image

image

Image

Image

Tremolada Álvarez, Eric

Colombia y la Unión Europea : una asociación cada vez más estrecha / Eric Tremolada, Carlo Tassara, Olivier Costa – Bogotá : Universidad Externado de Colombia. 2019.

255 páginas ; 24 cm.

Incluye referencias bibliográficas.

ISBN: 9789587901191

1. Cooperación internacional – Colombia 2. Cooperación internacional -- Unión Europea 3. Relaciones internacionales – Colombia 4. Tratados comerciales -- Unión Europea 5. Proceso de paz – Colombia 6. Colombia -- Política comercial I. Tassara, Carlo II. Costa, Olivier III. Universidad Externado de Colombia IV. Título

327.17                    SCDD 21

Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca. EAP.

Abril de 2019

ISBN 978-958-790-119-1

© 2019, OLIVIER COSTA, CARLO TASSARA, ERIC TREMOLADA

© 2019, UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Calle 12 n.º 1-17 Este

Teléfono (57 1) 342 0288

publicaciones@uexternado.edu.co

www.uexternado.edu.co

Primera edición: abril de 2019

Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones

Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores.

Diseño epub:

ERIC TREMOLADA
CARLO TASSARA
OLIVIER COSTA

CONTENIDO

PRESENTACIÓN

Patricia Llombart Cussac

SIGLAS

CAPÍTULO 1
DISTINTAS FORMAS DEL RELACIONAMIENTO DE LA UNIÓN EUROPEA CON AMÉRICA LATINA QUE EXPLICAN QUÉ TAN CERCA ESTÁ EUROPA DE COLOMBIA

Eric Tremolada

Introducción

I. Un repaso por períodos a las relaciones UE – AL

A. Una tímida y desconfiada relación: período 1958-1969

B. La reactivación del diálogo y el inicio de la cooperación: período 1970-1979

C. ¿Una participación más amplia de Europa en América Latina?: período 1980-1989

D. Relaciones políticas birregionales más estrechas y la intensificación de los vínculos con Colombia: período 1990-1994

E. Una agenda política diversificada: período 1995-2000

F. Intensificación en los desarrollos económicos: período 2000-2018

II. La relación UEALC de región a región

A. Cumbres ministeriales y presidenciales

B. Diálogo parlamentario: Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat)

III. Relación a nivel subregional

A. La UE - Comunidad Andina de Naciones (CAN)

B. La UE - Sistema de Integración Centro Americano (SICA)

C. La UE - Mercosur

D. La UE - Foro del Caribe del Grupo de los Estados de África, del Caribe y del Pacífico (ACP) o Cariforum

IV. Relación bloque-Estado

A. La UE - México

B. La UE - Chile

V. La relación UE – Colombia: un vistazo transversal

A manera de cierre y recomendaciones

Bibliografía

CAPÍTULO 2
LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL DE LA UNIÓN EUROPEA EN COLOMBIA. BUENAS PRÁCTICAS Y LECCIONES APRENDIDAS

Carlo Tassara

I. Antecedentes y características de la cooperación euro-latinoamericana

II. URB AL y desarrollo local

A. Proyecto EU/LA WIN

B. Análisis cualitativo de objetivos y resultados logrados

III. Alfa y cooperación académica

A. Proyecto universidades estratégicas

B. Percepción de las IES, buenas prácticas y resultados logrados

IV. EUROsociAL y políticas públicas de cohesión social

A. Análisis del caso colombiano

B. Competencias transversales para el trabajo

C. Servicios educativos para la primera infancia

D. Discapacidad e inclusión laboral

E. Índice de derechos de la niñez

A manera de conclusión

Bibliografía

CAPÍTULO 3
LA UNIÓN EUROPEA, UN REPASO HISTÓRICO, INSTITUCIONAL Y POLÍTICO

Olivier Costa

I. Un sistema político en constante evolución

A. Una UE más profunda y amplia

B. Principales enfoques teóricos para explicar la UE

II. Rol de las instituciones de la UE

A. La Comisión Europea

B. El Consejo de la Unión Europea

C. El Parlamento Europeo

D. El Consejo Europeo

E. Órganos de control

F. Órganos consultivos

G. Otros actores

III. Toma de decisiones en la UE

A. Legislación y toma de decisiones

B. Procedimiento legislativo ordinario (PLO)

C. Procedimientos legislativos especiales

D. Competencias

E. Implementación de políticas en la UE

IV. Política exterior de la UE

A. Evolución

B. El marco institucional

C. Análisis de la política exterior

D. Futuro

Conclusión

Bibliografía

APÉNDICE
LA DELEGACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA EN COLOMBIA

NOTAS AL PIE

PRESENTACIÓN

Entusiasmada presento este libro que analiza la relación de la Unión Europea con Colombia desde tres perspectivas que permiten al lector inferir qué tan cerca está Europa de Colombia y qué tan perfectible es esta relación. Así, tomadores de decisiones, académicos, estudiantes y público en general contarán con una publicación científica, actualizada, que les permitirá hacer un balance de esa correlación.

Tres capítulos componen el libro, cada uno corresponde al escrito científico arbitrado de los autores. Los dos primeros se ocupan del origen y evolución del relacionamiento y la cooperación existente entre la Unión Europea y Colombia, verificando qué tan estrecha es, y el último escrito explica la complejidad de la Unión Europea desde un punto de vista histórico, institucional y político, que nos permite entender las dificultades que tiene para su relacionamiento internacional.

De esta manera, los lectores a lo largo del primer capítulo contarán con un análisis que aborda las relaciones de la Unión Europea con América Latina y el Caribe, desde dos perspectivas: cronológica y multinivel. La perspectiva cronológica recorre el relacionamiento de las dos regiones por seis períodos, refiriéndose, de manera transversal, al diálogo político, la cooperación y el comercio. En la multinivel se contextualizan las relaciones de región a región, luego ilustra las relaciones de la UE con las subregiones latinoamericanas, y verifica la correspondencia bilateral que caracteriza las interacciones de la UE con México y Chile. Recorrido que permite ocuparse específicamente de la relación de la UE con Colombia.

