Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional
¿Cómo citar este libro? / How to cite this book?
Vieira Posada, E. y Peña, F. (Eds.). (2021). Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional (vol. 7). Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. https://doi.org/10.16925/9789587602937
Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional
Edgar Vieira Posada y Félix Peña (Editores)
Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional
© Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia, Bogotá, febrero de 2021
© Miguel Ángel Vázquez Ruiz, Carmen O. Bocanegra Gastelum, Amalia Stuhldreher, Amílcar Davyt, Alberto José Hurtado Briceño, Johana del Valle Molina Durán, Sadcidi Zerpa de Hurtado, Roberto Goulart Menezes, Rafael Alexandre Mello, Jorge Damián Rodríguez Díaz, Stéphan Sberro
ISBN (impreso): 978-958-760-292-0
ISBN (PDF): 978-958-760-294-4
ISBN (EPUB): 978-958-760-293-7
DOI: https://doi.org/10.16925/9789587602937
Colección Gridale
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Recepción: 14 de octubre de 2020
Evaluación de contenidos: 30 de noviembre de 2020
Corrección de autores: 13 de diciembre de 2020
Aprobación: 16 de diciembre de 2020
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Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional / Édgar Vieira Posada y Félix Peña, editores. -- Bogotá : Universidad Cooperativa de Colombia, 2021.
p. -- (Colección Gridale ; Tomo 7)
Incluye datos de los autores. -- Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo. -- Texto en español con resumen en inglés.
1. Integración económica internacional 2. covid-19 (Enfermedad) - Aspectos económicos 3. Cooperación internacional 4. Integración latinoamericana I. Vieira Posada, Edgar, editor
II. Peña, Félix, 1938-, editor III. Serie
CDD: 337.18 ed. 23
CO-BoBN- a1068925
Contenido
Introducción
Capítulo 1. Recesión global, covid-19 y viabilidad de estrategias poskeynesianas: la perspectiva en América del Norte
Miguel Ángel Vázquez Ruiz, Carmen O. Bocanegra Gastelum
Capítulo 2. Desafíos de la pandemia a la gobernanza multinivel en América Latina y el rol de la academia: consideraciones desde Uruguay
Amalia Stuhldreher, Amílcar Davyt
Capítulo 3. covid-19 y los servicios Fintech en América Latina: impacto y opciones de política
Alberto José Hurtado Briceño, Johana del Valle Molina Durán
Capítulo 4. Inteligencia artificial (ia) y covid-19: análisis comparativo China-América Latina
Sadcidi Zerpa de Hurtado
Capítulo 5. Neoliberalism, State and Welfare: What Does the Pandemic Interrupt or Reinforce in Brazil?
Roberto Goulart Menezes, Rafael Alexandre Mello
Capítulo 6. El impacto de la covid-19 en el sector de la industria automotriz: desafíos y oportunidades para la factoría en Mercosur
Jorge Damián Rodríguez Díaz
Capítulo 7. Geopolítica de la covid-19 en el sur global: el caso del Medio Oriente
Stéphan Sberro
Sobre los autores
Resúmenes / Abstracts
La covid-19 es la primera pandemia que vive el planeta en el contexto de un proceso de interdependencia e intercomunicación planetaria, que aceleró no solo los contagios, sino también la reacción de los países para enfrentarla. Lamentablemente, con una reacción individual y particular de cada país, cuando los procesos de integración existentes podrían haber sido en la pandemia —y deberán ser en la pospandemia— instrumentos válidos y efectivos para racionalizar y maximizar el aprovechamiento de recursos y la eficiencia de las medidas por adoptar para enfrentarla.
La pandemia de la covid-19 es una de las variantes del coronavirus existente hace ya un tiempo y ha sido precedido en el presente siglo por otros coronavirus como el sars, en el 2003, que causó el síndrome respiratorio agudo grave, el mers, en el 2012, conocido como síndrome respiratorio de Oriente Medio y ahora, la covid-19, más transmisible que los anteriores. Los coronavirus son una gran familia de la cual el sars-cov2 es de los alfa-coronavirus presentes en los mamíferos; también hay otros coronavirus como los beta-coronavirus, adaptados principalmente a los murciélagos, pero poco adaptados a los humanos, con lo cual al pasar a estos hay un choque entre el microrganismo y el humano que lo aloja.
Las epidemias han venido aumentando su frecuencia y, en buena parte, son enfermedades producidas por transmisiones de agentes patógenos entre animales y humanos, situación debida especialmente a la deforestación que ha ejercido una presión sobre los animales, con lo cual al ser expulsados de sus hábitats naturales se ha facilitado el cruce con los humanos en ecosistemas desequilibrados entre otros factores por el calentamiento global. La realidad es que el origen de estas epidemias son los trastornos causados a la biodiversidad, por lo tanto, se requiere una mayor vigilancia epidemiológica con el funcionamiento de alertas tempranas.
