Portada_Mesa_de_trabajo_1_copia_9.jpg

Jalisco después del COVID-19

se terminó de editar en marzo de 2021

en las oficinas de la Editorial Universidad de Guadalajara,

José Bonifacio Andrada 2679, Lomas de Guevara 44657

Guadalajara, Jalisco

Índice

Presentación

Raúl Padilla López

Salud pública

Patricia Noemí Vargas Becerra

Economía

Antonio Sánchez Bernal

Sociedad

Carlos Barba Solano

Política

Héctor Raúl Solís Gadea

Población

Alejandro I. Canales Cerón

Patricia Noemí Vargas Becerra

Educación

Juan Carlos Silas Casillas

Seguridad nacional

Marcos Pablo Moloeznik

Estrategia digital

Yolanda Martínez Mancilla

Medio ambiente

Eduardo Santana-Castellón

Administración gubernamental y políticas públicas

David Gómez-Álvarez

Ciencia, tecnología e innovación

Alfredo de Jesús Celis de la Rosa

Héctor Raúl Pérez Gómez

Cultura

Diego Escobar González

Margarita Hernández Ortiz

Proyecciones

Alejandro I. Canales Cerón

Turismo

María de los Ángeles Huízar Sánchez

Energía

Graciela Domínguez

Movilidad urbana

David López García

Hábitat

Daniel González Romero

Niñas, niños y adolescentes frente a los retos de la educación a distancia

César Augusto Ricardi Morgavi

Referencias

Coordinadores y autores

Presentación

Raúl Padilla López

Este libro es resultado de la vocación del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo de la Universidad de Guadalajara, encauzada a contribuir al estudio reflexivo y propositivo de las principales problemáticas de nuestro estado. Se concibió dentro del proyecto Jalisco a futuro, un trabajo continuo de investigación y divulgación académica de más de dos décadas, que ha introducido el análisis prospectivo como un instrumento relevante para la participación de los universitarios en la construcción de la agenda pública de la entidad.

Ante la evidencia de los amplios y profundos efectos que la pandemia por el COVID-19 está provocando en cualquier esfera de la sociedad global, Jalisco a futuro se planteó el desafío de analizar la situación que se ha generado en el estado tanto por la epidemia como por las acciones emprendidas para su control. Con amplitud de miras, se abarcó una gran diversidad de temas, a fin de producir una visión a la vez detallada y extensa del impacto de la contingencia sanitaria en Jalisco y lo que serán sus efectos en los distintos ámbitos de la vida. Como es ya una práctica consolidada en este proyecto, el análisis que se presenta es obra del trabajo coordinado de un amplio y reconocido equipo de especialistas colaboradores.

Si bien la última actualización del proyecto había sido presentada recientemente, la necesidad de un ajuste analítico no podía ignorarse por un esfuerzo orientado a la construcción propositiva del porvenir. Pocas experiencias en la historia moderna han implicado un cambio tan súbito y radical de todas las condiciones previstas en la planificación del futuro de corto, mediano y largo plazo. Por ello, los escenarios pensados en los ejercicios previos demandan ser repensados. Vivimos un presente impredecible y nuevos futuros tienen que ser imaginados, en donde el conocimiento y el análisis responsable deben ser elementos incorporados en su formulación.

Con el mismo espíritu de la más reciente actualización, el entendimiento de las problemáticas sociales, asumido por el equipo de investigación, enfatiza la complejidad del fenómeno que experimentamos y, al igual que en ese ejercicio, las contribuciones que integran este volumen complementan los esfuerzos por generar una mirada diagnóstica sobre la situación del momento con la formulación de sugerencias o propuestas de acción para enfrentar las problemáticas de manera activa y sustentada.

Tanto en Jalisco como en todo México, la construcción del futuro pospandemia debe ser un trabajo plural y participativo, que convoque a un esfuerzo integrado de los diferentes niveles de gobierno, el sector empresarial, las instituciones de la sociedad civil, la academia y la ciudadanía en general. A todos ellos ponemos a su disposición esta información como un insumo útil y relevante en aras de contribuir a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y sustentable.