El segundo capítulo pone en evidencia cómo la cooperación y el diálogo político entre la Unión Europea y los países de América Latina y el Caribe se han fortalecido notablemente desde los años ochenta en adelante, y esto ha producido importantes resultados en las relaciones birregionales, así como en la cooperación para el desarrollo. Con un enfoque muy acertado, no se centra en la cooperación bilateral euro-colombiana, sino en los ámbitos del desarrollo local, la educación superior y la cohesión social poco tratados por la literatura especializada.

El último escrito explica la complejidad de la Unión Europea desde un punto de vista histórico, institucional y político, facilitando al lector la comprensión de la UE como el mayor proyecto de paz jamás emprendido, cómo ha venido trabajando positivamente para la reconciliación de un continente devastado por la guerra y ha contribuido al bienestar de su gente. Esto se aborda mediante su desarrollo institucional que, además de ser único, ha producido políticas sólidas en un número creciente de áreas en cooperación entre sus miembros. Además, pone en evidencia los desafíos a los que se enfrenta la UE hoy, recordando que esta sigue siendo una Unión imperfecta, pero necesaria para el bienestar, la libertad y la democracia de sus ciudadanos.

Desde que llegué a Colombia, a principios de febrero de 2018, ha transcurrido uno de los años más fascinantes e interesantes de mi carrera profesional. La agenda con Colombia en este período ha sido intensa y diversa en el ámbito político, comercial y de la cooperación, y creo que ejemplifica bien el buen momento que atraviesan nuestras relaciones.

En materia política y diplomática, tuvimos cinco visitas de eurodiputados a Colombia, nuestro Enviado Especial para la Paz, Eamon Gilmore, visitó Colombia en seis ocasiones y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar la visita del Presidente de Colombia a las instituciones de la Unión Europea en octubre de 2018. Por otro lado, nuestra agenda en educación, ciencia y tecnología y diplomacia verde no hace sino crecer: el año pasado despedimos a más de 300 estudiantes y docentes becados por Erasmus+, al tiempo que entraba en vigor el acuerdo que da acceso a Colombia al sistema europeo de observación terrestre Copernicus.

En cuanto al comercio, estamos implementando el Acuerdo Comercial entre la Unión Europea y Colombia desde 2013 con resultados tangibles: diversificación en las exportaciones colombianas y protagonismo de los productos agrícolas: los campesinos colombianos lograron exportar a Europa un 56% más de sus productos. El acuerdo va mucho más allá de un simple acuerdo comercial y cubre áreas como compras públicas, barreras técnicas, estándares sanitarios y fitosanitarios. Gracias a este marco jurídico estable, el número de pequeños y medianos productores que han podido acceder al mercado europeo se ha incrementado sustancialmente. Además, el acuerdo protege denominaciones de origen, valorizando así la producción agrícola –el número de denominaciones colombianas fue ampliado en diciembre de 2018 agregando productos como el café del Cauca, la rosa de Colombia o el queso Paipa–.

En lo humanitario, nuestro Comisario de Ayuda Humanitaria visitó a Colombia en 2018 y la Unión Europea, por medio de su Oficina de Ayuda Humanitaria, ha destinado 67 millones de euros para apoyar la gestión de la crisis migratoria. Nos sumamos, así, a la generosidad del pueblo colombiano, que está dando ejemplo al mundo con su acogida solidaria a la migración venezolana.

Finalmente, el compromiso en materia de cooperación supera los 275 millones de euros en proyectos de promoción de paz, desarrollo rural, competitividad, medio ambiente y cambio climático y gobernanza y derechos humanos. Por una parte, gracias a apoyos presupuestales de más de 100 millones de euros, se incentivan políticas públicas colombianas de desarrollo rural, crecimiento sostenible o competitividad de las pymes. Los apoyos canalizados por medio de la sociedad civil se han multiplicado por 5 en estos últimos años, incluyendo nuevos programas encaminados a mejorar la situación de los líderes sociales y defensores de los DD.HH. Además, el Fondo para la Paz tiene ya 17 proyectos en marcha y se está situando como un socio fundamental del gobierno en materia de construcción de paz territorial y reincorporación.

A lo largo de este año, he conocido lugares maravillosos e inalcanzables en otro tiempo, en donde el valor y la calidad humana de sus habitantes me demuestran que la construcción de la paz es un imperativo y una tarea que no es fácil, pero que vale la pena. De Colombia me ha sorprendido su belleza, la biodiversidad, el folclor y la música, la amabilidad de su gente y los paisajes que la componen.

Con la Cátedra Jean Monnet de la Universidad Externado de Colombia llevamos trabajando más de 14 años en una relación estrecha y fructífera. El titular de la Cátedra y profesor Eric Tremolada ha sido un aliado invaluable para nuestro trabajo en Colombia. De su mano, hemos realizado seminarios, talleres, debates y organizado múltiples actividades conjuntas que nos permiten avanzar y profundizar en la sólida relación entre la Unión Europea y Colombia.

Solo me queda invitarlos a disfrutar de Colombia y la Unión Europea: una asociación cada vez más estrecha, publicada con el prestigioso sello de la Universidad Externado de Colombia, agradecida a sus autores por sus aportes y compromiso.

