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Cómo aprenden los perros

ADIESTRAMIENTO PARA LA RESPUESTA EN CACHORROS Y PERROS ADULTOS

Cómo aprenden los perros

ADIESTRAMIENTO PARA LA RESPUESTA EN CACHORROS Y PERROS ADULTOS

PIPPA MATTINSON

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Copyright de la edición original: © 2012 Pippa Mattinson

Esta obra se ha publicado según el acuerdo con Quiller Publishing Ltd.

Título original: Total Recall. Perfect response training for puppies and adult dogs

Traducción: Belén Blanco Tort

Diseño de cubierta: David Carretero

© 2015, Pippa Mattinson

Editorial Paidotribo
www.paidotribo.com
E-mail: paidotribo@paidotribo.com

Primera edición
ISBN: 978-84-9910-561-1
ISBN EPUB: 978-84-9910-910-7
BIC: MZC

Fotocomposición: Bartolomé Sánchez de Haro

bgrafic@bgrafic.es

Índice

Agradecimientos

Introducción

Parte 1  Preparación

1 Un nuevo inicio

2 Cómo aprenden los perros

3 Castigos y recompensas

4 Adiestramiento práctico con recompensas

5 Todo sobre la generalización

6 Más allá del adiestramiento

7 Su perro

8 ¿Está listo?

Parte 2  Adiestrar la llamada

9 Llamada para cachorros

10 Prellamada para perros adultos

11 Llamada básica

12 Generalización con personas

13 Generalización con perros

14 En escenarios reales

15 Encajarlo todo

16 Una llamada para toda la vida

Parte 3  Resolución de problemas

17 ¿Dónde me he equivocado?

18 ¿Fuera de control?

19 El fugitivo

20 El paseo con cambios de sentido

21 El fugitivo ingenioso

22 Utilizar una correa de adiestramiento

23 Actividades con su perro

24 El final

Índice alfabético

Agradecimientos

Estoy en deuda con mi hermana Sandra y sus dos hijas, Sam y Lucy, por las largas horas que han pasado revisando el texto y por sus amables comentarios. Y con mi marido, Duncan, e hijos, Toby y Tom, por cuidar de nuestra casa y de mis perros mientras estaba inmersa en este proyecto.

También me gustaría agradecer a Jeff Boston, Carole Creech y toda mi familia su apoyo y sus ánimos.

Créditos fotográficos

Las fotografías de las páginas 26, 41, 54, 84, 116, 119, 132, 156, 217, 236, 243, 259 y 254 son de la autora; las de las páginas 71, 139, 154, 162, 170, 176, 198, 230 y 271, de Nick Ridley, y las de las páginas 99 y 108 son de Jeff Boston.

Introducción

Si desea que la vida junto a su perro sea un placer, resulta fundamental enseñarle una llamada eficaz. Por lo menos en el Reino Unido, lo más habitual es llevar al perro suelto, sin correa, y conseguir que regrese junto a su amo es fundamental.

Este libro está dirigido a todas las personas que tienen un perro: lo he escrito para los que tienen que batallar a diario con un perro que no obedece cuando lo llaman, pero también para los que tienen cachorros y quieren establecer una buena llamada desde el principio.

Cuando empecé con el adiestramiento de perros de caza, hace ya más de treinta años, el procedimiento convencional cuando un perro ignoraba una orden de llamada era «salir» tras él y atraparlo y castigarlo en la escena del crimen. Este tipo de planteamiento presenta varios inconvenientes, y algunos adiestradores empezaron a buscar alternativas más agradables y eficaces.

Ahora los tiempos han cambiado y gran parte de los adiestradores caninos han evolucionado. La gente ya no quiere sacudir ni golpear a sus perros. La visión de una persona adulta castigando física y públicamente a un perro pequeño (si es que tenía la suerte de alcanzarlo) ya no se considera aceptable. Usted no quiere ser esa persona, ni hace falta que lo sea para hacer que su perro responda a su llamada.

Existe un método alternativo, y este libro trata de esto.

Cómo aprenden los perros se centra estrictamente en la habilidad más importante que enseñará a su perro. Explica cómo emplear los métodos modernos de adiestramiento canino basados en recompensas, y lo hace con un lenguaje sencillo. Le guía paso a paso a través del proceso de creación de una llamada potente y permanente en todo tipo de situaciones distintas con distracciones.

Este libro se divide en tres partes. En la primera encontrará la información que necesita para prepararse y ayudarle a la hora de poner en práctica el programa. En el núcleo, la segunda parte, se expone un programa de adiestramiento de la llamada detallado y completo con los ejercicios que deben trabajarse; es decir, el «manual» de este libro. La tercera se destina a la resolución de problemas. Aquí es donde puede descubrir por qué tuvo problemas en el pasado y aprender a evitar los mismos errores.

