LA BIBLIA DEL VENDEDOR
Este libro te insertará en el mundo de las ventas presenciales y por teléfono con tal maestría, que después de leerlo, es casi seguro que tu habilidad para vender dará un giro de 360 grados; y si no es esto, lograrás un ascenso si laboras en una empresa con área de ventas o área de marketing, como mínimo. Pero, un momento, ¿este libro puede servir para un empresario o ejecutivo? Toda persona que conoce el mundo de los negocios dará por afirmativa esta respuesta, puesto que toda empresa vende productos o servicios. Por eso, el paso por el área de ventas es el primer paso para el éxito y la independencia económica.
En el contenido encontrarás el proceso profesional completo de ventas, con el objetivo de asegurarte una venta cuando hay posibilidades de que el cliente compre, y también cuando no la hay, porque eso hace el vendedor profesional: crea una situación en la que comprar el producto o adquirir el servicio en determinado lugar, a determinada hora, es necesario.
También encontrarás un exhaustivo análisis de la psicología del cliente, con el fin de persuadirle, dominarlo y crear un lazo para que no solo compre una vez, sino que vuelva repetidas veces. Aprenderás a rebatir objeciones como todo un profesional, dando solo opción a la venta.
Además, aprenderás a vender por teléfono, herramienta esencial para usar el tiempo y los recursos eficazmente; como consecuencia maximizarás el grado de oportunidades comerciales, cuyo resultado es el crecimiento de tu empresa o a la que representas.
Te felicitamos por dar el primer paso para volverte en un experto en ventas. Si sigues todos los consejos de este libro y practicas muchas veces al día, es seguro que sucederá.
A casi todos les da miedo las ventas y prefieren evitarlas a toda costa, pero ignoran su potencial, porque para ser exitoso en el mundo se debe saber vender, esta es una habilidad necesaria en todos los campos. Las ventas no solo consisten en ofrecer un producto para que lo compren o un servicio para que lo adquieran, más que eso, es la habilidad de relacionarse con los demás, es como atraer e influenciar en otras personas.
Saber vender es necesario en todos los aspectos de la vida, familiar, laboral, social, no solo en los negocios. Quien mejora el arte de las ventas mejorará su estilo de vida. Piensa en lo siguiente:
Cuando conquistaste a tu novia/novio, hiciste una venta. Te gustó una mujer o un hombre, y te inventaste hasta lo imposible para hablar con él o ella, y luego de que entablaste una conversación, te presentaste, hablaste sobre ti, el cual en ese momento eras tú, le invitaste a cenar, le llamaste en la noche, le invitaste al cine y luego le pediste que fuera tu pareja. Probablemente fue difícil para muchos, pero la necesidad y el deseo tan grande de tener una relación con esa persona te llevó a pasar por las etapas de una venta inconscientemente. Si profundizas sobre esto, te darás cuenta que en las ventas hay personas que venden más, porque ya cuentan con mucha experiencia. Igualmente lo observas en las relaciones con el tipo seductor, pero piensas: «ese señor sí que tiene suerte con las mujeres», la suerte no existe, el tipo simplemente está preparado, tiene la habilidad de las ventas y domina a la excelencia todas sus etapas.
Piensa también en esto: Cuando buscaste empleo ¿hiciste una venta? En la mayoría de los trabajos siempre te van a hacer una entrevista y dependerá de ti ganarte el trabajo. En el momento que estuviste con el supervisor de la empresa hablaste bien de ti mismo y de tu experiencia, además, le vendiste tu imagen. Le diste las mejores razones para que te contraten, llegaste bien presentado y sonreíste francamente, de esa manera proyectaste interés. Pero también, en ocasiones te has preguntado: «¿Por qué a aquel compañero le pagan más dinero que a mí si yo hago lo mismo?». Es simplemente porque tiene más experiencia relacionándose con las personas y supo vender su imagen y el valor que le agregaría a la empresa, mucho mejor que lo que tú lo hiciste.
Hay muchos más ejemplos que puedes encontrar en tu vida cotidiana, pero en conclusión, una venta es una situación en la cual tú quieres de otra persona algo a cambio, bien sea un noviazgo, un trabajo, o dinero a cambio por un producto, y un largo etcétera. Si te pones a pensar, las situaciones son similares y en todas seguiste inconscientemente las etapas de una venta. Así que si ya lo has hecho, ¿por qué tener miedo a vender?
