¿HACIA DONDE VA LA HUMANIDAD?
PROFECÍAS BÍBLICAS PARA EL SIGLO XXI
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Ediciones Berea
Editor General: Héctor Hernán Gómez Iriarte
Diseño General y Diagramación: Catherine Niño
ISBN: 978-958-46-6250-7
Bogotá D. C., Colombia.
Contenido
Introducción
El aumento del conocimiento
El regreso de los judíos a israel
La era nuclear
Los satélites modernos de comunicación
El anticristo y las computadoras
El nuevo orden mundial
La reconstrucción del templo judío
Iraq y la guerra del golfo pérsico
El tratado de paz en el medio oriente
La ciudad de jerusalén
La futura religión mundial
Pestes, terremotos, hambre, desastres ecológicos y contaminación
Derrumbamiento de la familia y de la sociedad
La futura invasión rusa a israel
Introducción
Vivimos actualmente en un mundo confundido política, económica, comercial, moral y espiritualmente. La incertidumbre reina por doquier. Los sistemas políticos han fracasado; los economistas no han podido dar soluciones concretas a los problemas financieros internacionales; las religiones continúan ofreciendo al ser humano panaceas que jamás han transformado o revolucionado su vida interior; las normas éticas y morales han sido rebajadas al nivel animal, pues ahora son las estadísticas las que dictan el rumbo de lo que es aceptable o moralmente bueno.
La anarquía que reina en muchos países y ciudades está llevando a considerar seriamente a muchos gobernantes a establecer penas y castigos más severos para detener la ola de delincuencia y criminalidad; los espectáculos como el cine y la televisión han sobrepasado todas las normas de la decencia y de la moral: escenas eróticas, violencia en último grado, asesinatos a granel y burlas a Dios, son vistas diariamente por todo tipo de personas, incluyendo menores de edad; políticos de todos los países, economistas, artistas e intelectuales, han llegado a consultar a brujos, a gurús, a magos y astrólogos, en su afán de poder saber qué les depara el futuro.
El Medio Oriente continúa siendo una olla hirviendo a punto de explotar cualquier día. Gobernantes desequilibrados mentalmente, mantienen a su pueblo bajo el yugo de la esclavitud, del temor y la ignorancia, mientras ellos tratan de continuar luchando en su locura por mantenerse en el poder; las religiones del mundo, desesperadas por no poder ofrecer una solución adecuada a la problemática humana, han comenzado a tratar de unirse bajo una sola bandera en un sistema ecuménico mundial.
Mientras tanto, continúan surgiendo cientos de hombres fanáticos iluminados que dicen ser los nuevos “mesías” de la humanidad, y que llevan a sus seguidores a la perdición moral, intelectual y, muchas veces, hasta a la misma muerte.
El incremento de terremotos, huracanes, tornados, tifones, contaminación ambiental, sequías, nevadas, tsunamis y erupciones de diferentes volcanes, han provocado la histeria, la ansiedad, la inseguridad y la neurosis de millones de personas.
¿Por qué los descubrimientos científicos y avances tecnológicos de nuestro siglo no han podido mejorar nuestra calidad de vida moral y espiritual?
Somos gigantes tecnológicamente, pero enanos moralmente.
¿Por qué existen actualmente más guerras, genocidios, crímenes, secuestros, violaciones, incertidumbre, confusión e inmoralidad, que en cualquier otra época de la humanidad?
¿Cuál es la causa del fracaso del ser humano?
¿Hacia dónde se dirige verdaderamente la humanidad?
¿Habrá alguna luz en medio de tantas tinieblas?
Sí, sí la hay, y la encontramos en el libro más publicado en la historia de la humanidad. Este libro fue el primero en ser impreso en la imprenta de Gutenberg. Ha sido el libro más traducido a más idiomas y dialectos que cualquier otro, además, es el libro más controvertido, atacado, perseguido y criticado de cuantos hay en la historia de la literatura. Es el único libro que contiene verdades absolutas y las profecías más exactas y asombrosas acerca del futuro de la humanidad. Sólo en él podemos encontrar de dónde venimos, quienes somos y hacia dónde nos dirigimos.
Los profetas hebreos anunciaron con siglos de anticipación, en este libro, el nacimiento, el ministerio, la muerte, resurrección y segunda venida del ser humano más extraordinario que haya vivido en este planeta: nuestro Señor Jesucristo. Este libro es la Biblia.
