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Akal / Biografías / 11

Steven Nadler

Spinoza

Traducción: Carmen García-Trevijano

Revisión y traducción de la segunda edición ampliada: Ana Useros Martín

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Estudioso de la Biblia y comerciante fracasado, hereje judío y eminente intelectual holandés en lengua latina –y, para ganarse el pan, pulidor de lentes–, Baruch (Bento, Benedictus) Spinoza está hoy considerado uno de los pensadores más notables de todos los tiempos, quizá el más radical y controvertido de los filósofos.

Nacido en el seno de la comunidad sefardí de Ámsterdam, Spinoza fue apartado tajantemente de ella en 1656, a los veinticuatro años de edad –«... Sea maldito durante el día y sea maldito por la noche, sea maldito cuando repose y maldito cuando se levante. Sea maldito cuando salga y maldito cuando entre. El Señor no tendrá piedad con él...», se pudo escuchar en la sinagoga–. El resto de sus días los dedicó a buscar la verdad, la rectitud moral y la libertad, así como a perfilar sus ideas sobre la «verdadera religión» y en torno a un Estado secular y tolerante.

En esta magna biografía, ahora revisada y puesta al día, Steven Nadler entrelaza con acierto el material humano y la filosofía de Spinoza con el tumultuoso mundo político, social, intelectual y religioso de la joven y próspera República Holandesa que le tocó vivir. 

«Una espléndida mirada al siglo XVII holandés, a la historia de los judíos y a la historia de la filosofía. Excelente para el lector con un interés no especializado en filosofía.»

Booklist

«Sin duda la mejor biografía de Spinoza, la más concienzuda, la más fidedigna, la más fecunda, la más rigurosa.»

André Comte-Sponville

Steven Nadler es William H. Hay II Professor of Philosophy, Evjue-Bascom Professor in Humanities y Weinstein-Bascom Professor of Jewish Studies en la Universidad de Wisconsin–Madison.

Ha publicado una veintena de libros a lo largo de su trayectoria, entre los que cabe destacar señaladamente la presente biografía de Spinoza y el estudio, finalista del premio Pulitzer, titulado Rembrandt’s Jews (2003).

Diseño de portada

RAG

Motivo de cubierta

Retrato de Spinoza, óleo sobre lienzo (anónimo), Bibliotheca Augusta, Wolfenbüttel (Baja Sajonia).

Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.

Nota editorial:

Para la correcta visualización de este ebook se recomienda no cambiar la tipografía original.

Nota a la edición digital:

Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

Título original

Spinoza. A Life (Second Edition)

© Cambridge University Press, 1999; Steven Nadler, 2018

© Ediciones Akal, S. A., 2021

para lengua española

Sector Foresta, 1

28760 Tres Cantos

Madrid - España

Tel.: 918 061 996

Fax: 918 044 028

www.akal.com

ISBN: 978-84-460-5091-9

A mi familia

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Mapa de los Países Bajos en el siglo XVII. Por gentileza del laboratorio cartográfico de la Universidad de Wisconsin-Madison.

PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN

Han pasado casi 350 años desde la muerte del filósofo Bento/Benedictus de Spinoza, en 1677, y más de dos décadas desde que terminé la primera edición de esta biografía. Hay que destacar que todavía seguimos descubriendo nuevos hechos relacionados con su vida –en documentos de archivo, en tratados y folletos, publicados y no publicados, y en una amplia variedad de correspondencias– y seguimos aún asociando hechos ya conocidos de formas novedosas que los iluminan. A pesar de la información aún relativamente escasa sobre sus ancestros, sus padres y otros parientes, su juventud e, incluso, sobre sus años de madurez, ya se está perfilando una imagen más completa de su entorno familiar, de su actividad como comerciante y de su vida posterior a su extraordinaria expulsión de la congregación judeoportuguesa de Ámsterdam. Creo también que estamos adquiriendo una mejor comprensión de su gran proyecto filosófico, especialmente ahora que los especialistas en Spinoza están más abiertos que nunca a los diversos contextos intelectuales de su pensamiento.