Deberá leer los capítulos del apartado Preparación para utilizar el programa de adiestramiento, pero puede saltarse el apartado Resolución de problemas si su perro es un alumno modélico. En la parte final del libro también encontrará muchos recursos que le pueden ayudar.

Disfrute del proceso de adiestramiento y, por encima de todo, ¡diviértase con su perro!

Pippa Mattinson

PARTE 1

Preparación

Images Un nuevo inicio

Images Cómo aprenden los perros

Images Castigos y recompensas

Images Adiestramiento práctico con recompensas

Images Todo sobre la generalización

Images Más allá del adiestramiento

Images Su perro

Images ¿Está listo?

CAPÍTULO 1

Un nuevo inicio

Ningún otro animal comparte la vida con los humanos de una forma tan íntima como el perro. A ninguna otra especie animal grande y poderosa se le ofrece un acceso tan libre a nuestros hogares y nuestras familias y a la comunidad en general, o se le permite que esté en contacto con los niños y otros miembros vulnerables de la sociedad de una forma tan cercana. Dar la bienvenida a un perro a su hogar por primera vez es algo que le cambiará la vida. Tener un perro puede llegar a mejorar su vida de muchísimas formas. Aunque, por la manera en la que los perros se mueven entre nosotros, también es muy probable que su perro trastorne seriamente su mundo.

Es necesario que los perros creen buenas relaciones con sus propietarios si queremos que se conviertan en miembros simpáticos y agradables de nuestra sociedad. Un perro no sabe escoger un comportamiento que sea adecuado en la comunidad humana; por consiguiente, es fundamental que su compañero humano sea capaz de escoger por él. A menos que quiera que su perro deba pasar la vida atado o sin salir a la calle, la facultad de hacer estas elecciones depende completamente de la capacidad de llamar a su perro en cualquier momento. Por desgracia, para muchos propietarios, adiestrar la llamada es un arte que resulta mucho más difícil de dominar de lo que habían pensado.

Grandes expectativas

Prepararse para llevar a su perro a casa por primera vez es una experiencia emocionante. Todos y cada uno de los futuros propietarios tienen sus propias esperanzas, sueños y expectativas respecto a la nueva vida que tienen por delante. La visión de su perro acercándose alegremente dando brincos por los campos, las noches relajadas junto al fuego mientras él duerme a sus pies o los paseos diarios por el bosque con él trotando a su lado son el tipo de expectativas lógicas que probablemente tenga como propietario. Es presumible que gritar hasta quedarse afónico, llorar de frustración con una correa vacía en la mano o perseguir en silencio a su perro mientras observa cómo su trasero desaparece con elegancia por el horizonte por décima vez esa semana no formen parte de sus espectativas. Sin embargo, para muchos propietarios de un perro joven, estas frustraciones típicas provocadas por una llamada imperfecta o ausente son la triste realidad, y los paseos diarios que se esperaban con tanta ilusión son en la práctica, tan agradables como una visita al dentista.

Puede que esté leyendo este libro porque ya tiene algún problema a la hora de llamar a su perro, o tal vez porque quiere evitar tenerlo estableciendo adecuadamente un adiestramiento de la llamada justo desde el principio. Como con la mayoría de los aspectos de la vida, más vale prevenir los problemas de llamada que curarlos. Pero, afrontémoslo, a menudo no nos damos cuenta de que tenemos un problema hasta que es demasiado tarde para tomar medidas preventivas. Por esta razón, este libro no trata únicamente de crear una llamada impecable de una forma fácil (empezando con un cachorro), sino también de ayudar a aquellos que se han perdido en algún punto del proceso de adiestramiento de la llamada.

Todos tenemos muy buenas intenciones con respecto al adiestramiento de nuestros perros cuando son pequeños. Algunos de ustedes habrán reservado clases y comprado libros incluso antes de llevarse a casa a su nuevo cachorro. Sin embargo, con demasiada frecuencia nuestras buenas intenciones se quedan por el camino.

Una de las razones por las que muchas personas abandonan el adiestramiento canino, tanto si asisten a clases como si siguen libros, es la falta de seguridad y confianza en el sistema que están utilizando y en los métodos que se les aconseja que apliquen. Hoy en día, tendemos a considerar a los perros como «amigos» y «miembros de la familia», por lo que queremos disfrutar del adiestramiento y tratarlos con amabilidad. Pero algunos adiestradores, y algunos sistemas de adiestramiento, no consiguen reconocer esta evolución importante, y a muchos propietarios de cachorros les disuade adiestrar a sus mascotas tras observar métodos duros o una manipulación agresiva.

Otros abandonan el adiestramiento porque parece complicado y aburrido, o porque los resultados están lejos de ser satisfactorios y no consiguen trasladarlos al mundo real de los paseos en lugares públicos, los visitantes inesperados, las excursiones de un día y los patios de colegio.

