Este libro está dedicado a mi hermano Terry,
que ha luchado contra un cáncer mientras yo lo escribía.
Está vivo y ha podido ver este libro impreso.
Índice
INTRODUCCIÓN
1. Investigando nuestras opciones
Terapia para mascotas. Las opiniones de los alumnos.
2. Nuestra decisión de tener un perro
Nuestras primeras reflexiones. Beneficios académicos. Tomando decisiones.
3. Cómo elegimos a nuestro cachorro
Aspectos a tener en cuenta: raza, características, nombre.
4. Presentando nuestro cachorro en el colegio
Primeras amistades y primeras travesura. Bienvenida de toda la comunidad escolar.
5. Aspectos prácticos y económicos
Un perro escolar en formación. Posibles riesgos y código de conducta.
6. El cometido que habíamos previsto para el perro en nuestra escuela
Cómo afrontar distintas situaciones. Cuidados especiales para Doodles.
7. El éxito de Doodles en lo extracurricular
Ser amigo de Doodles tiene ventajas. Qué hacer cuando las necesidades especiales son muy fuertes.
8. Doodles en acción. Estudio de algunos casos
Lily: Cómo fue superando el miedo. Mason: Mejorando la capacidad de comunicación. Ricky: Un vínculo de amistad delicioso. Leonor: Cuando caminar puede ser algo más fácil. Victoria: Doodles le ayuda a sonreír. Freddy: Mejorando la capacidad sensorial. Kayla: Una buena amistad. Grace. Un incentivo para el aprendizaje.
9. Los beneficios inesperados de la presencia de Doodles
Los efectos del amor incondicional de Doodles. Juegos cooperativos. Asumir responsabilidad y desarrollar la empatía. Responsabilidad colectiva. Educadores que miman a Doodles.
10. Doodles en las aulas
La clase diamante. La clase rectángulo. La clase pentágono. La clase cuadrado. La clase círculo. Las clases del Sr. Walker, el Sr. Birtles y la señorita Parekh. El cumpleaños de Doodles. Doodles, los niños y ¡la nieve!
11. Perros en otras escuelas
Dora: Un estímulo para las hablidades de lectoescritura. Pippa: Motivación y refuerzo positivo. Marty y Murphy: Impulso en el día a día. Reba: Apoyo ante las necesidades educativas especiales. Poppy: Premiando la puntualidad.
12. ¡Travieso Doodles!
La irresistible Navidad. Curiosidad ante la presencia de otros animales. Actitud ante personas extrañas. Doodles y nuestra directora. Las reuniones de claustro. Doodles quiere hacer las cosas a su manera. Doodles en casa.
13. Planes futuros
Introducción
Esta es la historia de Doodles, el perro de nuestro escuela*. En las páginas que siguen pretendo contar cómo y por qué decidimos que hubiera un perro en el equipo escolar de nuestro colegio de educación especial Highfurlong, en Blackpool. Quiero hablaros sobre las competencias que esperábamos que desarrollara y también sobre los problemas prácticos y sobre los gastos relacionados con él.
En los primeros capítulos veremos cómo elegimos a nuestro perro Doodles y cómo lo presentamos a los niños, al claustro y a los padres. Hay un par de capítulos dedicados a los éxitos que presenciamos en el breve tiempo que nuestro perro pasó en el colegio. Su presencia tuvo beneficios inesperados que no podríamos haber previsto y que han cambiado la vida de algunos de nuestros alumnos.
Otro capítulo está dedicado al modo en que nuestros maestros se las ingeniaron para incluir al perro en sus clases y mostrar así el verdadero valor de los perros en los colegios.
Espero que mientras lees este libro disfrutes de la narración.
Desde que presentamos a nuestro perro Doodles en junio de 2017, me han preguntado varias veces: ¿Qué hace un perro en un colegio? ¿Es solo una excusa para que puedas llevar a tu perro al colegio? ¿A dónde va todo el día? ¿Se queda solo en tu despacho durante la jornada? Estas son las preguntas a las que me enfrentaba.
Al comienzo de esta aventura de mi colegio también me hice a mí misma estas preguntas. Una búsqueda en Internet mostró que había muy pocos libros escritos sobre el tema, así que pensé que escribir sobre nuestra experiencia sería útil para toda la comunidad escolar: los directores, los maestros, el personal no docente y las familias.
