En esta obra, Norma Perel de Goldvarg y Damián Goldvarg describen y explican las once competencias clave que utiliza la International Coach Federation (ICF) para evaluar y estandarizar el trabajo de los 18.000 coaches que certifica en más de 100 países. Con generosidad y palabras sencillas, los autores desarrollan cada una de las competencias y aportan sus puntos de vista, que enriquecen con ejemplos extraídos de su propia experiencia. Sin precedentes en español y de enorme valor didáctico, este texto es una herramienta insustituible para coaches en formación y en ejercicio, y para todo el que quiera acercarse a esta joven profesión, que hoy se afianza.
Sobre este libro
Agradecimientos
Prólogo de Lidia Muradep
Prólogo de Elena G. Espinal
Recomendaciones
Introducción
Capítulo 1
Normas éticas y estándares profesionales
Confidencialidad
Diferencia entre coaching y psicoterapia
Diferencia entre coaching y consultoría
Casos para reflexionar
Acuerdo de coaching
Capítulo 2
Acuerdo de coaching
Establecer el acuerdo al principio del proceso de coaching
Ejemplos del comienzo de una sesión de coaching
Caso 1. Mónica
Caso 2. Ana
Análisis
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 3
Confianza e intimidad con el cliente
Confianza en el cliente
Estrategias para desarrollar la confianza en el proceso de coaching
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 4
Presencia del coach
Nuestros pensamientos
Querer quedar bien
Las agendas, temas o cuestiones organizacionales
Ejercicio
Ejercicios para estar presente
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 5
Escucha activa
El coach:
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 6
Preguntas poderosas
¿Cuáles son las claves para hacer preguntas poderosas?
La diferencia entre el “qué” y el “quién”
¿Cómo hacer preguntas poderosas?
Debemos evitar…
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 7
Comunicación directa
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 8
Creación de conciencia
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 9
Diseño de acciones
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 10
Planificación y definición de objetivos
Evaluaciones de 360 grados
Pruebas de personalidad
Diferentes niveles de competencia
Capítulo 11
Gestión del progreso y la responsabilidad
Diferentes niveles de competencia
Apéndices
Ejemplos de documentos de acuerdos de coaching
Modelo 1.
Acuerdo de coaching para clientes que trabajan sobre objetivos personales
Modelo 2.
Acuerdo de coaching para clientes de organizaciones
Modelo 3.
Acuerdo de coaching
Sesiones
Código ético y estándares profesionales de la Federación Internacional de Coaching
Competencias clave de coaching de la International Coach Federation (ICF)
Bibliografía
Acerca de los autores
Goldvarg, Damián Competencias de coaching aplicadas: con estándares internacionales Damián Goldvarg y Norma Perel de Goldvarg 1a ed.–Buenos Aires: Granica, 2013. E-Book. ISBN 978-950-641-647-8 1. Coaching. I. Perel de Goldvarg, Norma II. Título CDD 650 |
Fecha de catalogación: 18/06/2012
© 2011 by Ediciones Granica S.A.
Coordinación editorial: Débora Feely
Diseño de cubierta: MVZ Argentina
Conversión a eBook: Daniel Maldonado
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GRANICA es una marca registrada
ISBN 978-950-641-647-8
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en Argentina. Printed in Argentina
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Tel.: +56 2 8107455
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Deseamos, en primer lugar, agradecerles a todos los coaches que participaron en grupos de mentorcoaching en la Argentina, Chile, Colombia, México, Panamá, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. Estos grupos desarrollan habilidades de coaching siguiendo los estándares internacionales de la Federación Internacional de Coaching.
También a los colegas que nos apoyaron en el desarrollo de estos grupos: Lidia Muradep, Alicia Bolton, Esther Peluffo, María Isabel Santos, Elena Espinal, Olga Lucía Toro, Ivonne Hidalgo, Claudia Raffo, Tani Sturich, Matilde Leal, Ángela María Gutiérrez, Gerardo Silbert y Brenda Velez.