Adiestrar a un perro con éxito en el mundo moderno requiere un sistema que sea a la vez compasivo, eficaz y divertido. Un sistema de adiestramiento canino debe proporcionar estos tres elementos para que los propietarios de perro modernos puedan tener éxito, y el punto fundamental de cualquier relación maravillosa entre ser humano y perro es disponer de una llamada eficaz y fiable.

No está solo

Si ya se encuentra con dificultades con su perro, no sea demasiado duro consigo mismo. Cuando su perro lo avergüenza porque ignora sus silbidos, cuando brinca molestando a otras personas, puede parecer que cualquier otro perro del mundo se comporte mejor que el suyo, pero no es el caso. De hecho, a pesar de la abundancia de manuales y de la disponibilidad de clases de adiestramiento canino en casi todas las partes, todavía hay muchas personas que batallan con sus perros. Las cartas y correos electrónicos que recibo revelan que, en la mayoría de los casos, lo que la gente quiere más que nada es que su perro vuelva cuando lo llaman. Aunque parezca una acción sencilla, representa un gran escollo para la mayor parte de los propietarios de perro.

¿Por qué es tan complicado enseñar una buena llamada?

En los viejos tiempos, los métodos de adiestramiento eran bastante directos. El perro recibía una palmada en la cabeza cuando era bueno y una bofetada cuando era malo. A veces se adiestraba al perro, a veces el perro simplemente se acostumbraba a los golpes, o aprendía a esquivarlos.

Para los propietarios de perro modernos, la vida es un poco más complicada. Hoy en día, las personas piensan mucho más en lo que hacen y en cómo se siente su perro. La mayoría de la gente quiere adiestrar a sus perros con la mínima cantidad de castigo. Esto es positivo, especialmente con la llamada, ya que, por definición, normalmente el perro está fuera del alcance del adiestrador y, por tanto, es difícil corregirlo con una buena sincronización. Actualmente el adiestramiento basado en recompensas marca el camino en la mayoría de los deportes y disciplinas de adiestramiento canino. No obstante, si queremos adiestrar con éxito aplicando las mínimas correcciones posibles, es fundamental que controlemos las consecuencias del comportamiento del perro muy de cerca y empleemos las recompensas de forma eficaz, cosa que muchas personas no consiguen hacer.

Como descubren todas las personas que tienen un perro por primera vez, usted y su perro tienen unas intenciones muy distintas, por lo que nunca se pondrán de acuerdo en lo que es importante. Llegar puntualmente a una reunión de negocios o recoger a los niños en la escuela raramente se encontrarán en las primeras posiciones de la lista de prioridades de su perro. Usted nunca llegará a apreciar los matices de comer estiércol de caballo y él nunca entenderá su obsesión por pasear a paso de tortuga, o por volver a casa justo cuando se lo está empezando a pasar bien. Pero si usted puede entender y aceptar lo que realmente le importa a su perro, lo que a él le importa de verdad, tiene la mitad de la batalla ganada incluso antes de empezar el adiestramiento.

La verdad es que en realidad no es tan complicado enseñar una llamada fiable de una forma moderna y positiva si dispone de la información correcta y tiene acceso a un sistema de adiestramiento estructurado.

Un sistema estructurado

Los humanos tienen la increíble capacidad de generalizar su aprendizaje. Esto significa que pueden utilizar una habilidad que han aprendido en un lugar y aplicar ese conocimiento y aprendizaje en otro completamente distinto o en un contexto totalmente diferente. Tendemos a suponer (equivocadamente) que los perros también pueden hacerlo.

A los perros, en cambio, les resulta muy difícil aplicar las habilidades que han aprendido en una determinada situación a otra situación distinta. Esto les representa una cantidad interminable de problemas. A menudo, uno cree que ha enseñado a su perro una llamada fantástica, pero se siente consternado cuando el perro lo abandona por otros perros o personas en el parque o en la playa. Sencillamente, los perros no entienden que la orden de llamada que han aprendido en el jardín también vale en el campo o cuando están con otros perros con los que poder jugar. La solución a este problema es un adiestramiento cuidadosamente estructurado, de forma que la llamada se vaya construyendo a «capas», cada una un poco más difícil que la anterior.

Por esta razón, en la segunda parte del libro describo un sistema concreto, muy preciso y estructurado, que le servirá de guía a lo largo de todo el proceso de adiestramiento de la llamada. Aprenderá a desarrollar una orden de llamada eficaz a partir de los fundamentos, capa a capa y paso a paso.

El resto de los capítulos de esta primera parte del libro están diseñados para asegurar que disponga de toda la información y el conocimiento necesarios para trabajar de forma eficaz con el programa de adiestramiento. Esta «preparación» es importante, y disponer de ella además de las instrucciones de adiestramiento le servirá para que el propio programa de adiestramiento no se vea enturbiado por demasiadas explicaciones y referencias.