Salud pública

Patricia Noemí Vargas Becerra

En Jalisco, al igual que en el resto de nuestro país, se identifican por lo menos tres factores que colocan a los ciudadanos en situaciones de vulnerabilidad frente a la pandemia por la enfermedad del coronavirus (COVID-19): el perfil epidemiológico de la población, la carencia en la infraestructura y personal para la atención de la salud y la desigualdad en el acceso a los servicios de salud.

  1. El perfil epidemiológico de la población. La población de México y de Jalisco presenta una alta prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas. Al respecto, el 18.4% de los mexicanos de veinte años y más padece diabetes, el 10.3% tiene hipertensión y el 36.1% obesidad. En este mismo sentido, en Jalisco el 15.2% padece hipertensión y el 7.6% diabetes (Instituto Nacional de Salud Pública, 2018). Investigaciones recientes han señalado que las personas con enfermedades crónicas preexistentes, como es el caso de la hipertensión y la diabetes, aumentan hasta diez veces el riesgo de muerte por COVID-19 (ccdc Weekly, 2020; Novel Coronavirus Pneumonia Emergency Response Epidemiology Team, 2020). Aunado a lo anterior, Jalisco aún cuenta con una alta incidencia de enfermedades infecciosas; por ejemplo, esta entidad federativa ha presentado recientemente una alta incidencia de casos de dengue.1 Dado este escenario, la condición demográfica favorable de contar con una estructura poblacional relativamente joven, tanto en México como en Jalisco, es contrarrestada por el alto grado de comorbilidad poblacional.
  2. Carencias en la infraestructura y los recursos humanos para la atención de la salud. La experiencia reciente en algunos países como Italia y España ha mostrado que la infraestructura sanitaria, como hospitales y equipo médico, ha sido insuficiente para la atención de los ciudadanos afectados por el COVID-19. Al respecto, mientras que España e Italia cuentan con tres y 3.2 camas hospitalarias por cada mil habitantes, respectivamente, México tiene el 50% menos, esto es, 1.5 camas de hospital por cada mil habitantes (oecd, 2020) y Jalisco cuenta con alrededor de una. El personal de salud es también otro punto central en la atención de esta pandemia. Italia cuenta con 4.9 médicos por cada mil habitantes y España con 3.9 (oecd, 2019). Este indicador se reduce a 2.4 en el caso de México y Jalisco sólo cuenta con dos médicos por cada mil habitantes. En este contexto, la saturación del sistema de salud sería aún más rápida y crítica de no tomarse las medidas sanitarias recomendadas por los organismos internacionales de salud. Otra cuestión a considerar es la desigualdad existente en la distribución de los recursos tanto a nivel nacional como local, ya que en las zonas rurales, las regiones fronterizas y las poblaciones de refugiados y desplazados, la carencia de servicios de salud y recursos se agudiza, colocando a estas poblaciones en situación de vulnerabilidad frente a la presencia de esta enfermedad.
  3. La desigualdad en el acceso a servicios de salud. México y Jalisco enfrentan esta pandemia con un acceso desigual a los servicios de salud, dado que no se ha logrado la cobertura universal en salud, pues el 17% de los mexicanos y el 19% de los jaliscienses no tienen acceso a los servicios. Al desagregar esta información por grupos de edad en México, el 19% de los ciudadanos entre los 20 y 59 años no tienen acceso a la salud, cifra que disminuye a 13% en la población de 60 años y más. Por otro lado, el panorama se complejiza, ya que no se ha logrado un sistema unificado y equitativo; al respecto, cuatro de cada diez mexicanos y tres de cada diez jaliscienses estaban afiliados al Seguro Popular. Asimismo, 3.7 de cada diez personas entre los 20 y 59 años gozaban de dicha afiliación; en Jalisco estas cifras descienden a 2.9. Esta desagregación es importante dado que es en estos grupos donde se presenta la mayor incidencia de casos de COVID-19 (1.4 y 1.3 por cada cien mil habitantes, respectivamente). Este escenario coloca en situación de vulnerabilidad y riesgo a esta población precisamente en el periodo actual, ya que nuestro país está transitando en el sistema de protección social en salud, cuyo brazo operativo era el Seguro Popular, al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que no ha materializado su implementación a nivel nacional y local.

