Remotti, José Luis
¿Por qué se nos van los jóvenes de la Iglesia? / José Luis Remotti. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.
100 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-87-0223-0
1. Sociología de la Religión. I. Título.
CDD 200.7
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Este trabajo está dedicado a mis tres hijas
que transitan los años de niñez y adolescencia
y que seguramente deberán enfrentar días desafiantes
como parte de las nuevas generaciones.
Válgales como una pequeña contribución
a sus mejores momentos en la vida.
Índice
AGRADECIMIENTO
ABSTRACT
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN
I. CAUSAS ESPIRITUALES
Falta de un encuentro personal con Dios
Fe nominal
Frialdad espiritual
Apatía por las cosas de Dios
Resistencia espiritual
II. CAUSAS EMOCIONALES
La ausencia de buenos ejemplos
Padres. La gran brecha generacional
Guiar a los jóvenes espiritualmente
La virtud de ser padres y amigos a la vez
El matrimonio
Ausencia paternal
2 - La Iglesia
Falta de identidad
Los jóvenes y la estima propia
Desconocen sus valores
III. CAUSAS SOCIALES
Aumento de la presión social
Los medios de comunicación
Televisión
La música
Internet
Redes sociales
Bullying
Presión de grupos
Modelos influyentes
Deserción social
IV. LIDERAZGO JUVENIL DEFICIENTE
La historia del liderazgo en Latinoamérica
Carencia en la preparación
1 - Escasa preparación espiritual
2- Falta de conocimiento sobre la problemática juvenil
Falta de enseñanzas primordiales
1 - No se enseñan doctrinas
2 - Enseñanzas esenciales
CONCLUSIÓN. Principios para accionar el cambio
1. Realizar el cambio de una visión fraccionada a una visión integradora de cada etapa de las nuevas generaciones, de una visión individual a una visión colectiva
2. Integración de las familias en la tarea de discipulado para estas nuevas generaciones
3. Repensar y reformar el liderazgo para las nuevas generaciones
4. Trabajo en equipo, la clave relegada
5. Una inclusión seria de las nuevas generaciones en la tarea misional de la Iglesia
6. La Iglesia mirando hacia abajo. Libro del Profeta Jonás
APÉNDICE
BIBLIOGRAFÍA
Agradecimiento
A mi Señor, no solo mi gratitud, sino mi vida hasta que no halle suspiro en ella.
A mi amada esposa Viviana, quien ha renunciado a muchas cosas para apoyarme en cada desafío que Dios nos permitió afrontar, la más bella de todas las bendiciones.
A cada pastor y congregación que me facilitó investigar la realidad de las nuevas generaciones.
ABSTRACT
The present research work is exploratory and, at the same time, an explanation of the youth desertion from Church. This work tries to establish possible ethological causes of the analyzed issue. As an exploratory research it does not pretend to be a thorough investigation, nor does it complete the analysis of the multiple causes intervening in the occurrence of the problem. It does not reach all the aspects of the presented situation, but contributes substantially to the comprehension and reflection of the studied situation. Therefore it can also contribute to the formulation of possible measures to change this trend.
prólogo
Recibí con mucho agrado una copia de “Por qué las nuevas generaciones se van de la iglesia”.
Más específicamente el análisis de este libro tiene que ver con “Por qué las nuevas generaciones se están alejando de la Iglesia de Dios en el norte de Argentina”.
Decía que lo recibí con agrado, por dos sencillas razones.
Primero, porque conozco personalmente al autor, ya que servimos juntos en el mismo equipo nacional de la Iglesia de Dios en la Argentina. Conozco por lo tanto su vida, su hermosa familia, su rica trayectoria de servicio y liderazgo, sabiendo que tiene mucho por delante para entregarle a la Iglesia y las futuras generaciones. Su sana preocupación por ver a las familias restauradas, jóvenes viviendo con un propósito en la vida, y la iglesia siendo edificada con la verdad de evangelio, son notables en la vida del autor.
La segunda razón, es porque la temática de este libro es pertinente, localizada geográficamente para su análisis específico en el norte de Argentina, y responde a una necesidad que debe ser abordada desde la praxis pastoral siendo prioridad junto con la niñez en riesgo, en la agenda misional de las iglesias.
El autor evidentemente ha trabajado para diagnosticar las causas de por qué los adolescentes y jóvenes del norte argentino no son contenidos como debería ser en las distintas sedes de la Iglesia de Dios en ese sector del país, estamos hablando de más de 200 iglesias puntualmente en el noreste de Argentina.
Luego de un claro diagnóstico en que señala las causas espirituales, emocionales, sociales y el liderazgo juvenil deficiente, nos brinda la respuesta para sanar este diagnóstico, la solución a los problemas de fondo que hacen que los jóvenes no estén siendo contenidos y promovidos en las iglesias.