Entender cómo piensan los perros

Enseñar a su perro a volver cuando lo llama implica cambiar la forma en que se comporta como respuesta a su señal u orden. La primera vez que llama o silba a su perro no tiene ni idea de que la señal que acaba de darle posee un significado, y su comportamiento lo refleja. Cuando adiestramos a un perro para que responda a una orden de forma específica (acercarse cuando silbamos, por ejemplo), estamos cambiando o modificando su comportamiento futuro. Por suerte para nosotros, se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre la modificación del comportamiento, y los resultados de estas investigaciones están disponibles y resultan de gran utilidad.

Para que usted pueda modificar el comportamiento futuro de su perro, primero es necesario que entienda lo que le motiva a comportarse como lo hace. Pocas personas disponen del tiempo y las ganas de convertirse en expertos en psicología animal para adiestrar a sus perros, por lo que en el siguiente capítulo, Cómo aprenden los perros, he recopilado la información que le ayudará a entrar en la mente de su perro y entender lo que influencia su toma de decisiones.

¿Merece la pena esforzarse?

Aunque embarcarse en un programa de adiestramiento puede parecer un poco desalentador, no se arrepentirá nunca de destinar tiempo a enseñarle a su perro a responder a su llamada. Una buena orden de llamada tiene el poder de alejar a su perro del peligro, e incluso de salvarle la vida. Sin duda, evitará que sea una molestia para los demás y que se meta en líos de forma regular. En realidad, la utilizará y agradecerá cada día que pase con su perro.

Las dificultades que muchos propietarios experimentan con el adiestramiento de la llamada no sólo afectan a los propietarios, sino también a los perros, puesto que muchos animales fuera de control acaban en protectoras. El abandono de perros es un problema enorme en el Reino Unido, y muchos perros abandonados, si no la mayoría, tienen problemas de adiestramiento.

Enseñar a su perro una orden de llamada eficaz, y recomendar este libro a otros para que también puedan hacerlo, le ayudará a disfrutar del placer y los beneficios de tener un perro de una forma responsable. La cálida oleada de orgullo que experimentará cada vez que su perro le obedezca en público nunca desaparecerá, y su nueva habilidad también le ofrecerá otras oportunidades para interaccionar con su perro y disfrutarlo.

CAPÍTULO 2

Cómo aprenden los perros

Durante aproximadamente los últimos doscientos años, nuestra relación con los perros se ha ido complicando. Los perros se han visto implicados en muchos aspectos de la vida humana: pastorear ovejas; actuar como los ojos y los oídos de los humanos que lo necesitan; ayudar a proporcionar comida como compañeros de caza; descubrir con el olfato drogas y explosivos; servir para arrestar criminales... y mucho más.

Entonces, ¿cómo es posible que algunas personas parezcan ser capaces de adiestrar a los perros para que lleven a cabo tareas increíblemente complejas mientras otras están involucradas en una batalla diaria de voluntades sin éxito simplemente para que su perro pare de tirarse encima de las visitas? ¿Existe algún tipo de talento natural con los perros del que tan sólo unos pocos de nosotros estamos dotados? ¿Existen personas que sencillamente están destinadas a ser magníficos adiestradores caninos, mientras que otras están condenadas a ser arrastradas al extremo de la correa a modo grillete con bola?

El siglo pasado, el estudio académico del comportamiento animal realizado por científicos supuso la obtención de abundante información sobre cómo los animales aprenden comportamientos nuevos y distintos. Los resultados demuestran de forma inequívoca que las habilidades que le permitirán adiestrar a su perro no son un talento místico, sino que, en realidad, cualquier persona puede cultivarlas. Aunque los resultados de muchos de estos estudios hace tiempo que están disponibles, los adiestradores caninos acaban de aceptar, y aplicar, gran parte de este conocimiento (y todavía hay muchos adiestradores que rechazan o ignoran la información que actualmente tenemos a nuestra disposición).

Un toque de magia

Creo que la resistencia a hacer uso de la ciencia conductual se debe en parte a que todos tenemos una inclinación natural a creernos la idea romántica de adiestradores caninos talentosos con habilidades especiales: personas que son capaces de «hablar el idioma» de los perros y los caballos. Nos gusta creer que hay un toque de magia sutil en el adiestramiento canino, que el adiestrador brillante posee algún tipo de capacidad natural que otros no tienen. A veces los adiestradores caninos adoptan nombres que implican este tipo de don especial –nombres como «encantador» o «intérprete» otorgan un aire misterioso al negocio del adiestramiento canino– y existe, tal vez, una reticencia de los adiestradores de éxito a que se desvanezca esta «magia». Muchas personas consideran el adiestramiento canino como un arte, más que como una ciencia, y preferirían que continuara así.

Personalmente creo que este planteamiento hace un flaco favor a los propietarios y priva a las personas de la información y el conocimiento necesarios para gozar de una relación positiva y próspera con sus perros. Le quiero dejar claro ahora mismo que no es necesario que posea ese tipo de «talento» para conseguir una orden de llamada excelente.

