BREVE HISTORIA
DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA
Historia de los mitos: volumen 2
BREVE HISTORIA
DE LA MITOLOGÍA EGIPCIA
Historia de los mitos: volumen 2
Azael Varas Mazagatos
Antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, siempre mar, ya estaba y era...
El mar
Jorge Luis Borges
Bienvenido, lector, a otro tomo de la recién inaugurada colección de mitología de la editorial Nowtilus, en la que por supuesto no podía faltar un tomo dedicado al antiguo Egipto. Pero ¿qué hace de la mitología egipcia un capítulo imprescindible a la hora de elaborar una colección universal de mitología? La pregunta tiene bastantes respuestas posibles. La más obvia es la fascinación que despierta el antiguo Egipto, su escritura icónica, sus inmensas tumbas piramidales, sus tesoros y sus dioses con cabezas animales ya son patrimonio cultural y visual universal.
Como esta atracción por Egipto no es únicamente contemporánea, en esta fascinación tenemos también otra respuesta que probablemente sea la más sustancial. La mitología y la religión egipcia han influido enormemente en las civilizaciones con las que mantuvieron contacto, de modo que no se puede entender la historia de las religiones ni la historia de las civilizaciones sin conocer la cultura egipcia. La religión egipcia es una de las más longevas de la historia y más trascendentales para la formación y evolución de los dos principales pilares de los que la cultura occidental es deudora, el mundo grecorromano y la cultura cristiana.
Para enfocar el tema de manera holística hemos dividido el tomo en nueve capítulos y cinco apartados. El primer apartado trata aspectos generales de la religión, la cultura y la mitología, enfocándonos en los rasgos distintivos del caso egipcio.
Se trata de aspectos teóricos esenciales para entender la mitología egipcia, como la explicación de una muy breve historia del antiguo Egipto. Breve pero necesaria para comprender una mitología que nace en un contexto histórico realmente poco concreto. Con este título unificamos y fosilizamos una cultura que se desarrolló durante más de cuatro mil años con sus lógicas transformaciones, innovaciones, revoluciones... En definitiva, una cultura viva cuya historia se entremezcla con su religión y mitología, formando un único objeto de estudio inseparable.
Pero también explicaremos los principales conceptos mágico-religiosos, como maat y heka, para intentar comprender esta cultura con los ojos de la época. Este es quizás el objetivo más difícil y más ambicioso de la obra: tratar de quitarnos el filtro de la cultura occidental y de la modernidad para intentar ver la historia a través de los ojos de sus auténticos autores, los antiguos egipcios que la construyeron así. Objetivo aún más complejo y desafiante, pero por ello también más entretenido, al tratarse de una cultura tan distante histórica y culturalmente hablando. Esta forma de entender el estudio histórico es una de las reconocidas obsesiones que ya perseguimos en la obra Breve historia del antiguo Egipto, publicada anteriormente en esta misma editorial, la historia vista, en cualquiera de sus ramificaciones, no como un compendio de erudición sobre hechos más o menos demostrables del pasado; no, la historia y su estudio como descubrimiento de la riqueza de la diversidad cultural humana: la historia como punto de encuentro con otras formas de existencia y pensamiento ajenas al modo de vida moderno occidental, pero aprehensibles gracias al encuentro con culturas remotas geográfica o históricamente a través de sus textos, sus obras de artes, sus costumbres, sus ritos...
A partir del quinto capítulo entramos en materia puramente mitológica, con capítulos dedicados a las narraciones cosmogónicas, el viaje de Ra, a la lucha entre Osiris y Seth, entre Seth y Horus, la destrucción de la humanidad...
