden nuestro espacio vital y se me llevan lejos muchas horas al día. Gracias por haber tenido la idea un poco intrépida de lanzar un sitio web y por continuar ayudándome cotidianamente para que este propague el placer por la lectura cada vez más lejos.

Gracias a Z. y a C. por haber entendido ya la suma importancia de los libros. Aunque seáis pequeñas, sois lectoras apasionadas y aprendo de vosotras cada día al veros florecer.

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LIBROS EN EL AULA

Para conseguir que los alumnos lleguen a ser lectores independientes es necesario, en primer lugar, que no tengan que hacer ningún esfuerzo para acceder a la lectura. Cualquier docente lo sabe tanto como yo: hay quienes están dispuestos a correr una maratón para conseguir el último videojuego de moda, pero son demasiado perezosos para subir el tramo de escaleras que lleva a la biblioteca escolar.

Así pues, lo importante es asegurarse en todo momento de que los alumnos tengan acceso a libros o, mejor, que estén rodeados de ellos. Kelley y Clausen-Grace (2010) destacaron el hecho de que los alumnos que tienen la oportunidad de ser escolarizados en centros donde hay numerosas bibliotecas bien equipadas demuestran mejores habilidades lectoras y, además, tienen una actitud más positiva hacia la lectura. Por lo tanto, parece que el compromiso del docente en este ámbito tiene una gran incidencia.

En caso de tener una única clase

Para que nuestro alumnado lea, es importante ofrecerle proximidad con los libros. En caso de tener un aula propia, es imprescindible montar una biblioteca, aunque sea pequeña. El docente que tiene libros en clase puede remediar cualquier eventualidad. “¿No tienes nada para leer durante los cinco minutos de lectura? Ahí detrás lo tienes. ¿Has terminado el trabajo? Toma un libro”. Del mismo modo, resulta más fácil establecer vínculos entre los libros y la materia, así como alimentar la curiosidad de nuestros lectores.

¿Y si no tengo presupuesto?

A pesar de la importancia de tener una biblioteca, en general, nuestro presupuesto para iniciativas de este tipo es escaso, y una biblioteca puede resultar difícil de mantener, sobre todo si partimos de la base de que lo que más interesa al alumnado son las novedades y la rotación de los libros. Pero siempre está la posibilidad de invitar a los alumnos a que participen en la creación de un rincón de lectura proponiéndoles que traigan una novela que les haya gustado mucho para compartirla. Además, como docentes, podemos alimentar la biblioteca ofreciendo cada semana una selección de novelas tomadas en préstamo de la biblioteca escolar.

Toma un libro y deja otro

Inspirada en el trueque, la idea de tomar un libro y dejar otro se va extendiendo cada vez más. Se trata de un principio simple: en una caja que puede adoptar forma de biblioteca, se invita a la gente a intercambiar libros. La idea funciona bien entre adultos, pero también va dirigida a los más jóvenes y se puede llevar a cabo en las bibliotecas públicas, los parques, las aulas o incluso en la escalera de una escuela. Lo bueno es que los jóvenes tienen la posibilidad de conseguir una nueva lectura en el momento en que dejan un libro que les ha gustado y que esto los lleva a descubrir títulos que han agradado a otras personas.

El sistema se puede utilizar en una clase o incluso a nivel del centro escolar, con el objetivo de ampliar la variedad de la oferta. Además, la caja se puede fabricar en clase para personalizarla y motivar a los alumnos a usarla.

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Promueve el intercambio de opiniones

Se puede proponer a los alumnos que escriban sus impresiones en las guardas del libro que han leído o en un post-it que pegarán en el interior de este. Así, se les anima a escribir breves críticas y podrán influenciar a otros futuros lectores como ellos.

Un poco de decoración

Además de ofrecer libros al alumnado, se puede decorar el aula con el propósito de situar la literatura en un lugar importante. A lo largo de los años, he entrado en aulas particularmente inspiradoras.

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Sugerencias para decorar el aula de clase

image Instalar cuerdas de tender en el techo para colgar portadas de libros.

image Realizar un muro de grafitis literarios (véase el capítulo 2).

image Clasificar los libros de la biblioteca del aula por colores. Esto también favorece el orden.

image Usar herramientas conocidas, como el iPhone, para poner en valor la lectura. Por ejemplo, establecer un muro de lectura con fotografías de los alumnos leyendo o incluso con sugerencias literarias.

image Confeccionar un cartel de sugerencias literarias relacionadas con los libros. Es un modo excelente de conseguir que los lectores con dificultades puedan lanzarse a una nueva lectura después de haber terminado la anterior. Como docente puedes preparar una primera lista, pero no dudes en dejar que los alumnos participen en la elaboración de estas fichas añadiendo títulos pertinentes a lo largo del curso.

Rincón de lectura

Además de situar la literatura en un lugar central, también se puede habilitar un rincón dedicado a la lectura, que permitirá que el alumnado salga por un instante del contexto de clase más rígido.

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Sugerencias para animar la biblioteca

image Destacar ciertos libros mostrando su portada.

image Colocar una cartelera cerca de la biblioteca donde se pueden colgar:

Los trabajos relacionados con los libros.

Fragmentos llamativos de libros.

Una página en blanco en la que los lectores pueden escribir un comentario sobre el último libro que han tomado prestado de la biblioteca.

image Dejar que los alumnos coloquen adhesivos con el texto “Me gusta”, como en las librerías, con el objetivo de marcar visualmente los libros más populares.

