V.1: febrero, 2018
Título original: The Art of Communication
© Unified Buddhist Church, Inc., 2013
© de la traducción, Sonia Tanco, 2018
© de esta edición, Futurbox Project S.L., 2018
Todos los derechos reservados.
Diseño de cubierta: Pedro Viejo
Publicado por Kitsune Books
C/ Aragó, 287, 2º 1ª
08009 Barcelona
info@kitsunebooks.org
www.kitsunebooks.org
ISBN: 978-84-16788-44-6
IBIC: HRE
Conversión a ebook: Taller de los Libros
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser efectuada con la autorización de los titulares, con excepción prevista por la ley.
Thich Nhat Hanh tiene comunidades de retiro en el suroeste de Francia (Plum Village), Nueva York (monasterio de Blue Cliff), California (monasterio de Deer Park) y Misisipi (monasterio de Magnolia Grove), en las que monjes, monjas y miembros laicos practican el arte de la vida consciente. Los visitantes pueden unirse a la práctica por lo menos durante una semana. Para más información, puedes escribir a:
Plum Village
13 Martineau
33580 Dieulivol
Francia
NH-office@plumvillage.org (para mujeres)
LH-office@plumvillage.org (para mujeres)
UH-office@plumvillage.org (para hombres)
www.plumvillage.org
Monasterio Blue Cliff
3 Mindfulness Road
Pine Bush, Nueva York, 12566
Tel: (845) 733-4959
www.bluecliffmonastery.org
Monasterio Deer Park
2499 Melru Lane
Escondido, California, 92026
Tel: (760) 291-1003
Fax: (760) 291-1172
www.deerparkmonastery.org
deerpark@plumvillage.org
Monasterio Magnolia Grove
123 Towles Road
Batesville, Misisipi, 38606
Tel: (662) 563-0956
Fax: (760) 291-1172
www.magnoliagrovemonastery.org
office@magnoliagrovemonastery.org
Una parte de los ingresos recaudados por este libro se destina a la difusión de la obra y las enseñanzas de Thich Nhat Hanh. Para más información sobre cómo puedes aportar tu granito de arena, visita las siguientes webs:
www.thichnhathanhfoundation.org
www.escuelasdespiertas.org
www.tnhspain.org
www.vivirdespiertos.org
Descubre el arte de la comunicación y alcanza la felicidad
Thich Nhat Hanh es uno de los líderes espirituales y religiosos más venerados de la actualidad. En esta guía práctica y precisa, el monje budista, autor best seller en todo el mundo, nos revela las claves para aprender a escucharnos a nosotros mismos y a los demás con plena conciencia y a expresar nuestro auténtico yo. El arte de comunicar ayudará al lector a sobreponerse a la frustración que sentimos cuando no logramos transmitir nuestro mensaje, y a adquirir las destrezas comunicativas necesarias para alcanzar la felicidad.
«Thich Nhat Hanh nos muestra en su obra la conexión entre la paz personal y la paz en la tierra.»
Su santidad el Dalai Lama
Portada
Página de créditos
Sobre este libro
1. El sustento esencial
2. Comunicarse con uno mismo
3. Las claves para comunicarse con los demás
4. Los seis mantras del habla bondadosa
5. Cuando surgen las dificultades
6. La comunicación consciente en el trabajo
7. Crear comunidad con el mundo
8. La comunicación es la continuación
9. Prácticas para la comunicación compasiva
Sobre el autor
Muchas veces, cuando trabajamos con el ordenador, nos perdemos por completo en el trabajo y olvidamos estar en contacto con nosotros mismos. O quizá olvidamos prestar atención a nuestras conversaciones y nos dejamos llevar por chismes muy interesantes, críticas, quejas u otro tipo de habla inconsciente.
Podemos programar un timbre de atención plena en nuestros ordenadores y, cada cuarto de hora (o tantas veces como se desee), sonará la alarma y tendremos la oportunidad de detenernos y regresar a nosotros mismos. Inhalar y exhalar tres veces bastará para liberar la tensión de cuerpo y sonreír; después, podremos continuar con nuestro trabajo.
Beber té es una forma extraordinaria de reservar algo de tiempo para comunicarnos con nosotros mismos. Cuando bebo té, solo me dedico a beber té. No tengo que pensar. Puedo dejar a un lado todas mis ideas mientras tomo té. Y, cuando dejo de pensar, puedo centrar toda mi atención en el té. Solo existe el té. Solo existo yo. Hay una conexión entre el té y yo. No necesito un teléfono para comunicarme con el té. De hecho, como no estoy al teléfono, puedo contactar con el té. Con solo respirar, soy consciente de mi respiración, de mi cuerpo y del té.