Para esta segunda edición he podido beneficiarme también de que Edwin Curley haya terminado su magistral edición inglesa, en dos volúmenes, de los escritos de Spinoza. Esto supone que, en su mayor parte, puedo ahora referir al lector de manera coherente a una única fuente para las traducciones de las obras y de las cartas de Spinoza (aunque, en algunos casos, he modificado esas traducciones).

También me he beneficiado enormemente de colegas y amigos que, a lo largo de los años, han compartido con generosidad sus investigaciones conmigo y han respondido a mis preguntas, así como de completos desconocidos que me enviaban correcciones y sugerencias de mejora. Me gustaría especialmente expresar mi gratitud más profunda a Rachel Boertjens, Erik-Jan Bos, Edwin Curley, Albert Gootjes, Jonathan Israel, Yosef Kaplan, Adri Offenberg, el difunto Richard Popkin, Henriette Reerink, Piet Steenbakkers, Pina Totaro, Odette Vlessing, Wiep van Bunge, Jeroen van de Ven y Thijs Weststeijn. Espero haber hecho justicia a los frutos de sus esfuerzos. Agradezco también a Hilary Gaskin y a Cambridge University Press su disponibilidad para abordar esta edición actualizada, que tanto incorpora las últimas investigaciones sobre la vida de Spinoza como, una labor igualmente importante, corrige los errores de la primera edición.

Steven Nadler

Madison, Wisconsin

PREFACIO DE LA PRIMERA EDICIÓN

Baruch de Spinoza (1632-1677) era hijo de un prominente comerciante en la comunidad judeoportuguesa de Ámsterdam. También fue uno de los estudiantes más dotados de su escuela. Pero algo sucedió en torno a sus 23 años –no se sabe si repentina o gradualmente– que lo llevó a la excomunión más severa jamás dictada por los líderes de los sefardíes de Ámsterdam. El resultado fue la separación de Spinoza de su comunidad y, ciertamente, del judaísmo. El joven estaba llamado a ser uno de los más importantes filósofos de todos los tiempos, y sin duda el más radical y controvertido de su época.

La razón de la transformación (si es que la hubo) desde un chico judío ordinario –cuya vida ortodoxa y perfectamente normal al parecer no tenía ningún rasgo notable, salvo quizá el de su excepcional inteligencia– al posterior filósofo iconoclasta, nos ha quedado totalmente oculta, posiblemente para siempre. Sólo disponemos del documento herem, plagado de juramentos y maldiciones, que fue compuesto por los gobernadores de la comunidad. Es tan escaso el material conservado, tan poco lo que puede darse por seguro sobre los detalles de la vida de Spinoza, en particular antes de 1661 (cuando comienza su correspondencia existente), que no cabe otra salida que la de especular sobre su desarrollo emocional e intelectual y sobre las cuestiones más mundanas que llenan la existencia de cualquier persona. ¡Y qué rico campo para la especulación el que brinda esta existencia, particularmente por la fascinación que ejerce el personaje!

Filósofo moral y metafísico, pensador político y religioso, exegeta bíblico, crítico social, pulidor de lentes, comerciante fracasado, intelectual holandés, judío herético… Lo que hace la vida de Spinoza tan interesante son los variados y a veces opuestos contextos por los que discurrió: la comunidad de inmigrantes portugueses y españoles, muchos de ellos antiguos «marranos» que encontraron refugio y oportunidades económicas en la nueva e independiente República Holandesa; la turbulenta política y la espléndida cultura de aquella joven nación, que a mediados del siglo XVII estaba viviendo su llamada Edad de Oro; y, no menos importante, la historia misma de la filosofía.