El octavo capítulo está dedicado a los cuentos y leyendas egipcios. Siendo estrictos con la definición de mito que seguiremos en esta obra y con el título del libro, no deberíamos incluir en este volumen este capítulo de cuentos y leyendas. Pero no hemos vencido la tentación de incorporarlo; primero, por todo lo que puede aportar al mundo mitológico egipcio, pero especialmente por tratarse de una parte fundamental de la literatura universal que normalmente queda relegada a las obras divulgativas. El noveno capítulo está dedicado a los ecos de la mitología egipcia que podemos rastrear en otras culturas y que en algunas ocasiones se arrastran hasta la actualidad. Por último, pero no menos importante, encontramos los anexos, que incluyen la lista de reyes egipcios, una lista de dioses con sus principales atributos, un bestiario egipcio y la bibliografía. E insistimos en que no es lo menos importante, aunque la naturaleza de este libro sea divulgativa somos conscientes de que en algunas ocasiones puede alcanzar un nivel un tanto enrevesado. No ha sido nuestra intención desde luego, pero somos conscientes del tema que tratamos en la obra: una religión, tema ya de por sí profundo, complejo y abstracto. Pero, además, no una religión cualquiera, sino una religión desaparecida hace milenios, tremendamente diferente a nuestro modo de ver el mundo, heredero de la cultura grecolatina, la religión cristiana y la filosofía occidental. Y por si esto fuera poco, una cultura contaminada por siglos de esoterismo, misticismo y bulos mal documentados. Por todo ello, algunos apartados pueden ser más ásperos que otros. Pero creedme, la intención es buena y no hay otra forma de tratar temas complejos de manera seria. Creo que faltaría a la inteligencia y a la confianza de los lectores si rebajáramos el nivel de la religión egipcia a una colección de cuentos con personajes pintorescos y, por qué no, con algún que otro extraterrestre. Eso no lo encontrarán aquí, pero tristemente la bibliografía de esa naturaleza todavía abunda en librerías y en internet. Como esa no es nuestra intención, hemos creado unas listas en los anexos que proveen al lector de una interesante guía para no perderse entre los miles de dioses de Egipto, entre sus muchos símbolos... Esperamos que estas listas se conviertan en una herramienta útil durante la lectura de esta o cualquier otra obra del antiguo Egipto.
La bibliografía está dividida en obras (libros, artículos...) generales, textos y fuentes, y webgrafía. Es una amalgama de textos consultados que destaca por contener obras de épocas muy diversas, desde las modernas páginas web (que las hay muy buenas si se sabe dónde buscar) hasta obras clásicas de inicios de la disciplina egiptológica todavía muy útiles, especialmente a la hora de leer los textos originales o sus traducciones. Esperamos que también pueda ser útil para quien desee profundizar en el tema de la mitología egipcia.
Así que después de darte la bienvenida al mundo de la mitología egipcia, que consideramos uno de los más fascinantes de la historia universal y que esperamos que a ti también te atrape, creemos que en este caso es más necesario que nunca acotar los términos del título de esta obra: Breve historia de la mitología del antiguo Egipto.
Lo primero que debemos advertir sobre el título es que esta es una «breve» obra de divulgación, y lo hacemos con toda la carga positiva que este término debería tener. Es un título especialmente pensado para aquellos lectores que deseen iniciarse en el mundo del antiguo Egipto o ampliar sus conocimientos de manera amena pero rigurosa, sin entrar en debates que a la inmensa mayoría de lectores les parecerán bizantinos, pero en los que podrá profundizar si lo desea a través de la bibliografía que aparece al final del tomo.
Como tal, esta obra se inserta muy bien en la recién inaugurada subserie de Mitologías de la Editorial Nowtilus. Pero sobre todo es breve por exigencia de la Historia (con mayúsculas), porque a pesar de todo lo que sabemos del mundo egipcio y de que año tras año se amplían nuestros conocimientos sobre esta civilización, tenemos que dar por hecho que, en el devenir histórico, hemos perdido la mayoría de la información sobre esta cultura. La causa más evidente son miles de años de distancia entre nosotros y el antiguo Egipto salpicados por guerras, saqueos, cambios religiosos, desastres naturales... Pero además hay que resaltar la importancia de la constantemente menospreciada tradición oral. En el antiguo Egipto, como en cualquier cultura o civilización preindustrial, la transmisión de la información se llevaba a cabo de manera oral, ya que la mayor parte de la población estaba compuesta por analfabetos y la escritura era un útil instrumento monopolizado por la élite política y religiosa. La mayor parte de la tradición mitológica se transmitía de generación en generación, pasando de la boca de los mayores a la memoria de sus vástagos, un ciclo que se repetía durante milenios con las lógicas corrupciones y adaptaciones de las historias originales. Sin un Heródoto o unos hermanos Grimm egipcios que se dedicaran a recopilar por escrito todas estas historias, lógicamente muchas acabarían por desaparecer para siempre, especialmente las relacionadas con el folclore popular.
