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Sobre este libro

En 1997 se publicó la primera versión de Mayonesa, en la que se relataba la batalla competitiva entre tres empresas por la generación de rentabilidad y valor económico en el mercado de las mayonesas. Las tres empresas eran inventadas. Las marcas eran inventadas. Pero la metodología de estrategia y desarrollo competitivo era real. La que empleamos en cientos de empresas de casi todos los sectores económicos. Por primera vez, mostramos sin secretos nuestros conceptos y nuestros métodos de trabajo. Invitamos al lector a conocer el backstage de la estrategia y del poder competitivo. El libro fue un éxito en todos los países en los que se presentó. En esta versión totalmente renovada actualizamos profundamente los conceptos anteriores, incorporamos otros completamente nuevos y detallamos la metodología de última generación que empleamos en la especialidad de asesoramiento en estrategia, cognición y poder competitivo.

Índice

Sobre este libro

Dedicatoria

Introducción

Abril de 1998

Segunda introducción

Enero de 2012

Apertura

Enero de 1997

Capítulo I

El mercado

Capítulo Ii

La empresa

Capítulo III

Marketing táctico

Mayonesa si estuviéramos en 1967 y en 1973

Marketing de primera generación

Marketing de segunda generación

Capítulo IV

Marketing estratégico

Como si estuviéramos en 1976

Marketing de tercera generación

Capítulo V

Segmentación de mercado

Capítulo VI

La dispersión cognitiva. importancia del alineamiento estratégico

Capítulo VII

Penta tierra, agua, aire y fuego

El marketing estratégico de la década de los 80

Capítulo VIII

El adentro y el afuera

Posicionamiento y productividad

Una visión diferente de marketing estratégico

Capítulo IX

Los molinos de la mente

Primeros pasos desde el marketing estratégico hacia el Desarrollo Competitivo

Capítulo X

La marca líder y la marca virtuosa

Capítulo XI

Definición del modelo de negocio

Capítulo XII

Dinámica competitiva

Ciclo de vida del producto versus evolución del mercado.

La evolución del sector industrial en función de la evolución de los paradigmas vinculares

Capítulo XIII

El modelo PENTA

Capítulo XIV

El plan de negocios de Calfrance

Capítulo XV

¿Posicionamiento?

Marketing desde el 89 al 97

Hacia el marketing sistémico

Marketing de cuarta generación

Capítulo XVI

Desarrollo competitivo

Posicionamiento, innovación, productividad y alineamiento

Momentum: el alineamiento (M7)

Capítulo XVII

La visión

Calfrance ingresando con Fouchet en la megacompetitividad

Cierre

Acerca de los autores

Alberto Levy

Carolina Baravalle

Levy, Alberto

Mayonesa: Estrategia, cognición y poder competitivo, 3º versión

3a ed. Buenos Aires: Granica, 2012.

E-Book.

ISBN 978-950-641-646-1

1. Marketing.

CDD 658.8

Fecha de catalogación: 31/05/2012

© 2011 by Ediciones Granica S.A.

Coordinación editorial: Débora Feely

Diseño de cubierta: MVZ Argentina

Conversión a eBook: Daniel Maldonado

www.granicaeditor.com

GRANICA es una marca registrada

ISBN 978-950-641-646-1

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en Argentina. Printed in Argentina

Reservados todos los derechos, incluso el de reproducción en todo o en parte, en cualquier forma.

Ediciones Granica

© 2018 by Ediciones Granica S.A.

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Dedicatoria

Claudita, este libro te lo dedico con todo mi cariño y mi agradecimiento por todos los caminos que recorrimos juntos, por todas esas caravanas que compartimos en las que, desde chiquita, me enseñaste el valor de la fuerza, de la esperanza y de la fe en los momentos de debilidad y de angustia y en los que me demostraste el valor de la humildad y de la nobleza en los momentos de éxito, de aplausos y de triunfo.

Me enseñaste el valor de la bondad y el valor de la caridad. Nunca te vi dejar vacía la mano de quien te pidió ayuda. Te admiro como hija de tus padres, como hermana de tus hermanos, como la Tía Clau de Gaspar, de Lucas, de Salvador y de Brunito. Te admiro por todo lo que hiciste por mi familia y por sentirla tu familia.

Te lo dedico en homenaje al honor que me da que seas la madre de Hannah nuestra hija.

Nunca me voy a olvidar lo que sentí cuando vimos juntos el final del discurso de John Nash (Russel Crowe) en Una mente brillante, cuando le otorgan el Premio Nobel en Economía en 1994. Decía:

“Siempre he creído en los números. En las ecuaciones y la lógica que llevan a la razón. Pero después de una vida de búsqueda me digo, ¿qué es la lógica?, ¿quién decide la razón? He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante […] y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida. Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a ti. Tú eres mi única razón de ser. Eres todas mis razones. ¡Gracias!”.

Para Claudia, mi mujer, el viento que sustenta mis alas

Introducción

Abril de 1998

Este libro es una introducción a la especialidad de Desarrollo Competitivo, desafío de primera magnitud en nuestros países. Lo escribí siguiendo pautas muy simples. El estilo es el de un típico caso de Harvard, con algunas salvedades.

• Los datos del mercado son inventados.

• Las tres empresas principales son ficticias, así como sus marcas.

• Pero los problemas son reales.

• La gente de las empresas son personajes inventados, pero en todos los casos corresponden a personas que hemos conocido en empresas reales, solo que los nombres están cambiados.

• Toda mi gente, los miembros de mi equipo, son reales.