En su condición de judío, y más aún como apóstata, Spinoza fue siempre de alguna manera un extranjero en el país calvinista que lo vio nacer y que, hasta donde puede saberse, jamás abandonó. Pero después de su expulsión de la congregación Talmud Torá y de su exilio voluntario de la ciudad natal, Spinoza no volvió a considerarse a sí mismo como judío. Prefería ser identificado como un ciudadano más de la República Holandesa –y quizá también de la transnacional República de las Letras–. Había encontrado su alimento no sólo en las tradiciones judías impartidas en la escuela de la sinagoga, sino también en los debates filosóficos, teológicos y políticos que tan a menudo perturbaron la paz de su patria durante los primeros cien años de esta. Su legado sería sin duda tan grande como el que recibió. En muchos aspectos, la República Holandesa seguía aún buscando a tientas su identidad durante el tiempo de vida de Spinoza; y por mucho que sus contemporáneos holandeses lo denostaran y atacaran, es imposible negar la importancia de la contribución de Spinoza al desarrollo de la cultura intelectual holandesa. Esta contribución es quizá tan considerable como la que Spinoza aportó al desarrollo del carácter del judaísmo moderno.

La presente es la primera biografía completa de Spinoza publicada en inglés. Y también la primera escrita en cualquier lengua desde hace mucho tiempo. Sin duda han aparecido breves estudios sobre un aspecto u otro de la vida de Spinoza, y prácticamente todo libro sobre su filosofía comienza con un somero apunte biográfico del personaje; pero el último intento sustancial de reconstruir una «vida» completa de Spinoza fue la obra de Jacob Freudenthal, Spinoza: Sein Leben und Sein Lehre, a principios del siglo XX[1]. Sin embargo, desde la publicación de este valioso estudio de Freudenthal, la historia de los judíos portugueses de Ámsterdam y de Spinoza mismo han sido objeto de una intensa actividad investigadora. Como resultado del importante trabajo realizado por investigadores tales como A. M. Vaz Dias, W. G. Van der Tak, I. S. Révah, Wim Klever, Yosef Kaplan, Herman Prins Salomon, Jonathan Israel, Richard Popkin y muchos otros, se ha desenterrado durante los últimos 60 años tal cantidad de material sobre la vida y la época de Spinoza, y sobre la comunidad judía de Ámsterdam en particular, que cualquier biografía anterior a estos años ha quedado esencialmente obsoleta. Y es justo declarar que, sin la labor realizada por todos estos investigadores, este libro jamás podría haber sido escrito. Lo único que espero es haber hecho un buen uso del trabajo realizado por ellos.

Que no se inquiete el lector: nunca tuve la intención de rastrear y publicar todas las fuentes del pensamiento de Spinoza, los posibles pensadores y tradiciones que pudieron haber influido sobre él. Semejante empresa sería una tarea infinita, que ningún individuo podría realizar durante el tiempo de su vida. Dicho en pocas palabras, lo que aquí he pretendido ofrecer no es exactamente una biografía «intelectual». En algunas ocasiones he considerado importante –esencial, diría yo– examinar más detenidamente lo que me parecía ser el desarrollo intelectual de Spinoza; pero nunca pretendí ser exhaustivo en mi investigación sobre sus orígenes. Tampoco es este libro un estudio de la filosofía spinoziana. Libros y artículos sobre sus doctrinas metafísicas y de cualquier otro tipo circulan por docenas, y a mí no me ha guiado nunca el menor deseo de enriquecer esta creciente literatura para especialistas.

Lo que yo he intentado más bien con esta obra ha sido ofrecer al lector en general una panorámica accesible de las ideas de Spinoza. Si a los ojos de algunos especialistas spinozianos aparezco a veces culpable de simplificación o distorsión, les digo sin embargo que nolo contendere: no deseo participar en ningún debate académico sobre los detalles más sutiles del spinozismo. Quede esto para un momento y un lugar diferentes. Lo que a mí realmente me ha interesado –y espero que también interese a mis lectores– ha sido conocer la vida, la época y las ideas de un pensador de una importancia y relevancia tan enormes como Spinoza.

El interrogante que preside esta biografía es el del modo en que las diversas facetas de la vida de Spinoza –su origen étnico y social, su lugar en el exilio entre dos culturas tan diferentes como la comunidad judeoportuguesa de Ámsterdam y la sociedad holandesa, su desarrollo intelectual, y sus relaciones sociales y políticas– llegaron a fundirse para producir uno de los pensadores más radicales de la historia. Pero había otra cuestión más general que igualmente me interesaba mucho: ¿qué significaba ser filósofo y judío en la Edad de Oro de Holanda? Y, para poder responder a estas dos cuestiones, había que remontarse más de doscientos años atrás y situarse en otra parte de Europa.