El éxito de una respuesta eficaz tanto a nivel nacional como estatal para contener la epidemia, debe considerar los aspectos antes mencionados y tomar en cuenta la existencia de un subregistro en la identificación de casos, debido a la baja cobertura de pruebas para detectar el virus SARS-CoV-2 en nuestro país (véase gráfica 1), lo que impide tener un panorama preciso del avance del contagio, por lo que sería deseable incrementar significativamente la cobertura de pruebas en la población para detectar a las personas con esta enfermedad y establecer las medidas correspondientes de cuarentena y el rastreo de casos. El fin es interrumpir las cadenas de contagio y disminuir considerablemente las tasas de mortalidad, como ha sido señalado por diversas instancias internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.

Gráfica 1. América Latina y el Caribe. Casos reportados y cobertura de pruebas COVID-19.

Fuente: Acosta (2020).


1 Según datos de la Sinave, Jalisco tuvo 11 777 casos confirmados de dengue durante 2019 (primer lugar nacional).

Economía

Antonio Sánchez Bernal

La afectación a la economía jalisciense por el COVID-19 es preocupante, y en este momento no es posible medir su magnitud, pero sí identificar los efectos y los sectores económicos más sensibles a la contingencia. El contexto económico global y nacional que antecedía a la llegada del virus a Jalisco no era halagador. La desaceleración de la economía china y la guerra comercial con Estados Unidos había impactado de manera negativa el crecimiento de la economía global. En el plano nacional, la renegociación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá –aunado al giro de la política económica del gobierno nacional, caracterizado por el incremento del gasto social, la redirección con atraso de la inversión pública y la cancelación de grandes proyectos de inversión– generó en 2019 un freno en el crecimiento de la economía que alcanzó el -0.1%. En contraste, Jalisco mostró un crecimiento de alrededor del 2%, arriba del promedio nacional, además de una generación de empleo ascendente.

La pandemia del COVID-19 desencadenó una caída acelerada del precio del petróleo, así como de las bolsas de valores, además de la depreciación de las monedas de los países emergentes; pero el principal efecto inmediato de la epidemia fue el freno a la actividad económica de los países. México presentó un estancamiento económico en 2019, y los primeros datos de 2020 mostraron un crecimiento negativo del pib, lo que implica que es altamente probable que, al detenerse la economía durante más de un mes, como consecuencia de la pandemia, se producirán dos semestres de decrecimiento, con lo que se decretaría una recesión económica.

Ante la inminente recesión económica, la literatura internacional sobre los efectos económicos de las pandemias anteriores, como el sars (Alarcón, 2020), señalan que las actividades más afectadas son salud, generación y distribución de alimentos, turismo, comercio al por menor, entretenimiento y aerolíneas, de lo que se deriva una caída en los índices de empleo. Estas actividades tienen relevancia para la economía de Jalisco y, se ha identificado, son las más vulnerables ante situaciones como las que se viven en la actualidad.

El sector turístico aporta alrededor del 9% del pib estatal y su crecimiento ronda el 8%, representando el impulso mayor del sector de servicios. El paro de actividades económicas por la epidemia ya generó cierre de hoteles y pérdidas de empleo significativos en el sector. El comercio al por menor y la informalidad tienen una relación fuerte; en Jalisco, la tasa de informalidad era del 53% de la población en 2017. Adicionalmente, el promedio de ingreso mensual de los trabajadores en el estado en ese mismo año estaba alrededor de 6 721 pesos, y son trabajadores que en general no cuentan con ahorros. En síntesis, Jalisco tiene un número relevante de trabajadores vulnerables ante la ausencia temporal de su actividad.

Por otra parte, es importante señalar las afectaciones en las actividades gubernamentales derivadas del impacto de la pandemia en las finanzas públicas locales. Los costos de los servicios de salud en Jalisco se incrementarán de manera significativa por la pandemia y se requerirán inversiones inmediatas para solventar la atención a la población contagiada, ya que la entidad, según datos de la Secretaría de Salud de México, presenta niveles de gasto público en salud2 por debajo del realizado por el gobierno federal3 y muy alejado del promedio de los países de la ocde.4

La baja del precio del petróleo, combinada con el freno de la economía, pone en riesgo los ingresos del gobierno federal. Si son insuficientes las transferencias federales condicionadas, serán las primeras en sufrir reducciones, pero en un escenario de recesión profunda estarían en juego las transferencias no condicionadas (ramo general 28). Las finanzas públicas estatales y municipales resultarían afectadas al reducirse las transferencias, pero, además, se prevé una caída en sus ingresos propios, acompañada con presiones a incrementar el gasto. La salida es la adquisición de una deuda pública en todos los niveles de gobierno.