Ningún otro libro, en los millones de volúmenes que existen en todas las bibliotecas del mundo, nos pudo profetizar los imperios mundiales que surgieron en el pasado (con un orden sobrenatural) y cuál sería la última forma de gobierno mundial. Todos los acontecimientos modernos en el Medio Oriente, en Rusia, en la Unión Europea y las condiciones caóticas que nos rodean, están escritos con cientos de años de anticipación en la Biblia.
Analicemos pues, los grandes acontecimientos proféticos del siglo XX descritos con una exactitud sobrenatural y con siglos de anticipación en este libro maravilloso que es la Biblia.
1
Capítulo
EL AUMENTO DEL CONOCIMIENTO
“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.”
Daniel 12:4
Hace aproximadamente 2.600 años, el profeta hebreo Daniel, escribió estas palabras. No cabe duda que estas palabras proféticas tuvieron su cumplimiento en el siglo XX, en el que el conocimiento tecnológico y científico ha tenido su mayor avance desde el comienzo de la humanidad. Algunos de estos avances fueron:
• 1892 |
El Dr. Duyea maneja el primer vehículo de gasolina. |
• 1903 |
Oville y Wilbur Wright, norteamericanos, realizan la primera tentativa de volar. |
• 1928 |
El Dr. Sir Alexander Fleming, inglés, descubre la penicilina. |
• 1945 |
El Dr. Oppenheimer, alemán, realiza la primera desintegración del átomo, fabricando la primera bomba atómica. |
• 1954 |
Es botado el primer submarino nuclear por los EE.UU. |
• 1957 |
Es lanzado al espacio el primer satélite espacial por Rusia. |
• 1969 |
El ser humano pisa el suelo de la Luna. |
• 1973 |
Es puesta en órbita la primera plataforma espacial por los EE.UU. |
• 1983 |
Primera cartografía orbital por radar de otro mundo (Venera 15). |
• 1986 |
Primera estación espacial habitada por Rusia (MIR). |
En este siglo también se inventaron los focos, la aspirina, los plásticos, la insulina, la televisión, la radio, los trasplantes de órganos, el rayo láser, el refrigerador, el cine, la píldora anticonceptiva, la lavadora eléctrica, y muchos otros artefactos. Sólo en el último siglo, la ciencia avanzó más que en los dieciocho anteriores. ¿Qué nos puede sorprender hoy?
En 1913, el primer carro marca “Ford”, modelo “T”, corría a una velocidad máxima de 40 km/h; actualmente, hay vehículos que corren a más de 300 km/h, y naves especiales con velocidades a 38.000 km/h.
La computadora más veloz del mundo realiza 27’000,000 de operaciones por segundo, construida por INCUBE, y usa 8.192 chips, según el Ing. Stephen Colley, presidente de INCUBE, con sede en Oregon, EE.UU. Esta súpercomputadora tiene un valor de 30 millones de dólares.
Y, ¿qué podríamos decir respecto a los increíbles avances de la industria militar, en las nuevas tecnologías de armamento, comparadas con las armas de los últimos 19 siglos?
- Jets supersónicos con misiles teledirigidos.
- Helicópteros blindados con cohetes electrónicos.
- Tanques de guerra con velocidades de casi 100 km/h.
- Misiles balísticos intercontinentales con cabezas termonucleares.
- Misiles lanzados desde barcos y porta-aviones con cabezas computarizadas y dirigidos hasta dar en el blanco.
- Bombas inteligentes lanzadas desde aviones con un índice de error del 2%.
- Estaciones espaciales orbitales con propósitos bélicos.
- Satélites con rayos láser.
- El nuevo sistema de arma ultrasecreta HAARP (Programa Auroral de Investigación de Alta Frecuencia) que puede afectar los patrones del clima sobre continentes enteros, de las comunicaciones globales y de los procesos mentales humanos.
Sin embargo, todos estos avances y descubrimientos tecnológicos y científicos sólo han servido para envanecer más aún al ser humano. Aun cuando hemos descubierto grandes medicinas y vacunas contra enfermedades infecciosas, otros virus y bacterias han aparecido como el Ébola y el SIDA, con efectos más catastróficos y devastadores que todas las plagas de siglos pasados.
La conquista del espacio y el desarrollo de todo el armamento moderno, tiene como propósito el control y dominio del mundo por las naciones desarrolladas. El ser humano no es Dios, ni lo será jamás. Todo lo que sepamos o descubramos sin tener en cuenta a Dios, sólo nos llevará a nuestra propia autodestrucción.