• La metodología de trabajo es la real, la que aplicamos en las empresas.

• El viaje a Francia es un ejemplo exacto de cómo vivimos cuando nos toca hacer una intervención en otro país o en alguna provincia argentina.

Mi trabajo comenzó hace muchos años como asesor en planeamiento estratégico. Los primeros clientes fueron empresas como Alpargatas, Texas Instruments, Pfizer, 3M, Banco Ganadero, YPF y Coca-Cola. En esa época mi enfoque era facilitar que los gerentes formularan planes grupalmente y que pudieran transformarlos en acción práctica concreta en lugar de archivar el esfuerzo en una carpeta.

Así comencé a detectar que el área de Marketing no podía trabajar competitivamente si toda la empresa no estaba alineada tras esos planes, tomándolos cada área como propios. Hacía falta compartir valores y objetivos. Hacía falta que todos participaran en la construcción del futuro, ya que la gente ayuda a implementar aquello que ayudó a crear.

Este libro es el resultado ejemplificado en la práctica de un mercado, el de la mayonesa, y de mi preocupación por integrar dos perspectivas diferentes que tratan sobre los conceptos, los procesos, las técnicas y las tácticas de cambio y transformación que requiere el desarrollo competitivo. Estas dos perspectivas son las de la estrategia empresaria y la de la psicología organizacional.

Es importante destacar que se trata de un “ejercicio de metodología” basado en los conceptos que nuestro equipo sostiene, preparado para discutir en grupo, con lo cual puede ser usado como un entrenamiento ejecutivo en desarrollo competitivo dentro de una empresa y en cursos universitarios de Marketing, Desarrollo Competitivo, Planeamiento Estratégico o Cambio Cultural.

La idea de este libro surgió gracias a una conversación mantenida en el Consejo Asesor de la Escuela Tarbut con mi querido amigo y exalumno Fabián Skornik, quien me ayudó en todo el planeamiento del trabajo.

Mi agradecimiento al estudio de diseño gráfico Fernández-Raggio, por la creación del packaging de nuestros tres personajes, y a Luis Ojeda por la foto de tapa. Realmente creo que son profesionales de máximo nivel. Mi agradecimiento a todos los miembros de Levy Consultores, los que aparecen en este libro y los que quedaron detrás de bambalinas. Mi reconocimiento a todos los ejecutivos y empresarios con los que tuve el privilegio de trabajar todos estos años. No puedo nombrar a todos, pero todos saben a quiénes me refiero. Mi gran aprecio a Marc Roittman, expresidente para América Latina de Louis Dreyfus, por haberme honrado con la revisión de todo el manuscrito y con sus valiosísimos comentarios. Mi agradecimiento a Walt Disney quien, a pesar de no haber tenido la suerte de conocer personalmente, me enseñó el ejemplo de ser alguien que se atrevió a soñar. Mi agradecimiento a Paul Watzlawick por haberme enseñado a pensar. Mi reconocimiento a mis eternos profesores Theodore Levitt de la Harvard Business School y Phillip Kotler de la Northwestern University. Los dos me enseñaron a aprender. Mi enorme cariño al profesor Stephen Greyser de la Harvard Business School (nunca me voy a olvidar de tu kipá), por haberme enseñado a enseñar (y a hacerme más fácil extrañar).

Cualesquiera que sean los logros de un hombre, ellos serán incuestionablemente el producto de gente afectuosa que alimentó sus aspiraciones. Aquellos que a uno le brindan estima, que lo alientan en momentos de confusión y desánimo, que lo apuntalan hacia el futuro por su expresada fe en sus capacidades, son, seguramente, los agentes de su desarrollo. Muchos han hecho esto por mí. Algunos, como mis padres, mi mujer y mis hijos, han sido verdaderamente excepcionales aliados. Ellos me enseñaron a querer.

Especialmente, mi gratitud hacia Claudia (Yael), mi mujer, que hizo doble trabajo. Por muchos años me soportó navegar entre cambios, muchos de ellos muy profundos e impactantes. Después me apoyó al revivir esos cambios en las páginas de este libro y hasta me ayudó a estar seguro de que el texto estuviera bien escrito.

Avi Levy

Buenos Aires - Abril de 1998

Segunda introducción

Enero de 2012

Parece mentira. Ya pasaron catorce años desde la primera versión y más de seis años de la segunda y Mayonesa sigue siendo leído, estudiado y comentado en casi toda América Latina y España. Y lo digo impresionado y con toda humildad. Nunca soñé que esto iba a pasar.

Miles y miles de estudiantes lo leyeron en casi todas las universidades de la Argentina, de América Latina y de España. En Navarra, España, la Escuela de Negocios del Foro Europeo, que tiene su campus en Pamplona, me nombró Profesor Emérito y me invitó ya varias veces a dar clase en sus carreras de Máster en Dirección de Empresas. Lo que les doy es exactamente el modelo de este libro.

La segunda versión de Mayonesa, ya más volcada al desarrollo competitivo, la publicó Granica en 2006. En esta versión, yo ya estaba muy involucrado con las ciencias cognitivas, especialmente desde la psicología. La psicología cognitiva me ayudó muchísimo, no solo para entender la arquitectura mental humana y los mapas mentales de los demás, sino también los míos.