La covid-19 se convirtió en un problema en todo el planeta ante la realidad de un mundo interconectado e interdependiente y ha sido enfrentado tanto de manera global a través de organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud (oms), como particular con la actuación irregular de los Estados, unos responsables en las medidas para afrontar la pandemia, mientras otros han tenido un manejo que ha facilitado su expansión y contagio. El seguimiento simultáneo de su evolución por todo el planeta ha estado acompañado de informaciones exageradas y distorsionadas de noticias falsas en las redes, que han ocasionado dificultades para la aceptación de las medidas de control y contribuido a una mayor incertidumbre y angustia.
La esperanza es que estos largos meses vividos bajo la pandemia permita que la humanidad reaccione y examine cómo y por qué contribuimos a que se produjera, replanteando varios de los postulados y los paradigmas que hasta ahora nos han regido, de manera que, en vez de continuar con la depredación del planeta y la actuación egoísta de países y personas, el mundo pasara a un reforzamiento de los dispositivos globales y multilaterales y actuase de manera más solidaria, entre otras, a través de la integración.
El trasfondo y la reacción a la pandemia en el contexto mundial podría ser de ajuste del proceso de globalización desarrollado en el planeta durante tres décadas, para que no continuase soportado en un libre mercado caracterizado por la actuación especulativa y sin control del sistema financiero, que resultados tan malos tuvo en la distribución del ingreso y en el agravamiento de las inequidades sociales. Lo aconsejable sería una reafirmación de un Estado de bienestar poskeynesiano, el cual, en el caso de las políticas de salud pública, les otorgue la prioridad que se merecen para enfrentar de manera preventiva las nuevas pandemias que le llegarán al planeta. Por eso, son de utilidad los análisis sobre la aplicación de políticas poskeynesianas por regiones, como la de América del Norte, o en países de las dimensiones de Brasil, realizados en este tomo.
Uno de los campos principales en el cual habrá cambios profundos es el tecnológico, en el cual la pandemia aceleró varias de las tecnologías disruptivas del proceso globalizador, en particular, la inteligencia artificial, la robotización y la big data, las cuales brindaron elementos de control del coronavirus, como es el caso de China analizado en este libro, que a pesar de que su enorme población ha logrado implementar medidas de vigilancia soportadas en estas tecnologías de punta que tiene la expansión del virus bajo control. Se contrasta con América Latina que también ha tenido avances tecnológicos en estos campos, aunque muy desiguales, que deberán ser tratados con mayor atención por los procesos de integración latinoamericanos.
También es una oportunidad para considerar en este libro políticas públicas ajustadas a los cambios producidos en el contexto mundial, como los servicios Fintech en América Latina o políticas en sectores específicos como el automotriz en la región del Mercosur o la aplicación de principios de gobernanza multinivel en América Latina con resultados exitosos, como el caso de Uruguay, uno de los países latinoamericanos más efectivos en el control de la pandemia.
En el campo geopolítico, la pandemia pone en entredicho la falta de liderazgo de países como Brasil y México, como también los débiles liderazgos existentes en muchos de los países, donde han tenido lamentablemente más protagonismo liderazgos no colaborativos, en los que el hiperpresidencialismo ha aprovechado la coyuntura para debilitar los procedimientos democráticos y consolidar un mayor control de las instituciones y ha mostrado la ineficacia en enfrentar debidamente la pandemia en casos tan evidentes como el del actual gobierno de Brasil, analizado en este tomo.
En el ámbito global, los recientes resultados de las elecciones en Estados Unidos permiten esperar que el nuevo gobierno demócrata de Joe Biden rectifique medidas equivocadas aislacionistas y permitan en la pospandemia contar con la participación de ese país en los distintos foros multilaterales en los que se tomarán medidas globales para enfrentar los estragos que deja la pandemia. Parece conveniente la revisión de los instrumentos de gobernabilidad mundial, en los cuales varias de las organizaciones internacionales necesitan profundas reformas para adecuarlas a las nuevas realidades del siglo xxi y en los que lo multilateral debería disponer de reglas de aplicación mundial en el enfrentamiento de la pandemia que eviten la ineficiencia de medidas fragmentadas o contradictorias de cada país. Este reposicionamiento a favor del multilateralismo es fundamental para los procesos latinoamericanos de integración, para quienes las reglas multilaterales, como marco negociador de los acuerdos, dan mayor seguridad y beneficios, que el marco bilateral de negociación desde posiciones neoproteccionistas como las del gobierno saliente de Estados Unidos.
Otro problema geopolítico en la pospandemia es el peligro que las poblaciones frustradas por los efectos desastrosos de desempleo, de faltas de oportunidad y de pérdida de confianza en sus dirigentes, pasen a apoyar y dar respaldo a caudillismos populistas de alternativas demagógicas, de posiciones políticas extremas, con la reactivación de estilos de gobierno que tanto mal le han ocasionado a los avances de la integración latinoamericana, al contribuir a la división ideológica en la orientación de los procesos de integración.