Hace varios meses vi con interés que algunos de los principales colegios de nuestra localidad empezaban a introducir perros en sus aulas. El instituto de secundaria que está al lado de nuestro colegio parecía empezar a marcar tendencia en la ciudad, y ya tenía dos perros. Comencé a leer publicaciones sobre el tema en algunos blogs. Descubrí que tenían muchos usos y me di cuenta de lo valioso que podría ser para nuestros alumnos.
“Tener un perro en el colegio seguramente comportará muchos beneficios para nuestros alumnos.”
Somos un pequeño colegio de educación especial, en Blackpool, en el noroeste de Inglaterra, y somos muy reconocidos por nuestra visión de futuro y nuestras ideas creativas. Nuestros alumnos, entre los 2 y los 19 años, tienen varias necesidades educativas especiales, que incluyen necesidades médicas complejas, trastorno del espectro autista (TEA), dificultades de aprendizaje profundas y múltiples (PMLD), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dificultades de aprendizaje y problemas de comportamiento (DEA), entre otras. “Tener un perro en el colegio será beneficioso para nuestros alumnos”, pensé.
Ahora solo me quedaba descubrir los beneficios derivados de tener un perro en la escuela y convencer a nuestra directora de que lo necesitábamos. Abordé el tema con ella y se puso a realizar su propia investigación. Tenemos una directora muy lúcida y, por un par de conversaciones que tuve después, supe que estaba interesada en la idea.
Ese fue solo el comienzo de nuestra aventura. Había un largo camino por recorrer en cuanto a la elección del cachorro, los gastos, la evaluación de los riesgos y ver cómo se lo presentaríamos a los niños.
Me reuní muchas veces con nuestra directora para proyectar todos los detalles. Estábamos de acuerdo en que el perro tenía que estar muy bien entrenado y en que tenía que ser un animal tierno y amable con los niños y jóvenes de educación especial. Era hora de comenzar la tarea de localizar al perro de Highfurlong.
Antes de contarles a los niños del colegio la muy emocionante noticia de que íbamos a tener un cachorro en las instalaciones, pensé que sería una buena idea que se la vendieran ellos mismos. Utilicé las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en una serie de clases con los alumnos mayores y les encargué la tarea de descubrir los beneficios terapéuticos de los animales.
Terapia con mascotas
Descubrimos que la “terapia con mascotas” es un campo que está en rápido crecimiento y que ahora se utiliza una gran variedad de animales en ella. La teoría es que los animales pueden ayudar a las personas a tratar problemas de salud como el cáncer; problemas de salud mental como la ansiedad o la depresión; y disfunciones como el autismo, la parálisis cerebral o el síndrome de Down.
Para los niños con TEA, se sabe que los animales les ayudan a interactuar socialmente, ya que tienen en su poder un iniciador de conversación. Sus problemas sensoriales pueden reducirse a medida que se acostumbran a sentir el contacto con la piel del animal.
En el extremo opuesto de la escala de edad, las personas mayores que tienen Alzheimer o algún tipo de demencia muestran que la agitación inusual y el comportamiento agresivo disminuyen por la presencia de un animal. Se sabe que la presencia misma de un animal sentado junto a ellos tiene un efecto calmante.
A lo largo de su investigación con las TIC, nuestros estudiantes fueron descubriendo que existe un vínculo muy fuerte entre los humanos y los animales, y que la terapia con mascotas sabe aprovecharlo y sacarle partido. Se liberan endorfinas cuando se acaricia a los animales y esto produce un efecto calmante en la persona o el niño en cuestión: ayuda a reducir el dolor y el estrés y mejora el bienestar general.
Además de los perros, gatos y conejos, sorprendentemente, hay algunos animales menos conocidos que también se utilizan en las terapias: aves, arañas, peces, cobayas, ratones, serpientes, erizos, alpacas, ratas y cerdos. ¡Ninguno de nuestros alumnos mostró interés alguno en abrazar ratas o serpientes! Sabemos que el colegio Varndean incluso tiene siete cabras pigmeas residentes. Los tweets como @varndeangoats y las cabras están completamente insertos en la vida escolar. Los niños aprenden a alimentar a las cabras y a cuidar de ellas y del lugar en el que viven; a cambio, las cabras enseñan a los niños muchas cosas sobre la naturaleza y sobre su forma de vida.