En Colombia presenté el modelo, también varias veces, en el Forum de la Universidad de La Sabana y en el Colegio de Estudios Superiores en Administración (CESA). En el Uruguay, en la Universidad Católica y en la Universidad ORT. Ya lo había presentado en la Universidad de la Empresa. En Ecuador, en la Universidad Católica de Guayaquil. En Córdoba, en la Universidad Blas Pascal junto a Marco Lorenzatti. En la Universidad de Belgrano, en la Universidad Católica Argentina, en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, que me nombró Profesor Honorario, en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en ESEADE, en la Universidad de la Patagonia Austral, en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, en la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino, en la Escuela Superior de Guerra Conjunta de las Fuerzas Armadas de Argentina. Gracias a todos los profesores de todas estas queridas instituciones por este honor.

Mi agradecimiento a los queridos amigos profesores Justino Bertotto, Carina Kenny, Fernando Zerboni, Eduardo Keegan, Patricia Bonatti, Eduardo Scarano, Sonny Basualdo, Jorge Fantín, Ariel Levi, Andrés Hernán Mejía Villa, Salomón Frost, Gastón Labadie, Nelsy Cruz, Jorge del Águila, Gustavo González, Juan Ramón Samper, Fernando Moroni, Oscar Germain, Héctor Fernández Álvarez, Gustavo Flores, Maribel Mikulic, Alberto Ibáñez, Gerardo Berriel, Juan Carponi, Claudia Altieri, Luis Etchenique, Daniela Pascual, María Teresa Gasparri y Juan José Gilli.

¡Me emociona que mi hija Hannah, que en la primera versión tenía apenas siete años, ya lo estudió en la carrera de Licenciatura en Administración en la Universidad de Belgrano! ¡No puedo creer que maneja “los triciclos” del modelo y que me comenta las noticias empresariales analizándolas desde el Penta (el modelo central)!

Ari Ginsber, profesor de la Stern School of Business de la New York University ha sido un muy importante influyente en mi visión sobre la dinámica de los sectores industriales, sus ecosistemas y las “keystones”, empresas que se transforman en “piedras basales” de esos ecosistemas mesoeconómicos. Con Ari pasamos largas horas conversando todos estos temas, comprando libros en las maravillosas calles de Greenwich Village y tomando capuchinos en el Starbucks de enfrente de la Stern.

Haber complementado mi doctorado en Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) con el doctorado en Psicología, también de la UBA, especialmente por la complementación que pude hacer de las dos tesis doctorales, fue extremadamente importante para perfeccionar el modelo en su versión actual. La liga entre las tesis de los dos doctorados fue la decisión estratégica, tema que jamás dejó de apasionarme en los últimos cuarenta años.

Por otra parte, también en estos últimos pocos años, el cable a tierra en lo que tiene que ver con la ejecución de las decisiones estratégicas, con su implementación, lo terminé de armar con la certificación de Project Management Professional del Project Management Institute. Esto me permitió ligar a la estrategia con las iniciativas de implementación de esa estrategia entendidas como proyectos que deben ser gerenciados con una metodología impecable y sólida.

En el mundo empresarial, además de todas las empresas en las que desde 1980 trabajé con el modelo, en estos últimos años desde la versión de 2006, lo presenté entre otras, en Bancolombia, Quala de Colombia, Poliresinas San Luis, Carboclor, Chevron, Exxon-Mobil, Estudio Cárdenas, Medicus, Peugeot, Alcance, Natufarma, Vanesa Durán, ANSES, Microsoft Andina, Telmex, Banco de la Provincia de Buenos Aires, Grupo BAPRO, Banco de Neuquén, Telefónica, Telecom, Carrefour, Supermercados El Dorado, Ciudad de Guayaquil, Ciudad de Punta del Este, Ciudad de Córdoba, Alfa Laval, Hewitt, Paladini, Fundación E+E, La Caja, Fundación Endeavor, Cámara de Comercio de Bogotá, Cámara de Comercio de Bucaramanga, Cámara de Comercio de Lima.

Claudio Destéfano, experto de primer nivel en redes sociales, Miguel Kozuszok, presidente de Unilever, y Enrique Umbert, secretario PYME del Ministerio de Industria y Minería de la provincia de Córdoba y presidente de Macroprint, me han conferido el honor de aceptar leer el libro antes de que se publique como “consultores de alta gama”. ¡Muchas gracias! ¡Qué honor!

Mi agradecimiento a Sergio Devalis por haberme honrado al designarme como asesor del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS), Departamento de Estudio de Empresas, emprendimiento conjunto entre la Universidad Nacional de Córdoba y el CONICET, y a Romina Jazmín Gómez, economista investigadora científica que ha colaborado conmigo en tantos artículos sobre la especialidad publicados en revistas científicas.

También deseo hacer llegar mi agradecimiento a los chicos del Grupo de Alto Potencial (GAP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Kevin Amsel, Edgardo Atamian, Antonella Costanzo, Nicolás Cravetz, Luis Fonciniti, Santiago Giordano, Adrián González, Valeria Gonzalo, Sol Klug, Andrea Morosini, Pamela Lorenzón, Manuel Pérez Williams, Nicolás Santopietro, Reinaldo Toledo, Pei Ling Tsai y Chang Wen-Chun. Especialmente a Iaio (Edgardo) Atamián, coordinador del GAP. Iaio me ayudó a corregir varias veces todo el manuscrito actualizado y, además, nada menos, armó todas las figuras.

Gracias a Rubén Barmat y a Carlos Tauil, que no dejaron de enseñar todos estos años las dos primeras versiones de Mayonesa en nuestra materia de la UBA y en sus clases en la ORT. Ya deben haberlo visto miles de estudiantes. Gracias a Oscar Germain por haber trabajado juntos en el cluster de la nutrición infantil, por ser parte de mi cátedra en grado y posgrado en la UBA y por ser tutor del GAP.