En el caso de la integración latinoamericana, no deja de ser muy preocupante el desinterés y la falta de iniciativa de acudir a instrumentos de los procesos regionales de integración para procurar una respuesta comunitaria y colectiva a la pandemia, que unificará acciones, maximizará la utilización de presupuestos y de ayudas internacionales y programará medidas para la pospandemia. Ha sido notorio el posicionamiento individual de cada país en la adopción de políticas contra el virus, sin las coordinaciones necesarias, al menos de los ministros de salud, bien sea en la Comunidad Andina (can) y su convenio para temas sanitarios, sea el Mercado Común del Sur (Mercosur) y su institucionalidad para temas sociales adelantados al comienzo de siglo, sea el Sistema de Integración Centroamericana (Sica) para los países centroamericanos y mucho menos en una Alianza del Pacífico sin institucionalidad y con el aislamiento del presidente López Obrador de México, a pesar de que Chile, Colombia y Perú fueron de los países latinoamericanos de mayores niveles de contaminación.
Se debe insistir en que la integración puede y debe ser herramienta fundamental de trabajo comunitario, colectivo y consensuado, de espíritu solidario, que invita al tratamiento de dispositivos y medidas en la pospandemia y en el replanteamiento de varios de los paradigmas que, hasta ahora, habían regido el mundo, ya se trate de la recuperación de un Estado de bienestar más responsable en la aplicación de políticas públicas, comenzando por la salud, en un proceso de armonización de políticas macroeconómicas y sociales; del cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible y de los compromisos sobre cambio climático; de enfrentar los estragos enormes de recesión mundial y desempleo ocasionados por la covid-19, mediante la revalorización de políticas sociales y de empleo, como también de políticas multilaterales, en las cuales se enmarquen los diferentes acuerdos comerciales que permitan aumentar exportaciones y reconstituir las economías mediante inversión y tecnología, y el desarrollo de energías limpias sustitutivas, acompañadas de encadenamientos productivos generadores de valor en las exportaciones de la región que reemplacen la participación actual de las exportaciones de materias primas.
La integración latinoamericana tiene la oportunidad histórica de responder a la pandemia y posicionarse de manera unida en la pospandemia, reconsiderando objetivos y planes de acción orientados a consolidar una integración multidimensional que equipare aspectos económico-comerciales, con aspectos de profundas reformas sociales y políticas, en un contexto de economía más solidaria que permita superar egoísmos nacionales en favor del bien común.
Los aspectos institucionales merecerían ser considerados, a fin de contar con una institucionalidad al menos operativa, la cual, frente al desgaste de posiciones aisladas nacionales, les permitiera a los gobiernos trabajar de manera colaborativa, compartiendo su soberanía en la puesta en marcha de soluciones comunitarias al problema de inequidad y de distribución de la riqueza y en mejores resultados en el bienestar y las condiciones de vida de la población.
Los impactos y las consecuencias de la covid-19 en la pospandemia son de una temática tan variada y diversa, que permitió tratar los temas en dos colecciones diferentes: la presente colección del Grupo de Reflexión sobre Integración y Desarrollo en América Latina y Europa (Gridale), con los tomos 6, 7 y 8, dedicada a analizar las temáticas desde la óptica y el enfoque de la integración en sus diferentes componentes multidimensionales, y la otra colección de Pensamiento Global, con cuatro obras más sobre impactos más generales y globales de la pandemia.
Desde marzo del 2020, cuando se comenzó a diseminar la epidemia de la covid-19 por el planeta y se convirtió en pandemia, el Centro de Pensamiento Global (Cepeg), de la Universidad Cooperativa de Colombia, procedió a preparar con Ediciones ucc una convocatoria abierta para autores interesados en tratar los principales aspectos multidimensionales característicos de este fenómeno con resultados de confinamiento nunca experimentados con anterioridad en el mundo y con consecuencias en la pospandemia de una dimensión enorme. El retroceso que sufrirá América Latina en sus condiciones de desarrollo a situaciones existentes en décadas anteriores es muy preocupante y encontrar respuestas adecuadas interpretando lo que ha sucedido y los impactos en distintos órdenes políticos, económicos y sociales es un desafío. Allí la integración latinoamericana tiene la oportunidad de reconfigurarse para ser un instrumento eficaz en esa reactivación.
El resultado de la convocatoria fue muy favorable, con más de sesenta (60) propuestas seleccionadas que, luego de la evaluación por dobles pares de los capítulos correspondientes, permitieron estructurar siete (7) libros que se distribuyen en dos colecciones: tres libros, correspondientes a los tomos 6, 7 y 8 en la colección Gridale y cuatro libros correspondientes, a los tomos 3, 4, 5 y 6 en la colección Pensamiento Global.
En la colección Gridale, los libros tratarán los siguientes temas:
En la colección Pensamiento Global se tratarán estos temas:
El presente tomo, Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional, tiene siete (7) capítulos. En el primer capítulo, “Recesión global y viabilidad de estrategias poskeynesianas: la perspectiva en América del Norte”, Miguel Ángel Vásquez Ruiz y Carmen O. Bocanegra Gastelum parten del hecho de que el libre mercado ha dejado de ser el que todo lo ponía en su lugar, lo cual plantea el reto de reposicionar el papel que desempeña el Estado en la pospandemia. El objetivo es analizar la recesión producida por la pandemia y el eventual reposicionamiento del Estado con medidas de expansión del gasto público, para estimular la demanda agregada y el pleno empleo en los países de América del Norte integrantes del tratado del t-mec (México, Estados Unidos y Canadá).