PATRICIA LLOMBART CUSSAC

Embajadora de la Delegación de la Unión Europea en Colombia

SIGLAS

AAE Acuerdo de Asociación Económica

ACP Estados de África, del Caribe y del Pacífico

Adeproa Agencia para el Desarrollo Económico de la Provincia del Oriente Antioqueño

AECP Agencia Europea de Control de la Pesca

AED Agencia Europea de Defensa

AELC Asociación Europea de Libre Comercio

Aema Agencia Europea de Medio Ambiente

Afet Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo

Alalc Asociación Latinoamericana de Libre Comercio

ALC América Latina y el Caribe

AOD Asistencia Oficial para el Desarrollo

AOD Ayuda Oficial al Desarrollo

AR/VP Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad / Vicepresidente de la Comisión

Asean Asociación de Naciones del Sudeste Asiático

AT Acuerdo Territorial

AUE Acta Única Europea

BCE Banco Central Europeo

BEI Banco Europeo de Inversiones

CAD Asistencia al Desarrollo

CAN Comunidad Andina de Naciones

CDF Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea

CDR Comité de las Regiones

CDT Centro de Traducción de los Órganos de la UE

Ceca Comunidad Europea del Carbón y del Acero

CED Comunidad Europea de Defensa

CEE Comunidad Económica Europea

Ceea Comunidad Europea de la Energía Atómica

Celac Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños

Cese Comité Económico y Social Europeo

Coreper Comité de Representantes Permanentes de los Gobiernos de los Estados Miembros ante la Unión Europea

CPE Cooperación Política Europea

CPS Comité Político y de Seguridad

CT Competencias Transversales

Deve Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo

DG Dirección General

DG Clima Dirección General de Acción por el Clima

DG Devco Dirección General de Cooperación Internacional y Desarrollo

DG Echo Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil

DG ENV Dirección General de Medio Ambiente

DG Near Dirección General de Política de Vecindad y Negociaciones de Ampliación

DIL Discapacidad e Inclusión Laboral

Dinaf Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia

DPS Departamento para la Prosperidad Social

Echa Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas

EES Estrategia Europea de Seguridad

Efsa Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria

Egue Estrategia Global de Política Exterior y Seguridad de la UE

EMA Agencia Europea de Medicamentos

FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

FED Fondo Europeo de Desarrollo

FMI Fondo Monetario Internacional

Frontex Guardia Europea de Fronteras y Costas

G-20 Grupo de los Veinte

Grula Grupo Latinoamericano

IA Instrumento de Asociación

IAP Instrumento de Ayuda de Preadhesión

ICBF Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

ICD Instrumento de Cooperación al Desarrollo

ICSN Instrumento de Cooperación en Materia de Seguridad Nuclear

IcSP Instrumento en pro de la Estabilidad y la Paz

IDN Índice de Derechos de la Niñez

IED Inversión Extranjera Directa

IEDDH Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos

Iesue Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea

IEV Instrumento Europeo de Vecindad

Inta Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo

JAI Justicia y Asuntos de Interior

Jiri Iniciativa Conjunta de Investigación e Innovación

MAC Método Abierto de Coordinación

MCCA Mercado Común Centroamericano

MEN Ministerio de Educación Nacional

Mercosur Mercado Común del Sur

MFP Marco Financiero Plurianual

MPE Miembro del Parlamento Europeo

Oami Oficina de Armonización del Mercado Interior

Ocde Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio

ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible

Oece Organización Europea para la Cooperación Económica

OEDT Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías

Oiea Organismo Internacional de Energía Atómica

Olaf Oficina Europea de Lucha contra el Fraude

OMC Organización Mundial del Comercio

ONU Organización de Naciones Unidas

Opiue Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea

Osce Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa

Otán Organización del Tratado del Atlántico Norte

PAC Política Agrícola Común

PAP Parlamento Panafricano

PCC Política Comercial Común

PCSD Política de Seguridad y Defensa de la Unión Europea

Peco Países de Europa Central y Oriental

PER Procedimiento de Escrutinio Reglamentario

Pesc Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea

PEV Políticas Europeas de Vecindad

PIB Producto Interno Bruto

PLO Procedimiento Legislativo Ordinario

PNB Producto Nacional Bruto

POG Plan Operativo Global

PRMA Países de Renta Media Alta

PRMB Países de Renta Media Baja

PTC Programas de Transferencias Condicionadas

REUE Representante Especial de la Unión Europea

SatCen Centro de Satélites de la Unión Europea

Seae Servicio Europeo de Acción Exterior

SG/AR Secretario General del Consejo de la Unión Europea / Alto Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común

SGP Sistema Generalizado de Preferencia

SGP-Droga Sistema Generalizado de Preferencias - Droga

SICA Sistema de Integración Centro Americano

SME Sistema Monetario Europeo

TFUE Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea

TJUE Tribunal de Justicia de la Unión Europea

TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte

TUE Tratado de la Unión Europea

UE Unión Europea

UEM Unión Económica y Monetaria

UEO Unión Europea Occidental

UME Unidad Monetaria Europea

UCN Universidad Católica del Norte

VMC Voto por Mayoría Calificado

CAPÍTULO 1

ERIC TREMOLADA

Distintas formas del relacionamiento de la Unión Europea con América Latina que explican qué tan cerca está Europa de Colombia

RESUMEN

El escrito, para poder explicar qué tan cerca están los europeos de Colombia, aborda las relaciones de la Unión Europea con América Latina y el Caribe. Lo hace desde dos perspectivas, multinivel y cronológica. La multinivel, contextualiza las relaciones de región a región, luego ilustra las relaciones de la UE con las subregiones latinoamericanas, y verifica el relacionamiento bilateral que caracteriza las interacciones de la UE con México y Chile.

La perspectiva cronológica abre y cierra el escrito, al abrirlo recorre el relacionamiento de las dos regiones por seis períodos, que datan desde 1958 hasta la actualidad, y al cerrarlo, se ocupa específicamente de la relación de la UE con Colombia, refiriéndose, en ambos casos, de manera transversal, al diálogo político, la cooperación y el comercio.