A nuestros colegas y maestros, Eduardo Vier, PCC, Ginger Cockerham, MCC, y Julio Olalla, MCC, porque fueron fuente de inspiración y aprendizaje.
A Mariano Vázquez, Claudia Castellanos, Nora Biderman, Eva Denaday, Noemí Beraja, Isabel Chacon y Sandra Gutterman, por sus valiosos aportes.
Queremos hacer un especial reconocimiento a Pablo Puente, que editó el libro, y tuvo una paciencia muy grande con madre e hijo.
Finalmente, queremos agradecer a todos aquellos, tanto de la Argentina como de otros países de Latinoamérica, que no nombramos, pero que de un modo u otro han contribuido a que este libro haya sido posible.
Norma Perel de Goldvarg, PCC
Damián Goldvarg, MCC
Es un placer y un honor para mí prologar este libro.
Por intermedio de Norma, tuve la oportunidad de conocer a Damián hace casi tres años, cuando vino a la Argentina en nombre de la ICF, para transmitirnos las 11 competencias clave.
A lo largo de todo este tiempo he podido comprobar el enorme compromiso y la entrega de ambos, puestos al servicio de que incorporemos las competencias en los procesos de formación y en la práctica profesional del coaching en Latinoamérica.
Este libro nos ofrece una descripción profunda y minuciosa de cada una de las competencias, y aporta modalidades efectivas de aplicación y casos para la reflexión, con sus correspondientes análisis. Nos muestra también ejemplos concretos de lo que es necesario evitar en la práctica. Al aporte claro y preciso acerca de los diferentes niveles de aplicación de cada competencia suma la exposición de sesiones con distintos clientes y, por último, el proceso de análisis y evaluación grupal en cuanto a maestría de una conversación de coaching.
Considero que es un trabajo generoso de reflexión compartida, y que contribuye al desarrollo profesional del coaching a nivel global.
Felicito a los autores por esta iniciativa.
Lidia Muradep, MCC
Directora de la Escuela Argentina de PNL y Coaching
Vicepresidente de la International Coach Federation, Capítulo Argentina
Participé de las “viejas lides” del coaching. De ese momento en el que comenzó a establecerse como una manera de mirar el mundo y de intervenir en las conversaciones. Fue un baño de humanidad, de rescate de la creatividad y de la valoración emocional.
El coach y maestro Jim Selman dice que el coaching es la herramienta que nos permite a los seres humanos salir de la “máquina” que nos maneja, para dirigirnos hacia la valoración del tiempo como un regalo donde hacer de nuestra vida lo que queramos, hacia la valoración de nuestros afectos, del propio sistema de decisiones.
A partir de esa historia, el coaching (al menos el ontológico) tenía una gran base filosófica, y en su receta se incluía una respetable porción de arte. El arte de los artistas, de los que crean un juego, de los que se inspiran y poseen una fórmula imposible de transmitir. Podíamos enseñar la teoría, pero la práctica...
Había gente que tenía la habilidad casi innata de hacer buenas preguntas, de llevar al otro a descubrir mundos nuevos. Había artistas a quienes verlos cómo hacían coaching era toda un experiencia. Unos parecían cirujanos de juicios y creencias fundamentales, otros eran hábiles en el trabajo emocional, o fantásticos en la maestría para generar distinciones. Cada uno de ellos producía en quienes recibían coach y en quienes eran testigos de ello admiración y éxtasis. Sin embargo, adquirir su habilidad era complicado, y a veces hasta imposible.
Una lucha de aquellos tiempos, en la que los alardes parecían espadas sacando chispas al tocarse, era la que mantenían las diferentes escuelas. Los ontológicos considerábamos que todo aquello que no fuera coaching ontológico no tenía elevación. Nos ofendimos, además, cuando el uso de la palabra coaching se extendió, y ya los gerentes hacían coach a sus empleados, padres a hijos, los que antes hacían mentoring, o counseling o programación neurolingüística. La palabra “coaching” comenzó a popularizarse y muchos empezaron a funcionar o a presentarse como coaches.