La única diferencia entre los que tienen éxito en el adiestramiento canino y los que no es la aplicación sistemática de consecuencias bien sincronizadas y adecuadas frente a las acciones de sus perros. No importa que el propietario aprenda a hacerlo leyendo este libro, imitando a otro adiestrador, estudiando psicología animal o simplemente por casualidad. Lo importante es que si ellos pueden hacerlo, usted también. Desde luego, algunas personas aprenderán esta habilidad más rápidamente que otras; igual que cuando una persona aprende a conducir más fácilmente que otra, algunos aprenderán el adiestramiento canino con más facilidad. Puede que a usted le cueste un poco más, pero cuando haya conseguido una orden de llamada magnífica, nadie notará la diferencia entre usted y el «encantador» de su localidad.

Por qué es importante la ciencia

Mientras que el «arte» de un adiestrador canino se encuentra en la forma en que ha aprendido a aplicar sus métodos con habilidad y precisión, las técnicas que utiliza se basan en la ciencia formal. Entender algunos de los conceptos de la ciencia del comportamiento es crucial para permitir que aquellos que quizás no dispongan de la experiencia ni las capacidades naturales del adiestrador profesional puedan adiestrar a su perro con éxito. Como veremos más adelante, es necesario que entender estos conceptos no resulte ni aburrido ni difícil.

Todo lo que las personas y los animales hacen puede descomponerse en pasos o componentes diminutos. Éste es uno de los elementos clave de todos los programas modernos de adiestramiento exitosos en cualquier disciplina. Otro elemento clave es entender lo que motiva el comportamiento y el aprendizaje para manipularlo. Este elemento clave es lo que nos ha servido en bandeja la ciencia del comportamiento, y nosotros lo ignoramos a un gran coste.

Si su perro no viene cuando lo llama, es necesario que cambiemos esto. Y entender lo que hace que un perro varíe su comportamiento es fundamental. Por eso, la primera tarea de este capítulo es descubrir exactamente lo que hace que un perro decida modificar su comportamiento, actuar de una forma nueva y distinta y no repetir las mismas viejas acciones que ha realizado en el pasado. En cuanto entendamos lo que fomenta los cambios en el comportamiento de nuestro perro, podremos empezar a controlar la forma en que se comporta en el futuro.

Pero antes de examinar lo que impulsa las decisiones de su perro y cómo podemos modificar este comportamiento, es necesario que primero analicemos sus limitaciones.

Las limitaciones de su perro

Si desea obtener una llamada total con su perro, es necesario que examine minuciosamente lo que ocurre en su cabeza, porque posiblemente es muchísimo menos de lo que usted imagina.

Hablando en términos relativos, los perros son animales simples no excesivamente dotados de habilidades intelectuales o de resolución de problemas. Antes de que usted se alce en su defensa, debería señalar que se ha ocasionado un gran sufrimiento a los perros como resultado de la insistencia humana de creer en las «superhabilidades» de sus inocentes compañeros.

A medida que los humanos se han ido enamorando e implicando más con sus amigos de cuatro patas, en algunos casos han atribuido a los perros capacidades y características que sencillamente no poseen, y esto no siempre ha sido en beneficio del perro. Culpabilidad, remordimientos, e incluso propósitos maliciosos y tendencias criminales, ¡todo esto se ha atribuido a los perros! Las investigaciones demuestran que es improbable que los perros experimenten las emociones de la misma forma en que los humanos lo hacemos, aunque algunos propietarios continúen sin convencerse de ello.

Lo que sí sabemos es que los perros aprenden como otros mamíferos, incluidos nosotros mismos, experimentando las consecuencias de sus acciones y modificando sus futuras acciones en consecuencia.

Examinaremos esto con más detalle dentro de un momento. Hablando en términos generales, todos los animales «repiten en el futuro» aquellos comportamientos que les han producido una consecuencia gratificante en el pasado y «evitan en el futuro» aquellos comportamientos que han producido consecuencias desagradables en el pasado. Esta característica conductual básica ayuda a asegurar la supervivencia de todas las especies en un entorno en cambio continuo.

Sin embargo, a diferencia de las personas, los perros no son capaces de racionalizar lo que han aprendido. No reflexionan sobre lo que usted les enseña y aplican este conocimiento a nuevas experiencias. Por esta simple razón, un perro que ha aprendido a sentarse en la cocina de su casa a menudo decepcionará cuando se le pida que demuestre su nueva habilidad en la cocina del vecino. No es que sea travieso, sencillamente no ha entendido que la orden «siéntate» significa la misma cosa en la cocina del vecino que en la suya.