Interior de la cámara mortuoria de la pirámide del rey Unis, la primera en la que se inscribieron los Textos de las Pirámides, el corpus de textos funerarios más antiguo conocido. [Imagen 1]
A continuación aparece el término mitología, que es el núcleo de la obra, pero también el más confuso. La palabra mitología proviene de dos vocablos griegos que bien podrían entenderse como contrarios: mythos (‘cuento popular, fábula, historia’) y logos (‘catálogo, ciencia, estudio’). La definición de la RAE (hemos consultado la última edición) tampoco es mucho más útil si no sabemos qué es un mito:
Así que, ¿qué es un mito? De nuevo con el auxilio de la RAE vemos la polisemia y complicación del término:
Hemos de advertir el esfuerzo de la RAE por dar cabida en su definición a un término imposible de definir en toda su diversidad. Para algunos mitólogos no existe definición universal que abarque la diversidad de todos los mitos, su morfología, sus funciones, sus temas, sus personajes... Esta teoría extrema ha sido defendida por mitólogos como Kirk, para quien «no hay ninguna definición del mito. No hay ninguna forma platónica del mito que se ajuste a todos los casos reales. Los mitos [...] difieren enormemente en su morfología y función social». Por tanto, una definición de mito que intentara tomar en cuenta todas sus características en distintos tiempos y contextos cae en el riesgo de ser tan inclusiva y amplia que cualquier cosa pueda convertirse en mito.
Cada mitología se origina en un marco histórico-cultural con el que se funde, y que, por tanto, debe ser definido. El egiptólogo Assmann introduce la característica compositiva y narrativa para la definición de mitos al defender que aquellas historias que estuvieran estructuradas con un inicio, nudo y desenlace pudieran ser consideradas mitos. Esta teoría provoca la exclusión inmediata de la práctica totalidad de los textos religiosos anteriores al Reino Nuevo, como los de las pirámides o los ataúdes que nosotros sí vamos a ver en este tomo.
Estela de ofrenda. Las estelas de ofrendas permitían conectar a los difuntos con los dioses a través de los textos y las imágenes de ofrendas que decoraban su cara, y son uno de los monumentos más frecuentes del antiguo Egipto. [Imagen 2]
La definición que cada autor da de la palabra mito es un asunto primordial, pues va a ser la base sobre la que se apoye la decisión de incluir o descartar unos u otros textos. El término «antiguo Egipto» hace alusión a una cultura que a grandes rasgos se desarrolló entre el 3500 a. C. y el siglo IV d. C. Debemos ser consecuentes con la dificultad de definir un término válido para abarcar su longeva historia. Teniendo en cuenta esta particularidad y situándonos entre el extremo hiperlaxo de la RAE y el de posturas negacionistas, como la de Kirk, y alejándonos, sin duda, de la teoría narrativa de Assmann, nosotros acotaremos para esta obra (únicamente) sobre la mitología del antiguo Egipto el simplísimo término de «mito» (egipcio) como «el relato sagrado protagonizado por dioses y que remite a los acontecimientos primordiales que explican el orden y el funcionamiento del mundo».
En este punto, sin embargo, debemos reflexionar sobre hasta qué punto la palabra «mito» en español puede condicionar nuestra forma de entender otras culturas, religiones y formas de pensamiento al simplificar y disfrazar de fábula prácticas religiosas que en su momento fueron (o son) tomadas por ciertas y seguidas por miles de personas. Así, podemos preguntarnos si nos atreveríamos a «mitificar» nuestra propia tradición religiosa y si denominaríamos «mito» o «religión» al relato del Diluvio Universal que aparece en el libro bíblico del Génesis, o a aquel pasaje de Isaías que dice que «el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte a Leviatán, la serpiente huidiza; a Leviatán, la serpiente tortuosa, y matará al dragón del mar» (Isaías 27,1). Estos dos textos cristianos (y religiosos) tienen paralelos evidentes en la epopeya de Gilgamesh y en las versiones griegas e hititas de la lucha contra el dragón, relatos ajenos a nuestra tradición cultural y religiosa que hoy denominamos mitos sin dudar un solo instante.