PALABRAS CLAVE

Relación Unión Europea – América Latina; diálogo político, cooperación y comercio; relaciones de región a región, de región a subregión y bilateral.

DIFFERENT FORMS OF THE EUROPEAN UNION’S RELATIONSHIP WITH LATIN AMERICA THAT EXPLAIN HOW CLOSE EUROPE IS TO COLOMBIA

ABSTRACT

The document, to explain how close to Colombia the Europeans are, addresses the European Union’s relations with Latin America and the Caribbean. It does so from two perspectives, multilevel and chronological. The multilevel, contextualizes the relationships from region to region, then illustrates the EU’s relations with some Latin American subregions, and verifies the bilateral relationship that characterizes the EU’s interactions with Mexico and Chile.

The chronological perspective opens and closes the writing, to open it, it goes through the relationship of the two regions for six periods, dating from 1958 to the present, and to closes it, deals specifically with the relationship of the EU with Colombia, referring, in both cases, in a transversal way, to political dialogue, cooperation and trade.

KEY WORDS

Relationship between the European Union and Latin America; political dialogue, cooperation and trade; relationships from region to region, from region to subregion and bilateral.

INTRODUCCIÓN

En el esquema actual de las relaciones entre la Unión Europea (UE) y América Latina y el Caribe (ALC), tres pilares estructuran las relaciones: el diálogo político, los proyectos de cooperación y los acuerdos comerciales1. Se habla de “relaciones” y no de “relación”, porque la interacción no siempre se ha dado de región a región. En ALC, la UE se relaciona con interlocutores a distintos niveles: regional, subregional y estatal.

El relacionamiento con diferentes interlocutores es lo que Malamud denomina “regionalismo ligero a muchos niveles”2, y que nos sirve para caracterizar el unilateralismo recalcitrante y reiterativo en las políticas exteriores de los Estados latinoamericanos, que debilita su posición a la hora de lograr alianzas políticas y de negociar acuerdos comerciales y que, en general, lastima el diseño del concepto interregionalista. Günther Maihold lo definió como un problema estructural3. No obstante, esta resistencia a participar a nivel internacional como grupo o bajo el paraguas de las organizaciones subregionales, tan propio de los latinoamericanos, hoy también la sufre el Reino Unido, con su salida de la UE, luego de haber triunfado en las urnas el brexit (abreviación de British exit, “salida británica”).

Así, tales relaciones no solo tienen que afrontar problemas endémicos, sino que están sujetas a un contexto global en constante efervescencia: la crisis financiera mundial del 2008 y los sucedáneos declives económicos en los Estados del sur de Europa, los conflictos de Oriente Medio, el terrorismo, las migraciones, la caída de los precios del petróleo, la devaluación de las monedas nacionales, el apogeo de las industrias asiáticas, etc.

Por consiguiente, resulta necesario conocer cuál es su estado actual, con el objetivo de superar debilidades y reforzar fortalezas para lograr una sinergia entre ambas regiones que les permitan sortear, de la mejor manera posible, la vorágine imperante en el “orden” mundial.

Con dicho propósito, en el presente artículo se abordan las relaciones UE-ALC para poder explicar qué tan cerca están los europeos de Colombia, desde dos perspectivas: multinivel y cronológica. La multinivel, que se fundamenta en escritos anteriores del autor, contextualiza las relaciones de región a región, luego ilustra las relaciones de la UE con las subregiones latinoamericanas y, finalizando esta perspectiva, verifica el relacionamiento bilateral de bloque a Estado que caracteriza las interacciones de la UE con México y Chile.

La perspectiva cronológica abre y cierra el escrito. Al abrirlo recorre el relacionamiento de las dos regiones por seis períodos que datan de 1958 hasta la actualidad, y al cerrarlo, se aborda específicamente a la relación de la UE con Colombia, refiriéndose, en ambos casos, de manera transversal, al diálogo político, la cooperación y el comercio.

I. UN REPASO POR PERÍODOS A LAS RELACIONES UE – AL

A. UNA TÍMIDA Y DESCONFIADA RELACIÓN: PERÍODO 1958-1969

La Comunidad Económica Europea (CEE) –muy tempranamente– produjo un memorando dirigido a los Estados latinoamericanos, manifestando, por un lado, su intención de alcanzar una estrecha relación y cooperación con la región y, por el otro, dejar claro que las propuestas comerciales latinoamericanas no se verían perjudicadas por las preferencias internas del comercio intracomunitario. En todo caso, y como asevera Glenn Mower, los latinoamericanos, entendiendo que las posibilidades de sus exportaciones estarían amenazadas, como respuesta crearon en 1960 la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc)4. Cabe señalar, que no solo las políticas proteccionistas de la CEE motivaron su surgimiento, la imposibilidad de ampliar nuevos acuerdos preferenciales en el seno del Gatt, y la recomendación de una integración regional por parte de la Cepal como estrategia para superar la mono-exportación de productos básicos sin valor agregado, la vulnerabilidad de los sectores externos, la concentración del comercio con determinados países y la estrechez de los mercados nacionales para emprender procesos de industrialización, explicaron la génesis de este proceso y los de carácter subregional que le sucedieron5.

De esta manera, los acercamientos en un primer quinquenio, comprendido entre 1958 y 1963, se dieron entre la CEE y la Alalc, y entre la CEE y el Mercado Común Centroamericano (MCCA)6, mercado que nació unos meses después de la Alalc.

Los acercamientos de la CEE con Latinoamérica no terminan de cuajar en el quinquenio 1963-1967, toda vez que los énfasis europeos se dirigieron al fortalecimiento de los vínculos con sus excolonias del continente africano. Así, los Acuerdos de Yaundé, le brindaron una serie de preferencias comerciales a estos territorios, situación que los latinoamericanos catalogaron de discriminatoria, y que generó que varios de sus diplomáticos en Bruselas, emitieran el “Memorando Latinoamericano de 1966”, en el cual enfatizaban en la necesidad de una política económica interregional que fuera comprensiva y no discriminatoria. Documento que, por cierto, no obtuvo respuesta alguna por parte de la CEE7.