Los perros no poseen una «moral rectora» que les indique los límites de un comportamiento aceptable. Un perro nunca será un «ladrón», ni siquiera si nosotros lo llamamos así cuando nos roba el desayuno de la mesa de la cocina. No puede ser un ladrón porque no tiene el concepto de posesión, simplemente entiende las consecuencias. Robar el desayuno delante del «jefe» puede que le suponga una riña, pero ¡robar el desayuno mientras usted está al teléfono le supone huevos con beicon! Son dos consecuencias muy distintas: la primera enseña al perro a no robar delante del «jefe»; la segunda le enseña que robar cuando «el jefe» está en otra habitación está bien. Con toda probabilidad, es posible que aprenda algo más; es decir, probablemente aprenda que a veces «el jefe» entra en la cocina después de hablar por teléfono y se comporta de una forma muy poco razonable, chillándole y apuntando con el dedo a un plato vacío, incluso enviándolo bruscamente fuera bajo la lluvia (menos mal que tiene algo caliente en la barriga).

Cuando «el jefe» se enfada y se vuelve irracional, normalmente el perro adopta un aspecto pequeño y servil. Esto es lo que hacen los perros automáticamente cuando un perro (o una persona) poderoso se pone agresivo. Por otro lado, cuando «el jefe» ve que el perro se echa al suelo con las patas sobre las orejas, interpreta este comportamiento como «culpabilidad». El perro, por cierto, no tiene ni idea de que este escándalo está provocado por los huevos con beicon que se ha comido, porque eso ha ocurrido hace cinco minutos. Esto nos lleva a la cuestión de la sincronización.

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Los perros no tienen un código moral

La importancia de la sincronización

Uno de los descubrimientos que realizaron los conductistas del siglo XX es que las consecuencias de un comportamiento concreto sólo afectan a la probabilidad de que éste se repita en el futuro si son inmediatas. Y estamos hablando de segundos, no de minutos. Esto es realmente importante para la supervivencia del animal. Por naturaleza, una consecuencia está normalmente relacionada con una acción únicamente si se produce en el mismo momento. Si usted cae en un río, se moja en ese momento preciso, ¡no se moja cinco minutos después de haber salido! Así que si no le gusta mojarse, aprenderá a mantenerse alejado de los ríos. Los humanos hemos introducido el concepto de consecuencia con retraso: esperar fuera del despacho del director para recibir un castigo, o esperar hasta fin de mes para que nos paguen el sueldo. En nuestro caso funciona hasta cierto punto porque podemos darle vueltas a las cosas y aferrarnos a un pensamiento o concepto en nuestras mentes. Esto, no obstante, implica la complejidad del lenguaje, e intentar aplicar consecuencias retroactivas a un perro es como dar cabezazos contra una pared: no deja de doler hasta que se para.

Los perros aprenden mejor cuando las personas de su entorno «reparten» consecuencias de una forma lógica, inmediata y predecible. Esto también funciona mejor con las personas, pero ¡ésa es otra historia!

Antes de examinar más detenidamente cómo podemos recurrir a las consecuencias para modificar el comportamiento de nuestro perro, merece la pena mencionar la cuestión del dominio y el liderazgo.

Teoría de la manada y la dominancia

Ciertas personas se estresan mucho con las teorías del dominio o con la necesidad de ser el líder de la manada. Se trata de conceptos en los que se basan varios estilos tradicionales de adiestramiento canino, y que despiertan unos sentimientos muy fuertes entre muchos adiestradores caninos modernos que los consideran pasados de moda y sin eficacia demostrada.

Algunos sistemas de adiestramiento canino todavía se centran mucho en dominar a los perros: oirá toda clase de consejos sobre cómo dominar al suyo. Algunos adiestradores caninos creen que los perros consideran a su familia como una «manada de lobos» con la jerarquía implícita en la estructura social de la manada. Otros creen que la teoría de la manada no sirve para nada en los perros domésticos. Por suerte, en realidad no importa quién tenga razón, porque adiestrar a los perros implica modificar el comportamiento, y modificar el comportamiento implica controlar las consecuencias del comportamiento; no implica ahondar en sus orígenes.

No hace falta que se preocupe por ser el líder de la manada para adiestrar a su perro. Tenga por seguro que a los perros domésticos más modernos no les interesa asumir el control de su familia, simplemente les gusta hacer lo que les hace disfrutar (que básicamente es comer, correr, echarse encima de cosas, etc.) y suelen encontrar la forma más rápida y fácil de conseguirlo.

Simplemente concéntrese en el adiestramiento. Si está a favor del liderazgo, recuerde que un líder es sencillamente un individuo que controla los recursos. A menos que su perro tenga los pulgares oponibles y una tarjeta de crédito, ese individuo será usted. Descubrirá que el liderazgo surgirá sin dificultades en cuanto usted tome la responsabilidad de todos los recursos disponibles para su perro controlando las consecuencias del comportamiento de éste.