Luego de considerar cifras sobre la grave situación de depresión económica con motivo de la covid-19 en los tres países, se analizan los ciclos del Estado, relevando su importancia en tiempos del presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roossevelt, y la política del New Deal, los cambios en la década de los ochenta con la llegada del neoliberalismo del Consenso de Washington interrumpidos por la grave crisis financiera del 2018, en la que salió el Estado al rescate de los mercados. En momentos de renegociación del t-mec aparece la covid-19, como pandemia que modifica el papel que desempeña el Estado, el cual debe actuar en alianza con la sociedad frente a las fuerzas del mercado, en el caso de los Estados Unidos, con políticas de atención a la salud más equitativas, en donde parte de la apuesta mexicana de recuperación tiene que ver con la suerte de este país con el nuevo papel del Estado y con el rol que desempeñan el Estado, la sociedad, la empresa y la ciencia, ofreciendo soluciones a la pandemia.
En el segundo capítulo, “Desafíos de la pandemia a la gobernanza multinivel en América Latina y el rol de la academia: consideraciones desde Uruguay”, Amalia Stuhldreher y Amílcar Davyt analizan las oportunidades y los desafíos, en términos de gobernanza multinivel, que surgen en el marco de la reconfiguración del regionalismo en América Latina, en especial, en el contexto de la covid-19, que implica la redefinición de normas e instituciones en un mundo que avanza hacia una posglobalización; para lo anterior, toman a nivel país el caso del Uruguay y en el ámbito región al Mercosur, en una América Latina segmentada en modelos de desarrollo diferentes, lo que limita esquemas de gobernanza más efectivos.
Se considera la situación de gobernanza en la política sanitaria con la articulación de instituciones y actores a un periodo de pandemia. Desde el Uruguay se considera su articulación con la región, con impacto diferente, según condiciones propias del desarrollo subnacional, donde en medidas regionales de salud pública falta todavía mayor integración en ciencia y tecnología, como también en ciencia y academia con un mayor número de redes científicas. Pero ha habido cambios institucionales significativos en Uruguay en años recientes explicados en detalle, lo cual le ha permitido al país, en comparación con otros de América Latina, ser uno de los más exitosos en la contención de la covid-19, gracias a una gobernanza interinstitucional en la que ha jugado un papel muy importante la academia.
En el tercer capítulo, “covid-19 y los servicios Fintech en América Latina: impacto y opciones de política”, Alberto José Hurtado Briceño y Johana del Valle Molina Durán analizan los efectos que la crisis de la covid-19 ha tenido en el uso de los servicios Fintech (unión de finance y technology: finanzas y tecnología) en América Latina. Las tecnologías de información y comunicación son una solución ante el incremento del intercambio de mercancías en línea y el pago mediante servicios de tecnología financiera (fintech), que simplifica los procesos prestados por el sector financiero tradicional o por nuevas empresas tecnológicas innovadoras (startups) ante el avance tecnológico de Internet y la cadena de bloques (blockchain).
Las empresas fintech latinoamericanas se han posicionado en áreas de pagos y remesas; préstamos y gestión de finanzas empresariales; más del 85 %, en cinco países. Luego de comentar las principales implicaciones del coronavirus, se analiza el desarrollo del entorno digital y los servicios más utilizados en los países y la afectación del crecimiento del sector en medio de la pandemia. Finalmente, se reflexiona sobre el impulso a la inclusión financiera en Latinoamérica mediante iniciativas públicas y privadas que brinden productos y servicios adaptables a las necesidades de las personas y las empresas e incrementen los beneficios del uso de servicios fintech en América Latina.
En el cuarto capítulo, “Inteligencia artificial (ia) y covid-19: análisis comparativo China-América Latina”, Sadcidi Zerpa de Hurtado analiza el establecimiento de un nuevo orden global mediante el mayor uso de la tecnología para interconectar todos los procesos y alcanzar una automatización efectiva en momentos de expansión de la covid-19, con el mayor uso de tecnologías 4.0, principalmente, basadas en Internet de las cosas (iot), big data, robótica e inteligencia artificial (ia). Se aborda el papel que juega la ia durante la pandemia en China y América Latina, para lo cual se puntualizan los alcances la ia, la cual puede realizar tareas y acciones similares a las cognitivas o inteligencia humana; ahora bien, también se plantean los desafíos del uso de ia en la fábrica inteligente y las múltiples oportunidades y usos que ya tiene en la industria, la agricultura, el monitoreo del clima, la educación, la medicina y la farmacéutica con la posibilidad de revolucionar las prácticas de gestión. En este capítulo, se caracterizan los usos públicos y privados dados en China y en Latinoamérica durante la crisis de la covid-19 a la ia, de lo que se vio un bajo crecimiento de los ecosistemas digitales latinoamericanos por la carente infraestructura digital en la región ante la falta de acceso a Internet, en contraste con China, país que mejor ha manejado la pandemia usando su tecnología en ia en detección, prevención, respuesta y recuperación de la covid-19. Este ejemplo plantea las oportunidades y los desafíos de la utilización de la ia, tanto en China como en América Latina en el marco de la pandemia en momentos en que la era de la digitalización es una realidad.
