Fecha de Edición: Septiembre 2020
@2020, Matiozzi, Irene
Derechos exclusivos de edición digital reservados para todo el mundo.
Editado por:
ISBN: 978-987-47549-6-7
Editado en Argentina
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Tanto si creemos que nos puede ir mal, como si creemos que nos puede ir bien tenemos razón. Nuestro cerebro es el órgano más poderoso que tenemos a disposición. Felicito y reconozco a Irene por ser una mujer poderosa y usar el cerebro a su favor, creyendo fervientemente en ella.
David Storchak
Es una bendición recibir y pertenecer a nuestro querido grupo de Paz, Amor y Conexión. Es un abrazo diario y reconfortante de bellas personas. Agradezco a la vida tenerlos presentes todos los días.
Mariano Rojas
Gracias Irene por permitirnos leer tus sentires.
Julia Santana
Sin duda alguna estar en paz nos acerca al amor y a través de éste nos es posible conectarnos al todo que nos rodea. Así podemos volvernos uno con él. Gracias Irene por recordar este hermoso concepto y transmitirlo desde el corazón en cada uno de tus emotivos relatos y reflexiones.
Marcelo Torres
Irene, a través de su pluma emotiva expresa de manera singular lo que lleva atesorado en su corazón.
Se da el permiso de poner afuera lo que lleva adentro y, al compartirlo, no solo nos permite conocer su alma delicada, sino también ponernos de frente a un espejo en el que podemos mirarnos desde la propia sensibilidad y vulnerabilidad.
Su valentía para desnudar su modo de observar y su experiencia vital nos enseña que revelar lo que sentimos y cómo lo sentimos sin tantas vueltas, además de darnos a conocer, también nos permite sanar.
Verónica Tallarico
"Irene querida... tantas Gracias doy a Dios, a la Vida, al Universo, por el regalo y la bendición de habernos cruzado.
Lo que parecía un acercamiento casual, no es nada más ni nada menos que eso que estaba destinado a nosotros... Hoy, es tan gratificante tener tus caricias virtuales a través de tus cariñosos mensajes cada día, que nos llenan de un sentimiento de paz y gozo que se guarda en nuestros corazones como un bálsamo que da Vida...
Sos un Ser de Luz, de Bendición, y una luchadora que nos muestra que "Se puede" y nos alienta a ello constantemente con sus palabras…
¡Quiero decirte GRACIAS!... por ser parte de mis afectos, y hacerme sentir parte de los tuyos... TE QUIERO AMIGA... tan Simple y Maravilloso como eso... tan Simple y Maravilloso como tu Amistad Genuina!!
Claudio Acevedo
Lo mejor para Irene en todo sentido, es una excelente persona.
Laura Rocca.
Soy Irene Mattiozzi, nacida un 18 de septiembre de hace mucho, en la ciudad de Bahía Blanca.
Allí vivimos con mis padres y hermano hasta mis 8 años que vinimos a Buenos Aires.
Hija de un inmigrante italiano, sobreviviente del naufragio del Principesa Mafalda en 1927, junto a sus padres y 4 hermanos. Mi madre, nacida en Argentina.
Desde que llegamos a Buenos Aires, siempre vivimos acá, pero cada verano pasaba los 3 meses de vacaciones en un pueblo llamado Saavedra en Provincia de Buenos Aires, junto a mis abuelos y tíos.
La más bella época de mi vida, con los recuerdos más hermosos, muchos de los cuales están plasmados en el libro.
Gracias a todos.
Junto a mi hermano en la fiesta de los inmigrantes
El título de este libro se lo dedico al hermoso grupo humano y de WhatsApp que lleva ese nombre.
Me impulsaron a escribir a instancias de Julia, cuando comentó que me gustaba y a partir de allí todos me alentaron a que lo hiciera.
Siempre tuve el anhelo de escribir, aunque no me decidía. Si bien escribía, luego tiraba lo que hacía.
Por todo eso, doy gracias a todos ellos.
Lo dedico a mi hija y cinco nietos que amo con el alma.
Mi esposo que desde algún lugar estará feliz de esto.
Sin olvidar a Ricardo, otro integrante del grupo que siempre estará presente.
A todos doy las gracias.
Con mi hija
Les contare la historia del porqué de este título.
Transitaba mi duelo hace tiempo, cuando un amigo me invita a participar de un grupo de meditación.
En un hecho fortuito, junto a una amiga muy querida, nos retiramos para dar nuestro apoyo a quien lo merecía.
Personalmente amo a July por su amor hacia el otro, de ella se trata.
Junto a ella se retiró otro ser extraordinario, hoy ya no está en presencia junto a nosotros pero Ricardo, seguro, desde algún lugar nos acompaña.
Armamos este grupo de 11 maravillosas personas y yo, que nos da este nombre.
Ayer nos reencontramos los que pudimos por un video chat, encuentro de almas, volviendo a sentir la conexión que desde el primer momento sentimos.
Dos de los integrantes desde San Luis. De esa charla hermosa surgió este proyecto que llevará nuestro título.
No son las distancias lo que nos separa, sino la falta de amor.
Cuando digo mirar a los ojos, es para escuchar el alma del otro y creo no equivocarme.
Gracias por ser y estar en mi vida, en July nombro a todos y creo que no existen dudas, cuando estamos destinados a encontrarnos, nada tuerce ese encuentro.
¿Cuánto pueden encerrar esas dos palabras, cinco letras?
¿Cuántos sentimientos, sensaciones, emociones imposibles de explicar encierran?
Solemos callar muchas veces por timidez, creer que no vale la pena decirlas y hasta temer al rechazo.
Es normal que nos pase algo así, aun sintiendo dolor por callar.
Sentir el latir de tu pecho con una inusual fuerza ante una palabra que llegue al alma.
Sensación de ensueño que nos hace vivir, esperando un mañana mejor.
Que seas motivo de un: ¿cómo estás? Es un pequeño gesto que llega al corazón.
Contar con incondicionales amistades, sabemos que estuvieron, están y seguirán estando, aun con diferencias, es el valor de las dos palabras.
Nos hacen querer gritar al viento desde lo más profundo de nuestras entrañas, merecen que les digamos: gracias, te amo.
Soltar lo que nos duele o lastima es en realidad dejar salir el rencor del alma.
Desde mi experiencia de vida, es que puedo hablar con propiedad del tema.
Alberto y mis terapias fueron las más grandes ayudas en mi existir.
Muchas veces pagué con mi salud y operaciones el rencor acumulado en mi corazón.
Ese gran compañero que Dios cruzó en mi vida, decía siempre a nada te conduce ese sentimiento.
Lo aprendí con los años y como dije, pagando con mi salud más de una vez.
Hoy Albert no está, pero recuerdo cada una de sus palabras cuando algo me duele, “todo va a estar bien”, decía.
Tantas veces esto viene a mi mente… Recuerdo con dolor habérselo dicho también cuando se enfermó.
Nada más de lo que hice pude hacer y quedé con rencor y mucha rabia cuando partió.
Me pregunte una y mil veces como hacía para seguir sin él. Me costó mucho sacar esa rabia.
Solo con palabras de mucha gente que me ayudó, una en especial, comprendí seguro me sigue cuidando.
Si hoy puedo decir una palabra en relación a esto, es justamente por todo lo bueno que dejó como herencia en mi alma.
Todos merecemos ser amados. Vivir y amar, dos verbos que conjugados entre sí son un privilegio.
No hay persona en el mundo que no quiera ser amada. Por más que diga: “no pido que me amen”.