Primera edición: diciembre, 2019
Título original: Le retour de Lilith
© Joumana Haddad, 2004
© de la traducción: Héctor Fernando Vizcarra, 2007
© Vaso Roto Ediciones, 2019
ESPAÑA
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Grabado de cubierta: Víctor Ramírez
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ISBN: 978-84-120709-3-4
eISBN: 978-84-123487-4-3
IBIC: DCF
Traducido del francés por Héctor Fernando Vizcarra
A las siete mujeres que viven en mí
Las bestias montesas se encontrarán con los gatos cervales;
el sátiro gritará a su compañero. Lilith* también tendrá allí
asiento, y hallará para sí reposo.
ISAÍAS 34:14
*Según muchas leyendas, Lilith es la primera mujer, antes de Eva, formada del polvo de la tierra, como Adán. Era independiente, fuerte, libre y no quiso obedecer ciegamente al hombre. Por fin se rebeló, escapó del paraíso y se negó a volver. Entonces Dios la trasformó en demonio y después creó a la segunda mujer, Eva, de la costilla de Adán para garantizar su obediencia.
Comienzo primero
Comienzo segundo
I
Canto de Salomé, hija de Lilith
II
Canto de Nefertiti, hija de Lilith
III
Canto de Balqis, hija de Lilith
Soy Lilith, la mujer destino. Ningún macho escapa a mi suerte y ningún macho quiere escapar.
Soy las dos lunas Lilith. La negra no está completa sino por la blanca, ya que mi pureza es la chispa del desenfreno; y mi abstinencia, el inicio de lo posible. Soy la mujer-paraíso que cayó del paraíso, y soy la caída-paraíso.
Soy la virgen, rostro invisible de la desvergonzada, la madreamante y la mujer-hombre. La noche, pues soy el día; la costa derecha, pues soy la izquierda; y el Norte, pues soy el Sur.
Soy la mujer festín y los convidados al festín. Me llamaron la hechicera alada de la noche y la diosa de la tentación, y me nombraron patrona del placer gratuito. Me liberaron de la condición de madre para que sea el destino inmortal.
Soy Lilith, la de los blancos senos. Irresistible es mi encanto, pues mis cabellos son negros y largos y de miel son mis ojos. La leyenda cuenta que fui creada de la Tierra para ser la primera mujer de Adán, pero no me sometí.
Yo, la primera que nada tiene qué satisfacer porque soy la comunión completa, el acto y el receptor, la mujer revuelta, jamás la mujer sí. Tuve suficiente de Adán y tuve suficiente del paraíso. Me cansé, negué, desobedecí. Cuando Dios envió a sus ángeles para llevarme de regreso, me burlé. Me burlé a la orilla del mar Rojo. Me desearon y yo no quise. Intentaron domarme, pero no me domaron. Me exiliaron para que me convirtiera en el dolor del errante, hicieron de mí el rehén de los desiertos, el botín de las sombras desoladas y la proa de los animales salvajes. Como no me sometí, me dieron caza y me cercaron, porque he desafiado lo escrito. Y en cuanto estuve presa, Adán, mi marido, se quedó solo. Solitario y en lágrimas, se dirigió a su Señor, y entonces Dios le creó una mujer a partir de su costilla, y la llamó Eva, y la hizo el segundo modelo. La concibió para que disipara la muerte de su corazón, y garantizara la preservación de la descendencia.
Soy Lilith, la primera, cómplice de Adán en la creación, y no la costilla de la docilidad. Mi Dios me moldeó de tierra, para que fuera el origen, y de la costilla de Adán moldeó a Eva para que ella fuera la sombra. Cuando tuve suficiente de mi marido, me fui con el fin de heredar mi vida. Incité a mi mensajera la serpiente a tentar a Adán, con la manzana del conocimiento y, cuando triunfé, otorgué el encanto del vicio al imaginario y el gozo del pecado a su origen.
Soy yo la mujer mujer, la diosa madre y la diosa esposa. Me fecundé para ser la hija y la tentación de todos los tiempos. Desposé la verdad y el mito para ser ambos. Yo Dalila y Salomé y Nefertiti, yo reina de Saba, Helena de Troya y María Magdalena.
Soy Lilith, la esposa elegida y la esposa desairada, la noche y el pájaro nocturno, la mujer-verdad y el mito-mujer, la oscuridad hembra y no la hembra luz, Ishtar y Artemis y los vientos sumerios. Las primeras lenguas me cuentan y los libros me explican, y cuando soy mencionada mi nombre es maldito.