La Vanidad del Conocimiento Humano
Al mismo tiempo que las profecías bíblicas respecto al “aumento del conocimiento” se cumplían en los últimos tiempos, la vanidad y la soberbia del hombre también aumentaban. El siglo XX se caracterizó también por un sinnúmero de filósofos y científicos arrogantes en cuanto al conocimiento de Dios. Las postulaciones teóricas de Carlos Darwin a finales del siglo XIX, acerca del origen de las especies, dieron lugar a la famosa Teoría de la Evolución, la cual continúa enseñándose en casi todas las escuelas superiores del mundo. ¿A dónde nos ha llevado esto?
Esta teoría reforzó el ateísmo y ha hecho creer a millones de seres humanos (principalmente jóvenes) que realmente somos sólo animales altamente evolucionados. Si descendemos de los animales, entonces la vida no tiene ningún sentido, pues no hay nada después de la muerte; no existen más principios morales absolutos que los que el hombre quiera establecer; la vida carece de sentido y dirección y la moral es dictada de acuerdo a nuestra conveniencia.
Estas ideas pseudo-científicas, y digo “pseudo”, porque son teorías filosóficas que carecen de cualquier confirmación científica, sólo han contribuido a denigrar la “imagen y semejanza a Dios” que la Biblia enseña que tenemos (Génesis 1:17).
Casi al mismo tiempo, otro filósofo alemán llamado Friedrich Nietzsche, comenzó a escribir que “Dios estaba muerto”, en sus libros “El Anticristo” y “Así hablaba Zaratustra”. Sus ideas sirvieron para que Adolfo Hitler creyera que realmente podíamos crear un “superhombre” y desarrollar una raza aria pura. Este filósofo alemán, a los 38 años comenzó a volverse loco y murió siendo homosexual y totalmente desquiciado de sus facultades mentales.
El doctor vienés, Sigmund Freud, casi al mismo tiempo, empezaba sus experimentos acerca de la histeria humana, atribuyendo los problemas de conducta a la sexualidad durante la infancia. Él también enseñó que Dios no existía y que “el temor a lo desconocido” motivaba al ser humano a volverse religioso. Freud se equivocó profundamente al creer que el problema humano radicaba en su “psique” y no en el “espíritu”, ignorando la revelación bíblica.
Según la Biblia, los problemas de la conducta humana se deben al pecado, y trascienden la mente humana, pues su raíz se encuentra en el espíritu: “Porque, ¿quién de los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (I Corintios 2:11).
Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la llamada Guerra Fría, y millones de personas que habían perdido a sus seres queridos en la guerra, comenzaron a tener problemas existenciales. La soledad, la ansiedad por el futuro, la confusión de valores y el rápido descenso de los valores morales, comenzaron a permear y a deteriorar a los seres humanos.
A la par de esto, un famoso grupo de rock inglés llamado Los Beatles (1960), propagó alrededor del mundo el uso de las drogas y las filosofías orientales. Millones de jóvenes en todo el mundo se involucraron en el mundo del vicio a las drogas, de la filosofía de la reencarnación y el desenfreno moral.
En medio de toda esta crisis, surgió el filósofo ateo francés, Jean Paul Sartre, con su famosa filosofía del “existencialismo”. En sus libros, “La Náusea” y el “Muro”, él describe la falta de sentido que tiene la vida, a la que llama una “náusea”. Escribió que la vida carece de cualquier otro sentido más que el que nosotros podamos darle. Sartre, al igual que otros filósofos del siglo XX, era ateo y antagónico al cristianismo e involucró a millones de personas desorientadas en sus ideas y conclusiones filosóficas ateas. El resultado de las ideas y filosofías de estos hombres las podemos ver a nuestro alrededor: confusión intelectual, social, moral y religiosa.
Jamás el mundo había estado tan confundido como en esta época en que vivimos, y en medio de toda esta oscuridad, se sigue escuchando la voz del Hijo de Dios que nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida… Yo soy la luz del mundo… en mi están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Juan 14:6; 8:12; Colosenses 2:3).
La Biblia profetizó con cientos de años de anticipación el “aumento del conocimiento” en ese siglo, pero esos nuevos descubrimientos científicos y avances tecnológicos sólo le han servido a la humanidad para hacerla más arrogante e independiente de Dios. “Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22).
De manera interesante, el siglo XX terminó con el Proyecto del Genoma Humano, donde los científicos genetistas continúan tratando de descifrar el ADN (código genético hereditario de cada célula), con el propósito, según dicen, de prevenir enfermedades genéticas a tiempo. Desgraciadamente, como hemos visto, nuestros avances científicos y tecnológicos siempre acaban siendo usados para el mal. Lo más seguro es que algún día no muy lejano, comiencen a pensar en clonar ¡seres humanos!