En el quinto capítulo, “Neoliberalism, State and Welfare: What Does the Pandemic Interrupt or Reinforce in Brazil?”, Roberto Goulart Menezes y Rafael Alexandre Moreira Mello analizan el caso particular del Brasil ante los cambios de política sobre el papel que juega el Estado y el mercado, influenciados por la evolución y los cambios del sistema capitalista mundial a través de la historia, principalmente, con la formulación de la teoría del Estado de bienestar y los ajustes institucionales de Bretton Woods, el paso a una economía de mercado y la eliminación del papel que juega el Estado, la crisis financiera mundial del 2008 y la actuación de los Estados para superarla. La llegada del gobierno de derecha neoliberal extrema del presidente Jair Bolsonaro y de su superministro de Economía, Paulo Guedes de la Escuela de Chicago, se orienta al desmonte del Estado de bienestar y al regreso al mercado de políticas públicas, como la provisión de educación, salud y seguridad social, entre otras áreas. Esto ocurre en momentos en que la pandemia es desconocida por el Gobierno Bolsonaro y se agrava la situación social y los niveles de desigualdad ante la insuficiencia de las ayudas gubernamentales a los más débiles de la población; estas políticas son contrastadas con las de administraciones anteriores. Entre los más débiles, están las poblaciones indígenas y las minorías étnicas que han visto agravadas sus situaciones de pobreza; además, la situación llegó a tales niveles que el Congreso se vio obligado a aprobar un ingreso básico ante la profundidad de la crisis social y económica.
En el sexto capítulo, “El impacto de la covid-19 en el sector de la industria automotriz: desafíos y oportunidades para la factoría en Mercosur”, Jorge Damián Rodríguez Díaz analiza uno de los sectores estratégicos en la industrialización de Mercosur, pieza clave del comercio intrarregional, que presenta cambios influenciados por la “cuarta revolución industrial”, en el marco de la disputa entre los Estados Unidos y China, y las consecuencias de la pandemia de la covid-19.
El sector automotriz en el Mercosur está en transición hacia un mayor respeto de lo ambiental, en un proceso de deslocalización productiva con estrategias basadas en las regiones, a las que se suman proveedores digitales de servicios tecnológicos en una transformación hacia la provisión de servicios de movilidad más que de fabricación de automóviles, donde la integración y la complementariedad productiva regional resulta clave para una inserción competitiva, digital y sustentable en el mercado mundial. Se explica la evolución del sector, dominado fundamentalmente por Brasil y Argentina; el hecho de no haber logrado desarrollar la política automotriz común sino acuerdos bilaterales que han postergado la liberalización hasta el 2029, mientras los compromisos con la Unión Europea fueron negociados como bloque. A lo anterior se le agregan los efectos negativos de la pandemia con respecto a la caída de la producción del sector, pero se espera restablecer un trabajo más cooperativo e integrado entre Brasil y Argentina.
En el séptimo capítulo, “Geopolítica de la covid-19 en el sur global: el caso del Medio Oriente”, Stéphan Sberro comienza con ciertas características del Medio Oriente en su menor contagio de la covid-19, mientras países, como Irán, presentan altos niveles de contagio. Se abordan las consecuencias políticas, se analiza cómo la mayoría de los países de la región sufrían una crisis política, económica y social, con la particularidad del efecto devastador de la pandemia más por frágiles equilibrios geopolíticos que por salud pública. La crisis económica proviene de la baja en los precios del petróleo, que es la fuente presupuestaria de la mayoría. En relación con la diversidad regional, se analizan países fallidos como Sudán y Siria y recientemente Líbano; países que comenzaron bien el control de la pandemia, pero que luego se les agravó terriblemente como Israel o países exitosos como Jordania. La pandemia contribuyó al acercamiento político de algunos Estados árabes con Israel, como Arabia Saudita y Bahrein, pues tienen en común la enemistad con Irán, estar mayormente expuestos a la covid-19, por su estilo de vida que favorece la mortalidad y ser proestadounidenses. Por otra parte, la tendencia actual es hacia la consolidación de una integración regional en materia de seguridad, pero algunos países, como Turquía, multiplican las provocaciones externas, mientras otros pierden peso geopolítico en la región, como es el caso de Egipto y subsiste la duda sobre lo que hará en el futuro Irán, muy afectado por la pandemia.