Como ves, así no te agrade vender lo has hecho numerosas veces. Puedes pensar que no te gusta hablar con desconocidos, pero cuando te ennoviaste ¿conocías a tu pareja? Cuando pediste trabajo, ¿conocías al jefe? Entonces, ¿por qué tener miedo de hablar con un desconocido o un amigo y ofrecerle un producto? Más aún, si la persona que querías que fuera tu pareja o el supervisor con quien estabas solicitando trabajo te dijo que no, es casi seguro que insististe; entonces, ¿por qué no hacer el mismo seguimiento con un cliente, al que le quieres vender un producto, pero te dice que «por el momento no»?
Y cuando no te aceptaron en un empleo, ¿acaso pensaste en nunca más buscar empleo? Claro que no, seguiste hasta que conseguiste otro. ¿Por qué no persistes de la misma manera hasta vender un producto o servicio? No hay por qué tenerle miedo a algo que en realidad ya hemos hecho, por el contrario, desarrolla tus habilidades de ventas y tu capacidad para relacionarte con los demás para que tus logros sean mayores. Las ventas te llevarán a ser exitoso más de lo que nunca has imaginado.
Piensa en estos beneficios que tendrás cuando mejores tus habilidades de ventas:
Pero primero debes superar el miedo al rechazo, en la siguiente sección aprenderás cómo hacerlo.
Esta es la frase con la que el millonario Robert Kiyosaki describe su situación un tiempo: antes de empezar a trabajar en la empresa Xerox: «No me escupieron nunca en la cara, pero muchas veces al verme escupían al piso». Eso nos ilustra la imagen de un vendedor que ni siquiera había iniciado la presentación de ventas y ya estaba sufriendo el desprecio de la gente.
El Padre Rico le había ilustrado a Kiyosaki que si ambicionaba tener éxito en los negocios, debía reunir las destrezas de un buen vendedor. Haciendo caso de esta lección, Robert buscó trabajo en la empresa Xerox porque tenía una de las mejores capacitaciones en ventas del momento.
Por ese entonces, no veían con buenos ojos a los ex soldados de Vietnam y como Kiyosaki recién regresaba de esa guerra, las personas no tenían inconvenientes en mostrar su desprecio. A pesar de que el contexto estaba en su contra, Robert fue a buscar un empleo de vendedor en la empresa Xerox, pero inclusive desde antes de comenzar a vender, ya estaba sufriendo el desprecio de la gente.
En los primeros dos años, Kiyosaki fue uno de los peores vendedores de la empresa. Parecía que los clientes se impacientaban con tan solo su apariencia, cerraban puertas en su cara y todo esto hacía que cada vez tuviera menos ganas de iniciar su día laboral. Su timidez y temor al rechazo, no lo ayudaban y estuvo a punto de ser despedido más de una vez. El tiempo pasaba y su sueldo apenas había escalado de penoso a mediocre. Su idea de aprender a vender se estaba volviendo una tortura, pero aun así, siguió adelante con la meta de ser el vendedor número uno en Xerox de la sucursal en Honolulú.
Los años de aprendizaje empezaron a dar sus frutos y luego de mucho esfuerzo, comenzó a tener ventas considerables. Llegar a su objetivo de ser el vendedor número uno le llevó más de 3 años y medio, pero lo logró. ¿Cómo logró superar el rechazo?
¿Quién quiere salir a la calle a ser negado? Nadie se levanta y dice: «Hoy es un día de sol hermoso, ojalá halle muchos clientes que me repudien». No dirías jamás esto salvo que existiera un enfoque que te permitiera ver el rechazo de una forma distinta.
Un vendedor de seguros de vida, se hallaba pasando una época verdaderamente pésima del mercado. Las cosas no iban bien y la situación no estaba como para andar comprando seguros y menos seguros de vida. La gente estaba demasiado preocupada con el día a día como para pensar lo que pasaría cuando se muriera.
Este vendedor jamás había sido rechazado tanto como en esa época, si bien ya tenía años en ventas, esta situación era verdaderamente dura. Y cuando ya pensaba darse por vencido se le ocurrió sacar estadísticas de sus ventas. Según esas estadísticas, se dio cuenta de que por cada 50 rechazos obtenía una venta. Por cada venta, ganaba una comisión de $1000 dólares, por lo tanto decidió cambiar su punto de vista. Si dividía $1000 dólares de ganancia en los 50 intentos de ventas (rechazos), conseguía como resultado $20 dólares, lo que quería decir que cada rechazo, por estadística le representaba $20 dólares. Los siguientes días, comenzó a vender con esta idea en su cabeza.
