Los textos compactos no deben abordarse a la ligera, y estoy muy agradecida a mi esposo, Karl Mülly, por su primera revisión y sus útiles comentarios. Vaya también mi más cordial gratitud a mi sobrina Barbara Hauenstein, que revisó el primer bosquejo manuscrito desde el punto de vista de una estudiante, atendiendo a su comprensibilidad y a la secuencia lógica de los párrafos, lo que me sirvió de ayuda para dar mayor claridad a la versión definitiva. La lectura profesional corrió a cargo de Katrin Eckert y Ulrike Gallwitz, que dieron al conjunto un mayor lustre lingüístico y estructural; agradezco a esas dos damas de la editorial Pendo Verlag su colaboración siempre grata, inspiradora y fructífera.
Si vosotros, queridos lectores, queridas lectoras, deseáis hacerme partícipe de vuestras impresiones accediendo a www.explorative.ch, me sentiré muy satisfecha. Os lo agradezco de antemano.
Da igual que sean tres minutos, media hora o tres días: concentrarse significa aplicarse por completo a un solo tema. Aparta de la mente las charlas recientes que hayas mantenido, no estés pendiente de las conversaciones telefónicas de los colegas y no permitas que te distraiga ningún otro asunto que tengas entre manos. Has de tener presente tan solo el instante actual y volcarte por completo y sin reservas en lo que te ocupa.
Es cierto que con frecuencia existen otros temas más atractivos e incluso urgentes, pero el arte de la concentración consiste en ignorar de forma transitoria todo lo demás y volcarse por entero en un solo asunto. Debes actuar como si no tuvieras otra cosa que hacer. Sumergirte mentalmente, en lugar de mantenerte en la superficie.
¿Por qué un solo asunto? Nuestra atención está limitada de una forma muy estricta, y eso significa que el cerebro puede recibir y procesar muy poca información de una sola vez. Si esa información procede de fuentes distintas, nos llevará a un estado de sobrecarga cognitiva.
La memoria a corto plazo no puede asimilar todo y tiende a olvidar de inmediato muchas cosas, lo que provoca frecuentes errores. Por tanto, debes intentar enfocar tu atención por completo a un solo tema, aunque solo lo hagas durante unos pocos minutos.
Para aprender a dedicarte por completo a un solo tema, debes:
La observación sistemática y la escala de valoración te ayudarán de forma muy eficaz. ¡No dejes de probarlo! La introspección hará crecer de forma real tu consciencia y percibirás mejor qué es lo que te impide implicarte por completo en tus asuntos. Podrás reconocer enseguida tus progresos y percatarte de los éxitos obtenidos; también sabrás volcar toda tu atención en tu trabajo. El propósito de realizar tu tarea de la mejor manera posible, como si se tratara de superar un examen, te ayudará de forma complementaria a concentrarte en su proceso de realización.
Además has de plantearte un compromiso emocional: deberás realizar tus actividades, ya se trate de responder a un e-mail, de cumplimentar las tareas a realizar en casa o de hacer un cálculo de costes, concediendo la máxima importancia a su ejecución y volcándote en cuerpo y alma a ella. Si lo consigues, tu concentración mejorará en breve.