Paisaje de la meseta de Gizah con la pirámide de Keops al fondo [Imagen 3]
Por último, queda por definir el término en apariencia más sencillo, «antiguo Egipto». Todos conocemos la existencia de esta antigua civilización, y aunque ya hemos advertido previamente de la dificultad de categorizar bajo un único término una civilización de más de cuatro mil años de longevidad, volvemos a la idea a la que nos referíamos al hablar de la brevedad de la obra. Por un lado, la existencia de una tradición oral fuerte provoca que cuando hablamos de la mitología del antiguo Egipto sea muy posible que estemos excluyendo, y no a propósito, al menos la mayor parte de la mitología, la popular. Por otro, la pérdida de muchas de las fuentes escritas provoca que frecuentemente tengamos que recurrir a lo que los autores griegos y latinos escribieron sobre los egipcios. Al problema de leer a un autor ajeno al peculiar sistema de creencias y representación religiosa egipcia se suma otro aún mayor: muchos autores modernos que escriben de mitología egipcia obvian aclarar que se basan en la interpretación de autores grecolatinos.
Podemos suponer que la religión egipcia que se manifestaba constantemente en el tiempo y en el espacio inundaba todo rincón de la existencia humana en el antiguo Egipto. Las más aprehensibles para nosotros hoy en día son textos, arte, muebles y arquitectura. Pero la mitología también sería actor principal en ritos, ceremonias, cuentos, canciones, himnos y plegarias por siempre desaparecidos.
Los avances tecnológicos y metodológicos han permitido convertir la arqueología en una disciplina profesionalizada y con capacidad para desvelar información no solo material, sino también sobre la religión y la forma de vida del antiguo Egipto. Pero esta es una capacidad de la que carecían, en el improbable caso de que les interesara, los arqueólogos y cazatesoros de los siglos XIX y XX (y expoliadores contemporáneos), que destruían yacimientos en busca de hallazgos extraordinarios y obviaban ciertos objetos que no reportaran beneficio económico.
Sin embargo, la arqueología es incapaz de descubrirnos todas las aristas del complejo sistema de fe que sostuvo las creencias y ritos del antiguo Egipto, aun cuando sea capaz de reconstruir cómo y cuándo sucedieron. La religión es una experiencia eminentemente abstracta, y sin una base documental segura y suficiente andaríamos a ciegas por un bello pero complejo camino de pirámides, extrañas letras mudas y cuerpos desecados. Debido a la naturaleza y excepcional laxitud de la religión egipcia parece muy poco probable que en la Antigüedad hubiera existido un libro religioso referente, único y reconocido por toda la comunidad como en el caso del cristianismo o el islam. Por ello, debemos apoyarnos en gran cantidad de textos de diferentes épocas y naturalezas, todo ello sin obviar ninguna otra fuente de información útil como la iconografía o la arqueología. A continuación presentamos un breve corpus con los principales textos relacionados con la mitología del antiguo Egipto y sus características.
Textos políticos
Que la realidad era un trasunto terrenal de la esfera divina dan fe los pocos textos políticos conservados. El más importante de todos ellos es el tratado de paz que el rey Ramsés II firmó con el rey hitita Khattushilis III tras la batalla de Kadesh.
El [g]ran [p]ríncipe de Hatti, ha redactado un tratado para permitir que sean fijadas las relaciones que Ra y el dios de la Tempestad hicieron para el país de Egipto con el país de Hatti, en orden a no permitir que los enemigos los separen, (y esto) para siempre.
Textos para la historia del Próximo Oriente Antiguo
F. Lara Peinado (ed.)
Templos
Aunque muchos de los textos de los templos son frases estereotipadas, al ser las casas de los dioses, los templos son materia obligatoria en el estudio de la mitología tanto por el estudio de su forma y funcionamiento como por sus textos:
Gobernador, bello al salir, como Horus en su aparición en el cielo a primera hora de la mañana desde su augusto palacio que está en el horizonte.