En mi caso, propuse instalar un rincón de lectura en el fondo del aula, con un colchón y un montón de cojines, para crear un espacio cómodo donde todo el mundo pudiera sentarse.

La idea es permitir que el alumnado se sumerja, tanto en la historia como en sí mismo, y que viva una experiencia diferente. Y, si funciona con adolescentes, también sé que esta iniciativa tiene un éxito descomunal en las clases de educación básica.

En caso de tener varias clases

La biblioteca móvil

Hace cinco años, adquirí un carro que llené de libros de diferentes géneros y niveles; y ahora lo llevo por los pasillos, a veces con mucha dificultad. Los alumnos se han acostumbrado deprisa a tener libros a mano. De esta forma, cada vez que acaban un libro, pueden tomar otro. Y, por cierto, en las pocas clases que me olvido de cambiar la biblioteca móvil de aula, abundan los voluntarios para ir a por ella. No siempre necesitan un libro en ese momento, pero saber que pueden acceder a uno cuando quieran los tranquiliza. Sorprendente, ¿verdad?

Una selección de libros

Si hay que moverse de clase en clase y es imposible crear una biblioteca móvil, se puede ofrecer de todos modos una pequeña selección de libros, por lo menos una vez a la semana. Este método fue el que aconsejé a una compañera de secundaria que quería probar este experimento a principio de curso.

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Cada semana, en colaboración con la biblioteca escolar, elegía entre cinco y diez novelas que le habían recomendado o de las que había oído hablar y las presentaba a sus grupos, o tal vez las utilizaba como punto de partida para actividades de creación literaria.

El resultado no se hizo esperar: observó cómo sus alumnos leían más cuanto más les podía hablar sobre la selección propuesta, suscitando su curiosidad.

La importancia de la renovación

Puesto que a menudo los alumnos ansían las novedades, es importante introducirlas con regularidad. Pero, ¡cuidado! Sí, es cierto que hay que proporcionar libros publicados recientemente, pero las novedades también pueden ser libros más antiguos que se añaden al catálogo. Contando dos o tres cosas sobre ellos antes de colocarlos con el resto de libros, se despierta la curiosidad de muchos. De hecho, en numerosas ocasiones me he encontrado literalmente asaltada por alumnos que querían ser los primeros en tomar el libro en préstamo.

Con el objetivo de generar una cierta justicia en la distribución de los libros nuevos, me inspiré en una idea de Donalyn Miller (2012) e instauré un sistema de sorteo que, además, me permitía presentar las novedades a todos mis grupos. De este modo, tras una presentación, los interesados en el libro escriben su nombre en un trozo de papel y lo introducen en la caja del sorteo, de donde saco el nombre de uno de ellos. Desde luego, hay que aplicar algunas reglas: un alumno no puede tener prestado a la vez más de un libro “de sorteo” y tiene que comprometerse a leerlo dentro de un plazo determinado, en función de su nivel de lectura. Cuando se devuelve la novela a veces llevo a cabo un nuevo sorteo, en el caso de que vuelva a haber muchas personas interesadas. No obstante, normalmente, el libro circula por sí solo de mano en mano.

Dado que con regularidad se añaden nuevos títulos a la biblioteca, también llega el momento de hacer una selección y de recortar el catálogo. En mi caso, en tales ocasiones no dudo en solicitar la participación de los alumnos. Les pido que me indiquen los libros que les parecen menos pertinentes o aquellos que les resultan menos atractivos y, a continuación, lo debatimos entre todos. Por supuesto, me aseguro que los libros que quedan cubren todos los géneros y todos los niveles de lectura, pero la participación del alumnado suele traer sorpresas agradables y me permite mantener la conexión con sus preferencias. Además, regalo los libros de los que queremos deshacernos y trato de hacerlo justo antes de las vacaciones de Navidad y de verano. Suele ser un momento de gran emoción y que me brinda la oportunidad de animar a la lectura durante las vacaciones.

¿Cómo gestionar el préstamo de libros?

Hay numerosas aplicaciones que facilitan la gestión de pequeñas bibliotecas y he probado varias de ellas. Aunque tienen la ventaja de catalogar todos los libros disponibles, también requieren un uso riguroso para ser realmente útiles, lo cual puede ser difícil de mantener a largo plazo.

Consciente de que no tenía ni el tiempo ni la paciencia necesarios para embarcarme en un planteamiento de este tipo, más tarde probé el método de la libreta de biblioteca: los alumnos tenían que apuntar el libro y la fecha de préstamo y tacharlo todo al devolverlo. Sin embargo, a menudo se olvidaban de hacerlo, de modo que la lista no estaba al día.

En vez de perder un tiempo precioso en el seguimiento de los libros y, por lo tanto, disponer de menos tiempo para presentarlos, lo dejé estar y decidí confiar en los alumnos... ¿El resultado? En cinco años, tal vez he perdido diez libros durante algún tiempo, en la mayor parte de los casos debido a alumnos que se han olvidado de devolver un libro a final de curso y que me han entregado en septiembre.

Hay que señalar que a los alumnos les encanta este servicio de préstamo y que son conscientes de que si no devuelven los libros es insostenible. Asimismo, aquellos a quienes les ha gustado una lectura tienen ganas de devolver el libro para que otros puedan disfrutarlo, mientras que aquellos a quienes no les ha gustado, simplemente no quieren quedarse el libro en cuestión.