Cada vez que lo rechazaban, él se despedía alegremente diciendo: «¡Gracias por su atención!». Y en voz baja decía: «Y gracias por los $20 dólares».
Cada vez que se hallaba con un posible cliente, le vendiera o no, él sabía que ganaba $20 dólares en promedio, por lo tanto, sabía que siempre estaba ganando y su actitud empezó a ser más positiva.
Prolongó esta técnica por un tiempo y luego volvió a sacar su estadística. Se halló con la sorpresa de que ya no cerraba una venta cada 50 intentos, sino cada 40. Ahora estaba ganando $25 dólares por rechazo. Descubrió que su actitud positiva, estaba siendo más beneficiosa.
A veces, simplemente un cambio de perspectiva, puede brindarnos una medida inteligente para cambiar las cosas. Su contexto no había cambiado, pero su propio cambio hizo que el contexto cambiara.
Seguro que tú también puedes darle un enfoque distinto a tu realidad.
Si creamos una lista con las habilidades o cualidades que diferencian a los auténticos profesionales de la venta podemos hallar las siguientes características:
Toda característica es sustancial, pero si existe algo que en verdad define a los mejores vendedores es la confianza que tienen en su persona.
Esta es una herramienta de análisis. Examina qué tipo de vendedor eres actualmente y cambia de estrategia para que seas una mezcla de los mejores vendedores que existen en esta lista y rechaces los peores tipos, que también están presentes en esta lista.
Cuando un vendedor se reúne por primera vez con su cliente debe caminar directamente a él de una manera firme y mesurada, adecuada y confiada. Nunca lleves nada en la mano cuando te acerques por primera vez a un cliente, como un lapicero, un lápiz o cualquier tipo de material de venta. Esto únicamente pondrá al cliente a la defensiva.
Cuando el vendedor articula su primer saludo, debe rápidamente observar a toda persona que se encuentre en compañía del cliente, por pura cortesía y nada más. El vendedor debe apretar las manos con firmeza y de modo agradable con el cliente y mirarle directamente a los ojos.
No es conveniente utilizar ninguna de las viejas coartadas de estrujón en el saludo. Por ejemplo hay personas que dan da la mano y suele dar un ligero tirón hacia sí sacando al cliente un poco fuera de control. Piensan que esta artimaña concede cierto margen de control sobre el cliente desde el principio. Es un buen artificio, que algunas veces funciona; pero en la mayoría de los casos los clientes se ofenden y sospechan lo que se está tratando de hacer. Si el vendedor no se encuentra convencido respecto a los apretones de manos en el caso de señoras, grandes grupos, etcétera, o solo de modales básicos, le conviene comprar un libro sobre etiqueta y empezar a aprender.
Un vendedor debe tener en conocimiento estos principios si desea mostrar clase cuando vende y esta clase es ser profesional en todo el sentido de la palabra. Después del apretón de manos, lo que debe buscar es lograr que el cliente se relaje, a fin de que pueda sentirse cómodo y tranquilo ante el vendedor. Esto tiene que conseguirse, si el vendedor busca que el cliente preste atención durante la presentación de ventas.
Hay un momento esencialmente sustancial después del saludo de manos, cuando el vendedor puede tomar el control directo y rápido sobre el cliente, sin que éste lo advierta siquiera de lo que está sucediendo. Ese momento es crucialmente importante para el éxito de la venta. Inmediatamente después del primer apretón de manos e intercambio general de saludos, el vendedor debe procurar que el cliente se mude a otro lugar: un salón de cierres diferente o incluso a otro escritorio.
Si un vendedor camina un rato con su cliente, le da la mano y a continuación dice su primer speech de ventas, desvanecerá el control de la situación casi en cualquier instante, porque el cliente ha escogido su propio campo de batalla; ya resolvió dónde pararse o sentarse, bien sea en su propio hogar o en una oficina de ventas o en un lote en venta. El cliente ha determinado su posición y se halla listo y aguardando al vendedor (por lo menos cree estarlo). Si esto suena tonto, entonces no has vendido mucho, porque esta es la forma en que realmente se siente un cliente. ¿Qué tantas veces has visto a un cliente en un lugar general cuando está conversando con un vendedor? Piensa sobre ello.
