Pepe quiere muchísimo a Bergamota, la gata gris de su familia.Cuando tiene preocupaciones o penas, se las cuenta.Y ella parece comprenderle muy bien...
Así que esta mañana, Pepe decide enseñarle a hablar.La mira fijamente a los ojos y murmura:
–Repite lo que digo, Bergamota: SOY-U-NA-GA-TI-TA.
–¡Miau! –dice Bergamota.
–¡No, no! Escúchame bien: ME-LLA-MO-BER-GA-MO-TA.
–¡Miau, miau! –contesta la gatita.
–¡Que así no es, Bergamota! –protesta Pepe–. Haz un esfuerzo, anda. Repite lo que yo digo: ¡SOY-U-NA-GA-TI-TA! ¡ME-LLA-MO-BER-GA-MO-TA!
–¡Miau, miau, miau!
–¡Papá, papá! –grita Pepe–. ¿Por qué los gatos no hablan?
–Hablan a su manera, Pepe. Hacen diferentes ruidos para indicarnos si están contentos o enfadados, si tienen sed, si están asustados...