Reservar algo de tiempo para tomar té es algo maravilloso. Por lo general, en el budismo zen, no tenemos mandamientos ni reglas estrictas, pero «¡Bebe té!» es una especie de mandamiento zen que te ayudará a volver a casa. No pienses. Debes estar presente; tu cuerpo y tu mente deben estar unidos. Céntrate en el aquí y el ahora. Eres real. No eres un fantasma; eres real y sabes lo que ocurre en todo momento. Y lo que ocurre es que ahora mismo tienes una taza de té en las manos.
Todos tenemos un niño herido en el interior que necesita nuestros cuidados y amor. Pero huimos del niño que hay en nosotros porque tenemos miedo del sufrimiento que pueda causarnos. Además de escuchar a los demás con compasión, también debemos escuchar al niño herido. Ese niño pequeño necesita que le prestemos atención. Dedica algo de tiempo a volver al pasado y a acogerlo con ternura. Puedes hablar con el niño utilizando el lenguaje del amor. «Querido, en el pasado te dejé solo. He estado lejos de ti durante mucho tiempo. Lo siento. Ahora he vuelto para cuidar de ti, para aceptarte. Sé que has sufrido mucho y yo te he desatendido. Pero he aprendido la manera de cuidarte. Ahora estoy aquí». Si lo necesitamos, podemos llorar con el niño. Cada vez que nos sentemos, podemos dedicar algo de tiempo a sentarnos y respirar con ese niño. «Al inhalar, regreso con el niño herido; al exhalar, cuido bien del niño herido». Cuando demos un paseo, podemos darle la mano.
Deberíamos hablar con ese niño varias veces al día para curarlo. El niño pequeño ha estado solo durante mucho tiempo, así que tenemos que iniciar esta práctica enseguida. Regresa con el niño que hay en ti todos los días y escúchalo durante cinco o diez minutos para que tenga lugar ese proceso de curación.
El niño herido no es solo nosotros; puede que represente a numerosas generaciones de antepasados. Puede que nuestros padres y nuestros antepasados sufrieran toda la vida y no supieran cómo cuidar del niño herido que había en su interior, así que nos lo han dejado a nosotros. Por eso, cuando abrazamos al niño herido que hay en nosotros, abrazamos a todos los niños heridos de las generaciones pasadas. Esta práctica no nos beneficia solo a nosotros, sino que también sirve para liberar a innumerables generaciones de antepasados y descendientes. Esta práctica puede romper el ciclo.
Si tienes problemas con alguien que esté presente en tu vida, podrías reservar algo de tiempo para estar a solas y escribirle una carta de verdad. Puedes escribírsela a alguien a quien veas a diario o a alguien a quien no hayas visto en años, o incluso a alguien que ya no esté entre nosotros; en cualquier caso, será igual de efectiva. Nunca es tarde para hacer las paces y curar una relación. Aunque ya no veamos a esa persona, podemos reconciliarnos con ella en nuestro interior, y la relación mejorará.
Dedica un par de horas a escribir una carta empleando el habla bondadosa. Mientras la escribas, practica el arte de contemplar en profundidad el estado de la relación. ¿Por qué ha sido difícil comunicarse? ¿Por qué no ha sido posible alcanzar la felicidad? Aquí tienes un ejemplo:
Querido/a:
Sé que has sufrido muchísimo estos últimos años. He sido incapaz de ayudarte… De hecho, solo he empeorado la situación. No quiero hacerte sufrir. Tal vez no soy lo bastante hábil. Tal vez he tratado de imponerte mis ideas. En el pasado, creía que tú me hacías sufrir. Ahora me doy cuenta de que yo soy el único responsable de mi propio sufrimiento.
Te prometo que haré todo lo posible por contenerme y no decir o hacer cosas que puedan hacerte sufrir. Por favor, dime qué hay en tu corazón. Tienes que ayudarme, de lo contrario me será imposible hacerlo. No puedo hacerlo solo.
Al escribir la carta, no tienes nada que perder. Una vez hayas terminado, puedes decidir si quieres enviarla o no. Pero independientemente de si optas por hacerlo o no, descubrirás que la persona que termina de escribir la carta no es la misma persona que la empezó: la paz, la comprensión y la compasión te han transformado.
Los tratados de paz y las notas de paz son dos herramientas que nos permitirán mitigar el enfado y el daño en una relación. El tratado de paz puede utilizarse como una herramienta preventiva, antes de que digamos algo hiriente o nos hagan daño con palabras o acciones crueles. Cuando firmamos un tratado de paz, no solo hacemos las paces con la otra persona, sino también con nosotros mismos.