Mi reconocimiento a mi querido amigo Pedro Alejandro Basualdo.

Gracias a Juan Carponi Flores por haberme recordado siempre que, si bien nuestra especialidad es la guerra entre empresas por la conquista de la rentabilidad, esta debe siempre enmarcarse en la iniciativa, el compromiso y la responsabilidad social, y en el respeto irrestricto por los valores trascendentes que nos ennoblecen como seres humanos.

Agradezco a Elisa Faena y a Beba Cohen, las dos amigas de Claudia con las que me entrevisté para que me contaran cómo era su mayonesa ideal cuando estaba empezando la primera versión. Por supuesto, en esta siguen firmes. ¡Gracias!

Hoy presento esta edición actualizada y ampliada con la valiosísima colaboración de Carolina Baravalle, una de las profesionales de mi equipo a quien valoro mucho por su capacidad técnica y más por su calidad humana. Por supuesto, mi enorme agradecimiento, amistad y cariño a Carolina, quien me motivó cientos de veces a renovar Mayonesa y se dedicó a incorporar todo lo que escribí en posteriores libros de mi autoría, como Estrategia, cognición y poder, Empuje estratégico, junto con Alberto Ibáñez, Desarrollo competitivo subido a Internet por MateriaBiz, por la revista Portafolio del diario El Tiempo de Colombia y el diario El País del Uruguay, Liderando en el infierno, Liderazgo y ansiedad de combate. Caro procesó todo este material, ecualizó la terminología, estructuró las partes del modelo general en un todo sistémico y lo volvió loco a su marido, mi querido Beto Tascón, para que la ayudara en todo este trayecto. ¡Gracias Caro! No hubiera podido hacerlo sin vos.

La primera versión de este libro la terminé en 1997 en lo que se llamaba “El Mejillón” en Punta del Este. Mirando el mar, la Gorriti, la puesta, la gente. Cambió de nombre varias veces. Cambió la decoración y los dueños. Pero no cambió. Entonces quise poner el punto final a esta versión sentado exactamente allí.

Avi

Sentado aquí. Ahora se llama Boca Chica. Punta del Este, enero de 2012

Apertura

Enero de 1997

21 de diciembre de 1997. Punta del Este. Son las 10 de la mañana y estoy en Supermercados Devoto con Claudia, mi mujer. Acabamos de llegar anoche y no tenemos ni agua en la heladera. A pesar de que por mi trabajo como consultor de empresas tengo que estar permanentemente en los puntos de venta analizando la situación de las marcas de mis clientes y de las marcas enemigas, esta vez no estoy trabajando. No estoy mirando desde mi mapa mental profesional, sino desde la cómoda y hasta aburrida posición de príncipe consorte sin mayor responsabilidad que la de cuidar el carrito.

Ni siquiera tengo que cuidar a Hannah, mi hija más chiquita, porque se quedó durmiendo. Entre bostezo y bostezo (¿qué me puede sorprender a esta altura en un supermercado?) navego por las góndolas esperando que Claudia termine lo antes posible para irme a tomar café a “El Mejillón”, leer todo lo posible antes de que llegue la hora de almorzar, saludar a los amigos que ya llegaron a Punta y olvidarme de todo lo demás.

ATENCIÓN. De repente concentro mi atención en los movimientos de Claudia. Sin poder evitarlo empiezo a registrar sus actitudes, sus miradas y sus gestos. En un instante me doy cuenta de que está decidiendo la vida o la muerte de cientos de empresas. Si ella fuera la única compradora, la única consumidora, la única COMPARADORA, la vida de las empresas dependería de la decisión de Claudia de ponerlas en el carrito o dejarlas morir para siempre en una góndola.

A algunos productos los “levanta” casi sin mirar. Pienso si está comprando por impulso, como si estuviera hipnotizada por una maquinaria publicitaria que domina su indefenso, manipulable e irracional microcerebro (como muchos antiempresistas lamentablemente todavía creen) o si lo que está ejercitando es un muy elaborado y razonado ejercicio de FIDELIDAD a las marcas que prefiere.

Veo que a veces PARA, AGARRA un producto –ahora es un frasco de mayonesa– lo MIRA, LEE lo que DICE el envase, mira el packaging; con la otra mano toma OTRA marca de mayonesa (me imagino en ese momento que algo en la mente de Claudia COMPUTA COSAS), pone un frasco en el carrito y deja el otro en el cementerio.

¿Qué computó? ¿Cómo decidió? ¿Qué la hizo preferir? ¿Qué otra marca abandonó? ¿Qué pasará con la marca que eligió cuando pase del carrito a la heladera y de la heladera a la barriga? La próxima vez que vuelva al supermercado, ¿la volverá a elegir?

Este fenómeno –del que depende la viabilidad de las empresas– no tiene lugar solamente en el supermercado y en la perfumería. Pasa en la farmacia y en la estación de servicio. Pasa cuando se elige una central telefónica computarizada y un vuelo Buenos Aires-New York. Pasa cuando se elige un médico y un abogado. Pasa cuando se elige un destino turístico y un lugar para vivir. Pasa cuando se elige un libro y un auto. Pasa cuando se elige una turbina y cuando se elige una mayonesa.

Pasa cuando se elige.