Entre 1967 y 1970, última etapa desde este período, el relacionamiento no solo no mejora sino que se enfría, en particular por una marcada inactividad del Consejo de la CEE frente a las posiciones latinoamericanas. De esta manera, los contactos durante este lapso se redujeron a intercambios informales de opinión entre ambas regiones.

Refiriéndonos sobre todo a la relación de la CEE con Colombia, no hay prácticamente nada que anotar debido a la centralidad de las relaciones de Colombia con Estados Unidos. No obstante, en los 60, Inglaterra, en esos años no miembro de la CEE, se convirtió en el mayor inversionista para la extracción de petróleo del país, siendo pioneros en el desarrollo de uno de los principales sectores de la economía colombiana8.

B. LA REACTIVACIÓN DEL DIÁLOGO Y EL INICIO DE LA COOPERACIÓN: PERÍODO 1970-1979

Los escritos de Drekonja-Kornat y Martin nos recuerdan que la situación comienza a cambiar por iniciativa de los latinoamericanos que, liderados por Gabriel Valdés, ministro de relaciones exteriores de Chile, emiten la declaración de Buenos Aires de 1970. Gracias a esta, se empezaron a dar una serie de conversaciones que, luego de la de junio de 1971, se convertiría en el diálogo regular de alto nivel del Grupo Latinoamericano (Grula) conocido más adelante como el Diálogo de Bruselas9. Estas conversaciones empiezan a dar frutos, intensificando las relaciones bilaterales, al punto que se concluyen acuerdos no preferenciales de la CEE con Argentina en 1971, con Brasil y Uruguay en 1973, y con México en 197510.

Martin, con fundamento en Mower, clasifica estos acuerdos de primera generación como acuerdos comerciales bilaterales, refiriéndose a los suscritos con Argentina, Brasil y Uruguay; acuerdo de cooperación económica el firmado con México, y otros posteriores los denomina acuerdos particulares y arreglos especiales de cuotas. En el caso de los primeros hace alusión a los de contenido textil con Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, México, Perú y Uruguay, y en el caso de los segundos, a los arreglos de cuotas para ciertos productos artesanales celebrados con Uruguay, Brasil, Ecuador, Paraguay, Honduras, Perú y El Salvador11.

No obstante, las prioridades de la CEE se dirigían a atender los compromisos de la Convención de Lomé y en aquellos países que hacían parte de un Sistema de Asistencia Preferencial. Es poco después cuando se consolida el Sistema Generalizado de Preferencias que enmarcó, y enmarca aún, muchas de las relaciones entre ambas regiones.

En esta etapa, como mecanismo de reforzamiento del diálogo político, se empiezan a dar reuniones interparlamentarias birregionales, que más tarde fueron claves en el proceso de la institucionalización de las relaciones entre la CEE y AL. Entre otras cosas propició que se incluyera en la agenda bilateral la lucha por la paz y los derechos humanos12.

El relacionamiento de la CEE con AL, durante esta etapa se orientó hacia el reforzamiento de la integración y la transferencia progresiva de recursos, primero, balanceando la cooeración que realizaba con otras regiones del mundo, y segundo, confiando en que se promovería un mayor flujo de inversiones privadas en los negocios de la región.

C. ¿UNA PARTICIPACIÓN MÁS AMPLIA DE EUROPA EN AMÉRICA LATINA?: PERÍODO 1980-1989

Martin entiende que los acuerdos de segunda generación de este período representan un verdadero impulso a las relaciones birregionales. Se refiere a los acuerdos firmados con Brasil en 1980, con los países andinos en 1983 y con los de América Central en 1985.

Si bien uno puede evidenciar el interés de la CEE por potenciar los procesos subregionales de integración –y de ahí, la necesidad de cooperar de bloque a bloque–, los hechos y logros no se correspondían con los pronunciamientos políticos y expresiones respecto a estrechar los lazos con la región. Por lo anterior, nos identificamos más con Durán y Drekonja-Kornat, y no con Martin, quien a pesar de citarlos, se inclina por sobrevalorar los acuerdos de cooperación13.

También se sobrevalora el inició del Diálogo de San José, que en ese momento era solo una forma de concretar la agenda bilateral de la lucha por la paz. Lo que no se discute es que comprometió a la Comunidad como una colectividad para la promoción de la paz y la reconstrucción de América Central, convirtiéndose en un actor clave en la resolución de los conflictos de esta subregión. Este rol, en palabras de Crawley14, sería el mayor éxito de la política exterior de la hoy UE, y que le sirvió de contrapeso al enfoque y actuación que ejercían los Estados Unidos.

En este contexto y etapa, España y Portugal se suman a la CEE y, aunque se entendía que las relaciones bilaterales recibirían un impulso adicional, esto no fue tan marcado como se creía15. Los profesores Roy y Galinsoga, lo explican con base en tres fundamentos: Primero, que la influencia de los nuevos socios de la CEE en América Latina era dispareja, tímida y a medias. Segundo, la limitada experiencia y recursos de ayuda para el desarrollo con la que contaban y, tercero, la escasa inversión pública y privada que tenían en la región16.

Si bien la década de los 80, nos puede dejar dudas respecto de una participación más amplia de Europa en la región, en lo que respecta a incentivos para una cooperación más profunda, en el futuro no habría dudas. La transición que atravesaban las democracias latinoamericanas después de las intensas dictaduras militares en la mayoría de los países de la región y la crisis sociopolítica centroamericana, eran atractivos que le permitieron a la CEE –con el paso de los años– mostrarse como una nueva alternativa para la región. De hecho, como mencionamos, en la búsqueda de una solución negociada de los conflictos en El Salvador, Nicaragua y Honduras se hacía un claro contrapeso a la política estadounidense, que descartaba la resolución por medios pacíficos17.