Esas respuestas tienen que ver con lo que el autor llama “Principios para accionar el cambio”, que están dados por cambiar una visión segmentada por una integradora; integrar a la familia en la estrategia de discipular a los jóvenes; reformular el liderazgo para las nuevas generaciones, privilegiar el trabajo en equipo, y finalmente incluir en la tarea misional de la iglesia a las nuevas generaciones.
Solo comprendiendo bien las causas por las que los jóvenes se están yendo de la iglesia, es como se puede articular una respuesta, y es precisamente a las causas que el autor dedica mucho espacio, para que partiendo de un diagnóstico certero se pueda aplicar la medicina correcta.
Es notable que esta medicina ataca de manera frontal lo males de la cultura posmoderna que dejan a los jóvenes en la superficie de todo sin encontrar la verdadera esencia del cambio y del sentido de la vida.
Lo fraccionado e individual atenta contra lo integrado y colectivo; la familia fragmentada atenta contra la familia como esa célula de cuidado y contención; un liderazgo no relacional y distante atenta contra un liderazgo integrador, relacional y humanizado, el caciquismo atenta contra un liderazgo que promueve el trabajo en equipo, y finalmente el liderazgo individualista y todopoderoso atenta contra el liderazgo inclusivo, facilitador y promotor de los dones y talentos de los otros.
Debido a estas razones arriba expuestas, celebro que podamos contar con esta contribución del pastor José Luis Remotti, en el abordaje de esta problemática puntual, como asimismo recomiendo la lectura de este libro a pastores, líderes de jóvenes y padres, más allá del marco geográfico, porque como observador de la misión de la iglesia, me atrevo a decir que las causas señaladas en este libro de por qué los jóvenes no permanecen en las iglesias, son similares en cualquier contexto geográfico.
Los invito a leer este interesante texto y felicito al pastor Remotti por este encomiable trabajo.
Nicolás Marulla
Buenos Aires, 7 de noviembre de 2019
INTRODUCCIÓN
“Y subí de noche por el torrente y observé el muro…”.
Nehemías 2:15
Después de haber servido como pastor de jóvenes en una de las Iglesias de Dios del norte argentino y haber ministrado durante 18 años en campamentos y encuentros juveniles, actualmente como educador y obispo1 de más de 90 congregaciones de la Asociación de la Iglesia de Dios, en seis estados del norte argentino, he observado la realidad de muchos jóvenes que se van de las iglesias, y que pocas veces este fenómeno de deserción juvenil es planteado de manera responsable o intencionalmente en la Iglesia de Dios.2
El autor del libro Me perdieron David Kinnaman señala que en la realidad norteamericana a este fenómeno se lo puede observar de tres maneras, los nómades, que son una generación de cristianos que toman un distanciamiento de la fe porque generalmente no se encuentran satisfechos con su fe nativa, han pausado su relación con la religión, pero no han cortado las cuerdas que los unen con la fe cristiana, también se refiere a los pródigos como aquellos que, en sus palabras, se “desconvirtieron”, es decir, están totalmente divorciados de su fe, a diferencia de los nómades que pueden cambiar de, congregarse a, no congregarse o de estar activo o no activo, los pródigos directamente han roto los vínculos con su fe, y por último David menciona a los exiliados como aquellos que permanecen en las iglesias, pero que han perdido toda motivación emocional y espiritual, buscan agradar a Dios, pero están ausentes de una vida influyente en la semana, ya que lo que escucharon de la vida fuera de las paredes de la iglesia fue tan malo que no saben cómo encajar en ella. Y por supuesto mirar de esta manera en nuestro contexto latinoamericano también podría ser útil.
Al hablar de esta realidad abordaremos las franjas de edad de las generaciones emergentes en su totalidad, es decir, usando como marco de referencia las cinco etapas mencionadas por el conocido líder juvenil Lucas Leys, las cuales se mencionarán en el progreso de este trabajo. Sin embargo, el énfasis principal de este análisis estará en las franjas juveniles de 11 a 25 años.
Contexto de las nuevas generaciones
El abordaje de este trabajo se desarrolla en un contexto posmoderno, en un mundo joven, donde el desarrollo de la tecnología y el fenómeno de la globalización han influido notablemente en nuestra sociedad y cultura, provocando cambios profundos. Algunos llaman a este fenómeno “modernidad líquida”, afirmando como atributo principal la metáfora de la fluidez referente a esta etapa actual; los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente la forma, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo, y tampoco se amoldan a las formas rígidas y establecidas. Los valores predominantes en el posmodernismo son el materialismo, hedonismo, permisividad, consumismo, relativismo y pluralismo.
La posmodernidad también trajo consigo un descreimiento a las religiones oficiales, las cuales perdieron notablemente su influencia en la sociedad, a esto también se lo conoce como “secularismo”. Por ello el hombre posmoderno se caracteriza por su agnosticismo y nihilismo (negación de cualquier valor), que a su vez abrió la puerta al resurgimiento de lo esotérico y satánico, como ser la práctica de la cartomancia, chamanismo, tarotismo, horóscopo, nueva era y sus prácticas orientales como el yoga, o el zen, las cuales se suman a los ídolos autóctonos de la Argentina que tienen también su lugar e influencia.