Capítulo I

El mercado

Le pedimos a Claudia que nos cuente cómo es su mayonesa ideal. Esto quiere decir, cuáles son los requerimientos (las características, los atributos, las condiciones esperadas que PARA ELLA debe reunir una marca de mayonesa para que la satisfaga al máximo). Este es el concepto del “CONES”, o “Conjunto Esperado”. Esta es la DEMANDA DE CLAUDIA de una mayonesa.

En este caso le hicimos una entrevista individual en profundidad. Primero le pedimos que nos cuente los atributos que brotaran espontáneamente de su mente. Al principio, nos contestaba atributos elementales sobre la consistencia, la naturalidad o lo relacionado con los huevos o el aceite. Después, empezamos un proceso de recordación asistida en el que ella se daba cuenta de que había un montón más de cosas que espera de una mayonesa, de atributos que CLAUDIA DEMANDA de una mayonesa.

• Que sea de aceite de maíz.

• Que tenga mucha cantidad de huevos.

• Que no tenga gusto a limón.

• Que sea bien blanca, tipo americana.

• Que sea bien salada.

• Que sea cremosa.

• Que sea muy untable.

• Que se vean los globitos del aceite.

• Que la boca del frasco sea bien ancha para no desaprovechar lo que queda en el fondo.

• Que el envase sea redondo.

• Que la tapa sea de metal.

• Que el envase sea antideslizante.

• Que la marca sea muy publicitada.

• Que sea la marca líder.

• Que sea la marca que compra mamá.

• Que venga en frascos de 500 y de 350 gramos.

• Que también venga en sachets PET de 1.000, de 500 y de 250 gramos.

• Que sea libre de colesterol.

• Que sea la marca que compran mis amigas.

• Que la marca proyecte imagen de familia.

• Que sea la más exhibida en el supermercado.

• Que la marca sea de una empresa confiable y prestigiosa.

• Que la empresa se preocupe por mí personalmente dándome consejos y recetas.

• Que se mantenga el gusto frasco tras frasco y sachet tras sachet año a año.

• Que la marca esté exhibida junto a los productos finos.

• Que explique su fórmula a los especialistas en nutrición.

• Que para la empresa que la produce no sea “un producto más”.

• Que sea compatible con mi gusto por la buena cocina.

• Que tenga fecha de vencimiento.

• Que la etiqueta sea bien clásica.

• Que sea la más parecida a la que yo hago en casa.

• Que Hannah quiera comerla a cucharadas.

• Que la empresa se dedique especialmente a este tipo de productos.

• Que haya variedad de envases fáciles de guardar en la heladera.

• Que el frasco de 500 cueste entre 8 y 12 pesos.

• Que se encuentre en todos lados.

• Que haya una variedad con mostaza.

• Que haya variedades de condimentación.

• Que haya una versión dietética o de bajas calorías.

• Que el frasco –una vez abierto– sea hermético para que no se arruine el resto.

• Que la etiqueta me deje ver cuánto consumí del contenido.

• Que haya aceite de la misma marca que sea muy reconocido.

Podíamos haber seguido, pero ahí paramos.

Tenemos varios comentarios que hacer sobre este listado. El primero es que no podemos –ni nosotros ni nadie– hacer un juicio de valor sobre si Claudia está equivocada al demandar estos atributos, o si es la más encumbrada experta mundial en elección de mayonesas. Estos son los atributos demandados por Claudia hoy. y PUNTO. El segundo es que puede suceder que muchas cosas las haya mencionado porque le parece que “es lo que se debe contestar” o “esto es lo que se espera de una buena madre”. El tercero es que quizá no nos mencionó algunos que estaba pensando, porque le pareció que quedaba mal decirlo.

ATENCIÓN. Hablemos sobre investigación de mercado. Lo que hemos hecho con Claudia es una elemental e individual investigación sobre su producto ideal, y a nuestro criterio no existe ningún tipo de investigación de mercado más importante que esta, desde un punto de vista estratégico.

Básicamente existen tres tipos de investigación de mercado: la de demanda, la de oferta o “inteligencia estratégica”, y la de canal o “trade research”. Además, la investigación se compone de una fase cualitativa y de otra cuantitativa. Primero analicemos las tres clases.

La investigación de demanda es la que busca información sobre el consumidor final. La información más importante que tenemos que disponer sobre el consumidor final es cuál es su demanda, es decir, cuáles son los atributos que integran su CONES (conjunto esperado). En segundo lugar –y recién en SEGUNDO lugar– debemos tratar de describir al consumidor: entre otros, qué edad tiene, dónde vive, cuál es su grado de educación, qué nivel de ingreso, qué programas de televisión le gustan o qué hobbies prefiere.

Por su parte, la investigación de oferta es el equivalente a la “inteligencia” estratégica militar. Consiste en tener toda la información posible sobre las empresas competidoras o “enemigas”, de manera tal de poder superarlas en el tiempo y en el espacio. Antes que ellas, ganar más mercado.

La investigación de canal o trade research significa conocer los requerimientos de cada tipo de cliente intermedio. Qué esperan de un proveedor de mayonesa los grandes hipermercados, los almacenes tradicionales, los canales alternativos tales como los minimercados de las estaciones de servicio o los superkioscos, los mayoristas o los distribuidores de venta institucional, como los que les venden a los restaurantes, a los hospitales, a los hoteles y muchos más.