En conclusión, la covid-19 tiene impactos en el sistema internacional con ajustes en el modelo económico ante la prevalencia de concepciones poskeynesianas de mayores responsabilidades en políticas públicas como las de la salud en áreas como América del Norte; con las oportunidades y los desafíos que se le abren a la gobernanza en América Latina, donde el caso del Uruguay ha sido un buen ejemplo al enfrentar la pandemia exitosamente mediante una gobernanza interinstitucional; con desarrollos de emprendimiento novedoso a través startups de inteligencia financiera (Fintech) que incorporan nuevas tecnologías en la integración latinoamericana; con la profundización de tecnologías disruptivas 4.0, en particular con los grandes avances en China de la inteligencia artificial que, junto con la big data y la robótica, le está permitiendo a ese país acelerar su disputa de liderazgo mundial con Estados Unidos, mientras América Latina muestra también avances, pero de menor alcance e impacto en determinados países latinoamericanos; con las alternativas entre neoliberalismo y Estado de bienestar que tiene Brasil, hoy orientado por un neoliberalismo extremo que desconoce la misma pandemia; el proceso de integración de Mercosur en el que se producen acomodamientos a la pandemia en el caso del sector automotriz, y con impactos en el sistema internacional en regiones como el Medio Oriente.
Edgar Vieira Posada y Félix Peña
Editores
Diciembre del 2020
Miguel Ángel Vázquez Ruiz
Carmen O. Bocanegra Gastelum
¿Cómo citar este capítulo? / How to cite this chapter?
Vásquez Ruiz, M. Á. y Bocanegra Gastelum, C. O. (2021). Recesión global, covid-19 y viabilidad de estrategias poskeynesianas: la perspectiva en América del Norte. En E. Vieira Posada y F. Peña (Eds.), Impactos de la covid-19 en el sistema internacional y en la integración regional (vol. 7, pp. 19-42). Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. https://doi.org/10.16925/9789587602937
No es la primera vez en la historia de la humanidad que una pandemia llegó, contagió, causo muertes, desolación y parálisis en las actividades de la sociedad en amplias regiones de cada uno de los continentes. Harari (2016) documenta varios hechos históricos: la peste negra, desarrollada en la década de 1330, en Asia oriental o central, cuando las pulgas propagaron la bacteria Yersinia Pestis en humanos desde Asia hasta Europa, África y América, lo que causó entre 75 y 200 millones de muertes. Después del cruce del Atlántico, los europeos trajeron y dispersaron la viruela en Australia y América; uno de los países más afectados fue México y, en particular, Tenochtitlan, la capital azteca, que en dos meses vio minada su población de 250 mil habitantes en un tercio. En las primeras dos décadas del siglo xx, en Europa, comenzó a extenderse la llamada “gripe española” que en un año provocó la muerte de entre 50 y 100 millones de personas. En pleno siglo xxi, las pestes son una amenaza latente: entre el 2002 y 2003, se sintió la presencia del síndrome respiratorio agudo grave (sars), en el 2005 la gripe aviar, entre el 2009 y 2010, la gripe porcina y, en el 2014, el ébola (Harari, 2016, pp. 16-21). Sin embargo, en los anales de la historia quedará registrado el 2020, como el año de la covid-19.
En el caso de la covid-19, lo inédito es la rapidez cómo la pandemia brincó de un continente a otro; el ataque sorpresa a las instituciones de salud que no estaban preparadas para atender a los cientos de contagiados diariamente; el reclamo inmediato de la sociedad al Estado para que tome medidas de contención a la mortífera enfermedad; y la forma como reaccionaron las sociedades de los distintos países, dividiendo su percepción entre los que acataron inmediatamente las medidas de quedarse en casa y guardar la sana distancia usando el cubrebocas; mientras que otra parte reaccionó con indiferencia e incredulidad ante el eventual contagio, asegurando que era una artimaña de los gobiernos para desmovilizar a la gente, crear controles e imponer el super negocio de las vacunas. El hecho es que el problema existe y ha puesto en entredicho a la ciencia y su capacidad de predicción para tomar medidas ex ante, a los sistemas de salud de países desarrollados, en vías de desarrollo y a los más pobres; a los gobiernos y la direccionalidad de sus políticas y a la propia sociedad, que suele esperar a que las instituciones le resuelvan sus incidentes y problemas.
Todo indica que asistimos al fin de una era. Ante lo viejo que muere, el mundo se reconfigura de norte a sur, de este a oeste. Estados Unidos pierde espacios que había ganado a partir de la crisis de 1929 y la segunda posguerra del siglo anterior, universos que está llenando la milenaria China, que ahora reconstruye la ruta de la seda para llegar a cada rincón del mundo.
El paradigma dominante ha perdido fuerza en sus ideas. El mundo de hoy ya no podrá organizarse tomando solo en consideración la dinámica del mercado, la competencia, los negocios y las ganancias, por la evolución darwiniana, por el sálvese quien pueda. El escenario actual exige otras estrategias para reinventar las formas de convivencia: regular mercados, cooperación, solidaridad, sustentabilidad, vecindad, utopías, tal vez difícil de lograr, pero alcanzables cuando lo que está en juego es la preservación de la vida. ¿Exagerado? ¿Acaso no es esa la principal preocupación ante el asecho del coronavirus?