D. RELACIONES POLÍTICAS BIRREGIONALES MÁS ESTRECHAS Y LA INTENSIFICACIÓN DE LOS VÍNCULOS CON COLOMBIA: PERÍODO 1990-1994

Como nos lo recuerda Martin, el Consejo de la CEE, entendiendo las transformaciones internacionales y el papel político que podía asumir en ese nuevo orden, aprobó en 1990 las “Orientaciones para la cooperación con los países en vías de desarrollo de América Latina y Asia” (PVDALA). El citado documento marcó el inicio de la formalización de las relaciones políticas que tradicionalmente habían tenido una naturaleza más informal entre la región de América Latina y Europa. Además, el documento permitía identificar regiones y países con diferentes niveles de desarrollo, con el fin de definir los distintos niveles y énfasis de cooperación con la región, resultando programas enfocados en las necesidades específicas de dichas subregiones y Estados18.

En este período el diálogo político y la cooperación son más fluidos, y de ahí que se concretaran varios acuerdos que muchos llaman de tercera generación, en especial porque en estos se incluyen cláusulas referidas a la democracia y evolución (desarrollo) de los mismos. La denominada cláusula democrática, es un condicionamiento que se mide en dos momentos, primero, para ser socio de la UE se constataría el respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos y, segundo, ya en desarrollo del acuerdo la CEE tendría el derecho a revocar su asistencia en materia de cooperación, si el ejercicio de los principios democráticos y derechos humanos no tienen garantías. Por su parte, la cláusula evolutiva implica que compromisos adicionales que se asuman, pueden pactarse entre las Partes en el marco y como desarrollo del acuerdo primigenio19.

Dos nuevos mecanismos de diálogo político surgen en 1991, por un lado, replicando la experiencia del Diálogo de San José con los centroamericanos, se crea uno con el Grupo de Río, abriendo un espacio inédito y directo de consulta y concertación política con Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Uruguay, Venezuela y México. Adicionalmente, surgen las conferencias iberoamericanas con reuniones anuales de jefes de Estado y de Gobierno, en el que por el lado europeo participan España y Portugal.

Diálogo birregional que como mencionamos, encuentra concreción parcial con los acuerdos firmados con Argentina y Chile en 1990, México y Uruguay en 1991, Paraguay, Mercosur y Brasil en 1992 y América Central y Pacto Andino en 1993. Martin precisa con propiedad que la comunión en valores democráticos –como requisito para estos acuerdos–, contribuyó a la consolidación democrática regional y a la inclusión en las agendas internas de lógicas relativas a las dimensiones sociales del desarrollo y de desarrollo sustentable20.

Por otra parte, respecto de Colombia, en esta etapa la CEE, con fundamento en su experiencia en procesos de pacificación y ante el recrudecimiento del conflicto armado, ofrece un enfoque diferente al militar, que se concreta en una estrategia bilateral acordada en 1990 con el gobierno de Virgilio Barco, dirigida a la búsqueda de la paz y la lucha contra las drogas.

E. UNA AGENDA POLÍTICA DIVERSIFICADA: PERÍODO 1995-2000

Los denominados acuerdos de cuarta generación que se dan en este período son claves para entender cómo se diversifica la agenda. Como incluida la cláusula evolutiva que explicamos líneas arriba, se podían celebrar compromisos por fases que atendían temas diversos de la agenda. En este período se suscribieron el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación con el Mercosur de 1995, el Acuerdo Marco de Cooperación con Chile de 1996 y el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación con México de 1997. Como veremos, salvo en el caso del Mercosur, primero México y luego Chile concretaron una segunda fase de contenido económico que liberalizó una parte significativa del comercio que implicaba la liberalización del comercio de bienes y servicios de manera bilateral, preferencial, progresiva y recíproca; políticas de competencia y derechos de propiedad, bienes y servicios entre el bloque europeo y estos Estados.

La línea de relacionamiento fijada por los europeos en el documento The European Union and the World, reconoce tres grupos subregionales en América Latina para avanzar en relaciones bloque a bloque: Mercosur, la Comunidad Andina y América Central. Esto facilita que en lo referente a la dimensión política se dé un diálogo multinivel, que incluye la celebración de acuerdos de reciprocidad e interés mutuo; el diálogo sobre el respeto de los principios democráticos y los derechos humanos y la cooperación.

Adicionalmente, las relaciones multinivel se fortalecen gracias a las cumbres que reúnen jefes de Estado y de Gobierno de ambos lados del Atlántico. Así, la primera cumbre en Río de Janeiro en 1999 y la de Madrid en 2002 son hitos claves para el relacionamiento posterior. En este contexto se empieza a hablar de una asociación estratégica birregional, que como mencionamos se desarrolla a tres niveles: regional, subregional y estatal, y que ha utilizado el diálogo político como eje prioritario que diversifica la agenda y estrecha las relaciones con América Latina y el Caribe; relaciones que cada vez tienden a ser más institucionalizadas21.

En lo referente a Colombia, pocos años antes del nuevo milenio, la Unión Europea ya era su segundo socio comercial. Esto se explica principalmente por el Sistema Generalizado de Preferencias - Droga (SGP-Droga) que facilitó –en mayor medida– el acceso al mercado europeo22. Política instrumentalizadora que como comentaremos más adelante obedecía a una lógica de contrapeso y alineación a la política de los Estados Unidos.

F. INTENSIFICACIÓN EN LOS DESARROLLOS ECONÓMICOS: PERÍODO 2000-2018

Este período –en especial– profundiza las relaciones comerciales. En octubre de 2008, se celebró el Acuerdo de Asociación Económica (AAE) con Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Surinam, Trinidad y Tobago y República Dominicana, salvo este último todos Estados miembros del Cariforum23.