Los años pasaron y el trabajo de la International Coaching Federation (ICF) hizo algo fundamental: transformar un arte en una profesión, fijar estándares, describir qué es y qué no es coaching.
La competitividad que generó la popularización de esta profesión nos forzó a mejorar notablemente nuestras habilidades, y exigió que las escuelas elevaran sus estándares y formaran profesionales de mayor calidad. En este proceso, las 11 Competencias Clave desarrolladas por la ICF adquirieron un valor preponderante.
Hablemos ahora de los autores de este libro.
¿Quiénes son estos maestros autores?
Norma y Damián forman parte de una familia dentro de la familia del coaching. Son madre e hijo. Ambos son coaches. Norma vive en Buenos Aires. Damián es argentino y hace varios años reside en los Estados Unidos, donde cumplió con un trabajo loable de inclusión del habla hispana en el ámbito de la ICF. Su compromiso con los coaches y con el coaching como profesión es un parasol para esta actividad en Latinoamérica, aunque su meta seguramente se extenderá muy pronto a otras culturas.
Este libro tiene la capacidad de llevar de la mano al lector por el conocimiento de las distinciones básicas del coaching. La descripción, con palabras sencillas, de las 11 competencias clave permite tanto a los que quieren ser coaches como a los que buscan información sobre esta profesión un paseo por los lineamientos esenciales.
Estoy convencida de que la obra de Norma y Damián tiene el destino de transformarse rápidamente en una herramienta de cabecera para quienes están en su etapa de formación, ya que sienta las bases de un modelo de trabajo y muestra el arte de hacer coaching, como una aspiración para los enamorados de la profesión que se dediquen a soplar, a ser viento bajo las alas de los que quieran ir más lejos.
Recuerdo la leyenda de los tarahumaras que rescata Clarissa Pinkola Estes en su libro Mujeres que corren con los lobos. Habla de la huesera, que recorre los campos buscando huesos de lobos, los junta y una vez formado el esqueleto los sopla y les canta, y entonces ve el milagro: los huesos comienzan a llenarse de carne, de piel, de pelos. Luego les toma el hocico, sopla y, a veces, un lobo se yergue y comienza nuevamente a correr.
¿No somos un poco eso los coaches, cuando soplamos aires de posibilidad y de valía en este mundo?
Elena G. Espinal, MCC
Especializada en Coaching Organizacional y Diseño de Futuro
Al fin un manual práctico, sencillo y didáctico que explica las competencias de la ICF, con ejemplos reales, muy útil para los coaches en formación, y también para los coaches supervisores, evaluadores y aspirantes a una acreditación. Damián y Norma nos ofrecen generosamente su propia experiencia danzando libremente entre los estándares de la ICF, su creatividad personal y su sensibilidad como coaches. ¡Imperdible!
Cecilia Cosamalón
PCC y evaluadora de la ICF
Past-president de la ICF Perú
Un libro de vital importancia para el momento que está viviendo la profesión del coaching en América Latina. El aporte que Damián y Norma hacen en esta exploración de las 11 competencias de la ICF es invalorable para el desarrollo de cualquier coach que aspire a una práctica de excelencia.
Illary Quinteros
PCC y evaluadora de la ICF
Presidente de la ICF Chile
Recomiendo este libro porque resalta las competencias que avalan a un coach profesional, comprometido con elevar el nivel de la profesión. Es valioso porque expresa con claridad cómo vivir las competencias y la ética profesional según lo estipulado por la Federación Internacional de Coaching.
Mirna Pérez Piris
PCC
Coach ejecutiva
Chair del Comité Regulador de la ICF
Presidente ICF México
Este libro es una joya para la profesión. El mensaje es sencillo. Damián y Norma revelan metodología específica y principios necesarios que colaboran en la ruta hacia el éxito, tanto de coaches como de toda persona que desee mejorar su desarrollo personal.