Impulsos e instintos

Parte del comportamiento de su perro no es aprendido, sino instintivo. En buena medida, la clase de instintos de su perro dependerá de su raza. Las razas de perros criados para la caza (lebreles y whippets, por ejemplo) y algunos perros de trabajo tienen un instinto bastante desarrollado para perseguir objetos en movimiento. Probablemente habrá leído todo tipo de cosas sobre los impulsos, todas ellas muy interesantes, especialmente si usted se dedica a criar perros con unos instintos y características específicos. Sin embargo, ahondar en la historia o las características particulares de la raza de su perro no influirá ni en el orden ni en la estructura del programa de adiestramiento de la orden de llamada. El temperamento o las necesidades de su perro pueden afectar al tiempo necesario para que su perro supere algunas de las etapas del adiestramiento, porque puede que estos instintos supongan una fuente de distracción adicional para él, pero igualmente deberá pasar por las mismas etapas de adiestramiento, independientemente de su temperamento. Los impulsos e instintos le servirán para escoger las recompensas más adecuadas para su perro. Analizaremos las recompensas en más detalle en el capítulo cuatro.

Utilizar las consecuencias para modificar el comportamiento de nuestro perro

Así pues, hemos establecido que la principal fuerza que motiva el comportamiento animal son las consecuencias que el animal espera tras llevar a cabo ese comportamiento. Esta simple verdad es el núcleo de la explicación científica de cómo aprenden todos los animales superiores, y la clave para modificar el comportamiento animal, o, en nuestro caso, para adiestrar a los perros para que respondan a nuestra llamada. Para entender cómo funciona en la práctica este «juego» de consecuencias es necesario que examinemos con más detalle la ciencia.

Básicamente, una acción efectuada por un perro puede tener tres posibles consecuencias:

Las cosas pueden mejorar para el perro

Las cosas pueden empeorar para el perro

Las cosas pueden quedarse igual

Supongamos que su perro quiere salir al jardín. Si el perro araña la puerta y usted la abre, las cosas han mejorado para él. Si su perro araña la puerta y usted dice: «¡No! Perro malo», las cosas simplemente han empeorado. Si su perro araña la puerta y usted lo ignora, las cosas se han quedado iguales. En los dos últimos casos será menos probable que arañe la puerta en el futuro, mientras que en el primer ejemplo es más probable que lo vuelva a hacer.

Pero, desde luego, no queremos simplemente aumentar la probabilidad de la respuesta correcta; estamos buscando certeza y fiabilidad. Queremos una llamada que funcione todas y cada una de las veces. Por suerte, la aplicación repetida de consecuencias provoca que un perro desarrolle una «respuesta adiestrada» o un hábito para responder siempre adecuadamente a nuestras señales.

Tomar el control de las consecuencias

Estas sencillas normas de comportamiento son universalmente válidas, tanto si está en la cocina como en un laboratorio o en medio de un campo de 10 hectáreas. Sin embargo, para adiestrar a un perro con eficacia debe controlar completamente las consecuencias del comportamiento de su perro, y esto es muchísimo más fácil en un espacio restringido. Muchas personas intentan empezar la casa por el tejado y se esfuerzan por establecer una nueva habilidad en un lugar en el que tienen un control escaso o nulo sobre el resultado del comportamiento de su perro. Este libro le muestra cómo empezar con los ejercicios más fáciles en situaciones en las que usted tiene mucho control y le va guiando gradualmente a través de entornos cada vez más exigentes, a medida que aumenta el control y la influencia sobre su perro.

Extinción

Este apartado no tiene nada que ver con los dinosaurios; utilizaremos la palabra extinción en el sentido conductual. Examinemos primero la última de las tres consecuencias que hemos mencionado previamente: «las cosas quedan igual». Los experimentos han demostrado que si las cosas quedan igual (es decir, no hay consecuencias para las acciones del perro), entonces ese determinado comportamiento desaparecerá. Este fenómeno se denomina extinción. Si un perro muestra un comportamiento que no nos gusta (como ignorarnos cuando lo llamamos), entonces nos alegramos mucho de que este comportamiento se extinga. Por otro lado, si muestra un comportamiento que agradecemos (acercarse corriendo hacia nosotros cuando hacemos sonar el silbato), entonces la última cosa que queremos es que ese comportamiento se extinga. Por esto es importante que entendamos el potencial de la extinción y cómo podemos fomentarla o evitarla.

Es relativamente sencillo demostrar la extinción en el entorno controlado de un laboratorio, pero resulta bastante más complicado hacerlo en el mundo real, en el que no siempre es fácil asegurar que no se produce ninguna consecuencia. En el ejemplo anterior, cuando ignoramos al perro que está arañando la puerta, es bastante probable que, en una situación doméstica, pudiera aparecer otra persona y abrirle la puerta o abrazarlo, o incluso puede que viera la mitad de un bocadillo debajo de la mesa y le echara mano, con lo cual se terminaría cualquier esperanza de extinción porque todo esto son recompensas para el perro, a pesar de que puedan parecer accidentales.