Los estudiantes fueron diligentes en su investigación. También me recordaron que ya tenemos una mascota bastante inusual en nuestro colegio. La señora Short, la profesora, es la orgullosa cuidadora de Trevor, nuestra tortuga. Trevor llegó al colegio el año pasado y es muy popular entre los niños. Trevor ha recibido visitas de todo el colegio, ya que algunos de nuestros niños nunca habían visto una tortuga y la mayoría nunca ha tenido una. Los fines de semana va a las casas de diferentes miembros del personal del colegio y vuelve los lunes por la mañana para estar con los niños.
Por medio de Trev, los niños han aprendido que los animales necesitan comida, calor y refugio. Han aprendido los tipos específicos de alimentos que necesitan las tortugas y también que Trev necesita hacer mucho ejercicio. Los chicos de la clase han hecho una señal en la puerta del aula para avisar a todos los visitantes de que Trev está fuera de su caja. Se le permite vagar libremente por el aula en ciertos momentos del día. ¡Es posiblemente la tortuga más mimada de la historia!
“Los estudiantes mayores descubrieron los muchos beneficios terapéuticos que tiene la compañía de mascotas.”
Los alumnos descubrieron que los beneficios de poseer un animal podrían ser mutuos. El animal gana cuando es querido, acariciado, cuidado y entrenado. La salud y el bienestar tanto del animal de terapia como del propietario –en nuestro caso los alumnos– han mejorado mucho a través de esta relación.
Las opiniones de los alumnos
Gracias a los estudiantes tuvimos mucha información sobre los distintos animales que podíamos traer a nuestro colegio. Nos hicimos a la idea de cuánto cuidado y atención necesitaban todos. También comprendimos la gran responsabilidad que sería tener una mascota.
Después de analizar la información que nos proporcionaron y de hablar mucho, los alumnos no se dejaron llevar por ninguno de los otros animales. Decidieron que, con mucho, el animal mejor y más práctico para nuestro colegio, si íbamos a tener una mascota, sería un perro. Y, sin embargo, ¡aún no sabían que íbamos a tener nuestro propio perro!
La decisión inicial había sido la de tener un perro en el colegio. Hasta ahí habían llegado las conversaciones entre la directora y yo. No habíamos discutido los detalles más concretos y no habíamos contado el emocionante secreto a nadie más en el colegio, a excepción de otro miembro del equipo directivo.
Gracias al trabajo de los alumnos mayores ahora conocíamos completamente los beneficios terapéuticos de ciertos animales. Teníamos amplia información para permitirnos tomar una decisión. Yo necesitaba determinar los beneficios de tener un cachorro en el colegio. Sentía que eso era importante en caso de que hubiera alguna queja por parte de algún alumno, algún miembro del claustro, algunos padres o alguien del equipo directivo.
Necesitaba una gran cantidad de información para disipar cualquier mito o para contrastar cualquier información que pudiera ser falsa. También necesitaba determinar que un perro era la mejor opción sobre todos los otros animales posibles que el equipo de los alumnos mayores había identificado.
Tener un cachorro en el colegio tiene beneficios, y no todos son educativos. Por ejemplo, los niños que tienen miedo de los animales, especialmente de los perros, ganarán mucho por estar en presencia de uno que esté bien controlado y supervisado. Tener un cachorro en el colegio, desde que tiene solo unas pocas semanas, permitirá que un niño tímido se acerque al cachorro y lo vea a medida que crece y madura. Estos alumnos podrán ver toda la diversión y la travesura que hay asociadas con un cachorro bullicioso y podrán hacerlo a distancia. Cuando el cachorro salga de su etapa lúdica, el niño ya estará unido a él, porque lo ha visto crecer, ha podido acercarse y probablemente acariciarlo.
“Cuando el cachorro salga de su etapa lúdica, el niño ya estará unido a él, porque lo ha visto crecer, ha podido acercarse y probablemente acariciarlo.”