Brenda Vélez
MCC
Presidente ICF Puerto Rico
Presidenta y directora general del Coach Art Institute
Considero a este libro de cabecera para todo coach aprendiz o profesional. Su lectura es imprescindible, porque brinda una mirada “desmitificada” sobre el coaching, desde la práctica de competencias y estándares internacionales. Llena un vacío en la bibliografía que existe sobre el tema y contribuye a mostrar las entrañas de esta profesión cada vez más reconocida en el mundo.
Laura Fierro Evans
MA, ACC de la ICF
Coach especializada en potenciar ejecutivos, equipos y empresas en el desarrollo de competencias multiculturales
Primer texto en idioma castellano sobre las 11 competencias definidas por la Federación Internacional de Coaching que son centrales en el ejercicio de la profesión. Es un libro bien escrito, sencillo, didáctico y completo. Es, sin lugar a dudas, una herramienta indispensable para coaches en formación, escuelas de coaching y profesionales del coaching.
Olga Lucía Toro
MS, PCC de la ICF
Consultora de liderazgo y desarrollo humano integral
Miembro de la ICF Colombia
Las competencias de coaching son el marco dentro del cual todo el conocimiento, la experiencia y la sabiduría de un coach es posible potenciar, en pos de un proceso transformacional y del alcance de metas que lleven a una mejor calidad de vida de sus coachees.
Este libro completa en forma simple, clara, concreta y precisa el aprendizaje que necesita un coach profesional a la hora de querer definirse como tal.
Gerardo Silbert
Coach, Trainer
Presidente de la ICF Uruguay
Resalto la labor pedagógica con la que Norma y Damián nos presentan un tema, siempre tan actual: las competencias de coaching. Aporte sin límites. Generosidad sin fronteras.
Isabel Cristina Jaramillo
PCC de la ICF
Presidente de la ICF Colombia
La práctica de coaching profesional es relativamente nueva. La Federación Internacional de Coaching (ICF1), que se fundó en 1995 y regula la actividad a nivel global, desarrolló estándares éticos y lineamientos para favorecer el crecimiento y la credibilidad de la profesión. La ICF ofrece, además, certificaciones reconocidas en todo el mundo, y los congresos internacionales de coaching más numerosos e importantes. En abril de 2012 cuenta con más de 21.000 miembros en 110 naciones, con más de 140 capítulos o grupos organizados que ofrecen asesoramiento, instrucción y actualización.
En el año 2001, un grupo de ocho coaches experimentados, directores y profesores de escuelas de coaching de los Estados Unidos, se reunieron para definir cuáles eran las competencias más importantes que debe tener un coach profesional. Las escuelas representadas fueron: Hudson Institute, Newfield Network, Coaches Training Institute, Coach U, Coach for Life, Success Unlimited Network, Academy of Coach Training y New Ventures West. La meta que se fijaron fue desarrollar un modelo que permitiera guiar la formación de nuevos coaches, definir los parámetros para su certificación y, de esta manera, dar mayor credibilidad a la profesión que estaba empezando a desarrollarse. El equipo se reunió dispuesto a trabajar arduamente para revisar la actividad a través de diferentes filtros y bases teóricas, y, de esta manera, crear un modelo de competencias clave, que fueron validadas recientemente por una encuesta completada por los coaches de la ICF con mayor experiencia.
El objetivo de este libro es compartir con los lectores las 11 competencias clave que un coach profesional debe demostrar, nuestras interpretaciones de ellas, y nuestra experiencia como formadores, examinadores de la ICF y coaches mentores durante los últimos 10 años. Para expandir el conocimiento de cada competencia, y con el objetivo de desarrollar el caudal teórico y práctico del coaching como profesión, hemos incluido el trabajo de otros autores.
Nuestro compromiso es con el desarrollo de la profesión de coaching y de profesionales con altos grados de efectividad, que sigan los estándares éticos y los lineamientos que propone la ICF.