El mercado ha dejado de tener la sabiduría que se le atribuyó, en el sentido de que todo lo ponía en su lugar, hasta lograr equilibrios perfectos. La realidad del siglo xxi indica que está agotado dejando como herencia un mundo donde cada vez hay más pobres más pobres y menos ricos más ricos. Como dice Joseph E. Stiglitz (2016), ahora hay que enfrentar “el precio de la desigualdad”; también pestes y pandemias, naturaleza devastada, océanos llenos de basura, descomposición social y que lo que antes eran bienes públicos gratuitos, serán privados y tendrán precio, el mejor ejemplo es el agua.
Ante un mundo descompuesto, el reto es reposicionar el liderazgo del Estado, única institución que, de manera racional, puede planear haciendo uso de los instrumentos de los que dispone para hacer política económica: política fiscal, monetaria, manejo de tipos de cambio, aranceles y comercio exterior, como también acuerdos con los países y las instituciones del mundo. Para ello, se requiere claridad de objetivos y estrategias, honestidad, reglas fijas y claras para convenir con la empresa y la sociedad. Un horizonte con rutas de llegada, claras y precisas.
Las tareas del Estado no son menores, son colosales. A la urgencia de aplicar medidas contra cíclicas a través del gasto público y la política monetaria, ahora hay que añadirle muchas más: el manejo de la pandemia, los problemas de inseguridad y violencia, la descomposición social y la educación, que ahora enfrenta el reto de superar lo presencial a través de las nuevas tecnologías, en cuyo manejo no son millones los iniciados.
La sociedad discurre hacia una nueva realidad. Más temprano que tarde, tendrá que asimilar que el problema no es únicamente el aburrimiento causado por cuatro paredes, un techo y un piso, o tomar distancia ante un enmascarado que no conoce, a quien se ve de reojo con recelo; o que no son suficiente las compras de pánico, haciendo kilométricas filas para abastecer la alacena.
Demasiadas cosas a la vez, para asimilarlas de un solo golpe. No debería haber espacio para el hastío, sino para el replanteamiento, la reflexión y la construcción de nuevas formas de convivencia. La suerte está echada, estamos ante acontecimientos que parten la historia. A la realidad de hoy no se le puede eludir desde el hastío, sino enfrentarla desde todas las trincheras. Porque como dijera Ryszard Kapuscinski: “No hay atajos en la historia” (1997, p. 1).
El objetivo de este texto es documentar los efectos de la recesión 2019-2020, inducida por la covid-19, con especial énfasis en los países agrupados en el t-mec, como también analizar el eventual reposicionamiento del Estado para hacerle frente a través de medidas anticíclicas que vayan más allá de la expansión del gasto público para estimular la demanda agregada y el pleno empleo, e incluyan cambios internos que sean innovadores y alianzas con la sociedad en vía de asumir funciones protagónicas y activas. La metodología que se va a emplear es documental, descriptiva y analítica. Para describir el estado que guardan los países en los diversos bloques del mundo, se recurrió a la información estadística de instituciones supranacionales como el Banco Mundial (bm), el Fondo Monetario Internacional (fmi) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (ocde). Asimismo, se hace un recuento de las diversas corrientes explicativas de la evolución del Estado, en particular, en la arena donde convive con el mercado. La interpretación teórica se nutre de las visiones keynesianas y poskeynesianas.
El capítulo se compone de varios apartados. Después de esta introducción, en el primer apartado, se dimensiona la recesión con base en las peculiaridades que tiene como fenómeno histórico de alcance inédito. En el segundo, se describe la situación de América del Norte, con énfasis de los impactos de la covid-19 en crecimiento; empleo, contagiados y fallecidos. Seguidamente, en el tercer apartado, se analizan los distintos ciclos del Estado, para explicar su tránsito de regreso ante la recesión y las demandas sociales vigentes. En la cuarta parte, se discute sobre la necesidad de buscar nuevas salidas al panorama prevaleciente, a través de vincular los intereses del mercado, el Estado y la sociedad. Finalmente, se plantean las conclusiones y se presenta la relación de referencias y bibliografía consultada.
El 2020 quedará registrado en la historia de la humanidad como uno de los más aciagos de su evolución. Justo cuando el hombre atestigua el desbordamiento de su creatividad con los avances tecnológicos alcanzados en las etapas de la globalización, como el desarrollo computacional y la revolución de Internet con su masificación, la conexión en redes sociales, el Internet de las cosas, la miniaturización sin límites en la nanotecnología y la biogenética, los nanotubos de carbono y el grafeno, como también otras tecnologías disruptivas en las que se destacan la robótica avanzada y la tecnología artificial (Vieira, 2016, pp. 60-95), un enemigo invisible lo ha puesto de rodillas, la covid-19, sin que esa grandeza se haya podido activar para que la especie humana supere su cotidianidad; y es que “Con todo esto, parece imposible que aún muera gente, habiendo tanto remedio y salvaguarda”, dice Saramago (2016, p. 202). El hecho es que:
La economía mundial se encuentra paralizada por la primera cuarentena global de la historia. En el mundo entero hay crisis, a la vez, de la demanda y de la oferta. Unos ciento setenta países (de los ciento noventa y cinco que existen) tendrán un crecimiento negativo en 2020. O sea, peor tragedia económica que la Gran Recesión de 1929. (Ramonet, 2020).