Con frecuencia, cuando pensamos que no habrá ninguna consecuencia, en realidad sí que existe alguna, puesto que hay muchas cosas simples con las que un perro puede recompensarse a sí mismo, desde tumbarse panza arriba hasta perseguir un gato. Estoy segura de que a usted se le ocurren otras. La cuestión es que, como hemos visto, si el perro se recompensa a sí mismo inmediatamente después de un comportamiento no deseado que usted está intentando ignorar, la extinción no se producirá y su adiestramiento se verá afectado negativamente. Evitar que ocurra esto puede ser problemático con el adiestramiento de la llamada debido a la distancia entre el perro y el adiestrador. Más adelante examinaremos con más detalle las dificultades de controlar la extinción y cómo podemos superarlas.

A propósito, los científicos se refieren a este «juego de consecuencias» como «condicionamiento operante». Todo sistema de adiestramiento canino utiliza técnicas para controlar una o más de las tres consecuencias que hemos tratado.

Refuerzos y castigos

Analicemos de nuevo dos consecuencias clave: el perro lleva a cabo una acción y las cosas mejoran o el perro lleva a cabo una acción y las cosas empeoran. Un refuerzo es algo que hace que las cosas mejoren para el perro. Un castigo es algo que hace que las cosas empeoren para el perro. Si usted abre la puerta cuando el perro está arañándola, abrirla es un refuerzo. Otro ejemplo de refuerzo es la comida: si un perro se sienta cuando se lo ordena y obtiene una galleta, la galleta es el refuerzo. Cuando ofrece al perro una galleta está proporcionando un refuerzo por cualquier cosa que el perro estuviera haciendo justo antes de obtener la recompensa, tanto si era estar sentado tranquilamente como haciendo algo que puede que usted no considere tan deseable, como poner las patas en la mesa. Otros refuerzos comunes son oportunidades para realizar actividades que le gusten al perro, como perseguir algo o correr. Si silba a su perro y luego lo deja correr en círculos durante dos minutos, ha reforzado este comportamiento, el cual es, por supuesto, el acto de ignorar su llamada. Por tanto, todavía será más probable que lo ignore cuando silbe la próxima vez.

Un ejemplo de castigo es el dolor. Muchas personas creen que no utilizan el castigo, cuando realmente lo emplean mucho: no hace falta que los castigos sean dolorosos. Un reproche verbal como «¡perro malo!» puede ser un castigo para algunos perros. Los sonidos fuertes pueden ser castigos si al perro no le gustan, igual que un chorro de agua o una ráfaga de aire. Todo depende de lo que le guste y lo que no le guste al perro. Para algunos perros un reproche verbal representa un paseo en el parque, mientras que otros se derrumbarán si tan sólo les levanta una ceja. Por esto es muy importante que usted lo tenga claro, porque, significativamente, lo que representa un refuerzo (o un castigo) para un perro no necesariamente funciona para otro. Analizaremos este tema tan controvertido de si debería emplear algún tipo de castigo y cuándo debería hacerlo en el siguiente capítulo.

Controlar la extinción o garantizar que no se producen consecuencias a menudo implica encerrar o restringir al perro de alguna forma para evitar que se refuerce a sí mismo dándose el gusto con una actividad sin su consentimiento.

Recompensas

A la mayoría de las personas les gusta la idea de un adiestramiento basado en las recompensas. Muchos refuerzos son lo que la gente llama recompensas. No obstante, probablemente merece la pena mencionar que a los científicos no les gusta el término recompensas, y si decide leer sobre el condicionamiento operante, deberá acostumbrarse a la palabra refuerzo. Esta distinción es necesaria porque no todos los refuerzos son realmente recompensas. A veces podemos reforzar un comportamiento eliminando algo: esto se conoce como «refuerzo negativo».

La palabra negativo se utiliza en su sentido matemático de restar algo. Un ejemplo de refuerzo negativo en el adiestramiento canino sería la práctica del «cobro a la fuerza» empleada por algunos adiestradores de perdigueros en EE.UU. En el cobro forzado se pellizca la oreja del perro con la fuerza suficiente para que le duela. Cuando el perro obedece la orden de agarrar un muñeco con la boca, se deja de pellizcar y el dolor cesa. Esto es un refuerzo negativo. El comportamiento deseado se ha reforzado, pero, en lugar de añadir algo, se ha eliminando (en este caso, el dolor). La mayoría de los adiestradores del Reino Unido no utilizan el refuerzo negativo en el adiestramiento canino, y si le digo que usted «reforzará» el comportamiento de su perro, siempre me estaré refiriendo a un refuerzo positivo, lo cual todos conocemos como recompensa.

A algunas personas les preocupa que el adiestramiento que se basa mucho en recompensas no sea efectivo. Les inquieta consentir a sus perros, y por esta razón es importante que entendamos exactamente cómo afectan las recompensas al proceso de adiestramiento y que cuando empleemos recompensas, las utilicemos de una forma eficaz. Para lograr el éxito en su adiestramiento es fundamental la elección de las recompensas, que examinaremos más detalladamente en el siguiente capítulo.

De la teoría a la práctica