La fase cualitativa es aquella que se dedica a estudiar las motivaciones, las predisposiciones, las actitudes, las razones, los significados construidos mentalmente, en general, sin rigor estadístico. Esto quiere decir que los resultados de la información absorbida por entrevistas individuales y/o grupales (focus groups) a consumidores y no consumidores de mayonesa, no se pueden proyectar a todo el mercado nacional del producto, porque las entrevistas no reúnen los requisitos de lógica y de representatividad. Esto es, por ejemplo, que las muestras deben ser seleccionadas técnicamente por fórmulas especiales de varios tipos y que los datos se deben procesar con determinados protocolos. Así es como funciona en las investigaciones médicas y bioquímicas –entre otras–, en las que la precisión es absolutamente crítica. La que cumple estos requisitos es la investigación cuantitativa. Esta me puede decir que el 26% de la gente de toda la Argentina se parece a Claudia al querer en su mayonesa ideal el atributo “consistencia”. La cualitativa usa varios métodos comunes. Por ejemplo:

a) Prueba de asociación de palabras. Se basa en la velocidad de respuesta y en la asociación que hace el entrevistado con respecto a una lista de palabras que se le lee. Por caso –hablando de la mayonesa ideal– le decimos “un país” y responde “Francia”; le decimos “un color”, y responde “blanca”; le decimos “una situación de consumo”, y responde “en la mesa con toda la familia”.

b) Prueba de oraciones semicompletas. Está basada en que, al intentar completar las oraciones que se le presentan, se estimula al entrevistado a revelar motivaciones profundas. Por ejemplo: “se puede creer que — mayonesa — madre”. “En la mesa durante el almuerzo de ese domingo — mayonesa — juntar la familia”.

c) Psicodrama. El entrevistado recibe un rol para interpretar, como si fuera una obra de teatro. El método es especialmente útil para evaluar reacciones intergrupales (“sistémicas”, este término lo vamos a explicar más adelante, y es MUY importante) a través de los aspectos dinámicos de la interacción de los que participan. Especialmente es fundamental entender las redes de conversaciones que se establecen. Por ejemplo, un rol puede ser el de una madre que, para que la hijita coma, le sugiere que le ponga mayonesa a la comida; la abuela le dice que no exagere porque no es como la mayonesa que hace ella y la chiquita responde lo que se le ocurre de manera espontánea.

d) Prueba de diálogo de figuras. La entrevistada recibe una lámina en la que están dibujadas dos o más figuras. Algunas de ellas también tienen un espacio (como en las tiras de historietas) donde se le pide a la entrevistada que escriba un diálogo sobre mayonesa entre los personajes. Aquí el investigador busca descubrir proyecciones de la entrevistada.

e) Análisis semántico-diferencial. Son escalas bipolares de adjetivos generalmente opuestos entre sí, todos relacionados con una idea central. En nuestro caso, la elección, consumo, satisfacción y fidelización en el mercado de la mayonesa. Por ejemplo, separado cada extremo por seis posiciones en las que la entrevistada puede calificar su preferencia, se le pide que evalúe su predilección entre muy blanca o muy amarilla, muy consistente o muy fluida, muy salada o nada salada, muy masiva o muy exclusiva.

f) Test de Apercepción Temática. En esta prueba el entrevistado debe observar una serie de láminas sobre situaciones sociales comunes. Todas se preparan como para que tengan que ver con la elección, consumo, satisfacción y fidelización con la mayonesa. El entrevistado debe tratar de explicar la situación de cada lámina, tratar de imaginar cómo fue causada y cómo concluirá. La entrevistadora debe estar muy entrenada en registrar minuciosamente todos los comentarios de la entrevistada.

g) Entrevistas en profundidad. Este procedimiento es empleado para penetrar en las regiones más profundas y descubrir las motivaciones menos conscientes. Casi nunca se basa en cuestionarios muy preestablecidos, sino solo en una guía de pautas que va intentando penetrar cada vez en mayor nivel.

Acabo de volver de tomar café con unos amigos y me pareció interesante pedirle a dos amigas de la familia que, de a una a la vez, para que no se condicionen una a la otra, me hablaran espontáneamente de las mayonesas. Esto solo tiene valor exploratorio, para descubrir hipótesis de trabajo. No debe ser “extrapolable”, como conclusión de que así piensan todos los consumidores. Pero nos sirve como exploración previa para diseñar las investigaciones más rigurosas.

Testimonio de Valentina:

“Me parece que la mayonesa comprada tiene conservantes y colorantes. Cuanto más blanca, me parece que tiene menos colorante... pero yo creo que lo que dice la etiqueta tiene que ser verdad porque alguien puede ser alérgico a los productos químicos... Cuanto más importante la empresa, me da la impresión de más seguridad. Lo que no sé qué es eso de beta-caroteno. A mí me parece que deberían explicarlo. Lo más importante es la calidad del aceite que usan, pero la diet engorda menos porque tiene menos aceite… el aceite es lo que más engorda. Debe tener algo que la sostenga... la textura es más liviana, más suave. Pero no es como la hecha en casa... igual la compro y me gusta, especialmente la de marca. A veces la rebajo con un chorrito de limón o de agua mineral o de crema líquida común. La diluyo porque si no me da la sensación de que me hace mal... Pura no la uso nunca porque cuando me pasa por la garganta me parece que me hace mal. Hoy en día nadie tiene tiempo de hacerla en casa, las buenas marcas son excelentes.”

Testimonio de Elisa:

“Me está encantando la de oliva. Es un poco más fuerte porque el aceite es más perfumado... pero el aceite de oliva no es para todos. Uno de mis hijos no lo puede pasar, a él le damos todo con aceite de maíz. La light es mejor porque es más liviana y me encanta la de zanahoria, le da más color. La light casi no tiene yema. Es mejor para el colesterol. El limón también. Me da miedo que esté vencida. Quiero que me pongan la fecha de vencimiento en el frasco grabada porque si no en el supermercado te la cambian.”