En efecto, los datos son contundentes y con poca variación entre sí en la información estadística proporcionada por los gobiernos y las distintas instituciones supranacionales que siguen el comportamiento de las variables económicas y sociales. Desde la perspectiva de los campos de competencia del andamiaje mundial, en la cual el Banco Mundial (bm) tiene como principal propósito el desarrollo de los países; el Fondo Monetario Internacional (fmi), la estabilidad de los tipos de cambio y los problemas estructurales de balanzas de pagos; la omc, el estímulo al comercio internacional a través de aranceles mínimos, como también la ocde que se sitúa en los ámbitos del desarrollo y el bienestar de la población, no hay una de estas instituciones que se manifiesten optimistas sobre la situación de recesión actual y, por el contrario, todas tienen como telón de fondo un aura de pesimismo; acaso la diferencia está en los datos que presentan en sus proyecciones de crecimiento y empleo.
En algunas de ellas, como es el caso del fmi, se observa un cambio en su tradicional esquema de política económica de liberalización de los mercados, que ante problemas de déficit estructurales siempre sugirió la “jibarización” del Estado en términos de manejo fiscal y presupuestal. En el entorno de hoy, la propia directora de la institución, Kristalina Georgieva, hizo un llamado para que los gobiernos abran sus arcas públicas en aras de superar la emergencia provocada por la covid-19. En reunión ministerial efectuada el 23 de marzo del 2020 estas fueron sus palabras:
Respaldamos firmemente las medidas fiscales extraordinarias que ya han tomado muchos países para dar apoyo a los sistemas sanitarios y a los trabajadores y empresas afectados, y nos parece positiva la decisión de los principales bancos centrales de flexibilizar la política monetaria. Estos valerosos esfuerzos redundan no solo en interés de cada país sino de la economía mundial en su conjunto. Se requerirá aún más, especialmente en el plano fiscal. (Georgieva, 2020)
En la adversidad hay coincidencia en el estado de cosas, causado por un ente invisible y en el regreso a políticas públicas expansivas, por parte del Estado. Ante lo intenso de la recesión, no hay empacho en regresar a Keynes. En efecto, en la lógica de que la economía se mueve por ciclos, esta entró en una de sus etapas más críticas desde la gran depresión de 1929-1932. Nunca, como ahora, los indicadores habían tenido tanta coincidencia en el contenido de los datos con respecto a la evolución del producto interno bruto (pib), el comportamiento del empleo, los ingresos y el consumo, como también en la información sobre las conexiones entre países en la economía global, como son el flujo de exportaciones e importaciones y el comportamiento de la inversión extranjera, tanto la directa como la asociada con los movimientos de cartera.
En esta tesitura, el informe sobre prospectivas de la economía global del bm, de junio del 2020, plantea un escenario en el cual se calcula que la economía mundial caerá 5,2 % este año, para constituirse en la recesión más severa después de la Segunda Guerra Mundial, con una caída en el ingreso per cápita, que sobresale por el número de países involucrados en el desplome desde 1870; es decir, si el indicador se mide por el conjunto de países afectados en el ingreso por persona, el retroceso es de 150 años.
Según las proyecciones de esta misma institución, en el 2020, las economías avanzadas se encogieron un 7 %, mientras que los llamados mercados emergentes y las economías en desarrollo (meed) lo harán en un 2,5 %, lo cual será la primera contracción como grupo de países en 60 años. El ingreso per cápita se prevé que caiga en un 3,6 %, con las implicaciones que esto tendrá en la población de menores ingresos. El bloque de Asía Oriental y el Pacífico tendrá un crecimiento del 0,5 %, cifra que contrasta con el 5,9 % del 2019. En este bloque, China tiene un estimado de 1 %, contra el 6,1 del año anterior. En cambio, para Europa y Asia Central, auguran una caída de menos 4,7, en la que Rusia reduce su crecimiento en el 6 %. Por su parte, América Latina y el Caribe se observan uniformemente afectados con una contracción del 7,1 %, en la que Brasil reduce su tasa en el 8 %, México en el 7,5 % y el caso más grave es Argentina que caerá el 7,3 %, para coronar una caída secuencial con los 2 años anteriores. Oriente Medio y África del Norte muestra una caída de menos el 4,2 %; todos los países de este bloque de países tienen tasas negativas con excepción de Egipto con crecimiento del 3 % y Bangladesh con el 1,5 % (bm, 2020, p. 4). Los datos se pueden ver en la tabla 1.
Tabla 1. Crecimiento del producto interno bruto (pib) en regiones del mundo (pib real, variación con respecto al año anterior)