En nuestro colegio hemos sido testigos de esta experiencia de primera mano. Tenemos una niña de 14 años con dificultades de aprendizaje y algunos desafíos físicos que estaba absolutamente aterrorizada por los perros. Su terror era tal que una vez corrió hacia la carretera para quitarse del camino por el que pasaba un perro. Ahora ha conseguido vencer ese miedo, en parte debido a haber podido estar cerca de nuestro perro Doodles. Diremos más cosas sobre este éxito excepcional más adelante.
También tenemos casos donde se produce una situación a la inversa; algunos niños no tienen respeto por los animales y, por lo tanto, no les tienen miedo. Niños demasiado amistosos con los perros que pueden provocarlos y correr el riesgo de que uno les haga daño. Este escenario es tan peligroso como el anterior; ambos necesitan ser manejados con cuidado. ¡La presencia de un perro les enseñará a respetar a los perros y a los cachorros y también les enseñará a no acercarse demasiado a esos dientes afilados capaces de darte un buen mordisco!
Nuestras primeras reflexiones
Estar junto a un perro amigable y animado elevará el ánimo de cualquier persona que haya tenido un accidente en el patio o esté de mal humor. Acariciar su pelaje calma instantáneamente al cachorro y al niño. Este beneficio particular no debe ser subestimado, como veremos más adelante. En el aspecto emocional, la vista de un cachorro elevará el estado de ánimo de todos. Son un conjunto de diversión, energía y travesura, y en segundos pueden provocar la risa de la mayoría de los adultos y de los niños. Además, los perros son conocidos por mejorar la autoestima. Un perro está tan atento a una persona que, como resultado, esta acaba por sentirse mejor consigo misma.
“En el aspecto emocional, la vista de un cachorro elevará el estado de ánimo de todos.”
Los niños se involucrarán en el cuidado y en procurar que el animal haga ejercicio y comenzarán a tener una visión más positiva de sí mismos a medida que se vean logrando el éxito en esta área. Este es un punto muy importante, ya que cuando los niños creen que son valorados, se cuidan mejor.
Una de las mejores cosas que suceden desde una perspectiva emocional es la cantidad de risas y diversión que aporta un cachorro. La mayoría de la gente está de acuerdo en que las payasadas de un cachorro provocan risas. Solo un corazón endurecido es capaz de no conmoverse ante la presencia de un cachorro.
Desde una perspectiva física, un perro ayuda a manejar el dolor. Algunos de nuestros niños viven con enfermedades a veces crueles y debilitantes que les causan un gran dolor cuando intentan caminar o moverse.
Por supuesto, intentan ser valientes en todo momento, pero a veces el dolor físico se impone y tienen que luchar para poder mantener una sonrisa en sus rostros. El perro aporta determinación y motivación renovadas para moverse y caminar, aunque solo sea para perseguir al cachorro. La capacidad de sentir, también aumenta alrededor del perro cuando los niños tocan el suave pelaje y sienten su nariz fría, brillante y húmeda.
“Desde una perspectiva física, un perro ayuda a manejar el dolor.”
Otro beneficio no educativo de tener un perro en las instalaciones del colegio es que hay un sentido de propiedad colectiva; se incrementa el sentimiento familiar. Se anima a los niños que no tienen una mascota en casa a participar activamente en pasear al perro, acariciarlo y ocuparse de su bienestar general. Los niños adquieren un sentido de importancia y asumen un rol de cuidado que tal vez no puedan lograr en el hogar, y esto ayuda a su desarrollo personal.
Todo el mundo necesita sentirse amado y querido, y un cachorro ama a todos, indiscriminadamente. Tener un amigo peludo de cuatro patas también ayuda a los niños a jugar de manera más sociable con los demás. El perro encontrará que está en el centro de un juego y los niños podrán jugar amistosamente con aquellos con los que normalmente no se asocian.
“La presencia de un perro puede ayudar a darle al colegio una sensación menos clínica.”
Los colegios modernos, a menudo, son bastante austeros con las mínimas distracciones para evitar la sobrecarga sensorial de los niños. El cachorro ayudará a reducir la naturaleza casi estéril de algunos colegios.
Beneficios académicos
Pasando a los beneficios académicos de tener un perro en el colegio, hay varias razones excelentes por las que un colegio podría considerar tener uno.