Para el cliente éste es su territorio y se siente seguro allí. Cuando el vendedor hace que el cliente se mueva a un nuevo sitio, el plan de juego del cliente sale de equilibrio. (Simplemente no espera que nadie le perturbe.) Esta reubicación confundirá y desorientará al cliente por un minuto, tiempo suficiente para que el vendedor se haga cargo. Este truco de movimiento tiene que hacerse de una manera política y con cortesía para que funcione. El vendedor puede reubicar a su cliente diciendo: «busquemos un escritorio mejor que éste; hace mucho ruido aquí» o «esta oficina no es lo bastante privada». Cualquier excusa que muestre preocupación por el cliente funcionará.
Una vez que se ha ejecutado el movimiento, el vendedor debe hacer que el cliente se sienta cómodo, sereno y relajado otra vez, pues de lo contrario se encontrará de nuevo en el punto de inicio, con un cliente a la defensiva y sin control. No son pocos vendedores los que desprecian esta táctica de control y por tal razón se han perdido muchas ventas. El vendedor debe ganar control sobre el cliente desde el principio y esta maniobra lo logrará.
El mismo principio funciona si el vendedor pide con cortesía al cliente que por favor mueva su automóvil, por tal o cual razón. Si esto se hace con propiedad, el factor control permanecerá en favor del vendedor.
El vendedor debe tener en mente esta regla cuando haga tomar asiento a su cliente: sentarlo cerca de él. Entre mayor sea la distancia entre cliente y vendedor, menor control tendrá éste. Debe señalarse que todos los escritorios constituyen barreras entre el vendedor y el cliente. El vendedor debe procurar eliminar cualquier barrera, sentándose a un lado del escritorio durante partes de la presentación de ventas. De este modo el vendedor puede aproximarse más y más al cliente de cuando en cuando y hacer que todo el mundo se sienta más cómodo.
Hay dos formas de que se sienten los clientes y cada una de ellas tiene sus puntos buenos y malos. El mejor modo de estudiar estos arreglos de asientos, es observar la siguiente ilustración y dar información concerniente a cada uno.
Otra modalidad:
Las etapas de todo proceso de ventas son:
Después de haber calculado meticulosamente la visita hay que proceder a su puesta en acción. Esta etapa, también conocida como etapa de apertura, empieza en el momento en que se cruzan las primeras palabras entre el comprador y el vendedor.
Es muy sustancial crear un ambiente apropiado en el que el cliente se sienta a placer. Una buena manera de comenzar sería presentándose e intercambiando tarjetas personales, así el vendedor podrá llamar al cliente por su nombre durante todo el proceso de venta, aumentando así la percepción de trato personalizado.
En todo instante se ha de conservar la educación y la cordialidad, pretendiendo ser amables pero sin abrumar, debemos estar centrados en la tarea que estamos realizando, es decir, no debemos resolver otros problemas a la vez que atendemos al cliente. El humor puede ser de gran ayuda para crear empatía entre ambos pero, como todo, debe utilizarse con mesura.
Ejemplo:
Nos aproximamos a un concesionario porque estamos pensando en cambiar nuestro vehículo y el vendedor nos ofrece la posibilidad de probar el auto por el distrito. Al entrar en el concesionario no estábamos muy seguros de si el auto era el que verdaderamente deseábamos, pero al vernos conduciéndolo, nuevo e impecable, nos convencemos de que éste es el auto que realmente queremos. Si el vendedor no nos hubiese dado la oportunidad de probarlo, seguramente hubiésemos salido del concesionario con la misma inseguridad con la que entramos.
Las demostraciones deben ser examinadas concienzudamente antes de ejecutarlas delante del cliente, ya que en caso de que se produzca algún error el efecto será el contrario al deseado.
En nuestro ejemplo, si el auto en vez de ir de maravilla en las calles, produce ruidos extraños, da tirones, por muchas explicaciones que brinde el vendedor, el cliente habrá desechado por completo la opción de comprar ese coche.
Hoy en día la venta se ejecuta ambicionando satisfacer las necesidades del cliente. Es una técnica mediante la cual se obtiene un beneficio mutuo para el agente comercial y el cliente.