Los efectos visualizados nos llevan a pensar que urge un plan de relanzamiento de la economía de Jalisco después de controlar la pandemia. El diseño de un plan efectivo para reactivar la economía pasa por dos dimensiones, que combinadas generan escenarios sobre los que habría que actuar. La primera dimensión es la profundidad y daños sobre la economía, y la segunda el nivel de cooperación de los actores económicos, políticos, sociales y gubernamentales.

Tabla 1. Escenarios de salida de la recesión económica generada por el COVID-19

Coordinación social

Alta

(Diseño de un plan conjunto con compromisos de todos los actores y con cooperación del gobierno federal y estatal)

Baja

(Ausencia de un plan conjunto y con compromisos de todos los actores, enfrentamiento entre el gobierno federal y estatal)

Profundidad de la recesión

Alta

Caída del PIB arriba de 5%

Escenario 1

Salida compleja

Escenario 2

Salida con alto costo social

Baja

Caída del PIB abajo de 2%

Escenario 3

Salida rápida

Escenario 4

Salida lenta

El escenario deseable es el 3, que se denomina “salida rápida”, porque los efectos de la pandemia serían relativamente bajos. En este escenario la tarea crucial sería impulsar una política keynesiana para crecer el gasto público junto con la inversión privada, pero lo más relevante es que el plan sería construido de manera conjunta entre los actores sociales con cooperación entre el gobierno federal y el estatal, por lo que Jalisco alcanzaría rápidamente tasas de crecimiento económico positivas.

Por otra parte, el escenario menos deseable, pero que los más pesimistas le otorgarán una alta probabilidad de ocurrir, es el 2, donde la profundidad de la recesión es alta, arroja más personas a la pobreza, destruye empresas y la confianza de los ciudadanos en las instituciones, incrementando la brecha entre la economía tradicional y la ligada al sector externo, y dejando a los tres órdenes de gobierno limitados en sus finanzas. Los actores locales no se coordinan bajo un proyecto único y deciden generar proyectos alternativos. El gobierno federal y el estatal mantienen un enfrentamiento político y llevan sus diferencias a la lucha electoral. La desigualdad y la falta de confianza de los ciudadanos en los gobiernos genera inestabilidad social, y los proyectos económicos enfrentados son insuficientes, lo que hace lenta la recuperación económica y con un alto costo social.

El escenario 1, denominado “salida compleja”, implica que los actores sociales se coordinan y diseñan un solo proyecto de recuperación económica, pero enfrentaríamos un estancamiento económico (decrecimiento por un año o más) que destruiría parte del aparato productivo, se perdería competitividad internacional y se generaría gran descontento social, agudizado por el estancamiento. La recuperación en este escenario es de largo plazo y con resultados de difícil predicción sobre la gobernabilidad del país.

El escenario 4 es una “salida lenta”, porque a pesar de que la recesión económica no es tan profunda y exista la posibilidad de que un plan de relanzamiento de la economía ofrezca resultados de crecimiento débil en el segundo semestre del año, no hay coordinación entre los actores locales y federales. Se diseñarían proyectos que compitan y se centren en la campaña electoral para ganar espacios de poder. La recuperación de la economía sería lenta.

En síntesis, Jalisco requerirá de un plan de relanzamiento de la economía pospandemia. La efectividad del plan pasa por el impacto final que dejará la pandemia en el aparato productivo y la población. También depende de la capacidad de los actores sociales para coordinarse en torno a un proyecto y, en especial, por la responsabilidad que los gobiernos asuman para entender que requerimos una visión de Estado.


2 2.5% del pib de la entidad.

3 2.8% con respecto al PIB del país.

4 6.3% respecto al pib.