Por ejemplo, son un excelente punto de partida para una conversación en cualquier clase, lo que desarrollará las habilidades de comunicación. Los niños conversarán sobre sus propias mascotas y comentarán sobre ellas con todo detalle cuando las comparen con el perro que tienen delante. Su lenguaje se enriquecerá a medida que los niños hablen de sus mascotas y las comparen con el perro del colegio.
Las clases de lengua pueden incluir historias sobre sus propias mascotas o historias de ficción con perros. Se pueden diseñar actividades de ortografía a partir de los accesorios que se usan para el perro y eso dará a los niños un tema interesante para trabajar.
Responsabilizarte de ti mismo y de los demás es una parte importante del crecimiento. Ser parte de la vida del perro del colegio, y cuidarlo anima a los niños a responsabilizarse de sí mismos. La responsabilidad es la piedra angular del plan de estudios de educación personal, social, de salud y económica, y es un aspecto importante y valioso de las muchas ventajas de tener un perro en el colegio.
Además, ser amigos de un perro fomenta la resolución de problemas. Si estás a cargo de un perro, no puedes renunciar a afrontar un problema; tienes que encontrar una manera de resolverlo por el bien del perro. Esta es una buena habilidad que desarrollar.
Compartir y hacer turnos son áreas en las que algunos niños se esfuerzan. Es posible que hayan estado acostumbrados a tener cosas para ellos solos y no a compartir. Con un perro tienen que aprender a hacer turnos y a compartir.
Tomando decisiones
Finalmente, la etapa de investigación había terminado. Me había enterado a través de nuestros alumnos mayores de los distintos animales entre los que podíamos elegir. Teníamos información sobre los beneficios de cada uno de esos animales, incluidos algunos más inusuales, y también sobre cómo nuestros niños podrían verse afectados por su presencia. Conocíamos los beneficios de salud mental que podríamos esperar y también los beneficios físicos para nuestros niños con necesidades educativas especiales. Ahora también sabíamos que habría beneficios sociales y, por supuesto, teníamos cierta información sobre los beneficios educativos que podríamos esperar.
Lo más importante es que ahora sabía que los niños en la fiesta de la investigación preferían a un perro. Reuní toda la información y me dispuse a comentarla con la directora.
La directora y yo hablamos sobre la información recogida y llegamos a la decisión de que un perro era la mejor mascota para nosotros. Sería más fácil de llevar al colegio y de entrenar que muchos de los otros animales.
Después examinamos los beneficios para grupos específicos de niños.
Por ejemplo, para los niños con TEA, descubrimos que un cachorro les brindaría apoyo emocional y consuelo en forma de mimos. La sensación sensorial de la piel, en contacto con el perro, sería una influencia tranquilizadora para ellos.
Para los niños con TDAH, el perro sería un buen elemento de calma, disminuiría sus niveles de estrés y los prepararía para la terapia o para comenzar la lección siguiente.
Para los niños con problemas de salud mental, como la depresión o el estrés, un perro reduciría significativamente sus niveles de estrés.
Además, para nuestros niños más sensoriales acariciar el pelaje, y tocar y abrazar al perro sería una experiencia completamente nueva para muchos de ellos.
¡Parecía que finalmente estábamos listos para acoger a nuestro cachorro!
Desde el principio tenía la imagen del tipo exacto de cachorro que creía que sería mejor para nuestro colegio. En términos de tamaño necesitábamos un perro de tamaño mediano. Un perro grande puede aterrorizar a los niños y tampoco es práctico para ir al trabajo en coche, para hacer excursiones escolares en minibús o para hacer la ruta diaria en autobús con los niños.
También sabía que quería que nuestro cachorro fuera negro. Un cachorro negro azabache se destacaría maravillosamente contra cualquier color que lo rodeara. Cualquier accesorio brillante que usara o los juguetes que tuviera en la boca destacarían claramente contra su pelaje negro. Esto es importante para hacer recursos educativos que utilicen fotografías donde el contraste es vital. El contraste también es vital para nuestros niños y jóvenes con discapacidad visual. Un perro negro se destacaría de su entorno, lo que facilitaría que los niños lo vieran.
Aspectos a tener en cuenta
Hay una serie de cosas que hay que considerar al buscar el cachorro ideal. En primer lugar, debes elegir su raza