Una nota de paz puede utilizarse como una herramienta curativa cuando estamos dolidos o enfadados por algo que otra persona ha dicho o hecho. Puedes fotocopiarlas y guardar copias en blanco para cuando las necesites. Úsalas en lugar de la nota que escribiste durante la práctica del cuarto mantra y que guardas en la cartera.
Si alguien hace algo que nos causa sufrimiento, podemos decirles: «Lo que acabas de decirme me ha hecho daño. Me gustaría analizarlo en profundidad, y me gustaría que tú también lo hicieras. Concretemos un día de esta semana para analizarlo juntos». Que una persona analice la fuente del sufrimiento es bueno, que lo hagan dos personas es mejor, y que las dos personas lo hagan juntos es muchísimo mejor.
Tanto el tratado como la nota sugieren esperar varios días para debatirlo. Podéis escoger cualquier noche. Al principio, todavía seguiréis dolidos y empezar a discutirlo en ese momento puede ser algo arriesgado. Quizá digáis cosas que empeoren la situación. Desde este momento hasta esa noche, puedes practicar cómo analizar en profundidad el origen del sufrimiento, algo que también puede hacer la otra persona. Antes de que llegue esa noche, es posible que uno o ambos sepáis cuál es la raíz del problema y seáis capaces de decírselo al otro y disculparos. Entonces, esa noche, podréis tomar una taza de té juntos y disfrutar de la compañía del otro.
Si, cuando tenga lugar el encuentro, el sufrimiento no se ha transformado, uno de los participantes empezará a hablar y la otra persona escuchará profundamente. Cuando hables, cuenta la verdad en profundidad utilizando el habla bondadosa, el tipo de habla que la otra persona entiende y acepta. Mientras escuchas, sabes que debes escuchar correctamente para aliviar el dolor de la otra persona. Si es posible, programa el encuentro un viernes por la noche o un sábado a primera hora de la mañana; de este modo, tendréis todo el fin de semana para estar juntos.
Para seguir viviendo juntos y felices durante mucho tiempo, desarrollando e intensificando nuestro amor y nuestra comprensión, nosotros, los abajo firmantes, juramos acatar y practicar lo siguiente:
Yo, el que está enfadado, accedo a:
Yo, el que ha hecho enfadar al otro, accedo a:
Juramos respetar estos artículos y practicarlos incondicionalmente.
Firmado,
A ____ de _____________ del año _____,
en __________________.
Fecha: ___________
Hora: ____________
Querido/a _________________:
Esta mañana/tarde/ayer, dijiste/hiciste algo que me hizo enfadar mucho. He sufrido muchísimo. Quiero que lo sepas. Dijiste/hiciste lo siguiente: .
Por favor, analicemos lo que has dicho/hecho y examinemos el asunto de forma calmada y abierta este viernes por la tarde.
Atentamente, aunque no muy feliz,
____________________________
Cuando hay algún problema en una relación y uno de los dos siente resentimiento o dolor, una buena técnica que puede ponerse en práctica es la de «empezar de nuevo». Empezar de nuevo es observarnos profunda y honestamente a nosotros mismos (las acciones, el habla y los pensamientos de nuestro pasado) y empezar de nuevo en nuestro interior y en nuestras relaciones con los demás.
Empezar de nuevo nos ayuda a desarrollar un habla más amable y una escucha más compasiva porque es una práctica de reconocimiento y apreciación de los aspectos positivos de otra persona. Reconocer los rasgos positivos de otros nos permite reconocer nuestras buenas cualidades. Junto a esas cualidades positivas, todos tenemos también puntos débiles, como hablar desde el enfado o dejarnos llevar por interpretaciones erróneas. Como en un jardín, cuando «regamos las flores» de la bondad y la compasión de la otra persona, también acabamos con la energía de las malas hierbas de la ira, la envidia y las interpretaciones erróneas.
Podemos empezar de nuevo todos los días expresando nuestro aprecio a las personas que nos importan y disculpándonos de inmediato cuando hacemos o decimos algo que les hace daño. También podemos hacerles saber a los demás con amabilidad que nos han hecho daño.
También podemos empezar de nuevo en el ambiente familiar y en el ámbito laboral. En estos ámbitos, el proceso se divide en tres partes: regamos las flores, expresamos nuestros remordimientos y compartimos nuestro dolor y nuestras dificultades. Esta práctica puede prevenir que el dolor aumente de una semana a otra y ayuda a que la situación sea segura para todos en el ámbito laboral y en el seno de la familia.