[1] Existe también la obra de K. O. Meinsma, Spinoza en zijn kring, publicada en 1896 y traducida al francés (Spinoza et son cercle) en 1983. Y, para una rápida e ilustrada panorámica, el lector que conozca el holandés puede consultar libros como la informal obra de Theun de Vries, Spinoza: Beeldenstormer en Wereldbouwer (Spinoza: Iconoclasta y constructor del mundo).

AGRADECIMIENTOS

No es posible realizar un proyecto como este sin contar con sustanciales ayudas. En este sentido me he visto obligado a buscar por doquier durante los pasados años toda suerte de favores y consejos. Y lo que ahora me resta por hacer es expresar mis más sinceras gracias a todas esas personas e instituciones por los servicios, apoyo y amistad que tan generosamente me han brindado.

Vayan por delante mis gracias más expresivas a Jonathan Israel, David Katz, Marc Kornblatt, Donald Rutherford, Red Watson y especialmente a Pierre-Francis Moreau, Wim Klever, Piet Steenbakkers y William Klein por su lectura del manuscrito entero y por sus copiosos comentarios sobre su contenido y estilo. Sus sugerencias, correcciones y críticas han sido esenciales para dar a los manuscritos iniciales la forma final del libro.

Igualmente quiero manifestar mi profunda deuda con aquellos amigos que leyeron capítulos aislados, me orientaron hacia las fuentes correctas, respondieron a mis preguntas, me prestaron su documentación privada, pusieron en marcha conexiones locales e internacionales, o sencillamente me brindaron el apoyo y el ánimo que tanto necesitaba: Fokke Akkerman, Amy Bernstein, Tom Broman, Ed Curley, Yosef Kaplan, Nancy Leduc, Tim Oswald, Richard Popkin, Eric Schliesser y Theo Verbeck. Deseo destacar sobre todo al director de la Biblioteca Rosenthaliana de la Universidad de Ámsterdam, Adri Offenberg, por su gran amabilidad al resolver la serie de perplejidades que me asediaban sobre la comunidad judeoportuguesa de Ámsterdam en el siglo XVII. Finalmente, Henriette Reerink se mostró como una perfecta amiga –y una ayuda indispensable– durante mi estancia en Ámsterdam. Además de proporcionarme una bicicleta para mis desplazamientos, reunió para mí una importante cantidad de documentos extraídos de los Archivos Municipales y me ayudó a deslizarme sobre los gloriosos esquíes holandeses hasta el cementerio de Ouderkerk. Al mismo tiempo, sabía dónde encontrar las mejores poffertjes [pastas holandesas] de la ciudad.

La elaboración de este libro ha sido financiada por una beca de verano del National Endowment for the Humanities, por un puesto de investigador en la Foundation Romnes, y por una serie de subvenciones veraniegas por parte de la Graduate School de la Universidad de Wisconsin-Madison. También me he beneficiado de un año sabático de la Universidad de Wisconsin, por el cual le estoy enormemente agradecido.

Partes del material del capítulo sobre las razones de la excomunión de Spinoza fueron presentadas en el University College de Londres, en la Universidad de Chicago, y en el Departamento de Historia de la Ciencia y la Sociedad Logos de la Universidad de Wisconsin-Madison. A todos estos centros, y especialmente a Martin Stone en Londres, les estoy sumamente agradecido por sus amables invitaciones y por los comentarios y sugerencias que recibí en aquellas ocasiones. Agradezco también a Hadley Cooney su trabajo con el índice.

Y están también aquellos a quienes este libro va dedicado, aquellos cuyo amor y apoyo me han animado a seguir: mi esposa Jane y mis hijos Rose y Benjamin; mis padres, Arch y Nancy; mi hermano, David, y mis hermanas, Lauren y Linden. Y a usted, querido lector, a quien le debo mucho más de lo que las palabras podrían expresar.