Para llegar a la maestría de coaching es necesario un proceso de aprendizaje que parte desde el nivel de principiante, pasa por uno intermedio y llega al grado de master coach, el más alto que reconoce la ICF. En este trabajo, desarrollamos las expectativas de demostración de las competencias para cada nivel.
Es importante hacer dos aclaraciones. Primero, que las explicaciones que presentamos son nuestro punto de vista sobre las competencias de la ICF, basado en la experiencia que acumulamos como formadores y mentores de coaches. Segundo, que las competencias están íntimamente relacionadas unas con otras y hay superposiciones entre ellas. Nuestro esfuerzo es definirlas, clarificarlas y separarlas con fines didácticos.
Para ilustrar los conceptos expuestos, incluimos sesiones de coaching, que son reproducidas con la autorización de los clientes que participaron de ellas.
Desde que la ICF comenzó a tener presencia en América Latina, hace relativamente poco tiempo, muchos coaches experimentados demostraron interés en sumarse a una organización con estándares globales. Este libro tiene la finalidad de contribuir al desarrollo profesional no solo de quienes están en la etapa de formación, sino también de coaches con experiencia, que tienen como objetivo familiarizarse con la ICF para obtener sus credenciales y conseguir mayor credibilidad.
Si usted desea conocer más sobre la Federación Internacional de Coaching, lo invitamos a visitar su página en Internet:
www.coachfederation.org
1. Por su nombre en inglés: International Coach Federation.
Capítulo 1
Las normas éticas y los estándares dan credibilidad y seriedad a cada profesión, establecen expectativas claras sobre la relación con los clientes y facilitan la consistencia de la práctica entre las personas que desempeñan la misma tarea.
La capacidad para interpretar e implementar las normas éticas y profesionales de la ICF permite sentar las bases para la relación de coaching. Implica no solo la comprensión de las normas, sino, sobre todo, la aptitud para tomar decisiones de acuerdo con estos lineamientos.
El código ético de la ICF2 tiene tres partes:
La primera define qué es coaching, la relación que se establece durante el proceso de coaching y el compromiso que adquiere un coach profesional de la ICF de demostrar las competencias clave y aplicar el código ético.
La segunda parte tiene cuatro secciones, en las que se definen las normas que regulan la conducta profesional del coach, tanto individualmente como frente a sus clientes, los conflictos de intereses, la confidencialidad y la privacidad.
La tercera parte es el juramento de ética profesional.
En la aplicación y el seguimiento de estas normas éticas aparecen dos desafíos particulares: la confidencialidad y la obligación de comunicar con claridad al cliente las diferencias entre coaching, consultoría, psicoterapia y otras profesiones que ofrecen apoyo emocional, y de derivarlo al profesional apropiado cuando sea necesario. Exploraremos estas dos áreas de aplicación.
Es necesario que el coach explique claramente a su cliente que todo lo que se habla durante la sesión de coaching es confidencial. Todo lo que se le dice al coach es secreto profesional, incluida la propia relación de coaching. Por lo tanto, el coach no puede compartir con otras personas ni los nombres de sus clientes ni la información que le brindan.
La confidencialidad también significa que cuando un coach es contratado por una organización, lo que se diga en la sesión solo puede ser revelado a la organización con el consentimiento de la persona que está recibiendo coaching. Por eso es importante distinguir entre el cliente y el sponsor o patrocinador, que es la persona u organización que paga por el proceso de coaching o se encarga de facilitarlo y organizarlo (ver apartado 1 del Código Ético de la ICF).
En este sentido, el coach explicará al cliente, antes de empezar el proceso, qué información se dará a conocer al sponsor. La mejor estrategia es compartir la responsabilidad con el cliente, para que decida qué información compartirá con el patrocinador y establecer, antes de comenzar, un acuerdo claro, que resultará imprescindible para reforzar la confianza que requiere el trabajo de coaching.