Ancient records of Egypt IV
H. J. Breasted
Colección de papiros funerarios expuestos en el Museo Egipcio de El Cairo [Imagen 4]
Textos históricos
No nos ha llegado del antiguo Egipto ningún corpus de textos de naturaleza realmente histórica a la manera de Heródoto en Grecia o Tito Livio en Roma. La categorización de textos históricos merece mención aparte, ya que muchos textos egipcios catalogados actualmente como históricos por narrar un acontecimiento real tienen un auténtico sentido religioso, y en ellos aparecen siempre los dioses con un papel protagonista como defensores del rey y de los intereses de Egipto. Es el caso de las escenas y textos de batalla de los templos:
El buen dios, Sol de Egipto, Luna de todas las tierras, Montu en los países extranjeros; irresistible, poderosos de corazón como Baal, no hay nadie que se acerque a él en el día de la batalla. Él ha expandido las fronteras de Egipto por los cuatro lados hasta el cielo.
Ancient records of Egypt III
H. J. Breasted
Narraciones ficticias
El sentido religioso de los egipcios también se deja entrever en los textos ficticios, en los que los dioses, aunque no siempre se manifiestan, sí están presentes.
¡Mira! Cuando Amón pone a Seth a su lado, él truena en el cielo. Amón ha provisto todas las tierras. Cuando hubo provisto primero a la tierra de Egipto, de la que tú vienes, él aprovisionó a las demás.
Cuatro viajes de la literatura egipcia
J. M. Galán
Textos escolares
Por su contenido no podríamos considerarlos una categoría per se, ya que en su formación los escribas copiaban oraciones y plegarias que no componen un corpus diferenciado del resto, pero algunas copias conservadas poseen el valor de su singularidad.
Instrucciones
Es un género literario narrativo de naturaleza didáctica y sapiencial en el que también se pueden encontrar referencias a la mitología. En Las instrucciones de Amenemope se usa el episodio del pesaje del corazón para advertir a los nuevos escribas del riesgo de caer en la corrupción:
No muevas las escalas ni alteres los pesos,
no disminuyas las fracciones de medidas [...]
El Simio se sienta junto a la balanza,
su corazón está en la plomada;
donde hay un dios tan grande como Thot [...].
Ancient Egyptian Literature II
M. Liechtheim
Textos funerarios
Desde el punto de vista mitológico, el corpus de textos funerarios es el más interesante y el más citado ya que el papel de los dioses es indispensable para que los difuntos puedan llegar a vivir en el Más Allá.
Himnos y plegarias
Grabados sobre diferentes soportes, los himnos y las plegarias servían para honrar a los dioses y aportan mucha información sobre ellos, sus historias y sus poderes:
Poderosa Isis que protegía a su hermano,
quien lo vigilaba sin cansarse.
Quien vagó por la tierra lamentándose,
sin descansar hasta que lo encontró [...].
Quien, jubilosa, reunió a su hermano,
quien irguió la inmovilidad del cansado,
recibió su simiente, parió a su heredero,
educó al niño en soledad,
su morada desconocida.
Gran himno a Osiris en la Estela de Amenmose. Mitos y leyendas del antiguo Egipto
J. Tydesley
Rituales
Ritos e invocaciones formaban una unidad y tenían en la mitología el mejor ejemplo:
Tu purificación es la purificación de Horus/Set/Tot/Dunanuy
Palabras dichas cuatro veces: puro, puro, para N
Toma el agua que se encuentra en los ojos rojos de Horus
Thoth es el que le purifica totalmente como es su tarea [...].
[Sacerdote lector y sacerdote sem]
Palabras dichas a su oído por el gran milano: [es tu labio el que lo hace por ti, es el conocimiento] de tu boca
traer una cabra, cortar su cabeza; traer una oca, cortar su cabeza
Palabras dichas: Los he agarrado para ti
Te he traído a tu enemigo, para que sea ofrecido delante de ti
Atum le ha sacrificado para ti.