Estos dos testimonios pueden no tener la menor relación con la “realidad objetiva”. En el mundo físico o “real” de las empresas estos comentarios pueden resultar totalmente ridículos. Pero el mercado no existe en los laboratorios ni en las salas de directorio de las empresas. El mercado solo existe en el plano mental, en la dimensión simbólica de cada consumidor o comparador. La marca es una “construcción simbólica y subjetiva” que brota del diálogo, de la “conversación” entre la oferta, que es una promesa, y la demanda, que es una esperanza. La marca es una “realidad inventada”. La empresa vive o muere según el significado que la marca logra en la mente del COMPARADOR.

La investigación cuantitativa se basa en los métodos técnicos de la estadística matemática descriptiva y de la estadística matemática inferencial.

La descriptiva es la que nos explica –por ejemplo– cómo es hoy el mercado de la mayonesa, consumo per cápita, envases más comprados, gustos preferidos, recordación y valoración de las marcas, participaciones de mercado de cada marca, distribución física, locales que se quedaron sin stock en tal mes, de tal tamaño, de tal marca, etcétera.

La estadística matemática inferencial es la que, en función de los datos disponibles, actuales y pasados, proyecta el futuro más o menos probable. Por supuesto que cuando el mercado es de muy fuerte turbulencia competitiva, cuando el nivel de “fricción” o de “densidad” o de “rivalidad” entre las empresas es muy intenso, cuando los cambios en los gustos de los consumidores son muy rápidos y cuando el poder de los canales de distribución crece, la predicción es cada vez menos probable y, por lo tanto, más riesgosa.

Como explicaremos más adelante, en este libro vamos a ejemplificar todos los conceptos teóricos con un caso totalmente inventado de tres empresas productoras de alimentos, que se disputan el mercado de la mayonesa. No existe ninguna relación entre lo que hemos decidido ejemplificar en este libro y las empresas reales, como Unilever, Aceitera General Deheza o La Campagnola, verdaderos competidores en la Argentina.

De las tres compañías que compiten en el mercado de la mayonesa, Westeast, Pradera Dorada y Calfrance (Compagnie Alimentaire de France), podemos decir que:

1. Westeast es una compañía americana con una tradicional cultura de investigar su posición en el mercado. Organiza constantemente grupos de consulta con consumidores y no consumidores de cada una de sus líneas de producto. Estas investigaciones son empleadas como control continuo del desempeño de sus ventas. Constantemente los resultados son enviados a los Estados Unidos, ya que en Saint Paul, casa central de la empresa, son consolidados a nivel mundial. La compañía le da prioridad a la realización sistemática de investigaciones cuantitativas, y varias veces por año pone en marcha investigaciones cualitativas a nivel nacional. Lo que más le preocupa es controlar los volúmenes de venta por región, por tipo de cliente y de canal, su cobertura de distribución nacional y su participación de mercado. Cada vez que lanza una promoción, la controla con tests de eficiencia. Por ejemplo, en una determinada zona –como el barrio de Recoleta– acostumbra a hacer “sampling”, que significa entrega de muestras gratis, y después trata de calcular si en los puntos de venta de la zona se logró incrementar la venta.

2. Pradera Dorada no está acostumbrada a invertir en investigación de mercado. En palabras de Daniel Rassato, presidente y principal accionista de la compañía, “no estamos en condiciones de gastar plata en teoría. ¿Quién puede saber de mayonesa o de cualquiera de nuestros productos más que nosotros que nacimos en este ramo? Déjenme de psicología barata”.

3. Calfrance se toma la investigación extremadamente en serio. Constantemente pone en marcha paneles de consumidores y de no consumidores. Valerie Lundaine, directora de investigación de mercado con sede en París, dice: “No movemos un pelo sin constatar, primero cualitativamente las hipótesis con las que trabajamos –por ejemplo el diseño de un nuevo packaging, o un comercial para televisión–, y después, SIEMPRE, lo testeamos cuantitativamente. Nunca nos arriesgamos a tomar decisiones solo con información cualitativa. Este tipo de información lo usamos para despejar hipótesis, pero después en Calfrance queremos números confiables con los que podamos calcular sin delirar”. Y agrega: “no investigamos solo los resultados a corto plazo. Lo que más nos importa es cómo estamos construyendo el patrimonio de marca”.

Como enfoque práctico, en todos los casos la investigación de mercado debe permitir aumentar el conocimiento que tiene la empresa con respecto al “teatro de operaciones” donde combatirá para tener éxito. La investigación sirve para disminuir el nivel de incertidumbre –para saber aunque sea un poco más– en el momento de tomar decisiones. La metodología de investigación sigue siempre estos cuatro pasos:

1. Definición del problema. Este primer paso consiste en determinar los objetivos del análisis. Muchas veces es necesaria una investigación preliminar para la correcta definición del problema. Cuáles son las hipótesis o las creencias principales que queremos testear. En nuestro caso, nuestro problema principal es definir qué atributos configuran la mayonesa ideal en el mercado actual. Las hipótesis principales pueden ser, por ejemplo, que los atributos van a tener que ver con el huevo, con el aceite, con el packaging, con la marca, con las variedades y con el precio, pero que –seguramente– habrá muchos más.