Un coach debe tener claro qué temas son o no son pertinentes para que sean incluidos en el proceso de coaching. Los problemas relacionados con ansiedad, depresión, drogadicción u otras patologías de origen emocional y mental no pertenecen a este campo.
De acuerdo con la ICF, el coaching consiste en “trabajar junto al cliente en un proceso creativo y estimulante, que le sirva de inspiración para maximizar su potencial personal y profesional”. Cuando las inquietudes que trae el cliente no pertenecen a esta categoría, debe ser derivado al profesional apropiado.
Determine cuáles de los siguientes temas son apropiados para realizar trabajo de coaching con un cliente.
• Ser más efectivo al organizar actividades.
• Tener claros los objetivos profesionales.
• Mejorar la relación con su jefe, porque no lo entiende.
• Mejorar la relación con su equipo de trabajo.
• Decidir si se separará o no de su pareja.
• Bajar de peso.
• Mejorar la relación con su madre, ya que no habla con ella desde hace dos años.
• Evitar ideas suicidas.
• Poder dormir por las noches.
• Falta de ganas de hacer cosas.
• No tener energía para levantarse a la mañana.
De esta lista, solo los primeros cuatro casos son apropiados para ser atendidos en sesiones de coaching. Los restantes requerirán la derivación a otro profesional (psicoterapeuta, psiquiatra, nutricionista, neurólogo, etc.), que sea el más indicado, de acuerdo con la situación planteada.
También puede suceder que una persona se encuentre en un tratamiento específico y requiera del servicio de un coach para lograr un objetivo determinado. Por ejemplo, que contrate a un coach para desarrollar la disciplina que requiere el plan de acción que indicó un nutricionista. En estos casos, recomendamos que, con la aprobación del cliente, el coach se comunique con el otro profesional, para delimitar el objetivo de las sesiones de coaching y establecer un acuerdo entre ambos sobre cómo puede colaborar cada uno para que la persona alcance sus metas.
En algunos casos, las organizaciones pueden contratar coaches para que colaboren con el desarrollo de sus líderes. Debe estar clara la diferencia entre el rol del coach, como potenciador de capacidades, y el del consultor, que es un experto y da consejos basados en su experiencia. Muchas veces, el coach desempeña las dos funciones, pero siempre debe tener clara su misión y, sobre todo, explicar a sus clientes la diferencia entre el rol del coach y el del consultor.
El consultor es un experto que ofrece orientación e información para que el cliente desarrolle habilidades específicas. Por ejemplo, puede ser contratado para colaborar con un ejecutivo en su planificación estratégica, porque trabajó en temas similares durante muchos años.
El coach colabora con el cliente para potenciar sus capacidades a través de conversaciones desafiantes, enfocadas sobre explorar retos y obstáculos, con la finalidad de alcanzar metas y desarrollar planes de acción. Por ejemplo, puede ser contratado para identificar fortalezas y áreas de desarrollo de un ejecutivo, y, de esta manera, prepararlo para desafíos futuros.
¿Qué haría usted en los siguientes casos?
Caso 1. Un cliente lo llama para recibir coaching y empieza a compartir la experiencia negativa que tuvo con un coach al que usted conoce. Usted confía en la habilidad de su colega e intuye que el cliente tiene expectativas poco realistas acerca de lo que quiere conseguir de la relación de coaching. ¿Toma al cliente o lo deriva? ¿Qué otra alternativa se le ocurre? ¿Cómo manejaría la situación?
Caso 2. Un cliente con el que usted viene trabajando desde hace varios meses le cuenta que en su trabajo le asignaron un nuevo coach, pero que quiere seguir trabajando con usted de todas maneras. ¿Es ético seguir la relación de coaching sabiendo que va a recibir el servicio en su trabajo en forma gratuita? ¿Qué le preguntaría a su cliente en esta situación? ¿Qué variables debería tomar en cuenta?
Caso 3. Un cliente que está muy contento con su trabajo le dice que le quiere presentar a su jefe, para que le haga coaching a él también. ¿Acepta la invitación? ¿Por qué sí, o por qué no? ¿Cuáles son los posibles desafíos si acepta empezar a trabajar con el jefe de su cliente?