¡No te acerques a ese dios!
Ritual de la Apertura de la Boca y los Ojos en la capilla de la Tumba de Rejmira (TT 100)
Cartas
El archivo epistolar más importante del antiguo Egipto conservado se encontró en el yacimiento de Tell el-Amarna, la antigua ciudad de Akhetatón, construida durante el Reino Nuevo por Akhenatón. La carta que el rey mitanio Tushratta envía a Amenhotep III informa de la próxima llegada de la diosa sanadora Ishtar de Nínive (en realidad su estatua) a Egipto. Amenhotep III, casado con la princesa Tadu-Kheba, hija de Tushratta, dedicó cientos de esculturas a la diosa egipcia Sekhmet para sanar alguna enfermedad. Con la petición de ayuda a una divinidad extranjera nos muestra que la religión egipcia no negaba tajantemente la existencia de dioses extranjeros, algunos de los cuales llegaron incluso a formar parte del panteón oficial nacional. Así (habla) Ishtar de Nínive, Señora de todos los países:
Deseo ir a Egipto, un país que amo y (luego) regresar de allí». Ahora, con motivo de esto (te la envío) y está en camino [...].
Que Ishtar, la Señora del cielo nos proteja, a mi hermano y a mí mismo 100 000 años y que nuestra Señora nos conceda a ambos gran alegría y que actuemos como amigos. ¿Ishtar es para mí mi divinidad? ¿No es también para mi hermano su divinidad?
Textos para la historia del Próximo Oriente Antiguo
F. Lara Peinado (ed.)
Una de las cartas procedentes del yacimiento de Amarna escrita en cuneiforme [Imagen 5]
Textos médicos
No podemos entender la medicina egipcia desde el punto de vista científico moderno. En el antiguo Egipto, ciencia, religión y magia confluían para lograr el efecto deseado. Algunas curas debían ser llevadas a cabo al mismo tiempo que se recitaban conjuros, y los dioses eran invocados para asegurar el efecto de los fármacos. La mitología aportaba un paralelo prestigioso y mágico de las técnicas médicas, ya que la repetición del episodio mítico en el paciente real aseguraba el éxito de la cura.
Se debería preparar para él el huevo de un avestruz triturado con grasa y aplicado en la boca de su herida [...]. Esto debería ser retirado el tercer día, y encontrarlo unido a la cáscara, siendo el color como el de un huevo de avestruz.
Esto que es dicho como un encantamiento sobre esta mezcla:
¡Repelido es el enemigo que está en la herida!
Arrojado fuera es el que está en la sangre,
El adversario de Horus, desde cada lado de la boca de Isis.
Este templo no cae;
No hay enemigo de los vasos en él.
Estoy bajo la protección de Isis;
Mi rescate es el hijo de Osiris.
The Edwin Smith surgical papyrus I
J. H. Breasted
Este texto provee un ejemplo en el que un tratamiento «físico-médico» es acompañado por un conjuro de tintes mitológicos en el cual la herida es asimilada a Seth, y su cura a su enemigo Horus. Igual que Horus derrotó a Seth, se esperaba que la cura venciera a la herida.
Textos de administración religiosa
El papiro Harris, con sus más de cuarenta metros de longitud, es el papiro más largo conservado del antiguo Egipto. El documento describe las donaciones que durante más de tres décadas el rey Ramsés III hizo a los templos de Tebas, Heliópolis y Menfis y a sus dioses principales, Amón, Ra y Ptah.
A pesar de su evidente naturaleza contable, como en otros tantos documentos egipcios, el propósito original del documento no fue tanto histórico o administrativo como religioso, destinado a glorificar la piedad y hazañas del rey para ganarse el favor de los dioses.
Ramsés III, hijo de Ra, Gobernador de Heliópolis, amado de todos los dioses y diosas, rey, iluminando en la Corona Blanca como Osiris, gobernador, brillando en el Más Allá como Atum, [gobernador] de la gran casa en medio del cementerio, atravesando la eternidad por siempre como rey del Más Allá.
Ancient records of Egypt IV
J. H. Breasted.