En diciembre de 2012, se cristalizó el Acuerdo en esta materia con los centroamericanos, en marzo de 2013 con Perú y, en agosto del mismo año, con Colombia. De los andinos, el último en unirse ha sido Ecuador, lo hizo en enero de 2017 y este Acuerdo se está aplicando de forma provisional, toda vez que los procedimientos de ratificación siguen en curso. Por su parte, desde el 2017, se están actualizando los acuerdos con México y Chile quienes, como mencionamos, en ese orden, son los primeros socios comerciales de esta región con la UE.

La UE ha celebrado acuerdos de libre comercio con 26 de los 33 países de América Latina y el Caribe; además, en 2016, se reanudaron las negociaciones con vistas a un acuerdo con el Mercosur que aún no se ha podido cristalizar. El total de los intercambios comerciales de bienes entre la UE y ALC se ha duplicado en la última década, sumó €221.600 millones de euros en 2017 y la UE se constituyó como tercer socio comercial de América Latina y el Caribe24.

En materia de inversión extranjera, la Unión Europea es el actor que más inversión directa realiza en Latinoamérica, y tiene un inventario de inversiones en la región de 642.300 millones de euros (más que sus inversiones en China, India y Rusia)25.

La UE sigue siendo el mayor proveedor de ayuda oficial al desarrollo con destino a los países de América Latina y el Caribe, pues concedió subvenciones por 3600 millones de euros para el período 2014-202026.

El surgimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)27 genera una nueva dinámica birregional. La Celac, conformada por 33 Estados, y la UE, por 28, hasta que no se perfeccione la salida del Reino Unido da una suma de 61 Estados que, a su vez, conforman un tercio de los Estados miembros de las Naciones Unidas y casi la mitad de los miembros del Grupo de los Veinte (G-20). En consecuencia, si se actúa mancomunadamente, la concertación birregional representaría una coalición decisoria importante en las discusiones sobre las nuevas formas de organizar los Estados, economías y sociedades. Esto perfectamente factible, toda vez que existe una identidad de principios y valores comunes entre la UE y ALC, consecuencia en gran parte del colonialismo europeo y de la posterior recepción de sus doctrinas y tradición jurídica. Así lo destaca la Dirección General para el Desarrollo y la Cooperación de la Comisión Europea, al expresar que el fundamento de la alianza entre UE-ALC son precisamente los lazos históricos y culturales, el tránsito constante de personas de región a región, la fuerte y creciente fluctuación de tratados e inversiones; pero aún más, el profundo lecho sobre el que reposan todas esas relaciones que son las aspiraciones y los valores compartidos (la promoción de la democracia, la defensa de los derechos humanos y el Estado de derecho, la búsqueda de la cohesión social y el desarrollo sostenible)28.

Lamentablemente, esta instancia no ha sido preponderante, en particular por el unilateralismo que reina en ALC, no obstante, en materia de ciencia e investigación se han intensificado los esfuerzos para desarrollar un espacio común de investigación UE-Celac, centrándose –a partir de la Cumbre de 2015– en tres pilares estratégicos: movilidad de los investigadores, acceso a infraestructuras de investigación y solución conjunta de los retos globales compartidos29. Pilares que se ven reforzados por la Iniciativa Conjunta de Investigación e Innovación (Jiri).

Cabe resaltar que en el caso del conflicto colombiano, la UE no solo apostó a construir paz en medio de la guerra por más de 20 años30, sino que después de que el país alcanzara la paz con las Farc, creó el Fondo Fiduciario para el Posconflicto en Colombia, que cuenta con un aproximado de 100 millones de euros y la participación de 19 países.

El desarrollo económico y social de América Latina en los últimos años, ha determinado, por parte de la Unión Europea, un enfoque más orientado a la colaboración31.

II. LA RELACIÓN UE – ALC DE REGIÓN A REGIÓN

En la dinámica de las relaciones, se entiende que “quien es dueño de la chequera, impone la agenda”. Pero el actual panorama no permite determinar con claridad quién la lleva. Tradicionalmente, las relaciones se han planteado Norte-Sur, con una clara predominancia del Norte, soportada en su indiscutible poderío económico del que hoy carece. En ese sentido,

[Las relaciones de la UE con ALC] han sido transaccionales y condicionadas −reducciones arancelarias y cooperación a cambio de adoptar el modelo y la normativa europea−; [de ahí que] ellas se resienten cuando disminuye la capacidad de la UE para otorgar beneficios e imponer condiciones…32.

El unilateralismo reinante en América Latina y el Caribe no permite superar los intereses particulares y relacionarse bajo el paraguas de un interlocutor común regional, como tradicionalmente lo ha sido la UE. No obstante, durante la crisis, e incluso ahora, el mejor logrado modelo de integración regional trastabillea. Superada la crisis griega, y su posible abandono de la UE, viene el referendo del Reino Unido con el Brexit como resultado. Las fisuras lejos de parecer acortarse con la salida del Reino Unido, se profundizan por la división política de Londres, donde el Parlamento de Wetminster se resiste a aprobar el Acuerdo con Bruselas para una salida blanda que beneficia a todos33. Por su parte, en América Latina la división –aunque matizada por cambios de gobierno en Argentina, Brasil y México– se mantiene entre América del Sur (Mercosur) más autónoma, y una América del Norte (América Central, México y el Caribe) interdependiente con Estados Unidos34. Esto es lo que hace unos años, la Fundación UE-ALC denominaba factores de división de ALC, que hoy podemos decir –pese a los cambios– persisten. En la región coexisten distintas visiones de desarrollo económico, por un lado, el de un regionalismo de marcada visión liberal, que representa la Alianza del Pacífico y, por el otro, el de Mercosur que promueve estrategias desarrollistas y centradas en los mercados internos35.