2. Diseño de la investigación. Este paso se puede subdividir en:

a) Determinación de las metas definitivas de la investigación, queremos conocer en profundidad cuál es la mayonesa ideal;

b) Determinación de la información buscada, es decir, tenemos que lograr conocer todas las características que puedan ser esperadas en una mayonesa;

c) Determinación de las fuentes de absorción de esa información, vamos a contactarnos directamente con los consumidores de mayonesa;

d) Integración y coordinación del plan de absorción, vamos a hacer entrevistas, grupos y una encuesta, y

e) Determinación del programa operativo, en tales y cuáles lugares, coordinado por quién, en tales y cuáles fechas, supervisado por quién, procesado por quién e interpretado por quién.

3. Recopilación o absorción de la información. En este paso la investigación se pone en práctica haciendo entrevistas en profundidad, grupos de focalización compuestos por consumidores de distintas edades, sexos, niveles de educación, de ingreso, de localización geográfica, de estilos de vida y encuestas personales, por teléfono, por correo, por paneles, y muchas más. Pero para nuestra opinión, lo importante es que la investigación tenga validez estadística. La investigación debe permitir que se extraigan conclusiones cuantitativas, tales como: “el 45% de los consumidores de mayonesa de Capital Federal y Gran Buenos Aires demandan una mayonesa muy parecida a la que demanda Claudia”.

4. Procesamiento, análisis e interpretación. Este paso se subdivide en: a) Categorización, esto es, la agrupación de la información en clases, con respecto al gusto de la mayonesa, de la consistencia, del packaging, de la marca, etc.; b) Compaginación, es el proceso de control de la información recopilada para hacer máxima la exactitud del análisis. Esta función es muy importante cuando se trata de cuestionarios usados por encuestadores, ya que pueden no ser legibles, estar incompletos, etc.; c) Codificación, es el proceso de asignación de cada respuesta a cada categoría, y d) Tabulación, el recuento de respuestas en cada una de las categorías.

Concentrémonos en la investigación de demanda.

CUIDADO. Hasta ahora lo que hemos logrado es que Claudia nos defina su mayonesa ideal. Su CONES. Pero resulta que somos cuarenta millones de consumidores, muchísimos consumimos (comparamos) mayonesa y lo más probable es que no todos tengamos el mismo listado de atributos ideales que tiene Claudia.

ATENCIÓN. Si esto pasa –como seguramente pasó– hemos detectado segmentos del mercado. Los segmentos son los “pedazos” que componen el mercado. Son los grupos de gente que tienen preferencias parecidas; su mayonesa ideal es muy similar pero diferente de otros grupos. Hay tantos segmentos de mercado como grupos de consumidores con mayonesas ideales diferentes.

Es decir, las empresas no SEGMENTAN el mercado como otros profesionales proponen sino que el mercado ESTÁ SEGMENTADO. Los demandantes se AUTOSEGMENTAN de acuerdo con la semejanza de sus concepciones de valor esperado. La clave es descubrir cuáles son esos segmentos y cómo evolucionan, ya que no son estáticos; cambian cada vez más rápido y cada vez más fácilmente.

No hay información estratégica más importante que conocer los segmentos que componen el mercado

Si no conocemos los segmentos, ¿cómo sabemos qué mayonesa ofrecer? ¿A quién se la ofrecemos? ¿Es Claudia nuestro “blanco de mercado” (target) o mejor apuntamos a otra consumidora? ¿Qué imagen queremos que tenga nuestra marca en la mente del consumidor? ¿A quién debemos vencer para lograr esa imagen? ¿Tenemos los medios para lograr esa imagen? ¿Y para mantenerla? ¿Qué tenemos que comunicar?

Hay muchos modelos de investigación de mercado (de descubrir segmentos). Uno de los que usamos cuando resulta apropiado es el Modelo de Segmentación Vincular desarrollado hace muchos años por Leonardo Caden y Rubén Rojas Breu, que se centra en el vínculo entre el sujeto de la demanda y el objeto de la oferta, vínculo que está marcado por el deseo. El deseo opera como el vector que une al consumidor con el producto.

En su versión inicial, este modelo distingue básicamente cuatro tipos de vínculo entre el sujeto y el objeto: el vínculo comunitario (cómo la mayonesa se transforma en una liga de pertenencia “tribal” con respecto a un grupo humano), el vínculo materno-filial o afectivo (cómo la mayonesa es la demostración del cariño), el vínculo simbolista (cómo la mayonesa es una demostración de estatus o prestigio) y el vínculo racionalista (cómo la mayonesa demuestra mi capacidad de elección).

El modelo considera que cada individuo es una pluralidad de sujetos o personajes que lo impulsan a decidir (compitiendo contra otro, o disfrutando, o educando, etc.) y que cada cosa es una multiplicidad de objetos, que en el mismo producto pueden coexistir una diversidad de imágenes (la misma mayonesa funciona como una “golosina salada”, como una forma de demostrar “el saber elegir”, como una marca que “me permite crear”, etc.). Al decidir un producto de una categoría cualquiera, el sujeto se orienta hacia uno de los tipos de vínculo.

En la versión posterior (Rubén Rojas Breu, Método vincular. Marketing para los que deciden, Ediciones Macchi, 1991), el autor sustituye la denominación de “comunitario” por la de “paterno-filial” y lo divide en el polo del mandato y el polo del placer, igual que el vínculo materno-filial. Asimismo, reemplaza la denominación del vínculo “racionalista” por vínculo “pragmático”.

Como veremos más adelante, las preguntas con las que hemos iniciado este capítulo son los interrogantes fundamentales de la estrategia competitiva, de la diferenciación y del posicionamiento. Pero no nos adelantemos. Primero, hagamos un poco de inteligencia estratégica.