te amaré en silencio
tu intimidad de contemplativo de Dios
y receptivo del hermano
Eduardo MEana LAporte
Meana, Eduardo Alberto
Te amaré en silencio : tu intimidad de contemplativo de Dios y receptivo del hermano / Eduardo Alberto Meana. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Guadalupe, 2020.
Libro digital, Book “app” for Android - (Sagradamente humano ; 2)
Archivo Digital: online
ISBN 978-950-500-790-5
1. Espiritualidad Cristiana. I. Título.
CDD 248.4
Fecha de catalogación: 04/02/2020
Colección Sagradamente Humano
Diseño y Composición: G1 sumadiseño | Mariela Taccone
Editorial Guadalupe
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Impreso en la Argentina
Editorial Guadalupe, 2020
te amaré en silencio
tu intimidad de contemplativo de Dios
y receptivo del hermano
INDICE
Invitación a este viaje
Silenciando nuestra interioridad cotidiana para reconocer la compañía del Tú inasible de Dios
Te llevaré al desierto y te hablaré al corazón
Silencio, lugar cero de una ruptura y una revelación
Sobreabundancia
El silencio nos resitúa en las coordenadas donde Dios es Dios y el otro es el otro
Pretensión
La fe palabrera y mundanizada vacía el testimonio de significatividad
La intemperie
Experimentar en silencio al tú de Dios que está en silencio
Lago
El Silencio contemplativo como experiencia de Fuente: del hablar sobre Dios al permanecer en Él
Oración en la noche
Rescate desde el tumulto hacia una cotidianidad que sea lugar de contemplación e identidad
Te escucharé
Si el ego entró en crisis y somos el ‘yo’ más profundo, cabe el don del otro
Cuando cae la tarde
El silencio humanizador es riqueza de receptividad, oasis de acogida, espacio de comunión
Gestos silenciosos
La construcción de la comunión humana también requiere silenciosos fuertes y compasivos
anexo
semilla final: El secreto de los desencuentros y los encuentros: Lucas 10, 38-42
introducción
Invitación a este viaje
Quienes mejor te amaron, te amaron también desde el silencio. Enmarcando y nutriendo su atención a tu ser. Generaban el espacio para tu libertad y su maduración acerca de cómo hacerte el bien. Y daba a luz las palabras que dan vida.
Pasemos al tiempo presente. ¿Qué tal si nos ayudamos a recuperar ese arte? Que es, además, el arte de Dios.
Y desandamos cierto olvidado camino del silencio -malentendido, desvalorizado o temido a veces como una huella perdida de soledades o carencias-, nos rebelamos a vivir aislados en el tumulto. Para resituarnos en el silencio dialogal: eco hábitat de mismidad, de fe abismada a Dios como ‘Tú’ absoluto, de receptividad del hermano, de contemplación cotidiana.
En suma: tu silencio… recuperado como intimidad que es cuna de tus vínculos. Y que los sostiene alumbrando, desde ese fondo personal, gestos y palabras creativos y entrañables.
Este libro tiene su ‘hermano mellizo’. Que se llama “El Ecosistema del Silencio - Un viaje desde la palabrería hacia tu interioridad fecunda”.
Son parecidos, comparten ADN, se complementan; aunque cada uno tiene su núcleo propio.
En éste, se acentúa esa cualidad ‘dialógica’ que el silencio nutre y permite ante Dios y los hermanos.
En el otro librito, se describe la necesidad de una decisión: elegir el silencio como Ecosistema que hace posible el nacer de la palabra creativa y significativa, en un contexto histórico que oscila entre la palabrería abrumadora y las mudeces que matan.
En ambos, entre capítulo y capítulo hallarás intercaladas, poesías y letras de canciones que fui escribiendo; así el libro nos ofrece otra perspectiva y otra respiración. Mi deseo, mi desafío y propuesta, es que ‘rumies’: que sientas necesidad de detenerte. Que no nos sea exigible un ´leer de corrido’ ni ‘de una vez’; así como la comida casera y sus platos de una fiesta familiar, con intercambio de recetas y cariño, requieren gratuidad, saboreo, conversación… y no la velocidad voraz de un ‘fast food’ masivo. Por eso, te pido que comas despacio, para que la nutrición sea restauradora y efectiva a largo plazo.
No lo pretendo por mi calidad de escribiente, sino porque hablamos de misterios: El alma de los hombres, y el alma del mundo. Y tu alma.
Y porque leer juntos este libro, es también un elegir ‘ser discípulos’, discípulos que nos sabemos necesitados de paciencia, y que muy de a poquito van asimilando, como despacito asimila la tierra la llovizna que la fertiliza.
Lo sólido tarda su tiempo. La educación es una siembra. Un cambio de hábito espiritual necesita convencerse de a poco. Este libro y su librito hermano apuntan a eso. No a atajos, ni a ‘tips’ simplificadores de lo complejo, ni a causar un shock -que hace perder rápido los pesos muertos, pero luego, a subirlos también rápidamente.
Así hizo el Señor y Maestro: no un shock emotivo, sino una siembra existencial.
Vengo rezando por cada lector… para que creas que la siembra y la semilla que es cada parrafito -quizás muy imperfectamente- vienen desde ese Otro Sembrador, que nos está trabajando a todos: para generar los bienes que esta tierra, esta época, esta humanidad que somos, hoy está necesitando.
Diez vectores a los que apunta este librito, junto con su ‘libro hermano’: “el ecosistema del silencio” …, para que se transformen en…
…diez caminos interiores, diez propósitos espirituales, diez semillas a sembrarnos: