BREVIARIOS
del
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
605
Primera edición, 2019
[Primera edición el libro electrónico, 2019]
Diseño de portada: Laura Esponda Aguilar
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ISBN 978-607-16-6536-2 (ePub)
ISBN 978-607-16-6494-5 (rústico)
Hecho en México - Made in Mexico
A la memoria de mi papá
A veces algo ocurre y dejo de soñar.
ANDRÉI TARKOVSKI
Prefacio
Fuentes y bibliografía
Agradecimientos
Aunque los historiadores se resistan a admitirlo, la elección de temas de estudio y enfoques teóricos no es ingenua y menos accidental. Ensimismados en la Babel académica, los profesionales de la Historia se piensan a sí mismos autónomos, inmersos en un pasado que sólo ellos entienden, propietarios de “sus fuentes”, a resguardo de los vaivenes de la política. Cuesta trabajo, sin embargo, encontrar algún saber más perturbado por ésta: la Historia —objeto y campo de conocimiento a la vez— despierta una tentación grande. De igual forma, las omisiones no son simples descuidos, objetos extraviados por falta de testimonios documentales o de otra índole: revelan sesgos y tendencias. No es casual, por tanto, que los subalternos y sus discursos políticos estén en segundo plano, habitualmente alejados del mainstrem de la disciplina y fuera del radar editorial adicto a la literatura histórica de fácil digestión.
La historiografía dominante presenta un siglo XIX tironeado por la disputa entre liberales y conservadores, a la vez que soslaya la presencia socialista advertida por José Cayetano Valadés, Gastón García Cantú, John Mason Hart, Paco Ignacio Taibo, Pierre-Luc Abramson y Teo Romvos. Asume aquélla incluso que el espectro socialista nacional fue copado por el liberalismo y el catolicismo sociales, ignorando el primer socialismo. ¿Quién si no éste vindicó los derechos de trabajadores, mujeres e indígenas? ¿Alguien más colocó la “cuestión social” en el centro de su ideario? ¿Otros discursos políticos plantearon la armonía de los diferentes? ¿La democracia social tuvo algún promotor fuera del círculo socialista? ¿Alguna otra ideología pretendió diluir el Estado en un contrato social nuevo, justo y equitativo? ¿Quién de los rivales ideológicos del socialismo romántico planteó formar la república del trabajo o, cuando menos, defender los derechos sociales? ¿Hubo acaso críticos más radicales del positivismo, doctrina que los socialistas no sólo consideraban anticientífica sino cómplice del statu quo?
Este volumen no es un homenaje a un autor desconocido, ni busca edificar un mausoleo alternativo a los héroes de la izquierda, antes bien, aspira a restituir la complejidad del debate político e intelectual del siglo XIX, introduciendo a un actor minimizado por el discurso historiográfico dominante, decimonónico todavía en muchos sentidos. Amenaza real o imaginaria, la opción socialista, verbalizadora de las aspiraciones de los subalternos, despertó un miedo cerval entre las clases propietarias, las élites liberales y conservadoras, y traspasó la naciente ciencia social, como bien puede leerse en los textos de los positivistas más renombrados o de espiritualistas conspicuos, unidos no por su filosofía, sino por el temor hacia las clases populares soliviantadas por los socialistas.
Plotino Constantino Rhodakanaty es la figura de mayor estatura intelectual del socialismo decimonónico mexicano, también fundador de La Social, primera organización de la izquierda nacional. Durante tres décadas el homeópata heleno hizo cuanto pudo para divulgar el ideario socialista, el panteísmo espinosista, la frenología, la psicología, el idealismo alemán y la ciencia moderna en la escuela libre que montó en la Ciudad de México. Además, fue mentor ideológico de Julio López, el agrarista mexiquense que se rebeló contra el gobierno juarista pugnando por el reparto agrario. El médico griego participó destacadamente en los debates del Congreso Obrero de 1876, defendió el derecho de la mujer al divorcio y la educación, el salario digno y la jornada laboral de 50 horas semanales para los trabajadores, así como la ley agraria para resolver la cuestión indígena. Rhodakanaty cooperó con las iglesias evangélicas que proliferaron con la Reforma liberal sin desdoro de su concepción acerca de la divinidad, que rebasaba los marcos estrechos de los distintos ritos religiosos.
Me gustaría saber mucho más acerca de la vida del socialista heleno que cuando comencé esta investigación a mediados de los noventa del siglo pasado. Que no sea tanto como habría deseado puede achacarse a mí, pero prefiero atribuirlo a los datos escasos, fragmentarios e inciertos que poseemos de Rhodakanaty, de manera tal que cada nuevo descubrimiento desmiente dos o tres cosas que dábamos por sentadas hace poco todavía. No obstante, la calidad de la información de la que disponemos actualmente es mejor que la de la historiografía precedente y podría decir en mi descargo que realicé búsquedas exhaustivas en bibliotecas mexicanas, estadunidenses y europeas, lo cual me permitió conocer bien la estancia del médico griego en México y reunir las piezas idóneas para descifrar su acción política y producción intelectual en el país donde pasó la segunda parte de su vida hasta morir en 1890. Queda en manos del lector confirmar si esto es cierto.
Chapultepec, febrero de 2019