Algo asimismo alarmante que trajo consigo este cambio de escenario es la adicción al cine de terror, como a la ovnilogía o ufología, que es el estudio de los fenómenos aeroespaciales, conocidos como “ovni”. Este pequeño repaso de contexto, que urge un estudio a la problemática juvenil, nos ubica en un escenario amplio y atractivo para las nuevas generaciones. Es un tiempo de mucho colorido y emoción, lleno de sensacionalismo, que a su vez aleja al ser humano de la sensibilidad; la inclinación y preferencia cada vez mayor por el cine del terror y los juegos de violencia están produciendo una generación insensible. Donde la búsqueda de la felicidad se encuentra por encima de cualquier credo o institución. Este es un tiempo propicio para la juventud que se encuentra en vías de desarrollo y búsqueda.
Se cree que, para 2016, la población juvenil de Latinoamérica y el Caribe llegó a casi 600 millones, lo cual representa un gran desafío para la tarea de la Iglesia.3 Es importante remarcar que este tiempo y estos cambios también representan una oportunidad extraordinaria para la tarea misional de la Iglesia.
El 42% de la población mundial tiene menos de 25 años y se cree que para 2025 representará el 50% de la población laboral.4
No es una cuestión de edad, ni siquiera una guerra de generaciones, pero sí una cuestión de urgencia, y mirar esta realidad con intencionalidad podría representar para la Iglesia el dinamismo del cambio que necesita.
Algo le ocurre a la Iglesia de Jesucristo, parece ser que siempre está llegando tarde. El mundo ha cambiado, las culturas han cambiado, el estilo de vida de la sociedad ha cambiado y los jóvenes y adolescentes que representan ese cambio no están en nuestras congregaciones. Tan vertiginoso es esto que mientras muchos siguen refiriéndose a estos como “jóvenes o adolescentes” el mundo aplica términos totalmente nuevos y asertivos que definen mucho a estas nuevas generaciones. Generación Y, Generación I (‘IPOD`), Generación D (DIGITAL) y Generación M (MILLENNIAL), a su vez autores cristianos como Junior Zapata la llaman “generación emergente” por lo siguiente:
La generación emergente (...) ‘emergente’ porque está surgiendo, floreciendo, prácticamente invadiendo nuestra sociedad. Todos los medios sociales lo han notado; los comerciantes, los políticos, los de mercadeo, los tecnólogos, etc. Es una lástima que al parecer solo la Iglesia cristiana no les ha5 dado lugar6.
“Rapidez” es una palabra que también caracteriza a esta actualidad del mundo, lo que parece ser novedoso hoy en un tiempo corto será obsoleto. Ocurre en la industria de la tecnología, las actualizaciones van tan rápido que casi no da tiempo a disfrutar la tecnología adquirida, porque el mercado lanzó un nuevo modelo que genera la sensación de no estar en lo último nunca.
Según estudios de IBM, cada 12 horas el conocimiento se duplicará, es decir que lo que aprendí ayer puede que ya no sea relevante mañana para el campo en el que nos desarrollemos. No podemos sobrevivir hoy con el conocimiento de ayer. Internet será 100 veces más veloz de lo que conocemos en este momento. Por ello pensar en nuestras generaciones es una cuestión también de tiempo.
Muchos jóvenes pasan por la Iglesia, pero se van, se alejan. Y la Iglesia parece confundida e incapaz de retenerlos.
La juventud cristiana parece muerta, pero está dormida, y la tarea de la Iglesia es buscar la manera de despertarla, encontrarla y retenerla.
En expresión de Marcos Vidal: “Ojalá el maestro pueda decir como dijera hace años: no lloréis, solo duerme, no está muerta”7. (Mr.5:39)
Ya que las literaturas que abordan estas temáticas juveniles han hecho una aproximación de manera no exhaustiva y descontextualizada de la realidad sudamericana.
Asimismo dentro de la Iglesia de Dios de la Argentina, tampoco se ha planteado esta realidad como algo significativo, ni se han hallado trabajos que puedan contribuir a una comprensión más plena de esta problemática, me ha parecido pertinente realizar este trabajo, como un aporte que contribuya a mejorar esta situación.
1 El término “obispo” es aplicado en la Iglesia de Dios a aquellos que tienen la tarea de pastorear a familias pastorales y a su vez velar por la administración de cada iglesia local.
2 En la República Argentina la Iglesia de Dios con sede central en Cleveland, Tennessee, lleva el nombre de Asociación de la Iglesia de Dios.
3 https://perio.unlp.edu.ar/observatoriodejovenes/node/12
4 The Global Leadership Summit 2019.
5 Gary Schwammlein, President Emeritus, The Global Leadership Summit, Agosto2019.
6 Zapata, Junior, La Generación Emergente, Editorial Vida; 2005, 53.
7 Marcos Vidal, cantautor cristiano español, “Cristianos”, Álbum Buscadme y viviréis.