Caso 4. Un cliente que está muy agradecido por sus servicios lo invita a su casa para que conozca a su familia, ya que la transformación que tuvo llevó mayor armonía a su hogar. Usted trabajó con su cliente durante seis meses en forma virtual y es la primera vez que lo ve personalmente. ¿Acepta la invitación? ¿Por qué sí, o por qué no?
Caso 5. Un colega le cuenta que otro coach tomó material de su página Web y lo copió para hacer propaganda personal. ¿Qué le recomendaría?
Caso 6. Usted se da cuenta de que un colega se está presentando con las credenciales de la ICF sin haberlas obtenido todavía. ¿Qué hace?
Caso 7. Un cliente lo llama y le dice que está muy deprimido, y que no se siente con ánimo para tener la sesión ese día. ¿Qué hace? ¿Cobra la sesión de todas maneras?
Caso 8. Un cliente no le paga las sesiones desde hace tres meses. ¿Usted estaría dispuesto a agendar nuevas sesiones, o esperaría a que le pague?
Caso 9. Un cliente potencial lo llama y le dice que quiere un coach, pero que no está seguro de trabajar con usted porque prefiere un coach de su mismo sexo. ¿Qué hace?
Caso 10. Un cliente le ofrece escribir una referencia positiva sobre su trabajo en su página de LinkedIn. ¿Acepta la oferta? ¿Por qué sí, o por qué no?
En el próximo capítulo desarrollaremos esta competencia en detalle, pero no podemos dejar de explicar brevemente la estrecha relación entre los estándares profesionales y el establecimiento del acuerdo de coaching.
La relación de coaching se establece formalmente cuando se cierra un acuerdo o contrato. Se recomienda que el acuerdo esté escrito y especifique los roles y las responsabilidades de cada parte, los objetivos, la duración y la periodicidad de las sesiones, las responsabilidades del coach y del cliente, las condiciones de pago, qué sucederá si el cliente necesita cancelar o no asiste a la sesión y el derecho del cliente a dar por finalizado el programa de coaching si así lo prefiere.3
En el momento del acuerdo hay que tener en cuenta nuestra intuición, es decir, valorar la información que obtenemos y que no sabemos cómo obtenemos, pero que de todas maneras nos brinda datos o advertencias. Es la voz interior que nos habla y nos expresa opiniones que pueden parecer infundadas. A veces no le prestamos atención, pero la intuición puede ser muy sabia.
Si durante el proceso de acuerdo hay algo que no “cierra”, que nos hace pensar que quizás no podremos trabajar con la persona, porque no está lista, no está comprometida con el proceso o tiene otras dificultades que pueden impedir lograr las metas de coaching, es importante poder derivarla.
Por ejemplo, si la persona empieza la conversación con quejas sobre otros profesionales que no lo ayudaron y cree que el coach es el último recurso, pero no está dispuesto a hacer el trabajo necesario y espera una solución “mágica” para alcanzar una meta, es posible que el proceso de coaching no resulte exitoso.
Conocemos varios casos de coaches que tuvieron inconvenientes para cobrar por su trabajo u otros problemas con sus clientes, por no prestar atención a esa voz interna al principio del proceso y no haber derivado el posible cliente a otro profesional más capacitado para trabajar con él.
Algunas de las variables a las que se debe prestar atención durante el proceso de acuerdo son:
• ¿Hasta qué punto el cliente está listo, interesado, o comprometido con el coaching?
• ¿Qué otras experiencias de coaching tuvo, y cómo fueron?
• ¿Qué expectativas tiene acerca del coach y del proceso de coaching?
Asegúrese de seguir las pautas que sobre el acuerdo de coaching presentamos en el próximo capítulo.
2. Puede leerse completo en el Apéndice correspondiente.
3. En el Apéndice correspondiente pueden encontrarse varios modelos de acuerdos.