Dos características evidencian la relación UE-AL de región a región: primero, la citada denominación de “regionalismo ligero a muchos niveles”36 y, por el otro, las agendas pluritemáticas basadas en el voluntarismo gaseoso y en la no concreción con instrumentos vinculantes. No obstante, como mencionamos, existen dos instancias en las que se ha venido desarrollando y consolidando este tipo de relación, las cuales son: las cumbres ministeriales y presidenciales y las sesiones de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat). Prácticamente ambas enfocan un diálogo político, del cual es dado que surjan iniciativas de cooperación y de alianzas comerciales que tienen como escenario los niveles subregionales y estatales.

A. CUMBRES MINISTERIALES Y PRESIDENCIALES

Mencionamos que con importantes antecedentes de relaciones entre las, por entonces, comunidades europeas con las subregiones y algunos Estados latinoamericanos, el diálogo región a región se inicia en la Cumbre de 1999 en Río de Janeiro, en la cual se enfatizó en la asociación estratégica birregional y en la necesidad de las segundas fases de los acuerdos de asociación con Mercosur, Chile y México.

La segunda cumbre, que se celebró en el 2002 teniendo como sede Madrid, centró el debate en el terrorismo, la migración y la seguridad, aunque solo sirvió para cristalizar poco después el acuerdo de diálogo político y cooperación con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y con Centroamérica, así como los programas regionales ALIS (sociedad de la información) y Alban (formación universitaria). Sin embargo, solo fue en la Cumbre de Guadalajara, en 2004, cuando se definieron la integración regional, el multilateralismo y la cohesión social como ejes temáticos que soportarían la construcción de la relación ALC-UE. Por su parte, las conclusiones de la Cumbre de Viena, siendo consecuentes con la anterior en materia de integración regional, acogieron la instrumentación de los acuerdos de asociación con México y Chile y se decidió negociar con Centro América y con la Comunidad Andina, a la vez que se aprobó mencionar lo que significaba la Ley Helms Burton (sobre el embargo y bloqueo económico de Cuba dictada por Estados Unidos) contra el multilateralismo.

Por su parte, en la Cumbre de Lima de 2008, tuvo como uno de sus resultados destacados crear una fundación ALC-UE como espacio permanente de diálogo birregional de deliberación y visibilidad de estrategias comunes; además, tres conceptos dominaron las conclusiones: 1) el mejor programa social es la inversión productiva, 2) la necesidad de brindar seguridad jurídica a la inversión con marcos legales estables y 3) flexibilidad para hacer realidad los esquivos acuerdos comerciales con Centroamérica y la CAN (utilizando mecanismos de múltiples velocidades). Además, se evidenció el interés de la UE por desarrollar una relación especial con Brasil37.

En la Cumbre de 2010, que repitió a Madrid como sede, si bien se pretendía que la innovación y la tecnología estuvieran en favor del desarrollo sostenible y de la inclusión social como una nueva etapa en la asociación birregional, en la Declaración se reitera el compromiso con valores e intereses comunes de la asociación estratégica birregional, el multilateralismo, la democracia, los derechos humanos, la cooperación al desarrollo, la integración, el apoyo a la cohesión social, la protección del medio ambiente, y la lucha contra el terrorismo y la delincuencia organizada. No obstante, además de la Declaración, se obtiene como producto adicional, un Plan de Acción 2010-2012, que define una agenda orientada al futuro de la cooperación birregional, en ámbitos prioritarios como el desarrollo del “espacio UE-ALC del conocimiento”, el fomento de la interconectividad, el desarrollo de redes sociales y económicas, y la intensificación de los diálogos temáticos y la cooperación sobre migraciones, drogas, educación y cohesión social. Este Plan, así como el acuerdo de creación de la Fundación Alcue anunciada en Lima, podrían traducirse en útiles instrumentos de seguimiento y concreción (Del Arenal y Sanahuja, 2010).

En 2013, la Cumbre de Santiago, titulada “Alianza para el Desarrollo Sustentable: Promoción de Inversiones de Calidad Social y Ambiental”, venía a fomentar las inversiones de calidad social y medioambiental con dos expectativas: primero, una participación en grupo por el lado latinoamericano, bajo el paraguas de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac)38 y, por el otro, la ampliación temática del Plan de Acción 2010-2012, con capítulos sobre igualdad de género y sobre inversiones. Las discusiones se centrarían en el comercio y la inversión, la seguridad jurídica, el desarrollo sostenible y la responsabilidad social de las empresas. Además, se esperaba una obvia Declaración sobre la escena internacional, el proceso de asociación birregional y la promoción de las inversiones económicas, sociales y medioambientales de calidad39.

La Declaración de Santiago40, recoge el esfuerzo de incluir las dos expectativas enunciadas en el párrafo anterior y que se trabajan en cuatro apartados. El primero, dedicado al nuevo diálogo Celac–UE, es considerado con optimismo como un espacio más eficaz, constructivo, simétrico, complementario y solidario. En segundo lugar, son abordados los valores compartidos y las posiciones en el ámbito internacional y multilateral, donde fundamentalmente se reafirman principios imperativos del derecho internacional y, además, el compromiso de adoptar políticas que promuevan el comercio y la inversión para contribuir al desarrollo sostenible, crecimiento económico y empleo, basados en la cooperación, la solidaridad y la responsabilidad ambiental diferenciada.

El tercer apartado se refiere a los avances en el proceso de asociación estratégica birregional, incluyendo los esperados capítulos de género e inversión en el Plan de Acción 2013-2015 y estudiando la incorporación de otros, que cubrirían áreas de seguridad pública, seguridad alimentaria y nutrición. Hasta ahí lo novedoso, luego este largo apartado habla de la aplicación provisional de los acuerdos comerciales con Perú, Colombia y Centroamérica; la continuidad de negociaciones UEUE41